sábado, 21 de diciembre de 2019

El submarino de Isaac Peral


Ismael Almagro Montes de Oca 



       Seguramente muchos se preguntarán qué tiene que ver la Historia de Alcalá con el submarino de Isaac Peral y la respuesta es bien sencilla: el día en que oficialmente salió el submarino a mar abierto por primera vez, el 7 de junio de 1890, había un alcalaíno presente, el alcalde, D. Antonio Sánchez González. 

     El submarino, que fue botado el 8 de septiembre de 1888 en la Carraca, estuvo largo tiempo haciendo una serie de pruebas en el dique, hasta que se organizó la prueba oficial de su salida al mar. 


     Después de la botadura, el presidente de la Diputación Provincial envió una carta al alcalde invitándole a las pruebas oficiales: 

“Proximas a verificarse las pruebas oficiales del buque submarino construido recientemente bajo la dirección de su inventor el ilustre marino Don Isaac Peral, y habiendo dispuesto en su virtud la Excma Corporacion provincial fletar un buque con objeto de que conduzca a los invitados al sitio en que aquellas han de efectuarse, tengo la honra de invitar a V. S. en representación del Ayuntamiento que dignamente preside al efecto d que si lo tiene a bien se sirva trasladarse a esta Capital para presenciar dicho acto contribuyendo con su presencia a su mayor solemnidad; esperando de la atención de V. S. me manifieste oportunamente si acepta esta invitación a fin de que se la participe el día que se designen para las referidas pruebas oficiales. 

Dios guarde a V. S. muchos años 

Cádiz 8 de marzo de 1889 

El Presidente 

Cayetano del Toro” (1)



      La Corporación alcalaína acordó su asistencia por medio de la representación del alcalde. 

NOTAS

(1) Archivo Municipal de Alcalá de los Gazules. Correspondencia y Comunicaciones. Legajo 81.




sábado, 14 de diciembre de 2019

La Restauración de la Iglesia Parroquial de San Jorge


(Artículo publicado en la  Revista Sauzal. Febrero 1991)

Manuel HERMIDA RABEL 
Párroco 


     Hace algunos años, entrar en la Iglesia de San Jorge, de Alcalá de los Gazules, era vivir momentos de verdadera preocupación y miedo. Miedo por el peligro que suponía que aquel vetusto edificio, en situación de abandono de años, se derrumbara; y que con él se perdiera, reducida a escombros, la que por siglos fue la cuna espiritual de todos los alcalaínos. Aún recordamos el caer sobre los cubos del gotear de la lluvia, que no dejaba ni oír la Misa, ya que el ruido que hacía podía más que los rezos de la gente o los sermones del Cura. 

«Hay que hacer algo». «Hay que moverse». Fue el clamor unánime. Y efectivamente se comenzó a actuar. 

      En 1979 los dirigentes provinciales de UCD prometen la realización de las obras, que habrían de correr a cargo del MOPU (Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo); sin embargo el tema no prosperó. Después de un largo paréntesis llegamos al año 1981 en que el actual Alcalde, Luis Romero se interesa por el tema, junto con el entonces concejal del Ayuntamiento y hoy Delegado de Gobernación, José Luis Blanco, llevándose a cabo nuevos estudios y gestiones ante los organismos competentes, que culminarían con la declaración de dicha obra como «Obra de urgente conservación de un Bien de Interés Cultural». Desde aquí comenzamos a caminar. 

      Un magnífico escrito de la pluma de Fernando Toscano, publicado en el suplemento dominical del Diario de Cádiz, de fecha 5 de Enero de 1986, despierta en los ambientes culturales de la provincia de Cádiz la idea de que son necesarias y urgentes dichas obras. 

      Por encargo del obispado se hace un proyecto de restauración redactado por el arquitecto Juan Manuel Gil Fernández, del que se envían tres copias y demanda de ayuda a la Diputación Provincial, al MOPU y a la Delegación de Cultura de la Junta, que por entonces comenzaba a asumir competencias en el tema. De todos los organismos citados, es la Junta la que nos da respuesta, y ante la que se empieza a mover la cuestión por los ya citados Luis Romero y José Luis Blanco; por fin, empezaba a haber buenas esperanzas. 

