lunes, 25 de febrero de 2013

Mercados de Abastos en el siglo XX (II)




     Hubo que esperar a la II República Española y en concreto a Agosto de 1931, cuando el Ayuntamiento, ante la presión del gremio de albañiles dispuso la realización de una serie de obras públicas para hacer frente al acuciante paro obrero. 

     Pero, aunque se autorizaron otras, la obra del Mercado no se proyectó hasta 1.935, cuando se encargó un nuevo proyecto, en esta ocasión, al Arquitecto D. Rafael Hidalgo, quién para Septiembre de dicho año ya lo tenía elaborado, con una planta irregular que se construiría en el solar de Río Verde. Contaría con 22 puestos de 2,20 m. x 2 m. más oficina, servicios y fuente. Sería una plaza cubierta, sin patio interior, con ventanales en las tres fachadas, para asegurar la iluminación y ventilación, sin necesidad de luz central, que entre otros inconvenientes presenta los de posibles goteras y de ser muy calurosos. Tendría dos puertas de entrada. 


     La insuficiencia de presupuesto para este proyecto, la necesidad de expropiar las casas ruinosas donde tenía que ubicarse el mercado y la falta quizás de una auténtica voluntad política para hacerlo, aguaron de nuevo el proyecto. 

     Hubo que esperar dos años más, para replantearse de nuevo el tema, ya que su creación era cada vez más, una necesidad imperiosa. De nuevo se comenzó por el principio. Se elaboró otro proyecto, en Septiembre de 1937, realizado por los Arquitectos D. Rafael Hidalgo y Alcalá del Olmo. Un proyecto que fue aprobado por el Gobierno Civil el 19 de Enero de 1938. Esta vez el asunto parecía ir en serio. El lugar escogido fue el antiguo compás de Santo Domingo, solar que pertenecía al obispado y que había sido replanteado durante 1937, por acuerdo del Ayuntamiento de 24 de Diciembre de 1936. Con fecha 15 de Marzo de 1938 el Obispado de Cádiz, cedió al Ayuntamiento una parcela de 343 metros cuadrados para la construcción de una plaza de Abasto, de 14 metros de frente por 24,5 de fondo, con el objeto "de mejorar las infraestructuras de la Ciudad y proporcionar trabajo a la clase obrera". Anunciadas tres subastas consecutivas, resultaron las tres desiertas y la Comisión Gestora dispuso la ejecución del proyecto por el procedimiento de contratación directa, facultándose al Presidente para su ejecución. El contrato administrativo asigna la obra a D. Juan Letamendía Egaña, natural de San Sebastián y vecino de Sevilla, por un presupuesto de 28.472,39 pesetas y un plazo de ejecución de seis meses. 

     Contaba con una sola puerta de entrada, patio central y 18 puestos, (3 de pescados, 3 de carnes, 3 de recova y 9 de hortalizas y otros usos). De los puestos se tenderá una loza de hormigón armado que cubrirá los puestos y el pasillo delante de los mismos, de más de metro y medio de anchura, quedando el centro del patio descubierto. En lugar conveniente del patio, se instalará una fuente para las necesidades generales. El conjunto se completa con urinarios y retretes, formando línea con los puestos. Para cerrar el Mercado una vez terminada las operaciones de venta se instalará puerta plegable de hierro laminado. Al objeto de conservar limpio el corredor lateral en los días en que a causa de las lluvias se forman encharcamientos en el patio, se realizará un escalón entre el corredor-galería y el patio central, con un sumidero que recoja dichas aguas y las de la limpieza. 

     La obra fue inaugurada por el Alcalde, D. Isidro Castro Puelles, el día 22 de Enero de 1940 y abierta al comercio público el día 29 de Enero. 



     Sin embargo, aunque el proyecto resultó un éxito pronto quedó insuficiente, lo que unido a que el patio central no estaba enlosado y los alrededores no estaban urbanizados, la obra resultaba incompleta. 

     Se imponía por tanto un nuevo proyecto, en esta ocasión un "proyecto de reforma", que fue elaborado en febrero de 1957. Este proyecto consistía en ampliación de la plaza, enlosado y construcción de una escalera de acceso. Pero el montante presupuestario ascendía a 313.667,90 pesetas, cantidad excesiva para nuestras posibilidades económicas en aquel momento, por lo que se decidió hacerlo en dos fases: 

     La primera fase  consistió en al enlosado y construcción de la escalera de acceso. Para tal fin, el 10 de Marzo de 1958, el Ayuntamiento convoca un concursillo para la adjudicación de la obra. Participaron en el mismo, Francisco Ramírez Pereira (48.000 Pesetas), José Ramírez Fernández (49.975,50 Pesetas), José Ramírez Fernández (55.500 pesetas) y Juan Ramírez Fernández (55.000 pesetas). La obra se asignó al maestro Francisco Ramírez Pereira, al presentar la oferta más favorable. 


     La segunda fase se encargó al arquitecto de la Excma. Diputación Provincial de Cádiz, D. Juan Luis Romero de Aranda, por administración en el mes de Julio de 1962 y consistió en dotar a la plaza de un espacio destinado a la venta de pescado (4 puestos) y cantina. Y fue ejecutada por el maestro de obras D. José Ramírez Fernández, con un presupuesto por valor de 271.309,80 pesetas, que fue liquidado definitivamente el 14 de Agosto de 1963, quedando el mercado tal como actualmente podemos contemplarlo. 

     Sin embargo el mercado ubicado en un lugar céntrico, la actual plaza de Santo Domingo, resulta en la actualidad insuficiente para atender los nuevos servicios de mercado que la sociedad de hoy demanda. Además no reúne algunas de las condiciones exigibles a este tipo de instalaciones, por lo que el Alcalde D. Luis Romero Acedo se dirige al Ingeniero D. Aurelio Vélez Canzobre, quién ha realizado un estudio previo para un nuevo mercado de Abastos, con fecha de Junio de 1989. 

     El proyecto presenta una planta de forma rectangular con dimensiones de 41,74 metros por 23,54 metros, lo que da un total de 982,56 metros cuadrados casi el doble del mercado actual. 

     El lugar elegido para su ubicación es el conocido como "Huerta del Indiano", con acceso por la carretera Alcalá a Puerto Galiz y por las calles José Tizón, Arroyo y Peñuela. 



     La distribución de la planta de mercado es la típica de patio central con separación de los puestos de carnes y pescados, en número de 27, correspondiendo 8 a la zona de pescados y el resto a la parte dedicada a carnes, frutas y verduras, disponiendo además de estancias para policía sanitaria, administración, aseos, almacén, etc... 

