sábado, 26 de agosto de 2023

EL CLERO DE ALCALÁ DE LOS GAZULES Y SU ENTORNO EN EL SIGLO XVIII (IV)



Sirvientes

       Dentro de este grupo incluimos a los sirvientes propiamente dichos, a los acogidos y a los esclavos. Tales personas viven con ellos y forman parte de su estructura familiar (38), por lo que se benefician, en gran medida, de su generosidad.

      Dicho grupo recibe el 10,2%, del total de los legados (39), siendo las principa­les beneficiarias las asistentas, las cuales representan el 34,6% del total del grupo, a las que los clérigos tratan de agradecer, por medio de estas dádivas, el trabajo y asistencia prestados y de aliviar, en la medida de lo posible, la pobreza que muchas padecen. Este porcentaje, no obstante, podría sufrir alteraciones tanto al alza como a la baja, pues es muy probable que muchas de las vecinas que aparecen con esa sola especificación también sirvieran a los clérigos, si no permanentemente, sí con cierta regularidad; y lo mismo cabe decir de las hijas de tales asistentas, las cua­les, incluso, vivirían con ellas en la casa del clérigo. Por el contrario, algunas de estas mujeres también podrían ser familiares, en algún grado o medida, aunque no se indique en los testamentos, por lo que deberían ser incluidas en el grupo de la familia, incidiendo, de esta forma, a la baja en dicho porcentaje.

      Estas asistentas recibirán legados varios: ganado, menaje, ropa, dinero..., aten­diendo a su condición (40), a cambio de continuar asistiéndoles hasta que fallezcan.

    Dentro de los acogidos, personas que se han criado en sus casas desde pequeños, bajo su protección y cuidado, posiblemente hijos de sirvientes o veci­nos necesitados, ahijados suyos en más de una ocasión y que muy probablemen­te le sirvieran en compensación de su acogimiento; las mujeres reciben el 23% de los legados del grupo de los sirvientes y los hombres el 9,6%. Las preferencias de estos clérigos parecen claras: la situación de la mujer en el Antiguo Régimen hace que este tipo de comportamientos no sean extraños. El acogimiento genera cariño y ésto se ve reflejado en las mandas; nos movemos en un mundo de agra­decimientos y compensaciones, de servicios a cambio de protección. Se piensa en el futuro de los acogidos, en su crianza, hasta en su posible fallecimiento y la regulación de su entierro. Aunque, además del cariño, agradecimiento o compen­sación también se deja entrever a través de estas mandas la necesidad que tienen estos hombres de agradar a Dios por medio de las mismas, una obra de caridad cristiana que será premiada en el cielo. Así, D. Francisco de Oliva y Cano, justi­fica el legado que le piensa hacer a una niña expósita, criada en su casa, “aten­diendo al obsequio que hará al Todopoderoso de señalarle algunos bienes para su alimento y que así puedan acabarla de criar, vestir y alimentar....” (41).

       El vínculo que se crea entre un clérigo y sus protegidos será para toda la vida, pues les seguirá beneficiando incluso después de tomar estado, aunque es muy probable que después de este hecho los acogidos siguieran asistiendo al clé­rigo y continuasen en sus casas, esta vez con toda su familia (42).

       Los sirvientes varones, capataces, yeguarizos, asistentes, etc., representan el 17,3%, de las mandas del grupo. Al igual que ocurría con las asistentas, los hijos varones de los sirvientes también podrían, en alguna medida, servir a los clérigos.

       Por último, los esclavos, muy pocos entre los clérigos de Alcalá, perciben el 5,7%, mientras que las esclavas el 9,6% de las mandas otorgadas. Éstos reciben una gran variedad de legados, aparte de su libertad: grano, ganado, tierra, cuartos vitalicios en sus casas, ropa, etc., pues deben comenzar una nueva vida y tener sus necesidades cubiertas. En alguna ocasión encontramos, incluso, varias generaciones de esclavos sirviendo a estos clérigos, lo cual parece indicar que llevan toda la vida con ellos (43).

        Las asistentas aparecen como herederas en 3 ocasiones, el 1,7% del total de herederos y como albaceas en 2, lo que supone el 0,7%. Aparte del agradeci­miento o la necesidad, en alguna ocasión el recibirla herencia lleva aparejado una serie de obligaciones. (44)

       Respecto a las deudas, este grupo representa el 8,8% de los acreedores, con deudas debidas a salarios, principalmente, mientras que como deudores aparecen en el 1,3%. En este caso el concepto de las mismas no suele especificarse.


Vecinos

        El grupo de los vecinos se beneficia del 33,3% del total de los legados (45). El contexto rural en el que se desenvuelve la vida de estos hombres, el apego a la tierra y a sus gentes, el apego, hacen que la vecindad sea vivida de una forma mucho más intensa que en el entorno urbano. No obstante, también pensamos que muchos de esos vecinos, a los que hemos catalogado con esa sola denominación al carecer de otros datos, pudieran ser parientes en algún grado, en unos casos, y sirvientes, en otros, lo cual se deja entrever en algunos testamentos (46).

