sábado, 30 de diciembre de 2023

La gran reforma de la Parroquia de San Jorge de Alcalá de los Gazules (1619-1643)





Gabriel  e Ismael  ALMAGRO MONTES DE OCA



    En pocos días celebraremos los quinientos años de la refundación de las tres primitivas collaciones religiosas alcalaínas en la Parroquia de San Jorge y es a partir de aquel momento cuando se inician las sucesivas ampliaciones y reformas de una pequeña Iglesia, en las inmediaciones del Castillo, que acabaran por convertirla en el imponente monumento de fe y cultura que es hoy.

    Con todo y ante el desconocimiento que tenemos sobre muchos aspectos de nuestro primer templo, conscientes que la celebración de esta efemérides constituye una buena oportunidad para tratar de desentrañar todas estas cuestiones, hemos venido trabajando en un Libro sobre la Parroquial de San Jorge que esperamos presentar próximamente y del que avanzamos un extracto de un capitulo de dicho Libro, con la intención de ir predisponiendo el ánimo para la celebración.

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    Desde que el Papa Clemente VII concedió unas Letras Apostólicas refundiendo las tres collaciones existentes en una sola parroquia, el 2 de enero de 1524, tanto el estamento eclesial como el ayuntamiento, al que podemos considerar como verdadero patrono de esta, -y no al duque de Alcalá- tuvieron claro que era necesario reformar el edificio, en lo que los textos recogen como «alargar la yglesia», refiriéndose a las tres dimensiones: alto, ancho y largo. La escasa altura del templo, sobre todo de las naves laterales, impedían la instalación de retablos, mientras que la construcción de alguna capilla en la nave del evangelio había aliviado en parte el problema de anchura, aunque los gruesos muros que sostenían el techo en la nave central impedían ganar espacio. En cuanto al largo de la iglesia, la construcción de un coro a los pies de la nave central vino a reducir las dimensiones, sobre todo porque el presbiterio no existía, es decir, el altar mayor se situaba sobre una cabecera plana.

    Durante el siglo siguiente hubo varios intentos por reformar la estructura, pero fracasaron reiteradamente debido a la falta de fondos de la fabrica de la parroquia, debido a que sus rentas se «distraían» en otros menesteres y no acababan en las manos del mayordomo local, sino que iban directamente a parar a Cádiz, con lo cual, no se invertían aquí. Por este motivo, el edificio se fue degradando, hasta llegar al punto de que en marzo de 1614 el visitador general del obispado, el licenciado Alonso López de Burgos, tras inspeccionar la parroquia, comprueba el mal estado del techo, encargando al mayordomo de la fábrica, Juan Prieto de la Fuente «que para el día de sr s. juº de junio deste preste año haga que la techumbre de la yglesia se remedie en la nave mayor de manera que quede firme y se haga porque al preste esta con mucho peligro para caerse». Le encarga además que consulte con oficiales expertos y con el cabildo de la villa para que nombre a dos diputados que, junto con él, concierten la obra, para «que quede muy buena y segura y a satisfacción de todos». No debió darle mucha importancia a los desperfectos, puesto que requirió al mayordomo para que el techo se reparase en apenas tres meses, bajo multa de 6000 maravedíes en caso de no cumplirlo.

    Sin embargo, los regidores consideran que el techo está en tan mal estado, que es necesario su derribo, presentándose así una oportunidad única para conseguir el viejo anhelo de dar más altura al edificio , puesto «que aviendose de reparar los tejados se podrá subir y alçar las paredes de la iglesia porque las capillas colaterales no caven los retablos en las naves dellas». Igualmente, solicitan al obispo que se «alargue» la capilla mayor, cuya obra «esta començada». Se refiere aquí a las obras que se iniciaron para sustituir el retablo mayor, iniciada años antes y que se dilató en el tiempo.

    La pretensión de los regidores no se llevó a cabo y el techo no se derribó, realizándose tan solo los pequeños trabajos de afianzamiento, como pidió el visitador.

    Tres años más tarde, en septiembre de 1617, se produce un acontecimiento que puede alterar o retrasar el proyecto de reforma de la parroquia. Algunos vecinos se habían querellado contra el Concejo por destinar dinero obtenido con el arrendamiento de la bellota de los montes baldíos[1] para dar limosnas a algunas ermitas y conventos, por lo que el síndico personero,[2] Miguel Cano, acude a la Real Chancillería de Granada y obtiene una provisión para que los troncos solo pudiesen concederse a vecinos de la villa que fuesen criadores de ganados, según las ordenanzas de la villa. 

    Precisamente por esta fecha empieza a levantarse un coro a los pies de la iglesia, por ser la capilla del crucero del lado del evangelio, donde se hallaba desde 1545, de pequeñas dimensiones y no cabía el cuerpo de beneficiados que debía atender dicho coro. Se termina de construir a mediados del año siguiente, originando un nuevo problema en el templo: «agora de nuevo an hecho el coro de la iglesia de sor sn Jorge desta villa de maª que se a acortado la iglesia muy pequeña y no cave en ella la gente ni la mitad». Ante esta falta de espacio, el ayuntamiento decide solicitar al obispo que se realicen obras para ampliarlo, ofreciendo colaboración económica para tal fin. El prelado responde rápidamente, agradeciendo por carta el ofrecimiento y ordena una reunión de los regidores con el vicario de la villa para concertar el modo de acometer las obras. 

    Días más tarde tiene lugar este encuentro, al que asisten el vicario Francisco de la Guardia, el capitán Alonso de Coca y el licenciado D. Pedro de Estrada, alcaldes ordinarios y D. Antonio de Trujillo, alguacil mayor, acordando la cantidad que ha de pagar cada parte: «se a tratado que la fabrica a de dar mill dºs y queste qº a de dar quios dºs en dos aºs». Se establecen una serie de condiciones, como que en los mil ducados que pone la fábrica, no se incluya ninguna obra ya comenzada ni material adquirido con anterioridad a esta fecha, así como que las cuentas de la obra deben llevarla el mayordomo con un diputado del cabildo. Otra de las condiciones es que el ayuntamiento aportará los 500 ducados que le corresponden en un plazo de dos años «sacando troncos de bellota para ello», saltándose así los regidores la provisión real ordenada el año antes para que no se destinasen troncos a quienes no fuesen criadores. A finales de septiembre ya se había rematado un tronco para la obra en 120 ducados.

