viernes, 27 de junio de 2014

La fuente de la Salada: 2000 años ofreciendo agua (IV)





5. LA PUESTA EN VALOR DE LA FUENTE SALADA.

      Poner en valor un objeto patrimonial debería ser el último en todo proceso de recuperación de los bienes culturales, porque la sociedad actual no solo tiene la obligación de preservar el legado cultural, sino también el derecho en el presente de disfrutarlos desde el conocimiento. Esto último es importante, de nada sirve el trabajo realizado si no se explica qué se pone en valor, cómo, por qué y para quién. 

       A continuación vamos a hacer un desglose detallado de las actividades encaminadas a la adecuación para la visita de la Salada:

- Intento de vaciado y control del agua que salía y se contenía en los depósitos romanos de la Fuente Salada, Esta actuación se llevó a cabo con el objeto de limpiar sedimentos el interior de los depósitos e impermeabilizar paredes y suelo. Sin embargo, los trabajos fracasaron porque era tal el volumen de agua que emanaba el manantial que resultó imposible vaciar el interior de los depósitos, a pesar de contar con material de bombeo potente. Ante tal imposibilidad y teniendo otras prioridades se decidió abandonar esta actuación.

- Canalización del agua de los depósitos. Este trabajo si se pudo llevar a cabo, lo que minimizó el fracaso del vaciado total. Se canalizó el agua con tubos de PVC colocados bajo tierra. De este modo, el nivel de agua bajo considerablemente, pero nunca se alcanzó a vaciar los depósitos.

- Restitución de sillares en el alzado de los depósitos romanos. Este fue, sin duda, la línea más lenta, difícil, dura y delicada que se ha ejecutado, ya que el tamaño de los sillares era de- proporciones nada comunes lo que su manejo tuvo qu e realizarse con todo tipo materiales, desde tubos que servían para desplazar las piedras hasta un montacargas para elevarlas. Asimismo la elección y colocación de los sillares debía ser muy  cuidada, porque de ello dependía la estética del trabajo. En este sentido, no siempre se facilitaba el trabajo debido a la indisposición de sillares apropiados.

Reposición de sillares

- Consolidación de perfiles de tierra y rejuntado de piedras. Para realizar esta tarea se aplicó un consolidante químico para los perfiles de tierra y mortero hidráulico para el rejuntado de piedras de muro.

- Protección del techo de los depósitos romanos. El techo se presentaba bien conservado, si consideramos la antigüedad de la construcción, no obstante pensamos necesario aplicarle algún tipo de protección. Se decidió cubrirlo con una pequeña capa de cemento blanco y mortero, en una proporción de 2 a 1 respectivamente, extendiendo previamente una tela metálica de fibra de aluminio. El resultado ha sido muy positivo y de escaso impacto visual.

- Eliminación de un muro actual realizado con sillares de época romana y unido con cemento Portland. Tras varios meses de discusiones y negativas con el Ayuntamiento de Alcalá de los Gazules, se consiguió desmontar un muro que desde muchos puntos de vista desvirtuaba y confundía el objeto patrimonial y el propio trabajo que estábamos realizando. Una vez retirado se puede contemplar los restos de la Fuente Salada y también se pudo descubrir los restos de una escalera de época moderna que daba acceso a los depósitos.

Eliminación de muro actual

- Limpieza de todas las unidades estructurales de la Fuente Salada. La puesta en valor de la Fuente Salada es un trabajo iniciado, pero en modo alguno ha terminado, ya que aún quedan espacios por excavar y conservar, adecuar el espacio para la visita y transmitir información in situ mediante cartelería.