        Dentro de este grupo, las vecinas perciben el 53,5% de los legados del mismo, mientras que los vecinos el 37%. Los vecinos suelen recibir dinero, sobre todo las vecinas doncellas o viudas, en cantidades que oscilan los 100 reales de vellón; ropa, como mantos y sayas; ganado, una o dos cabezas de ganado vacu­no; y muebles y menaje en general.

       La presencia de estos vecinos en la cláusula de los albaceas es, obviamente, mucho menor, representando tan sólo el 9,6% de los albaceas del clérigo, con un predominio de los varones casi absoluto: frente a 24 vecinos encontramos tan sólo 3 vecinas. En la de herederos, por su parte, no constan.

        Finalmente, en el apartado de las deudas sí que presentan un protagonismo indiscutible, pues suponen el 52,8%, de sus acreedores y el 81,9% de sus deudo­res. Tanto unas como otras se deben a arrendamientos y préstamos; arrendamien­tos de tierras en las que cultivan, en las acreedoras, y de las casas de sus capella­nías y memorias o de sus animales en las deudoras. Este hecho indica que los clé­rigos alcalinos estaban muy inmersos en los circuitos económicos de su pueblo, manteniendo con sus vecinos las operaciones propias de una economía de base agropecuaria, además de las relacionadas con su condición clerical.


Compañeros de grupo

       Los compañeros del clérigo perciben el 2,7% del total de los legados (47). Porcentaje bajo pero lógico, ya que el clérigo pretende beneficiar en mayor medi­da a aquéllos con los que tiene una cierta obligación. Este grupo se muestra idó­neo, no obstante, para realizar otro tipo de menesteres, como la función de alba­ceazgo, por ejemplo, donde muestra un papel relevante, apareciendo los compa­ñeros del clérigo como albaceas en el 42,3% del total de los mismos. La con­fianza en los miembros del propio estamento está sustentada en su mayor capa­cidad para solucionar todas aquellas cuestiones relacionadas con la partición de sus bienes; las decisiones tomadas serán incuestionables. No olvidemos que este bajo clero, aunque posea unas condiciones culturales muy mediocres es el refe­rente cultural de un pueblo cuyo nivel de alfabetización es muy bajo. Estos com­pañeros serán también una posible opción en caso de que los albaceas familiares elegidos fallezcan, sustituyéndolos, en este caso, los beneficiados o curas más antiguos, los curas de las iglesias de la Villa o el Sr. Vicario.

       Por otra parte, el número de albaceas clérigos, tanto familiares como no familiares se eleva a 141, es decir, el 52,4% del número total de albaceas.

      Por último, respecto a las deudas, dicho grupo representa el 10% de los acre­edores (48) y el 6,6% de los deudores. Los motivos de las deudas, cuando aparecen, son muy variados: censos, préstamos, misas dichas por ellos, etc.


NOTAS

(38) Es lo que Dubert llama una familia de estructura indeterminada, en la cual sus miembros pueden estar unidos por lazos de sangre o no. De esta forma, corresidencia y parentesco son elementos que definen la familia del clérigo. DUBERT GARCÍA, I.: Los comportamientos de la familia urbana en la Galicia del Antiguo Régimen. El ejemplo de Santiago de Compostela. Santiago de Compostela, 1987, pág. 39.

(39) Algunos puntos menos que el registrado para los criados del clero vallisoletano. GARCÍA FERNÁNDEZ, M.: Herencia, pág. 154.

(40) D. Juan de Cárdenas y Montes, presbítero beneficiado, manda un ajuar, “para una casa como pobre”, a su asistenta doncella. A.H.P.C., Sección Protocolos de Alcalá de los Gazules, Libro 1, folios 11-21.

(41) A.H.P.C., Sección Protocolos de Alcalá de los Gazules, Libro 205, folios 113-120.

(42) D. Pedro Collado Cortegana, presbítero, beneficiado, cura y Vicario, deja a una vecina casada y a su marido 1000 reales de vellón por haberla criado. A.H.P.C., Sección Protocolos de Alcalá de los Gazules, Libro 132, folios 45-57.

(43) D. Juan Gómez Correa, presbítero, posee tres esclavos, abuela, madre e hijo, a los que deja legados varios. A.H.P.C., Sección Protocolos de Alcalá de los Gazules, Libro 296, folios 65-69 y folios 73-77. 

(44) D. Tomás Joseph Vela Castaño, presbítero, cura y colector, deja como heredera a su asistenta, con la explícita obligación de asistir, cuidar y alimentar a su hermano y a su prima, que también viven en su casa. A.H.P.C., Sección Protocolos de Alcalá de los Gazules, Libro 229, folios 285-292.

(45) Porcentaje muy superior al que García Fernández detecta entre el clero vallisoletano, el cual es del 8,9%. GARCÍA FERNÁNDEZ, M.: Herencia, pág. 154.

(46) D. Fernando Costilla Cordero, presbítero, lega a una vecina viuda 20 ducados “por lo bien hecho” Como él, D. Francisco Manzano y Ortega, presbítero, manda que su vecina viuda y sus 3 hijos per­manezcan en su casa un año y si no encuentran otro sitio les lega una atahona. A.H.P.C., Sección Protocolos de Alcalá de los Gazules, Libro 275, folios 169-173; y Libro 306, folios 95-98.

