sábado, 28 de octubre de 2017

Eléctrica Nuestra Señora de los Santos. Una empresa centenaria (II)



3.- La generalización de la luz eléctrica y los primeros problemas con el Ayuntamiento.

      Decimos bien, tenuemente, porque las lámparas eran de sólo 5, 10 o 16 vatios y no podían estar en uso a cualquier hora sino sólo desde media tarde hasta la media noche en que la fábrica suministraba fluido, porque pese a la modernidad del servicio, la electricidad no se distribuía utilizando la unidad de medida establecida el kilovatio/hora, sino a "caño libre" y la empresa, contando sólo con la buena fe del comprador, le entregaba incondicionalmente su "mercancía" "a tanto alzado", o cantidad fija por bombilla contratada, que obligaba tanto a que hubiese de cobrarse diariamente como a que fueran necesarias "verificaciones o inspecciones" periódicas para evitar que estos no tuviesen más bombillas que las contratadas así como para que desde una vivienda no pudiesen derivarse cables hacia las colindantes, siendo así como, en los momentos iniciales, los cobradores intervinieron también como "ojos" de la empresa a fin de que no sufriese quebranto económico, máxime cuando el fluido que se consumía había que producirlo con un generador accionado por la combustión de brezo con el gasto que ello conllevaba.

     Un gasto adicional a los que ya había asumido, de "motu propio", en los primeros años, en que nos consta que, al menos , hasta 1913, suministraba gratuitamente todos los días una hora de alumbrado público más así como había instalado y sufragado el alumbrado extraordinario en Navidades, Carnaval y Ferias además de haber efectuado gratuitamente la instalación eléctrica de la capilla de Nuestra Señora de los Santos en la calle de la Salada; la Parroquia de San Jorge, la Casa Ayuntamiento y el Hospital de la Misericordia.

      En esas circunstancias, pese a lo barato del servicio, el número de abonados no crecería con la progresión deseada y, tal como habían previsto los promotores de la empresa, el suministro eléctrico sólo se defendería con la facturación por alumbrado público al Ayuntamiento.


      Sin embargo, a principios de 1913, pese a lo acordado en 1906, el Ayuntamiento (22) usando medidas tales como la imposición, sin motivos, de un gran número de multas (23) o el retraso, por período superior a un año, en el pago de los recibos (24) buscaría el enfrentamiento con la empresa a fin de conseguir que aquella presentase su renuncia al contrato de abastecimiento del alumbrado público para que, de ese modo se pudiese montar una segunda central eléctrica. Y si, ciertamente, el alcalde no se equivocó en la estrategia porque en Julio de aquel mismo año, Manuel Nuche y Compañía le presentaban escrito solicitando rescindir el contrato; si se equivocó al planificar la ejecución de la medida condicionando la efectividad de dicha rescisión hasta tanto no estuviese en funcionamiento la nueva central que pretendían construir, puesto que para evitar "inmoralidades escandalosas” y seguros de que dicho "proyecto" sustentado sólo en los deseos del Alcalde de "venganzas personales", "...seguramente ha de encontrar la natural oposición de las superiores autoridades y del público en general." (25), los socios de la Eléctrica deciden reconsiderar su postura y adoptar una actitud beligerante cuya primera acción sería la supresión del alumbrado publico a partir del día 27 de Septiembre de dicho año. 

      Una supresión del servicio que, además de acciones de gestión política a nivel provincial, iría acompañada de un escrito (26) dirigido a los vecinos informándoles tanto sobre “…la sistemática malquerencia que desde un principio fue objeto por parte de las autoridades locales y principalmente por el actual Alcalde, que siendo el verdaderamente llamado a velar por las mejoras y engrandecimiento de ese pueblo, se ha convertido en un encarnizado enemigo de lo que precisamente debía amparar, porque no cabe dudar que nuestra industria comprometió ahí al azar de este negocio, un capital respetable, cuyo resultado ha sido elevar la importancia de este pueblo, dotándolo de un alumbrado eléctrico tan perfecto como el de las mejores capitales; contribuir al perfeccionamiento de la elaboración de harinas; beneficiar a familias pobres que en la venta de los carbones encuentran sus sustento; derramar muchos miles de pesetas en la instalación de la industria y prodigar, por fin, todos los beneficios que se desprenden de negocios tales…”; como comunicándoles que en aquel momento el alumbrado eléctrico importaba al Ayuntamiento 387,50 pesetas mensuales “...muy poco más de lo que miles costaba el burlesco alumbrado por petróleo, cuando pueblos de mucha menos importancia satisfacen más por este servicio..." mientras que, de llevarse a efecto la pretensión municipal de construir una nueva eléctrica, el mismo servicio costaría, al menos 202,50 pesetas más cada mes (27), lo cual supondría un quebranto de, aproximadamente 2.500 pesetas anuales, además de que el municipio habría de hacer un desembolso "... de 30.000 a 40.000 pesetas para la instalación de la referida Central y de 12.000 a 15.0000 pesetas para la instalación de la red eléctrica por todas las calles de la población, a menos que la intención del Alcalde sea la de dar sólo luz a los sitios céntricos, dejando en la oscuridad a los barrios pobres, que son los que casi componen la totalidad de la población...''.