     Esperemos que los más de 70.000.000 de pesetas que supone su valoración en el estudio previo no sean un obstáculo y una vez superados los actuales momentos económicos, nuestros munícipes sigan trabajando en el tema para bien de todos. 

     Mi agradecimiento a los servicios de información del Iltmo. Ayuntamiento de Alcalá de los Gazules por las facilidades prestadas para la obtención de documentos.

viernes, 22 de febrero de 2013

Pinceladas de Historia: La reja del Beaterio en el altar mayor de la Parroquia


Ismael Almagro Montes de Oca

La reja del Beaterio en el altar mayor de la Parroquia


     Existe en el altar mayor de la Parroquia de San Jorge, en el lado del Evangelio, encima de la puerta de acceso a la sacristía, una gran reja tupida que sirve para facilitar la audición de la misa a las hermanas desde el Beaterio. 

     Esta reja no siempre estuvo allí. En 1877, aprovechando la visita pastoral del obispo Félix María de Arriete y Llanos, las hermanas del Beaterio se quejaron de que no podían celebrar misas en su propia iglesia por falta de sacerdotes, especialmente los días de fiesta y le solicitaron permiso para comunicar el edificio con la Parroquia. 

     El obispo accedió a dicha petición y así lo reflejó en el libro de visitas el 25 de marzo de 1877, domingo de Ramos, en el punto 4º de sus mandatos: 

“Tambien queremos consignar en este Libro que habiendo solicitado las Hermanas del Beaterio de Jesus, Mª i Jose se les franquese paso para tener tribuna que diese al Altar mayor, hemos accedido a su petición, tanto por las ventajas espirituales que a las mismas Hermanas resultan como tambien en los días festivos por falta de sacerdotes que digan misa en su Iglesia.” 


     Pero lo más curioso de este documento es la anotación que hace el obispo, influenciado sin duda por todos los movimientos revolucionarios anticlericales que se estaban viviendo en la época, temiendo una invasión del Beaterio: 

“Pero la dicha concesión no se entiende nunca que es una cesion hecha al Beaterio como propiedad suya i al efecto hemos formalizado un escrito en que lo declaramos asi para que en el caso de una invasión revolucionaria que se apoderase del Beaterio vuelva la Parroquia a tomar posesión del terreno i paso cedidos.” 


     ¿Pensaba quizá el obispo que las hordas revolucionarias solo invadirían el Beaterio y no tocarían la Parroquia? Y en caso de suceder así ¿devolverían las hordas el terreno a la Parroquia? 

     Sin duda no pensaba en el profundo respeto que el pueblo de Alcalá siempre ha tenido por las instituciones religiosas, tal como él mismo dejaba anotado en su visita: 

“Con gran consuelo de Nuestra alma emprendimos la segunda santa Visita Pastoral en esta Ciudad de Alcalá de los Gazules a los siete años i siete meses de la primera, teniendo la grandísima satisfacción de encontrarnos, a pesar de los anteriores disturbios, con un pueblo lleno de fe en su mayor parte a la que con el Titulo de los Santos, veneran e invocan todos sin escepcion como a su Patrona”

lunes, 18 de febrero de 2013

Las milicias ciudadanas de Alcalá de los Gazules (1834-1839) (II)





     Una vez expresado el aspecto organizativo y de funcionamiento de las Milicias Urbanas, retomemos el hilo de su historia en Alcalá, del desarrollo de los acontecimientos, que por otra parte no sería todo lo favorable que sus promotores deseaban, en tanto que en Marzo de 1835 se dictan nuevas disposiciones legales que variaban sustancialmente el carácter de las Milicias. Así, a raíz de la publicación en el Boletín Oficial de la Provincia, número 26, de 31 de Marzo de 1835, de la nueva Ley sobre las Milicias Urbanas, se realiza una sesión del Pleno del Ayuntamiento que las actas nos recogen así: 

"...En la villa de Alcalá de los Gazules a cuatro de Mayo de mil ochocientos treinta y cinco: A efecto de la formalización del alistamiento acordado en la mañana del día de ayer se reunieron en estas Casas Consitoriales los Señores que constan en las diligencias que antecede y teniendo a la vista los Padrones de Vecindario, Alistamiento practicado acord. de Reglamento de diez y seis de Febrero del año último y los Repartimientos de Rentas Provinciales, Paja y utencilios, subsidio de comercio y nota de la de frutos civiles, se procedió por dho. Sres y en nuestra presencia a clasificar los inds qe deven aumentar las filas de la Milicia Urbana de esta Villa por concecuencia de la ley organizada y Sancionada por S. M....” (3) 

Las Casas consistoriales,
lugar de reunión de las milicias ciudadanas en Alcalá

     Y sea como fuere, nos parece que la reorganización no gozó del beneplácito de los afectados, en tanto que conocemos escrito del Conde González de Castejón (a la sazón, encargado de la reorganización de la Milicia en la zona del Campo de Gibraltar), en la que se expresa: 

"...Son ya transcurridos 37 dias desde la expedición de mi circular de 20 del anterior, n.° 853, y aun no ha llevado a efecto ese Ayuntamto, el alistamiento para la Milicia Urbana en los términos y forma promovidos por la Ley, y de esta demora resultan perjuicios al servicio y un cargo a esa Corporacion que debio aprovechar los momentos para este recomendable servicio..,". 

     Ahora bien, este escrito hemos de entenderlo en función al referenciado en el propio texto como registrado con el número 853 y por el que se comunica al Ayuntamiento de la Villa la modificación de la Ley: 

"...Las circunstancias extraordinarias en que se halla por desgracia la Nación han sido causa de que al tiempo de promulgarse la ley de organización de la Milicia Urbana use el Govierno de la facultad que le concede el articulo provisional de la misma para qe esta institución, esencialmente civil, quede por ahora sugeta al Ministerio de la Guerra (4). Las mismas circunstancias esiggen que se proceda con la mayor actividad y con el celo más puro para llevar al cabo tanto los efectos de la ley cuanto las prevenciones de la Real orden de 29 de Marzo que acompaño. La buena formación de la Milicia Urbana es uno de los objetos de mayor interes y por lo mismo debe emplearse en ella el más esmerado empeño como que de esta institución debe resultar el firme apoyo de las libertades patrias y el sosiego de los pueblos. Observada con la imparcialidad devida la ley que acaba de publicarse y la indicada Real determinación, se depositarán las armas en manos de los más interesados en la conservación del orden realiviara el servicio que están prestando los ya alistados, se uniformicirá la opinión, contribuirán todos a la consolidación del trono de nuestra inocente Reyna, e instituciones que debemos a la generosidad de la inmortalidad reyna Governadora preparando días de paz y ventura a nuestra amada patria. Para conseguir estos fines emplearé todo el lleno de la autoridad que tengo, y cuanta actividad sea necesaria (...)” (5) 

