sábado, 18 de diciembre de 2021

Alcalá y la muerte de Felipe II



Ismael Almagro Montes de Oca



        El 13 de septiembre de 1598 el monarca español Felipe II fallecía en el monasterio de El Escorial. Casi dos semanas más tarde, las noticias de su muerte llegan a Alcalá, acordando los regidores realizar unas honras en su memoria. [1]



      En el cabildo siguiente, celebrado el jueves 8 de octubre, se fijan todos los pormenores para la celebración, como la fecha de la celebración, la participación del clero secular y regular o la colocación y adorno del túmulo funerario:

“En este cavº se trato lo que se a tratado en el cabildo pasado sobre la muerte de su magd del Rey don Phelipe nro sr y que como es justo se haga y tenga el sentimº ques raçon y se pongan lutos y se hagan sus Honrras con la Ponpa y beneracion ques justo y para que se ponga por obra con la brevedad que conve se acordó y mando que se hagan las honrras de vísperas y missa cantada con las missas que se pudieren decir por todos los frailes de los conventos desta vª y beneficiados curas y capellanes de la iglesia de sr Sn Jorge desta villa Para el domº (domingo) que viene q se contaran veinte y cinco deste mes de otub y para ello y que se convide a los frayles y luego para las dichas honrras y missas se cometio a Antº de caçalla alcalde ordº y don antº de trux alguacil mor Y para las dhas honrras y hacer el tumulo en la iglesia de sr sn Jorge desta vª se cometio al dotor Ayala de molina Alcayde corregor desta villa y a don antº de truxº alguacil mor a los quales se le dio comison para que lo pongan con la mayor ponpa q se pudiere hacer el qual hagan cubrir de paños negros y tengan qta de y raçon de lo que se gastare y ansimismo se acordó que se conpren ciento y cinqta velas de quatro en libra para poner en el tumulo cient velas y a los clerigos y frayles y actores y beynte y quatro hachas para el mulo…”



       Pero quizás lo más curioso es que todo el ayuntamiento estaba obligado a guardar luto por el monarca, siendo el cabildo el que debía costear dichas prendas para los regidores:

"…Ansimismo en este cavildo se acordó que conforme a las leyes y pramagticas de su magd se a de dar luto a todos los oficiales del cabildo y para ello se mdo que se livren a cada uno de los dhos oficiales dos mil mrs (maravedíes) a su md (merced) del dho Alcayde y corregor desta villa quatro mil mrs y a los demás officiales dos mil mrs…” [2]

      Pero es que, además, debían usar el luto de una manera predeterminada y en caso de no hacerlo así, serían multados con el doble del coste de sus ropajes:

“en este cavdo se acordó y mdo que todos los oficiales deste qº a quien se da salarios y te boto que acudan a las onrras q se an de hacer por la muerte de su magd el Rey don Felipe al tienpo q se aya de hacer con su coba y capirote cubierta la cabeza como es obligdo y la tenga hasta que se hagan antes y después pena de que el que ansi no lo fiziere vuelva los dos mil mrs q se le dan para el luto con el doblo y ansi se acordó por el cavdo” [3]

Felipe II en su lecho de muerte. Jover y Casanova, 1864



NOTAS

[1] Archivo Municipal de Alcalá de los Gazules. Actas Sesiones del Ayuntamiento Pleno. Legajo 6 folio 326. Cabildo del domingo 27 de septiembre de 1598

[2] Ib. folio 327 vuelto y 328. Cabildo del jueves 8 de octubre de 1598

[3] Ib. Folio 329. Cabildo del miércoles 14 de octubre de 1598

sábado, 11 de diciembre de 2021

Juan Perales León, anarquista (III)




      Cuando terminó la Guerra, mantenía contactos con los compañeros que estaban en Jaén. Teníamos pensamiento de marcharnos para Alicante, para fuera, para el extranjero. Cuando fui a marcharme, el control de la carretera que iba para Martos estaba ocupado por los militares nacionales. Me quedé, volví para la casa y me escondí. A mí me querían mucho en el pueblo. Estuve unos cuantos días, allí escondido. Tenía mucho miedo. Algunas veces llegaban incluso a la casa los mismos soldados nacionales para que les hicieran comida. A los cinco o seis días pensé que había que darle una solución. No me podía ir a la sierra, porque no podía masticar, ni comer; no tenía más remedio que estar escondido y que me alimentara la familia. Tenía un puente de plata amarrado con el fin de que el maxilar quedara lo mejor que pudiera. Hubo un momento que pensé en entregarme y así lo comenté con un conocido, que aun siendo de derechas, me aconsejó que no me entregara a los civiles, que me entregara a los militares. Así lo hice. Probablemente, los civiles me hubieran matado. Fui con un cuñado mío. Casi sin poder hablar, apenas se me entendía nada, le di mi declaración diciendo que había sido prisionero en un combate en la zona enemiga. Era una casa particular y allí tenían una oficina. En el calabozo al que me bajaron, se veían claramente las manchas de sangre en el suelo y en las paredes. 

       Declaré que me hirieron en combate y quedé desaparecido en la zona republicana. Les dije que estaba en el bando nacional, que hubo un combate entre unos y otros y en ese combate yo quedé prisionero en la zona roja. Estuve un par de días, hasta que me llevaron a la cárcel. Ya comía estupendamente. Me llevaron a unas mazmorras. Era una cárcel que estaba bajo tierra, sin luz, con una ventana. Había un pasillo que daba a un calabozo con unas puertas anchas de madera antigua y unos poyetes de yeso, húmedos. Estaba lleno de prisioneros. No podíamos quitarnos los piojos porque no veíamos. Una oscuridad tremenda y durmiendo unos pegados a otros. De aseos nada. Sólo un wáter. Nos afeitábamos con una cuchilla de afeitar sin maquinilla. Había gente que eran del pueblo y a estos les traían ropa limpia. Había otros que no eran de allí y no podían hacer nada. Mi mujer iba a visitarme pero desde la ventana de frente, desde donde nos veíamos. Estando allí, a cada instante, nos hacían un juicio, en plan de broma macabra, pero con muy mala leche. Era parte de la tortura. De allí me trasladaron a otra casa, la Casa de la Marquesa. Allí se estaba mejor, había menos  gente. Me preparé un cuarto, me puse luz y todo. Dejaban entrar a Manuela y estaba dos o tres horas. En una ocasión, me sacaron de la cárcel, medio en cueros. Era en verano, con unas alpargatas, no me dejaron que me vistiera ni nada. Sin yo saber para lo que era, me llevaron al juzgado. Allí estaba mi mujer esperando que yo llegara para apuntar al niño, que había nacido para que se le pusieran los apellidos míos y los de ella a pesar de que no estábamos casados. Eso se hizo por un compromiso de mi suegro, que tenía un primo falangista. Fue como una especie de favor. Mi suegro era muy querido y respetado. Luego, estando ya en Alcalá, a los 18 o 20 años después ya, después de haber terminado mis correrías por las cárceles, vino la citación para que el niño fuera al servicio, a la mili. En vez de traer los apellidos míos traía sólo los apellidos de la madre. El favor que habían hecho a mi suegro fue un engaño. El niño murió estando yo preso en Alcaudete. También para enterrarlo hubo problemas con los apellidos y demás, aunque nunca me lo quisieron explicar. 

