sábado, 30 de mayo de 2015

La visita del II Duque de Alcalá en 1571



Ismael Almagro Montes de Oca


       El 2 de abril de 1571 moría en Nápoles Per Afán de Ribera y Portocarrero, I Duque de Alcalá, sucediéndole en el ducado su hermano Fernando, como II duque de Alcalá. En los primeros días de octubre, el nuevo duque hizo una visita a sus posesiones, pasando por nuestro pueblo con su mujer, Juana Cortés Ramírez de Arellano y el séquito que les acompañaban. Aquí se alojaron en su palacio, que daba a la Plaza Alta y sobre el que se fundaría el convento de Santa Clara. Entre las diversiones que se les había preparado, se representó un teatro conocido como la danza de Moctezuma, dejando un sirviente recogido en un manuscrito, fechado en Tarifa el 7 de octubre, todos los incidentes del viaje y anotando el recibimiento hecho en Alcalá. Cabe destacar que la mujer del nuevo duque era hija de Hernán Cortés, el conquistador español que venció a Moctezuma:

      “Despues de haber sus Excelencias comido y dormido, les conbido el ruydo que sintieron en la plaza de palacio á saber que era, y puestos á las bentanas, hallaron veynte de á caballo muy bien aderezados y con muy buena musica de menestriles y trompetas ytalianas, que corrian para descabezar unos gansos que colgados tenian en medio de la plaza de un cordel que la atrabesaba, juego para gente de caballo de mucha destreza y fuerça, y para los que lo viamos de mucho pasatiempo. Esta fiesta acabo la noche, y porque lo que queda della quiero yo pasar en ver una muy gentil mascara de acaballo que vino desta manera. Entró un truhan cantando en verso la prision de montezuma de cuya representacion era la mascara que se hazia; estaban mas de duzientos onbres encamisados y tocados como yndios en el rincon de la plaza de palacio, donde estaba una tienda muy pintada que representaba la casa de montezuma, y él dentro con sus caziques coronados. Alli llegó un Embajador de parte del Capitan General don Hernando Cortés, y sobre muchas demandas y respuestas, vino con ocho caballos y algunos soldados, y salió gran moltitud de yndios con montezuma y sus caziques, retrayéndose unas veces los yndios y otras los christianos con gran grita y alarido de los yndios, hasta que algunos de los christianos dispararon el artillería, cuyo fuego puso tanto temor en los yndios, que se desbarataron, y fue preso montezuma, y subiéronle á las ancas del caballo del marques y asi andubieron dando carreras delante de palacio veynte de caballo con hachas en las manos y bestidos de muy buena mascara, y así se acabó la fiesta á las onze, y se entraron sus Excelencias á zenar. Vbo dende que anocheçio muchas hogueras y gran numero de luminarias por todo el lugar.”

Vestimenta de los actores representando a los españoles en las danzas de Moctezuma

     Al día siguiente, miércoles, asistieron los Duques á la iglesia, donde fueron recibidos con palio y cantado el Te Deum, y por la tarde vinieron á suplicar á la Duquesa que asistiese á una fiesta de toros y cañas que la tenían dispuesta:

     “A las dos oras despues de comer uinieron todos los caualleros y gente principal del lugar á palacio aconpañar a su Excelencia á la plaza a donde fue seruida de yr á pie. Yvan con su Excelencia sus tres hijos, y las damas y dueñas y otras mugeres que en su servicio traen. Llego á la casa que le tenian aderezada en la plaza habia dos ventanas aderezadas de sitiales y almohadas para sus Excelencias y los señores y otras dos de alhombras para las mugeres. Pareziole á mi señora muy bien la plaça, porque cierto estauan en muchas ventanas mugeres que parezian muy bien y tan bien aderezadas como lo pudieran estar las mas principales de Sevilla. En la plaza se andubieron paseando gran rato bestidos de rua mas de treynta de acaballo en muy buenos caballos y jaezes.

      Comenzaronse á correr los toros que fueron muy buenos y bravos. Todos los agarrochearon, y ya que habian corrido tres ó quatro, vino el duque adonde estaba mi señora, solo y sin entrar por la plaça. Venido su Excelencia corrieronse mas toros con grande concurso de gente que yo jamas le vi en ningun lugar. A esta sazon sin mas ruydo del que en la plaza andaba, y los menistriles hazian, entraron el corregidor y tres regidores con la colacion. Cada uno dellos traia dos grandisimos platos de diferente confitura, Sus Excelencias con rostro muy alegre y risueño probaron muy poco de todo, y lo demás se entró á la otra camara a donde estaban las damas y las demas mugeres.

La plaza Alta, escenario de los festejos
      Volvieron estos mesmos de la mesura manera que la primera vez con platos de diferentes conservas, mazapanes bizcochos y cosquillas y pastas que çierto la colaçion fue mucha y muy buena. Y en representandose todo delante de sus Excelencias lo dejaban todo en el aposento de las mugeres. En este medio tiempo siempre hubo toros y música. 

      Acabando sus Excelencias de hazer colacion y estando á la boca de la plaza doze caballeros en tres quadrillas de quatro en quatro con marlotas de terciopelo verde y colorado, y la otra de terciopelo morado y amarillo, y la otra de tafetan naranjado bordado de negro, pasó por mitad de la plaza un caballero moro á la gineta vestido y tocado á lo morisco, muy galan con dos moros por lacayos, y fuese derecho a los caballeros que ya querian entrar en la plaza y dioles un billete del alcayde de Tituan que dezia desta manera:

     «Muley Mahamet Alcayde de Tituan y Xixuan vasallo del Jarife. rrey de fez y de marruecos al señor alcalde mayor de Alcala de los Ganzules…Dios muchas saludes. De algunos mis corredores almogabares he sabido que los Excelentísimos Duques desa villa estan en ella, y que vuestra merced, señor, y otros caballeros cristianos les hazeis muchas fiestas, por la merced que su Excelencia me hizo quando fui su prisionero, querría hallarme a le serbir en ellas, dandome licencia que con mi gente tome un puesto saldré asegurandonos el campo que es lo que aqui os pido sin armas como vosotros salis. Alá sea con vuestra onrrada persona.»

