sábado, 8 de septiembre de 2018

La villa de Alcalá de los Gazules en época medieval (y II)





       Durante el período de tregua que abarcó desde 1310 hasta 1333, el monarca castellano Fernando IV concedió a Alcalá de los Gazules como villa de realengo a Alfonso Fernández de Córdoba, el fundador de uno de los linajes más importantes de Andalucía. A cambio de la donación, el señor Alfonso Fernández de Córdoba debía mantener al menos ciento cincuenta hombres de armas para defender la villa [12]. La cesión en señorío de la villa era hereditaria a favor de la sucesión de Alfonso Fernández de Córdoba que posiblemente ejerciera su potestad como alcaide de la villa más que como verdadero señor. El enfrentamiento entre cristianos y musulmanes durante los años 1339 y1344 culminó con la victoria castellana en la famosa batalla del Estrecho. Los historiadores Miguel Ángel Ladero Quesada y Manuel González Jiménez afirmaron que en aquellos acontecimientos lo que se jugaba era un predominio militar y naval, más que territorial [13]. En 1342 el rey castellano Alfonso XI concedió a la villa de Alcalá de los Gazules toda una serie de amplios privilegios para favorecer la repoblación del territorio, lo que atraía de esta manera, nuevos pobladores, dejando entrever que la villa continuaba con una escasa población. Algunos de los privilegios que se le concedieron fueron la exime del pago de todo tipo de tributos vinculados al carácter territorial y, además, quedaban exentos de pagar toda una serie de impuestos relacionados con las transacciones comerciales.

       Durante el reinado de Alfonso XI, en 1346, Alcalá de los Gazules recibió el honor de ser calificada como muy noble, real e ilustre, por los heroicos esfuerzos y tenaz resistencia de sus habitantes en los varios asedios que sufrió durante la dominación agarena [14]. Además, tenemos información sobre el alcaide de Alcalá de los Gazules, Lorenzo Hernández de Villavicencio, hidalgo de origen leones que arribó con el rey castellano, quien lo nombró como alcaide y capitán de Jerez y, además, como alcaide de Medina y de Alcalá de los Gazules.

      La llegada al poder en Castilla de la dinastía de los Trastámara tuvo ciertas consecuencias en la villa, como, por ejemplo, el hecho de que hacia finales del siglo XIV se incorporara al señorío de don Enrique, duque de Medina Sidonia, conde de Cabra y señor de Morón. El único testimonio que refleja la relación del duque con Alcalá es la sentencia de un pleito que se desarrolló en 1395 [15]. Este pleito surgió por el enfrentamiento entre las villas de Alcalá de los Gazules y Medina Sidonia. Según la información, los procuradores de Alcalá, Ruy Martínez y Fernán Sánchez, denunciaron las invasiones esporádicas de los vecinos de Medina con su ganado a unos prados limítrofes al río Álamo. El duque don Enrique declaró la sentencia del pleito a favor de la villa de Alcalá de los Gazules. De esta manera, el duque aceptaría el derecho de los moradores y vecinos de la villa a utilizar y aprovechar los echos o las tierras de pastos. En la villa se localizaban, concretamente, la dehesa y echo de Aguijón y el del Río Álamo, donde existen referencias a una posible alquería [16]. La sentencia pone de manifiesto la presencia, como testigos, de Juan Sánchez de Bivanco, alcalde mayor en los señoríos del duque; Gonzalo García de Espinosa, Alcaide de Alcalá; Pero Benítez, antiguo Alcalde de la Villa; y Juan Alfón de Sousa, Alcaide de Medina.

       A comienzos del siglo XV, la villa de Alcalá continuaría con una escasa población, al igual que, durante los siglos XIII y XIV. La gran parte de la población seguiría desarrollando la ganadería como actividad económica preferente, debido principalmente al hecho de que la villa se ubica en una zona donde abundan los montes y baldíos, tal y como pone de manifiesto el Libro de la Montería de Alfonso XI[17]. Sin embargo, pese a los numerosos intentos de repoblación por decisión de los reyes castellanos, la villa no se configurará como núcleo de población hasta principios de la época moderna. No obstante, su reducida población no impidió el desarrollo de actividades comerciales.

                   Así pues, Alcalá de los Gazules se convirtió en uno de los pueblos representativos donde únicamente podían hacerse los intercambios comerciales durante las épocas de treguas entre el reino de Castillas y el reino de Granada[18]. Hacia 1427, la villa de Alcalá fue considerada como uno de los once puertos secos y el único que se integró para toda la diócesis gaditana.[19]

       A raíz de la definitiva conquista de Jimena en 1456, la villa de Alcalá de los Gazules perderá su condición de avanzada, aunque, en la práctica, la presencia del mundo fronterizo nazarí continuará hasta los últimos años de la Reconquista. Las fuentes manifiestan la activa participación y colaboración de los vecinos de Alcalá, al igual que los de Medina y Jerez en los asedios capitaneados por el duque de Medina Sidonia, don Juan de Guzmán que concluyeron con su definitiva conquista hacia 1462. Hasta mediados del siglo XV, Alcalá de los Gazules permaneció como villa de realengo. Sin embargo, en 1441, el rey castellano Juan II donó la villa como recompensa a su vasallo el Adelantado de Andalucía Per Afán de Ribera por su fidelidad [20]. Este suceso supone la incorporación de Alcalá al régimen señorial. En definitiva, debemos considerar fundamental el papel que desempeñó Alcalá de los Gazules durante la Edad Media y, de esta manera, resaltar la necesidad de continuar las investigaciones en torno a la trascendencia histórica de esta villa. Para terminar, quisiera hacer alusión a la siguiente cita del poeta latino Horacio: El tiempo saca a la luz todo lo que está oculto y encubre y esconde lo que ahora brilla con el más grande esplendor.


NOTAS


[12] Marcos FERNANDEZ GOMEZ, “La villa de Alcalá…”, p. 215 

[13] Miguel Angel LADERO QUESADA y Manuel ONZALEZ JIMENEZ, “La población…”, p. 216 

[14] Antonio POLEY Y POLEY. Cádiz y provincia. Sevilla, 1901, p. 187 

[15] 1395, abril, 24. Alcalá de los Gazules. El texto sobre el pleito se puede consultar en Miguel Ángel LADERO QUESADA y Manuel GONZALEZ JIMENEZ, “La población…”, pp. 253-255. 

[16] Emilio MARTIN GUTIERREZ. Paisajes, ganadería y medio ambiente en las comarcas gaditanas. Siglos XIII al XVI, Cádiz. Universidad, 2015, p. 187 

[17] Libro de la Montería del Rey Alfonso XI, edición de José GUTIERREZ DE LA VEGA, Madrid, 1877. 

[18] 1422, febrero, 27. Toledo. Este texto está recogido en Juan ABELLAN PEREZ. Documentos de Juan II, Cádiz-Murcia: Universidades, 1984, doc. 53, p. 157. 

[19] 1427, marzo, 14. Toro. Este texto aparece en Juan ABELLAN PEREZ, Idem, doc. 121, p. 339 

[20] Manuel ROJAS GABRIEL, La frontera entre los reinos de Sevilla y Granada en el siglo XV (1390-1481), Cádiz: Universidad, 1995, p. 104.

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