       Y el 18 de Julio me pusieron en libertad unos cuantos días y luego me detuvieron otra vez. Después me llevaron a Jaén. No había estado nunca en una cárcel de esas. Llegué en verano, seguramente en mayo. Hacía calor, mucho calor. Una vez tomados los datos para la ficha, me mandaron al patio. Había muchas personas. Las galerías y los patios llenos. Muchas veces había que dormir en las escaleras. Los presos políticos éramos muchos y no teníamos contactos con los comunes. Las celdas estaban habilitadas para los condenados a muerte. Los demás por los pasillos, por los patios. Tenías que dormir donde pudieras. Recuerdo en uno de los patios donde había un empedrado, a uno de los que detuvieron, un empleado de la limpieza, de unos 45 años más o menos, que por lo visto no estaba muy bien de la cabeza. Le habían cogido una pistola. Una mañana se montó en lo alto de las piedras que había y a medida que llegaban los oficiales, empezaba a coger piedras, gritando que no quería a la gente con gafas, tirándole piedras a todo aquel que tenía gafas. La comida era muy mala y el café, peor. Se comentaba que le echaban carbón molido, para poner el agua negra. Daban desayuno, almuerzo y cena. Era a base de nabos, pero más parecido a un cardo borriquero. La remolacha, al igual que la patata, que llegaba en camión, las metían en el almacén y eso se estropeaban, se pudrían. Al guisado aquel le echaban nabos de estos, acelgas con caracoles y todo lo que tuvieran, unos cuantos garbanzos o habichuelas, lo que fuera, muy poquito y corvina que tenía el color al tocino añejo que se usa por aquí, amarillento, viejo. En fin que aquello no se podía comer. Tenías que echarle sal y vinagre, que disfrazara el sabor. Muchos enfermaban con la sal. Se hinchaban y morían. Recuerdo que había un preso, que le decíamos «el Tío de los Pitos», porque por las ferias vendía pitos. En el economato abrieron una lata de atún o bonito que estaba podrida y al abrirlo despidió un olor que echaba para atrás a cualquiera, como si fuera pesticida o algo peor, una cosa que no se podía aguantar. La llevaron al patio y quitaron el husillo y la tiraron allí. El hombre de los pitos metió la cabeza, metió las manos y empezó a comerse lo que habían tirado. 

      Había una gran solidaridad entre los presos. Cuando nos poníamos a comer, tenía que ser en el patio, delante de todo el mundo, no había comedores, ni habitaciones. Te tenías que poner allí donde estaban todos hambrientos. Alrededor de los que comían, estaban los que no tenía nada que comer y las sobras, las espinas de pescado o las migajas que caían, lo cogían, como los perros hambrientos. 



      Daba pena ver aquello, pero así era. Morían muchos de hambre. Por la feria de mayo, mi madre me mandó de Alcalá un paquete con cosas para comer. Mi familia sabía que yo estaba herido, pero yo no le había dicho en las condiciones que me encontraba. Dentro de las cosas que me mandaban de comer, pues venía un poco de turrón y unas avellanas. Cuando llegó el paquete, me llamaron al centro, estaba allí el subdirector de la cárcel. Y empezó a decirme con muy malas formas que me habían mandado un paquete con comida, cuestionando que yo no pudiera comer. Le tuve que explicar que para no preocupar más a la familia no le había dicho en qué condiciones me había quedado la boca. El trato de los funcionarios, los cabos de vara, dependía de cada uno. En Jaén, teníamos uno que servía de enlace entre los oficiales y los presos. Aquel hombre fue de los mejores. Era algo mayor que yo, de Los Barrios, de profesión ebanista. Se comportaba con nosotros muy bien, con todos los presos. 

      Allí estábamos todos afiliados, cada uno en sus organizaciones sociales: comunistas, anarquistas, republicanos. Estábamos organizados dentro de la propia cárcel. Teníamos nuestros propios comités. Y una gran solidaridad entre unos y otros. Sin embargo, el Partido Comunista estaba tan bien organizado, que aplicaban exactamente la misma táctica que tenían fuera de la cárcel. Estas gentes empezaban a hacerles la pelota a los oficiales. Se arrastraban como perros a ellos para hacer lo que querían con el fin de coger un puesto dentro de la organización interna. Por ejemplo de cocinero, enfermería y todos los puestos claves. Todos los puestos claves estaban en sus manos. En el reparto del rancho, se descubrió que recibían lo mejor en cada ración. Para que fueran identificados, llevaban el pantalón por debajo del calcetín. Así, los que eran del partido comunista llevaban el calcetín por encima del pantalón, el repartidor cuando le veían uno de ellos, ahondaba el cazo sacando lo poco que hubiera. Si no llevaba el calcetín por encima, metía el cazo, pero sin ahondar, con lo que la ración se reducía a calducho simplemente. Se denunció ante las autoridades de la prisión. 

       En la enfermería había un médico, muy buena persona, que era preso. A mí lo que me daban era leche y pan, porque no podía comer otra cosa. Yo no comía rancho. Esos dos litros de leche siempre eran mejor que lo que se comía allí. Yo no salía de la enfermería a la calle porque creíamos que nos iban a matar. Preferíamos morir allí dentro. Ni siquiera queríamos ir ni a hospitales ni nada. Yo podía ser operado, pero me quedé allí. El puente de plata que me sujetaba el maxilar se me rompió. Mi boca quedó sin posibilidad de arreglo. Yo estaba a ración de leche. De cuando en cuando venía el médico de la calle, el forense, a visitar a los enfermos. Siempre me la quitaban. Yo no podía comer, no podía masticar. Me llevaba unos cuantos días sin comer hasta que caía enfermo con fiebre. Y nuevamente don Federico, que así se llamaba, me ponía otra vez a leche. De noche, cuando me acostaba, a lo mejor un dulce me lo comía debajo de la manta, sin que me viesen. Cuando tenía dinerillo compraba y algunas veces compraba bellotas de encina que vendían allí. Como no podía masticar la hacía polvo y así me la comía. Allí moría gente todos los días. En la galería cuando por la mañana los oficiales empezaban a echar gente a los patios aparecían los muertos. Le daban una patada y no se levantaban. Cogían a dos gitanos, supersticiosos como son, para que trasladaran a los muertos. Iban con las mantas, los cogían y mirando para otro lado, lo trasladaban. 

      Don Federico del Castillo, ese era el nombre del médico. Tenía una calle en Jaén. Tenía un hermano que estaba en la clase con nosotros. Asistíamos a clases de matemáticas, dibujo, contabilidad, de todo. Los profesores eran presos también. Hombres con carreras, muy preparados. Yo asistía a todas las clases, porque de esa manera se me pasaba las horas y los días, y no me daba cuenta. Salía de la clase y compraba papel higiénico, un papel higiénico que era muy fuerte, con brillo, muy barato y con un lápiz hacía los ejercicios, y esas cosas. Las clases eran de una hora todos los días. Salía de una clase y me metía en la otra. Los pocos conocimientos que yo tengo se lo debo a la cárcel. 


       Recuerdo que estando en el frente, llegamos a un pueblecito que se llamaba Santiago de Calatrava; estaba abandonado y movidos por la curiosidad, como todos los chavales jóvenes, entramos en una escuela, donde había muchos libros por el suelo. Allí recogí un libro. Era una enciclopedia. Tocaba tantos temas para mí desconocidos, que me la llevé, con unos pocos de papeles y cosas de esas. Siempre las llevé encima, incluso cuando iba al frente llevaba un canasto de mimbre como los de los gitanos, como si fuera un macuto y allí llevaba mi enciclopedia. Los demás se reían de mí. 

      De la cárcel provincial nos trasladaron a un convento que le decían de Santa Clara, donde había monjas. No hacían de carceleras, cumplían su misión. Éramos rojos y nosotros teníamos muy poco de cariño, muy poquito, ninguno, de parte de ellas. Aunque no puedo decir que nos hicieran daño. Había mucha gente, pero con menos preparación. Volvimos a organizar aquello, aunque sin catedráticos. Los que sabíamos algo lo enseñábamos. Yo a los semianalfabetos. A los que estábamos de profesor le daban un cazo más de comida que a los demás presos. Había un preso común que quería entrar de profesor, buscando un cazo de comida más. Nos puso una denuncia a todo el que daba clase de francés, diciendo que dentro de las clases se estaba preparando una fuga. Era muy peligroso, por ese motivo, nos podían fusilar. 