      Aunque, como era de suponer, con la intervención de las autoridades provinciales, terminó por imponerse el sentido común y la eléctrica pudo seguir, sin la injerencia municipal, prestando su servicio de alumbrado público y de suministro a los, cada vez más numerosos, vecinos que iban dándose de alta en el suministro energía eléctrica.



4.- Las necesidades de ampliación en 1926.

      En el año 1926, en un momento de incremento de la demanda, el primitivo motor de gas pobre quedaba inutilizado y se hacía necesaria una fuerte inversión para reflotar la empresa que no todos los socios estaban dispuestos a asumir.

      En esas circunstancias, Antonio Serrano, que por su condición de Administrador era el que estaba en el día a día de la empresa decide aprovechar la oportunidad para adquirir las diferentes participaciones de sus hasta entonces socios, hacerse con la titularidad de la misma y afrontar, como propietario único, las nuevas y cuantiosas inversiones que, progresivamente, vinieron a mejorar aquella industria.

     La primera de ellas, afrontada en el mismo año 1926, sería la sustitución del motor de gas pobre por otro de combustión, de Gasoil, de la marca Otto Deutz, que con sus 50 Hp de potencia permitía, entre otras mejoras, prolongar el alumbrado público hasta la salida del sol.


     Un alumbrado público que había experimentado un incremento del 200 %, toda vez que sabemos que el total de lámparas distribuidas por todo el pueblo ascendía a 160, todas ellas de 16 bujías y se complementaban por doce focos incandescentes 100 bujías cada uno repartidos por el espacio que constituía el paseo habitual de los alcalaínos, a saber el tramo comprendido entre la Plaza de Montes de Oca y Cánovas del Castillo o lo que es lo mismo, Alameda, Real y Plazuela (28).

     Así pues podemos afirmar que, desde este momento, “la Fábrica de la Luz” pasaba a convertirse en una Central Térmica en la que un motor, accionado por correas, hacia funcionar una dinamo conectada a un cuadro central desde el que se distribuía la electricidad por todo el casco urbano.

     Como anécdota cabe reseñar que, a partir de este momento, cada vez que se iba la luz y era necesario poner, nuevamente, en movimiento el motor, había que esperar a que se reuniesen en la "Fabrica" todos los zapateros de la población quienes asumieron como un privilegio propio el hecho de "tirar de la correa” que accionaba el motor y restituía el servicio; tarea que, dicho sea de paso, les proporcionaba un importante agasajo por parte de la empresa con el mejor de los emolumentos que podían recibir nuestros zapateros: un generoso pago en forma de vino de Chiclana.

    Retomando de nuevo el decurso de los acontecimientos hemos de afirmar que la capacidad de la central eléctrica quedaría mermada muy pronto y desde 1932 había necesidad de un segundo motor que, sin embargo, no entró en funcionamiento hasta 1934 (29).

Pero esta situación duraría poco tiempo toda vez que, tras el estallido de la guerra civil en Julio de 1936, como consecuencia de dicha contienda primero y como resultado de la conflagración mundial después, España padecerá graves problemas de abastecimiento de carburantes que, en nuestra caso, tendrán su reflejo en el hecho de que la eléctrica tuviese que limitar las horas en que podía suministrar alumbrado, lo cual propiciaría incluso la intervención del Alcalde ante las autoridades provinciales exponiendo que, por la proximidad de la sierra y ante el temor de un posible ataque de los maquis al pueblo con los consiguientes problemas de orden público que ello podía originar, era indispensable que se incrementase la cantidad mensual de litros de gasoil asignados a la "Fábrica de la Luz" (30). Petición que, sin embargo, no sería atendida y obligaría tanto a limitar aún más las horas de abastecimiento como a encarecer la producción de electricidad sin que, por el contrario, se pudiesen incrementar los precios del servicio (31).

      En ese contexto y en un intento de reducir, en lo posible, el déficit que la situación generaba, la empresa haciendo uso de las herramientas que le brindaban leyes de reciente aprobación, hizo una apuesta clara por la generalización del "contador" (32) con el doble objetivo de ir acabando, progresivamente, con el "tanto alzado" como de diversificar e incrementar los ingresos ya que al hecho de que los "abonados" pagasen realmente lo consumido (33) habría que añadirle que las empresas suministradoras estaban facultadas para vender y alquilar contadores (34) con lo que ello suponía para obtener ingresos complementarios.



NOTAS

(22) En esencia, el origen de los problemas habría que buscarlo en una predisposición del Alcalde, Manuel Ahumada Granara, a quitarle a la Eléctrica la concesión del alumbrado público que, de acuerdo a lo pactado por la Corporación de 1906, debería durar hasta 1938.

