sábado, 25 de mayo de 2019

Las calles de Alcalá y sus nombres. Evolución histórica (I)



Ampliación del artículo publicado 
en la Revista de Apuntes Históricos y de Nuestro Patrimonio 2019


María del Mar JIMENEZ CUMBRE 

      Al pasear por nuestra localidad, pocas veces nos paramos a pensar en por qué tal calle lleva ese nombre o qué méritos hicieron aquellos que tienen la gloria de tener rotulada una con su nombre. Aún resuenan en la memoria colectiva nombres pretéritos que designaron nuestras calles, denominaciones que fueron cambiándose, como norma general, con cada cambio de régimen político en la Historia Nacional, sobre todo en las calles principales. 

     En el presente artículo recopilamos gran parte de los nombres que formaron parte del nomenclátor del callejero alcalaíno, intentando esclarecer las causas que motivaron cada cambio de nombre, reseñando además que en Alcalá siempre ha prevalecido y perdurado el nombre popular sobre la rotulación oficial de muchas calles. Hay que destacar también que fue muy usual una rotación de los nombres de las calles, pues cuando se rotulaba alguna vía, la antigua denominación solía reasignarse a otra calle, produciéndose un baile de nombres, que a veces puede provocar equívocos.


ALAMEDA DE LA CRUZ 

      La actual Alameda de la Cruz se conformó como tal a mediados del siglo XVI, siendo su nombre primitivo Plazuela del Mesón o de los Mesones[1], para pasar a denominarse como Plaza de la Vera Cruz a partir de la de década de los años 70 de dicho siglo, a raíz de la construcción de la ermita del mismo nombre. Así permanecerá hasta que el 24 de agosto de 1895, el entonces alcalde, Diego Centeno del Manzano propone a la Corporación cambiar el nombre de la Plaza de la Vera Cruz por el de Plaza de Montes de Oca, como agradecimiento a las mejoras que este individuo proporcionó a Alcalá: 

“al proponer tal cambio de nombre no duda lo funda en un alto espíritu de justicia al fijar en uno de los sitios más públicos de esta población el nombre de Montes de Oca, nombre que tiene que resultar siempre grato para sus habitantes actuales y mucho más para los de las venideras generaciones que no se hallaran poseídos de las pasiones políticas que hoy reinan y que les recordará al hombre que sin reparar en sacrificios ni inconvenientes sin número, dotó a este Pueblo de Aguas abundantes y potables, que con posterioridad le hermoseó construyendo un bonito paseo donde solo existía una plazuela de piso irregular e incómodo, y no enumerando en fin otros actos laudatorios, por constar a todos.” [2]


      La Corporación municipal así lo acordó[3], pero conviene hacer aquí dos puntualizaciones. La primera es que Pedro Montes de Oca ya contaba con una calle rotulada con su nombre, como veremos más tarde. Tenemos aquí la primera muestra de ese baile de nombres antes mencionado.  Y la segunda es que el que hace la propuesta, Diego Centeno, aparte de alcalde, era yerno de Pedro Montes de Oca. 

la Alameda con el rótulo de Plaza Montes de Oca

      Pedro Montes de Oca Atienza, nacido en Algar en 1835, aunque de ascendencia de Cortes (Málaga) consiguió labrar fortuna en Alcalá, llegando a ser alcalde en varias etapas (enero a julio de 1886, 1890 a 1893 y 1895 a 1897) Su figura fue muy controvertida ya que, si bien sus defensores le otorgaron el titulo de hijo adoptivo y una calle con su nombre en 1877 por la traída de aguas, sus detractores le acusaron de usar el cargo de alcalde en beneficio propio, ya que concedió el aprovechamiento de corchos de los Montes Propios a los Hermanos Roger, de quienes era representante, e incluso de nepotismo, puesto que al ser elegido alcalde en 1897, su primer teniente de alcalde fue su yerno Vicente Díaz Díaz y concejal su también yerno Diego Centeno del Manzano. Falleció el 20 de enero de 1898.[4]



      Un dato desconocido hasta ahora, es que el aspecto de la Alameda no siempre fue igual al que conocemos o hemos visto en las fotos más antiguas, puesto que originalmente, los bancos llegaban hasta el entronque con las actuales calle Real y Rio verde, pero en 1908 fue reformada para facilitar el paso de los carruajes: 

      “Se dio lectura a un expuesto de la presidencia informando al Ayuntamiento de los perjuicios que se causan en la entrada y salida de carros y coches con la parte de paseo que existe en la plaza de Montes de Oca desde la calle de Galan Caballero a la del General Bazan, que después de la fealdad que resulta impide que los carros cargados puedan dar la vuelta sin exponerse a causar daños; por lo cual debían desaparecer los asientos en el indicado sitio dejándolo libre y expedito. 

