sábado, 1 de julio de 2017

Los alcalaínos Morales Maldonado: ¿estirpe soriana?



Manuel Carlos Ordás de Aranda.

       En la jerezana iglesia de San Mateo se halla una capilla armoriada[1]  que perteneció a una familia con amplia y distinguida presencia otrora en Alcalá de los Gazules: la de los Morales Maldonado, estirpe que vemos durante décadas al servicio de la casa ducal ocupando puestos de alta responsabilidad en el gobierno de sus estados.

       No se conserva en Alcalá piedra alguna que nos hable de su presencia en ella, pero en Jerez de la Frontera sí tenemos dos testimonios de su estadía: uno, epigráfico, en el Cabildo Viejo, donde se nos menciona a un caballero de este linaje que ocupaba una regiduría perpetua cuando la erección del edificio; el segundo son las armerías sitas en San Mateo. Éstas se hallan por partida triple: primeramente, las armerías pétreas de Morales coronando la portada de su capilla; en segundo lugar, vuelven a hallarse, y en la misma capilla, pero en chapa relevada y policromada; finalmente, en el centro de la nave, en una lauda que presenta el escudo del linaje partido con el de Maldonado. Las armerías Morales que tenemos en San Mateo nos muestran: un moral, acostado de dos lobos empinantes, y una bordura con ocho cabezas de águila, adosadas dos a dos. Sus esmaltes nos los da Juan Moreno de Guerra: «La casa de los Morales en la collación de San Mateo, calle de Justicia, y sus armas: un moral en campo rojo y dos lobos empinantes al árbol atados con cadenas; orla [sic, por bordura] de oro [con] ocho cabezas de águila, según estaban en la capilla de esta familia en San Mateo…».[2] Volveremos más adelante sobre el tema de las armerías.

Armerías Morales, Capilla Morales Maldonado,
 Iglesia de San Mato, Jerez de la Frontera.

       La documentación más remota que conocemos de la radicación de la estirpe en Alcalá de los Gazules se remonta al segundo cuarto del siglo XVI, al año de 1538, en cuyo día 24 del mes de agosto vemos aparecer a Hernando de Morales Maldonado en una partida bautismal, como regidor.[3]  En Jerez de la Frontera los encontramos sólidamente instalados entre la nobleza local ya bien entrado el siglo XVI, de tal forma que vemos inscrito, en el año de 1575, el nombre de un miembro de la familia en la fachada del Cabildo Viejo: Baltasar Morales Maldonado, de quien nos aclara la inscripción que es Caballero Veinticuatro, Fiel y Executor. De muy poco después será la erección de su capilla de San Mateo, de la que conocemos se levanta entre 1573 y el final del siglo. De la historia familiar, en rápido repaso, podemos reseñar: sus regidurías alcalaínas; sus abundantes veinticuatrías jerezanas; sus lucidos entronques en ambas poblaciones; el ingreso de miembros del linaje en el Real Seminario de Nobles, de Madrid; que otro de sus miembros, don Diego, fue Gran Canciller de la Orden de San Juan en el siglo XVII;[4] que una de sus damas, doña Francisca, fue Marquesa de Casinas, etcétera. Pero así y todo, su historia parece principiar en el siglo XVI, pues de antes nada sabemos. ¿Cuáles serán sus orígenes? ¿Hidalgos? ¿O, por el contrario, no más que unos afortunados arribistas que han escalado socialmente? Veamos si es posible aportar algo más a la historia familiar y esclarecer sus orígenes. Para ello nos será sumamente útil la heráldica, esa atrayente y fértil disciplina que sigue siendo abiertamente despreciada por tantos y tantos historiadores.

       Hay una vieja estirpe Morales con raíz soriana que forma parte de esa curiosa institución que se llama Casa Troncal de los Doce Linajes de Soria, institución formada por los descendientes de caballeros que acogieron y defendieron al rey Alfonso VIII de Castilla en su niñez, y recibieron como regalo el conocido como “Privilegio de los arneses”. Trae este linaje[5] por armerías un cuartelado: 1º y 4º de oro, moral de sinople; 2º y 3º, de plata, tres fajas de sable. En un principio nada hay que ligue ambos linajes, pero vamos a ver si en realidad es así.

Rueda con armerías delos Doce Linajes de Soria,
Palacio de los Doce Linajes, Soria.
Rueda con las armas de los Doce Linajes.

      Si comparamos las armerías de arriba con las del linaje que estudiamos, veremos que coinciden en llevar el moral (elemento parlante de ambos emblemas), y también en el esmalte del campo en que va el árbol, amarillo u oro; pero nada vemos en los sorianos de los lobos que aparecen en el emblema de San Mateo, ni en éste vemos las fajas que presentan los otros.[6] De las armerías “sorianas” consideramos que el cuartel de las fajas se añade en tiempos que no podemos precisar al del moral en campo de oro, a sus armas parlantes, que consideramos la parte más antigua del emblema y la que podríamos estimar como principal,[7]  y del que ya hemos visto su aparición en las del linaje que investigamos. Pero ¿y los lobos? Sabido es que las armerías son susceptibles de enriquecimiento, de acrecentamiento, sumándose a los viejos muebles del emblema otros nuevos corrientemente por enlace con otros linajes, pero otras veces, las menos, por concesión regia. ¿Tendrá algo que ver un acrecentamiento con los lobos por los que nos preguntamos?

