viernes, 10 de mayo de 2013

El Patrimonio arquitectónico alcalaíno (III)



VI.-La Casa del Cabildo 

     En el siglo XVI, una vez desaparecido el carácter de frontera de toda nuestra zona, se pensó en la necesidad de construir un edificio que albergase las dependencias del Cabildo, que hasta entonces habían estado en el Castillo y para ello decidieron ocupar parte de la antigua muralla, de modo que dejando intacta la “Puerta del Sol”, que quedaría integrada en los bajos del edificio, desmontaron el trozo de muralla que unía esta con la Parroquia y en aquel lugar erigieron el Cabildo, que sabemos se inauguró el 2 de Enero de 1553. 

     De estilo renacentista purista, podemos considerarlo el edificio civil más emblemático de Alcalá y destaca por la superposición de órdenes arquitectónicos en su fachada. Tiene un bajo muy simple en el que impresiona la bóveda de medio cañón de la Puerta del Sol, un primer piso con pilastras corintias y una segunda planta en la que las pilastras toscanas enmarcan una galería de seis arcos de medio punto, rematándose todo con frontón triangular adornado por cinco almenas-acróteras y por un gran rosetón central que sirvió durante un tiempo como reloj de sol. 

     La fachada posterior es bastante sencilla, con un único balcón enrejado en la primera planta y ventana en la segunda, mientras que en la planta baja, situado sobre el arco de la Puerta del Sol, destaca el primitivo escudo heráldico de Alcalá que reúne las armas de Castilla y León (privilegio concedido por Alfonso X el Sabio) con las franjas verdes y oro características de los Ribera.



     Sirvió como Ayuntamiento hasta principios del siglo XX, en que lo trasladaron a la Alameda, y fue restaurado en 1987, por las arquitectas Cristina Borrero y María Caballos, para dedicarlo a otros usos administrativos, momento en que se incorporó al edificio lo que era la antigua Capilla del Hospital de la Misericordia. 

     En el interior del edificio es digno de reseñar que en la planta principal se conserva la antigua sala capitular, cubierta por bóveda de medio cañón en que destaca una pintura al fresco con el escudo de los Ribera, así mismo las paredes están ricamente ornamentadas con otras pinturas al fresco que simulan telas damasquinadas. 



VII.- La Plaza de San Jorge en época moderna. 

     En vista de todo lo antecedente cuando, tres siglos después de la gestación de la Plaza, en 1845, Pascual Madoz se detiene en hacer su descripción de Alcalá en el “Diccionario geográfico…” que estaba redactando, nos dirá que “…la Plaza principal, llamada antes de San Jorge y ahora de la Constitución, es cuadrilonga, de 50 varas de largo y 28 de ancho…”, sin embargo dicho retrato es muy diferente de la realidad actual por cuanto que hoy y, por habérsele incorporado a la misma gran parte de la antigua calle que conducía hasta el Castillo y el espacio del antiguo corral del Concejo y dependencias anexas de la Parroquia, ocupa un espacio mayor que según escribe María Rosa Navarro constituye “Bellísimo conjunto, en forma de ele irregular, limitada en uno de sus lados por el propio recinto amurallado. No olvidemos que en los bajos del edificio se abre la Puerta Nueva o del Sol. Concentraba los edificios más característicos de la organización ciudadana: la Parroquia, la Casa del Cabildo, Palacios de los Nobles, Casa Rectoral… al tiempo que servía como atrio de la Iglesia Parroquial y a las necesidades del Mercado y socio-recreativas. (Manuel María de Puelles y Centeno en “Recuerdo de mi Juventud” nos expresa como a mediados del siglo pasado, cercándola con carretas, la Plaza era ocasional plaza de toros). De ella partían todas las primitivas calles y en sus proximidades se encontraban dos conventos, el de Santa Clara y la Congregación de Jesús, María y José”. 

     Según hemos expuesto, en origen, toda la fachada Oeste de la Plaza estuvo ocupada por el frente del Palacio o Dependencias Señoriales que eran, a un tiempo, residencia de los señores en sus ocasionales visitas a la villa, sede de las dependencias administrativas y viviendas de los administradores señoriales, de modo que, cuando a mediados del siglo XVI, se decidió convertir aquel vetusto edificio en convento de monjas de clausura no encontrasen mejor solución que segregar todo el frente de la plaza del resto del inmueble al entender que no era lógico que el recogimiento que precisaba un convento tuviese fachada a una plaza que, como obligado pulmón vital del pueblo, era escenario de las ruidosas fiestas populares, del zoco, del mercado, de los alardes, de las procesiones y de los juegos ecuestres.

Montaje con fotografías antiguas mostrando parte de la Plaza Alta
tal como sería hasta mediados del siglo XX (Ismael Almagro)


VIII -El Convento de Santa Clara 

      El edificio que conocemos popularmente como “El Convento” y que hoy ocupan las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia, fue en origen el Palacio o Casa del Duque en Alcalá hasta que en torno al año 1550, el entonces Duque, a instancias de su sobrino y futuro Santo, Juan de Ribera, decide convertirlo en convento de monjas clarisas, toda vez que en la villa había ya un convento de frailes (los dominicos) y estaba gestándose la creación de otro (los mínimos), mientras que no había ningún centro dedicado a las mujeres. 

      La adaptación de la casa a convento se enmarcó en el estilo que hemos de catalogar como Renacentista sobrio y este quedó articulado en torno a un claustro, como hoy se conserva, Iglesia, patios y huertas. 


     La Iglesia, hoy desaparecida, era de una sola nave, tipo salón, que se ensanchaba en el presbiterio y contaba a sus pies con coro alto y se cubría con bóveda. Como toda Iglesia conventual tenía su compás, que daba a la actual calle Las Monjas, y disponía de portada de ladrillo macizo y muro almenado del que aún se conservan vestigios. 

     Adosada a la cabecera del templo, se encontraba la torre-campanario, que hoy identifica a nuestro colegio y que junto a la mayor de la Parroquia definen la parte superior del núcleo urbano de Alcalá. Nuestra torre es de planta cuadrada y está construida de ladrillo de estilo mudéjar con un último cuerpo, o de campanas, en el que los huecos de éstas se enmarcan por pilastras toscanas y se cubren con arcos de medio punto. 

     Pero quizás lo más significativo del edificio sean sus claustros inferior y superior, con galerías resueltas mediante arcos carpaneles sobre pilares. Galerías en que hoy se ubican las clases del centro SAFA, que viene ocupando el edificio desde el año 1955, después de adaptarlo a escuela, una vez que las monjas clarisas decidieron cerrar este convento por falta de vocaciones, pese a ser el más antiguo de la provincia. 



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