sábado, 27 de enero de 2024

El Hospital de la Santa Misericordia durante el siglo XIX (I)


    Artículo publicado en la Revista de Apuntes Históricos
y de Nuestro Patrimonio 2018


Eloísa TOSCANO GRACIA 

Introducción 

      El origen de las fundaciones de hospitales y casas de obras pías en nuestra península debemos buscarlo ya en la Edad Media. Estas fundaciones podían surgir de manos de la Iglesia o de laicos, aunque, en este último caso, también conservaban un marcado carácter religioso propio de la sociedad y época.[1]

      Ya a comienzos de la Edad Moderna esta situación se acentúa, más si cabe, gracias al patronato de reyes, nobles y alto clero, creándose una red hospitalaria por toda España. Ciertamente, en muchos casos no se trataba más que de pequeños establecimientos que los enfermos iban atravesando hasta que eran trasladados a un hospital de mayor entidad, en ciudades, donde podían ser mejor atendidas sus necesidades. [2]

       En este contexto nace el Hospital de la Santa Misericordia de Alcalá de los Gazules, fundación laica de comienzos del siglo XVI y que continúa ininterrumpidamente su actividad hasta mediados del siglo XX. Su finalidad era la de asistir a hombres pobres, labor benéfica que se complementaría en nuestra localidad con la posterior fundación de un hospital para mujeres, obra de Diego Ángel de Viera[3], y con las partidas que se destinaban desde el Hospital de la Misericordia para pagar a las cuidadoras a domicilio de mujeres enfermas. 

1. Fundación, funcionamiento y avatares durante el siglo XIX. 

     El primer testimonio sobre el Hospital de la Santa Misericordia es de 1514. Aquí el clérigo, cura y vicario de la Iglesia de San Jorge, Bartolomé Sánchez Camacho, alude a unas órdenes dejadas por un vecino de la villa quince o veinte años atrás, instando a la creación de este pío establecimiento. Es en este momento cuando al fin se cumple la voluntad de aquel testador que aún hoy permanece en el anonimato. 

      Dos años después se amplía el patrimonio del hospital gracias a la donación de Catalina Aguayo, viuda del regidor Martín de Olvera. En esta donación se menciona un solar limítrofe con el hospital, en la Plaza de San Jorge, y el dinero para arreglar la planta baja, que deja en vida[4]

     Desde su fundación, este centro se sostendrá gracias a las donaciones que realizan los vecinos de Alcalá (algo que sigue sucediendo a comienzos del siglo XIX) y a las compra-ventas que hacen los distintos administradores del establecimiento, como prueban los detallados libros de cuentas del hospital que se conservan en nuestro Archivo Municipal. De este modo, sirvan de ejemplos la compra de una casa por valor de 3000 reales de vellón en 1804, la donación que hace un presbítero de casa y cabeza de caballería (unas sesenta fanegas de tierra) en 1800, o la casa de una viuda donada en 1818[5]

      Viendo esto, resulta perfectamente comprensible que en el libro de cuentas de 1821 aparezca un listado de veintidós casas, muchas de ellas divididas en varias viviendas, con cuadras, patios o corrales, propiedad del Hospital de la Santa Misericordia. Estas propiedades aún se conservan a mediados de la centuria, pues entre los gastos se nombran los arreglos de albañilería y carpintería de, al menos, seis viviendas, amén de los deudores de algunas de estas moradas[6]

      Aunque, a priori, nuestro hospital no presenta grandes diferencias con otros hospitales españoles de la época, tiene unas características propias que lo convierten en un interesante caso de estudio. 

      Por un lado, era bastante más amplio que la de otros hospitales de pequeñas localidades, estando dividido en tres plantas, con una capilla. En la planta baja se encontraba la sacristía, vivienda del administrador y depósito de cadáveres; en la primera planta, una enfermería con doce camas, las dependencias del enfermero y del capellán; y en la segunda planta, la parte de enfermos contagiosos[7]. También debemos destacar el torno para recoger niños expósitos que tenía el hospital desde el siglo XVIII, como mínimo[8], y que continúa en pleno rendimiento durante el siglo XIX, pues en los libros de cuentas de este siglo se mencionan entre los gastos los traslados de expósitos a Medina Sidonia. 

     El número de camas resulta un dato importante, pues nos habla de la capacidad del hospital, que nunca solía superarse, salvo en caso de epidemias. La visita del Obispo a nuestro pueblo en 1879 arroja la cifra de siete camas para este establecimiento[9], con lo que podemos notar los cambios que va sufriendo nuestro hospital a lo largo del siglo. Pese a ello, y comparando el número de camas con el de otros hospitales de la época, que ni siquiera contaban con una sola cama, nos hace pensar en el tipo de asistencia sanitaria que se ofrecía a los varones necesitados de Alcalá, muy superior a la dada en otros establecimientos hospitalarios. Quizás la demografía de la localidad, de casi 10000 habitantes durante este siglo[10], o la posición geoestratégica de la misma expliquen la existencia de un hospital de este nivel aquí. 