6. EL AGUA COMO BIEN SOCIAL.

      “Efectivamente, el agua es sumamente necesaria tanto para la vida en si como para nuestras satisfacciones y para el para el uso diario". Con estas palabras tan actuales sentenciaba Vitruvio la concepción que se tenía del agua en la antigüedad grecorromana. Este arquitecto e ingeniero romano nos está hablando de calidad de vida, a partir de un bien básico para el individuo, pero que se convierte en un bien social en tanto que consumido por toda la comunidad. En este sentido, los esfuerzos por obtener agua se agrupan, ya sea por iniciativa de la clase dirigente o de toda la comunidad. Lo más común es el acarreo del agua o el almacenaje en cisternas. De este modo, la ubicación de los asentamientos en el pasado estaba mediatizado por el suministro de este bien, aunque, las estrategias de ubicación de los asentamientos fueron cambiando en función del grado tecnológico alcanzado por las diferentes culturas, Es decir, una cultura con un bajo nivel tecnológico se ve obligada a desplazarse en busca de agua; al contrario, con un cierto nivel tecnológico, la localización se puede deber a otras necesidades (control del territorio, fácil defensa, explotación minera, comercio) (RUIZ y DELGADO, 1991:15).

       Por otro lado, está constatado como en época romana, en concreto en inscripciones halladas en la Bética, los costes de estructuras hidráulicas fueron financiados por particulares. Así, la infraestructura hidráulica podía tener un origen privado o un origen en público. 

       La iniciativa pública se explica como una de las obligaciones del estado para el bien general de la comunidad y por el interés en la promoción o continuidad de sus gobernantes. Tal era la importancia del agua y las obras vinculadas con ella que se convierten en objeto regulado jurídicamente.

       Las promociones privadas no difieren en gran medida de lo público, en el sentido que pretendían popularidad, prestigio social o atracción política. Estas promociones se localizan principalmente en el ámbito de la ciudad. La Fuente Salada podría responder a este principio de iniciativa privada, aunque bien es cierto que no hay hasta el momento ningún testimonio que lo respalde.

       Obtener hoy agua a diario es un acto casi individual, rutinario, normalmente reservado al ámbito del hogar, no era así en la más remota y cercana antigüedad, en el que abastecerse del preciado líquido implicaba ir a la fuente, al aljibe o al pozo. Esto, sin duda, facilitaba intercambiar con el vecino impresiones sobre algún hecho, fortalecer vínculos o conocer nuevas noticias. En definitiva, el agua y los espacios habilitados para el suministro respondían a objetos y espacios de sociabilización.



7. AGRADECIMIENTOS.

       Este es un trabajo en el que han participado un gran número de personas. No todas serán citadas, pero todas las aludidas quisieran que recibieran nuestro agradecimiento.

       En primer lugar, agradecer la labor realizada a los alumnos de la Casa de Oficios Fuente Salada que han trabajo, así como al personal docente y administrativo de la misma, en especial a la Directora, Dña. María Eulalia Gallego Viejo. Agradecer también la colaboración del personal de vías y obras del Ayuntamiento de Alcalá de los Gazules, y por extensión a toda la Institución, de forma destacada a D. Gabriel Almagro Montes de Oca (1er Teniente-Alcalde de Alcalá de los Gazules). Así como, en tanto que entidad promotora, a la Mancomunidad de Municipios de la Comarca de la Janda.



8.- BIBLIOGRAFIA

ADAM, Jean Pierre, 1996: La construcción romana. Materiales y técnicas. Editorial de los Oficios. León.

AZCÓNEGUI, Francisco y CASTELLANOS, Agustín (Coord), 1999: Guía práctica de la cantería. Editorial de los Oficios. León.

CARANDINI, Andrea, 1997; Historias en la tierra. Manuel de excavación arqueológica. Crítica. Barcelona. 

HARRIS, Edward C., 1991: Principios de estratigrafía arqueológica. Crítica. Barcelona.

RUIZ, Juan Manuel y DELGADO, Fernando, 1991: El agua en las ciudades de la Bética. Editorial Graficas Sol. Sevilla. 

STANLEY PRICE, N.P. (Ed. Dir), 1984: La conservación en excavaciones arqueológicas. Con particular referencia al Área del Mediterráneo. ICCROM. Roma.

VITRUVIO, Marco Lucio, 2000: Los diez libros de arquitectura. Alianza Editorial. Madrid.