     Eran días difíciles en la Historia de España. Ante la minoría de edad de la Reina Isabel II, el poder estaba en manos de su madre, la Reina Regente María Cristina, que no tenia más apoyo que el de los liberales, mientras que conservadores y foralistas apoyaban al príncipe D. Carlos. De hecho, España estaba viviendo la primera Guerra Carlista, lo que lleva a la Reina a transformar las "Milicias Ciudadanas” de auténticos cuerpos civiles a cuerpos militarizados, algo que no fue bien asumido por la población, de ahí los problemas para su reorganización en Alcalá en 1835. 

     Sea corno fuere, el 11 de Junio y tras salvar los problemas iniciales, quedaban constituidas las dos armas de las Milicias Urbanas de Alcalá, con un número de urbanos superior al del año anterior, así, Caballería aumenta 11 urbanos con lo que pasa a contar con 80 miembros e Infantería aumenta 50 o lo que es lo mismo, pasa a disponer de 140 hombres. 

     Pero la animadversión del pueblo a que hacíamos referencia no será algo propio de nuestros vecinos, sino generalizado, lo que llevará a la Reina a una nueva reforma de la Milicia en el año siguiente, pero será un cambio en las formas, no en el fondo. Así se cambia su título de "Milicia Urbana” a "Guardia Nacional", aunque no por ello podemos obviar que los alcalaínos no estaban demasiado conformes con la Milicia formada en 1835. Veamos que nos dicen los textos: 

“En este acto trajo a este Cuerpo y se leyó al mismo el Real Decreto de S.M. de cinco de febrero ultimo por el qual se ha servido dictar varias reglas para el mejor arreglo de la Guardia Nacional, su fomento y organizacion siguiendo en la mayor parte el espíritu y tenor de la ley de veinte de Marzo del año pasado de mil ochocientos treinta y cinco, de cuyo contexto se instruyo igualmte el Ilte. Cuerpo; y vistas por el mismo el Estado de abandono en que se halla la Guardia Nacional de esta Villa sin que hasta la fecha se halla organizado de modo alguno, ni tampoco que las inscripciones formadas por la anterior Corporación puedan respetarse validas subsistentes respecto a que en ella fueron incluidos varios vecinos exceptuados por la Ley; Que por otra parte no ha tenido efecto el nombramiento por la superioridad de Oficiales de dha Guardia, causa primordial de su desorganizacion y que no es posible disimular por mas tiempo la falta de creacion de la citada institución qe forma la vase esencial del sosten del Estado, sin notoria mengua del acendrado patriotismo de esta litre. Corporación, así como de notoria falta de cumplimiento a las Soberanas resoluciones, unanimemente se acordo formar (...) un padrón Gral. o lista de los que deven ser alistados en dha. Guardia Nacional...” (6) 

Capitán de caballeria en 1842
     Este alistamiento quedaría concluido el 24 de Abril de 1836, con el resultado de constituirse una Compañía de Infantería con 71 urbanos y otra de Caballería, con igual número de miembros, que ya si tendrían ocasión de votar a los Jefes y oficiales de la Milicia, a diferencia de lo que exponíamos antes, en unas elecciones que arrojaron los siguientes resultados: 

Compañía de Infantería: 

- Capitán: Diego Mª del Manzano. 
- Teniente: Miguel Centeno. 
-Primer Subteniente: José Granara. 
- Segundo Subteniente: José Mª de Fuentes. 

Compañía de Caballería: 

- Capitán: Vicente Mª Valcárcel. 
- Teniente: José Mª de Puelles. 
- Alférez.: Manuel de la Corte Muñoz. 


     De este modo comienzan a funcionar las Milicias, que tendrían su principal problema en la falta de armas, ya que como se nos expresa en un estadillo del armamento, disponían sólo de 50 fusiles y 50 bayonetas para un total de 142 hombres, por lo que indican que precisaban: 17 fusiles, 17 bayonetas, 4 carabinas, 16 sables y 71 fornituras para la Compañía de Infantería, así como 36 tercerolas, 142 pistolas, 35 lanzas y 71 sables para el arma de caballería. 

     Y perdemos de nuevo la pista de la Milicia Nacional hasta 1838, momento en que tenemos constancia de una nueva reorganización en que la Infantería, contará con 80 urbanos y la Caballería con 52. Sin embargo, la novedad en esta reorganización la constituirá la aparición de un nuevo uso, en función del cual aquel que teniendo obligación de formar parte de la Milicia no pudiese hacerlo por cualesquier causa, se obligaba en contribuir con una cuota que se establecía en función de sus posibilidades económicas y que oscilaba entre 5 y 10 reales de vellón; de modo que concurriendo esta circunstancia en 27 alcalaínos, debían contribuir con un total de 156 reales de vellón, que pasarían a ser "caudales destinados al Ejército de Reserva de Andalucía". 

     Las elecciones de Jefes y oficiales se celebrarían el 10 de Junio y sus resultados serían los siguientes: En Infantería quedaron pospuestas para el día 17, toda vez que no había quorum de votantes y en Caballería, con la presencia de 27 de los 52 urbanos, resultó: 

- Capitán: Francisco Sánchez. 
- Primer Teniente: Juan Vicente Gutiérrez. 
- Segundo teniente: Manuel de la corte Muñoz. 
- Primer subteniente: Manuel de los Ríos. 

     Y realizadas las de Infantería en la fecha señalada, con 47 electores de los 80 urbanos, los resultados fueron: 

- Capitán: José Granara. 
- Primer Teniente: José Mª Espinosa. 
- Segundo Teniente: José Mª de Fuentes. 
- Primer Subteniente: José Escobar. 
- Segundo Subteniente: Antonio Barberá. 