Extracto del libro de cuentas de 1820 


      Es precisamente la posición de Alcalá la que hace que se hospede aquí el Batallón España, con Riego, que tuvieron que hacer cuarentena por la epidemia de fiebre amarilla que se había desatado en la costa gaditana[11]. Por este motivo, se crean en ese tiempo dos hospitales militares provisionales[12], que reforzarían al Hospital de la Santa Misericordia, algo que prueba la narración de Francisco de Paula Ortega, administrador del establecimiento entre 1819 y 1820, donde se describen las gestiones realizadas con posterioridad para poder cobrar los gastos que causaron los soldados enfermos.[13] 


NOTAS

[1] CORONA TEJADA, L., El Hospital Real de Nuestra Señora de la Misericordia de Loja. Universidad de Granada. Granada, 1990.

[2] MARTIN VERDEJO, F., Los hospitales rurales de pobres en el Antiguo Régimen: El Hospital de Domingo Pérez (y de Erustes). Anales Toledanos, 40. Toledo, 2004. P. 321-396.

[1] GUERRERO MARIN, F., El Hospital de la Misericordia. Apuntes Históricos y de nuestro patrimonio: Cuaderno de temas alcalaínos. Alcalá de los Gazules, 2016. P. 95-102.

[4] ARCHIVO MUNICIPAL DE ALCALÁ DE LOS GAZULES, Beneficencia y Asistencia Social.
Hospital de la Misericordia, legajo 407. Documento de Fundación de 1514. 

[5] AMAG, Beneficencia y Asistencia Social. Hospital de la Misericordia, leg. 408. 

[6] AMAG, Beneficencia y Asistencia Social. Hospital de la Misericordia, leg. 408, Libro de cuentas
de 1821 y de 1853. 

[7] GUERRERO MARÍN, F., El Hospital de la Misericordia. Apuntes históricos de nuestro patrimonio: cuadernos de temas alcalaínos. Alcalá de los Gazules, 2016. P. 95-102. 

[8] ANTÓN SOLÉ, P., Situación económica y asistencia social de la diócesis de Cádiz en la segunda
mitad del siglo XVIII. Cádiz, 1985. 

[9] ARCHIVO HISTÓRICO DIOCESANO DE CÁDIZ. Sección Secretaría-Cancillería, leg. 808.
Visitas pastorales 1879-1883. 

[10] ALMAGRO MONTES DE OCA, I., Censos de población de Alcalá en 1857. Historia de Alcalá

[11] ALMAGRO MONTES DE OCA, G., Alcalá 1819. Los preliminares al pronunciamiento de Riego. Apuntes históricos de nuestro patrimonio: cuadernos de temas alcalaínos. Alcalá de los Gazules, 1993. 

[12] ALMAGRO MONTES DE OCA, I., El ejército expedicionario de ultramar y las Correderas (I).
Historia de Alcalá de los Gazules. Recuperado de http://historiadealcaladelosgazules.blogspot.com.es/2012/11/


sábado, 20 de enero de 2024

La calzada del Prado





Ismael Almagro Montes de Oca



    Por diversos puntos del término de Alcalá existen trozos de calzadas antiguas que tradicionalmente se catalogan como romanas. Uno de ellos lo encontramos en el Prado, en el cerro del Pileto, entre los ríos Barbate y Fraja. En su día, ya dimos cuenta de la construcción del puente del antiguo puente del Prado, que siempre se había catalogado también como romano y que se construyó entre 1604 y 1610 (véase: https://historiadealcaladelosgazules.blogspot.com/2022/10/historia-de-la-construccion-del-antiguo.html) Pues lo mismo sucede con esta calzada, pues tan solo 5 años después de acabo de construir el puente, el cabildo alcalaíno acordó los siguiente:

“q se haga una calçada para pasar desde el rio de barvate a fraja porque no se pue pasar en tiempo de invierno de ningª manª y es obra muy grandiosa y los vºs tienen muy grande neçesd della y tienen obligon de hacerlo… q se haga la dha calçada de rio a rio por la parte por donde mejor sea

    El hecho de que se ordene hacer una calzada denota que no existía otra anterior, pues, de existir, se mandaría reparar la existente, pues los gastos serían mucho menores, por suponer menos gastos que construir una nueva.