     En recibiendo el corregidor este billete le llebó a sus Excelencias los quales le dixeron que viniese en ora buena. Partiose el moro muy apriesa con esta licencia, y dende a poco entraron doze caballeros moros muy bien aderezados y tocados de una mesma manera a la gineta con sus lanças y adargas, y despues de aver los unos y los otros hecho muy regozijada entrada, jugaron las cañas con el mayor concierto que yo nunca ví, jugaron poco menos de una ora, que un toro que echaron les desbarató el juego. Despues de haber jugado andubieron en caracol gran rato, y esto con tanto concierto, que quisiera mucho que se hallaran presentes cortesanos y sevillanos para su confusion.

     En esto se acabó el dia, y sus Excelencias se bajaron de las bentanas y se fueron á palacio acompañados de todos los caballeros de la fiesta, y dejandolos en palacio, se fueron á sus casas.

     Al día siguiente partieron los Duques con dirección á Tarifa, escoltados por gran número de gente armada que fué proporcionándoles diversiones por todo el camino, ora escaramuzando con fingidos moros que salian de los pueblos inmediatos, ora corriendo toros á campo raso, que con este propósito sacaban de las vacadas.”

Grabado de 1625 del escudo
de Fernando Afán Enríquez de Ribera


NOTAS

       Recogido por Jenaro Alenda y Mira en Relaciones de solemnidades y fiestas públicas de España. Madrid 1903. Pág. 82 y 83. Hace referencia a un manuscrito en folio con seis hojas que se halla en la Biblioteca Nacional. Col. de Jesuitas, t. CXV de Varios, fol. 281. “Copia de carta sin firma ni direccion, en que se dá cuenta de un viage de los duques de Alcalá y marqués de Tarifa, y del recibimiento y fiestas con que fueron obsequiados en las dos villas de sus títulos.”


viernes, 22 de mayo de 2015

Proyectos de escuela pública en el Alcalá del siglo XX (I)



Jaime GUERRA MARTINEZ


      Hasta entrado el siglo XVIII con la difusión de las ideas ilustradas y sobre todo con la llegada a los órganos de decisión de responsables públicos envueltos en esta nueva forma de entender la visión del hombre ante el mundo y los propios poderes existentes, la educación en los ámbitos rurales no era sino una simple anécdota. Ir a la escuela era una obligación para el pudiente, como forma de mantener su status, un lujo para cualquier ciudadano normal, una utopía para los hijos de los obreros de nuestros campos andaluces.

      Sin embargo no quiere esto decir que no existieran escuelas. En nuestra localidad al amparo del Cabildo, la iglesia o con carácter particular siempre hubo centros de enseñanzas en la medida y proporción que aquellos tiempos reclamaban, dependiendo de la posibilidad no siempre factible de contar con un maestro o maestra.

       En buena parte de los casos de alfabetos, los improvisados maestros eran sus padres, que transmitían a sus hijos -sobre todo varones- sus conocimientos, no sólo laborales, en una especie de formación profesional continua, sino que también culturales, instruyéndolos a veces en lo más elemental pero más que suficiente en aquellos tiempos: leer, escribir y las cuatro reglas. A la luz del quinqué sobre el mampuesto de la chimenea, en la anochecida, comenzaba este rito afortunado para algunos: aprender para que «nadie le diga lo que tiene que hacer» o «para que no le engañen». No se estudiaba para tener una colocación en el día de mañana. La enseñanza era un complemento de la formación general del hombre. «El saber no ocupa lugar». Sana filosofía en un mundo donde el reloj discurría con más lentitud y el tiempo, casi congelado, permitía los padres prevenir el futuro de los hijos con claridad, porque el futuro como mal menor podría ser como el presente. 

      Sin embargo eran muy pocos los que podían, por razón de conocimiento y tiempo emular al maestro. En estos casos, si existía la voluntad de aprender se podía recurrir al ambulante vendedor de sueños, al sabio bravío, al maestro rural que de cortijada en cortijada, de casita en casita, iba desperdigando su sapiencia abriendo ventanitas en las cerradas y sesudas cabezas de los niños de campo. La comida y la cama, si se hacía de noche, era en muchos casos el pago. Y a pesar de sus escasos recursos económicos, -Tiene más hambre que un maestro escuela- el «maestro» gozaba de una consideración social notable, como respuesta quizás, ya que no a su poder económico, si al temor a la sabiduría libresca. 

       Al comenzar el siglo es cierto que existían numerosas escuelas públicas abiertas en nuestra localidad, pero a todas luces insuficientes en número, en maestros, en material y con una desconexión notable entre ellas. Todo ello se agravaba con la necesidad de los niños de ayudar a sus padres en las tareas del campo, lo que provocaba un notable absentismo escolar. Para paliar un poco esa escasez educativa y adaptarla a unos horarios compatibles con las tareas del campo, se creó el 18 de Mayo de 1901 una sección nocturna de adultos en la escuela de D. Ildefonso Roa Sánchez.

      Otra de las carencias era la de contar de forma estable con una escuela pública para niñas (existía la del Beaterio, pero no era de titularidad pública) que intentó subsanarse creando una clase en una casa alquilada en la entonces calle Castelar, hoy Santo Domingo, y que se denominó «Escuela de Niñas de la Concepción». Era Octubre de 1907.

      Sin embargo estas decisiones no eran nada más que medidas parciales, parches que terminaban reventando por insuficiencias presupuestarias -para pagar los contratos de alquiler-, faltas de maestros, malas condiciones higiénicas...

      Era necesario afrontar el problema con realismo y rigor. Se imponía la necesidad de buscar una solución definitiva. A partir de entonces va a comenzar un largo peregrinaje a la búsqueda de la fórmula, el dinero ... que culminará en la realización de un proyecto definitivo de Escuela Pública en Alcalá y la construcción de un edificio único, dotado de las condiciones mínimas exigibles.