      El día 1 de marzo de 1987, el Correo de Andalucía hace público en un artículo el Plan de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, de restaurar 88 monumentos en las ocho provincias andaluzas, por valor de 1.300 millones de pesetas, de los que 146 se tiene previsto invertirlos en la provincia de Cádiz. Entre los monumentos elegidos se encuentra la Iglesia Parroquial de San Jorge. 

      En Mayo de 1987, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía aprueba la realización de las obras, y en Octubre de ese mismo año se adjudican a la empresa «Procedimientos Técnicos de la Construcción, S. A.» de Madrid. El presupuesto de las mismas asciende a 24.064.497 ptas. Hay que advertir que sólo incluían la sustitución de la cubierta, que era lo más urgente. 

      Una inmensa grúa de unos 35 metros de altura, que va a servir para la reparación de los techos, es lo primero que llega al pueblo, en Abril de 1988, alrededor de las fiestas de San Jorge. Meses antes, por orden del Sr. Obispo, de acuerdo con la Delegación Provincial de Cultura, se cierra al culto la Iglesia, para facilitar los trabajos que se van a realizar. 



      En el mes de Noviembre del mismo año quedan paralizadas las obras. 

      Esto nos hizo vivir una situación extremadamente crítica, pues nos cogió todo el invierno con las cubiertas quitadas, creando una grave situación de peligro. Fue entonces cuando pusimos el movimiento todos los recursos de presión posibles. Varias notas de alarma aparecieron en la prensa; podemos destacar entre otras, la del Diario de Cádiz, de fecha 9 de Julio de 1989. 

      Hay que reseñar también el esfuerzo realizado por el Alcalde, Luis Romero, que llevó a cabo durante este tiempo un verdadero bombardeo de telegramas y llamadas telefónicas a la empresa constructora y a la Delegación Provincial de Cultura, pidiendo la reanudación de dichas obras. 

      A finales del verano de 1989 y aprovechando la estancia en El Puerto de Santa María, para clausurar unas jornadas de turismo, del entonces Presidente de la Junta, José Rodríguez de la Borbolla, acudimos a entrevistarnos: el Alcalde, Luis Romero, encabezando una Delegación Municipal, y yo mismo en representación de la Parroquia. 

       En dicha entrevista, el Alcalde planteó al presidente la gravedad de la situación y expuso la postura municipal de encargarse directamente el Ayuntamiento de la contratación de una nueva empresa y asumir los gastos que ello pudiera conllevar; pero no se estaba dispuesto a que las cosas siguieran como estaban. 

      La respuesta del Presidente fue clara: «En 24 horas se soluciona el problema». Efectivamente, el día después, técnicos de la Delegación Provincial de Cultura se personan en la Parroquia y hacen una evaluación de los trabajos realizados y de los que son precisos acometer. 

      Las obras se van a realizar por vía de emergencia y no sólo abarcarán la terminación de la techumbre, sino el saneamiento exterior e interior de los muros, gravemente deteriorados por la paralización de las tareas. 



      Hay que añadir también que ese mismo día de la entrevista, por la mañana, y con motivo de la inauguración de la Escuela Taller «El Alcornocal», tuve un encuentro con el Sr. Ministro de Trabajo, Manuel Chaves, que presidía dicho acto, le expuse la situación, le hice entrega de un documento sobre datos históricos-artísticos de la Parroquia y le rogué mediara ante la Junta, para que se reanudaran dichas obras. Sé que lo hizo. 

       El 11 de Noviembre de 1989, aparece una nota en la prensa en la que se dice que la Junta ordena el reinicio de la restauración, que los trabajos se adjudicarán a la empresa «TEXSA», bajo la dirección de los arquitectos Juan M. Gil Fernández y Carlos Sánchez Morate; y que el presupuesto total librado de la primera fase es de 16.640.000 pesetas, y de 18.080.000 pesetas la segunda. Casi inmediatamente comienzan las obras. También se llevan a cabo trabajos de protección de altares y objetos de valor, para preservarlos de posibles deterioros. Todo sigue a buen ritmo. 



      Hay que destacar varios hechos relacionados con la restauración de la Iglesia Mayor Parroquial: en primer lugar, el expediente incoado declarando «Bien de Interés Cultural» a la Iglesia de San Jorge en Septiembre de 1989; y la negociación entre el Ayuntamiento y el Beaterio, a través del Obispado, para canjear la edificación adosada al Templo, por otra vivienda, y llevar a cabo trabajos de ampliación de la Plaza Alta y la liberación de la fachada de la Iglesia. 