    Y hablando de gastos, no debía andar muy boyante el cabildo para hacer esta obra porque se decidió hacerlo entre los vecinos:

“se haga memª (memoria) de los vºs (vecinos) todos para que se reparta por días y se comete a don bare de trugº alcalde ordinº y a marcos Garcia ortega Regor y que si de los demás de los ses (señores) regidores quisieren acudir lo hagan como dipos y que si fuera menester echar mas tiempo se busque un oficial y lo que costare y se gastare sea por qta del concejo y ansi sea cordó por caviº[1]





[1] ARCHIVO MUNICIPAL ALCALA GAZULES. Actas sesiones Ayto. pleno. Cabildo del lunes 7 de septiembre de 1615. Folio 322 y vuelto.

sábado, 13 de enero de 2024

La Jerarquía eclesiástica rural: Vicarios y Beneficiados de Alcalá de los Gazules en el Siglo XVIII (y II)

 



VICARIOS Y BENEFICIADOS: LUCES Y SOMBRAS

    Nada mejor que adentrarnos en algunos de los aspectos de las trayectorias vitales de estos hombres para constatar todo lo que de forma general hemos indicado hasta ahora. Así, como ejemplo, aunque podemos aportar muchos, de esa piedad y caridad, de ese mostrarse al pueblo en toda su grandeza, de esa promoción familiar y de ese corporativismo en el grupo, presentamos al beneficiado D. Bartolomé Muñoz Morillo[15], tío de los hermanos Cristóbal Muñoz, beneficiado, cura y comisario del Santo Oficio, y Diego Muñoz, beneficiado, y de Juan de Cárdenas, también beneficiado, quien pide, además del funeral acostumbrado, que le acompañen todos los guiones de las cofradías y ermitas de la villa que quisieran asistir. su generosidad hacia los más necesitados la demuestra legando al hospital de la villa 100 reales de vellón, pidiendo a sus albaceas que compren pan, carne y vino para darle de comer dos días a los pobres de la cárcel, dando un real de vellón a cada uno; y diez mantos y diez sayas de anascote nuevos para diez pobres vecinas de la villa; y que repartan diferentes limosnas, mantos y sayas, o lienzo blanco para camisas, a pobres necesitados y parientes, según su calidad y necesidad. Por otro lado, lega a la santa Escuela de cristo 50 reales y a la cofradía de las Benditas Ánimas 500 ladrillos para la obra que está realizando. Finalmente, instituye una fundación perpetua de tres misas cantadas en la Iglesia Mayor, el día de los Dolores, que agrega al beneficio de su sobrino D. Juan, el día de San Bartolomé, que agrega al beneficio de su sobrino D. Cristóbal, y la última en los días antes de la Natividad, que agrega a su beneficio y la dirá el sacerdote que le sucediere en él.

    En la misma línea, su sobrino D. Diego[16], administrador de las rentas decimales, también quiere un funeral más fastuoso, con acompañamiento de doce pobres con hachas encendidas, los guiones de todas las cofradías, la santa Escuela y doble en todas las ermitas; no obstante, el número de misas de cumplimiento no será excesivo, solo 400. Su aportación al culto se centra en el legado de dos espejos grandes con marcos dorados y cuatro cornucopias doradas para el altar del santísimo sacramento y el de Nuestra señora de los Dolores, así como diversos objetos de plata para que de ellos se haga alguna alhaja para el santísimo sacramento. Funda un aniversario en la parroquial el día de san Diego de Alcalá o inmediato, con doble de campanas, dotado con 4.000 reales de vellón. En él ha de cantarse vigilia y misa con vestuarios y asistirán sus hermanos beneficiados y demás ministros, recibiendo cada uno una limosna en proporción a su trabajo: el beneficiado que diga la misa, que deberá ser por turno, diez reales, los dos vestuarios, dos cada uno, los beneficiados por su asistencia a dicha vigilia, misa y responso, tres cada uno, los beneficiados caperos, uno más cada uno, el sochantre, cuatro, el sacristán, dos, el mozo de coro, dos, los cinco acólitos, uno cada uno, la fábrica, seis, y el campanero, dos; con la condición de que el que no asista pierda dicha obvención y los asistentes se repartan las de los no asistentes.

    De todo lo anterior, de un poder económico elevado y de una conducta que no está a la altura de dicha dignidad y posición, nos hablan los vicarios de la familia Cortegana. D. Pedro Collado Cortegana[17], vicario también del convento de Santa Clara, cura y beneficiado, presenta la misma actitud caritativa y generosa, que advertimos en la cuantía y destino de su legados piadosos: 400 pesos escudos de plata al convento de Santa Clara para la obra del tercer cuarto de dicho convento que está labrando; 2.000 reales de vellón a la Iglesia Mayor para la cajonería de la sacristía, 1.000 al convento de la Victoria para la obra de dicho convento, 1.000 al hospital de la Misericordia para una cama con dos colchones, dos sábanas, dos almohadas y una fresada; 200 fanegas de trigo a los pobres de solemnidad; una cadena de oro al Santísimo Sacramento de la parroquial; un caballo para el servicio de la ermita de los Santos; 100 reales de vellón a la cofradía del Carmen; y 6 o 7 pesos a la cofradía de Jesús Nazareno que ésta le adeudaba y se los perdona. Además de todo ello, y de dejar dispuestas 3.000 misas de cumplimiento, impone sobre su casa una fiesta de Concepción en su octava y una misa cantada en la parroquial todos los años el domingo de la Santísima Trinidad. Una actitud digna de elogio; no obstante, el visitador dice de él que le falta celo para cumplir la vicaría, no corrige a los clérigos ni que se cumplan las misas y no cela la clausura de las religiosas permitiendo que entren seglares.