WHEELER, R.E.M, 1979: Arqueología de campo. Fondo de Cultura Económica. México-Madrid.

viernes, 20 de junio de 2014

Desgracias por incendio de chozas y cortijos en el campo (I)


Ismael Almagro Montes de Oca


      Décadas atrás, cuando la vida diaria giraba en torno a las faenas agrícolas, una parte importante de la población de nuestro pueblo vivía diseminada en los campos del término en torno a los diversos cortijos existentes. Otros muchos llevaban una dura vida viviendo en chozas, que por el material con que estaban construidas, a veces se convertían en verdaderas ratoneras si por descuido prendían por culpa de alguna chispa que saltaba de la lumbre con que cocinaban o se calentaban. 

      Desandando la línea del tiempo hemos documentado varios hechos de estas características, que por lo general, solían acabar en desgracia para las familias que habitaban las chozas.

      El primero que hemos hallado tuvo lugar en la madrugada del 23 de mayo de 1934 y en el incendio perecieron una mujer, dos hijos y un nieto, salvándose solamente el padre. El siniestro tuvo lugar en una choza situada en el cerro de las Marmellas, en la zona a las espaldas del cortijo de la Calderona, frente a la Salina, extendiéndose el fuego por los alrededores y afectando al ganado caprino que tenía la familia: 

“En el incendio de un chozo perece la familia que lo vivía

      Alcalá de los Gazules 25, 7 tarde. En la madrugada de anteayer se produjo un incendio en un chozo enclavado en el sitio llamado Las Marmellas, loma de la Cebada, en este término, donde vivía el cabrero Pedro Ardila Román, de sesenta y cuatro años; su esposa, dos hijas y un nieto. Personados en el lugar del suceso el Juzgados, comandante del puesto de la Guardia civil, Sr. Fernández, y médico y practicante de guardia encontraron carbonizados los cuerpos de Francisca Valle Escame, de cincuenta años; Francisca Ardila Valle, de catorce; Isabel Ardila Valle, de diez, y Miguel Millón Valle, de cinco años, nieto del matrimonio, los tres primeros naturales de El Bosque, y el niño, de Puerto Real. Sólo queda vivo, pero con heridas graves, Pedro Ardila Román, que ha sido hospitalizado en esta ciudad.

      El chozo estaba dividido en dos partes: una, servía de dormitorio a todos, y la otra, de fogarín, creyéndose, según lo manifestado por Pedro, que una chispa desprendida del candil, que estaba colgado en el cañizo, prendió en la techumbre del chozo, hecha de pasto, y el fuerte viento existente hizo levantar la llama. Francisca Valle Escame avisó a su esposo, saliendo ambos al exterior con las ropas ardiendo; pero al darse cuenta que dentro quedaban las hijas y el nieto penetraron de nuevo para salvarlos, pereciendo entonces Francisca al desprenderse la techumbre en llamas.

      A consecuencia del mismo fuego, que prendió en el cercado del ganado, perecieron cincuenta y una cabezas de ganado cabrío.” (1)


      Cinco años antes ocurrió otro incidente parecido, aunque esta vez no hubo que lamentar víctimas. El incendio se produjo seguramente el día 1 de abril de 1929 en un punto indeterminado dentro del término de Alcalá y lo curioso del caso es el origen intencionado por parte de los habitantes de la choza, aunque no sabemos el motivo que les llevó a prenderla:

“Incendio intencionado de una choza 

      Cádiz 2, 10 mañana. En Alcalá de los Gazules el vecino Antonio Mancera Ruiz denunció ante la Guardia civil que le habían incendiado una choza, perdiendo cuanto tenía en ropas y efectivo.