(23) Multas por motivos tales como que una noche no encendiese alguna de las diferentes luces que debían permanecer operativas hasta el amanecer y que eran las de la puerta del Cuartel de la Guardia Civil; la del Hospital de la Misericordia o la del final de la calle Diego Centeno; sin que, en descargo de la eléctrica, sirviese ningún tipo de justificación como tampoco servía que aquella los hubiese resuelto rápidamente; cuando realmente el responsable de mantener las farolas era el Ayuntamiento y no la eléctrica que, asumiendo un gasto cinco veces mayor del que había se había comprometido a asumir, había sustituido incluso, en determinadas calles y plazas, las lámparas de filamento de carbón por otras de filamento metálico

(24) En virtud del aludido contrato suscrito en 1906, transcurrido un trimestre sin que el Ayuntamiento abonase el importe del alumbrado público, la empresa podía dejar de suministrarle fluido eléctrico sin que el ente local pudiese adoptar en contra de aquella ningún tipo de medidas coercitivas ni sanciones.

(25) Unas autoridades y públicos, que estaban seguros, no aceptarían que por "...venganzas personales, se sacrifiquen intereses respetabilísimos del pueblo; y decimos esto, porque si el negocio es tan lisonjero, ¿por qué no lo afronta con dinero propio, abarcando también el alumbrado particular, en lucha con nosotros, en vez de perjudicarnos con intereses ajenos?..."

(26) Escrito que contó con la aprobación previa del Gobernador Civil y fue impreso en la gaditana imprenta de Manuel Álvarez domiciliada en el número 12 de la calle Feduchy.

(27) “Que ese proyecto es ruinoso, puede comprobarse con los siguientes datos, de cuya exactitud cualquier persona, por incompetente que sea, puede fácilmente convencerse.

Sin incluir más que los gastos de mayor cuantía y pecando de corto al calcular los gastos más principales, se puede afirmar que el sostenimiento de la referida Central, o sea, que su entretenimiento costaría mensualmente:

Sueldo de un maquinista-electricista 150 pesetas
Sueldo de un gasista 90 pesetas
Consumo de carbón al mes 250 pesetas
Aceite, engrases y correas 25 pesetas
Arreglo y compostura de máquinas 25 pesetas
Compra de lámparas eléctricas 50 pesetas

Total 590pesetas

Lo que paga hoy el Ayuntamiento, son 387,50

Luego se perjudica mensualmente en 202,50 pesetas que representan un quebranto anual para los intereses del pueblo, de pesetas 2.430, sin contar con los desembolsos que el Municipio tendría que hacer (para montar la fabrica y el cableado)"

(28) Según se reseña en el contrato suscrito entre el nuevo propietario y el Ayuntamiento, fechado en Octubre de 1926 y que habría de tener una vigencia de diez años.

       El alumbrado público debería tener un horario que, en todo tiempo, estaría operativo un cuarto de hora antes de que se pusiese el sol y se apagaría un cuarto de hora antes de que saliese.

      Los focos del paseo por el contrario estarían en funcionamiento entre las 19 y las 23 horas en invierno y entre las 21 y la 1 de la madrugada en verano, siendo potestativo de la alcaldía fijar la fecha en que entraba en vigor uno u otro horario.

      Los alumbrados extraordinarios tendrían una duración mínima de tres noches.

      Si por cualquier causa, ajena al señor Serrano, hubiese "oscuro" (nombre con el que designaban la ausencia de servicio) se le sancionará a razón de 25 pesetas por noche, cantidad que será de aplicación también en los "oscuros parciales", entendiéndose como tales cuando a las doce de la noche no se hubiese disfrutado de luz en al menos tres horas.

      El Ayuntamiento, por el contrario, se comprometía a pagar por trimestres, quedando el señor Serrano facultado a suspender el servicio cuando la administración local no cumpliese con sus obligaciones en el plazo de los ocho primeros días después de vencido el trimestre correspondiente.

      Aún cuando en la documentación de la eléctrica se empieza a plantear su adquisición en 1932 creemos que no es hasta 1934 cuando empieza a utilizarse el motor, CROSSLEY, de aceite pesado, tipo horizontal, con 70 Hp. de potencia que arrastraba una segunda dinamo de corriente continua, con 52 kws, constituyendo el grupo de reserva.

(30) "Que el problema del alumbrado publico en esta localidad es de suma trascendencia en atención a su característica agrícola y situación actual de amenaza por la proximidad cercana de los fugitivos rojos.

      Por reducciones sucesivas se han ido disminuyendo los cupos de gas-oil que la Comisaría de Carburantes Líquidos tiene asignados a la Fabrica abastecedora "Nuestra Señora de los Ángeles" (sic) la que en la actualidad solo suministra fluido por espacio de tres horas quedando por ello la ciudad en la primera hora de la madrugada completamente oscura.