       Era tanta la miseria, que en el patio de la cárcel, que era muy húmedo, había unos bidones llenos de agua con escarcha, casi helada. Nos formaban allí en grupitos, para despiojarnos. Recuerdo que allí, en la provincial, de noche cuando nos acostábamos empezaban las chinches a bajar por las paredes. Se cogían a montones. En el convento de Santa Clara, los que más miseria tenían eran los que tenían muy mala alimentación. Esa gente no era de allí, porque los que eran de allí más o menos la familia siempre le arrimaba algo. Había criaturas que no cogían nada. Se notaba en lo delgado que estaban. 

      A los más débiles no había forma de despiojarlos. A estas criaturitas, se las llevaban al patio ese de tanta humedad, donde estaban los barreños llenos de agua, de escarcha y con el cubo rompían el hielo y empezaban a echarles cubos de agua allí encuero. Estas gentes, débiles como estaban, caían enfermos y muchos morían. Teníamos miedo incluso que nos cogieran y nos apartaran para despiojarnos. 

      La denuncia de la fuga se hizo efectiva. Cogieron una lista y empezaron a nombrar a los que asistíamos a clase de francés. Éramos quince o veinte. Nos sacaron del patio aquel y nos llevaron dentro, a la oficina, y nos hicieron una ficha. Sin saber a qué venía, sí nos extrañaba que hubiera muchos guardias civiles. Nos temíamos que era un traslado. Dijeron que no nos harían falta los petates y nos trasladaron por las calles de Jaén. Nos sacaron del convento, nos llevaban amarrados, de día, y nos llevaron nuevamente a la Provincial. Pensamos que nos iban a fusilar. Nos metieron en la celda, allí ya castigados. No sabíamos nada. Un elemento más de tortura. Nadie nos explicaba nada. Entre nosotros iba un muchacho de Jaén y entre los guardias había un conocido de su familia. Probablemente tendrían algún conocido con influencias, porque empezó a moverse algo. Nos estuvieron sacando uno a uno y nos tomaron declaración. Ahí fue donde se descubrió el asunto de la acusación de que estábamos preparando una fuga. Finalmente, supimos que había sido el preso común el de la falsa denuncia, porque tenía mucha hambre. Así lo confesó. 

       Allí tenían la costumbre de llamar a los que estaban condenados a muerte. Los sacaban de las celdas para meterlos en capilla. Y después iba el cura a confesarlos. Jugaban con las personas y con la confusión de los nombres repetidos. Leían repetidas veces el nombre sin los apellidos, creando el miedo en todos los que así se llamaban. Cuando de noche, en que ya estaba todo tranquilo, abrían y cerraban la celda con golpes fuertes y secos, como si fuera un cañonazo, el resto de los presos, en los patios, nos manteníamos en silencio. Escuchábamos el ruido y sabíamos que habían sacado a algunos. Era la despedida: En silencio hasta que ya terminaba la operación. Una de estas noches, la leche de mi ración se había cortado y la de la cena no me la habían traído, estaba ya acostado en el patio, casi en el centro, cuando sentimos que las celdas se estaban abriendo y cerrando. Nuevamente sacaban condenados a muerte. Algunas veces se llevaban también gentes de las que estaban en los patios. Aquella noche pude comprobar el terror de sentirse la muerte de cerca. El guardián de la enfermería que casualmente era nuevo, empezó a llamar a JUAN PERALES LEON. Pensé que era mi hora. Empecé a vestirme, a despedirme de los compañeros, a sacarme lo que guardaba para repartirlo. No hacía más que mirar hacia el rincón, como buscando una escapada. Uno de los que estaba allí en la puerta, que era de donde me daban las voces diciendo mi nombre, le dijo que dijera que era para que fuera a recoger la leche. Estaba muerto y había resucitado. Mi reacción fue el cagarme en su puñetera madre, añadiéndole el hijo de la gran puta. No era para menos. Ni tomé leche ni tomé nada. 

       Pasan los meses y una noche soñé con una serpiente muy grande. Venía por la carretera, por el puerto de levante avanzando, muy grande y con muchos colores, muy brillantes, muy bonita. Tuve aquel sueño aquella noche. Me preocupé. Siempre había escuchado que si sueñas con culebras es algo malo. Estaba lloviendo aquel día cuando, sobre las once, llega un oficial llamándome. Sin más explicaciones, me envían al juzgado. Hasta ese momento no había hecho ninguna declaración, entre otros motivos, porque en el juzgado trabajaba un compañero de prisión, socialista creo, Manuel Reina, ferroviario, condenado a seis años por asociación ilegal, que procuraba que mi expediente siempre estuviera en el fondo, de los últimos, evitando que me juzgaran. Cuanto más tarde fuera juzgado, la situación sería menos complicada y por tanto, la pena más suave. Me indicó que en mi expediente aparecían personas de Alcalá que me querían ayudar. Después supe que eran Cristóbal Alberto y José Espinosa. No podía retener más el expediente. Se la estaba jugando. 



      Cuando llegué al juzgado, me encontré un hombre sentado en la mesa, grueso, con una cabeza gorda, muy gorda. Me quiso parecer uno que era muy amigo de un tío mío, de José Valle, hermano de mi abuela, que era teniente en Cádiz. Don Pedro Ruiz, me quiso parecer. Y antes de que me dijera nada le pregunté que si era don Pedro. «¡Cuando yo te hable, entonces me contestas!», fue su respuesta. Me dejó sin habla. Le expliqué que lo había confundido. Era él. Finalmente, ni me tomó declaración ni nada. Estuvimos hablando de Alcalá y de los conocidos. Estaba allí de Juez, en Martos. Conmigo se portó bien. Dos o tres días después me llamó y me dijo iba a Cádiz: Le mandé recuerdos a mi familia. Me parece que luego lo trasladaron a Cádiz, pero me recomendó a un teniente juez, Riero, que era de Huelva. Y este teniente, cuando ya pasaron unos días, me llamó, me tomó declaración. La hice lo mejor que pude. Siempre mantuve que había sido hecho prisionero. Y además, tenía a mi favor el haberme presentado de forma voluntaria. Me defendía, aunque fueran mentiras. Cuando te defiendes las mentiras están autorizadas. Pasados unos cuantos meses, me llamaron al centro, a las oficinas, y un capitán jurídico me proponía ponerme en libertad condicional, si firmaba. Le dije que yo no firmaba, que yo no había cometido delito ninguno, porque estaría admitiendo una condena de doce años y un día. Tras la negativa, me fui al patio. Cuando los compañeros se enteraron de que no había firmado y por tanto había renunciado a la libertad condicional, me dijeron que estaba loco. Me insistieron tanto que finalmente me convencieron. Firmé y salí en libertad condicional. Estábamos en diciembre de 1942. Había estado preso tres años, tres meses y diecinueve días. Ingresé nuevamente el 2 de julio de 1945, siendo juzgado el 4 de diciembre del mismo año por el Consejo de Guerra de Jaén, causa el nº 649/45 y sentenciado a la pena de un año, por el delito de subversión y propaganda ilegal y puesto en libertad y excarcelado el 23 de noviembre de 1947. 

      Viví en Alcaudete. Allí nació mi hijo Juan. También Margarita. Me dediqué a vender cuadros y ampliaciones de fotos. Los primeros días en libertad los pasé descansando y reponiéndome un poco. Estaba muy delgado y débil, a pesar de que me llevaban de comer. Todas las semanas Manuela iba a verme y me llevaba un cesto con comida, que solidariamente repartía entre mis compañeros, al igual que ellos hacían. No conocía nada más que las faenas del campo, de la forma que aquí se labra la tierra y no mucho más. Siempre trabajé como independiente, en invierno iba a echar boliches de carbón, en verano a segar o a las corchas. Nunca había trabajado en un cortijo. 