      Practicadas diligencias se averiguó que la choza la incendiaron los hijos del denunciante, Antonio y Francisco, de acuerdo con su padre.” (2)

En primer término algunas chozas en las afueras de Alcalá a mediados del siglo XX
en el lugar hoy ocupado por el pabellón deportivo

      Otro de los sucesos destacables por la virulencia del incendio fue el que afectó en la noche del viernes 28 de septiembre de 1923 a la dehesa de Calvo, destruyendo el cortijo y chozas aledañas, avivado por el fuerte viento. Aparte de la pérdida de muchos de los animales que había en el cortijo, el fuego dejó en la más completa miseria a 40 familias, que quedaron desahuciadas, resultando además herido grave un anciano y varios vecinos con quemaduras:

“VIOLENTISIMO INCENDIO

Cuarenta familias en la miseria

      Cádiz, 29. —En la noche pasada se declaró un violento incendio en la dehesa titulada del Calvo, radicante en el término municipal de Alcalá de los Gazules.

      Desde los primeros momentos, el fuego tomó grandes proporciones por el fuerte viento reinante. Las llamas prendieron en el cortijo y lo redujo a cenizas.

      Se han quemado las estancias albergues de los trabajadores, con sus modestos mobiliarios y ajuares, granos en abundancia y gran número de ganado y aves de corral.

       Como el fuego se inició a media noche, éste sorprendió dormidos a más de cuarenta familias, las cuales, para ponerse a salvo, tuvieron que abandonar el cortijo, desnudos.

      Hay varios heridos, entre los que se encuentra un aperador anciano, muy grave” (3) 

      “Víctima del fuego pereció numeroso ganado vacuno, de cerda, lanar, caballar, mular y aves de corral.

      Se cree que el fuego ha sido intencionado.” (4) 


  
NOTAS

(1) Noticia recogida por el periódico ABC SEVILLA Edición Del 26 de junio de 1934 página 031 

(2) Edición de ABC SEVILLA del 3 de abril de 1929 página 37

(3) Edición del domingo 30 de septiembre de 1923 de LA LIBERTAD. Año V nº 1196 página 1 y de LA VANGUARDIA.. Año XLII nº 18603 página 2.

(4) Ampliación de la noticia aparecida en LA ÉPOCA. Edición del lunes 1 de octubre de 1923. Año LXXV nº 26133 pág. 4 y LA VOZ en su ejemplar de la misma fecha. Año IV nº 1018 pág. 4.


viernes, 13 de junio de 2014

La fuente de la Salada: 2000 años ofreciendo agua (III)




      La excavación del sector II se planteó a partir de una trinchera de 5,50 metros de largo, por 2 metros de ancho y 2 metros de altura, pero cuya altura aumentó progresivamente hasta los 3 metros debido a su pronunciada pendiente. El material del que se componía era un relleno de tierra y piedras de pequeño v mediano tamaño. En algunas partes del perfil se podía observar con claridad que el relleno era de origen antrópico, aunque es posible que sea de momentos posteriores a la etapa romana, ya que el escasísimo material cerámico no se identifica con tal cronología.

Alzado del Sector II

       En general, el muro sur de los depósitos, localizado en el sector II, presenta un buen estado de conservación, reafirmando nuestra tesis de que la fuente, los depósitos en particular, fue concebida como una estructura exenta en tres de sus lados y construida, en gran parte, como un edificio alzado sobre la superficie del terreno.

       En el muro sur, al igual que en el resto de las distintas estructuras observables, los materiales utilizados fueron el sillar, algunos de ellos perfectamente escuadrados, y como aglutinante de estos elementos pétreos un mortero a base de cal y arena, el cual no parece haber perdido sus cualidades, dando al conjunto una gran solidez. La disposición de estos sillares responde a la técnica denominada soga y tizón, aunque en este flanco sur de los depósitos no se observa una colación muy sistemática.

       Respecto a los elementos pétreos, éstos se constituyen de materiales sedimentarios, principalmente arenisca, muy deleznables y por tanto de poca densidad, lo que, sin duda, facilitó su talla, demostrando la existencia de una selección previa dentro del proceso de talla, y otros con unas características que lo hacen más tenaces y más densos (se trata de piedras muy cementadas), es decir, su labrabilidad representaba un mayor esfuerzo y un alto grado de especialización. De cualquier modo, todos los materiales tienen su área de captación en los afloramientos próximos a las Unidades de Arenisca del Aljibe, en el entorno de Alcalá de los Gazules.