      También tenemos que destacar la restauración de la portada de San Juan, a cargo de la Escuela Taller de la Expo 92, cuya gestión hay que agradecer a Juan J. Ruiz Márquez. 



      No podemos dejar atrás el tema de la instalación del alumbrado eléctrico, obra de la Empresa Pedro Montes de Oca, con un presupuesto de dos millones de pesetas, de los cuales la mitad ha sido costeada por la Caja de Ahorros de Cádiz y esperemos que dicha entidad abone la otra mitad, que aún queda pendiente de pago. 

      Nos queda el día grande, el de la Inauguración; y aun cuando quedan pendientes algunas pequeñas cosas por hacer, confiamos en que con la ayuda del pueblo se llevarán a cabo. 

      También me consta, que la Delegación Provincial de Cultura tiene anotadas tres importantes obras por realizar, una vez hecha la apertura al culto de la Iglesia: la restauración de la portada de San Jorge, el campanario y el órgano. 

      Pero el día en que la Iglesia Parroquial abra sus puertas al pueblo, nos llenaremos de incontenible gozo al ver nuestro principal monumento, en la cima del bello monte de Alcalá, como faro de la fe de sus habitantes, y guía de un pueblo, plagado de bellezas naturales e históricas.



sábado, 7 de diciembre de 2019

Las calles de Alcalá y sus nombres. Evolución histórica (IV)




LAS MONJAS 

      La historia de la calle Las Monjas es muy peculiar, puesto que con este nombre se conoce a la que en tiempos pasados llegó a ser tres calles distintas. El primer tramo, desde la Plaza Alta hasta el recodo que desemboca en la calle Villegas, se llamó hasta la reforma del callejero en 1884 calle de los Toros.[64] Este nombre seguramente hacía alusión a que por dicha calle discurría el recorrido de la suelta de toros que desde tiempo inmemorial se hacía en la fiesta del Corpus y el día del Patrón San Jorge. A partir de ese año pasó a denominarse Pedro Mirabal "antes de los Toros, que llega hasta la de Villegas”[65] en memoria del obispo alcalaíno.



      El resto de la calle hasta entroncar con Sánchez Aguayo sí que se llamó Las Monjas, desde la fundación del Convento de Santa Clara. Posteriormente, el 10 de agosto de 1907, la actual calle se dividió en tres, cambiando su nombre el trozo denominado de Pedro Mirabal por el de Manuel María Espinosa,[66] en recuerdo del alcalde alcalaíno bajo el mandato del cual se consiguió el título de Ciudad, el nombramiento de la Virgen de los Santos como Patrona, la unión por carretera con Medina o la traída de aguas de los Regajales. El resto de la calle se dividió en dos, tomando el tramo desde el enlace con calle Villegas hasta el edificio del Pósito el nombre que había tenido el tramo primero, Pedro Mirabal (nuevo baile de nombres) El resto de la calle siguió denominándose de Las Monjas: 

“El Sr Presidente propuso que la calle que hoy se denomina Pedro Mirabal se titule en adelante Manuel Mª Espinosa continuando con este nombre por la de las Monjas hasta la esquina de la casa que fue Pósito público; y desde este sitio hasta la de Sánchez Aguayo con el de Pedro Mirabal.” [67]

      No es cierto, como se publicó en su día, que el nombre de Manuel M.ª Espinosa durara poco por impopular[68] puesto que en 1935 aún aparece tal nombre en documentos oficiales.[69]


LOS POZOS 

      La calle Los Pozos es probablemente una de las que más cambios ha sufrido a lo largo de la Historia. 