(47) Porcentaje bastante inferior al que García Fernández registra para las donaciones del clero vallisole­tano al propio estamento, las cuales se dan en un 10,7%. GARCÍA FERNÁNDEZ, M.: Herencia, pág. 154.

(48) Porcentaje similar al detectado entre el clero ovetense, pero muy inferior al que presenta el clero vallisoletano a mediados del XVIII. Vid. LÓPEZ LÓPEZ, R. J.: "Aproximación al clero urbano ove-tense (1751-1790)", Cuadernos de Investigación Histórica, 11 (1987), 111-129; y GARCÍA FERNÁNDEZ, M.: Los castellanos, pág. 970.

sábado, 19 de agosto de 2023

Sobre la propiedad de las tierras del olivar del Santuario y la antigüedad de la romería




Ismael Almagro Montes de Oca



    La estampa de la ermita de Nuestra Señora de los Santos está ligada al olivar que le rodea, en terrenos que hoy pertenecen a dicha ermita. Se sabe que estos árboles fueron plantados en 1918, pero hasta ahora se desconocía que hubo un intento muy anterior para hacer esta plantación. Del mismo modo, y recordando la polémica que se suscitó años atrás sobre la propiedad de los terrenos circundantes al santuario, vamos a ofrecer nuevos datos que ayudarán a aclarar la situación. 

    En agosto de 1730, Miguel de Mendoza Delgado, ermitaño o santero del Santuario, pidió al ayuntamiento seis aranzadas de tierra que rodean a la ermita para hacer una plantación de olivos:

“…atendiendo al maior culto y venerzon de la Ymaxen de nra sra de los santos y aviendo prometido con su travaxo Ponerle a la Virgen en tierras al Reedor de la Capilla unas estacas de olivos que con efecto empesso a plantar hasta ocho pies Deseando el augmento de dha Capilla pidió y suplico se le manden dar seis aranzadas de tierra en la Cerca que antes fue a la linde de dha hermita para Ponerlas con su trabajo y de otros hermanos de olivar para propiedad de dha Hermita y que Puestas dhas estacas no se puedan enaxenar vender ni cambiar pide Justissia y Mag”

    Pide este terreno que linda con la ermita al ayuntamiento porque es su legítimo dueño, y como tal, el Cabildo accedió a conceder el terreno solicitado para que pasase a propiedad de la ermita:

“Y Visto por la villa memorial acordó se le de el sitio que pide Para el efecto que expresa Y propiedad de la Hermita de nra sra de los santos” [1]

    Sin embargo, pronto surgió algún tipo de conflicto, ya que, algunos meses más tarde, en enero del año siguiente, se produce una petición a los regidores para que anulen la licencia concedida:

“sitio de los stos

En este cavdo. se acordó que por las justas causas representadas por el hermano maior de la hermita de nra sra de los santos y perjuissio a la referida Hermita se recoxa la lizª que se le dio a Miguel Delgado de olivar que pidió para la propiedad de dha Hermita por el referido perjuissio” [2]

    Deducimos que hubo un conflicto de intereses entre Miguel de Mendoza y la Cofradía, bien porque, partiendo la petición de un simple hermano de dicha Cofradía, no sentó bien a sus máximos responsables, o bien porque el dicho Miguel quiso apropiarse del terreno.

    De cualquier forma, no debió quedar muy claro la retirada de la licencia, pues siguió adelante con su proyecto, hasta que el Alguacil mayor interpuso una denuncia, lo que obligó a aquel a presentar una reclamación ante el ayuntamiento en agosto para que se confirmase el permiso:

“En este cavdo. se dio Petizon por Miguel de Mendoza delgado en que dize que se le dieron seis aranzadas de tierra a nra sra de los santos Para propiedad de su santuario para ponerlo de olivos y que se le amoxonaron y que después de tenerlo puesto de estacas se le a denunciado por el Alguasil maior Pidió se le revalide el acuerdo en que se le dio y que el dho Alguasil mor ni guardas no le inquieten” [3]

    Los regidores, a pesar de reconocer que habían ordenado revocar aquella concesión, tomaron una decisión salomónica y decidieron que una comisión fuese a reconocer el lugar para ver los perjuicios que argumentaban los hermanos mayores y poder tomar una decisión:

“Y visto por la villa acordó que sin embargo de aver acordado a representazon de los hermanos maiores de la cofradía de nra sra de los santos se recoxiese la lizª los cavalleros diputados de obras Publicas Juntos con dhos hermanos mayores y dho Miguel Delgado Pasen y reconozcan el sitio que espresa y perjuissio que suponen dhos hermanos mayores los quales los expresen judisialmente para que conste y en vista de uno y otro esta villa resolvera lo que tubiere por mas conveniente en favor del santuario de nra sra.”