    Su sobrino, D. Fernando Cortegana Bañales[18], no sale mejor parado y el mismo visitador expone «que no ha estudiado en Facultad y sólo es moralista, es majadero y vive con gran satisfacción confiado en ser vicario». No va mal encaminado, pese a sus aptitudes, lo será, y al final de su vida mostrará el mismo afán grandilocuente en su despedida, solicitando, además del acompañamiento general y el de los dos conventos masculinos de la villa, el de todos los guiones de las cofradías y hermandades y el de 20 pobres con sus hachas; a lo que une 3.500 misas de cumplimiento. Manda a Nuestra Señora de los Santos 100 pesos para ayuda a su culto, al patriarca San José un vestido de tela, 50 mantos y sayas a los pobres que eligiese su heredero, cuatro reales a cada uno de los pobres que llegasen el día de su entierro, que se diga todos los días de fiesta misa en la ermita de San José y que se alumbre todos los viernes del año el Santísimo Cristo de la Viga. Finalmente, impone sobre sus casas una misa cantada perpetua con vestuarios y responso en el altar mayor de la parroquial por el beneficiado que le tocare en los días de San Fernando. Dicho vicario, que en 1752, con 70 años, vive con dos sirvientes y cinco sirvientas, posee un nivel económico muy superior, avalado por una cabaña ganadera que le renta 72.312 reales de vellón, dos casas por las que obtiene de arrendamiento anual 1.298 reales, 230 fanegas de tierra de secano, 26 de tierra infructífera, cuatro aranzadas de viña y diez de olivar, tierras que le reportarían unos 27.000 reales de vellón, aproximadamente[19]; un patrimonio considerable, sin duda, que sitúa a D. Fernando como un auténtico privilegiado no solo dentro del grupo, sino dentro de su comunidad.

    Finalmente, D. Alonso de la Jara y Morito[20], beneficiado, cura, vicario y administrador de las rentas decimales; un personaje singular, enfrentado al pueblo por su forma extrema de corregir las faltas y santificar, y al mismo tiempo actuar del modo más injusto por beneficiar a su familia. Lo primero que nos llama la atención de D. Alonso, tío de los beneficiados Vicente de la Jara y Pedro López de la Jara, es la singularidad de su biblioteca: tres estantes de libros en pasta, vitela y pergamino, donde, además de los consabidos tomos de teología moral o libros espirituales, encontramos los 14 tomos de Feijoo que lega a su hermano Pedro, vecino y comerciante rico de Cádiz, lo que pone de manifiesto un cierto carácter ilustrado en este clérigo, sobre todo en lo relativo a su concepción de la mujer, al dejar el usufructo de una de sus casas al Beaterio de San Miguel, fundado por el beneficiado D. Diego de Viera Márquez[21], «mientras en él hubiere la instrucción de niñas en clase pública; y si ésta se quita, dicha comunidad de beneficiados y también los curas darán el usufructo de dichas casas a una o dos maestras para que enseñen a las niñas pobres de balde». D. Alonso, que no requiere ese fasto que hemos visto en otros en sus exequias y solicita el oficio acostumbrado, sin más, y solo 200 misas de cumplimiento, presenta una actitud digna de elogio, caritativa, ilustrada, una manifiesta inquietud por el mundo que le rodea y la sociedad en la que está inmerso y una loable preocupación por la instrucción femenina, aunque los motivos últimos fueran el adoctrinamiento religioso y moral así como la perpetuación de los roles establecidos[22].