     Parece que se convirtió en práctica habitual el reorganizar anualmente, por las mismas fechas, la Milicia, y así en Marzo de 1839, nos encontramos con una nueva reorganización, que se justifica por la denominada "Nueva Planta" de la Milicia y que en nuestro pueblo daría como resultado la constitución de 2 compañías de Infantería: Compañía 1ª, con 80 hombres y con los mandos electos en 1838, y Compañía 2ª, con 105 hombres y con los siguientes jefes y oficiales: 

- Capitán: Manuel de Luna. 
- Primer Teniente: José Daza. 
- Segundo Teniente: Cristóbal de Casas. 
- Primer Subteniente: Juan Roa. 
- Segundo Subteniente: José Moreno. 

     La caballería también aumentó el número de urbanos, de 52 a 80, pero mantuvo los mismos mandos, excepto el cargo de Segundo Subteniente o Alférez que se encontraba vacante y para el que fue electo Antonio de Fuentes.

Capitán de milicias en 1842, poco después de desaparecer las milicias alcalaínas


     Y con esta información, se nos pierden todas las pistas de la Milicia Nacional de Alcalá de los Gazules. Desconocemos el tiempo que duró esta reorganización, así como sus resultados, pero sea como fuere, no podemos dejar de expresar que esta crisis continua de la Milicia es algo generalizado en la totalidad del país. 

     La Milicia en su interior expresará de modo inminente y conminatorio todas las contradicciones del sistema social. Sus componentes populares empujaban al logro de los objetivos democráticos del sistema liberal, algo a lo que ya no aspiraban los liberales, quebrándose así la hegemonía de la burguesía, que a su vez hacía que la Milicia careciese de la unidad inter-clasista que la había caracterizado en la lucha contra el absolutismo. 

     Decíamos que en 1839 se nos perdían las pistas de la Milicia Alcalaína, pero si conocemos lo que ocurre a nivel de todo el país, y así a partir de 1842-1843 los urbanos comienzan a protagonizar motines contra los consumos, negativas al sistema de quintas, huelgas industriales, pronunciamientos contra determinadas leyes, etc... De modo que la Milicia pasa a convertirse en el arma portadora de los aspectos más radicales del liberalismo, cuestionando, incluso el orden de los nuevos propietarios surgidos de la desamortización. 

     Por todo lo cual, los moderados, que ocupaban el gobierno en Madrid, practicaron una medida drástica y temprana: la disolución de la Milicia, pues no cumple con la misión de sus orígenes: “el mantenimiento del orden burgués", antes al contrario, lo cuestiona. Para sustituirla se crea una institución nueva, la Guardia Civil. 


NOTAS 

(4) Pese a que la Ley establece en su artículo 1º que: 

"...La Milicia Urbana es una institución civil, dependiente del Ministerio de lo Interior en lo general de la Nación, del Gobierno Civil en cada provincia y de la respectiva autoridad civil y gubernativa en cada pueblo. Sin embargo en las formaciones y actos del servicio á que concurra con cuerpos del Ejército tendré la dependencia conveniente de las autoridades y gefes militares, del modo que prescribirán los reglamentos; y en todos los casos observará con los militares la armonía y deferencia que exige el mejor servicio del Estado.” 

Todo ello quedará matizado por un artículo provisional, por el que el carácter civil queda en aguas de borrajas: 

"...S.M. deseando prevenir las dudas y dificultades que pudieran entorpecer el importante fin de llevarla a efecto, se ha servido aprobar las reglas siguientes: 

1ª La Milicia Urbana, organizada conforme a las bases establecidas por la ley, se considera como una institución civil, según lo prevenido en el articulo 1º pero accidentalmente y por escepción estará a las ordenes y bajo la dependencia de los capitanes generales y del Sr. Secretario de Despaccho de la Guerra por el tiempo señalado en el artículo provisional..." 

(5) cfr. Expediente de Reorganización do lit Milicia, 1835, escrito 853, A.H.M. Alcalá de los Gazules

(6) cfr. Expediente de Reorganización de la Milicia, 1836, Acta de Cabildo del 15 de Abril de 1836, folios 1 y 2, A.H.M. Alcalá de los Gazules, Legajo 300. 

viernes, 15 de febrero de 2013

Antonio Millán-Puelles



     Hoy vamos a conocer un poco mejor la figura del alcalaíno Antonio Millán-Puelles, en gran parte desconocida en nuestro pueblo, quizás debido al ámbito de su profesión: la enseñanza de la Filosofía, pero que está considerado como una de las grandes figuras de la Filosofía española del siglo XX.  Baste decir que su legado intelectual escrito se condensa en 19 libros y 168 escritos breves. 

    
      Antonio Millán-Puelles nació el 11 de febrero de 1921. Su padre fue José Millán Muñoz, médico, y su madre fue Rosario Puelles Puelles. El afecto a sus padres llevó a Antonio a procurar la unión legal de sus apellidos y lo consiguió cuando, según resolución de la Dirección General de Registro y Notariado (anotado en el Registro Civil el 20 de enero de 1994), sus apellidos pasaron a ser «Millán-Puelles» y «Muñoz». 

     Terminó los estudios de Bachillerato en junio de 1936 (con quince años de edad), como alumno libre en Jerez de la Frontera. Marchó luego a Cádiz donde alterna sus estudios particulares con sus actividades en publicaciones y organizaciones juveniles adeptas al Movimiento, en los primeros años del levantamiento de Franco contra la República. 

     Al acabar la guerra civil, inicia los estudios de Medicina. Sin embargo, comprende que su vocación no es la medicina y así narraba el propio Millán-Puelles cómo le comunicó a su padre su decisión de estudiar Filosofía: 

“Le comenté a mi padre que quería dedicarme a la Filosofía. Él era un hombre de carácter, sus reacciones podían ser terribles, aunque a mí me quería mucho. Para mi sorpresa, me contestó: “Vamos a esperar dos meses antes de abandonar definitivamente lo de la Medicina. Si dentro de dos meses me vuelves a decir lo mismo, y no que quieres estudiar Astronomía porque has encontrado en una librería una obra que te ha encantado, entonces es que vas por el buen camino al elegir Filosofía” 


     Cursa los dos primeros años de los estudios universitarios de filosofía en la Universidad de Sevilla, mientras que la segunda parte de sus estudios de licenciatura los realiza en la Universidad de Madrid. Termina los estudios el 26 de junio de 1943 con la calificación de Sobresaliente y Premio extraordinario y al año siguiente, el 4 de abril de 1944 obtiene el título de Licenciado en Filosofía y Letras 

    
      Al cabo de un año gana por oposición, con el número uno, el ingreso en el Cuerpo de Catedráticos Numerarios de Institutos Nacionales de Enseñanza Media de España. Con veintitrés años es destinado al Instituto de Enseñanza Media de Albacete. 