    Sin embargo, pasaron los meses sin que se hiciese nada, hasta que, en marzo de 1732, Miguel de Mendoza presentó un nuevo memorial a los regidores para que se ejecutase el acuerdo de agosto pasado, ordenándose nuevamente que se “hiziese vista de ojos”.[4] Debió haber cierta connivencia entre los hermanos mayores, que no estaban interesados en que Miguel de Mendoza llevara a cabo su proyecto, y los comisionados del ayuntamiento, que dilataban premeditadamente el desplazarse hasta el santuario para reconocer el terreno, hasta el punto de que el peticionario se vio obligado a elevar una nueva queja en julio para que se cumplieran los acuerdos, siendo la respuesta de los alcaldes que “estavan Promptos a Yr” [5]

    Tan prestos estaban, que tuvieron que pasar varios meses hasta que, por fin, en noviembre, el corregidor, D. Juan Florián Alvarado de Orbaneja, los alcaldes ordinarios D. Pedro Martín Costilla y D. Rodrigo Indalecio Collado, junto con Miguel de Mendoza Delgado, pasaron a reconocer el sitio que pedía “Para hacer plantio de olivar en la cerca del santuario de Nuestra sra de los santos deste termino” [6]

    Finalmente, el dictamen de la comisión fue el siguiente:

“hallan que es de grave Perjuissio al Santuario Por que la cerca que pretende sangear embarasa el Real de la hermita Y sitio por donde se haze la Prosesion el día de la Festividad de la Santa Ymagen”

    Se contiene aquí un dato interesantísimo, porque, aunque hay datos que prueban la celebración de la fiesta en el santuario, es decir, la Romería, ya en 1700 (véase: https://historiadealcaladelosgazules.blogspot.com/2012/09/la-antiguedad-de-la-romeria-de-la.html) no había pruebas de la celebración de la procesión con la Patrona por los alrededores de la ermita hasta prácticamente principios del siglo XX, por lo que esta costumbre debió estar ligada a la celebración de la festividad de la Virgen desde sus orígenes.

"... Por que la Serca que pretende
sangear embarasa el Real de la her
mita y sitio por donde se haze la
Prosesion el dia de la Festividad de
la Santa Ymagen...


    Pero, además, se esgrimieron unos motivos para rechazar la petición de Miguel de Mendoza que hoy sabemos que no se ajustaban a la realidad, pues argumentaron que aquellos terrenos no servían para plantar olivos:

“que la tierra es incapaz de frutificar olivos assi por el terreno como por las bestias que allí concurren que no podrán frutificar las estacas y por todos títulos lo hallan Perjudissial a la Hermita y al común que concurra a la funsion y assi lo ponen en notissia desta villa para que determine lo que tubiere por conveniente”

    En vista del dictamen de la comisión, el Concejo decidió retirar la licencia a Miguel de Mendoza, quedando por lo tanto la propiedad de aquellos terrenos en manos municipales.

    Lo que no se explica es el por qué de la negativa de los hermanos mayores de la Cofradía de Nuestra Señora de los Santos a que aquellos terrenos pasasen a ser propiedad de la misma.



NOTAS

[1] ARCHIVO MUNICIPAL ALCALA DE LOS GAZULES. Actas sesiones Ayto. pleno. Legajo 16 (1724-1730). Libro 3. Cabildo de 20 de agosto de 1730. Folio 228 vto. y 229. 

[2] AMAG. Actas sesiones Ayto. pleno. Legajo 17 (1731-1735). Cabildo de 16 de enero de 1731. Folio 8 y vto.

[3] Ib. Cabildo del 30 de agosto de 1731. Folio 80 y vto. 

[4] Ib. Cabildo del 24 de marzo de 1732. Folio 162 y vto. 

[5] Ib. Cabildo del 6 de julio de 1732. Folio 193 vto. 

[6] Ib. Cabildo del 17 de noviembre de 1732. 
En 1734, Miguel de Mendoza apeló a la Marquesa de Priego, Duquesa de Medinaceli y Alcalá, quien pidió un informe de lo sucedido a los regidores. El lamentable estado de conservación del Legajo, con la tinta prácticamente desvaída por la humedad, nos ha impedido localizar estos documentos, cuya existencia conocemos gracias a la respuesta que recibe el cabildo por parte de la marquesa, en carta escrita en Madrid el 8 de febrero de 1735, aprobando los motivos argumentados para retirarle la licencia concedida, que se recoge en el cabildo de 16 de febrero de dicho año. Aquí es donde se le menciona como “ermitaño”

sábado, 12 de agosto de 2023

Sobre el Título de Muy Noble y Leal villa de Alcalá de los Gazules




Ismael Almagro Montes de Oca


    Fue el rey Alfonso XI quien otorgó el título de muy noble, leal e ilustre a la villa de Alcalá, según se viene afirmando en la Historiografía, al menos desde que a mediados del siglo XIX, Pascual Madoz, así lo recogiera en su Diccionario.[1] Años más tarde, en 1876, el alcalde Manuel María Espinosa, que seguramente debió conocer la obra de Madoz, en un pleno sobre una serie de mejoras para el municipio que se iban a proponer al monarca para que las autorizase, y que terminarían con la concesión del título de ciudad, expuso lo siguiente:

“Que habiendo estudiado la historia de este antiguo pueblo había encontrado la rara coincidencia que sus títulos y distinciones habían sido conseguidos por Reyes llamados Alfonsos, pues que Alfonso X por los heroicos hechos de armas de estos vecinos le había concedido los títulos de Heroica y antemural; que por iguales circunstancias en época posterior el Rey Don Alfonso XI le había concedido los de Muy Noble, Muy Leal y Muy Ilustre Villa…” [2]

    Posteriormente, será Sánchez del Arco, en su Monografía, el que hará la misma afirmación, añadiendo que dicho rey le dio notables privilegios.