    No obstante, por otro lado, el visitador Huarte[23], tilda su conducta de inapropiada, intransigente e imprudente. Según él, dicha conducta ha puesto «al pueblo en convulsión», al tratar con poca cautela el asunto de un clérigo acusado de incontiente, dando muestras de un comportamiento motivado más por el espíritu de venganza que por hacer verdaderamente justicia. Para Huarte, aunque lo considera «virtuoso, laborioso, instruido y docto», no es merecedor del cargo de vicario pues «quien haya estado, aunque sea de paso en Alcalá, sabrá que el apellido de Jara en el vicario y en cuantos lo llevan está en execración en aquel pueblo», habiéndose dado varios casos que prueban su proceder imprudente y la utilización de su cargo para beneficiar a sus familiares a toda costa. Así, junto al beneficiado D. Juan Delgado, se había empeñado en corregir a todos, acusando continuamente, aún de lo más mínimo, a clérigos y seglares al obispo, incluso al Ayuntamiento, celando indiscriminadamente las amistades y publicando algunos delitos que debían sigilarse «lo que produjo el aborrecimiento de todos». Igualmente, empeñado en quererlo todo para sus parientes, se había quejado a la Intendencia a nombre de un sobrino suyo, sin decir que lo era, de que no le daban suertes de tierras, teniendo ya una, informar como vicario y causar un procedimiento contra el juez, que revocó después el mismo intendente.

    No olvidemos que los clérigos seculares permanecen unidos a sus familias, son un activo importante dentro de las mismas, y en ámbitos rurales aún más, si cabe, se encuentran involucrados en el devenir de las mismas; por ello, no es infrecuente que tomen partido no solo en las cuestiones de índole religiosa que se suscitan dentro de su grupo, sino en las que tienen que ver con la comunidad, con su familia, generándose enemistades o manteniendo antiguas rencillas que vienen de lejos. Son un elemento más del poder de las familias, un elemento importante y decisivo, en muchas ocasiones.

    Especialmente combativo con de la Jara en este asunto fue el beneficiado D. Juan de Mendoza, quien, en palabras de Huarte, «tras no ser laborioso, aspira a mandar, y con esta mira (lo asegura sin escrúpulo) fue uno de los más enconados contra el vicario», lo cual deja al descubierto las ansias de poder de algunos miembros del grupo, así como las intrigas, impropias de unos hombres que debían entregarse a su Dios y a su comunidad pero en los que sus familias y afectos se imponían.

Firma del Beneficiado Pedro Collado Cortegana en su testamento


A MODO DE CONCLUSIÓN

    El estudio particularizado de los vicarios y beneficiados de Alcalá a lo largo del siglo XVIII nos ofrece el perfil de un grupo de poder aparentemente unido, al menos en la defensa de sus privilegios frente a otros clérigos y en el mantenimiento de unas formas de visualizarse ante al pueblo, con gestos que denotan devoción y generosidad pero también un deseo de mostrar su verdadera dignidad y marcar las distancias con el resto; pero que en el fondo presentaba en su seno profundas diferencias, tantas como orígenes tenían sus miembros, porque estos hombres que conformaban el grupo se debían, ante todo, a su familia. Por ello, promocionan a sus familiares dentro del grupo y se posicionan al lado de la familia frente a todos, aunque no sea ni justo ni correcto lo que se defiende. su poder económico sitúa a algunos en los lugares más destacados de ese con- texto rural y no es de extrañar que, pese a sus escasas aptitudes para ocupar determinados cargos y de las reticencias diocesanas, permanezcan en sus puestos, gracias a sus redes clientelares, tejidas, imaginamos, más allá de su propio en- torno. unos hombres en claroscuro, que se mueven entre el ser y el parecer y sienten y reaccionan como todos los demás ante los estímulos más primarios que motivan al ser humano, condicionados por una cultura material e inmaterial que tiene como uno de sus principios fundamentales la desigualdad.


NOTAS

[15] AHPCA, Protocolos de Alcalá de los Gazules, lib. 161, ff. 66-73, 1737; lib. 276, ff. 64-65, 1739; y lib. 275, ff. 233243, 1740.

[16] AHPCA, Protocolos de Alcalá de los Gazules, lib. 183, ff. 167-168, 1765; y lib. 415, ff. 8-24, 1777.

[17] AHPCA, Protocolos de Alcalá de los Gazules, lib. 30, f. 488, 1712; y lib. 132, ff. 45-57,
1725.
AHDCA, Manuscritos, Visitas pastorales, lib. 1241, f. 299.

[18] AHPCA, Protocolos de Alcalá de los Gazules, lib. 271, ff. 40-43 y 54, 1764. AHDCA, Manuscritos, Visitas pastorales, lib. 1241, f. 299.
AHMAG, Abecedario del Libro de eclesiásticos de la Villa de Alcalá, 1752, leg. 226; Libro
personal e industrial de eclesiásticos de la Villa de Alcalá, 1752, leg. 229.

[19] Avelina Benítez Barea, Clero y mundo rural. op. cit., p. 113.

[20] AHPCA, lib. 415, ff. 35-38, 1781; y lib. 229, ff. 137-140, 1798.

[21] Vid. Fernando Toscano Puelles, Historia de la Congregación op. cit., pp. 119-167; y Avelina Benítez Barea, Clero y mundo rural op. cit., pp. 238-242.