    A finales de año, el obispo encarga a un reconocido arquitecto el proyecto de reforma de la parroquia, consistente en la ampliación de la capilla mayor y tras pregonarse el remate de la obra, finalmente es adjudicada a Antón Sánchez por 1490 ducados, tal como consta en el contrato de ejecución, firmado en la capital el 14 de enero de 1619: «por quanto el dho anton sanches tiene puesta la obra de la capilla de señor san Jorge de la iglesia mayor de la villa de alcala de los gazules en mill y quattro cientos y noventa ds con las condisiones escritas y asentadas y demás autos y pregones que sobre ello pasaron ante don francisco de la Guardia Altamirano, Vicario de la dicha Villa, y en presencia de alonso romero coronado y juan bautista de coca, escrivanos públicos della a que se remite y porque el sor licdo don alº de setina maestre escuela provisor y vicario general deste obispado de donde es la dha villa de Alcalá de los Gasules y a quien está cometido para que en rason de lo susodicho, provea lo que fuere justicia a mandado al dho Antón Sánchez juntamente con su muger y los dhos sus suegros y de mancomun se obliguen que siendole rematada la dha obra la hará prosiguira y acavara según y en la forma y manera que se contiene en las condiciones que se hizieron para poner la dha obra por alonso de Valdelbira maestro mayor de la fortificasión desta ciudad…»[3]

    Las obras se desarrollan tan rápido, que, en el mes de mayo siguiente, los regidores temen que se paren por falta de dinero y se les recrimine no haber aportado su parte: «la obra se está haciendo muy aprisa y no es justo pare la obra por causa del qº» por lo que libran 130 ducados, para que, con los 120 del tronco de bellota, se le entreguen al mayordomo. De todos modos, ya debía haber rumor de falta de fondos, porque en el mismo cabildo deciden escribir al obispo dándole cuenta de que ya han librado 250 ducados, la mitad de lo acordado, al tiempo que le piden que aporte algunos fondos para que «la capilla mayor se prosiga y no pare y que su sª haga algª limosna para ello»

    Sin embargo, una semana después, los mismos regidores paralizan la libranza de los 130 ducados, sin duda porque el síndico debió esgrimir la provisión real antes mencionada, que no habían cumplido, hasta que «se trayga facultad para ello»

    Esto trastoca todos los planes, ya que, el cabildo no puede aportar más dinero y desde el obispado, o bien carecen de fondos, o bien había cierta reticencia a continuar pagando, por lo que la obra se detiene.

    La ampliación de la capilla mayor continúa parada más de un año, llegando en septiembre de 1621 el nuevo vicario, el beneficiado Juan de Palma, a solicitar al Concejo un tronco de bellota de los montes baldíos para ayuda de la obra de la capilla para poder acabarla, pero los regidores se abstienen hasta conocer todos los acuerdos anteriores relativos a dicha obra, en definitiva, le dieron cortésmente una negativa porque sabían que no podían concederlo.

    A principios de febrero de 1622, el provisor del obispado concierta la ejecución de una sillería de 23 sillas para el coro,[4]  algo sorprendente cuando la obra de la capilla mayor lleva tres años parada. No debió de ser la única actuación en este sentido, pues justo un año más tarde los regidores exigen al visitador que se continúe dicha obra y que se invierta el dinero de la fábrica en la misma, para no perder todo lo que se había edificado.

    En mayo de 1624 realiza visita pastoral el nuevo obispo, Fr. Plácido Pacheco, que, tras conocer de primera mano el estado de la parroquia, ordena «dar priessa en el edificio de la capilla q se edifica para alargar la mayor y porque insta el peligro del edificio hecho encargamos y mandamos al mayordomo de la fabrica q solicite y de priessa al mayordomo de la fabrica gl (general) para q cumpla y execute el memorial q tiene en su poder y aviendo falta en la execucion nos de avisso de ello». Según se deduce de su mandato, el obispo se da cuenta de que si la obra no se ejecuta, no es precisamente por problemas a nivel local, sino en instancias superiores y por eso se muestra vigilante.

    Pasado algunos meses, Miguel Sánchez Maldonado, síndico personero, acude a la Real Chancillería de Granada porque el Concejo no cumplía las leyes reales que ordenaban vigilar que las rentas de las fábricas no se gastasen ni consumiesen en otras cosas, ya que «la iglesia de señor san jorje dsta villa estava cayéndose y aunque abría fabrica con que poderse reparar la dicha iglesia por gastarse en estas cosas se avia dexado la dicha iglesia en términos que como esta dicho se caia». Consigue una provisión real, que presenta al cabildo el 2 de febrero de 1626. A finales del mismo mes, vuelve a hacer un requerimiento para que se cumpla la provisión obtenida, exigiendo, además, que se denuncie a su majestad que al ser clérigos los mayordomos de la fábrica, no dan cuenta ni de sus cargos ni de las rentas de la misma y que, estando el obispado en sede vacante por muerte del obispo Juan de Cuenca, el canónigo provisor Juan Jiménez Barragán sacó de la fábrica más de 500 ducados en trigo y cebada, que habían dejado de invertirse en la iglesia que se estaba edificando de nuevo.

    Pasa el tiempo y se vuelve a reclamar al obispo que mande reedificar la capilla mayor y la iglesia de San Ildefonso, hasta que, por fin, en junio de 1628 ambas obras son rematadas en el maestro mayor del obispado, Pedro Ruiz Cañato de Vargas. Rápidamente, el beneficiado Alonso de la Vega, mayordomo de la fábrica, pide licencia al cabildo para cortar madera que necesita para la Parroquia y San Ildefonso, solicitando cortar 60 vigas, 12 docenas de alfajías, 24 alfardas, 4 limatones, 4 estribos y más.

    Sin embargo, nada más comenzar de comenzar la obra de la capilla mayor, Cañato de Vargas se percata del inminente peligro de derrumbe del techo de la nave central, dando aviso al mayordomo y a los regidores: «por quanto pedro cañato maestro questa haciendo y tiene puesta la obra de la capilla mayor de señor san Jorge desta villa dixo que la dicha iglesia mayor se caydera y (¿?) abra mucha ruyna…”. Para cerciorarse, mandan llamar a otro maestro de obras para que examine el tejado y dicte su parecer: «para questo se viera la sertesa q dsto tiene el qº dsta villa envida llamar a domingo fdes calafate maestro mayor que dicen es de los fuertes de la mamora por su magd el qual la ha visto y a dado en ellos ciertos pareceres sobre la dha obra…». Este maestro albañil pertenecía a una familia jerezana relacionada con el gremio de la construcción, colaborando asiduamente con su hermano Antón Martín Calafate en diversas obras en Jerez, como son la portada principal de la iglesia del convento de San Francisco o la puerta y torre campanario del de la Merced. Junto a su hermano trabaja en el claustro del convento de la Victoria del Puerto de Santa María.

    El cabildo paga los honorarios a Fernández Calafate y tras su dictamen, el 8 de diciembre, el licenciado D. Diego Guerra, se desplaza a Cádiz para informar al obispo Fr. Plácido Pacheco. Pasados cinco días, el corregidor regresa de Cádiz, dando cuenta al ayuntamiento de su reunión y acordándose informar también al duque de Alcalá.