      El Ayuntamiento acordó por unanimidad en la forma propuesta por el Sor Presidente autorizándolo para que inmediatamente proceda a su demolición y arreglo del piso.”[5]


     Con la llegada de la dictadura del general Primo de Rivera, en diciembre de 1923, se propuso una serie de cambios de nombres y aunque se pensó en rotular la Alameda con otro nombre, finalmente se optó por mantener el que tenía hasta esa fecha: 

     “Conoció la Corporación sobre la variación del nombre de la Plaza Montes de Oca y se acuerda por unanimidad que dicha Plaza continúe con el mismo nombre…”[6]

     Esta plaza continuará con dicho nombre hasta los primeros meses de la Segunda República[7], acordándose el 26 de junio de 1931 crear una Comisión para variar los nombres. Uno de los que se modificará será el de la Alameda, que pasará a llamarse Plaza de Galán y García Hernández en recuerdo de Fermín Galán Rodríguez y Ángel García Hernández, militares que encabezaron la Sublevación de Jaca del 12 de diciembre de 1930 contra la monarquía de Alfonso XIII y que fueron fusilados por dicho pronunciamiento. Aunque en las actas del Ayuntamiento de dicha época no quedó reflejada esta variación, si se hace mención indirecta del mismo: 

      “Conoce la Corporación de un escrito de Don Francisco Fernández Ríos fecha dos de junio actual en el que solicita le conceda una extensión de terreno de cuatro metros de largo por metro y medio de ancho para construir un kiosko en la plaza de Galán y García Hernández a la izquierda de la escalera que baja de la Alameda lindando con la pared de la misma…” [8]

      Posteriormente, tras el alzamiento militar de 1936, una de las primeras decisiones del nuevo ayuntamiento fue devolverle el nombre que tenía antes de la República: 

“Sobre rotulación de varias calles, se acuerda que la plaza Galán y García Hernández se denomine en lo sucesivo con el antiguo nombre de <<Plaza de Montes de Oca>>…” [9]


   
      Este no será el único cambio que sufra durante la guerra puesto que al año siguiente el Ayuntamiento acordó modificarlo por el de Plaza del Generalísimo Franco “como tributo obligado a cuanto en los actuales momentos lo dieron todo por la Patria y por el resurgir de ella se esfuerzan cree deba adoptarse el acuerdo de imponer el nombre de Plaza del Generalísimo Franco a la actual de Montes de Oca sin que tal medida suponga olvido de los beneficios que se deben a dicho señor pero que entiende que su memoria está perpetuada con la lápida que se conserva en la dicha Plaza…” [10]

   
      Mucho tiempo después, tras la llegada de la democracia, se le puso el nombre con el que hoy la conocemos de Alameda de la Cruz.




ARROYO 

      La calle Arroyo es una de las pocas que no ha variado su nombre desde sus orígenes, salvándose de los cambios, como sucediera en 1907: “…2º Que la calle de Arroyo se siga titulando con el nombre que hoy lleva.” [11]


CADIZ 

     Dentro de la sustitución de nombres llevada a cabo en 1907, una de las que se verá afectada, será la actual calle Cádiz, nombre que adoptará por acuerdo de la corporación municipal adoptado el 10 de agosto de 1907, sustituyendo al original de Cruz del Manchego:

 “…En su consecuencia quedaron aprobados los siguientes. … La Cruz del Manchego, <<Cádiz>>”  [12]

     Desconocemos el origen del nombre primigenio, aunque ya aparece como tal en un listado de calles en un alistamiento de 1808. 


CALLEJÓN  CHAMORRO 

     El Callejón Chamorro es otro de los que no ha variado su nombre desde que existen registros. Con este nombre ya aparece en documentos de mediados del siglo XIX.[13] El apellido Chamorro ya nos lo encontramos en Alcalá en el siglo XVI: 

“En este dia babtice a Alonso hijo de Gonzalo Hernández y de su mujer Francisca Benítez padrinos que fueron Pedro Ramos y su mujer Ines Garcia, y Chamorro y su mujer…” [14]


CALLEJÓN DEL GATO 

      El Callejón del Gato, ya aparece recogido como tal en documentación de 1851[15], siendo sustituido por el de Callejón de Lugo dentro de los cambios de 1884, en honor del capitán José María Lugo, que fuera alcalde durante el trienio constitucional entre 1820 y 1823. Ambos nombres convivieron durante épocas puesto que en algunos documentos aparece mencionado con el primero, por ejemplo, en el caso de una denuncia de usurpación de terrenos en 1923: “perteneciente a la vía publica en la salida del Callejón del Gato…”[16]mientras que, en otros casos, como en el padrón de habitantes de 1935, aparece con el segundo.