      El Alcalde que suscribe, interpretando el sentir general del vecindario y estimando un deber dar cuenta a V S de la situación especial por que atraviesa, le pone en su superior conocimiento y se permite proponerle que por la Junta Provincial de Carburantes, le sea aumentado el cupo actual que la mencionada fabrica tiene asignado, y que es, de mil doscientos cincuenta litros, (1250), en setecientos cincuenta más, mensualmente, pues de esa forma, se obtendría el beneficio de dos horas más, precisamente en las que son de más imprescindible necesidad. V S resolverá lo que estime más conveniente. Alcalá de los Gazules, a 21 de Julio de 1943. Fdo. El Alcalde. Benito Cellier Buitrago".

(31) En aquel momento existían dos tipos de tarifa, una a tanto alzado en la que el suministro se cuantificaba por bujías, así 10 bujías eran 5 pesetas al mes; 15 bujías eran 6,50 pesetas; 25 bujías suponían 9 pesetas; 32 ascendían a 12 pesetas al tiempo que, para los obreros, las 10 bujías que abasteciesen a una única lámpara la cobraban a razón de 0,20 pesetas diarias.

      De cualquier forma hay que tener en cuenta que las tarifas no habían experimentado cambios desde que se aprobaron oficialmente en 1907 y así ni en 1926, cuando se aumentaron las horas de servicio, se había incrementado el precio.

       Aún más, es de reseñar que a fin de resolver esta situación, en 1940 Antonio Serrano llegó a mantener una entrevista personal con el entonces Gobernador Civil de la Provincia, Manuel Mora Figueroa, quién trató de acceder a las peticiones de Serrano, solicitando del Ministerio que a la eléctrica se le cobrase el gasoil como a la industria pesquera; propuesta que, sin embargo, le sería denegada al tiempo que le sugerirían que se restableciese el servicio en los términos en que se prestaba en 1926 con la salvedad de que se diese servicio de alumbrado público una hora antes de que saliese el autobús que nos comunica con Cádiz. Pero, poco después, Agosto de 1942, empezaría a faltar el combustible y, aunque no estaban obligados a ello, la eléctrica empezó a realizar un descuento del 30 % al alumbrado publico y un 20 % a los abonados.

(32) En folleto editado en 1936 en la madrileña imprenta de Juan Pueyo se argumentaba que "sólo con contador eléctrico el abonado puede ir aumentando sucesivamente su consumo", mientras que el "tanto alzado" suponía una verdadera barrera contra el progreso de la electrificación, contra el bienestar del abonado y contra el desarrollo de la central eléctrica. Según dicho autor, la instalación de contadores sería beneficiosa para los abonados tanto porque eran baratos y no necesitaban mantenimiento como porque les permitirían ampliar el número de lámparas y aplicar la energía a los múltiples aparatos domésticos que ya eran baratos.

(33) Como quiera que, pese a las ventajas que suponían tanto para la empresa como para los abonados, la instalación de contadores, existían susceptibilidades al respecto, hubieron de tomarse todas las precauciones posibles y así 

1.- se estableció un "mínimo" que el abonado debería sufragar siempre aunque la totalidad del fluido consumido no alcanzara la cifra de kilovatios contratada. Mínimo que quedó fijado entre 8,60 y 10 Kv. que se abonaban a 1.50 pesetas el kilovatio.

2.- Garantizado así que, aún con un consumo reducido, el importe correspondiente resultase remunerador para la fábrica de electricidad, había que reducir el precio de los kilovatios que superasen dicho mínimo como fórmula para incentivar el consumo y, por ello, los siguientes kilovatios se abonarían a peseta la unidad.

(34) Desde Diciembre de 1933 en que se facultó a las empresas suministradoras para alquilar contadores se reguló incluso hasta el importe que se podía cobrar por el alquiler, de modo que en apenas cinco años aquellos quedaban amortizados y, a partir de dicho momento, se convertían en otro concepto para obtener beneficios y propiciar nuevos planes de expansión de las empresas. Así, nos consta que en este momento en Alcalá se cobraban 3 pesetas mensuales en concepto de alquiler, reparaciones y verificación del contador.

sábado, 21 de octubre de 2017

Bendición de unas viviendas y homenaje a los marqueses de Campo Nuevo



Noticia publicada en Diario de Cadiz en su edición del 18 de enero de 1967

     "La Hermandad de Nuestra Señora de los Santos, de tanto abolengo, está llevando a cabo de unos años acá una callada, pero no por eso menos importante, labor social: la construcción de viviendas. 

     En 1952 y como consecuencia de unas misiones de los PP. Jesuitas, se creó el patronato de viviendas <<Nuestra Señora de los Santos>>, regido por la junta de gobierno de la Hermandad con la finalidad de paliar en lo posible el gravísimo problema que la falta de vivienda planteaba a las familias obreras de esta localidad.