    En época más reciente, Marcos Ramos Romero anota que, en 1342, Alfonso XI exceptúa a la noble, leal e ilustre villa de Alcalá de toda clase de tributos,[3] mientras que Marcos Fernández Gómez[4] fija la fecha del titulo de villa en 1346 (aclarando que no ha podido verificarlo documentalmente) e indica que publicaciones anteriores explican dicho título de “muy noble, real e ilustre, por los heroicos esfuerzos y tenaz resistencia de sus habitantes en los varios asedios que sufrió durante la dominación agarena” [5] aunque, como bien resalta, las publicaciones referidas que fijan el otorgamiento del privilegio rodado en Jerez el 22 de julio de 1346, no indican la procedencia de ese dato. Esta falta de fuente documental es el común denominador en todas las obras anteriormente citadas, para poder verificar la exactitud de estas aseveraciones.

    De cualquier forma, sea cierta o no la concesión de dicho título por Alfonso XI, vamos a dar cuenta de unos acontecimientos relacionados con este asunto, que tuvieron lugar varios siglos más tarde.

    En 1728 el constructor francés Juan Bellestrud iniciaba en el astillero gaditano de Puntales la construcción del gran navío Hércules, con un porte de 66 cañones, por asiento de Pedro de Amestoy y por orden del Intendente de Marina, las maderas necesarias para su construcción iban a salir de los montes propios de Alcalá. Sin pérdida de tiempo, se inició una tala indiscriminada, hasta el punto de que, a principios de septiembre, los regidores suplicaron al corregidor que se trasladase a Cádiz para que solicitar al Intendente que suspendiese el corte de madera “por el grave daño que estan haciendo en los montes” [6]

    Efectivamente, el corregidor D. Pedro Diego Gutiérrez de Espino, se trasladó a Cádiz y consiguió que el Intendente paralizase la tala y, lo no menos importante, que ordenase al asentista que pagase “todo lo que importase la madera y que se pidiese en justissia” para lo cual, el cabildo alcalaíno dio poder al procurador de Cádiz D. Antonio Martínez para que negociase las condiciones de dicho pago. [7]

    Esto debió suponer un contratiempo en la construcción del navío, sobre todo en el aspecto económico, lo que propició que apenas un mes más tarde, el mismo Intendente cambiase de parecer y ahora exigirá al ayuntamiento alcalaíno que certificase que las maderas cortadas eran de su propiedad y estaban dentro de su término, tal como hizo presente a sus compañeros de corporación D. Martín Benítez, que como síndico procurador era el encargado de velar por los intereses municipales:

“…ayer veinte y cinco deste mes Pedro de Amestoy a cuyo cargo esta el corte de Maderas para la construzion del navío de Alto bordo que se fabrica en el astillero del Puntal avia presentado unos autos Proveidos Por el sr D estevan Phe fanales Intendente de la Marina Para que esta Villa dentro de ocho días presentase en su tribunal la propiedad de las Dehessas donde el dho Pedro de Amestoy avia cortado las dhas maderas para que se viniese en conosimto de a quien perthenesian como asimismo de sus moxoneras” [8]

    Pero no solo pretendía ahora el Intendente aprovechar aprovecharse de las maderas, sino también que la villa fuese quien corriese con los gastos de transportarla hasta el astillero, apercibiendo al Concejo alcalaíno con una importante multa si se oponía a la tala:

“y que se le diesen las carretas nesesarias para sacar las maderas por su alquiler y que en su defecto las hiziese y que la villa nombrase persona que asistiese a los cortes con diferentes apercibimientos y que no se les impidiese el corte pena de treinta mill Rs

    Aprovechó además para recriminar a los regidores que el síndico hubiese iniciado un proceso contra Amestoy por la tala, “invitándoles” a que recurriesen en los tribunales:

“que la villa comparesiese en dho tribunal a pedir lo que le combiniese y q se remitiesen los autos hechos contra dho Pedro Amestoy en razón de la referida tala a cuyos autos su mrd dio su cumplimto y avia mandado que se hiziese saber al dho sr D Martin Benites Para como tal cindico Procurador mayor en nombre desta villa diese las providensias que mas combiniesen”

    A pesar de estas amenazas, el síndico, cumpliendo con su deber, no se arredró y pidió continuar con la denuncia en Cádiz, para lo cual se debía abonar 50 escudos de plata para las diligencias porque “de no remitirlos y seguir esta instancia hasta su final conluzion se sigue un daño y perjuissio considerable contra el bien publico desta villa desde luego por lo que assi toca como tal sindico procurador maior requiere a esta villa una dos y tres veces y las demás en dro. nesesarias de prompta providensia para la defensa de dho Pleito proveiendo de medios al dho procor y lo demás que convenga que por su parte esta prompto a executar todas las dilixensias que sean conducentes y protexta aver cumplido y que no le pase perjuicio ni corra termino la notificazon que se le a hecho”

    El resto de compañeros secundaron su propuesta y acordaron remitir dicha cantidad al procurador en Cádiz y además nombraron al vecino Martín Jiménez para que asistiese diariamente a los montes y llevase cuenta de todo lo que se hacía y los árboles que se cortaban, tanto para el navío como fabricar las carretas necesarias.