Alzado del proyecto de 1909

      Como consecuencia de ello va a desarrollarse en Alcalá el «Primer Proyecto de Escuela Pública Unificada». Se remonta al 4 de Enero de 1909 cuando el Alcalde, Don Antonio Machado presenta un expuesto al pleno municipal referente a la construcción de un grupo escolar que, tras pasar por la Comisión de Hacienda el 11 de Enero, se elevó a definitivo, encargándose el proyecto (planos y memoria) al arquitecto Don José Romero quién presentó el mismo con fecha de 15 de Mayo de 1909. De la memoria del proyecto entresacamos los aspectos que nos han parecido más interesantes:

      “Es deber ineludible de las autoridades municipales procurar el bienestar de sus administradas por cuantos medios están a su alcance, y siendo la instrucción la base del equilibrios social, a ella debe acudirse solicitud hasta obtenerla y conseguir su mayor perfeccionamiento, 

      Hasta hace poco nada se había hecho en ventaja de las condiciones higiénicas de locales-escuelas, limitándose la mayor parte de los municipios a instalar las clases de escuelas públicas en una casa de alquiler donde generalmente su distribución no se adapta a los servicios propios de la enseñanza. Es por tanto necesario construir locales de nueva planta, escuelas que sustituyan con ventajas a las antihigiénicas y faltas de condiciones pedagógicas que hasta el presente se venían utilizando.

      Razones como las expuestas han movido al municipio a elaborar un proyecto de escuela para ambos sexos.

     El edificio se ubicará en un rectángulo de 36 metros de frente por 13 metros de fondo, con una superficie de 468 m2, con dos fachadas sobre las líneas mayores, que corresponden, la principal a la calle Nuestra Señora de los Santos y la de fondo a la calle Sol.

     El proyecto consta de dos locales para niños y uno para niñas y las habitaciones para viviendas de maestros y maestras.

      La construcción es sencilla, atendiendo básicamente a las condiciones higiénicas. Así pues los muros se disponen de fábrica, de mampostería ordinaria, encalada con fábrica de ladrillo en los huecos y abultados a fin de conseguir mayor resistencia. Las armaduras y carpintería de puertas y ventanas se ejecutan con madera de quejigo propia de la localidad y madera de pino. Los pavimentos se forman con lozas de barro y las cubiertas con tejas ordinarias. Los muros van revestidos con cal y arena, y blanqueados con lechada de cal a fin de que sea más fácil su limpien y conservación.

      La decoración, casi nula, se dispone en las fachadas con dos fajas horizontales, ya que lo que se busca básicamente es la solidez del edificio...”

       El presupuesto ascendía a 41.775'13 pesetas, pero las dificultades presupuestarias, la falta de subvenciones... hicieron que el proyecto cayera en el olvido, mientras la situación escolar era cada vez más insostenible. Como muestra citemos que el 14 de febrero de 1914 por orden de la Inspección Provincial se cierra la escuela local de Primera Enseñanza por no reunir condiciones y se propone un nuevo local en la calle Galán Caballero. En el mismo sentido se manifiesta, años después, D. Antonio Caballero (1 de Octubre de 1921) que solicita se repare la «Escuela Nacional de Niños» en mal estado. Los mismos maestros a los que se dotaba de casa-habitación, reclamaban continuamente la mejora de su situación personal. Es decir, ni Escuelas, ni Niños, ni Maestros, podían estar contentos. Y pienso que tampoco lo estarían los responsables municipales que no encontraban la fórmula para resolver el problema.


      Con la implantación de la II República y la preocupación de los nuevos munícipes por elevar el nivel cultural de los conciudadanos se volvió de nuevo a la elaboración de ideas y proyectos.

      El 5 de Agosto de 1931 el Ayuntamiento, por unanimidad, acuerda lo siguiente:

“1º Se construya directamente por este Ayuntamiento un edificio destinado a escuela graduada de cuatro grados por ser necesario para el servicio de la enseñanza pública.

2º Que se solicite del Ministerio de Instrucción Pública facilite gratuitamente el proyecto a cuyo efecto se acompañrá el plano del solar y los datos que requiere la ley.

3º Que se solicite del Estado, la subvención de cuarenta mil pesetas..., y se autorice al Sr. Alcalde para que en nombre y representación de este Municipio trámite el oportuno expediente...”

      Un mes después, el 5 de Septiembre, el Alcalde, D. José Sandoval Moreno, eleva al Director General de Primera Enseñanza, solicitud del proyecto y de subvención de 40.000 pesetas. El 5 de Diciembre, el Ministerio de Instrucción Pública envía la Memoria y proyecto en los términos siguientes:

      “El edificio se proyecta en dos plantas, distribuyéndose en la baja, dos clases, departamentos de lavabos y W.C., biblioteca, sala de trabajos manuales, guardarropa, despacho del director y vestíbulos. En la planta superior quedan instaladas otras dos clases, el guardarropa, despacho para los maestros, sala de trabajos manuales y departamento de W.C. y lavabos.

      Las clases son rectangulares, midiendo 9,80 x 6,50 = 63,70 m2. La iluminación se ha fijado teniendo en cuenta las condiciones del solar y la localidad, adaptándose en consecuencia la unilateral izquierda, que corresponde al Norte, para las clases, obteniéndose la luz por medio de cinco luz ventanales de 1,25 x 2,00metros.

La construcción reunirá las condiciones higiénicas necesarias, y al mismo tiempo se tendrá en cuenta una posible economía, con cuyo objeto se han elegido al proyectar, todos aquellos materiales de uso corriente en la localidad. 

      La viguería será de hierro. La cubierta de teja árabe. Los paramentos exteriores se enfoscarán y revocarán con mortero de cal, arena y cemento, blanqueándose después la cal.”

       Aunque no se expresa claramente, el solar en el que se proyecta construir la escuela estaría en el «Huerto del Pico del Campo» con una superficie de 1.426 m2 de los cuales se edificarían 554 m2 y quedando el resto, 872 m2, para campo escolar.

      Este proyecto que aparece firmado por el Arquitecto Jefe, Antonio Flores, tenía un presupuesto de ejecución que ascendía a 133.278'60 pesetas.

      El 18 de Enero de 1932 está, aparentemente, todo resuelto. Se contaba con el solar, el proyecto y la subvención de 40.000 pesetas y tenía el visto bueno del Delegado de Intervención del Estado. El 29 de Enero de 1932 pasa todo el expediente al Ministerio para su aprobación definitiva.