     Este patronato ha construido desde aquella fecha treinta viviendas y comenzado otras doce. Esta cifra que podrá parecer insignificante, es digna de elogio no solo por la falta de medios de que se nutre el patronato, sino por el hecho de que en el mismo periodo de tiempo ha sido muy poco lo que en materia de viviendas de este tipo se ha hecho en Alcalá.

     El Obispo de la diócesis, que colocó en su día la primera piedra del último grupo de doce viviendas había expresado sus deseos de colocar la última teja, por lo que la Hermandad, decidió invitarle a la bendición de las mismas y a la colocación de la primera piedra del nuevo grupo de doce viviendas que ahora va a comenzarse. Al mismo tiempo había que rendir público y merecido homenaje a los marqueses de Campo Nuevo, que reiterada y desinteresadamente han venido aportando su ayuda material al pueblo por medio de Cáritas Parroquial, Escuela Profesional, Campaña de Navidad y este patronato.


     Todo se ha conjugado en unos actos sencillos, pero cariñosos que han tenido lugar el pasado domingo. Todos los actos, acompañados por un tiempo espléndido, han demostrado el cariño y veneración del pueblo hacia su pastor y el agradecimiento a unos bienhechores. 

      La misa en la parroquia, celebrada por el prelado y dialogada con todo el pueblo, las palabras del pastor en la homilía, y las comuniones fueron digna apertura.

     Luego, la entrega por el cura del título de camarista mayor honoraria a la marquesa y la imposición a la misma de una medalla de la Santísima Virgen, preludio de la bendición y colocación de la primera piedra Monseñor Añoveros recorrió las doce viviendas, compartiendo previamente unos minutos con sus moradores. El R. P. Mansilla puso en sus palabras el agradecimiento que no soto las Escuelas Profesionales, sino el pueblo entero tenían hacia esa familia que tan generosamente se ha portado con él.

     Después, la comida popular, que por deseo expreso del señor obispo fue así: popular en toda la extensión de la palabra.

    En el mismo local S.E.R., poniendo el dedo en la llaga viva del problema juvenil, habló con extrema sinceridad y cariño a los padres de familia, que recibimos allí en breves palabras una gran lección pedagógica.


EL CORRESPONSAL"




NOTA

Las fotografías no se corresponden con la noticia publicada en prensa.
Nuestro agradecimiento a Tano Ramos por su colaboración


sábado, 14 de octubre de 2017

El Curato y la Parroquia (y II)




      No siempre fue fácil, en el antiguo Alcalá, la coparticipación del clero parroquial, encargado directamente de la cura de almas, con el clero beneficial, pues existían inclusa peculiaridades locales que parecen propiciar ciertos roces. Por ejemplo: “la presidencia en el coro y procesiones, y el gobierno de la Iglesia, ministros y campanas eran reconocidos como de los vicarios en los 13 pueblos del obispado, las bendiciones de las Candelas, Ceniza y Ramos y también con excepción de Alcalá, en que se reservaban a un Beneficiado y la de Ramos en Conil a un clérigo” [5]

“En 1795 se enfrentaron los curas de Alcalá contra el cuerpo de beneficiados de la misma población sobre pertenencia de primicias, que duró hasta 1798”[6]

      En la diócesis, Vicario y Curas tuvieron “obligaciones bastante gravosas según el título 14 de las Constituciones Sinodales de 1591 debían encargarse de la administración de los santos sacramentos, la celebración de la misa parroquial, la visita de los enfermos de la localidad, el procurar que los fieles enviaran a misa a sus hijos, criados y esclavos, el cuidado de las doncellas pobres, viudas, huérfanas, enfermos y ancianos y la resolución de las disputas surgidas en el seno de la comunidad” (...) También debían informarse cuidadosamente de “otras personas que tienen la necesidad de socorro temporal o espiritual..., a los cuales procuren de ayudar con sus consejos, y con las buenas obras que pudiesen”[7]

       Otra función propia de los Curas era la extensión de las actas sacramentales. Viera firma muchas en los Libros destinados por la Parroquia para el registro de Bautismos, Matrimonios, Defunciones, etc.; como se sabe, todas estas partidas eclesiásticas tienen, aún hoy, carácter declarado de actas notariales, que suplen o secundan la documentación civil. Completemos la sección rindiendo por estas consideraciones de fe, arte y cultura, un homenaje a nuestra Iglesia Parroquial. No sólo por su fundamental función religiosa, sino como espacio ofrecido a distintos actos culturales y sociales. Es memoria viva de la historia y de la tradición y nos impele, por su mera presencia, al deber de conservarla como un bien preciado. Preservar su fábrica, restaurar su belleza, ha de servir - después de garantizar el uso primordial sagrado.- para que su prestancia monumental dignifique un entorno y contribuya al recreo estético de los ciudadanos. Resalta hoy nuestro templo por el resultado de diversas gestiones en orden a sus mejoras materiales y artísticas, como las realizadas en 1984 ante el Ministerio de Obras Públicas por el entonces Delegado de Obras Públicas de la Junta de Andalucía, don José Luis Blanco, con la inversión por el Ministerio de 20.000.000 de pesetas, con 5 más del obispado, para reposición de los techos, obra fundamental que ha salvado al templo de su ruina.[8] Asimismo, la reciente recuperación y puesta en valor de imágenes, como la Virgen del Rosario, del insigne Martínez Montañés, empeño de excepción que se debe principalmente a la Delegada de Cultura, doña Josefa Caro Gamaza.