   

sábado, 4 de diciembre de 2021

Crónicas del ambiente alcalaíno (XVIII)



     Siguiendo con la serie de Crónicas, reproducimos a continuación dos breves publicadas con dos días de diferencia entre ambas, (el 8 y el 10 de julio de 1920) escrita la primera por el presbítero Pedro Montemayor para EL CORREO DE CADIZ y la segunda por su sobrino, José María Blandino, para EL NOTICIERO GADITANO. Se puede observar cómo hablan de los mismos temas e incluso puede decirse que se complementa una con la otra:



"DE ALCALA

Periódico. — En breve comenzará a publicarse de nuevo <<EI Castillo de Alcalá>> bajo la dirección del culto y estimado amigo nuestro, D. Manuel Sandoval Moreno.

Paseos. — Se ve muy concurrido todos los días en las horas de la tarde el paseo de las Pozos.

       Los domingos y días festivos afluye gran número de personas a disfrutar la grata temperatura de nuestra Alameda.

Enhorabuenas. - Se la damos al joven estudiante D. Alfonso Ortega Benítez por las brillantes calificaciones obtenidas en los exámenes recientemente celebrados en el Instituto General y Técnico de Sevilla.

      Hágala extensiva a sí nuestro estimado amigo D. Manuel Quiñones Domínguez.

Viajeros. — Llegaron a esta procedentes de la capital el joven y virtuoso canónigo D. Manuel Troitiño y Rey, hermano de nuestro digno Arcipreste.

      Se encuentran también en esta el Capellán del Hospicio provincial joven presbítero D. Julio Morcillo para atender a reciente enfermedad y el reputado médico D. Rafael Bernal con su distinguida familia.

Primer viernes. — Con gran solemnidad se celebraron los cultos dedicados al Sagrado Corazón de Jesús, en el Beaterio de Jesús, María y José.

      Ofició la Misa de Comunión general, nuestro querido arcipreste D. Antonio Troitiño; durante ella, pulsó el armonium la hermana de dicho centro Sor Purificación Calafat.

EL CORRESPONSAL

6-7-1920." (1)







"De Alcalá de los Gazules

ENTRE NOSOTROS 

       Con objeto de visitar al Santuario de la Patrona, Nuestra Señora de los Santos, llegaron de Cádiz, pasando el día con nosotros, el ilustrado médico don Rafael Bernal y Jiménez-Trejo, acompañado de sus bellísimas hijas Pilar, Luisa y Consuelo. 

ENFERMITA

      Se encuentra enferma de algún cuidado la preciosa niña Angelita Marchante Romero, hija de nuestro querido amigo el abogado de ésta, don Agustín. Deseámosle su pronto restablecimiento.

REORGANIZACIÓN DE UN PERIÓDICO

      Para dentro de unos días volverá otra vez a publicarse en esta ciudad <<El Castillo de Alcalá>> periódico anti-caciquil, órgano de la verdad.

      Estará el periódico a cargo del mismo director, don Manuel Sandoval y Moreno.

NECROLÓGICA

      Ha dejado de existir en esta ciudad la señora doña Encarnación Romero, viuda de Monroy.

     Damos nuestro más sentido pésame a sus hijos, así como a la demás familia.

LA CUESTIÓN OBRERA

       Hasta ahora continúa el pueblo tranquilo. Los obreros siguen su trabajo.

EL CORREO EN AUTOMÓVIL

       Según nos hemos enterado, otra nueva Empresa de automóviles de Medina va a tomar el correo, el cual saldrá de aquí y regresará, dos veces diarias; pues piensa poner la salida y regreso en combinación con el tren correo y el exprés, con tal de que la correspondencia de Madrid llegue a ésta en el mismo día y no tenga atraso.

       Esto es una de las cosas que hacía tiempo venía haciéndole falta al pueblo.

VIAJEROS

      Marchó a Cádiz el concejal de dicha capital don Manuel Bernal.

      A Medina Sidonia, el sobrestante don Antonio Núñez.

      Regresó de Cádiz don Andrés Benítez.

       Llegó también de la capital el canónigo don Manuel Troitiño.

      De Segovia, el joven don Antonio Serrano.

9-7-920. 

J. M. B.

Corresponsal"(2)



NOTAS

(1) El correo de Cádiz Año XII Número 4083 pag 2. Edición del 8 de julio de 1920

(2) El Noticiero Gaditano diario de información y de intervención política Año II Número 211 pag 2 . Edición del 10 de julio.


sábado, 27 de noviembre de 2021

Alcalá y la boda de Alfonso XII





Ismael Almagro Montes de Oca



       A finales de 1874 se produjo un cambio de régimen político en España, finiquitando la primera República y restaurándose la monarquía borbónica, entronándose como rey Alfonso XII. En su dia ya dimos cuenta de las fiestas que se celebraron en Alcalá con motivo de tal acontecimiento (véase: https://historiadealcaladelosgazules.blogspot.com/2015/12/la-adhesion-de-alcala-la-monarquia-de.html)

      Justo tres años más tarde, el 23 de enero de 1878, se producía el enlace matrimonial de Alfonso XII y María de las Mercedes de Orleans, disponiendo el Gobierno la celebración de cinco días de fiestas en la capital del reino y tres en el resto de provincias. Una vez que el alcalde Manuel María Espinosa recibió la orden, reunió a la Corporación municipal para acordar la forma en que había de celebrarse del enlace regio en nuestra localidad, decidiéndose en primer lugar los días festivos:

“…se acordó empiecen en esta Ciudad las que se han de celebrar por tan fausto acontecimiento el día veinte y tres…”

       A continuación, acordaron celebrar los festejos de la misma manera en que se celebró la entrada de Alfonso XII en Madrid cuando accedió al poder, aunque con algunas modificaciones, ya que esta vez no se cuenta con la participación de la banda de música municipal y se sueltan dos toros:

“por unanimidad y llenos del mayor entusiasmo todos sus individuos dando una prueba mas de su firme adhesión al Trono y su amor al Rey se acordó: Que en la noche de los tres días haya iluminación en las casas de Ayuntamiento y demás edificios pertenecientes al mismo, invitando a los vecinos para que también lo hagan, engalanando con colgaduras los balcones de sus casas, repique general de campanas en las horas de costumbre, fogatas en las plazas mas publicas y fuegos artificiales y se reparta en cada una de dichos tres días una hogaza de pan a cada pobre, comprándose dos toros que se correrán con cuerda por todas las calles de la población, vendiéndose después su carne a un módico precio a las personas menos acomodadas; encargándose de todo la comisión permanente de fiestas a quienes se les librara del capitulo correspondiente del presupuesto las cantidades que se inviertan luego que la misma presente las cuentas justificadas y de no haber bastante consignado se tenga presente lo que falte para incluir en el adicional que ha de formarse.”[1]

       Seis meses después, la reina moría de tifus, enviando el Ayuntamiento sus condolencias a la familia real.[2]




NOTAS

[1] Archivo Municipal de Alcalá de los Gazules. Actas sesiones Ayto. pleno. Legajo 42. Libro 1. Sesión del 17 de enero de 1878. Folios 4 y vuelto.

[2] Ib. Sesión del 27 de junio. Sin foliar. Punto 1º

sábado, 20 de noviembre de 2021

Cuestionarios estadísticos: una visión de la vida municipal (II)

 




10 PESCA. - Sus clases; volumen que representa; industrias de ella derivadas; enumeración de las mismas y su importancia; Población aproximada empleada en las faenas de la pesca y en las de la industria. Remuneración que perciben por clase y categoría.