      El 13 de Febrero el Alcalde Sandoval recaba información sobre la situación de las Escuelas, a nivel institucional, en concreto al Iltmo. Sr. Director General de Primera Enseñanza en Madrid. Y ahí quedó la cosa. Seguramente la petición y el proyecto quedaron olvidadas en el cajón ministerial y la Escuela no se construyó.

      Pero el problema seguía siendo imperioso y viendo la imposibilidad de desarrollar el proyecto de 1931 se intentan nuevas fórmulas. Es decir, buscar un local amplio y convertirlo en Escuela. Con tal motivo se entró en conversación con la Vicaría General del Obispado de Cádiz, durante 1933, tendentes a que la Iglesia de Santo Domingo, donde se impartía la enseñanza del catecismo, se reformase para construir en la misma un Grupo Escolar. 

      Pero tampoco fructificó este intento. Hubo que volver por tanto al viejo planteamiento de crear un nuevo edificio.

     

viernes, 15 de mayo de 2015

Sainz de Andino al descubierto (y V)





     En octubre de 1855 prácticamente da por finalizada su carrera cuando enferma de cólera morbo, siendo jubilado por Real Decreto de la reina el 30 de noviembre: “Atendiendo a los meritos, circunstancias y quebrantada salud de don Pedro Sainz de Andino, Consejero Real Ordinario cesante, vengo en concederle la jubilación…” [51] A mediados de julio del año siguiente, 1856, lo encontramos nuevamente tomando las aguas de los Baños de la Puda, en Esparraguera (Barcelona) desde donde escribe al duque de Riansares, que se había visto obligado a exiliarse en Francia con su esposa, la reina María Cristiana por diversos escándalos familiares y empresariales, aprovechando para volver a mostrarles su lealtad: “si yo puedo de algun modo concurrir a la fácil cuanto gloriosa vindicación de los ultrajes hechos al augusto nombre de S. M. y al intachable decoro de V. me ha tenido y me tiene siempre a su disposición en Madrid, en Paris y en donde quiera que pueda serle útil.” Para acabar con una sentencia lacónica: “los últimos acontecimientos son motivo para hallarse cada cual en su casa.” [52] Abandona estos baños el día 23 de julio, siendo sorprendido por un “batallón de foragidos” cerca de Martorell que lo tienen secuestrado durante 3 horas, para llegar finalmente a Tarragona. [53]



       A pesar de su estado de salud, Andino mantiene cierta actividad empresarial, pues el 4 de junio de 1857, constituye una sociedad con Antonio y Fermín Pérez Ordóñez para explotar un molino y una fábrica de Harinas en la localidad de Rio Frio de Loja en Granada. [54]



       Pocos días después fallece su esposa en Jerez: “Ha fallecido el dia 23, en Jerez de la Frontera, la Exma. Señora doña Ana Villanueva, mujer que fue del Exmo. Señor don Pedro Sainz de Andino, senador del reino.” [55]

       Parece ser el alcalaíno tuvo cierto desapego familiar, puesto que él vivía en Madrid con su ahijada y su ama de llaves mientras que su esposa vivía en Jerez, al igual que su hija Joaquina. Es más, pocos días después de fallecer su esposa, escribe una carta al duque de Riansares donde no menciona ni una sola palabra al respecto y se preocupa sin embargo por su situación laboral: “sigo en el mas completo retraimiento, dedicado unicamente a mis trabajos literarios, mediante a que el Sr Duque de Valencia no quiso darme cabida en el restablecimiento del Consejo” tal como hizo con otros antiguos miembros. Termina con una sentencia que muestra un carácter orgulloso: “Arrieros somos y el camino andamos.” [56]

         Tan sólo en otra carta posterior, con fecha de 22 de julio de 1858, hace una leve y fría referencia a su esposa: “El otoño pasado creí tener esa satisfaccon (besar la mano de la reina) y me lo impidió la liquidación de una testamentaria de familia” [57]

        En julio de 1859 se desplaza hasta los baños de Panticosa, en Huesca, desde donde parte hacia Italia para ver al duque de Riansares, pero al llegar a Bayona recibe la noticia de que su sobrina, que se hallaba tomando los baños de mar en Barcelona, había sufrido una caída del carruaje que “le había causado una herida grave en la pierna” saliendo inmediatamente para Cataluña. [58] En noviembre de este mismo año, una finca que Andino posee Somaen, Soria, se ve afectada por un expediente de expropiación para la construcción de la vía férrea que unirá Madrid con Zaragoza. [59]



        Dos años y medio más tarde, el 27 de enero de 1863, el jurista firma un pagaré en que se obliga a satisfacer a Concepción de Frías, su ama de llaves, 36000 reales que le había prestado con el interés del 6 % anual, pagaré que será renovado justo un año después. [60]

misa difuntos

       Finalmente, Pedro Sainz de Andino fallece en Madrid el 24 de abril de 1863, siendo enterrado el día 26, tal como recogen varios periódicos de la época: “Anteayer fueron conducidos a la ultima morada los restos mortales del escelentisimo e ilustrísimo señor D. Pedro Sainz de Andino, gran cruz de Isabel la Católica, caballero de la real y distinguida órden de Carlos III, académico de la Historia individuo de la estinguida cámara de Castilla, fiscal mas antiguo del supremo consejo de Hacienda, consejero real jubilado, director general de archivos y senador del reino, que falleció en la noche del 24. El Sr. Sainz de Andino deja imperecederos recuerdos en la magistratura, y entre otros títulos cuenta el haber sido autor del Código de Comercio vigente” [61]