[22] Vid. María J. de la Pascua Sánchez, «Las fundaciones docentes en la España del siglo XVIII a través de los protocolos notariales gaditanos», Gades, 18, 1988, pp. 109-134.

[23] AHDCA, Secretaría de Cámara, Visitas y estados, leg. 507.

BIBLIOGRAFIA

Álvarez Santaló, L. C., «Vivir como un cura. Algunas precisiones cuantitativas respecto al imaginario social del clero en el siglo XVIII», en Francisco J. Aranda Pérez (coord.), Sociedad y Élites eclesiásticas en la España Moderna, Cuenca, Universidad de Castilla-La Mancha, 2000, pp. 101-148.

Barrio Gozalo, M., «La Iglesia y los eclesiásticos en la España del Seiscientos. Beneficios y beneficiados», en J. Alcalá Zamora y E. Belenguer Cebriá (coords.), Calderón de la Barca y la España del Barroco, vol. 1, Madrid, Centro de Estudios Constitucionales y Sociedad Estatal Nuevo Milenio, 2003, pp. 361-400.

Barrio Gozalo, M., El sistema beneftcial de la Iglesia Española en el Antiguo Régimen (1475- 1834), Alicante, Universidad de Alicante, 2010

Benítez Barea, A., Clero y mundo rural en el siglo XVIII. La comarca gaditana de la Janda, Cádiz, Universidad de Cádiz, 2013.

Benítez Barea, A., «El bajo clero y las estrategias familiares de perpetuación: promoción y relevo generacional (La Janda, siglo XVIII)» en X Congreso de la Asociación de Demografía Histórica, Albacete, 2013.

Benito Aguado, M. T., La sociedad vitoriana en el siglo XVIII: el clero, espectador y protagonista, Bilbao, Universidad del País Vasco, 2001.

Irigoyen López, A., «Los tratados de perfección sacerdotal y la construcción de la identidad social del clero en la España del siglo XVII», Hispania, 230, 2008, pp. 707-734.

López-Guadalupe Muñoz, M. L., «De clero y fieles en la diócesis de Granada a través de las visitas pastorales de la segunda mitad del siglo XVIII», Chronica Nova, 23, 1996, p. 308.

Morgado García, A., «Provisión de beneficios eclesiásticos en la diócesis de Cádiz durante el Antiguo Régimen (1700-1836)», Chrónica Nova, 18, 1990, pp. 343-364.

Morgado García, A., «Las bases humanas y económicas del clero de la diócesis de Cádiz en la segunda mitad del siglo XVIII», en Actas de II Congreso de Historia de Andalucía, Córdoba, 1991.

Morgado García, A., «El clero secular en la España Moderna: un balance historiográfico», en Á. L. Cortés Peña y M. L. López-Guadalupe Muñoz, (eds.), La Iglesia española en la Edad Moderna. Balance historiográfico y perspectivas, Madrid, 2007, pp. 49-73.

Morgado García, A., La diócesis de Cádiz: de Trento a la Desamortización, Cádiz, Universidad de Cádiz, 2008.

Pascua Sánchez, M. J. de la, «Las fundaciones docentes en la España del siglo XVIII a través de los protocolos notariales gaditanos», Gades, 18, 1988, pp. 109-134.

Toscano Puelles, F., Historia de la Congregación-Beaterio de Jesús, María y José, Cádiz, 1988.

sábado, 6 de enero de 2024

Anuarios 1909 y 1911

 



 

1909

1911

FUENTE DOCUMENTAL

1909, Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración. n.º 1 pág 2037 y 2038

1911, Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración. n.º 1. pág. 1999

HABITANTES

C.  de 6436 h. con A y. De 8.799

C.  de 6436 h. con A y. De 8.799

FERIAS

Ferias el 9 de mayo y 1º de setiembre.

Fiesta mayor el 23 de abril

Ferias el 9 de mayo y 1º de setiembre.

Fiesta mayor el 23 de abril

ALCALDE

Antonio Machado Sánchez

Antonio Machado Sánchez

SECRETARIO

Baldomero Rodríguez de Silva

Baldomero Rodríguez de Silva

JEFE DE TELEGRAFOS

José Sánchez González

José Sánchez González

ADMINISTRADOR DE CORREOS

Juan Navarro

Juan Navarro

DIRECTOR HIJUELA PROVINCIAL DE EXPOSITOS

 

 

ADMINISTRADOR DE RENTAS

 

 

ADMMINISTRADOR DE PROPIEDADES Y DERECHOS DEL ESTADO

 

 

PÁRROCO

Francisco Ramírez

Francisco Ramírez

JUEZ MUNICIPAL

Pedro Toscano Delgado

Pedro Toscano Delgado

FISCAL

Juan Olmedo

Juan Olmedo

SECRETARIO

Manuel Ahumada (suplente)

Manuel Ahumada (suplente)