       Desde al menos el siglo XVI fue conocida como Calzada o Camino de los Pozos, conservando esta denominación hasta que el 4 de octubre de 1877 los regidores alcalaínos acuerdan sustituir su nombre por el de Calle Montes de Oca: 

“El Ayuntamiento haciéndose eco de este vecindario y en justo agradecimiento a D. Pedro Montes de Oca por haber surtido a su costa de aguas potables a esta Población acordó; Que para perpetuar este hecho que tantos beneficios ha producido, se varíe el nombre de Calle de los Pozos en Montes de Oca, declarándolo hijo adoptivo de este pueblo y benemérito.”[70]

      Más de una década después, en 1890, al conceder el Consejo de Ministros concedió a Cádiz la construcción de cruceros, el 13 de marzo de dicho año, la Corporación decidió rotular esta calle con el nombre de Sagasta

“Esta concesión, ha sido un gran jubilo para todos los habitantes de este pueblo, lo cual ha hecho que en el día de hoy se reúna la Corporación Municipal, acordando: dar las mas cumplidas gracias a nuestros representantes en ambas Cámaras, como a todos los que hayan contribuido a tan feliz resultado, y muy especialmente al dignísimo Excmo. Sor. Presidente del consejo de Ministros Don Práxedes Mateo Sagasta, el que con su apoyo a la idea, todo lo ha conseguido: Y para demostrarle nuestra lealtad, agradecimiento e incondicional adhesión, también se acuerda variar el nombre de una de las principales Calles de esta población, sustituyéndole con el apellido de tan ilustre patricio.” [71]

       Pasado medio siglo, y recién instaurada la dictadura de Primo de Rivera, el 1 de diciembre de 1923, se aprueba sustituirlo por el de Capitán Cadalso

“…a propuesta del concejal Don Gaspar Ramírez Rodríguez se acuerda también por unanimidad cambiar el nombre de la calle Sagasta por el de “Capitán Cadalso” en conmemoración del heroico español de este apellido.”[72] Suponemos que este nombre se puso en honor del militar y escritor gaditano José Cadalso y Vázquez. 

        Trancurrida más de una década, dentro del bienio conservador de la Segunda República, el 5 de diciembre de 1935, como agradecimiento al diputado que había conseguido una cuantiosa subvención del Estado para el abastecimiento de agua potable, acordó rotular la actual calle de los Pozos con el nombre de Diputado García Atance

“Conoce la Corporación de un escrito de D. José Gutiérrez Suarez su fecha 30 de Noviembre último al que se da lectura y que a petición del Sr. Sandoval se copia en este acta literalmente diciendo como sigue. 

A la Ilustre Comisión Gestora del Ayuntamiento de Alcalá de los Gazules.- José Gutiérrez Suarez, Gestor representante de la C.D.A. que fue de este Ilustre Ayuntamiento y perteneciente a la Comisión nombrada para gestionar la subvención del Estado para el abastecimiento de aguas potables de esta Ciudad, tiene el honor de exponer:- Que siendo ya una realidad inmediata los anhelos de este pueblo en lo referente al abastecimiento de aguas expresado, por cuanto la Junta Nacional contra el Paro ha acordado conceder a este municipio 315,655 pesetas para los referidos trabajos, no debemos dejar pasar la ocasión de demostrar nuestra gratitud hacia quienes han cooperado eficientemente en labor tan benemérita.- El exponente, que ha podido observar las angustias de este pueblo, especialmente en las épocas estivales, viendo el desfile de las pobres mujeres obreras acarreando cántaro a cántaro un agua escasa y cara, teniendo que dejar abandonados en sus hogares a sus pequeños hijitos o llevarlos a rastras o en brazo sino querían dejarlos en el abandono y el peligro; que ha visto a estas mismas mujeres cargadas con grandes bultos de ropas sucias y con la panera, para poder lavar en el rio o en los lavaderos públicos, no puede menos de sentir henchido su pecho de gratitud hacia quienes, con su buena voluntad y con visión exacta de los problemas de los pueblos , han de impedir siga exhibiéndose en una Ciudad rica y culta ese cuadro de miseria y de tristeza.- No sólo se consigue con esas obras llevar pan a muchos hogares obreros, solucionando una grande y honda crisis de trabajo sino que también se consigue la gran mejora social de dotar de agua abundante a esos mismos hogares, resolviendo el también hondo e importante problema de la sanidad e higienización.- Debe Alcalá de los gazules demostrar de forma perenne y ostensible su agradecimiento a todos los que han cooperado en esta magna obra y por ello me permito hacer a esa Ilustre Corporación la proposición siguiente.- 1º Que se exteriorice la gratitud del pueblo de Alcalá de los Gazules hacia cuantos han contribuido a la solución de este grave problema del paro obrero y de la falta de sanidad e higiene, por acuerdo que a ese fin tome la corporación.- 2º Que esa misma Ilustre Corporación, teniendo en cuenta que Don Manuel García Atance ha sido alma principal de tan jubilosa resolución se haya conseguido, prestando en todo momento su valiosísimo apoyo, como la Comisión pro-agua pudo comprobar desde un principio, acuerde nombrar a tan digno Diputado por esta provincia hijo adoptivo y con su nombre se rotule la calle de los Pozos o Sagasta, colocando frente al Ayuntamiento en dicha calle una inscripción que diga: Calle del Diputado García Atance.- Suplica a esa Ilustre Corporación acuerde como se pide, por ser así procedente y de justicia, si queremos demostrar que esta Ciudad merece el lema con que se honra de Muy Noble Leal e Ilustre.- Viva V. S. muchos años.- Alcalá de los Gazules 30 de Noviembre de 1935.- José Gutiérrez.- (Rubricado) 