 
       El jurista había otorgado su testamento en Valencia el 6 de agosto de 1856 en Valencia, dejando por única heredera de las cuatro quintas partes de sus bienes a su hija Joaquina. Tuvo otra hija, llamada Rafaela que había fallecido. El testamento parece refrendar ese desapego familiar pues contrasta la frialdad con que se refiere a su esposa: “declaro hallarme casado con la señora doña Ana Villanueva” con la efusividad con que habla de su ahijada: “Por el entrañable cariño que profeso a mi muy amada ahijada Teresa Novella y destamberrat… le lego y mando la cantidad de cien mil reales vellón en efectivo metálico”. Asimismo su ahijada recibe la biblioteca de Andino: “lego asimismo a la referida doña Teresa Novella toda mi librería, si se casare con profesor de jurisprudencia, abogado o empleado en la administración publica, y en su defecto lego dicha librería a la Real Universidad Literaria de Sevilla”. Posteriormente, en 1865, Teresa Novella donará la biblioteca a la universidad hispalense: “Habiendo donado a esa Escuela doña Teresa Novella la librería que perteneció á don Pedro Sainz de Andino, y que esto le dejó por legado condicional compuesta de 2,186 volúmenes, la Reina (Q. D. G.), conformándose con lo propuesto por V. S., se ha dignado mandar se den las gracias á la donante por su apreciable y útil regalo y que se haga público por medio de la Gaceta de Madrid su generoso desprendimiento. [62] Esta biblioteca de Sainz de Andino estaba considerada como la tercera de España de su época por su número de volúmenes. [63] Ciertamente Teresa hace esta donación porque en 1865 se halla casada con Enrique Castrillón, que no debía ejercer ninguna de las profesiones que menciona Andino en su testamento. [64]

      El aprecio de Andino por su ahijada es tal, que el 17 de septiembre de 1852 otorga una escritura en Madrid comprometiéndose “a dar en metalico a Dª Teresa Novella cuando se casase 60000 rs vn en clase de dote”, desvelando además que el deseo del alcalaíno era que ésta casase con su sobrino: “obligándose a aumentar dhos 60000 rs con otros 40000 si la Dª Teresa se casaba con su sobrino D. Eduardo Abela Sainz de Andino” [65] En cambio, Andino tan solo deja a sus sobrinos carnales la cantidad de 4000 reales para cada uno. También se acuerda de su ama de llaves en su testamento, a la que lega todo el ajuar de su casa, incluidos muebles, ropas y alhajas. Posteriormente, en su testamentaría, consta junto al ajuar de la casa que Andino poseía una yegua y una berlina. [66]



       La hija de Sainz de Andino, tan solo sobrevive un año a su padre, pues existe un auto de testamentaria de la misma en Jerez, fechado el 12 de mayo de 1864, donde se menciona a su esposo, Manuel María Cevallos y Rubio, de estado viudo , de edad cuarenta y ocho años. [67]

       En 1866 aún no se había ejecutado la totalidad del testamento de Sainz de Andino, ya que al morir su hija abintestato, es decir, sin hacer testamento, todos los herederos entran en disputa para repartirse los bienes. Finalmente, acuerdan sacar en pública subasta un molino que Andino había comprado en Daimiel, en el Puente del Navarro, dentro de la dehesa Zacatena a los herederos de González Gasco, y cuyo comprador, como mejor postor, fue Florentín Novella, esposo de una de las sobrinas del jurista, precisamente cuestionado por el resto de los herederos por dilatar el proceso del reparto de bienes: “las cavilaciones y las prevenciones de Novella, deseando de continuo practicar lo que pueda favorecerle aunque perjudique a los demas y mirando con disgusto cualquier cosa que sea beneficiosos a otro coheredero.” [68]

Carta de Eduardo Abela al abogado Cortina

       En definitiva, Pedro Sainz de Andino fue un fiel servidor del poder, un afecto al poder (josefino, liberal, absoluto, moderado), [69] un “personaje reservado, poco inclinado al cultivo de amistades o relaciones sociales (no parece haber frecuentado el trato social ni entre los círculos políticos ni entre los intelectuales, ni las tertulias, ni los salones, tan propios del modo de vida de la época, ni tan siquiera las reuniones de la Academia de la Historia, de la que fue miembro primero como académico de honor y luego de número). Por su forma de actuar parece más bien un sujeto ambicioso y hábil para moverse en los círculos de poder para obtener situaciones de ventaja.” [70]




NOTAS


[51] TOSCANO DE PUELLES, Fernando. Sainz de Andino, el Hacedor de leyes. 1987. Pág. 1239 

[52] Ib. ES.28079.AHN/4.1.7//DIVERSOS-TITULOS_FAMILIAS,3548,LEG.12,EXP.42. Carta de 17 de julio de 1856 

[53] Ib. ES.28079.AHN/4.1.7//DIVERSOS-TITULOS_FAMILIAS,3551,LEG.15,EXP.19. Carta de 14 de julio de 1857 

[54] ARCHIVO CORTINA. Autos de Manuel María Cevallos y Rubio, esposo de Joaquina Sainz de Andino. Madrid 1866 

[55] Edición del periódico LA ESPAÑA de 28 de junio de 1857, nº 2.516, página 2 

[56] AHN. ES.28079.AHN/4.1.7//DIVERSOS-TITULOS_FAMILIAS,3551,LEG.15,EXP.19. Carta de 14 de julio de 1857 

[57] Ib. ES.28079.AHN/4.2.48//DIVERSOS-TITULOS_FAMILIAS,3553,LEG.17,Exp.42 

[58] Ib. ES.28079.AHN/4.2.48//DIVERSOS-TITULOS_FAMILIAS,3557,LEG.21,Exp.57. Carta de 25 de mayo de 1860 

[59] BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE SORIA - Nº 54 p 3. Edición del 5 de mayo de 1860 

[60] ARCHIVO CORTINA. Autos de Manuel María Cevallos y Rubio, esposo de Joaquina Sainz de Andino. Madrid 1866 

[61] Edición del 28 de abril de 1863 de LA CORRESPONDENCIA DE ESPAÑA. Año XVI Número 1758 pág. 2 

[62] Edición del domingo 18 de junio de 1865 de LA IBERIA. Año XIII nº 3382 pág. 2 

[63] GÓMEZ ZARZUELA, Manuel; Guía de Sevilla… para 1865, Sevilla, La Andalucía, 1865, p. 202. Datos recogidos por PETIT CALVO, Carlos. El legislador y la biblioteca. Los fondos de Andino en la Universidad de Sevilla. Glossae: European Journal of Legal History, ISSN 0214-669X, Nº 10, 2013 

[64] ARCHIVO CORTINA. Autos de Manuel María Cevallos y Rubio, esposo de Joaquina Sainz de Andino. Madrid 1866 

[65] Ib. 

[66] Ib. 

[67] Ib. 

