lunes, 10 de septiembre de 2012

El Santuario. Aproximación descriptiva (III)


EL CAMARÍN 

      Una vez terminada la descripción de la Iglesia pasemos al estudio del camarín. Este como su propio nombre indica es la cámara, capilla o habitación que da cobijo a la Imagen que se venera, en este caso Nuestra Señora de los Santos. Y lo primero que debemos de hacer es averiguar el origen y significado de la palabra. Parece obvio que camarín es el diminuto cariñoso de cámara, cuyos antecedentes los podemos situaren los templos egipcios o griegos, pues recordemos que en estas civilizaciones, sus templos tienen precisamente varias salas más o menos grandes y entre éstas destacan por ejemplo la cámara del altar del Dios Egipcio o el opistodomos en los templos griegos, todas ellas con una función clara de aislarla figura o estatua del Dios de las diferentes estancias del templo, dándole un halo de intimidad y misterio que parece que aún hoy se puede apreciar. 

     En el Santuario, parece que el objeto de la ubicación e instalación del camarín va por los mismos caminos anteriormente citados, quitando el anterior carácter profano y exaltando los valores cristianos, colocando la imagen de la Virgen. De ahí esa ubicación por encima incluso del nivel de la Iglesia, por detrás del altar mayor y formando un todo con éste, todo esto, le va dar a esta zona de la Iglesia una caracterización e importancia especial. 


Camarín

     El acceso y salida al camarín se hace desde la Iglesia o bien desde la sacristía como después veremos. Desde la Iglesia, se accede por dos puertas laterales situadas a ambos extremos del altar mayor. Habitualmente la puerta del lado de la epístola se utiliza como puerta de entrada y la del lado del evangelio como puerta de salida, ya que las escaleras son más bien estrechas, y en los días señalados se producen grandes aglomeraciones de público. Subimos pues al camarín por la puerta del lado de la epístola y se nos aparece ante nosotros como una maravillosa sala octogonal con multitud de espejos y dorados y profusión de colores, con una decoración multicolor y una iluminación natural producto de dos monumentales vidrieras de las que hablaremos posteriormente. 

     Situaríamos el camarín histórica y artísticamente a mediados del siglo XIX dentro del más puro estilo isabelino recogiendo maneras ornamentales barrocas y rococó, según pudimos deducir en conversaciones con Fernando Toscano y con Ricardo Llamas, Licenciado en Bellas Artes, que tuvo a su cargo la restauración del mismo en el verano de 1982 y con el cual tuvimos la suerte de trabajar como ayudante. Esta restauración provocada por el mal estado general de la sala, consistió en el picado y repintado de paredes, sustitución de los espejos y restauración de los dorados, con el habitual sistema de pan de oro. Llamas hace una restauración con un toque personal, dándole aún si cabe más luminosidad y barroquismo a la sala, situando nuevos espejos y dorados más claros y utilizando colores más vivos. Como todo proceso de restauración tuvo sus opiniones a favor y en contra. 

Detalle de la cúpula del camarín
     Siguiendo con la descripción, el camarín se nos aparece como un octógono, alternando el sistema lado-pilastra y estos ocho lados se utilizarán de la siguiente manera: tomando como referencia de primer lado el vano que se abre al altar mayor y por el cual desde la Iglesia se puede observar la imagen de la Virgen y situándonos en el mismo sentido de colocación de la Imagen, el segundo lado estaría formado por una puerta de dos hojas, con cuatro casetones dorados en cada hoja, y que permite el acceso a un minúsculo almacén donde el capataz del paso de la Virgen guarda sus herramientas. El tercer lado es el vano que alberga la escalera descendente hasta la calle, por donde Nuestra Señora de los Santos se entrega a sus hijos cada romería o cada venida al pueblo. Siguiendo con la descripción, el cuarto lado lo ocupa una puerta de las mismas características que la anterior que conduce a la sacristía. El quinto lado, (siempre hacia la derecha), lo ocuparía una de las dos grandes vidrieras que fueron donadas por Doña Rosa Moreno Díaz en el año 1.929, fecha que sabemos por la inscripción que hay en la parte inferior de la vidriera; ésta, se forma con multitud de cristales de diferentes colores que tienen en el centro el símbolo mariano, en forma de mayúscula. Habría que destacar la ubicación de la vidriera, orientada al este, lugar por donde sale el sol, por lo que la sala tendría luz suficiente durante buena parte del día. El sexto lado es otra puerta, de las mismas características que la anterior; el séptimo lado lo ocuparía la otra vidriera de parecidas características a la precedente, pero con una cruz como motivo central, y orientada hacia el sur, por lo que seguiría el movimiento solar. En cuanto al último lado, el octavo, sería la puerta de acceso desde la Iglesia que anteriormente hemos relatado. 