       No existe

11 MINERIA. - Indíquese sus yacimientos, si los hay, interés industrial que tienen y si están o no en explotación y en caso afirmativo, Sociedad, Empresa o particular que lo verifique. Población aproximada y salarios que perciben por clases y categorías.

        No existe

12 AGUAS MINERALES.- Manantiales minero-medicinales; Establecimientos Balnearios, Empresas, Sociedades o particulares explotadores; Población empleada y remuneración que perciben según trabajo que prestan por clases y categorías.

        No existe

13 CAPACIDAD INDUSTRIAL.- industrias existentes, especialmente las más típicas: su volumen y desarrollo. Antecedentes sobre las industrias y su producción; Clasificación en grande, media y pequeña industria; catálogo de ellas dentro de cada grupo.

        No existe

14 CAPACIDAD MERCANTIL.- Bancos, Banca privada. Bancos agrícolas. Compañía de seguros, Montes de Piedad y Caja de Ahorros, rurales, Mutualidades, Cooperativas, Economatos, Sindicatos, Giro Postal y Telegráfico, Volumen de sus operaciones etc. Existentes en el término.

       Existen una Sucursal del Banco los provisores del Porvenir y caja de ahorro (500 imposiciones al año y unas 1000 operaciones)

       Existe giro postal y Caja de Ahorro

       Volumen de las operaciones que se hacen de giros unos 12 diarios y 4 o 5 imposiciones al mes en la Caja de Ahorros

15 FERIAS Y MERCADOS.- Epocas del año en que se celebran las primeras y frecuencia de los segundos. Centros de contratación, si existen; importancia, por su volumen y valoración productos que la constituyen.

       Las ferias se celebran en esta población en los días 9-10 y 10 de Mayo y en los días 9-10 y 11 de Sepbre de cada año, sin existir nada de lo demás de la pregunta.

16 FUERZA PUBLICA. - Ejercito; Armada; Centros de Enseñanza militar; Guardia Civil; Policía Armada; Policía Urbana y rural, diurna y nocturna, Guardias Forestales y otra clase de personal armado que preste servicio en el término coma número y clase de cada uno de estos Cuerpos.

       No existe Ejército, Armada ni centros de enseñanza militar sino solamente un puesto de la Guardia Civil cuyo comandante es un Sargento y lo componen de 2 cabos y 8 guardias. La policía urbana y rural diurna y nocturna la componen de un jefe, 2 cabos y 8 guardias y 2 guardas de campo, 3 guardas forestales que es el personal armado que presta servicio en el término.

       Componen el personal del Ayuntamiento para los servicios municipales los siguientes:

Un Secretario, un Interventor y un Depositario.
Componen el personal administrativo los siguientes:
Un oficial 1º
Un id 2º
Un id 3º
Un id de Estadística y Padrones
Un id de Evaluación
Un id de Intervención
Un auxiliar de id
Un id de Depositaría
Un Escribiente mecanógrafo
Un Agente Ejecutivo

       El personal Facultativo y Técnico se compone de

3 Médicos de Asistencia Pública
1 Inspector Farmacéutico municipal
2 Practicantes
1 Matrona municipal
2 Inspectores Veterinarios
2 Peritos aparejadores uno de ellos agrícola

       Personal subalterno

Un Conserje o alguacil

      Otro personal adscrito a los servicios municipales

Un cobrador de arbitrios
Un Alcaide o Encargado del Deposito municipal
Un guarda del mercado publico
Un Admor del Hospital y Conserje del Cementerio
Una Enfermera del Hospital
Un sepulturero
Un encargado de la custodia de los montes de Propios
Una Encargada de la limpieza de la Casa Ayuntº
2 Fontaneros
1 Aguador Municipal
2 Barrenderos

       El Alumbrado publico de la población es de electricidad

      La superficie del término en Km2 es de 478 ½

       El numero de edificios con vivienda única con 2, 3 o mas viviendas son los siguientes:

De un piso      1058
De dos  “          534
De tres o mas     84

       No tiene servicios de incendios




Sanidad

      A cargo de 2 Inspectores M.

      Tiene su matadero publico

Obras y Ornato publico

Tiene varios edificios

18 SANIDAD MUNICIPAL.- si tiene abastecimiento de aguas y alcantarillado, Mercado de cubierto. Lonja. Casas de socorro. Farmacia. Laboratorio. Cementerio. Hospitales. Pabellón de aislamiento de infectocontagiosos. Asilos y otras instituciones de carácter benéfico social.

      No tiene abastecimiento de aguas y solo tiene alcantarillado las principales calles de la población.

      Tiene su mercado

     Id casa Socorro

     No tiene Farmacia municipal ni laboratorio.

      El Cementerio esta situado en las afueras de la población y consta de 2 naves

      Existen 2 Hospitales uno municipal y otro de Institución particular solo para mujeres que lo rigen las Religiosas del Beaterio de Jesus mª y Jose.

     No existen en la población Pabellón Infecto Contagioso, asilos y otras instituciones de carácter benéfico social

19 ENSEÑANZA Y RELIGION.- Grupos escolares o Escuelas tanto de niños como de niñas, matrícula escolar punto si son o no suficientes. Números de Maestros y Maestras que las sirven, si cubren las necesidades.

Si están debidamente atendidos los sentimientos religiosos con el clero existente y el culto que se da.

      Grupos escolares no hay ninguno, no estando por lo tanto graduada la enseñanza.

     Existen 5 escuelas nacionales unitarias de niños y 2 también unitarias de niñas, instaladas en locales alquilados y otro propiedad del Ayuntº, pero la mayoría no reúnen las condiciones pedagógicas por ser inadecuados para escuelas.

      Además está el Beaterio de Jesús Mª y José en donde se da enseñanza de párvulos y de niñas, supliendo la diferencia que hay entre el número de escuelas de niños y niñas.

      La matrícula de las nacionales viene a ser de un total de 275 niños y 110 niñas y en el Beaterio de 200.

     Como se ve no responde la matrícula al censo de población, pero hay que tener en cuenta que unas 3000 personas viven en el campo, en donde se carece por completo de escuelas rurales.

      La enseñanza en el casco, quedaría lo suficientemente atendida con la construcción de 2 grupos escolares con 6 secciones, una de párvulos y 5 grados.

20 PRESUPUESTO MUNICIPAL. - Total de ingresos y gastos e importe de unos y otros para las atenciones y servicios municipales.

1942

Ingresos

Rentas                                                                 34153.55
Aprovechamiento de bienes comunales              61836.50
Eventuales y extraordinarios                              24837.11
Derechos y tasas                                                 63500.00
Cuotas, recargos y participaciones
En Tributos Nacionales                                      23844.28
Imposición municipal                                        474528.21
Multas                                                                    2000.00

                                                                             684700.25

Gastos


Obligaciones generales                                     211308.93
Representación municipal                                  13500.00
Vigilancia y seguridad                                        47478.80
Policia urbana y rural                                       48747.85
Recaudación                                                       8100.00
Personal y material de oficina                          94979.55
Salubridad e higiene                                         56792.50
Beneficencia                                                      90673.20
Asistencia social                                                25112.50
Instrucción pública                                            13580.00
Obras públicas                                                  29700.00
Montes                                                                23913.75
Fomento de los intereses comunales                 16000.00
Imp                                                                       4813.17

Total                                                                 684700.25


21 CULTURA. – Infórmese sobre toda clase de establecimientos de enseñanza, mencionando nombre, clase de enseñanza, profesorado y numero de alumnos y alumnas etc…

       Los establecimientos de Enseñanza existentes en esta, son todos de enseñanza primaria, 5 Nacionales de Niños y 2 de Niñas y el Beaterio de Jesús Mª y José.