        Valiéndose de rectos juicios de A. Morgado (que se fundamentan a su vez en los informes de los Visitadores eclesiásticos), se puede llegar a conclusiones globales respecto del estado moral e intelectual del clero en el siglo XVIII, y aún precisamente el de Alcalá de los Gazules en tiempos de Viera (él incluido). “Nos interesa hasta qué punto el modelo sacerdotal implantado a raíz de la Reforma Católica se cumplió en la Diócesis, y para ello analizaremos un caso concreto, el del clero de Alcalá”. [9]

       Pues bien, según el mismo autor, el clero alcalaíno de las últimas décadas de la vida de D. Diego de Viera (y, en concreto, de 1793) estuvo en general a una excelente altura moral, notable en el cumplimiento de sus obligaciones y hasta dotado de muy buena capacidad intelectual. [10]

        En estas excelentes conclusiones generales, pudo darse alguna excepción menos edificante -no probada-, pues “tampoco hay que decir que todos los clérigos de Alcalá fuesen un modelo de virtudes. Hay numerosos fallos que reprochar: el clero es indisciplinado, rústico y nada aplicado”[11] pero, en cualquier caso -añade Morgado- el defecto más criticado es la falta de formación intelectual (aunque esta crítica se hace a un nivel general y sin llegar a particularizaciones) y, curiosamente, el exceso de celo de algunos eclesiásticos. [12]

       Apurando el tema, el citado autor también ha tenido presente la información del Visitador Sr. Huarte sobre este clero alcalaíno de alrededor de 1793, en cuanto a la mejora intelectual y moral experimentada, inclinándose a “que ha habido una progresiva concienciación respecto a lo que debe ser un sacerdote modelo”. Y cita el ya conocido elogio individualizado que hace Huarte para el Obispo:

“D. Pedro López [de la Jara] y D. Sebastián [López] Becerra son excelentes mozos: el Becerra es de las genialidades más amables que puedan darse y el que fue a oponerse [opositar] a Guadix. D. Francisco Olivares [por Oliva] es un anciano de muy buena pasta y trabaja; D. Diego Ángel Viera fundador de las Beatas, es propiamente un ángel, D. Vicente de la Xara es muy bueno en virtud y doctrina; D. Juan Delgado, excelente niño en celo, aplicación y doctrina”.[13]

        El valor de este testimonio cobra relieve con el comentario de Anión Solé:

“Los juicios más interesantes, ecuánimes y completos del clero parroquial del obispado son los del informe que hizo D. Cayetano M. de Huarte y Briviesca para el nuevo obispo D. Antonio Martínez de la Plaza comunicándole el caudal de experiencia acumulada en el ejercicio de su cargo de visitador” [14]

       Nosotros podríamos alargar estas buenas expresiones con la mención de otros insignes compañeros de Viera, como D. Martín Cumplido y D. Lorenzo Villanueva, por lo menos. Descollar entre este conjunto de hombres tan selectos, hacerse incluso amar y admirar por ellos, es mérito de Diego de Viera. Ser propiamente un ángel para todos resulta elogio moral de los quilates mejores. Supone, en definitiva, el reconocimiento de la inocencia de carácter e incluso la santidad de vida de una persona.



NOTAS

[5] ANTÓN SOLÉ, Pablo; “La Iglesia gaditana en el siglo XVIII”; Cádiz 1994, página 306 

[6] Archivo Diocesano. Pleitos entre clérigos seculares, nº 10. Cádiz. 15.6.1795: Antón, o. c. p 316 

[7] Cita de las Constituciones Sinodales: Arturo Morgado García, El Clero gaditano a fines del antiguo régimen. Estudio de las Ordenes sacerdotales (1700-1834). Cádiz 1989, pág. 38. Y del mismo autor, El Estamento eclesiástico… págs. 33-33. 

[8]Véase Diario de Cádiz, 20 de enero de 1984. 

[9] MORGADO GARCÍA, Arturo; El clero gaditano a fines del Antiguo Régimen. Estudio de las Órdenes sacerdotales (1700-1834). Cádiz 1989, paginas 117-118. 

[10] o. c., página 118. 

[11] Archivo Diocesano de Cádiz, Secretaría, Legajo 507, Informes del visitador Huarte al Obispo Plaza... 1793, fol. 6 

[12] O .cit., páginas 19-2O 

[13]Archivo Diocesano de Cádiz, Secretaría, legajo 507, "Informe del visitador Huarte al obispo Plaza... 1793", fol. 5v. Arturo Morgado García, El Clero gaditano a fines del Antiguo Régimen. Estudio de las Ordene sacerdotales (1700-2834); Cádiz 1989, página 120. 