    Y cuando el enfrentamiento entre la Marina y el Cabildo alcalaíno parecía inevitable, la historia sufre un giro de guion inesperado, recibiéndose el 14 de noviembre una carta del secretario de Estado del rey y su gobernador de Hacienda, D. José Patiño, en la que Felipe V hacía la gracia de otorgar el tratamiento de Muy Noble y Leal Villa de Alcalá de los Gazules:

“de orden de su Magd servia a esta Villa sobre el Corte de madera para la fabrica de madera de navío de Alto Bordo y lo que debe satisfacer Pedro de Amestoy en cuya carta de orden de su Magd se le da el Ylustre tratamto de Muy noble y muy Leal Villa de Alcala de los gazules”

    Inmediatamente, la hostilidad de los regidores se tornó en lealtad y fidelidad al rey, celebrando la villa tan honorífico privilegio “como Propio de la fidelidad con que a serbido a su Magd con jente dineros maderas bagaxes carretas bueyes herramtas y otros aprestos militares en las expediciones de Africa, Jibraltar y demás que an ocurrido en el Phelix Reynado de su Magd y para perpetua memoria de este nuebo y onrrosso nombre con que de orden de su Magd es engrandesida”

    Tan agradecidos estaban, que acordaron que la carta quedase en el Archivo y que, para quedase bien patente el nuevo título, los escribanos “en los instrumentos que hizieren pongan el titulo de Muy Noble y Muy Leal Villa de Alcala de los Gazules según y como se previene en dha carta orden de su Magd.”[9]

    Resuelto el problema, las maderas de los montes alcalaínos siguieron surtiendo la construcción de aquel galeón, que terminó de construirse en La Carraca y que sería botado en marzo del año siguiente, en cuya botadura estuvo presente el monarca, Felipe V.

Navío Hércules en la batalla de Tolón. 1744. Grabado de Diego de Mesa



NOTAS

[1] Madoz, Pascual; Diccionario Geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Madrid 1845. Pág. 376.

[2] ARCHIVO MUNICIPAL DE ALCALÁ DE LOS GAZULES. Actas sesiones Ayto. pleno. Legajo 41. Libro 2. Sesión de 27 de agosto de 1876. Folio 89 vto.

[3] Ramos Romero, Marcos; Historia de los pueblos de la provincia de Cádiz. Alcalá de los Gazules. 1983. Pág. 198.

[4] Fernández Gómez Marcos; Alcalá de los Gazules en las ordenanzas del marqués de Tarifa. 1997. Pág. 44

[5] Las publicaciones a que hace referencias son:

A. POLEY POLEY. Cádiz y su provincia. Sevilla, 1901, p. 187.
P. MADOZ. Diccionario geográfico-histórico-estadístico de España y sus posesiones de Ultramar, vol I, p. 376.
P. ANTÓN SOLE y E. OROZCO ACUAVIVA. Historia Medieval de Cádiz y su provincia..., pp. 259-260.

[6] AMAG. Actas sesiones Ayto. pleno. Legajo 16 (1724-1730) Libro 3. Cabildo de 2 de septiembre de 1728. Folio 58 (foto 9350)

[7] Ib. Cabildo de 19 de septiembre de 1728. Folio 58 (foto 9353)

[8] Ib. Cabildo de 26 de octubre de 1728. Folios 70 a 71 vto.

[9] AMAG. Actas sesiones Ayto. pleno. Legajo 16 (1724-1730) Libro 3. Cabildo de 14 de noviembre de 1728. Folios 73 y 74.

sábado, 5 de agosto de 2023

Alcalá de los Gazules en la Encuesta del Ateneo (VI)


C) ENTIERRO

1) Convocatoria; cómo y á quiénes se hace

Clases de entierro

1º Entierro general de 1ª clase (asiste gran número de sacerdotes, sacristanes, acólitos – 3 sacerdotes han de ir de capa pluvial, negra si es adulto y blanca si es niño) Posas [¿?]

2º Entierro general de 2ª clase (Igual que el anterior pero sin posas)

3º Entierro medio (Menos personal que los anteriores y un cura solamente con capa. No hay posas.

4º Entierro comun (Menos personal y cura sin capa. No hay posas).

5º Entierro de caridad (Van solo un cura y un sacristan. No se cobra ni se canta)

6º Entierro civil, llamado también republicano ó de tacón quizá por el ruido uniforme de los pasos de los que acompañan y que se destacan más por la ausencia de canto del clero.