     El 10 de mayo de 1947 defiende su tesis doctoral “El problema del ente ideal en la fenomenología” 

     En 1949, entre el 30 de mayo y el 9 de abril, asiste en Argentina al I congreso Nacional de Filosofía organizado por la Universidad Nacional de Cuyo, en la ciudad de Mendoza, donde presenta dos trabajos. Como consecuencia de este viaje es nombrado Miembro Honorario de las Universidades Argentinas. Pocos días después de regresar de Argentina, en virtud de concurso de traslado, pasa al Instituto de Algeciras, donde residirá alrededor de un año, para pasar a Madrid a preparase para opositar a cátedra universitaria. 

      El 3 de agosto de 1951 es nombrado Catedrático numerario de la Universidad de Madrid. Catedrático de Fundamentos de Filosofía e Historia de los Sistemas Filosóficos y Filosofía de la Educación. 

     Poco antes había conocido a quien habría de ser su esposa, Mª Josefa Alba Quintana. Nacida en Aranda de Duero (Burgos) y licenciada en Historia por la Universidad de Zaragoza, era algo más de un año mayor que él. La boda tuvo lugar el 24 de septiembre de 1951 en la Iglesia del Espíritu Santo (del C. S. I. C., en Madrid), oficiada por el P. Manuel Mindán, quien había sido profesor de ambos. 

    
      En 1951 es nombrado vocal de la Junta directiva del Ateneo de Madrid y al año siguiente, Consejero Adjunto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Este mismo año inicia sus colaboraciones con la Universidad de Verano de La Rábida en Huelva 

     En 1953 marcha a Argentina con su familia para ejercer las cátedras de Metafísica y Filosofía de la Naturaleza en la Universidad de Cuyo (Mendoza), en misión oficial reconocida como servicio diplomático. 

      Entre 1953 y 1954 realiza una serie de colaboraciones para el diario ABC y a finales de la década de los 50, ingresa en el Opus Dei. 

     Durante toda su vida mantiene un vivo cariño hacia Alcalá, siendo correspondido en 1955 al ser nombrado Hijo Predilecto del pueblo: “Sintiéndose Alcalá orgullosa de haber sido cuna de tan esclarecido sabio y profundo pensador, cuyo talento aun en plena juventud consagra ya la fama para honra y gloria de nuestra Patria, el Ayuntamiento reconociendo tales méritos, acordó por aclamación en sesión de 17 de agosto de 1955 conceder el Título de Hijo Predilecto al Ilmo. Sr. Doctor…” 

     El 18 de abril de 1961 ingresa como Miembro Numerario de la Real Academia de Ciencias Morales y Política y meses después, el 12 de octubre obtiene el Premio Nacional de Literatura “Francisco Franco” de Doctrina Política, social o económica 1961. 

     En 1963 colabora en la Enciclopedia de la Cultura Española, ejerciendo de director de la Sección de Filosofía. Y además participa en el XIII Congreso Internacional de Filosofía celebrado en México. 

     De fuertes convicciones monárquicas, el 9 de diciembre de 1963 es nombrado miembro del Miembro del Consejo Privado de Don Juan de Borbón, conde de Barcelona, siendo durante dos años profesor de Historia del Pensamiento Contemporáneo de Don Juan Carlos de Borbón, entonces Príncipe de Asturias. 


     En 1966 es nombrado Patrono del Museo del Prado y recibe el Premio Juan March de investigación filosófica.  A finales de los sesenta imparte un ciclo de lecciones en la universidad alemana de Mainz. 

     En 1970 se traslada a Pamplona para ejercer de profesor de la Universidad de Navarra, aunque al año siguiente regresa a Madrid. 

      En 1971 se le designa Consejero Cultural de la Fundación General Mediterránea y al siguiente, al crearse  la Universidad Nacional de Educación a distancia, se le encarga la tarea de la organización y dirección de los estudios filosóficos, cargos que dirigirá hasta 1976. 

     El 1974 participa en Roma en un ciclo organizado por el Centro Romano di Incontri sacerdotali. 

     El 18 de mayo de 1976, el entonces ministro Adolfo Suárez, le entrega el recién creado Premio Nacional de Investigación en Filosofía y el 28 de julio es nombrado Socio Honorario de la Sociedad Mexicana de Filosofía, mientras que meses más tarde, el 30 de noviembre, es nombrado Catedrático de Metafísica. 

     El 5 de enero de 1977 el Rey le concede el ingreso en la Orden de Cisneros y dos años más tarde, el Ateneo Filosófico de México le otorga el premio Doxa. Este mismo año se jubila.

     El 28 de agosto de 1992 recibe un Homenaje del ayuntamiento alcalaíno, imponiéndose a la Biblioteca Municipal el nombre de “Antonio Millán-Puelles”. A este homenaje se sumó por carta S. M. el rey D. Juan Carlos I. 


      En septiembre de 1995 viaja a Chile, donde es nombrado Miembro Académico Honorario de la Universidad Adolfo Ibáñez y un año después, el 26 de octubre de 1996 recibe el Premio “Aletheia” de la Academia Internacional de Filosofía de Liechenstein. 

     El 26 de febrero de 1997 es nombrado Socio Académico de Mérito de la Real sociedad Económica Matritense de Amigos del Pais. 

     El 23 de marzo de 2001, se le concede la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio y al mes siguiente, el día 18, se celebra una jornada académica conmemorativa del 50º aniversario de su nombramiento como Catedrático de la Universidad de Madrid, en la que interviene profesores de universidades españolas y extranjeras. 

     El 29 de septiembre de 2003 es nombrado profesor Honorario de la Pontificia Académica de Santo Tomás de Roma. 

     El 22 de marzo de 2005 fallece en Madrid debido a los numerosos problemas cardíacos que arrastraba, especialmente desde el año anterior. 



Bibliografía 

José J. Escandell, “DATOS PARA LA BIOGRAFÍA DE ANTONIO MILLÁN-PUELLES (1921-2005)”, Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala 

http://www.filosofia.org 

Revista Punta Europa, nº 1 Madrid enero 1956 páginas 135-144

lunes, 11 de febrero de 2013

Mercados de Abastos en el siglo XX (I)


Artículo publicado en la Revista de apuntes Históricos 1993

Jaime GUERRA MARTINEZ 


     En términos corrientes se da el nombre de "mercado" al lugar en el que se realizan transacciones de mercancías entre vendedores y compradores. En este sentido, la denominación comprende tanto a la plaza de una villa o ciudad donde se venden productos agrícolas, ganaderos o de cualquier otro origen. 