[14] ADC. Visitas Pastorales, leg. 5C7: Informe de Huarte a Martinez de la Plazia para la visita general, año 1793. Pablo Antón Solé, La Iglesia gaditana en el siglo XVIII; Cádiz l994, pagina 318. 

sábado, 7 de octubre de 2017

ALCALA DE LOS GAZULES. GOLPE DE ESTADO. JULIO DE 1936 (VII)



      También disponemos de la siguiente información, procedente de los archivos de la Guardia Civil, con referencias a los días y acontecimientos que nos estamos refiriendo. El documento aparece en la investigación realizada por Jesús Núñez sobre Cossi Ochoa. Remitido por el autor, el texto en cuestión dice así (8):

“el 2 de agosto de 1936 el comandante de infantería, Don Joaquín Camarero Arrieta, juez instructor del Juicio Sumarísimo 82/36 contra el gobernador Civil Mariano Zapico Menéndez Valdés y seis más (entre ellos Cossi Ochoa), remitió un telegrama al Comandante Militar de Alcalá de los Gazules, para que informara si se había recibido en esa localidad alguna orden de entrega de armas depositadas a miembros del Frente Popular".

      El 4, de agosto, el alférez de la Guardia Civil de Alcalá de los Gazules, Don Manuel Álvarez Navarro, comandante militar de Alcalá de los Gazules contesto por escrito el siguiente texto:

       “En cumplimiento a su telegrama de fecha dos del actual, tengo el honor de participar a V. S. que en los días 18 y 19 del pasado mes de julio, no se recibió en esta dependencia telegrama ni telefonema, como tampoco orden escrita del Gobierno Civil, sobre la entrega de armas depositadas en la Casa-Cuartel, al elemento obrero; pero siendo requerido en el día de ayer el Señor oficial de Telégrafos de esta, juan Casas, éste me manifiesta que sobre las tres horas del día 19 recibió una nota que se refería a la entrega de armas que hubiera en el puesto de la Guardia Civil, a los obreros, que estropeó la cinta, sin dar publicidad a nadie, por creer que de este modo cumplía con su obligación, por no encontrarle fundamento a la referida nota y creer al mismo tiempo no emanaba de la autoridad legal.

       La descripción de los hechos resulta extraña, en base a la supuesta decisión final del Señor oficial de Telégrafos, Juan Casas. Es extraño que por iniciativa propia decidiera anular el telegrama y más extraño la respuesta dad, al referirse que no emanaba de la autoridad legal. Como veremos es Juan Casas uno de los funcionarios depurados por su pertenencia al Frente Popular. No es descabellado pensar que en estas fechas su situación fuera bastante delicada y en un intento de “salvarse de la temida represión y consiguiente depuración”, su respuesta fuera ésta.

       Firmado por Don Manuel Álvarez Navarro, Alférez Comandante Militar de la Línea de Alcalá de los Gazules, a 18 de septiembre de 1936, se da traslado del Bando de Gonzalo Queipo de Llano, como General Jefe de la Segunda División Orgánica, firmado en Sevilla, a 28 de agosto de 1936.

       El citado Bando invita a los huidos de los distintos pueblos a la vuelta a sus localidades de origen decretando dos artículos en este sentido. Textualmente, el Bando dice así (9):

“DON GONZALO QUEIPO DE LLANO, GENERAL JEFE DE LA SEGUNDA DIVISION ORGANICA

HAGO SABER

       Las persecuciones que a partir del triunfo del llamado Frente Popular desencadenaron de entre las personas, de orden, huérfanas del amparo de las Autoridades que obligaron a gran número a ausentarse de los pueblos buscando amparo en otras ciudades, en las que por ser desconocidas u ofrecer mayores garantías de seguridad, se vieran libres del peligro de la furia marxista.

       El esfuerzo del Ejército y los voluntarios que le siguen y auxilian van extendiendo el radio de la normalidad y es necesario que esos fugitivos vuelvan a los lugares de su habitual residencia, para cumplir sus deberes como ciudadanos, defender los intereses que las fuerzas nacionales pudieran librar de la catástrofe y consolidar con su presencia su actividad y su esfuerzo personal, incluso con las armas, la era de tranquilidad que se inicia.

Quienes no cumplan, sin regateos este deber, laboran con la Patria, mantienen una tendencia derrotista, estorban y dificultan la obra salvadora del ejército y no solo no merecen protección sino que se hacen acreedores a un ejemplar castigo.

      Por ello vengo en decretar lo siguiente:

      Artículo 1º.- Todas las personas que tuvieran su vecindad y habitual residencia en poblaciones que hubiesen abandonado por motivos a que se refiere la nota dispositiva de este Bando, viene obligados a reintegrarse a aquellas en un plazo improrrogable de cuatro días a menos que se lo impida causa concretamente justificada a juicio de la Autoridad.