1) Convocatoria; cómo y á quiénes se hace

    Uno de los parientes más allegados, se encarga desde el momento de la defunción de todo lo concerniente al entierro; saca el certificado facultativo, avisa á la parroquia, avisa al Juzgado municipal y adquiere la sepultura.

1) Convocatoria; cómo y á quiénes se hace

    No se hacen invitaciones pues como pueblo no muy grande todos se enteran de la defunción y del sepelio. Solamente cuando el féretro lleva cintas, se avisa en los primeros momentos á los destinados á llevarlas, para que se preparen convenientemente, ó si se excusan, nombrar los sustitutos.

1) Si se le conduce en caja, angarillas, etc., y si se le lleva cubierto ó descubierto. Si es costumbre colocar dentro de la caja algún objeto y cuál sea éste

    El cadáver es conducido en caja, más o menos lujosa segun la posición ó disposiciones del muerto, pero siempre negra, excepto en las doncellas que es blancas, y en los párvulos, que es blanca, rosa ó celeste, recargadas de flores y cintas.

    El cadaver siempre va cubierto y solo cuando se trata de doncellas jóvenes y niños van en caja con tapa de cristal.

    El cadaver es conducido á hombros, cuando se trata de adulto, por los criados, dependientes ó amigos del muerto, en ningun caso falta quien se preste á este servicio.

    Si el cadaver es de párvulo, lo llevan niños.

2) Acompañamiento; orden de la comitiva; si es costumbre que la formen hombres y mujeres. Si hay personas en la localidad ó en la comarca que se dediquen, mediante una retribución, á ejercer ciertos oficios en los entierros y funerales, y, en caso afirmativo, en qué consisten tales oficios

    Este es segun la clase del entierro pero como general este es el orden:

1º. el clero

2º. el feretro

3º. acompanto. compuesto de todo el que quiere asistir

4º. duelo, que le forma una persona de la familia no muy allegada, el confesor y algunas otras personas.

2) Acompañamiento; orden de la comitiva; si es costumbre que la formen hombres y mujeres. Si hay personas en la localidad ó en la comarca que se dediquen, mediante una retribución, á ejercer ciertos oficios en los entierros y funerales, y, en caso afirmativo, en qué consisten tales oficios

    El órden de la comitiva es el siguiente; clero, cadaver, acompañamiento y duelo. No asisten las mujeres; las señoras van á la casa mortuoria para acompañar á las dolientes y también se quedan dos ó tres parientes ó amigos acompañando á los padres, suegros, hermanos, esposos, hijos que no van nunca á la ceremonia y se quedan en casa.

    Tratandose de jovenes solteros las cintas son llevadas por los de su edad y sexo; si son párvulos los llevan niños, primos ó parientes del difunto ó cinco niños designados por el Director de su Colegio.

3) Si se practica alguna ceremonia particular á la salida del cadáver de la casa mortuoria

    A la salida del cadaver de la casa mortuoria, no hay otra práctica, que rezar un responso el clero.

4) Si los concurrentes al entierro visten alguna prenda obligada en este caso

    No hay prenda obligada para los entierros aunque se procura ir de negro ó por lo menos llevar corbata de dicho color.

5) Signos de respeto por parte de los que presencian el paso del cortejo fúnebre

    Todo el que presencia el acto fúnebre, se descubre hasta que pasa la caja y se incorpora al acompañamiento, aunque no haya tenido trato con el difunto ni con la familia, ó aún que haya habido rompimiento de relaciones ó odios políticos.

6) Si es costumbre que la comitiva vaya por lugares determinados; descansos; otras prácticas durante el tránsito

    No se hacen posas más que en el entierro general de primera. Para ello se detiene el entierro, colocando el cadaver sobre una mesa cubierta de paño negro ó blanco (segun la edad del difunto) y canta el clero rodeando al féretro un responso. Se tiene por signo de posición y jerarquia el número de posas. Estas se hacen en las partes más anchas del trayecto.

6) Si es costumbre que la comitiva vaya por lugares determinados; descansos; otras prácticas durante el tránsito

    Si el entierro es de caridad ó de cuatro acompañado, lleva diferente trayecto por calles más excusadas, no siendo raro que el zapato de vaca cuando la marina está en tierra, ó sea la gente jornalera cuando no trabaja, se imponga y hagan tomar al cortejo la ruta de los entierros medio y principal. Los entierros de la clase principal se hacen con mucha solemnidad, estableciendo unas paradas, llamadas posas en las que se cantan responsos.

    Al efecto colocan la caja sobre una mesa cubierta de paño negro que portea el sepulturero.

7) Si es costumbre llevar el cadáver á la iglesia

    En la mayoría de los entierros al llegar al Callejón de S. Vicente, llamado vulgarmente el Callejón de los Muertos el clero se despide y sube á la parroquia, mientras que el cadáver y acompañamiento bajan al cementerio. Mas cuando hay posas, sube el entierro á la plaza alta y se le canta un responso en nueva posa ante la iglesia, y despues cadáver, clero y comitiva, bajan y en el patio del Cementerio se canta el último responso por el finado y otro general por todos los difuntos.