CUATRO ESQUINAS 

      El nombre de Cuatro Esquinas que ya lo encontramos en 1826,[17] permanecerá inalterado hasta que se cambia el 29 de mayo de 1905 por el del abogado alcalaíno Ildefonso Romero

     “Se dio cuenta de un expuesto del Sor. Regidor Sindico solicitando se rotule con el nombre de Ildefonso Romero el trayecto de calle que media entre el muro de divide la carretera de la de Garrido Estrada hasta la de Luis Cameros: El Ayuntamiento teniendo en cuenta los servicios prestados en diferentes épocas a esta localidad por el finado Don Ildefonso Romero y las altas dotes que le adornaban acordó por unanimidad acceder a lo pretendido por el Señor Regidor Sindico.”[18]

     Un par de años más tarde, en agosto de 1907 al proyectarse un nuevo cambio de los nombres de las calles,[19]se acuerda el 10 de agosto una permuta, pasando la calle Luis Cameros a llamarse Ildefonso Romero, nombre que continúa en la actualidad más de un siglo después, mientras que la denominación en recuerdo del alcalaíno arzobispo de Valencia Luis Cameros se pasó a la actual Cuatro Esquinas: 

     “… La de Luis Camero, <<Ildefonso Romero>>” … desde la anterior a la Alhóndiga, <<Luis Camero>>”[20]

     Posteriormente, el 6 de septiembre de 1922, la corporación municipal decidió rotular esta calle con el nombre de Moreno de Mora, en honor del benefactor gaditano José Moreno de Mora y Viton: 

     “Se dio lectura a una comunicación de la Vicepresidencia de la Excma. Comisión Provincial, su fecha diez y seis de Agosto ultimo, y enterado acuerda la corporación municipal por unanimidad rotular la calla Cuatro-esquina con el nombre de “Moreno de Mora” y que de ello se dé cuenta a la referida Corporación provincial.” [21]





NOTAS

[1]  ALMAGRO MONTES DE OCA Ismael; Iglesias, ermitas y hermandades en Alcalá a mediados del siglo XVI; Revista de Apuntes Históricos y de Nuestro Patrimonio 2016. Ayto. Alcalá de los Gazules. Pág. 109 

[2] Archivo Municipal de Alcalá de los Gazules. AMAG. Libro de actas de sesiones del Ayto. Pleno. 1895-1896 Libro 5 folio 63 y vto. 

[3] 72 ptas., fue el valor de las losetas para rotular la Plaza Montes de Oca y su colocación. AMAG. Libro de actas de sesiones del Ayto. Pleno. 1895-1896 Libro 5 folio 83 y vto. Sesión del 30 de diciembre de 1895 

[4] Archivo Parroquial de Alcalá de los Gazules. Libro Funerales 10 folio 566 

[5] AMAG. Libro de actas de sesiones del Ayto. Pleno. Libro 15 folio 1 vto. Sesión del 17 de agosto de 1908 z 

[6] Ib. Libro 25 folio 138. Sesión del 17 de diciembre de 1923 

[7] Ib. Libro 27 folio 37 vto. Y 38. Sesión del 26 de junio de 1931. “Conoce la Corporación de la conveniencia de reformar la rotulación o nomenclátor de las calles y a tal efecto se acuerda por unanimidad nombrar una comisión constituida por los señores D. Rodrigo Delgado Salas, D. Francisco Fernández Benítez, D. Pedro Valle Marchante y D. José Sánchez Revidiego, la cual acordará las variaciones en los nombres de calles y plazas de la localidad que entiendan procedente y desde luego la Corporación de antemano acepta, ratifica y aprobando las variaciones que dicha Comisión determine.” 