     Como se puede observar la distribución de los lados se hace con cuatro lados ocupados por las cuatro puertas, situadas de manera diagonal y opuesto, mientras quede los cuatro restantes, los lados son ocupados por las vidrieras y los otros dos por sendos vanos. 

     A modo de división, entre los lados se sitúan ocho pilastras que albergan pequeños espejos enmarcados con motivos florales y dorados. 

     Para separar el primer cuerpo del segundo, se recurre a la utilización de una cornisa, típicamente barroca, con entrantes y salientes, consiguiendo ese gran movimiento tan característico de esta corriente artística. Aquí podemos hablar de la colocación de ocho angelitos en cada arista del octógono, que antes de la restauración del año 82 estaban sobre la cornisa tendidos boca abajo y a partir de esa fecha son colocados por Ricardo Llamas en postura sentada y en diferentes actitudes. 

Ángel colocado en la cornisa del camarín

     Desde el nivel de la cornisa partiría la cúpula de media naranja, que tendría una característica especial y es que no termina cerrada normalmente, sino que se culmina con lo que se ha dado en llamar “rompimiento de gloria” que es un recurso artístico por el que se intenta simular que la bóveda no se cierra y está abierta al exterior, en este caso al cielo. Entre las nubes de ese cielo simulado, aparecen algunos angelitos y en el centro la paloma divina. La cúpula se decora también con espejos, pero éstos son más pequeños que los del primer cuerpo, además de una abigarrada decoración a base de lazos y motivos vegetales, todo ello con un tono multicolor. De la misma cúpula, penden cuatro maravillosos lampadarios de plata. Evitando el centro geométrico del octógono y situado un poco más adelantado hacia el vano que da a la Iglesia está situado el pedestal que soporta las andas y la Imagen de Nuestra Señora de los Santos, que estudiamos en otro capítulo. 

     A modo de conclusión, diríamos que el camarín sería una de las piezas más admiradas del Santuario por el equilibrio de las formas, por lo recargado de su composición, por la luminosidad que se observa, y por ser el sitio de la unión más directa entre el visitante y la Imagen de la Virgen. 

Detalle del remate de la cúpula del camarín

LA SACRISTÍA 

     Continuando con la descripción del conjunto, pasemos ahora a la sacristía, a la que se accede por uno de los cuartos situados en el patio del aljibe. Precisamente este cuarto quedaría habilitado como post-sacristía, y está amueblado con un sofá y butacones de caña, además de algunos floreros y varios cuadros recientes y de baja calidad. La sala se ilumina con dos ventanas, una que da directamente a la gran explanada del Santuario y la otra que da al segundo patio. Habitualmente se utiliza como sala de espera de los sacerdotes y de los miembros de la Hermandad antes de los actos religiosos. 

     Después de traspasar la post-sacristía, entramos en la sacristía propiamente dicha y que se sitúa precisamente debajo del espacio que ocupa el camarín de la Virgen. Es una sala relativamente pequeña con esta puerta por la que accedemos y otra puerta enfrente que da acceso a la Iglesia. Se culmina con una bóveda rebajada a la que se le colocó un pilar de sustentación debido al hundimiento paulatino que presentaba. La sala tiene una gran cajonera de caoba que ocupa todo el testero y que sirve para guardar ropas y ornamentos sagrados. Encima de la cajonera se han colocado algunos típicos motivos religiosos como el crucifijo, cuadros con textos evangélicos, candelabros, etc. Clavados en la pared tres magníficos espejos de gran antigüedad y de probada calidad con sus respectivos marcos dorados. Enfrente de dicho testero se sitúa un armario de madera en el que se guardan las vestimentas sagradas, los evangelios y los cálices. Ya que estamos describiendo el mobiliario de la sala, lo que más nos llama la atención es la mesa y la silla que preside la sacristía y que habitualmente se utilizan como lugar de firma de las actas de los recién casados en el Santuario. La silla está realizada en madera y cuero labrado con clavos de bronce y la mesa con motivos esculpidos en madera. Son de una magnífica calidad y presencia y no cabe duda que le da a la sacristía un cierto aspecto elegante y señorial. 