[68] Ib. Carta de Eduardo Abela a Manuel Cortina. Jaén 5 de diciembre de 1865 

[69] PETIT CALVO, Carlos. El legislador y la biblioteca. Los fondos de Andino en la Universidad de Sevilla. Glossae: European Journal of Legal History, ISSN 0214-669X, Nº 10, 2013 

[70] GONZÁLEZ LONOR María del Carmen; El pensamiento de los primeros administrativistas españoles y su plasmación en la estructura de la administración del estado; MEMORIA PRESENTADA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR. Madrid 2004, pág. 73. Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid

viernes, 8 de mayo de 2015

Sainz de Andino al descubierto (IV)




      El 25 de noviembre de 1845 toma posesión del cargo de Consejero Real para el que fue nombrado por Real Decreto de 27 de septiembre [39]. En marzo del año siguiente, 1846, Sainz de Andino aparece como socio residente en Madrid del Instituto Industrial de España [40] y justo un año después, el 10 de marzo de 1847 por fin es nombrado Senador, viéndose obligado a arrendar las ferrerías de Santa María del Val y de Hoz seca. Posteriormente, el 12 de mayo es nombrado académico de la Historia. A pesar de desprenderse de los negocios antes mencionados, su actividad empresarial no cesa, pues al año siguiente, el 28 de julio de 1848, registra a su nombre una mina de Hierro llamada de Santa Teresa, en el Puntal del Refrenton, dentro del término de la localidad de Rata, en Guadalajara. [41]



        A partir de esta época cobra especial relevancia la relación entre nuestro paisano y Agustín Fernando Muñoz y Sánchez, Duque de Riansares, segundo esposo de la reina María Cristina, con quien se había casado en secreto apenas dos meses después de fallecer Fernando VII. Este duque, a quien podríamos tildar de “proto-Urdangarín” por su utilización del poder en su beneficio propio, participando en muchos “pelotazos” y especulaciones con la sal, el ferrocarril o la trata de esclavos. Se llegó a decir que no había negocio industrial en que no participara el duque. El alcalaíno se convierte en su consejero particular, mediador y asesor en muchos asuntos. Así en marzo de 1848 pone en contacto a un comerciante de Barcelona con el duque: "Dn Tomas Comas, respetable comercte de Barcelona cuyas cartas remití a V. el verano ultimo, desea ponerse a su disposición y recoger el diseño del escudo de armas qe ha de ponerse en la alfombra qe V. le tenia encargada.” [42] Pocos meses después, en julio, le aconseja conocer a Ignacio Loperena, empresario que hizo fortuna con el negocio armamentístico: “…yo me tomo la confianza de dirigirlo a V., seguro de la satisfacción qe tendrá en conocerle y entrar en relaciones con persona tan apreciable y de cuyo viaje podrá España sacar gran provecho” [43]

      Justo un año más tarde, Sainz de Andino vuelve a sufrir problemas de salud, acudiendo el 10 de julio de 1849 a los baños de Zaldúa, en Zaldívar, Vizcaya: “Aunque salí de Madrid gravemente enfermo en seis días que llevo de estos baños y aguas han desaparecido los vómitos nerviosos y la tos convulsiva que me dejaba sosegar un momento.” El 24 de julio abandona los baños para descansar durante dos semanas en Bilbao. [44]


   Los problemas de salud se convierten en una constante, pues en el verano siguiente nos lo encontramos tomando las aguas medicinales, esta vez en los Baños de Santa Águeda, en Guipúzcoa el 21 de julio de 1850. [45]

        Siguiendo con el asesoramiento que Andino hace al duque, a finales de diciembre de 1850 nuestro paisano le desaconseja un negocio que tenía entre manos: “llamar su atención acerca de la empresa de Mieres, no en la parte correspondiente a su curso administrativo, pues ya habrá V. visto que esta corriente y se han desestimado las reclamaciones de los accionistas disidentes, sino bajo el concepto de las ventajas que pueda traer el largo y complicado expediente obrado en la sección, podrá no ser de un resultado muy feliz y creo que antes de hacer a V. mayores desembolsos convendrá que tome sre este negocio informes seguros, ilustrados e imparciales.” [46]

       El 29 de enero de 1853 Sainz de Andino sufre una congestión cerebral que a punto está de acabar con su vida: “en la noche del 29 al 30 de Enero tuve un peligroso amago de congestion cerebral, de cuyas consecuencias pudo librarme el acierto y prontitud con qe Roviralta dispuso una copiosa evacuación de sangre.” [47]


      A pesar de ello, no deja de cumplir con sus obligaciones: “Debil todavía no quise faltar a la solemne función de acción de gracias del dia 2 y el intenso frio que se sufria en la Yglesia, me causó bastante daño, hallándome convaleciente.” Días después el jurista vuelve a desaconsejar otro negocio al duque: “yo me felicito por aquel mismo interés de que la participación de V. en el negocio sea tan insignificante como me dice puesto que cada dia se fortifica en mi animo la convicción de que en vez de honra y provecho no dará de si sino perdidas y conflictos. Me remito al tiempo.” Por su parte, el duque quiere agasajarle con unas acciones que Andino rechaza: “me lisonjeo por mi parte de que V. no ha podido suponer por un solo momento de que yo echase de menos las acciones del Ebro, que V. me recuerda, pues aun cuando tubo la generosidad de ofrecérmelas, aseguro a V. bajo mi palabra que jamas penzé aceptarlas.”

       En abril de 1854 Sainz de Andino escribe una carta a Antonio María Rubio, secretario particular de la reina madre María Cristina, que desvela el lado más humano de nuestro paisano, pues pide que interceda por un conocido: “agravándose cada dia mas la triste situación de Dn Jose Chorot, su muger y diez hijos, por consecuencia de haberle dejado cesante después de 32 años de servicio ruego a V.… no deje de repetir su recomendación al Ministro de Hacienda, para obtener la reposicion de Chorot en su empleo” [48] Dos meses más tarde su precario estado de salud vuelve a resentirse, viéndose obligado a que le practiquen sangrías: “Un grave ataque de sangre al cerebro que no ha cedido sino a repetidas evacuaciones” [49] Cuando a finales de junio de ese mismo año se produce el alzamiento militar y popular conocido como la Vicalvarada, poniendo fin a la década moderada y dando paso al bienio progresista, el alcalaíno se encuentra “en Barcelona, tomando las aguas sulfurosas de la Puda” [50] y siendo del sector moderado, decide retirarse “al pueblo de Alcazar de San Juan en la Mancha… retirado al rincón de mi ogar y alejándome completamente del torbellino borrascoso de la política dominante”