      Artículo 2º.- Quienes incumplan la obligación que se imponen en el artículo que precede, vendrán obligados preferentemente a los demás vecinos las localidades respectivas, a satisfacer las contribuciones de guerra que puedan imponerse como resarcimiento de los gastos causados o que se causen para liberación y defensa de personas y propiedades y en consecuencia los bienes de los infractores quedarán especialmente afectos a la efectividad de esas responsabilidades”.

      Don Gonzalo Queipo de Llano, el mismo cuyo cadáver, aun hoy se mantiene a los pies de la virgen Macarena de Sevilla. El mismo que documentalmente es responsable máximo y directo de la mayor represión producida en nuestro territorio. Afortunadamente bien estudiado, entre otros, por Francisco Espinosa Maestre (10). Me permito recordar que en 2002, cuando se organizó el homenaje a los fusilados de Alcalá, contamos con su presencia para una de las Ponencias presentadas.

       Gonzalo Queipo de Llano, el mismo general, aficionado a los discursos radiofónicos y que nos ha dejado "joyas" suficientemente clarificadoras de lo que iba a ser y de lo que sería la represión que se desencadena el 18 de julio.

       Decía, entre otras joyas, pocos días después del golpe el 23 de julio de 1936, lo siguiente (11):

      “Estamos decididos' a aplicar la ley con firmeza inexorable: ¡Morón, Utrera, Puente Genil, Castro del Río, id preparando sepulturas! Yo os autorizo a matar como a un perro a cualquiera que se atreva a ejercer coacción ante vosotros; Que si lo así, quedaréis exentos de toda responsabilidad. ¿Que haré? Pues imponer un durísimo castigo para callar a esos idiotas congéneres de Azaña. Por ello faculto a todos los ciudadanos a que, cuando se tropiecen a uno de esos sujetos, lo callen de un tiro, O me lo traigan a mí, que yo se lo pegaré.

      Nuestro valientes Legionarios y Regulares han enseñado a los cobardes de los rojos lo que significa ser hombre. Y, de paso, también a las mujeres. Después de todo, estas comunistas y anarquistas se lo merecen: no han estado jugando al amor libre? Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricas. No se van a librar por mucho que forcejeen y pataleen.

      Ya conocerán mi sistema: Por cada uno de orden que caiga, yo mataré a diez extremistas por lo menos, y a los dirigentes que huyan, no crean que se librarán con ello: les sacaré de debajo de la tierra si hace falta, y si están muertos los volverá a matar”.

       Otra de las máximas autoridades militares también ha dejado textos suficientemente explicativos. En este caso, el General Mola:

      “Se tendrá en cuenta que la acción ha de ser en extremo violenta para reducir lo antes posible al enemigo (...) serán encarcelados todos los directivos de los partidos políticos, sociedades o sindicatos no afectos al Movimiento, aplicándoles castigos ejemplares a dichos individuos para estrangular los rebeldía o huelgas.

      En este trance de la guerra yo ya he decidido la guerra sin cuartel. A los militares que no se hayan sumado a nuestro Movimiento, echarlos y quitarles las pagas. A los que han hecho armas contra nosotros, contra el ejército, fusilarlos. Yo veo a mi padre en las filas contrarias y lo fusilo.

       Cualquiera que sea abierta o secretamente defensor del Frente Popular, debe ser fusilado (...) hay que sembrar el terror, dejar sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos lo que no piensen como nosotros”. 

      Incluso en los cantos de los requetés, las referencias claras a la represión, en este caso, “matar rojos”, era frecuente. Así en este canto requeté, perteneciente a la crónica del Frente de Jorge Villarín (12).

“Serrana dame la boina, 
dame la manta, 
y dame el fusil: 
que voy a matar más rojos 
que flores tienen 
Mayo y Abril”

       Con estas directrices e instrucciones no es extraño imaginar la represión que se iba a producir. No es extraño encontrar en cada una de nuestros pueblos exaltados y fanáticos, sádicos que se iban a aprovechar de la situación, permitiendo que sus más bajos instintos dirigieran sus actos a partir de ese sábado siniestro del 18 de julio.

NOTAS

8.- Fuente. Archivos de la Guardia Civil. Cedido por Jesús Núñez Contreras, Investigador. Autor Libro. Francisco Cossi Ochoa. El último Presidente de la Diputación Provincial en la República. Una muerte sin esclarecer. Diputación Provincial 2005.

9.- AMAG. Expedientes varios. Legajo 376

10.- Francisco Espinosa Maestre. La Justicia de Queipo. Sevilla 2000.

11.- Fuentes varias.

12.- Guerra en España contra el Judaísmo Bolchevique. Crónicas del frente. Jorge Villarín. Cerón. Cádiz 1937 Canto requeté.