    El 24 de diciembre se produce el cierre de la parroquia, el desmantelamiento que refiere Fernando Toscano en su Guía Breve sobre la parroquia, aclarando posteriormente el origen de esta información, que se localiza en una nota en un libro de bautismos: «domingo 24 deste mes y víspera de navidad se bendixo la iglesia de las monjas y se empezó a desmantelar esta del sr s. Jorge». Curiosamente, en el reverso de la misma página se contiene otra nota que ha pasado desapercibida hasta ahora y que resulta fundamental para esclarecer cómo se desarrollaron los acontecimientos: «En 24 dias del mes de diciembre del año de 1628 se empeso a desmantelar esta yglessia del señor s. Jorge porque prometía rruina la nave maior de ella, mandola desmantelar su señoría el obispo don frai placido pacheco que a el presente lo era deste obispado, fue por orden de un maestro maior que a el presente era de las obras del obispado y aficionado a deribar i desbaratar, vinieron a verlo otros maestros i entre ellos uno de xeres de la frontera el qual no hacia tan bisiosa la obra aunque las maderas estaban mui dañadas al fin se deribo y para bolberle a haser en mejor forma que la que tenía, se apregono por los lugares comarcanos i se señalo el remate para el día de s. sebastian del año de 1629»

    Queda claro que el obispo mandó vaciar el templo para poder derribar el tejado. El maestro mayor del obispado aficionado a derribar no puede ser otro que, Pedro Ruiz Cañato de Vargas. El maestro jerezano que vino es sin duda Domingo Fernández Calafate, y aunque este creía que se podía salvar el techo, finalmente hubo que demolerlo por el mal estado de las vigas.

    Como se recoge en el texto, el remate de la obra se fijó para el día de San Sebastián, 20 de enero de 1629, pero no será Cañato de Vargas el adjudicatario de las obras, como tradicionalmente se viene afirmando, sino el maestro Gabriel del Valle, que rematará la obra en 1850 ducados, firmando escritura al día siguiente ante el escribano de cabildo Alonso de Medina,  por la cual «hará y alavrara con toda perffesion la obra e fablica de la dha iglesia sigun las condiciones del remate planta y montea…». Cinco días más tarde, los maestros albañiles Francisco Ruiz y Diego de Salvatierra, vecinos de Cádiz, otorgan escritura de fianza a favor del maestro Gabriel del Valle.[5] 

    Con todo, este no será el precio definitivo del remate, ya que Gabriel del Valle rebaja 100 ducados, que ofrece como limosna: «porque el dho otorgte tiene dados ffianssas pª su perpetuidad e buena era de su voluntad y por haser limosna e venefº a la dha ffablica consiente e tiene por bien que tan solamente la dha ffablica le pagara e satisfara mil y setecientos y sinquenta duºs y no mas porque de los cien ducados y restante cunplimto a la dha cantidad como va rreferido la hase limosna y se obliga de no se los pedir ni demandar testigos franco de espadaña juº de leon y juº fe»[6] 

    Gabriel del Valle es un maestro albañil que encontramos ya activo en Cádiz en agosto de 1602, haciéndose cargo de las obras en la iglesia del convento de los Descalzos, donde realiza precisamente la cubierta y las bóvedas, el mismo trabajo que debe realizar en la parroquia de Alcalá.

    Ante el imprevisto de la demolición del techo, la fábrica de la parroquia no tiene bienes suficientes para afrontar esta obra, ni siquiera para comenzarla. En esta situación, a mediados de febrero, Fr. Plácido Pacheco se ve obligado a pedir un importante préstamo al cabildo de Alcalá, pues suponía más de la mitad del precio tasado: «su sª del sor obispo de cadis a pedido q se le preste del qº desta viª o de otra pte un mil ducados hasta navidad del año que viene y que a su seguridad se obligara su sª y el mayordomo de la fabrica de esta villa y todas sus rentas y que con estos y otras partidas que a tomado de las fabricas prestadas se comensara y acavara la dha iglesia mayor de sr san jorje desta viª…».

    Los regidores acceden a prestarle el dinero, que debe devolver el día de año nuevo de 1630, con una serie de condiciones, entre ellas, que el obispo consiga una facultad real para que el Concejo pueda dar limosna para la obra de la iglesia y arrendar tierras del común para destinar su producto para dicho fin. Sin embargo, no será el obispo quien haga las gestiones para conseguir dicha facultad, puesto que, a la semana siguiente, los regidores otorgan un poder «para que despache a la villa de Madrid corte de su magd (ilegible) y suplicarle se sirva de dar facultad para que pueda dar de limosna mill y quinientos ducados a la iglesia… y no para otro efecto… sin que nadie lo ynpida”. Sin que se sepamos los motivos, en una semana se ha aumentado la cuantía del préstamo a 1500 ducados, casi el total del presupuesto de la obra.

    Con la techumbre demolida, se aprovecha para derribar también los muros o arcos que dividían la nave central de las dos laterales y sustituirlas por grandes columnas que permitan dar mayor altura y esbeltez a las naves. El trabajo de edificación de estas columnas no lo realiza directamente el maestro Gabriel del Valle, sino que es subcontratado a un especialista del gremio, al maestro cantero Francisco de Agüero, siendo su fiador su suegro, el maestro mayor del obispado, Cañato de Vargas, quien otorga escritura de fianza el 26 de marzo: «...maestro mayor de las obras y fabricas de este obispado besino desta siudad por lo que le toca y como fiador de francisco aguero su yerno dice que la fabrica de la yglesia mayor de la villa de alcala de los gasules tiene rematada la obra de la dicha yglesia y para el fundamento y firmesa della y en la mas bastante forma que puede se obliga en favor de la dicha fabrica de hacer y acabar seis colunas y quatro medias muestras en la cantera de la dicha villa para la obra de la dicha iglesia que an de tener una bara de grueso y seis de alto de la horden toscana envasadas y encapiteladas dejandolas de puntas para enlucillas conforme a buena arquitectura a toda costa así en la saca como en traida labor y asiento por lo qual se le han de pagar veinte y ocho ducados por cada una de las dichas seis colunas en la moneda de bellon que corriere y en quenta dellas confiesa aber recibido por paga anticipada = cinquenta ducados que tiene en su poder = y la demás cantidad se le a de ir pagando en los jornales de cada semana y acabada la dicha obra se le a de acavar de pagar el presio y valor de las dichas seis colunas y demás del dicho presio le an de dar la cal arena agua que fuere necesaria y la madera para los andamios y cabria para subir la canteria por cuenta de la dicha fabrica».

    He aquí el error por el que se asigna la gran reforma de 1629 a Cañato de Vargas, cuando, en realidad, solo actuó como fiador de su yerno, que es quien se obliga a labrar las columnas de la parroquia.

    A mediados del mes de septiembre, los vecinos criadores de ganados de cerda piden que se destine la limosna de un tronco de bellotas del repartimiento de la villa para la parroquia, por estar caída y necesitar reedificarse, «por estar muy tenues las fabricas de la iglesia», petición que es aceptada por los regidores.