NOTAS

[39] AHN. ES.28079.AHN/2.3.1.6.2.1//FC-Mº_HACIENDA,3878,Exp.844.
 Expediente de clasificación de cesantía de Pedro Sainz de Andino, Consejero Real ordinario 

[40] El Heraldo. Edición del jueves 5 de marzo de 1846 nº 1143 pág. 4 

[41] Edición del 19 de agosto de 1846 del BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE GUADALAJARA. Número 99 pág. 3 

[42] AHN, DIVERSOS-TITULOS_FAMILIAS,3413,LEG.148,Exp.1. Carta de 21 de marzo de 1848 

[43] Ib. Carta de 19 de julio de 1848 

[44] Ib. Carta de 16 de julio de 1849 

[45] Ib. ES.28079.AHN/4.1.7//DIVERSOS-TITULOS_FAMILIAS,3419,LEG.164,EXP.1 . Carta a la reina Isabel II 

[46] Ib. ES.28079.AHN/4.2.48//DIVERSOS-TITULOS_FAMILIAS,3414,LEG.150,Exp.1. Carta de 23 de diciembre de 1850. 

[47] Ib. ES.28079.AHN/4.1.7//DIVERSOS-TITULOS_FAMILIAS,3575,LEG.43,EXP.17 Carta de 6 de febrero de 1853 

[48] Ib. DIVERSOS-TITULOS_FAMILIAS,3429,LEG.193,Exp.1. Carta de 8 de abril de 1854 

[49] Ib. ES.28079.AHN/4.1.7//DIVERSOS-TITULOS_FAMILIAS,3546,LEG.10,EXP.42 . Carta de 10 de junio de 1854 

[50] Ib. ES.28079.AHN/4.1.7//DIVERSOS-TITULOS_FAMILIAS,3429,LEG.192,EXP.1 Carta a la reina de 26 de Nov. de 1854 


viernes, 1 de mayo de 2015

Sainz de Andino al descubierto (III)




      Gracias a las cartas conservadas en el Archivo Histórico Nacional podemos conocer aspectos desconocidos de la vida de Pedro Sainz de Andino tras su cese como Fiscal en 1834, tanto íntimos y personales, como de su vida pública con su vuelta a la política, pues en ellas refleja sus ideales, sus problemas de salud y mostrando una relación muy cercana, con la reina regente María Cristina. Así, en 1841, ante la inestabilidad política, y viendo cumplidas las predicciones que en su día le hiciera a la reina, no pierde ocasión para resarcirse, escribiéndole el 4 de agosto: “Ocho años de funestas lecciones han puesto en claro, de parte de quien hubo previsión y tino para calcular lo que convenia en aquella época critica: si de la mia, o de la de los hombres del poder que resentidos de mi opinión y de que francamente la hubiese expuesto a V. M. lograron comprometer mi crédito en su augusto animo, y separarme de la importante y elevada magistratura, que por servicios eminentes me había conferido el Rey difunto.” [26]



       Posteriormente, en otra carta del día 24 se declara ferviente servidor de Isabel II: “Ni he olvidado ni faltará jamás a la solemne palabra que empeñé a mi venerado soberano y bienhechor el Sr Dn Fernando 7º en el acto de condecorarme con la Gran Cruz de Ysabel la Católica en el dia 22 de Julio de 1833, que hasta el ultimo instante de mi vida se consagrará esta al servicio de su augusta hija, sirviéndola con el mismo zelo y fidelidad que había procurado acreditar a S. M.” [27]

   
        Por otro lado, Sainz de Andino es pionero en 1842 con uno de sus negocios: “Con no menos satisfacción anunciamos que uno de estos dias últimos ha entrado en el museo la primera hoja de espada, que en la fábrica de Toledo se ha construido con acero español de la de Torete, propia de Don Pedro Sainz Andino. Hasta ahora se había empleado el acero estranjero, pero ya felizmente no le necesitemos, porque este ramo de industria nacional ha sido perfeccionado por el Señor Andino, gracias á sus desvelos é inteligencia y por lo que es digno de la estimación pública” [28]



       A finales de febrero de 1843 Sainz de Andino se presenta en las elecciones como candidato a senador por el distrito de Talavera de la Reina (Toledo) obteniendo tan sólo 5 votos. [29]



       Meses más tarde, el 27 de junio, el jurista registra a su nombre la mina de hierro titulada Camarera, en el término de Velilla de Medinaceli, provincia de Soria [30] donde instala otra ferrería, que con el tiempo será sustituida por una fábrica de harinas.[31] Sin embargo, el jurista debe comprar esta mina con anterioridad ya que el 13 de mayo otorga una escritura para reconocer la participación de su ama de llaves en la mina y Herrería de Velilla. [32]



       En los últimos días de junio de 1844 sus problemas de salud se agravan, tal como el mismo Andino narra a la reina regente: “Habiendome prescripto los médicos para mis padecimientos del estomago el uso de las aguas acidosas de San Hilario y de las sulfurosas de Esparraguera, saldré de esta Corte para Cataluña el 27 de este mes…” [33]. En la misma carta hace gala de una extraordinaria visión política, presagiando un cercano fin de la monarquía: “yo no puedo dejar de anunciar a V. M. como un pronostico infalible, que la Monarquia se pierde irremediablemente y que no pasará mucho tiempo sin que sobre las ruinas de los Templos de Dios y con sangre inocente que habrá corrido a raudales, trace la mano impia de los revolucionarios la ruina del Trono de Ysabel 2da”

       Aprovecha además para vanagloriarse de avisar de los peligros venideros y de haber sido leal a Fernando VII: “Por mi parte, Señora, me lisonjeo de haber hecho cuanto me ha sido posible en bien de mi país y en servicio de mi Reyna. He prescrito los peligros y los he indicado oportunamente, expresando su origen y anunciando los medios de remediarlos. Asi he cumplido fielmente con el ultimo encargo que debi a la confianza del Rey y con lo que me prescribe la lealtad que siempre he guardado a V. M.”