       De segunda Enseñanza no hay ningún Centro oficial ni particular, preparándose los alumnos de esta enseñanza particularmente con los Sres profesores que creen conveniente.

22 CULTO Y CLERO. – Edificios destinados al culto.- Catedrales.- Colegiatas.- Abadías y Monasterios.- Templos.- Ermitas.- Santuarios.- Capillas.- Conventos.- Seminarios.- Comunidades Religiosas, con su clasificación si es de clausura o no, vida contemplativa; si se dedican a la enseñanza, numero de alumnos y alumnas y actividades benéficas o industriales, si son de varones o hembras, numero de religiosos que la constituyen. Si están abiertos o no al culto y el total que resulte del clero secular y regular.

        En esta población solo existen 4 edificios destinados al culto.

       Templos cinco, cuatro destinados al culto y uno clausurado.

       Santuarios uno, de la patrona del lugar Ntra Sra de los Santos.

      Conventos dos.- de Sta Clara y Beaterio de Jesus Mª y Jose

      Comunidades dos, en el convento Sta Clara de religiosas Clarisas de clausura y vida contemplativa con 7 religiosas y el Beaterio de Jesus Mª y Jose de vida activa, dedicándose a la enseñanza con unas 200 alumnas, sosteniendo además un pequeño Hospital para ancianas, esta comunidad cuenta con 16 Religiosas.

        El Clero secular lo compone de 5 sacerdotes.

24 PRENSA PERIODICA. – Detállese la existencia de la misma, consignando su nombre, numero de ejemplares de tirada, maquinaria, sus clases, personal que ocupa. Frecuencia de su publicación y remuneración de sus empleados y obreros, por clases y categoría.

       No existe

25 OTROS ASPECTOS. – Amplíese esta información con cuantos datos se considere de interés para el mejor conocimiento del término, en cualquier otro aspecto.

No hay nada que consignar"


NOTAS

[1] ARCHIVO MUNICIPAL ALCALA GAZULES. Expedientes varios 1938-1957. Legajo 289

sábado, 13 de noviembre de 2021

San Juan de Ribera y sus vínculos con Alcalá de los Gazules (IV)





       Cuando fallece el Duque, 2 de Abril de 1572 (según consigna su epitafio, reproducido por Ortiz de Zúñiga) la sucesión en el título nobiliario pasa a la línea del hermano de Perafán. Es la transmisión legal y regulada, siendo el nuevo titular, según se ha dicho, como símbolo viviente del tiempo: condensación del tiempo personificada. El II Duque es don Fernando Enríquez Afán de Ribera, casado con doña Juana, hija del épico conquistador Hernán Cortés.

       Por las disposiciones testamentarias del Duque a D. Juan de Ribera recibe una cuantiosa herencia. (32) Por eso cabe pensar que el Santo tuvo las mayores facilidades para realizar y co-fundar, juntamente con su padre y por los bienes libres de éste, fundaciones y establecimientos análogos, tanto por sus circunstancias personales como por sus condiciones de activísimo promotor y fijador de dotes, y su autoridad de Prelado.

       De lo antecedente, no creemos osado establecer -con las reservas del caso- que el Convento de clarisas se funda por voluntad y dotación del Duque don Perafán, con la anuencia del II Titular y sucesores, y con la ejecución y protectorado práctico de San Juan de Ribera, quien aúna voluntades, compromete al Concejo, obtiene las licencias oportunas y acaba la readaptación de la Casa para Convento. Una institución eminentemente espiritual, al servicio de los mejores anhelos de personas de fe y, por sus oraciones, tareas femeninas y culto en la iglesia, al servicio también de todo el pueblo.

        Es de reseñar que el Convento de Clarisas de Alcalá, el primero que se fundó en la Diócesis, se llamó de la Purísima Concepción (33). Título honroso para Alcalá donde los haya, pues expresa de antiguo la certera intuición del excelso privilegio mariano, profesado por igual por fundadores y pueblo.

       Respecto a la fecha, habrá que decir que, en estos casos, las datas fundacionales no pueden ser precisas, pues, siempre suponen compleja, ardua y a veces larga gestión, e, incluso es normal hallar divergencias entre fecha real y fecha oficial, según se atienda a la mera convivencia o a la vida regular y canónica. Existen indicios de la existencia del Convento ya en vida del primer Duque; no puede soslayarse, al efecto, una afirmación de las mismas monjas, quienes en 1630 mencionan la manda de 300 ducados que la disposición expresa “de su excelencia el duque don Perafán de Ribera de buena memoria dejó a este convento” (34). Texto valioso, aunque un poco tardío, demostrativo de la vinculación de los Señores Jurisdiccionales a la fundación alcalaína, pues la cantidad formaba parte de los ingresos ordinarios o periódicos del Convento, procedentes de las almonas ducales. Por eso dijimos que los siguientes Duques también se constituyeron en garantes y Patronos del Convento, por cuanto el citado don Fernando falleció en 1590.


        San Juan de Ribera, según tradiciones locales, vino al pueblo siendo ya adulto, y aquí predicó. Como Prelado luego, visitó las obras de adaptación del Convento y los comienzos de la vida comunitaria en él. Busquets (página 127) tiene un texto en su obra que es confirmatorio, indirectamente, de la visita a Alcalá de los Gazules. “Viniendo en cierta ocasión a esta Ciudad (de Valencia), quedóse en una venta que está entre Molçon y Borna, lugar del Duque su Padre; avía embiado delante un criado, para que le previniese la comida en aquella venta, para él, y dos canónigos de su iglesia que le acompañaban...”

       Debe referirse a Morón; el lugar de Borna es Bornos, ciertamente lugar de los Ribera.

       San Pio V le nombró, en 1568, Patriarca de Antioquía y arzobispo de Valencia. En la Ciudad del Turia mantuvo correspondencia personal o epistolar con los Santos más insignes de su tiempo: Carlos Borromeo, Francisco de Borja, Teresa de Jesús, Roberto Belarmino, Lorenzo de Brindis, Bertín y Pascual Bailón, y con los Pontífices Pío IV, San Pio V, Gregorio XIII, Clemente VIII (...)

       En Valencia no cesa en su actividad predilecta: la predicación al clero regular y secular, y al pueblo en todas sus parroquias. Celebró siete Sínodos y publicó varios catecismos y numerosas cartas pastorales.

       Toda su obra se resume en la fundación del Real Colegio-Seminario del Corpus Christi. Allí se guardan 92.000 folios en 91 volúmenes, con las actas de decretos y visitas realizadas. Sólo los comentarios de las Sagradas Escrituras le dieron motivo para escribir otros 2.366 folios de preciosa y segura doctrina. Ochenta conventos guardan reliquias de tan gran fundador.

Real Colegio-Seminario del Corpus Christi

       Fue en Valencia cuando sustituye el escudo de familia por el «Tibi post haec fili mi, ultra quid faciam», que son las palabras de Isaac a su hijo Esaú (Génesis, XXVII, 37). Allí muere el 6 de enero de 1611 (35). La fiesta litúrgica de San Juan se celebra el 14 de enero.

        Concluiremos con una visión global de su figura y obra. Porque San Juan de Ribera está próximo al que fuera uno de los momentos cruciales del occidente europeo. El Humanismo, el Renacimiento, la Contrarreforma afectan aún con su enorme trascendencia a las formas estéticas y sociales y, sobre todo, a las creencias religiosas. Ese influjo lo conoce San Juan y, en lo posible y lícito, se deja acompasar con él en su vida. A través de su estudio, de su recepción legítima, es fácil ser hombre, no sólo de su tiempo, sino universal. Existe en Ribera un orden personal, una voluntad creadora y fecunda, impregnada de su circunstancia histórica, pero esperanzadamente constante. Porque no ponía su confianza en bases humanas, sino en el fundamento de la renovación interior y el recurso sobrenatural.