En la sacristía se encuentra el paso de San Isidro.
En la fotografía podemos ver el santo en  procesión hace algunas décadas.
 Esta Imagen se encuentra en la actualidad en una pequeña hornacina en la nave de la Iglesia entre los exvotos

     También destacaremos la pila-lavabo que está situada justamente debajo de la ventana que ilumina la sala y que da a la explanada de entrada. Dicha pila realizada en mármol sobresale por la manera tan artística en que se ha esculpido la piedra, y simula a una gran concha. Como referencia nos serviría por su similitud el lavabo que se encuentra en la sacristía de la parroquia de San Jorge, aunque no sería comparable en tamaño y calidad. 

     La puerta de salida nos conduciría a la ante-sacristía que funciona primordialmente como zona de paso hacia la Iglesia. Es el espacio intermedio entre el camarín y la Iglesia y en él se encuentra un antiguo banco corrido de la Iglesia y también un pequeñísimo paso de procesión con la Imagen de San Isidro Labrador con los bueyes. Según nuestras noticias este pequeño paso se sacaba en procesión en la festividad del Santo, patrón de los labradores. Procesión muy justificada, teniendo en cuenta la tradición agrícola de Alcalá. Una alacena con viejos objetos completa el conjunto. 

En esta fotografía, compañera de la anterior, se puede observar el paso de San Isidro
 justo delante de la virgen de los Santos

LOS PATIOS 

     Si en un principio habíamos analizado la Iglesia como parte originaria del conjunto, pasemos ahora a analizar las partes con las que cronológicamente se engrandece el Santuario. Por eso pasamos a hablar de los patios, y en especial del patio principal o patio del aljibe. Espacio que responde al mismo modelo constructivo y organizativo de los patios de los conventos de Santa Clara y de la Victoria en Alcalá, con galería inferior de arcos de medio punto y galería superior de arcos rebajados sobre pilares. En cuanto a su antigüedad, cabe precisar que debe de estar en torno a mediados del siglo XVIII casi en consonancia con otras obras de la época. A su alrededor como hemos mencionado anteriormente se articulan los cuartos, con su función antigua de acogida de gentes y su función moderna de sitio y lugar para disfrute en la romería. Entre estos cuartos, destaca la Gañanía, nombre que deriva de gañán o trabajador y lugar destinado a dar cobijo a éstos. 

     Este cuarto junto al comedor que se encuentra en la galería superior son los dos más amplios que existen de un total de veintitantos. 

     Siguiendo con la descripción del patio es curiosa la disposición de las arcadas, pues resaltaría nuestra teoría de acceso al conjunto (Iglesia y patio) por su cara oeste. Así por este lado se colocan dos arcos que flanquean a otro de mayores dimensiones, que además sirve como escalera de acceso a derecha e izquierda a la galería superior. 

Patio central del Santuario.
 Puede verse los azulejos del viacrucis entre los arcos superiores
y el reloj de sol  en el tejado de la iglesia

     Esta construcción no se vuelve a dar en ninguno de los otros lados del patio y nos preguntamos: ¿Se hace así para la colocación de las escaleras de acceso a las galerías superiores? o bien, ¿es la entrada natural al patio? Por otro lado no podemos olvidar que el acceso actual (desde el patio de en medio), se hace por un arco lateral y no por el central como sería lógico. Son argumentos que se nos ocurren para justificar la «extraña» orientación-colocación del conjunto. 