NOTARIO

Martín Fernández

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ABOGADOS

 Agustín Marchante

Pedro Toscano Delgado de Mendoza

 Agustín Marchante

Pedro Toscano Delgado de Mendoza

ARQUITECTO MUNICIPAL

 

 

INGENIERO

 

 

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Joaquín Vázquez de la Paz Santos A. Valencia

Ana Verdugo  (Profesora)

 

Joaquín Vázquez de la Paz Santos A. Valencia

Ana Verdugo  (Profesora)

 

PROFESORES DE MÚSICA

Sor Mª Purificación Calafat

José Cobos Caballero

Francisco Mejías

José Pacheco de los Ríos

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José Cobos Caballero

Francisco Mejías

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BANDA DE MÚSICA

Sociedad Filarmónica  

(Director Francisco Mejías)

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Manuel Armenta

Francisco Espinosa

Alejandro Lallemand

Manuel Puelles

Francisco Nuche

Antonio Alba

Manuel Armenta

Francisco Espinosa

Alejandro Lallemand

Manuel Puelles

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Antonio Machado Sánchez

Hija de Manuel Espinosa

Antonio Galán Fernández

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Pedro Toscano

Juan M. de Castro

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Viuda de Jara

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Francisco Puelles

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Manuel Benítez

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Manuel Muñoz

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Antonio Romero

Adela Bauzano

Juan Castro

Herederos de Luis Delgado

Carmen Manzorla

Antonio Pastor

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Benito Collante

Vicente Espinosa

Patricio García

Diego Romero

Francisco Romero

 

Benito Collante

Vicente Espinosa

Patricio García

Diego Romero

Francisco Romero

 

FABRICA DE AGUARDIENTES

 

 

CAFES

Y BILLARES

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Manuel Lozano Ortega

Melchor Fernández (Plaza 16)

Francisco Guillen Pacheco (Pl. de la Cruz, 19)

Manuel Lozano Ortega

PARADOR Y MESON

Melchor Fernández

Melchor Fernández

FABRICA DE CALZADOS

Ildefonso Bohórquez

Manuel Benítez del Rio

Gonzalo Carrillo Salcedo

Juan Mangana Pizarro

Ildefonso Bohórquez

Manuel Benítez del Rio

Gonzalo Carrillo Salcedo

Juan Mangana Pizarro

COMADRONA

 

 

FERRETERIA

Jerónimo de la Corte

Jerónimo de la Corte

MINA DE CARBON DE PIEDRA

  Alejandro R. Brome

  Alejandro R. Brome

MUEBLES (Almacén)

Jerónimo de la Corte

Jerónimo de la Corte

COMESTIBLES

Diego Cid (Real, 2)              

Antonio Corrales (Pl. Cruz, 6)

Juan Corrales   

Domingo Galán (Plaza, 4)

Luciano López (Plaza Cruz, 3)

Felipe Luna Arriola

Antonio Romero (Real, 46)

Juan Sánchez (Pozo, 17)

 

Diego Cid (Real, 2)              

Antonio Corrales (Pl. Cruz, 6)

Juan Corrales   

Domingo Galán (Plaza, 4)

Luciano López (Plaza Cruz, 3)

Felipe Luna Arriola

Antonio Romero (Real, 46)

Juan Sánchez (Pozo, 17)

 

MERCERIAS

 

 

COSECHEROS DE VINO

 Juan Castro

Manuel Coca

Manuel de la Corte

Juan Delgado

Pedro Toscano

 Juan Castro

Manuel Coca

Manuel de la Corte

Juan Delgado

Pedro Toscano

COMISIONISTA

Macario Blázquez

Macario Blázquez

COM. RELIGIOSAS

Religiosas de Santa Clara. Capellán Antonio Romero Barea

Religiosas de Santa Clara. Capellán Antonio Romero Barea.

Hermanas de la Caridad cuidado de enfermos y enseñanza, Beaterio de Jesús, María y José

COSECHEROS Y EXPORTADORES DE CORCHO

Marquesa de Hoyos

Duque de Lerma

Herederos de Montes

Juan Pastor

Silva y Monge

Marquesa de Hoyos

Duque de Lerma

Herederos de Montes

Juan Pastor

Silva y Monge

DROGUERIAS

 

 

FABRICA DE JABON

 

 

SEGUROS

 

 

LAMPISTERIAS

 

 

FABRICA DE SOMBREROS

Manuel Marín

Gabriel Ortega

José Virué

Manuel Marín

Gabriel Ortega

José Virué

VENTA AL POR MAYOR DE ACEITE Y JABON

Vicente Quiñones

Vicente Quiñones

TEJIDOS

Joaquín Barba Moneo

Juan Recio García (Real, 44)

Julio Serrano

Joaquín Barba Moneo

Juan Recio García (Real, 44)