      En medio de estas modestas exploraciones históricas, hemos procurado hallar y exponer la dimensión nacional, y aun ecuménica, de lo local. Y también a la inversa, dar la repercusión en marcos más circunscritos del acontecimiento relevante que, como onda expansiva, todo lo alcanza. Este ver y hacer ver que, de los brotes particulares, se forman comúnmente los grandes sucesos, y cómo existe una ramificación casi inevitable de éstos hacia otros puntos del globo; estas interconexiones y mutuas influencias, resulta ejercicio difícil, pero siempre apasionante. ¡Y en la mayoría de los casos, recompensa plena de un esfuerzo!

       En todo caso, no podemos olvidar a los que nos precedieron: los pueblos que olvidan a sus antepasados se mueren en la Historia. Ni es lícito prescindir del recuerdo y aprecio de los seres íntimos a nuestra vida, aquéllos que nos engendraron en carne o espíritu. Si el monumento histórico, valioso reverbero de gloria local, se arruina y cae, el pueblo se empobrece, y si llega un día al olvido de quienes viven en él y los niños juegan sobre aquellos símbolos sin conocerlos, es como si jugaran -¡pobres niños¡- sobre el sepulcro de sus progenitores sin darse cuenta de la orfandad que pesa sobre ellos.

      Este «Convento» -según todavía se le llama-, es manifestación de Arte; toda manifestación artística, además, constituye un hito de civismo y aún parece trasunta acción suprahumana: las manos del artista prolongan la noble idea que tiene en su alma, como Dios con sus manos prolongó su imagen cuando hizo su obra del hombre.



NOTAS

(32) Ramón Robres, en el Diccionario de Historia Eclesiástica de España, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid. tomo I. página 451.

(33) Del «Duplicado de la contestación dada a los Siete Elencos consignados en el Boletín Oficial de esta Diócesis de Cádiz. 1919. Respuestas a las preguntas insertas en el Cuestionario que en orden a la Santa Visita pastoral publica el Boletín Oficial de este obispado fecha 16 de Enero del corriente año de 1919». Conservado en el Archivo Histórico Diocesano.

(34) Escritura de 6 de Abril de 1630: Archivo Histórico Provincial, protocolo de Alonso de Medina Salcedo. tomo 388.

(35) Joaquín González Moreno, Semblanza genealógica y biográfica de San Juan de Ribera; en ABC. Sevilla, número dedicado a San Juan de Ribera con motivo de su canonización.

sábado, 6 de noviembre de 2021

El crimen de la viña San Francisco




Ismael Almagro Montes de Oca



      Esta es la historia de un vecino de Alcalá que se vio involucrado en un crimen, siendo condenado a muerte por el mismo.

     Pero comencemos casi por el final.

     En la sesión celebrada por el ayuntamiento alcalaíno el 28 de noviembre de 1898, se trató lo siguiente:

“Por el Sr. Benítez del Rio, se manifestó: que tanto q él como a otros Sres. Concejales se había acercado María del Carmen Rosa Rabaneda, la que por espacio de varios años ha residido en esta localidad, en suplica de que por la Corporación se solicitase la gracia de indulto para su marido Juan Lozano Montes de Oca, condenado a muerte por la Audiencia provincial de Cádiz en la primera quincena de Julio ultimo, como uno de los autores del crimen de robo y homicidio cometido en una viña del termino de Jerez de la Frontera. El Ayuntamiento, considerando meritorio el móvil que impulsaba a la infortunada esposa que imploraba en nombre de sus tres menores hijas el perdón para el padre de tan desgraciados seres, a quienes quería ahorrar el baldón de que se les denominara <<las hijas del ajusticiado>>; que en esta Ciudad habitan el hermano y varios parientes del reo, todos de buena conducta y honrado proceder y a quienes se evitaría un día de luto y vergüenza; y teniendo presentes los buenos sentimientos que adornan al Ilustre Prócer que nos representa en Cortes; después de breve discusión, se acordó: Dirigirse al Excmo. Sor. Duque de Almodóvar del Rio y rogarle se digne, si lo tiene a bien y cuando lo considere oportuno, impetrar de S. M. la Reina Regente la gracia del indulto de la pena de muerte, impuesta a Juan Lozano Montes de Oca.”[1]

      Puestos a indagar sobre ese crimen, averiguamos que el mismo se cometió dos años antes en la viña “San Francisco” de Jerez de la Frontera, comenzando el juicio el lunes 6 de agosto de 1898 en la Audiencia provincial de Cádiz:

      “Los hechos ocurrieron en el mes de Marzo de 1896, pero el recuerdo se mantiene vivo, no sólo por la magnitud del crimen, sino porque muy recientemente se han publicado sus principales detalles.

      José Roco y Juan Peña propusiéronse robar a Pedro Quero, dueño de una viña en el Arroyo del Membrillar, de Jerez, y para llevar a cabo el propósito pusiéronse de acuerdo con Francisco Moreno López, Juan Lozano Montos de Oca, Cristóbal San José Expósito y Antonio Gordillo Morillo.

      Peña y Roco se escusaron de asistir y Moreno López recusó la participación en el crimen, no concurriendo tampoco a su realización.

      Juan Lozano, Cristóbal San José y Antonio Gordillo estuvieron en la viña bebiendo vino todo el día 10 de Mayo hasta el oscurecer.

      El desgraciado Pedro Quero encontrábase en el interior de su casa, teniendo sobre las rodillas á una hija suya pequeñita, y en esa actitud lo sorprendieron los procesados, disparándole Cristóbal San José un tiro que le produjo en el acto la muerte.

     Ataron a la mujer e hija del muerto, y al criado, robando 502 pesetas y otros efectos.

     Tal es a grandes rasgos el hecho que motivó este proceso, que ha de verse hoy en el Tribunal de Jurados.

     El Tribunal de Derecho lo constituyen, D. Rafael Atienza Presidente; D. Guillermo Rayón y D. Ricardo Fernández Prats Magistrados; Fiscal de S. M. D. Pedro López y Secretario D. Rodrigo Díaz.

     De acusador privado actúa D. Juan Cortina de la Vega.

     Defensores: de Juan Peña, D. José Zaldivar; de José Roco Ruiz, D. Francisco Clotet; de Juan Lozano Montes de Oca y Francisco Moreno López, D. Juan de Vicente Portela; y de Cristóbal San José Expósito, D. José Zurita.

…Están citados para declarar 40 testigos, encontrándose entre ellos el hoy Comandante de la Guardia Civil D. Francisco González de Quevedo, que en la época del crimen era capitán, prestaba servicio en Jerez, y llevó á cabo la captura de los delincuentes.

      En la Audiencia es dificilísimo penetrar por la afluencia del público que todo lo invade.

     Los presos encuéntranse en el calabozo de la Audiencia custodiados por la Guardia Civil.”[2]




      El fiscal calificó el hecho como robo y homicidio, solicitando para Cristóbal S. José y Juan Lozano Montes de Oca la pena de muerte y para José Roco Ruiz, Juan Peña García, Francisco Moreno López y Antonio Gordillo Morillo diversas penas temporales. [3]

     En la primera sesión, celebrada el día siguiente, declara nuestro paisano:

     “Juan Lozano Montes de Oca es el último que declara. No ha sido procesado.

     Explica que conoció a Peña por los negocios de tabaco que ambos tenían.

     No conocía a Cristóbal San José y niega rotundamente su participación en el crimen de la viña, en la cual no estuvo nunca.