       Aprovecha también para seguir ejerciendo de informador: “vigilante permanente de los alevosos proyectos de los revolucionarios, debo elevar a su augusto conocimiento las noticias que he adquirido de personas respetables, dignas de todo crédito”. Asimismo, recela de la libertad de imprenta, usada como arma por los detractores de la monarquía: “…todavía tiene (la revolución) por desgracia a su disposición los mismos medios que tantas veces le han servido para alzarse con la dominación tiránica del país y si tras la pujante palanca de la imprenta, de que tan escandalosamente esta disponiendo”

       Sainz de Andino se gana la confianza de la reina regente en todos estos años, tanto que el propio Andino lo recuerda en una de sus misivas: “V. M. se ha dignado decirme que cuenta conmigo y V. M. no quedará engañada en su confianza.” [34] Es más, tiene un trato muy personal con ella, hasta el punto de enviarle un remedio para un dolor de muelas: “he aprovechado las pocas oras que han transcurrido desde ayer tarde hasta este momento en que voy a marchar para preparar el elixir odontológico, que entregará a V. M. Dn Tomas Cortina. Pido a Dios que sea eficaz para aliviar el padecimiento de V. M. asi como lo ha sido para mi. Adjunta es la nota para su uso”. 



       El jurista aprovecha sus viajes por cuestiones de salud: “en seguida tomaré nueve baños en Arechavaleta” para seguir con sus tareas de espionaje: “Yo me detendré, Señora, en Zaragoza (…) para hacer lo que conviene en servicio de V. M. pues me consta que se esfuerzan los revolucionarios en promover en Aragón nuevos movimientos y que han salido varios emisarios de Madrid con este objeto, provistos de recursos.” 

       Pocos días después, el 21 de julio se traslada a Zaragoza, siguiendo con sus labores de espionaje: “en mi viaje desde Barcelona a esta ultima tuve presente que debe interesar a V. M. saber a punto fijo el objeto del viaje de Madoz a Lérida y procuré averiguarlo…” [35] llegando incluso a cambiar el lugar de los baños medicinales para cumplir su cometido: “…como esto interesa tanto, estoy casi decidido para alejarme menos de esta Ciudad, a tomar las aguas sulfurosas de Gravalos, que solo distan 18 leguas de esta Ciudad, porque desde Arechavaleta hay 50 leguas de distancia y no podría ejercer una influencia tan activa”

       Diez días más tarde vuelve a escribir a la reina para informarle que habían confundido a Madoz con otro diputado. En la misma carta, Andino se posiciona a favor del clero: “Por causas que son ciertamente incomprensibles, los ministros han desechado aquellas disposiciones, que como V. M. sabe, estaban ya preparadas y lejos de haber hecho nada que sea positivo a favor del clero…” y se declara ferviente defensor de la Monarquía: “…no quedará exterminada (la revolución) ni dejarán de repetirse sus abominables excesos mientras que el gobierno no se decida a reponer la Monarquia con todo su poder y su fuerza.” [36]

       En el mes de Agosto, los problemas de salud de Sainz de Andino se agravan, pasando el día 26 a la localidad madrileña de El Molar “a tomar las aguas medicinales por diez o doce días, para aliviarme de un fuerte ataque neurológico que estoy padeciendo desde la semana pasada.” [37]



      Antes de marcharse informa a la reina madre de que se presenta a las Cortes, dato desconocido hasta ahora: “Aunque hasta que la Reyna ha sido declarada mayor, había reusado admitir candidatura alguna para Diputado a Cortes, estando ya S. M. en ejercicio de su poder Supremo y hallándome persuadido de que en las difíciles y escabrosas cuestiones que van a discutirse en las próximas Cortes, pueden ser útiles para el servicio de la Reyna los esfuerzos de mi zelo en defensa de los augustos derechos del Trono, me he prestado a ser comprendido en la candidatura de la Provincia de Toledo.”




       A principios de octubre la salud de Andino vuelve a resentirse: “…por hallarme convaleciente de la aguda inflamación nerviosa que he sufrido en el estomago, después que regresé de las aguas minerales del Molar” [38] Asimismo, se lleva un varapalo al no salir elegido en las elecciones: “no he sido elegido para las Cortes…sin embargo de haberseme incluido en las candidaturas de Zaragoza, Teruel y Toledo” En su carta a la reina madre habla de movimientos para que no saliera elegido: “Se ha puesto, Señora, grande empeño por personas bien conocidas de V. M. en impedir a toda costa que en las Cortes se levantara una voz fuerte y concienzuda…no ha habido genero de intrigas, de ilegalidades y de coacciones que no se hayan empleado.” Nuestro paisano acaba su carta preguntando a la María Cristina por el éxito de su brebaje para el dolor de muelas: “Señora, si he tenido la suerte de que el elixir odontológico haya aliviado la dolencia de V. M., espero tener la honrra de remitirle mayor cantidad.”





NOTAS

[26] AHN, ,DIVERSOS-TITULOS_FAMILIAS,3379,LEG.65,Exp.5 

[27] Ibídem. Carta de 24 de agosto de 1841. 

[28] EL ARCHIVO MILITAR. Edición del 11 de mayo de 1842 05 11. Año 2 nº 42 pág. 3 

[29] Edición del lunes 6 de marzo de 1843 de EL HERALDO. nº 197 pág. 2 lunes 

[30] BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE SORIA Número 88 pág. 2. 24 de julio de 1843 

[31] ARCHIVO CORTINA. Autos de Manuel María Cevallos y Rubio, esposo de Joaquina Sainz de Andino. Madrid 1866 

[32] Ib.

[33] AHN. ES.28079.AHN/4.1.7//DIVERSOS-TITULOS_FAMILIAS,3390,LEG.94,EXP.21. Carta de 21 de junio de 1844 

[34] Ib. Carta de 18 de julio de 1844 desde Barcelona. 

[35] Ib. Carta de 21 de julio de 1844 desde Zaragoza. 

[36] Ib. Carta de 31 de julio de 1844 desde Zaragoza. 

[37] Ib. Carta de 24 de agosto de 1844 desde Madrid. 

[38] Ib. Carta de 10 de octubre de 1844 desde Madrid.