       Por otra parte, el historiador renacentista Gonzalo Argote de Molina nos refiere que unos caballeros sorianos bajaron al Santo Reino acudiendo a la llamada que les hizo el entonces Obispo de Jaén, don Juan: «el cual trajo consigo muchos caballeros de sus deudos a la guerra de frontera, de quien descienden los linajes de Morales, Santisteban, Vela, y Santa Cruz que en este obispado ha habido».[8] De estos Morales sorianos asentados en el Reino de Jaén surgió una rama que partió a la vecina Córdoba, y a ella perteneció el caballero Lope de Morales y Orozco, capitán de caballos, de oriundez soriana, pero procedente de Jaén y afincado en Córdoba, de donde fue veinticuatro de su cabildo. Este caballero parece ser que fue el primero de su linaje que añadió los lobos a sus armas, animales heráldicos procedentes de las armerías de su estirpe materna: la linajuda Casa de Orozco.

Armas OROZCO, sepulcro de La Malograda, Museo Provincial de Toledo

      En la ciudad califal se llamaron usualmente los de este linaje, Díaz de Morales, y sus armas todavía se conservan en algún que otro lugar. Las componen con el árbol (moral), cuatro lobos arrimados a él, y conservando las fajas. Fajas de las que hemos visto prescinden los asentados en Alcalá de los Gazules y Jerez de la Frontera.

Escudo en la Casa del Burro, Córdoba.

Guadacorte, 3/05/2017.



NOTAS

[1] La capilla nos presenta cuatro escudos de armas, pero en este escrito nos ceñiremos a tratar de los que corresponden al linaje de Morales. Los otros escudos son de Maldonado y de Mesa. 

[2]  Juan SPÍNOLA Y TORRES, Descripción de las Fiestas de Cañas y Toros celebradas en Jerez de la Frontera el año1630 con motivo del nacimiento del Príncipe D. Baltasar Carlos, edición a cargo de Juan Moreno de Guerra y Alonso, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1910, p. 28, nota 36. 

[3]  Archivo Parroquial de San Jorge de Alcalá de los Gazules, Libro 1º de Bautismos, f. 62. 

[4] Diego de Morales Maldonado ingresó en la Orden de San Juan el 26 de julio del año 1628, llegando a ser Gran Canciller en el 17 de febrero del año 1662. PARDO Y MANUEL DE VILLENA, A., y SUÁREZ DE TANGIL Y DE ANGULO, F., Índice de pruebas de los caballeros que han vestido el hábito de San Juan de Jerusalén (Orden de Malta) en el Gran Priorato de Castilla y León desde el año 1514 hasta la fecha, Madrid, Librería de F. Beltrán, 1911, pp. 88 y 89. 

[5] Éstos de Morales son en realidad dos de los linajes llamados “troncales”. Uno es el de los Morales Hondoneros y otro el de los Morales Someros, pero ambos llevan las mismas armas. 

[6] Se podría añadir a estas diferencias que los de Soria tampoco llevan la bordura que vemos en el templo jerezano, pero ésta estimamos que es solamente producto de un entronque de estos Morales que vemos asentados en Andalucía. Respecto al cuartelado, diremos que ninguna importancia tiene: puesto de moda a partir del que inaugura San Fernando (año 1230), su uso o no en nada altera las armerías de un linaje, pues tan pronto disponían sus armas en esta forma cuartelada, que dejaban de hacerlo. 

[7] No conocemos ningún caso en que el mueble parlante de un emblema se añada a otro más antiguo. Lo que conocemos es justamente lo opuesto: el elemento o mueble que da el carácter de parlante al emblema siempre forma parte de su substrato más antiguo. 

[8]  ARGOTE DE MOLINA, G., Nobleza de Andalucía, Capítulo XCIII, Edición de Manuel Muñoz Garnica, Jaén, Establecimiento tipográfico de Francisco López Vizcaíno, 1866, pp. 446-447. No nos lo dice el historiador, pero el obispo a la sazón lo era don Juan de Morales, cuyo pontificado transcurrió entre los años de 1335 y 1357.

4 comentarios:

  1. Felicidades por este documentado artículo. Me ha interesado especialmente porque tengo un antepasado, Juan Suárez de Luna, que fue Alguacil Mayor de Alcalá (testó en 1751), hijo de Juan Bernal Suárez de Luna y de Josefa Bernal de Morales Maldonado, que imagino debió pertenecer a este linaje, no sé si tendréis noticia de estas personas. Gracias por este blogg. Un abrazo,

    ResponderEliminar
  2. Siento no poder aclarar el punto que le interesa. En el escrito, como usted podrá ver, me limito al análisis armero o heráldico pero sin profundizar en la genealogía del linaje Morales. Claro es que ella podrá corroborar lo anterior, o desmentirlo.

    El pequeño análisis heráldico que hago muestra que la heráldica puede, a veces, sustituir la investigación genealógica y mostrar enlaces no pocas veces insospechados y difíciles de establecer mediante aquella.

    Un cordial saludo y gracias por su elogio.

    Manuel Carlos Ordás de Aranda.

    ResponderEliminar
  3. Se sabe según Revista Hidalguía número 261. Año 1997, que era natural de Alcalá de los Gazules. ¿En que año nace y muere?

    ResponderEliminar
  4. Disculpe que no le haya respondido antes, pero hacía mucho tiempo que no me asomaba a esta página. Supongo que las fechas de defunción y muerte se refieren al caballero Juan Suárez de Luna, del que siento decirle que no tengo información ninguna.
    Un saludo.
    Manuel Carlos Ordás de Aranda.

    ResponderEliminar