      Como medida preventiva y con el objeto de dar mayor consistencia a los perfiles de tierra se ha aplicado en el sector II un consolidante líquido llamado Paraloid, disuelto en Tolueno al 20%. Posteriormente, llegado el momento, se levantó un muro de hormigón que contuviera los empujes del perfil de tierra.

      Un dato observable en este sector es la reutilización continuada de los elementos pétreos de la construcción, ya que se conservan sillares in situ que se proyectan hacia un espacio en el que actualmente no presentan. Además, se ha constatado estratigráficamente que en momentos posteriores al de la época romana, tiempo en el que pensamos se construyó la fuente, la estructura fue parcialmente soterrada, rellenando, de este modo, la zona de la que se habían extraído las piedras.

      El sector III no presentaba grandes dificultades en la primera fase de intervención, es decir, en el proceso de excavación y documentación de las estructuras. Aunque presentaba una capa de tierra en la mayor parte de su superficie, ésta era de escaso espesor y sin evidencias estratigráficas. No obstante, las labores de limpieza no se orientaron sólo a la retirada de tierra, sino que también se eliminaron todos aquellos añadidos a la estructura, sobre todo próximos al alzado, de tiempos recientes (ladrillos, cemento, anclajes de hierro).

Fase de limpieza

      El resultado fue del todo satisfactorio. Tras los trabajos quedó al descubierto que el techo exterior de los depósitos era a dos aguas y doble vertiente, construido a base de piedras de mediano tamaño y mortero (cal hidráulica, arenisca machacada y agua), rematado con enlucido del mismo tipo de mortero, el cual daba a toda la superficie un tono amarillento. El enlucido de mortero, si bien tiene propiedades tales como la impermeabilidad, la elasticidad, poco peso específico, etc., también es fácilmente erosionable y deleznable, y es por eso que grandes áreas del techo habían perdido el acabado y se presentaban muy expuestas a la lluvia y al viento.

      Asociado a este sector existía otra estructura (sector III-1), de forma cuadrangular y realizada con piedras escuadradas de gran tamaño. Su función no se ha podido definir, ya que si bien sabemos por fotografías de intervenciones anteriores, la vinculación existente con otras estructuras situadas sobre el techo de los depósitos, en la actualidad no queda ningún resto; y respecto a la cronología, en un principio vinculamos la estructura cuadrangular con los depósitos, y por tanto, pensábamos que era de origen romano, pero su excavación ha demostrado que no se asienta directamente sobre los depósitos, ni presenta el mortero característico romano, ni técnica constructiva romana, es decir, estábamos ante una construcción posterior a los depósitos.

      Esto va a representar una constante en todo el conjunto hidráulico, debido al uso continuado que ha tenido la fuente durante casi dos mil años. Así, dado el escaso interés de la estructura y a que tan solo aportaba confusión a la visión de los depósitos, tras su documentación gráfica se procedió a desmontarla.

      El sector IV, correspondiente al lateral derecho de los depósitos, no se ha excavado en su totalidad porque en cotas próximas al sector III, se descubrió los restos de un horno de cerámica de cronología moderna. Se constató que conservaba el arranque de la cúpula en casi todo el perímetro. Esta estructura se realizó con materiales muy deleznables (piedras y barro), ya que se construía y destruía en cada horneado. De este modo, se decidió aplicar varias capas de consolidante. Por razones de índole técnica y de tiempo, el horno no se excavó por completo, quedando pendiente para futuras actuaciones arqueológicas.

Sector Va
     El sector Va y Vb se presentan como dos construcciones abovedadas en el que el denominador común es el acabado de los variados aparejos utilizados. Estas bóvedas fueron realizadas a partir de un encofrado de madera (aún se conservan las huellas de éste), sobre el que se van colocando lajas de piedra hasta tomar el medio cañón de la cubierta. Las paredes de estos depósitos se construyen con sillares perfectamente escuadrados„ utilizándose nuevamente la técnica de soga y tizón. Así mismo, presentan dos huecos cercanos a las caras internas de los arcos, de dimensiones diferentes y enfrentadas a la misma altura, cuya funcionalidad, de acuerdo con el profesor Corzo, "parecen haber alojado un madero atravesado". Sin embargo, con la excavación del sector Vb se comprobó que la pared izquierda (orientación sur) no sigue el mismo patrón, sino que sólo presenta el hueco de mayores dimensiones. Por otro lado, ambos depósitos tienen en la entrada varios peldaños que dan acceso a los mismos y que facilitarían la limpieza periódica del sedimento decantado.