1) Costumbres en el acto del sepelio: prácticas por parte de los que le presencian; si se coloca al cadáver con alguna orientación determinada; si se deposita en la tumba algún objeto, y, en caso afirmativo, razón de este uso

    Terminadas las ceremonias, se abre la caja, cuya llave lleva uno de los que presiden el duelo, se identifica el cadáver y mientras se coloca el ataud en el nicho ó sepultura, el Director espiritual ó un doliente reza en alta voz un Padre-nuestro.

2) Repartos en metálico ó en especie á los cofrades

    No hay tal costumbre; pero cuando el difunto era persona rica, se reparte en la puerta del cementerio una limosna á los pobres.




D) PRÁCTICAS POSTERIORES AL ENTIERRO

a) Regreso del duelo á la casa mortuoria

    Verificado el sepelio, regresan á la casa mortuoria la presidencia del duelo y los que han llevado las cintas, los cuales están en esta ocasión muy poco tiempo, pues en cuanto uno se levanta le siguen todos y dan la cabezada ó un apreton de manos al pariente más cercano del difunto. Los que han llevado las cintas se las entregan para que haga su distribución á la persona más autorizada de los dolientes. Los niños que han llevado el féretro y las cintas regresan á la casa mortuoria acompañados de un pariente ó sirviente del difunto y allí se les obsequia á cada, uno con un buen cartucho de esquisitos dulces.

b) Visitas de pésame: fórmulas usuales

    Reciben estas el nombre de duelo: Durante los tres dias siguientes al entierro la familia del difunto recibe las visitas de pésame. Las mujeres se reunen en pieza separada de las que han de ocupar los hombres; concurren todos á eso de las 4 de la tarde. En la sala de las mujeres se reza por el difunto, habiendo quien se dedica á este oficio de rezadora, y sabe salmos que aplica con sus respectivos comentarios al finado y adiciona con latines. Las mujeres han rezado uno y otro rosario y no se marchan, y llega la noche... y quietas... debido á que casualmente todas son casadas y hay la creencia de que la primera que salga se ha de quedar viuda. En tal situación la que siente pasar una criada, la manda á buscar á tal ó cual amiga viuda para que entre en la sala y vuelva á salir la primera y entonces todas la siguen tranquilas y convencidas de que dada ha de sucederles.

    Los hombres reunidos en otra habitación, hablan y fuman acompañando á los dolientes, marchandose cuando lo creen oportuno y sin temor de viudez.

b) Visitas de pésame: fórmulas usuales

    Las visitas de pésame se hacen pasados algunos días del entierro y no solo á los parientes más próximos, sino que á los hermanos, hijos y aun primos hermanos. Las fechas de rigor suelen ser para estas visitas á los nueve días, al mes y al cabo de año.

c) Si es costumbre invitar á comer en la casa mortuoria á los que han asistido al entierro y orden que se guarda en estas comidas. Tiempo que permanecen los forasteros en la casa

    No es costumbre invitar á los que han asistido al acto á comer; si algun forastero ha venido para el entierro se aloja en otra casa ó en la fonda.

1) Misas y funeral: ofrendas de pan y vino, y en qué cantidad se hacen; si se colocan en el túmulo; destino de las mismas

    Por lo regular á los nueve dias se dice la primera misa de las treinta de S. Gregorio. Se hacen jubileos á fin de mes y suntuosos funerales á fin de año al que se invita por esquelas impresas.

2) Rezos en la casa

    En los tres días siguientes al del entierro que es cuando se reciben las visitas de pésame las mujeres, en habitación separada de la de los hombres se reza por el difunto, habiendo mujeres en el pueblo que se dedican al oficio de rezadoras, y las cuales saben salmos, que aplican con sus respectivos comentarios, y adicionan con latines para su uso particular.

2) Rezos en la casa

    Pasado el entierro hay tres días de duelo que comienza por la tarde y termina al anochecer; y consiste en reunirse los parientes y amigos separados por sexos, en amplios salones. En el de las mujeres se reza una parte del rosario y muchas oraciones dirigidas por una rezadora de oficio que recibe de gratificación una peseta por tarde, la cual sabe y recita una porción de cosas más ó menos bien dichas, habiendo adoptado la buena costumbre algunas del oficio de decir las letanias en castellano, pues aunque indocta la concurrencia en la hermosa lengua del latin, no faltaba quien se riera al oir "Tu rebusnas" “Esta es la mar enquina" "Llama á Felix" "Felix en el arca" y otras atrocidades por el estilo. Terminados los rezos y un ratito del palique y cuchicheo, empieza el desfile, procurando que salga primero una viuda, para evitar de que se quede en tal estado la casada que iniciase la salida.

    Los hombres mientras tanto fuman y conversan sobre lugares comunes; pues como se reunen adversarios políticos y personas que entre si tienen breve, todo se hace difícil.

3) Limosnas

    Se dan limosnas y con las telas negras con que se cuelga la capilla ardiente, se cortan vestidos para las criadas y pobres.