    Justo un año después del cierre de la Parroquia, a principios de enero de 1630, aún no se han iniciado los trabajos por falta de fondos y ante el temor de que no se reedifique en muchos años, el Concejo decide solicitar una facultad real al Concejo de Hacienda del rey para destinar 1500 ducados a la compra de materiales para la obra. Gracias a las limosnas de los fieles y a varios préstamos que realizan algunos vecinos, se inician los trabajos y en tan solo tres meses se alzan las paredes hasta que vuelve a faltar dinero, lo que provoca que Gabriel del Valle decida marcharse: «va la dicha obra en buen punto y el maestro mayor por no aver dinero ninguno de ninguna manera para poderse la acabar se quiere yr y en yéndose el suso dicho será ynpusible poderle acabar en muchos as». Ante esta situación, los regidores piden al obispo que autorice destinar dinero de las fábricas del resto de iglesias de la villa para esta obra. No sabemos si fue así o nuevamente algunos vecinos volvieron a prestar dinero, pero en abril de 1631 la primera gran reforma obra de la Parroquia ha concluido, habiéndose sustituido toda de la cubierta, eliminado los muros de la nave central, colocando en su lugar las columnas y rematado la nave central con bóveda de cañón, y de aristas las laterales. Para la celebración del Corpus de dicho año, el jueves 19 de junio, la Parroquia ya se encuentra abierta al culto: «asimismo de averse acavado la iglesia mayor desta villa y se haga en benerasion de todo lo susodho una danza de (tachado) para las vísperas y dia…».

    Precisamente un mes después de reabierta, en la parroquia tiene lugar el matrimonio del maestro Gabriel del Valle con Catalina Cárdeno, cuya partida hemos localizado en el Archivo Parroquial y que desmiente el origen alcalaíno de este maestro, tal como aparecen en algunas publicaciones y páginas de internet: «Gabriel del balle natural del lugar nombrado seniseros de las montañas de burgos hijo de Gabriel del balle i de doña maría de noriega; doña catª cárdeno viuda de bartolome ss Maldonado quieren contraer matrimonio quien supiere algun impedimento lo manifieste en la vª de alcala de los gazules en veinte días del mes de Jullio de mil seiscientos y treinta y un años de licencia de los sres curas asisti al matrimonio que en mi presencia contraxeron por palabras de presente Gabriel del balle y doña catalina cárdeno contenidos en las ames de arriba siendo testigos Juº Rubio de avesilla y xpal martin zapatero».

    De este matrimonio nacieron al menos dos hijos, Agustín Antonio y Francisca del Valle Cárdeno. Esta última, en su testamento, dice ser natural de Alcalá, aunque no hemos localizado su partida de bautismo, y entre sus mandas, dejó 200 ducados al convento de San Francisco de Paula, para que el corrector los distribuyese en la obra del mismo.[8] 



    Tres meses después de casado, Gabriel del Valle se encuentra en Cádiz, pujando en el remate para labrar el claustro del Convento de Santa María, en el que también participa Pedro Ruiz Cañato de Vargas, adjudicándose la obra a Del Valle, tras presentar un presupuesto inferior en un ducado al presentado por Cañato.

    Volviendo al tema de la parroquia, tras la reedificación, toca devolver el dinero a los vecinos que lo habían adelantado y para ello, a finales de septiembre, los regidores plantean solicitar una nueva facultad real para poder destinar dineros de los arbitrios a reintegrar los préstamos, así como para llevar a cabo una segunda reforma, puesto porque «la capilla mayor se ba cayendo y arruynando de manera questa apuntalada y en ella no se pueden celebrar los oficios divinos». El encargado de acudir a la Corte será el corregidor, el licenciado D. Diego Guerra, a quien se le da poder para que lo «pida y suplique se sirva su magd de darle licencia y facultad para poder usar Y arrendar qualesquiera tierra de labor del termino desta viª y bellotas del baldio della pª dar de limosna a la iglesia mayor parroquial desta villa quatro mill ducados por que acabadose caydo la dicha yglesia mayor se a ydo alsando y redificando con el dinero y rentas de la fabrica y con limosnas que an dado los vesinos desta villa y se a tomado prestados de vesinos della mucha cantidad de dineros y con lo uno y otro no se acavado de redificar…».

    Si en 1617 el ayuntamiento ofreció 500 ducados, debido al lamentable estado en que se hallaba el templo y a que la reedificación se había ido dilatando excesivamente en el tiempo por la envergadura de los trabajos que se requerían, 14 años después ofrece 4000 ducados.

    Como se aclara más arriba, la reforma no alcanzó a la capilla mayor, que se encontraba en ruinas, y aunque se seguían celebrando cultos en la parroquia, todo parece indicar que la parte del altar mayor y naves del crucero estarían excluidas para su uso, oficiándose las misas en un altar de las naves colaterales o en uno habilitado en la nave central, con lo cual, continuaba el problema de falta de espacio, especialmente en la celebraciones importantes, tal como se confirma en el poder otorgado al corregidor antes mencionado , donde consta que «a mas de tres años que en la dha iglesia mayor no selebran los oficios divinos estando el clero della en el convento de monjas desta viª selebrando los oficios divinos».

    Llegados a este punto, cabe preguntarse por qué no se repara la capilla mayor y la respuesta es bien sencilla: la fábrica no tiene fondos suficientes y el ayuntamiento no puede aportar más, máxime cuando en septiembre de 1632, Álvaro de Zurita Ayllón consigue otra provisión real en Granada para que no se destinen troncos de bellotas a ermitas, iglesias ni monasterios. La historia se repite. 

    Pero ¿y el obispo no podía aportar nada? Seguramente la situación económica del obispado no fuera muy boyante, pues en febrero de 1633 ni siquiera había devuelto el préstamo que le hizo el ayuntamiento y que se comprometió a devolver por Año Nuevo de 1630, tal como denuncian Pedro de Estrada, Jorge Morejón, Melchor de Villegas y Gomes de Molina, quienes afirman que «siendo regidores dieron de limosna a la iglesia mill ducs prestados para redificar la iglesia y porque se obligo el obispo se escriva con el alce mor satisfaga esta cantd de orden para que se pague». A finales de octubre del mismo año, ante el incumplimiento del obispo, se otorga poder al regidor Diego González de Jódar para que fuese a ejecutar el cobro.