       En síntesis, analizando las diferentes fases, se observa un retraimiento de la captación del agua de los depósitos. Este retroceso va desde las estructuras de época romana, las cuales no se han podido documentar pero están localizadas seguro en el exterior, hasta el acceso directo hacia los depósitos creados en momentos modernos, pasando por las estructuras de la fase II, adscritas posiblemente a tiempos medievales.

       Respecto al alzado de los depósitos, los arcos están construidos con sillares de grandes proporciones, así como las pilastras, destacando el trabajo de talla de las dovelas, el que el trasdós de éstas se integra perfectamente con el muro. Algunos de los sillares presentan la cara frontal almohadillada, con diferentes grados de conservación en cada uno de ellos.

       El aglutinante de los elementos pétreos es un mortero a base de cal aérea y arena, que no parece haber perdido sus cualidades, La arena parece que se extrajo de piedras de arenisca, las cuales fueron trituradas hasta obtener el grano deseado. Se ha matizado el tipo de cal como aérea, porque si consideramos que los depósitos son de época, estudios sobre la cal en época antigua han demostrado que sólo utilizaron este tipo, es decir, no se constata la utilización de la cal hidráulica (Adam, 1946:76).

Alzado Sector IV

       En arqueología, así como en otras disciplinas históricas, es común centrar la investigación en el objeto en sí, ya sea desde el punto de vista descriptivo o a través de la realización de inferencias, pero, si bien lo anterior es necesario, desde la posición de una arqueología social, el conocer cómo se ejecutaron las obras en la Fuente Salada, qué tipo de trabajadores intervinieron, su cualificación, las técnicas que emplearon en la construcción, las herramientas, en definitiva, que procesos de trabajo se desarrollaron para hacer realidad el proyecto, se presenta como un campo de estudio muy interesante y necesario.

        No cabe duda que estamos ante una estructura imponente cuya construcción debió precisar una fuerza de trabajo también importante, ya fuera de tipo servil o no, pero, sin duda, con el apoyo de maquinaria, que en época romana estaba perfectamente desarrollada. Disponían de elementos de nivelación, sistemas de transporte que iban desde el simple rodillo de madera, pasando por la polea, el torno elevador, y combinaciones y variaciones de éstos. En la Salada podemos inferir el uso de elementos de elevación a partir de los agujeros de sujeción en algunos sillares de grandes dimensiones. Así mismo, la talla de la piedra se hace patente con la simple observación de los sillares. Se ve directamente la huella del trinchante, el puntero, la gradita, e indirectamente otros como la maceta, la escuadra, la plomada. Todas estas son herramientas de un trabajo especializado, el del cantero (Azconegui Castellanos, 1999).


lunes, 9 de junio de 2014

Resumen del libro "Apuntes para la Historia de la Hermandad de la Virgen de los Santos"


Ismael Almagro Montes de Oca

       Si bien la Historia de la Hermandad de la Virgen de los Santos se inicia oficialmente en 1910, se tienen noticias de la existencia de la misma desde fechas remotas, aunque la falta de pruebas documentales anteriores al siglo XX convierte la tarea de reconstruir esta Historia en una labor bastante complicada. 

      En este libro pretendo sacar a la luz el devenir histórico de esta institución desde sus orígenes hasta 1950, incluyendo documentación ya conocida y publicada con investigaciones propias en documentos del Archivo Parroquial de Alcalá, Archivo Histórico Provincial de Cádiz, Archivo Histórico Nacional, Biblioteca del Senado, Archivo Secreto Vaticano y el Archivo para la Congregación de la Causa de los Santos, además de información recogidas en prensa.