[8] Ib. Libro 29 folio 77 vto. Sesión del 13 de junio de 1934. En el mes siguiente, acordándose una remodelación se recoge lo siguiente: “Por la Presidencia se expone que el día anterior celebró sesión la Comisión especial del recargo de la décima para el paro obrero y que de los fondos que dispone dicha comisión había acordado ejecutar arreglos en la plaza Galán y García Hernández o Alameda” Libro 29 folio 88. Sesión del 18 de julio de 1934 

[9] Ib. Libro 31 folio 76. Sesión del 17 de octubre de 1936. 

[10] Ib. Libro 32 folio 83 vto. Sesión del 17 de junio de 1937. 

[11] Ib. Libro 14 folio 18 vto. Sesión del 10 de agosto de 1907 

[12] Ib. 

[13] AMAG. Libro 170. Padrón habitantes 1851 

[14] Archivo Parroquial de Alcalá de los Gazules. Libro 1º Bautismos. Folio 23 vto. 7 septiembre 1551 

[15] AMAG. Libro 170. Padrón habitantes 1851 

[16] Ib. Libro 26 folio 3. Sesión extraordinaria del 28 de abril de 1924. 

[17] AMAG. Legajo 635. Repartimiento de paja y utensilios. 

[18] AMAG. Libro de actas de sesiones del Ayto. Pleno. 1905-1906 Libro 12 folio 52. Sesión del 29 de mayo de 1905. 

[19] "Se acordó quede sobre la mesa un expuesto de la comisión de Policía Urbana sobre rotulación de las calles de esta Ciudad.” AMAG. Libro de actas de sesiones del Ayto. Pleno. Libro 14 folio 15 Sesión del 3 de agosto de 1907. 

[20] Ib. folio 19. Sesión del 10 de agosto de 1907. 

[21] Ib. Libro 24 folio 133. Sesión del 6 de septiembre de 1922. 


sábado, 18 de mayo de 2019

Cronología taurina de Alcalá (VIII)


Ismael Almagro Montes de Oca 


      Continuando con la revisión de la crónica taurina de Alcalá, en 1913 sabemos que Diego Centeno del Manzano, por aquel entonces hermano mayor de la Cofradía del Nazareno, había organizado una corrida de toros el 24 de junio de dicho año para recaudar fondos con los que sufragar el nevo túnico que se le había confeccionado a la Imagen del Nazareno. Pero seguramente, ésta no fue la única, puesto que el 22 de agosto el mismo solicitó autorización para celebrar 3 becerradas en los días de la feria de septiembre, con el siguiente cartel: 

“Plaza de toros 

De 

Alcalá de los Gazules 

     Con superior permiso de la autoridad competente y si el tiempo no lo impide se verificará en los días 1, 2 y 3 de septiembre, Feria en esta Ciudad tres corridas de becerros de acreditadas ganaderías, siendo cada día cinco de capea y un de muerte de los cuales se encargarán de despachar la célebre Murga Jerezana que dirige Don Juan Navarro bajo la dirección del inteligente matador de novillos Manuel Lago (El Alcalareño) 

Entrada de sombra 0,60 

Idem de sol 0,30 

Medias entradas 0,15 

Las puertas de la plaza se abrirán a las dos y la corrida empezará a las cuatro y media 

Quedan en vigor las prevenciones de la autoridad para esta clase de espectáculos”


sábado, 11 de mayo de 2019

Curiosidades en el Registro de Entrada de documentos del Ayuntamiento (I)


Ismael Almagro Montes de Oca 


      El Registro de Entrada de Documentos en el Ayuntamiento alcalaíno que se conserva en el Archivo municipal está compuesto por una serie de libros en el que se apuntaban de manera breve y sucinta todos los documentos que llegaban, tanto oficiales como instancias y otros escritos de vecinos y particulares, indexados por fecha. 

      De entre la mucha información que contiene, vamos a destacar una serie de anotaciones, que, por su contenido, nos han parecido bastante curiosas y dignas de ser conocidas por todos. 

      La primera de ellas se produce el 14 de septiembre de 1885, fecha en que se recibe un oficio del cura párroco contestando a una instancia del alcalde sobre el peligro de ruina de la Iglesia de la Victoria. La respuesta del cura no puede ser más sorprendente: 

“ha trasladado su consulta al Obispo su Sor, y que mientras no resuelva S. I. seguirá celebrando misa en el ruinoso convento de la Victoria porque este no puede desplomarse mientras los Stos esten dentro” [1]

      No se puede negar que este hombre tenía una fe ciega en Dios. 