    En los tres años siguientes, el clima propicia buenas cosechas, redundando en las rentas de la fábrica, que «de presente tiene mucha cantidad de trigo y maravedís» motivo por el cual, en octubre de 1636, se pide al obispo que envíe a alguien a ver la capilla para su reedificación. El prelado, viendo que la fábrica dispone de fondos, comunica que «enviara a graviel del valle maestro de obra para que la vea»

    Cinco meses después, el 18 de marzo de 1637, Gabriel del Valle firma el contrato de ejecución, el cual hemos conseguido localizar en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz. Pese a que se encuentra muy deteriorado, el documento contiene una información valiosísima para la Historia de la parroquia:

«Sepan quantos esta carta de obligacion vieren como Yo el lizdo don jacinto de novela beneficiado de la iglesia mayor del sr san Jeorge desta villa de alcala de los gazules e mayordomo de la fabrica de la dha iglesia y vesº desta dha villa digo que por quanto de pedimento del concexo justicia y regimiento de dicha villa e del clero vicario y beneficiados de la dha iglesia della se suplico a su señor ylustrisima S fray domingo cano obispo de la (falta papel) de cadiz obispado desta dha villa (falta papel) se sirviese e tuviese por bien (falta papel) de la dha iglesia mayor del sr san (falta papel) lla mayor cruzero y cola (falta papel) e prosiguiese se hará (falta papel) de la dha iglesia por (falta papel) e amenaçar mucha (falta papel) tenido por bien y dado orden al dho vicario lizdo rodrigo garcia conexero e a mi el dho don jacinto de novela como mayordomo que de las rentas de la dha fabrica se confiriese y concertase la dha obra con yntervencion de la justicia y regimto desta dha villa con graviel del valle maestro de canteria y alvañileria vsº de la ciudad de Cadiz persona que hizo la obra del dho cuerpo de la iglesia y que a el como (¿?) buen oficial y conocido y avonado se le de en la cantidad e cantidades que mas bien a el veneficien de la dha fabrica conviniese en cuya virtud se le dio aviso a el dho graviel del valle y por el suso dho fecho una planta del modo que la dha obra se a de labrar que por su señoría y el sr provisor de la dha ciudad vista e por el clero justicia y regmto de la dha villa parece fue y a sido aprobado y recivida para que conforme a ella la dha obra se execute y haga y como tal recibida en cuya conformidad aviendo tratado del precio de la dha obra con el suso dho e comunicado y conferido sobre ello de ultimo fenecimiento por el sr don alonso vazquez varela Alcayde y correg desta dha villa y el capitán don alonso de medina salcedo escribano del cavildo y el dho lizdo rodrigo garcia conexero vicario e demás beneficiados della en virtud de lo mandado por su ylustrisima se le dio de conformidad la dha obra a el dho graviel del valle a toda costa de manufatura materiales de alvañileria y carpinteria en quatro mill y ducientos ducados en reales por cuya cantidad el suso dho a de hacer la dha obra según la dha planta (falta papel) sin que la dha fabrica le aya de dar ni de (falta papel) cossa alguna en cuya virtud se hicieron ciertas condiciones conforme a las quales se hizo el dho contrato (falta papel) su señoría y el dho sr su provisor»[9] 





    Además del objeto de la obra y el coste, reedificar la capilla mayor y el transepto por la cantidad de 4200 ducados, contiene el documento otros datos interesantes, como son la confirmación de la autoría de Gabriel del Valle de la reforma de 1629, que se adjudica erróneamente a Cañato de Vargas y que el primero, en la fecha de la firma, figura como vecino de Cádiz y no de Alcalá.

    El contrato presenta un total de 11 cláusulas, incluyendo un plano de «plantta y monttea» trazado por el propio Del Valle, por mandado del obispo, como consta en la leyenda del citado plano.



    Para ello, debe derribar «la fabrica que oy esta echa en el sitio y lugar en donde formar la capilla mayor y cruceros» y reutilizar los materiales que pueda, pero antes de proceder al derribo, debe cerrar los tres arcos que unen la nave central y las dos laterales con el crucero «para que la iglesia quede serrada (tinta borrada)uedan disir missa arrimado a los dhos arcos=»

    Se especifica el tipo de construcción que debe usar, utilizando «cascote de la Coracha y alguna hilera vuelta a pison con sus clavos» debiendo estar las paredes bien aplomadas y rematadas con una cornisa, y construir los arcos torales con tabique doblado e hierro blanco, utilizar madera de quejigo en el tejado, que estará cubierto de tejas, bien rejuntadas «todas con buena mescla de manera el levante no las quitte». Debe realizar también una cúpula de media naranja de cerchones «con sus maestras bien forxadas (tinta borrada) en caña cascada y enbotida (tinta borrada) por la parte alta» y una cornisa alrededor de todo el crucero, de yeso bien amasado y lavado.

    Hasta ahora, siempre se ha mantenido que la bóveda existente bajo el presbiterio fue construida en 1799 para enterramientos de sacerdotes y laicos con derecho a sepultura, sin embargo, esta debe ser la fecha de una remodelación, ya que en el contrato de Gabriel del Valle se incluye una cláusula relativa a esta construcción, y aunque el mal estado del documento solo deja intuir el contenido de dicha cláusula, se puede leer «para subir la capilla mayor (tinta borrada) de Rebocado todas las dhas Co(tinta borrada) ofresiere azer algunos entierros (tinta borrada)», una nota marginal al final de la autorización del provisor, confirma que se proyecta dicha bóveda: «y asimismo a de hacer una tumba devaxo de las gradas de la capilla mayor de bóveda para el entierro de los señores (falta papel) fuere la dha grada según mas bien pareciere (falta papel)». En este sentido cabe reseñar que en el plano aparecen pintados cinco escalones para acceder al presbiterio, aunque posiblemente durante la ejecución de la obra se añadieron dos más, para ganar altura en el cañón inferior, siendo así que existen siete en la actualidad.



    A finales de agosto varios vecinos criadores de ganados de cerda, entre ellos algunos sacerdotes beneficiados y personas importantes de la villa, piden al ayuntamiento que de «los troncos que se an de haser para nuestros ganados se hagan no mas para la redificasion de la dicha capilla atento lo qual a vm pedimos y suplicamos mande se haga el dicho tronco atento a que consentimos en ello como pers interesadas» y entendiendo los regidores la súplica por justa, la conceden por esta vez.

    Sin embargo, a principios de diciembre la obra se encuentra paralizada, al parecer por haberse ausentado Gabriel Del Valle atendiendo a otras obligaciones, acudiendo el cabildo al obispo para que obligue al maestro a cumplir con la escritura otorgada y cumpla con su obligación, sobre todo que termine la «división de la capilla mayor» para poder celebrar el culto divino en el altar en dicha capilla. 

    A finales de enero del año siguiente, encontramos de nuevo a Del Valle en Alcalá, pero ejerciendo de padrino en un bautizo, em cuya partida se anota la posible causa de la ausencia de éste, ya que se recoge «fue su padrino Gabriel del valle maestro mayor del sr obispo de Cadiz» debiendo estar, por tanto, atendiendo los encargos del prelado.

    Durante ese año de 1638 no se tienen noticias de avances en la obra, volviendo a conceder el ayuntamiento la limosna de un tronco de bellota para ayudar a acabarla, nuevamente por petición de los criadores de ganado de la villa. 