     Está dividido en 5 capítulos, según la actividad documentada de la Hermandad.

CAPITULO PRIMERO

      Contiene una breve exposición sobre los orígenes del Santuario y de la Virgen, que debemos situarlo en la Batalla de Pagana en 1339. Se recoge asimismo las dos leyendas sobre el origen de la talla de la Virgen, las cuales se deben, una a Fr. José de San Anastasio, que la pronunció en 1723 en un sermón durante una novena en la Parroquia y la otra, fechada en 1786, al presbítero de Medina Francisco Dionisio Pérez de Brea.


CAPITULO SEGUNDO

      El segundo capítulo abarca los siglos XVI y XVII y en el podremos comprobar el aumento del culto que se rinde a la Virgen de los Santos y la fundación de la Hermandad en torno a 1675.

      Aunque el primer documento donde se documenta la existencia de la talla de la Virgen es de 1507, el principal culto mariano en Alcalá debió ser el que se rendía a la Virgen del Rosario del convento de Santo Domingo según se deduce del número de menciones de ambas imágenes localizados en multitud de testamentos estudiados, pues durante el siglo XVI hemos encontrado 19 referencias a la Virgen del Rosario frente a tan sólo 6 de la Virgen de los Santos

      No será hasta 1675 cuando encontremos la primera prueba de la existencia de la Hermandad, concretamente en el contrato de hechura de las Andas.



CAPITULO TERCERO

     Este capítulo comprende desde la fundación de la Hermandad hasta finales de siglo XVIII, periodo de tiempo en que la misma se encuentra plenamente establecida y en funcionamiento. 

     En el siglo XVIII se debe producir un cambio de tendencia en el culto mariano alcalaíno, puesto que de las 6 menciones de la Virgen de los Santos en los testamentos del siglo anterior, pasamos nada menos que a 71, o lo que es lo mismo, la Patrona está presente en 1 de cada 4 testamentos estudiados con referencias a imágenes.

     De los 71 testamentos, en 27 se menciona  a la Hermandad o cofradía, lo que significa  que se encuentra activa prácticamente en todas las décadas de este siglo, con la excepción del periodo 1760-80, en que no hemos hallado ninguna referencia en los testamentos, lo que no quiere decir que no estuviera activa.

     A finales de siglo, en 1793, se produce la primera restauración conocida de la talla de la Virgen.



CAPITULO CUARTO

      El Capitulo cuarto abarca desde 1800 hasta 1910, periodo en que la Hermandad desaparece, pues no hemos logrado encontrar ningún referencia que demuestre la existencia de la misma, sino tan solamente un capellán junto con un administrador al frente del Santuario.

     Una serie de acontecimientos como las sucesivas epidemias que sufre Alcalá o la guerra contra Napoleón, paralizan la Hermandad e impiden su reorganización y sin embargo, a pesar de ser un periodo convulso, se producen varios acontecimientos importantes en torno a la Virgen y al Santuario, como la venta de la dehesa de los Santos en 1848, el inicio de las dependencias del Santuario como hospedería, la restauración de la imagen en 1858, la proclamación como Patrona de Alcalá en 1877 o el robo en la ermita en 1894.



CAPITULO QUINTO

      El último capítulo comprende el periodo entre 1910, fecha en que se refunda la Hermandad, gracias al impulso del arcipreste Pedro Martínez Machado, hasta 1950.

     En esta época se suceden fases de frenética actividad de la Hermandad, principalmente para restaurar el Santuario, con otras de lánguida existencia, hasta la reorganización definitiva de 1948 y la aprobación de los Estatutos el 14 de diciembre de 1949, fecha en que hemos fijado el final de estos Apuntes, pues a partir de aquí, la Hermandad conserva los libros de actas, con los que será más fácil continuar la Historia en un futuro. 

¿QUE MAS CONTIENE EL LIBRO?