      Al preguntarle el Fiscal si es cierto que amarró al criado de Quero cuando quiso huir horrorizado de la muerte de su amo, contesta:

—Mi mano derecha no se ha levantado nunca contra ningún semejante mío.

     Sigue negando su participación en el crimen y el Fiscal pide que se lean sus declaraciones para hacer constar las contradicciones sustanciales en que incurre.

      Contestando a las preguntas de su defensor Sr. Portela, dice que ha estado pocas veces en Jerez; que conoce a Moreno, en cuya casa ha comido varias veces y que no recuerda haber estado en la tienda de «Los Palos,» pues no bebe nunca vino.

      Las declaraciones a que se dan lectura están conformes con las de los restantes procesados en la manera de perpetrarse el crimen y difieren en su esencia y totalidad a lo que han dicho ahora todos los procesados.

      Ante tan palmarias contradicciones como aparecen entre lo declarado en el sumario y la declaración de ahora manifiesta que supo lo ocurrido cuando lo llevaban preso de Arcos a Jerez los Guardias Civiles, quienes fueron los mismos que se lo comunicaron.

      Ya en la Cárcel y atemorizado por los castigos de que tenía noticia se dispuso a declarar lo que quisieran sus acusadores. No obstante como se resistiera algún tanto lo llevaron a otro departamento de la Cárcel y por una ventana vio en una habitación a un hombre hecho un Ecce-Homo, con la cabeza rota, una oreja herida y lleno de sangre.

     Dijéronle que lo pondrían igual que estaba aquel a quien veía, y a partir de ese momento ya no tuvo inconveniente en declarar todo lo que quisieron que declarara.

      El Sr. Zaldivar le pregunta si el hombre herido era alguno de los que estaban en el banquillo y contesta afirmativamente señalando a Cristóbal San José Expósito.”[4]

      En la segunda sesión presta declaración la viuda del asesinado, que narra cómo se sucedieron los acontecimientos y en relación a Juan Lozano, respondiendo a preguntas del fiscal dice:

“El Fiscal: - ¿Reconocería la testigo a los individuos que estuvieron en la viña?

- Si señor.

- Señalelos Vd.

      La testigo se levanta y aproximándose al banquillo señala a Cristóbal S. José y a Lozano Montes de Oca.

- ¿Quién mató a su esposo?

- Este — señalando a Cristóbal S. José

- ¿Ud. en las primeras diligencias, no los confundió con otros?

- Si señor.

- ¿Cómo explica la equivocación?

- Por el ofuscamiento de las primeras horas. Después que los oí hablar, ya no tuve ninguna duda de los verdaderos autores que he señalado.

     El Sr Portela pide que la testigo señale de nuevo a uno de los autores del crimen, y le pregunta si conocía a Lozano Montes de Oca, contentando negativamente.”

      Después hacen una serie de preguntas los abogados:

      “El acusador privado haciéndose cargo de una pregunta del defensor Sr. Portela, a la que contestó la testigo que no conocía a Lozano Montes de Oca, hace que esta señale al que amarró al criado.

      Señala a Montes de Oca.”

      En la misma sesión, se leyó la declaración prestada por el criado del finado, que no comparece por estar sirviendo en el Ejercito de Cuba, en las que se encuentran algunas contradicciones:

“En las primeras diligencias hubo equivocación entre Peña y Roco con Expósito y Montes de Oca, pero luego fueron reconocidos estos últimos como autores.”

      Después declara el jefe de la cárcel de Jerez que dice “que allí no se maltrató a ninguno de los procesados y niega la escena que relató ayer Montes de Oca respecto al hombre que dice vio herido, y que fue causa de que declarar como lo hizo.” [5]

      En la cuarta y última sesión, toma la palabra el Sr. Portela, abogado defensor de Juan Lozano, quien expone que “no admite la responsabilidad de autor para Montes de Oca, y a lo sumo podría aceptar la de cómplice con una atenuante, definiendo al efecto este caso jurídico, en relación con su patrocinado”

     Después toma la palabra el acusado:

     “Juan Lozano Montes de Oca dice que tiene 43 años y jamás dio un paso fuera de la ley.

      Agrega que tiene tres hijas que nunca se llevaron un pedazo de pan á la boca que no fuera ganado con su trabajo honrado.

     Concluye implorando la caridad del Jurado”[6]

      Acabado el juicio, el jurado consideró a Cristóbal san José Expósito como autor material de la muerte y a éste y a Juan Lozano Montes de Oca como autores del robo de 502 pesetas, presenciando este último a muerte, mientras que a Juan Peña y Francisco Moreno los consideró como cómplices por facilitar información para cometer el crimen.

      El tribunal condenó a Cristóbal San José Expósito y Juan Lozano Montes a la pena de muerte, y a Juan Peña García y Francisco Moreno, a 17 años, cuatro meses y un día de cárcel. [7]

      La causa fue llevada al Tribunal Supremo, que el día 2 de enero confirma la sentencia de muerte para los dos acusados, pasando la causa al ministerio de Gracia y Justicia, que la devuelve al Supremo el 26 de julio, proponiendo el indulto para Juan Lozano Montes de Oca

     Seguidos los trámites legales y pasada la causa al ministerio de Gracia y Justicia en 26 de Julio último la devolvió éste al Supremo, manifestando que había sido propuesto para indulto Juan Lozano, debiendo cumplirse la sentencia de pena de muerte para Cristóbal Expósito.

      Parece ser que las gestiones del ayuntamiento alcalaíno con el Duque de Almodóvar del Río surtieron efecto, porque el 2 de septiembre, la Reina regente María Cristina firma en San Sebastián el Real Decreto indultando a nuestro paisano:

“Visto el testimonio de la sentencia dictada por la Sala de lo criminal del Tribunal Supremo declarando no haber lugar al recurso de casación admitido de derecho en beneficio dé Cristóbal San José Expósito y de Juan Lozano Montes de Oca, sentenciados a la pena de muerte por la Audiencia provincial de Cádiz como autores del delito complejo de robo y homicidio:

      Vista la ley de 18 de Junio de 1870, que reguló el ejercicio de la gracia de indulto:

      Considerando que Juan Lozano Montes de Oca no tomó parte en la ejecución material del homicidio:

      De acuerdo con lo informado por la expresada Sala del Tribunal Supremo, y con lo consultado por el Consejo de Estado en pleno, y conformándome con el parecer del Consejo de Ministros;

       En nombre de Mi Augusto Hijo el Rey D. Alfonso XIII, y como Reina Regente del Reino,

       Vengo en conmutar, por la inmediata de cadena perpetua y accesorias correspondientes, la pena de muerte impuesta a Juan Lozano Montes de Oca.” [8]


NOTAS

[1] AMAG. Actas sesiones del Ayto. pleno. Libro no inventariado. Sesión del 28 de noviembre de 1898. Folio 102 y vuelto.

[2] Edición del 7 de junio de 1898 de “El Guadalete. Periódico político y literario”. Año XLIV Número 13027 pág. 2

[3] Edición del 5 de junio de 1898 de “El Guadalete. Periódico político y literario”. Año XLIV Número 13025 pág. 2

[4] Edición del 8 de junio de 1898 de “El Guadalete. Periódico político y literario”. Año XLIV Número 13028 pág. 2

[5] Edición del 9 de junio de 1898 de “El Guadalete. Periódico político y literario”. Año XLIV Número 13029 pág. 2

[6] Edición del 12 de junio de 1898 de “El Guadalete. Periódico político y literario”. Año XLIV Número 13032 pág. 1 y 2

[7] Edición del 31 de agosto de 1899 de “El Guadalete. Periódico político y literario” Año XLV Número 13472 pág. 2

[8] Real Decreto publicado en la Gaceta de Madrid el 6 de septiembre de 1899. Nº 249 pág. 879 y 880