Usa de la palabra el Sr. Sandoval y propone se acuerde la propuesta del Sr. Gutiérrez Suarez en todas sus partes de absoluta conformidad con la misma y la Corporación por unanimidad asi lo acuerda, en su consecuencia se participe la gratitud del pueblo y Ayuntamiento de Alcalá de los Gazules a cuantos han contribuido a la solución del asunto de que se trata, se nombra hijo adoptivo de esta Ciudad a don Manuel García Atance y que se rotule la calle de los Pozos o Sagasta con la inscripción que diga <<Calle del diputado García Atance>>.”[73]

      Pero la historia de este nombre fue muy breve puesto que apenas un par de meses después, tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones generales de 1936, concretamente en la sesión del 29 de febrero, se acordó su cambio por el del día de la celebración de dichas elecciones: “A petición del mismo Sr. Ortega de la Corte se acuerda por unanimidad sustituir el nombre de la calle diputado García Atance por el de <<16 de febrero>>” [74] 

       Este nombre también duraría bien poco, ya que, en plena guerra civil, el 17 de octubre de 1936, borrando todo rastro republicano de las calles alcalaínas, la Corporación acordó sustituir este nombre por el de  General Franco

“Sobre rotulación de varias calles, se acuerda… que la calle Sagasta se denomine <<General Franco>>…” [75]

       Posteriormente, el 17 de junio de 1937 se traspasó este nombre para la Alameda (nuevo baile de nombres) pasando la calle los Pozos a denominarse General Mola

“…que asimismo se titule calle del General Mola a la que actualmente se llama del General Franco…” [76]

       Como sucedió con otras calles, al llegar la democracia, esta calle recuperó su nombre original. 




NOTAS

[64] AMAG. Legajo 212. Padrón habitantes 1884-1928. Rectificación padrón 1883 

[65] AMAG. Legajo 183. Padrón habitantes 1889 

[66] Ib. Libro 14 folio 18 vto. y 19. 

[67] AMAG. Libro de actas de sesiones del Ayto. Pleno. Libro 14 folio 22 vto. Sesión del 10 de agosto de 1907 

[68] RAMOS ROMERO Marcos; Historia de los Pueblos de la Provincia de Cádiz. Alcalá de los Gazules. Diputación de Cádiz 1983. Pág. 300. 

[69] AMAG. Legajo 196. Padrón habitantes 1935. Aparecen en el distrito de la Plaza Alta, las calles Pedro Mirabal y Manuel M.ª Espinosa. 

[70] AMAG. Libro de actas de sesiones del Ayto. Pleno. Legajo 41 Año 1877 Libro 2. Sin foliar 

[71]AMAG. Actas Cabildo 1889-1890 Libro 3. Folio 75 vto. Y 76. 

[72] Ib. Libro de actas de sesiones del Ayto. Pleno. Libro 25 folio 129. 

[73] Ib. Libro 30 folio 96 vto. - 97 vto. 

El rótulo de la calle se hizo sobre una piedra de mármol por la que se pagó 7,40 ptas. a Manuel Torres Mateo por su porte y acarreo. (Libro 30 folio 122 vto. Sesión del 25 de enero de 1936) 

[74] Ib. Libro 30 folio 140 vto. 

[75] Ib. Libro 31 folio 76. 

[76] AMAG. Libro de actas de sesiones del Ayto. Pleno. Libro 32 folio 83 vto.