     Continuando con el estudio del patio, en los arcos, sus aristas externas y pilares se decoran con azulejos, todos ellos de colores vivos y de fabricación sevillana del año 1929 dentro del boom del azulejo con motivo de la Exposición Universal de ese mismo año. Causa también admiración el Vía-Crucis del mismo material y de la misma época, colocado en los pilares de los arcos de la galería superior, representando la pasión de Cristo a través de sus XIV estaciones. También se instalarán azulejos con las imágenes de San Isidro, de San Jorge (patrón de Alcalá) y otro de nuestro pueblo, también de la misma época. En el centro del patio, el pozo pone el aire andaluz al conjunto, destacando su artística rejería, que es la boca del aljibe subterráneo, que posee una gran bóveda en perfectas condiciones de conservación. (Antiguamente, nosotros lo hemos visto, se bebía agua directamente del aljibe). 

Pozo del algibe en el patio principal

     Todo el conjunto se decora con multitud de macetas. Desde el mismo patio se puede observar un curioso reloj de sol que está sobre los tejados de la Iglesia. 

     El patio central se comunica con el de en medio, que a su vez se comunica con el exterior, con una reja de entrada. En dicha reja, y en su parte superior figura la inscripción “la hizo Ramos, 1876”, lo que nos daría su antigüedad aproximada. Aquí nos preguntamos: ¿Por qué se hace el patio? Para nosotros entre otras cosas para construir la casa del santero, para hacer las cocinas, acotar el llano y suprimir la entrada trasera y sobre todo para facilitar el acceso por la actual entrada. La descripción de este segundo patio se limita a un banco corrido de mampostería adosado a los muros, también decorados con azulejos. En los muros del patio aparecen dos inscripciones: por un lado la que hace J.M. Pemán en el libro de oro de la Hermandad que dice: 

¡Ganaste la apuesta oh Dios! 
Porque tus Santos son de corte Celestial 
¡Mientras mis años total! 
No pasan de ochenta y dos. 
Por eso este corazón 
desafinado en sus cantos 
lo dejo, con devoción 
para tu orquesta de Santos. 
En el día de mi cumpleaños 

J.M. Pemán. 8 Mayo de 1979 



     Y por otro lado el dedicado a unos Benefactores que dice: 

     “La junta de Gobierno de la Hermandad de Nuestra Patrona y Madre Nuestra Señora de los Santos, acordó rendir homenaje Justo a los dos Alcalaínos. Muy Ilustre Sr. D. Antonio Romero Barea, Presbítero y al Ilmo. Sr. D. Julio Toscano y Delgado de Mendoza, amantes de la Señora y bienhechores de este Santo lugar. Abril, 1.950” 

Momento de la inauguración del azulejo en abril de 1950

     Para finalizar con la descripción de los exteriores, el tercer patio o patio de fuera no es más que el cerramiento de parte de la explanada de acceso siguiendo el esquema de los bancos corridos de mampostería del segundo patio. Dichos bancos están enmarcados por dos pilares de entrada. Aquí, al igual que en el otro patio, en el ángulo que comunica con la Iglesia, se colocó el siguiente mosaico conmemorativo: 

SANCTUS 
SANCTUS 
SANCTUS 

     Sobrevenida en 1339 la entrada del adversario por tierras de la frontera con propósito de conquistar nuestra población, primer pueblo de cristianos, les salieron al encuentro milicias comarcales, que acamparon en este paraje donde al amanecer descubrieron un estandarte con un crucifijo interpretándose pronuncio de protección divina. Se invocó al señor de los ejércitos Sanctus, Sanctus, Sanctus. 

     Obtenida completa victoria, fue grabada la alabanza trinitaria en piedra. Y puesta al pie del erguido humilladero de la Cruz, transformando con la providencial Imagen de Santa María Virgen, en lugar de oración y peregrinaciones instituido por el sumario de Gracias y Jubileos concedido por Clemente XII en 1739. 

Santuario de Nuestra Señora de los Santos. 

REGINA SANCTORUM ONMIUM. 
PATRONA DE ALCALA DE LOS GAZULES. 
650 y 250 ANIVERSARIO. 
Año de 1989.





NOTAS

     Las fotografías no se corresponden con el artículo impreso.

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