    Entre las ausencias del maestro y la falta de fondos, los trabajos se alargan en el tiempo. En agosto de 1639, el beneficiado Juan Alonso del Castillo, mayordomo de la fábrica, solicita licencia para que le puedan cortar vigas y tablas que necesita para la obra de la Parroquia y en septiembre de 1641 se vuelve a conceder la limosna de un tronco de bellota «porque la iglesia esta cayda y no se puede alsar», estado en el que continua en mayo del año siguiente, cuando viene a la villa el visitador general del obispado, tal como consta en sus mandatos: «En acavandose la obra de la dha iglesia y estando la fabrica con desahogo se compren las cosas q se mdo en la visita pasada…». Este mismo año, ayuntamiento y criadores de ganados de cerda continúan colaborando con la obra de la parroquia, cediendo otro tronco de bellota. 

    Consta que en 1643 aún se sigue trabajando en la reforma, pues en el mes de febrero el beneficiado Juan Alonso del Castillo solicita licencia para cortar dos decenas de vigas y tablas para cubrir una «torre questa arrimada a la capilla mayor de la iglesia de señor san jorje». Creemos que esta torre debe ser la parte de las escaleras existentes detrás del altar mayor y las dependencias anejas tras él. Igualmente consta la presencia de Gabriel del Valle en Alcalá en esta fecha, pues, como maestro de obras, es llamado por el ayuntamiento para reconocer un lugar por debajo de los pozos de agua dulce, donde el capitán Melchor de Villegas pretendía construir una tenería.

   La reforma de la capilla mayor y las naves del crucero debieron terminarse en este año, fecha a partir de la cual no hallamos más referencias a obra alguna, encontrándose la parroquia plenamente activa en diciembre de 1646, fecha en que se produce una disputa entre los regidores y D. Álvaro de Zurita porque éste puso silla en el arco toral que confina con su capilla junto al altar del sagrario, reclamando aquellos al vicario, el beneficiado Juan Alonso del Castillo y demás clérigos el lugar que les correspondía en la iglesia, porque «no habían consentido en que se pusiesen en el lugar que les toca que es a el par de las gradas de la dicha iglesia dexando transito entre uno y otro para las prosesiones y demás del culto divino».

    Precisamente en esta última fecha volvemos a localizar al maestro Del Valle en esta villa, aunque ya no relacionado con la parroquia, al solicitar construir un molino por encima del de Canto, aunque en la petición no se aclara si es de su propiedad o actúa como maestro de obras. 

    Hay que descartar que los frescos que adornan la bóveda de la capilla mayor sean restos de pinturas plateresco-mudéjares,  porque como hemos visto, esta capilla es posterior.

    En definitiva, este ha sido el proceso de transformación sufrido en la estructura de la parroquia de San Jorge, que, resumiendo, se inicia en 1619 cuando Antón Sánchez empieza a edificar la capilla mayor, paralizándose los trabajos al poco tiempo. En diciembre de 1628, Pedro Cañato de Vargas, que se había hecho cargo de terminar la capilla y de restaurar la iglesia de San Ildefonso, advierte del peligro de derrumbe del techo. En diciembre de 1628 la parroquia se cierra al culto para derribar el techo. En enero de 1629 Gabriel del Valle se hace cargo de la reforma , realizando Francisco de Agüero, maestro cantero, las columnas. En 1631 se termina esta reforma, no afectando ni a las naves del crucero ni a la capilla mayor, que se verán reformadas a partir de marzo de 1637 por el mismo Gabriel del Valle, acabando la reforma total del edificio en torno a 1643.



NOTAS

[1] Se conocían como tronco o echo de bellota, que subastaba el ayuntamiento y destinaba lo recaudado para la limosna

[2] El síndico personero del común era el encargado de velar por el bien público de los vecinos.

[3] ARCHIVO HISTORICO PROVINCIAL CADIZ. (A.H.P.C.). PN CÁDIZ 838. f.25 vto. a 27. El contrato lo firman Antón Sánchez y su mujer, María de Sierra, como principales y Pedro López de Sierra y Catalina de Astorga, su mujer, sus suegros como fiadores, ante el escribano Pedro García Prieto, siendo testigos Juan Rebe, Pedro de Aguilar y Pedro Duarte, vecinos de Cádiz. 

[4]  A.H.P.C. PN  CÁDIZ  839. Folios 43 vto. a 45 vto.

[5]  A.H.P.C. PN Alcalá de los Gazules 387

[6]  A.H.P.C. PN CÁDIZ 4380. Nota marginal en el documento.

[7] A.H.P.C. PN CÁDIZ 4380. 

[8] A.H.P.C. PN CÁDIZ CAJA 4931 F.114 a 120. Testamento de Fca. del Valle Cárdeno fechado el 11 de abril de 1687. Se casó con el capitán D. Fernando Díez de Medina, ausente en Indias. Llevó por dote a su matrimonio 3 pares de casas, una de ellas en Alcalá. Fueron padres de 4 hijos, Ana, Agustín, Sor María del Espíritu Santo, monja del Convento de las Descalzas y Fr. Tomas de Medina, religioso del de San Agustín. Francisca llegó a acumular un patrimonio económico importante.

[9] A.H.P.C. PN Alcalá de los Gazules. Escribano Antonio de Salazar. legajo 227 Folios 67 a 71 vto. El 14 de marzo, el licenciado Fco. de Robles Millán, provisor del obispado, concede licencia a Jacinto de Novela para firmar el contrato con Gabriel del Valle. Son testigos de la firma siendo testigos el capitán Melchor Romero de Villegas, Juan Romero de Villegas y el licenciado Alonso de Coca Ramos, vecinos de esta Alcalá.

sábado, 23 de diciembre de 2023

Medidas para prevenir una epidemia en 1730




Ismael Almagro Montes de Oca



    A finales de octubre de 1730, el cabildo alcalaíno tuvo noticias de una epidemia que estaba azotando la ciudad de Cádiz, aunque no se menciona de qué tipo era, y rápidamente se escribió al Puerto de Santa María, por su cercanía con aquella, para indagar el estado en que se hallaba, recibiéndose días más tarde la respuesta en una carta, dando cuenta de que la misma continuaba sin alivio ninguno y que se habían tomado medidas restrictivas domésticas para intentar evitar que el contagio se extendiese.

    Los regidores convocaron el día 13 de noviembre a los dos médicos asalariados por el ayuntamiento alcalaíno, los doctores D. Esteban Julián Velilla de Aragón y D. Antonio Muñoz de Contreras, a quienes participaron las noticias para que determinasen las medidas que el consistorio debía poner en marcha en beneficio de la salud pública. Los galenos dieron un total de siete recomendaciones, y sorprende que más de la mitad de estas, no estaban encaminadas, como cabría pensar, en extremar el aseo y la higiene de personas y lugares, sino en prohibir ciertos alimentos:

“Lo Primero se prohiva el vino nuevo ni mistura con aniexo___

Que la manteca y Bacalao que no sea de satisfasion y que conste no aver salido de Cadiz no se admita en esta villa y el que ay en ser en las tienda que no sea de primera suerte desde luego los saquen fuera y que sino lo hizieren los almaceneros en el termino que se les señalare, se les saque y entierre fuera del Poblado____

Que se prohivan totalmente sardinas y del pescado de cuero cavallas bonitos calamares y atum; Y del Pescado de escama el que no estuviere de calidad.