     Los mercados pueden clasificarse en tres categorías: la bolsa, el mercado de productos y la feria. 

     Alcalá contaba desde el siglo XIX con dos ferias. Una, que se celebraba los días 9, 10 y 11 de Mayo, la "feria de ganado" concedida el 26 de Julio de 1830 por Fernando VII, y otra con motivo de la Romería de la Virgen de los Santos que se celebraba los días 12, 13 y 14 de Septiembre, concedida por Isabel II, el 27 de Agosto do 1851. 

     Aparte de estos dos momentos anuales concretos de mercado, Alcalá, lógicamente, contaba con un intercambio y venta diaria de productos, que se realizaba en las numerosas tiendas repartidas por la localidad y que a principios del s. XX, dado el volumen de población y la estrecha relación del núcleo urbano con su entorno rural, debieron ser bastantes. Entre ellas las tiendas de Petra, en la Plazuela; Collantes en Cuatro Esquinas; la Portuguesa en Río Verde; Francisco García Hita "el bizco García" en Capitán Cortés; Cristobalina Pacheco en la Alameda; la de Gaudencia en San Antonio; la de María Enriqueta Ruíz Moreno, "María la Calicha",... por citar algunas. 

     Pero, además Alcalá contaba con un mercado diario de productos del campo, carnes y pescados en la Plazuela. A ella acudían los campesinos a vender diariamente sus mercancías, bien directamente o bien a los vendedores que colocaban sus improvisados puestos de cajones y cestas. Allí montaban también sus tenderetes los Jiménez, los "Painos" y "Japón", para la venta de pescado y carne. 

La Plazuela, lugar del mercado diario

     Evidentemente este mercado callejero no reunía las condiciones mínimas de infraestructura, comodidad ni salubridad. Con el tiempo se convirtió en un espacio pequeño, que entorpecía el tránsito, pero además expuesto a las inclemencias del tiempo en un estado de auténtico primitivismo. 

     Así lo debieron entender las autoridades de principios de siglo, fue surgiendo la necesidad de crear un espacio concreto, regulado, que garantizara sobre todo la venta durante todo el año, que permitiera unos ingresos al Ayuntamiento y sobre todo que asegurara un control sanitario, en una época donde las epidemias de tifus y otras se propagaban con frecuencia, máxime cuando la plaza, empedrada, sin agua, sin una mínima infraestructura se convertía a veces en un foco de infecciones. 

     Esta inicial inquietud se plasmó en un acuerdo tomado por las autoridades municipales, el día 4 de Enero de 1909, por el que encargaron al arquitecto gaditano D. José Romero Romero un proyecto, firmado el 15 de Abril de 1909, con un presupuesto de 22.903,06 ptas. Se pensó construirlo en el grupo de casas ruinosas al final de la calle Rio Verde y a cuyo ensanche se le colocó el nombre de "Conde de los Andes", a quién recientemente se había nombrado hijo adoptivo de nuestra localidad. 


     En la memoria del proyecto se recogen los pormenores de la construcción de la que entresacamos los detalles más significativos. El edificio se halla situado en el centro de la Ciudad, con calles por sus cuatro fachadas, de manera que su abastecimiento se haga con facilidad. 

     Para mayor comodidad del vecindario y para que en un sólo edificio encontremos todas las necesidades propias del mercado se distribuye este en puestos cubiertos y descubiertos. Los primeros en número de 18 forman la nave que circunda la construcción a excepción de los ángulos que se destinan a la venta de carnes de vaca, cerdo, caza y recova, y los segundos, forman el número de 20 y no son otra cosa que porciones de patio, pavimentadas y señaladas con número, que se destinan a la venta de hortalizas, verduras y frutas. 

    Los cuatro ángulos de la construcción forman otros tantos departamentos, destinados al mayor rendimiento y servicio del Mercado en la forma que se expresa: el pabellón del ángulo Oeste, se destina a pescadería; el del ángulo sur, a almacén o tienda de comestibles; el del Este para habitación del guarda y urinario, y el del Norte a juzgado de mercado y repeso, prevención y escalera a unas habitaciones, que forman el segundo piso de este pabellón del ángulo Norte, que se destinan a Oficinas de telégrafo público y despacho de telegramas. 

     Delante de los puestos de carne y demás que forman el contorno se proyecta una marquesina de hierro volada, con entidad suficiente para que con comodidad puedan ocultarse de la lluvia y refugiarse los vendedores de frutas y verduras. 

     Los puestos van completamente cerrados, recibiendo su ventilación por la parte alta del hueco principal que da al patio. 

     Los pabellones de los ángulos tienen ventanas a las fachadas porque les son necesarias para su ventilación y luz, dadas las dimensiones del local. 

     Sin embargo, este proyecto cayó en saco roto ante las múltiples necesidades más acuciantes que preocupaban a la Ciudad. 

viernes, 8 de febrero de 2013

Los momentos posteriores al Pronunciamiento de Riego (III)






2 de febrero de 1820. 

     Tras pasar la noche en Alcalá, las tropas del conde de la Bisbal marchan para el campo de Gibraltar: 

     “El 2 me trasladé a las ca­sas del Castaño, donde pasé la noche al vivac: los caminos diabólicos de aquel pais montuoso retardaron mucho mi marcha, y en el camino tuve noticia cierta de que Riego habla entrado en Algeciras” (1) 

"los caminos diabólicos de aquel pais montuoso retardaron mucho mi marcha"

3 de febrero de 1820. 

    Las tropas leales a Fernando VII llegan a San Roque, uniéndoseles el regimiento de caballería de Farnesio, estableciendo un puesto de vanguardia de infantería y caballería en Los Barrios por si Riego sale de Algeciras. 


7 de febrero de 1820. 

   Riego, que esta decidido a atacar a O’Donell, recibe un aviso de Quiroga de encontrarse sitiado por tropas realistas y le pide que regrese para mover al enemigo y para que le lleve suministros, partiendo el mismo día de regreso a San Fernando por Tahivilla. 

     El grueso de las tropas leales sigue engordando con la llegada de 260 soldados del batallón de Jaén.

8 de febrero de 1820. 