      En el libro recogemos ademas varias Venidas de la Virgen a nuestra localidad, que, recordemos siempre fueron por motivos de calamidad (sequía, cese de lluvias, cese de epidemias…) hasta que a partir de 1910 se mezclan con las venidas gozosas. Existe la excepción de la venida de 1877, que no fue por calamidad sino con motivo del nombramiento como Patrona.

     Se recogen un total de 33 venidas entre 1723 y 1950. Recientemente, con el libro ya en imprenta, hemos localizado otra venida en 1806, que no está recogida en el mismo.

      Por otro lado, en el libro se reproduce el contrato de las Andas de 1675 y una serie de Gracias e Indulgencias que distintos obispos y Papas ha concedido, destacando por inédita la que hemos localizado en el Archivo Secreto Vaticano, otorgada por Pio IX el 18 de mayo de 1877 junto con el nombramiento como Patrona.


     Recogemos además el documento más antiguo que habla de la Romería, fechado hace más de 3 siglos, concretamente en 1700.

     Otro documento importante que se recoge es el Sermón pronunciado por el Beneficiado Sebastián López Becerra en el Santuario el 8 de junio de 1808, considerado como el primero que se pronuncia en España contra la invasión napoleónica y cuyo original se conserva en la Biblioteca del Senado.

     También se aportan una serie de datos curiosos, como un único enterramiento en el Santuario en toda la historia, concretamente en 1740, teniendo dicho “honor” el ermitaño del Santuario, o sea, el Santero, como le llamaríamos hoy día.

     O la relación de la ermita con las epidemias, pues unas veces se utilizó como refugio para los alcalaínos que huían de la enfermedad y otras en cambio se usó para lo contrario, como en el caso de octubre-noviembre de 1819 en que se utilizó como lazareto u hospital de campaña para las tropas acantonadas en las Correderas.

     También hemos localizado una noticia en que se habla de que cuando las tropas carlistas pasaron por Alcalá en 1836, sacaron la imagen del templo, aspecto éste que no hemos podido corroborar.

     Aportamos luz sobre el robo que se produjo en el Santuario en marzo de 1894, aclarándolo en gran medida, pues se robaron las andas de plata, 14 anillos de oro, 2 de plata, 1 corona, 1 rostrillo de gran valor, 2 cetros, 2 potencias de oro, varios rosarios y pedrerías.

     Se produjeron detenciones en Medina y Arcos, en cuyo término aparecieron casi un año después gran parte de las alhajas robadas

     En diciembre de 1895 tiene lugar el juicio en la audiencia provincial de Cádiz, siendo 7 los acusados, 2 de los cuales estaban declarados en rebeldía, 3 presos y otros 2 en libertad. No hemos podido localizar la sentencia, pero sí que el principal acusado, Francisco Arcila, permanecía en libertad en 1896 pues participa en un secuestro en Alcalá.

     Tras el robo, las Andas deben hacerse nuevas casi en su totalidad, al menos eso se deduce de las marcas del joyero que las realiza en 1896, Rafael González Ripoll y del Fiel Contraste, que verifica el valor de la plata, localizadas en distintas partes de las mismas, como las bases de las columnas, fustes o pináculos.



     Tan solo hemos localizado una marca diferente y se encuentra en la peana de la virgen, por lo que es posible que esta parte sea original de 1675.

     Las nuevas andas fueron en parte costeadas gracias a una corrida celebrada en la plaza de toros de Alcalá el 20 de septiembre de 1896.

     Y hablando de toros, también se recogen las 11 corridas que organizó la Hermandad en 1917 para recaudar fondos con los que sufragar los gastos ocasionados por el pleito para recuperar las tierras que rodean el Santuario.

     Otro dato desconocido es el intento de robo que sufrió la capilla de la Salá en 1932 coincidiendo con una huelga de obreros agrícolas afines a la CNT.

     Esto es, a grandes rasgos, el contenido que os podéis encontrar en el libro y que servirán para conocer mejor la “casi” desconocida historia de la Hermandad de la principal seña de identidad de Alcalá: María de los Santos.

     El libro se puede adquirir en la tienda de recuerdos que la Hermandad posee en la entrada del Santuario al precio de 5 €.