Que no se admita carne mortesina en el rastro ni que ningún vezino la traiga a el lugar sino es que la entierren en el campo; Y que las carnes que se introduxeren en la carneseria sean sanas y de buena calidad a satisfazon de los Diputados de la salud___” [1]


    El resto sí son medidas higiénicas, aunque relacionadas con la erradicación de animales sueltos en las calles:

“Que se aseen las calles sin permitir en ellas Bestias Perros gatos ni otro animales muertos ni inmundissias sino que se saquen fuera de la villa___

el Asseo de las calles y limpiessa de las ofissinas Publicas Carneseria y alondiga

el que no anden cochinos por las calles__”

    Los regidores, como no podía ser de otra manera, acordaron llevar a efecto todas estas medidas, bajo severas penas para los transgresores.




NOTAS

[1] ARCHIVO MUNICIPAL ALCALA GAZULES. Actas Sesiones Ayto. pleno. Legajo 16 Libro 3. Cabildo del 13 de noviembre de 1730. Folios 261 a 262.


sábado, 16 de diciembre de 2023

Ordenanzas de la villa de Alcalá de los Gazules, dadas por D. Fadrique de Ribera, marqués de Tarifa, en el año 1513




Enrique ROMERO DE TORRES [1]



    En el archivo del Ayuntamiento de Alcalá de los Gazules se conservan las actas capitulares, que empiezan desde 1543 hasta el día con un pequeño intervalo del año 1873, durante el cual tuvieron lugar los disturbios políticos de esta villa, dando lugar á la quema y destrucción de muchos libros y papeles del Cabildo municipal.

    Además existen los principales documentos siguientes:

    Privilegio concedido por el rey D. Alfonso XI, exceptuando á esta villa de toda clase de tributos, dado en Jerez de la Frontera en la era 1380, año 1342.

    Dos Bulas de la Santa Cruzada.

    Confirmación al Privilegio de Alfonso XI, dado por los Reyes

    Católicos en Sevilla á 28 de Agosto de 1478, y sacado del archivo del Excmo. Sr. Duque de Medinaceli, á pedimento de D. Francisco Pérez Guerrero, diputado de esta villa.

    Confirmación de Privilegios dada por Doña Juana de Castilla en Valladolid á 20 de Abril de 1505.

    ídem de Felipe IV, expedido en Madrid á 5 de Octubre de 1624.

    Transacciones con el duque de Medinaceli y con el marqués de Tarifa.

    Y un importantísimo libro de las <<Ordenanzas que D. Fadrique de Rivera, marqués de Tarifa, adelantado mayor de Andalucía, mandó que se guarden y cumplan en la villa de Alcalá de los Gazules, año de 1513>> Está completo y muy bien conservado.

    A continuación transcribo dos párrafos que he fotografiado de estas «Ordenanzas», por ser sumamente curiosos.

    Dice así en una nota marginal:

«Que no compren de esclavo», y después sigue: «Otrosí mando que ninguna persona vecino ni morador inestante ní forastero ni otra ninguna persona sea osado de comprar de ningún esclavo ni esclava ninguna cosa que le venda so pena que lo que le oviese comprado lo buelva á su dueño con el doblo y mas que pague é las setenas de lo que valia la tal cosa é sino tuviese bienes de qué pagar le sean dados cien azotes.»

    Hay otra nota escrita al margen, que dice:

«Que no compren trigo ni semilla de ningún aperador ni gañan.» Y contiene aparte: «Otrosí mando que ninguna persona vecino ni morador inestante ni forastero non sea osado de comprar nin trigo ni cebada ni semillas asi en el agosto como en la cementera (i) de ningún aperador ni gañan ni acarreador so pena quel que lo comprare vuelva el pan á su dueño con el doblo é que pague las setenas delio. Esi no las pudiesen pagar le den cien açotes é que al aperador ó gañan ó acarreador que lo vendiere sin licencia de su amo ó lo tomase para sí que le corten las orejas sin embargo de cualquier apelación que sobrello se haga.»

    Por lo que se ve, era muy duro ú originalísimo el modo de aplicar justicia en aquella época.

Córdoba, 2 de Enero de 1910.




NOTAS

[1] Extracto publicado en el Boletín de la Real Academia de la Historia, Tomo 56 (1910), pp. 71-72

sábado, 9 de diciembre de 2023

Donación a la Parroquia de un cuadro perteneciente al convento de mínimos de la Victoria




Ismael Almagro Montes de Oca


    El pasado 17 de octubre contactaba conmigo a través de este blog, D. Francisco Berenguer Jofresa, con un objetivo un poco sorprendente: quería devolver a su lugar de origen un cuadro que había pertenecido al extinto convento de San Francisco de Paula de Alcalá. Dicho cuadro le había sido regalado en el año 2001 por su tío, D. D. Francisco Berenguer Gimeno, quien lo había adquirido en la Sala Parés de Barcelona en 1952 y que según apuntes, el cuadro procedía del convento de mínimos y fue vendido tras la desamortización de Mendizábal.

    Lo puse en contacto con el párroco, D. Tomás Diaz Artola y el domingo 3 de diciembre se llevaba a cabo la donación. La obra ha sido entregada como una contribución personal a la comunidad y como un gesto de apoyo a las actividades culturales y espirituales que la Parroquia realiza en beneficio de sus feligreses y para honrar la memoria de su tío.

    La obra, titulada “San Francisco de Paula”, se atribuye al pintor Sebastián de Llanos y Valdés (1605-1677), pintor barroco activo en Sevilla, discípulo de Francisco Herrera el viejo, en cuyo taller trabajó y tiene unas dimensiones de 160 x 104 cms.

    Se ha colgado temporalmente en la Sacristía de la Parroquia, mientras duren las obras en la Iglesia de la Victoria, donde se pretende exponer definitivamente, volviendo así al lugar de donde salió hace aproximadamente 200 años después.