      La siguiente entrada que recogemos se produce ya entrado el siglo XX y también guarda relación con la Iglesia, aunque en este caso con la aún activa de la Soledad. El 25 de mayo de 1903 dos vecinos son detenidos por cometer sacrilegio en dicho templo: 

“por los guardias municipales José Rodríguez Valle y José Romero Tenorio han sido detenido en el día de hoy José Carrasco Reina y Cristóbal Delgado González por haber armado escandalo dentro del Templo de la Soledad, labandose las manos en la pila del agua bendita, tirando los libros, dando voces, tirándose pedos dentro del referido templo”[2]

      No hace falta decir que, teniendo en cuenta la mentalidad de aquella época, ambos acabaron encerrados en el depósito municipal por cometer tales profanaciones. 

     La siguiente entrada que recogemos se produjo varios meses más tarde, concretamente el 27 de septiembre, fecha en que el alcaide del Depósito municipal comunica al alcalde lo siguiente: 

“Participa que como a las 21 horas del dia de ayer ha ingresado en dicho deposito el vecino de esta Ciudad Franco Vislerio Cuesta por tirar cohetes en la Plaza de montes de oca.”[3]


       Seguramente este hombre no tendría licencia para ello y desconocemos los motivos por los que lo hizo, pero hoy día parecería demasiado castigo para tan poca infracción. Si esto se aplicara en la actualidad, faltarían calabozos en Navidad… 

     Y a pesar de ser otra época, otras leyes y de existir otra moralidad, siempre había alguien que se quería tomar la justicia por su mano. Este es el caso de lo sucedido el 27 de noviembre de 1907, cuando el Cabo de la guardia municipal Juan Coca se vio obligado a detener a un vecino, que, pistola en mano, amenazó al mismísimo alcalde (desconocemos los motivos que originaron las amenazas): 

“Participa haber detenido y puesto a disposición de esta Alcaldía en el depósito Municipal al joven Andrés Wanceulen Martínez por decir que buscaba al Alcalde para matarlo con una pistola que tenía cargada, ocupándole una pistola la cual acompaña.”[5]

      Una norma habitual desde mediados del siglo XIX hasta bien entrado la siguiente centuria, en casos de que la gran cantidad de jornaleros existentes en nuestra localidad se encontrasen parados sin trabajo por exceso de lluvias o de extrema sequía, era que el ayuntamiento repartía a estos obreros entre los contribuyentes y propietarios de fincas, según el poder adquisitivo de éstos, de manera que estaban a obligados a facilitarles trabajo durante los días que se pactasen. Esta medida no siempre estuvo bien vista por los empresarios, por eso no nos sorprende la actitud de uno de ellos, que fue detenido el 14 de enero de 1908 por el Cabo de la guardia municipal Juan Guerrero por negarse a acoger a un jornalero, pero sí nos ha llamado la atención su manera de protestar: 

“Participando haber sido detenido en el depósito municipal a las 13 horas del día de hoy Domingo Fernández Caballero por haber devuelto la papeleta en la que se repartía un jornalero, negándose a tomarlo y diciendo que se la devolviera al alcalde para que se limpiase el culo con ella.”[5]


      A decir verdad, no queda muy claro si la detención estuvo motivada por la negativa a cumplir las órdenes del alcalde o por el exceso en su “libertad de expresión” 

     Precisamente un mes más tarde, el 17 de febrero, se recoge una denuncia que nos parecido curiosa, ya que un veterinario denuncia un caso de intrusismo laboral, pero no en su gremio de trabajo y también por el lugar en que se ejercía tales trabajos de manera ilegal: 

“Veterinario Antonio Muñoz Barea denuncia al intruso Antonio Castillo Vega por herrar bestias en la Plaza de toros y dedicarse a dicho ejercicio sin título para ello”[6]

      Apenas pasados tres meses, encontramos otra anotación llamativa, pues el 15 de mayo, el guardia municipal Juan de Salas detuvo a “un individuo que dijo llamarse Manuel Duran Jiménez natural de Arcos de la frontera por encontrarse en la Plaza de San Jorge de esta población dando grandes voces y blasfemando contra Dios y todos los santos cuyo individuo queda en el Depósito municipal y a disposición de su digna Autoridad.”[7]

      Aun hoy día, en pleno siglo XXI, se sigue aplicando un procedimiento similar a éste (recuérdese el procesamiento del actor Willy Toledo por blasfemar contra Dios y la Virgen María) 



NOTAS

[1]Archivo Municipal de Alcalá de los Gazules. Registro de Entrada de Documentos. Libro 132 folio 35. 