     A las cinco de la mañana se pone en marcha la columna de Riego por las llanuras de Tahivilla, seguidas de cerca por la vanguardia de las tropas de O’Donell, quien también se ha puesto en movimiento: 

“Mi vanguardia le siguió a distancia por el mismo camino; la caballería auxiliar marchó á reunirse con su division, y yo salí con la mia para Alcalá por el barranco de Murta” (1) 

Por los llanos de Tahivilla, la retaguardia de las tropas de Riego
 realiza un intercambio de disparos con la avanzadilla de las tropas de O'Donell

10 de febrero de 1820. 

     O’Donell entra de nuevo en Alcalá, mientras que una avanzadilla de sus tropas llega a Medina. Riego por su parte, entra a Vejer. 


11 de febrero de 1820. 

     Las tropas de O’Donell abandonan Alcalá, marchando hasta Medina donde se le incorporan 320 hombres del batallón de línea de Navarra y el Provincial de Ronda. 


12 de febrero de 1820. 

     Al amanecer Riego decide abandonar Vejer y se pone en marcha haca Alcalá, en vista de que Chiclana está ocupada por más de 6000 hombres de las tropas realistas y no puede socorrer a Quiroga en San Fernando. 

O’Donell, al recibir la noticia, se pone en marcha hacia Alcalá: 

“Salió, pues, de Veger el dia 12 en la dirección de Alcalá: lo supe á las dos de la tarde del mismo dia; y al instante me puse en marcha hacia Alcalá; pero habiéndome cogido la noche en el camino, la pasé al vivac, y entré en Alcalá en la madrugada del 13. Riego estuvo cambien aI vivac á una legua de Alcalá; y tomando en este dia el camino de Ximena, torció despues sobre su derecha, y marchó á los Barrios” (2) 

     Las tropas de Riego pasan la noche a cielo raso a una legua y media de Alcalá (unos ocho kilómetros) junto al cerro de Gualcarro. 


13 de febrero de 1820. 

     La columna constitucional reaunuda la marcha por el camino de Jimena pero se desvía en dirección a Los Barrios. 

     O’Donell llega a Alcalá, donde se le incorporan 500 hombres del batallón de voluntarios de Aragón. 


14 de febrero de 1820. 

     Riego con su tropa se desplaza desde los Barrios a San Roque, mientras que las tropas de O’Donell abandonan Alcalá hacia Jimena: 

“El mismo 14 , habiéndoseme incorporado el batallón de Volunta­rios de Aragon con 500 plazas muy buenas, salí de Alcalá para Ximena por el camino que con mucha razón llaman del Infierno, el cual es tan sumamente escabroso y penoso que la division no pudo llegar hasta las 9 de la noche, habiendo padecido infinito la tropa é inutiti­zádose muchos caballos” (2) 


El día 14 las tropas de O'Donell salen de Alcalá hacia Jimena


15 de febrero de 1820. 

     Riego emprende la marcha desde San Roque a Estepona, siendo perseguido por O’Donell. 


Conclusión 

     A partir de aquí, ambos ejércitos abandonan la provincia, deambulando la columna de Riego por Andalucía, sin apenas entrar en combate con las tropas gubernamentales. 

     La revolución parece abocada a fracasar por los escasos apoyos recibidos y con un ejército leal a Fernando VII cada vez más numeroso. Pero justo cuando la columna de Riego está a punto de ser disuelta, diversas ciudades empiezan a proclamar la Constitución a partir del 5 de marzo: La Coruña, Zaragoza, Barcelona, Pamplona… hasta que el 9 de marzo de 1820 Fernando VII se ve obligado a aceptar oficialmente el triunfo de la revolución. 


NOTAS 

(1) El Restaurador. Edición del sábado 25 de octubre de 1823. Suplemento al nº 106 pág. 9 a 12, donde se inserta carta fechada en Algeciras el 12 de octubre de 1823 escrita por el comandante general del campo de Gibraltar, Enrique  José O’Donell, conde de la Bisbal, narrando los acontecimientos. 

(2) El Restaurador. Edición del domingo 26 de octubre de 1823. Suplemento al nº 107 pág. 9 a 12. 


BIBLIOGRAFIA 

ALCALÁ GALIANO, ANTONIO; “Memorias de D. Antonio Alcalá Galiano”. 1886 

DE RIEGO Y NÚÑEZ, RAFAEL; “Memorias históricas del general Riego escrita sobre documentos originales”. 1820 

Miscelánea de Comercio, Política y literatura. Enero 1820 .Tomo III. Pág 298-300 

Miscelánea de Comercio, Política y literatura. Martes 20 de junio de 1820 nº 112 pág. 4.

lunes, 4 de febrero de 2013

El gazpacho de Alcalá


Artículo publicado en la Revista de Apuntes Históricos de 1980.


     La única prueba documental conocida del baile típico alcalaíno, denominado "El gazpacho", radica en unos documentos procedentes de la testamentaría de Don Juan de Villegas (s. XIX). En ellos se hacía referencia a un folleto de autor anónimo, editado en una imprenta sevillana en 1838, que afirmaba la popularidad ya alcanzada en el último tercio del siglo XVIII en nuestros dilatados campos, exponiéndose el criterio de tratarse de una modalidad del fandango arábigo-andaluz adaptado a las peculiaridades, gustos y tradiciones del campesinado de la tierra, llegando a alcanzar gran difusión incluso en los campos limítrofes. 

     En el mismo folleto, según los documentos referidos, se hacía una meticulosa descripción de la indumentaria empleada por las parejas participantes en las fiestas celebradas con motivo de acontecimientos familiares, como bodas, bautizos y en general en las festividades más relevantes. Consistía en botas de becerro, pantalón de pana negro, chaleco de tela negro, faja roja o amarillo oro, pecherín de encaje, zamarra corta con mangas adornadas con alamares negros, pañuelo anudado a la cabeza con moño al lado y catite, para los hombres; zapatos negros de medio tacón con tres botones al lado, medias negras con listas de colores, zagalejo, falda de raso de colores, chaqueta entallada color granate, adornada con tul en cuello y mangas, y pañuelo de seda a la cabeza con un nudo encima, para las mujeres. 

     La indumentaria anteriormente descrita es la que exactamente se ha conservado hasta nuestros tiempos, así como el baile con sus compases, no obstante haber sufrido a través de los años las oscilaciones de esplendor y decadencia de acuerdo con las épocas, según se desprende de la tradición oral, y ligerísimas modificaciones en el ritmo. 


     El baile lo pueden hacer doce personas emparejadas y su realización es acompañada por guitarra y cante por verdiales. 

He aquí algunas letras de sus cantes: 

El gazpacho de Alcalá 

es del siglo XVIII 

y a todo el mundo le gusta 

cuando lo suele probar. 