    Desde estas páginas, no podemos menos que expresar nuestro agradecimiento a D. Francisco Berenguer Jofresa por dicha donación que engrandece el Patrimonio de nuestra Parroquia. Gracias



sábado, 2 de diciembre de 2023

El censo electoral de Alcalá de los Gazules en 1839 (III)






Boletín oficial de la Provincia de Cádiz. Edición del martes 30 de julio de 1839 nº 61 páginas 1 y 2

 

 

CALLES

NOMBRES

PROFESIÓN

Oficio

Paga por todas contribuciones con arreglo al caso 1º del art. 7

Renta liquida anual con arreglo al caso 2º del art. 7

Paga por arrendamiento ó aparcería según el caso 3º de dicho

Paga por inquilinato según el caso 4º

159

Real

Mejías, D. Tomás

Mercader

 

 

2 yuntas

 

160

Barrio Nuevo

Muñoz, Juan Antonio

labrador

 

 

 

400

161

Ídem

Moyas, Juan

Ídem

 

 

2 yuntas

 

162

Cruz Verde

Medina, Andrés

Ídem

 

 

 

540

163

Real

Moreno Jiménez, José

Barbero

 

 

 

960

164

Ídem

Moreno, Alonso

Mercader

 

 

 

600

165

Pl. de la Cruz

Moreno Mena, Juan

Labrador

1150

 

 

 

166

Pl. de Santo Domingo

Martínez Manuel

Sastre

 

 

 

600

167

Carril bajo

Martínez Villar, Antonio

Abogado

270,22

 

 

 

168

Pozos

Muñoz, Gil

Labrador

 

 

 

400

169

Ídem

Moreno Barea, Francisco

Ídem

 

 

2 yuntas

 

170

Ídem

Moreno, Sebastián

Ídem

 

 

 

600

171

Ídem

Muñoz, Sebastián

Ídem

 

 

 

480

172

Cárcel

Moyeda, Francisco

Ídem

 

 

 

480

173

Ídem

Mariscal, Martín

Ídem

 

y. y tier.

 

 

174

Ídem

Mariscal, Gabriel

Ídem

 

Y. y tier.

 

 

175

Barrio Nuevo

Manzano, Diego María

Propietario

 

7000

 

 

176

Real

Naranjo, Antonio

Labrador

 

 

2 yuntas

 

177

Ídem

Navarro, Andrés

Ídem

 

 

 

480

178

Ídem

Navarro, Pedro Miguel

Ídem

 

 

2 yuntas

 

179

Pozos

Navarro, Diego

Ídem

 

 

2 yuntas

 

180

Ídem

Nieto, Juan

Ídem

 

 

 

420

181

Real

Nobles, José

Barbero

 

 

 

600

182

Nueva

Nalda, Manuel

C. de Rentas

 

 

 

480

183

Beaterio

Ortega Cabrera, Francisco

Labrador

 

 

 

480

184

Calzada de S. Antonio

Orellana, Pedro

Ídem

 

 

 

480

185

Barrio Nuevo

Olmedo, Alonso

Ídem

 

 

2 yuntas

 

186

Pozos

Olmedo Palma, D. Pedro

Ídem

 

 

2 yuntas

 

187

Andén de Cazalla

Ortega Cazalla, Francisco

Ídem

 

 

2 yuntas

 

188

Carril bajo

Ortega, Sebatián

Ídem

 

 

2 yuntas

 

189

P. de la Constitución

Ocete, Agustín

Admin. de rentas

 

 

 

960

190

Ídem

Periañes, Antonio

Carpintero

 

 

 

600

191

Puerta de la Villa arriba

Pacheco, Francisco

Mercader

 

 

 

600

192

Almenillas

Perales, Juan

Labrador

 

 

2 yuntas

 

193

Beaterio

Pedraja, Bartolomé

Presbítero

 

 

 

600

194

Nueva

Pérez Rosaura, José

Albañil

 

 

 

480

195

S. Pedro

Pino, Manuel

Labrador

 

 

2 yuntas

 

196

Puerta de la Villa

Perea, Bartolomé

Ídem

 

 

 

540

197

Real

Pérez Vera, Sebastián

Ídem

 

y. y tier.

 

 

198

Barrio Nuevo

Pérez del Castillo, esteban

Ídem

379

 

 

 

199

Real

Puelles, José María

Ídem

1707

 

 

 

200

Amiga

Pérez, Pedro

Ídem

261

 

 

 

201

Ídem

Pérez Valderas, Antonio

Ídem

 

y. y tier.

 

 

202

Salada

Perales Solano, Antonio

Ídem

 

y. y tier.

 

 

203

Sol

Páez, Andrés

Ídem

 

y. y tier.

 

 

204

Barrio Nuevo

Pacheco Medina, Francisco

Ídem

 

 

 

420

205

Ídem

Puerto, José Antonio

Ídem

 

 

 

480

206

Real

Quijada, Pedro

Hortelano

 

 

 

480

207

Ídem

Quirós, Sebastián

Labrador

 

 

 

720

208

Pl. del Marqués

Romero Medina, Juan

Ídem

 

 

 

480

209

Pl. de la Cruz

Rodríguez Delgado, Francisco

Ídem

 

y. y tier.

 

 

210

Beaterio

Ruiz, José

Sacristán

 

 

 

720

211

Ídem

Romero, Simón

Ídem

 

 

 

600

212

Toros

Ramírez, Andrés

Presbítero

 

 

 

720

213

Andén de Cazalla

Romero, Blas

Labrador

 

y. y tier.

 

 

214

Nueva

Roa y Ríos, Carlos

Ídem

 

 

 

720

215

S. Pedro

Río Ramírez, Alonso

Ídem

 

 

2 yuntas

 

216

Mancebía

Rodríguez Romero, Francisco

Ídem

 

y. y tier.

 

 

217

Cruz Verde

Ríos Marín, Francisco

Hortelano

 

 

 

720

218

Real

Ríos Marín, Juan

Ídem

 

 

 

720

219

Barrio Nuevo

Ruiz González, José

Labrador

 

 

 

480

220

Sto. Domingo

Rejife, Diego José

Ídem

 

y. y tier.

 

 

221

Real

Rodríguez, Juan

Traginante

 

 

 

480

222

Sto. Domingo

Ruiz, Juan

Labrador

 

y. y tier.

 

 

223

Real

Romero Rivas, José

Ídem

 

y. y tier.

 

 

224

Ídem

Román, Gabriel

Zapatero

 

 

 

420

225

Ídem

Romero, Antonio

Presbítero

 

 

2 yuntas

 

226

Barrio Nuevo

Roa, Carlos

Escribano

 

 

2 yuntas

 

227

Ídem

Ríos, José

Labrador

456

 

 

 

228

Carrera

Roa, Juan

Escribiente

 

 

 

480

229

S. Pedro

Ríos, Manuel

Labrador

 

 

2 yuntas

 

230

Barranco

Ríos, Antonio

Ídem

 

 

2 yuntas

 

231

Plaza de Blasa

Rodríguez, Juan Ramón

Ídem

 

 

 

600

232

Real

Romero, Juan María

Ídem

 

 

 

480

233

Ídem

Rodríguez, Francisco de P.

Mtro. de pas letras

 

 

 

600

234

Ídem

Rendón, Francisco

Zapatero

 

 

 

720

235

Pl. de la Cruz

Romero, Diego

Labrador

 

 

 

1420

236

Ídem

Román, Martín

Albéitar

 

 

 

720

237

Ídem

Romero Mayor, Bartolomé

Labrador

 

 

 

600