Julio Serrano

TABERNAS

 

 

ADMINISTRADORES DE FINCAS

Manuel Ahumada

 

Manuel Ahumada

 

AGENTES DE NEGOCIOS

 

 

CARPINTEROS

Eduardo Arroyo

Francisco Arroyo

Jerónimo de la Corte Caballero

Eduardo Arroyo

Francisco Arroyo

Jerónimo de la Corte Caballero

CASINOS

Y CIRCULOS

Casino de Artesanos

Casino Conservador

Casino Democrático

Casino Liberal Democrático

Casino Republicano

Casino de Artesanos

Casino Conservador

Casino Democrático

Casino Liberal Democrático

Casino Republicano

CENTRO DE SUSCRIPCIONES

 

 

COLEGIOS

 

 

ALMACEN DE CURTIDOS

Juan Torres Cotrino

Juan Torres Cotrino

REPRESENTANTE DILIGENCIA ENTRE S. FERNANDO Y MEDINA

Rodrigo Delgado

Francisco Romero

 

Rodrigo Delgado

Francisco Romero

 

 TRATANTES GANADO

Juan Castro

Melchor Fernández

Pedro Mariscal

Francisco Puelles

Pedro Toscano

Juan Castro

Melchor Fernández

Pedro Mariscal

Francisco Puelles

Pedro Toscano

HERRERIA Y CERRAJERIA

José de la Corte

José Crespo

José Gutiérrez

José Ramos

José de la Corte

José Crespo

José Gutiérrez

José Ramos

HOSPITAL CIVIL- DIRECTOR

José Romero Tenorio

José Romero Tenorio

HOTEL Y FONDA

María Román

María Román

MAESTRO DE OBRAS

 

 

PELUQUERO

BARBERO

Francisco Revidiego

José Rodríguez

Francisco Revidiego

José Rodríguez

PERITO AGRICOLA

José Blanco

José Blanco

PRACTICANTE

 

 

PROCURADORES

 

 

POSADAS

 

 

QUINCALLA

Luciano López

Luciano López

HOJALATERIA

 

 

SASTRES

Francisco Camacho

José Camilleris

Domingo Ortega

Francisco Camacho

José Camilleris

Domingo Ortega

COMPAÑÍA ARRENDATARIA DE TABACOS

Diego Centeno del Manzano (repres.)

Diego Centeno del Manzano (repres.)

ESTANCOS

Inés Barea

Diego Cid

María Benítez

Felipe Luna

Inés Barea

Diego Cid

María Benítez

Felipe Luna

VETERINARIO

 

José Herrera

ZAPATERIAS

 

 

PROPIETARIOS

 

 

PRINCIPALES CONTRIBUYENTES

Joaquina Álvarez

Juan Castro Moreno

Melchor Fernández Espinosa

Pedro Mariscal Cuesta

Francisca Puelles

Francisco Puelles

José Puelles

Antonio Romero

Francisco Sánchez

Pedro Toscano Dalmau

Joaquina Álvarez

Juan Castro Moreno

Melchor Fernández Espinosa

Pedro Mariscal Cuesta

Francisca Puelles

Francisco Puelles

José Puelles

Antonio Romero

Francisco Sánchez

Pedro Toscano Dalmau

TRATANTES EN CEREALES

Antonio González

Jerónimo Nieto

Antonio González

Jerónimo Nieto

COSECHEROS DE CEREALES

Antonio Díaz

Melchor Fernández

Diego Gallego

Francisco Gallego

Francisco Lozano

Ildefonso Lozano

Juan Lozano

Antonio Díaz

Melchor Fernández

Diego Gallego

Francisco Gallego

Francisco Lozano

Ildefonso Lozano

Julian Lozano

ALUMBRADO PÚBLICO

Por electricidad. - Contratista Nuche y Compª

Por electricidad. - Contratista Nuche y Compª

AGREGADOS



ANOTACIONES

(Alcalaínos)

A 16,6 k. De Medina Sidonia.- Sus calles están bien empedradas y limpias, con buenos edificios de moderna construcción.- La instrucción primaria en buen estado.-  Produce cereales, abundantes pastos y corcho.- Criase ganado.- Canteras de jaspe negro sin explotar.- La estación más próxima San Fernando, a 48 k.- precio del asiento, 5 pesetas; los bultos, 1.- Ct. A Medina Sidonia

(Alcalaínos)

A 16,6 k. De Medina Sidonia.- Sus calles están bien empedradas y limpias, con buenos edificios de moderna construcción.- La instrucción primaria en buen estado.-  Produce cereales, abundantes pastos y corcho.- Criase ganado.- Canteras de jaspe negro sin explotar.- La estación más próxima San Fernando, a 48 k.- precio del asiento, 5 pesetas; los bultos, 1.- Ct. A Medina Sidonia