La que tenga un novio bizco 

qué desgraciada será, 

que se cree que está guiñando 

y nunca le dice "ná" 



Tres cosas al mismo tiempo 

dicen que no puede ser: 

estar cantando y bailando 

y al mismo tiempo querer. 



Con éste y no canto más 

porque me voy a dormir 

que tengo la cama hecha 

al lado del fogarín. 


     Estos datos fueron copiados antes de 1915 por el secretario del Iltmo. Ayuntamiento Don Baldomero Rodríguez de Silva.


NOTAS

     Las fotografías no se corresponden con el artículo impreso.

viernes, 1 de febrero de 2013

La torre de la Parroquia


Ismael Almagro Montes de Oca     

     De un tiempo a esta parte son muchos los alcalaínos que están alzando su voz para denunciar el estado de deterioro que sufre uno de los símbolos distintivos de la fisonomía de Alcalá, la torre-campanario de la Parroquia, que cualquier día, ante la pasividad de los estamentos públicos y eclesiásticos, terminará por derrumbarse. Queremos sumarnos también a este movimiento en pro de su restauración. 

     Y qué mejor forma que volver la vista atrás y conocer un poco mejor la historia de tan emblemático monumento. 

     Recordemos la descripción que de la misma hizo Fernando Toscano: 

     “Adosada a una esquina del templo, se eleva sobre el nivel del mar 785,45 metros, y sobre la base 32 metros en su remate, siendo su anchura de 5,30. Su escalera cuenta 75 peldaños. 

     Construida de ladrillo, con remate de azulejos. En el campanario propiamente dicho, cuatro balconcillos. Sirven los toques, impulsados manualmente por cuerdas desde la planta baja, cuatro grandes campanas (dos de excelente sonido) y otra más pequeña. La torre tiene casi en su final habitación donde se alberga, desde principios del siglo XIX, la maquinaria de un reloj, que tuvo gran esfera ostentada al exterior hasta su destrucción por un rayo en 1898, y que señala las horas por medio de martillo. El campanario sirvió de puesto de vigilancia aérea en los comienzos de la última guerra. Su eminente silueta armoniza a la perfección con el resto del conjunto urbano, que corona con espiritual belleza.” (1) 


     Olvida que también fue utilizado como puesto de defensa en la guerra de la Independencia el 17 de septiembre 1811, cuando los franceses asaltaron el castillo, acontecimiento del que ya hablamos en este blog (ver enlace) 

     Por su parte, Juan y Lorenzo Alonso de la Sierra hacen la siguiente descripción. 

    “En el ángulo de confluencia de las fachadas se eleva la torre, levantada durante la intervención de Gabriel del Valle (1637). Consta de un alto fuste y cuerpo de campanas cuadrangular en cada uno de cuyos frentes se abre vano rematado en medio punto y flanqueado por molduras pareadas a modo de pilastras. Remata el conjunto un chapitel piramidal cubierto de azulejos entonados en azul y blanco.” (2) 

     No es la primera vez que la torre amenaza ruina, pues según consta en el libro “Cuentas de Fábrica de 1827 a 1909” conservado en el Archivo Parroquial de Alcalá en el año 1879 se llevó a cabo una restauración: 

“Por la composicion de la torre parroquial que amenazaba proxima ruina, su aguja, arcos y ejes de las campanas autorizado competentemente al efecto por el Iltmo. Sr. Arriete que dio pa. ello dos mil reales, se han invertido en su solida reedificacion y ornato 16242 r. 27 c y solo consigno de gasto para la fabrica por las maderas que esplica el recibo numero 41……………………………….3114” 

Al maestro Salazar director de la obra nº 42………2860” 

Efectos de herreria para la misma nº 43…………..1398” 


     Posteriormente, en 1898 también se arreglaron algunos desperfectos ocasionados por el rayo, mencionado más arriba y del que también hemos hablado en este blog (ver enlace) 

     Gracias a una noticia recogida en el periódico “El diario de Córdoba” el 3 de abril de 1898 (3) hemos conocido el alcance de los daños ocasionados en la torre por dicho rayo y además, hemos podido corroborar, tal como mencionamos en la entrada sobre las desgracias ocasionadas por rayos, hubo dos niños afectados, aunque no murieron tal como recogía la prensa, pues aquí se confirma que están vivos: 

     
Efectos de una exhalación.- La chispa eléctrica que cayó el martes en la Iglesia de Alcalá de los Gazules, originó los siguientes destrozos, según participa el Alcalde. Penetró la chispa eléctrica en la torre por su parte superior, destrozando parte del tímpano y el cerramento del hueco de la campana que mira al norte. Descendió al cuarto del reloj, causando la demolición de la esfera y algunos desperfectos en la máquina. Fuera ya de la torre, derribó un trozo del tejado que cubre la bóveda; produciendo, por último, dos grietas sin importancia. Los daños, aunque son de alguna consideración, no afectan a la estabilidad de la mencionada torre. Los niños lesionados por la exhalación siguen en estado satisfactorio.” 

    

      A este respecto debemos añadir que ésta no fue la única que vez que un rayo afectó a la Parroquia ya que en 1857, otro causó desperfectos en la misma: 

Yt. Por el causado en la composición interina o momentanea del daño que causó el rayo que cayó dentro de la Iglesia Parroquial según lo acredita el recibo N. 11…………67” (4) 

     Y para terminar, recogemos un exvoto existente en el Santuario, relacionado con la colocación el campanario de una campana nueva. Aunque no se recoge completo el año del suceso, creemos que se trata de 1806: 

“dia 18 de abril del año de 06 estando subiendo a el campanario de la Yglecia Mayor de esta Villa de Alcala la campana nueva del Relox y estando para entra en su sitio se qbro (quebró) la maroma q la tiraba y patentemente se vio el milagro de Nstra Sra de los SStos a quien todo el pueblo clamoreaba la detuvo y se entro en…” (La altura donde está colocado el exvoto nos ha impedido recoger el texto completo) 


NOTAS 

(1) Toscano de Puelles, Fernando. “La Parroquia”. Cuadernos de temas alcalaínos nº 1. Ayto. de Alcalá 1990. 

(2) Alonso de la Sierra, Juan y Lorenzo; “Guía artística de Cádiz y su provincia” volumen II pág. 222. Diputación de Cádiz 2005. 

(3) Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos Año XLIX nº 14052. Edición del 3 de abril de 1898. 

(4) Archivo Parroquial de Alcalá. Cuentas de Fábrica de 1827 a 1909.