[2] Ib. Legajo 66 libro 1903 folio 23 

[3] Ib. Legajo 66 

[4] Ib 

[5] Ib. 

[6] Ib. 

[7] AMAG. Libro registro de entrada de documentos 1903-1917. Legajo 66

sábado, 4 de mayo de 2019

Cuando Alcalá contó con su Feria de Abril


Ismael Almagro Montes de Oca 



      El 26 de julio de 1830, Fernando VII otorgaba un Real Privilegio a Alcalá concediéndole la celebración de una feria anual en los días 9, 10 y 11 de mayo. En origen, se trataba de una feria de ganado, aunque con el paso de los años fue ganando peso la parte lúdica y festiva, forma en la que llegó hasta los primeros años de la Democracia, cuando el ayuntamiento alcalaíno decidió suprimirla para fomentar las fiestas del Patrón San Jorge. 

Firmas en el Privilegio Real de 1830

     Un dato desconocido hasta ahora es que, en la década de los años ochenta del siglo XIX, se cambió la fecha de su celebración, pasando a celebrarse en el mes de Abril. 

     Corría el mes de agosto de 1885 cuando el recién reelegido alcalde D. Pedro Montes de Oca Atienza en la sesión ordinaria celebrada el día 27, propuso eliminar la feria de mayo para celebrarla en el mes de abril, concretamente el día después de San Jorge: 

“se variasen los días en que se celebra la feria de Mayo y se estableciese en los veinte y cuatro, veinte y cinco y veinte y seis de Abril de cada año” 

      Esta modificación venia motivada por una instancia que hicieron “varios Labradores ganaderos y perentrines” por las circunstancias que concurrían en nuestra población (circunstancias por cierto que no se aclaran en ni en la petición ni en las actas del Ayuntamiento) con el objetivo de impulsar la ganadería local.[1]

       Efectivamente, al año siguiente, 1886, Alcalá contó con su feria de abril, y aunque en el mes de septiembre de dicho año, el gobernador civil de la Provincia se vio obligado a cesar a toda la Corporación por una serie de irregularidades que no vienen al caso, los nuevos regidores mantuvieron la feria en el mes de abril. Así sucedió también en 1887. Sin embargo, sería tal el fracaso de la venta de ganados, que el nuevo alcalde, D. Antonio Sánchez González, se vio obligado a convocar una sesión extraordinaria del ayuntamiento y mayores contribuyentes el 11 de julio “para remediar en lo posible el mal estado en que había venido a parar nuestra renombrada feria de Mayo” 

      El propio alcalde achacaba el decaimiento de la feria a que al celebrarse en fechas más tempranas, el ganado aún no estaba en las mejores condiciones: “efecto a su entender de la variación que había sufrido hace dos años por el Ayuntamiento anterior poniéndola en Abril, en cuya fecha los ganados no tenían aun el merito que les prestaba las yerbas primaverales.” 

       Finalmente, se decidió volver a las fechas originales, declarando nulo el acuerdo de 1885 al no haberse acordado según marcaba la ley vigente. Terminó así la breve y efímera Feria de Abril alcalaína: 

“Despues de una amplia y razonada discusión sobre este particular y teniendo presente que dicha feria desde la época de su concesión en mil ochocientos treinta hasta el año de mil ochocientos ochenta y cinco ha venido celebrándose con resultados satisfactorios en los días nueve, diez y once de Mayo, en que ya el ganado se encuentra en verdaderas condiciones para los compradores pues en dichos días resulta esta feria de paso para las demás de los pueblos de esta comarca proporción que no resulta con la variación llevada a cabo por acuerdo de veinte y siete de Agosto de mil ochocientos ochenta y cinco; cuyo acto realizado en sesión ordinaria y sin asistencia de los contribuyentes que previene la Ley, acusaba una completa nulidad. Por todas estas razones se acordó: Quede sin valor ni efecto el indicado acuerdo y que en adelante vuelva a verificarse la Feria como desde su creación en los días nueve, diez y once de Mayo de cada año en evitación de los perjuicios que se dejan enumerados, dándose la mayor publicidad a esta determinación que se comunicará al Excmo. Sor. Gobernador Civil de la Provincia por medio del competente certificado”[2]



NOTAS

[1] AMAG Actas Cabildo 1884-1885 Legajo 42 Libro 3 folios 93 vto. a 94 vto. 

[2] AMAG. Libro 2 folio 8 vto.