sábado, 30 de octubre de 2021

José María Franco Rodríguez


Artículo publicado en la Revista de Apuntes Históricos y de Nuestro Patrimonio 2005


Juan Carlos PERALES PIZARRO

Interventor del Ayuntamiento de Alcalá de los Gazules. 
Fusilado en el mes de septiembre de 1936. 
Su delito: pertenecer al Rente Popular. 

      Natural de Algar, médico de profesión e Interventor del Ayuntamiento de Alcalá de los Gazules desde 1934. Detenido y conducido junto al alcalde, Don Antonio Gallego y otros vecinos de Alcalá a la cárcel de Medina Sidonia. Según consta en su registro de defunción, murió en el mes de septiembre de 1936 en Medina Sidonia. Tenía 39 años. Casado con Amalia Ochoa Vázquez, deja una niña de 15 años: Antonia Franco Ochoa. 

     Sus pertenencias más preciadas, su caballo blanco, su máquina de escribir y su puesto de interventor les serían saqueados. 

      Hay quien le recuerda, sobre su caballo blanco y su delgadez, visitando enfermos, de pocos recursos, a los que no cobraba. A los pocos días de su detención, se volvería a ver su caballo blanco, aunque montado por otra persona (al robo, en muchos casos, se les llamaba incautación de bienes) 

      También su máquina de escribir sería vista por vecinos de Alcalá en casa ajena. En aquella época, con toda seguridad, las máquinas de escribir serían escasas y la casa donde fue vista, evidentemente, no era casa de jornalero, ni de clases trabajadoras de Alcalá, entre otros motivos, porque, la mayoría, no sabían leer, ni escribir. 

      Su última pertenencia, su plaza de Interventor, ganada legalmente en 1934, le sería arrebatada: sería depurado por su pertenencia al Frente Popular. Testigos con los que he tenido ocasión de hablar, insinúan, provocado aún por el miedo, que el motivo de su depuración, detención y fusilamiento, fue por ocupar el puesto de interventor que parece que “tenía que pertenecer a otro y no a él”. Su único delito, probablemente, fue el haber ganado limpiamente su plaza de ínterventor. 



      Sobre su muerte, las circunstancias que la rodearon, provocan escalofríos. Su primera tortura añadida es la de haber permanecido detenido en la Cárcel de Medina algún tiempo más que el grupo inicial con el que fue detenido. Fue detenido en julio y probablemente fusilado en septiembre. Sufrió torturas psicológicas, como tantos otros detenidos, por parte de carceleros y verdugos (incluyendo entre estos a los párrocos esbirros del fascismo) que le llamaban para confesar o le engañaban con el “ahora te toca a ti” para mofarse posteriormente. Finalmente, hay quien asegura, que debido a su extremada delgadez, tuvo que ser fusilado sentado en una silla. 

      En su ficha de defunción, del Libro de Registro de Defunciones, Tomo 55, las anotaciones son las siguientes. 

José Franco Rodríguez, de 39 años. 
Hijo de Enrique y de Antonia. 
Natural de Algar. 
Lugar de defunción: Medina Sidonia 
Fecha de defunción: mes de septiembre de 1936 
Casado con Da Amalia Ochoa Vázquez. 
Deja una hija: Antonia Franco Ochoa, de 15 años 

      Según declaración de Orden del Sr. Juez de Instrucción acordado en auto del 5 del actual dictado en virtud de expediente instruido por DªAmalia Ochoa. 

Firmado por: 

El Sr. Juez: Manuel Ahumada Vázquez 
El Sr. Secretario: Francisco Pellicer Vela 
Inscrito a las 12 horas del 17 de mayo de 1937. 

     El Certificado del expediente de destitución del cargo de interventor adoptado en la sesión de la Comisión Gestora del Ayuntamiento de veintinueve de agosto de 1936, textualmente dice así: 

“Don Patricio Leiva García, Oficial de 1ª de la Secretaría del Ilustre Ayuntamiento de esta Ciudad y accidentalmente encargado del despacho de la misma. 

CERTIFICO: Que en sesión celebrada por este Ayuntamiento(Comisión Gestora) con fecha veintinueve de agosto próximo pasado y al punto cuarto de la misma, se adoptó entre otros acuerdos el que copiado a la letra dice así: 

Punto 4º.- Por la Presidencia se dio cuenta de que se encontraba detenido en Medina Sidonia el Interventor de este Ayuntamiento Don José Franco Rodríguez como perteneciente al llamado Frente Popular; acordándose por unanimidad que dicho funcionario quede fulminantemente destituido del cargo de Interventor de este Ayuntamiento en cumplimiento a lo que dice la circular del Gobierno Civil de la Provincia de fecha 7 de agosto actual. 

V°B° 

José Fernández (rubricado)” 



      A continuación, decreta el Sr. Alcalde-Presidente de la Comisión Gestora, Don José Fernández Montes de Oca, en Alcalá de los Gazules a primero de septiembre de mil novecientos treinta y seis, que se le dirija oficio duplicado del contenido del certificado al interventor destituido de este ayuntamiento. 

     Su esposa, Amalia Ochoa firmaría el recibí de dicho documento, al encontrarse detenido en Medina su esposo. 



     Encontramos, además, referencias a su detención y posterior traslado a la cárcel de Medina Sidonia. 

     En el libro de Registro de salida de Documentos de nuestro Ayuntamiento el día 25 de julio de 1936 (sábado y día de Santa Ana) se registra el oficio requiriendo al Comandante del Puesto de la Guardia civil, la detención y conducción a este Depósito Municipal (al de Alcalá de los Gazules) a los de ésta: ANTONIO GALLEGO VISGLERIO, DOMINGO ORTEGA DE LA CORTE, JOSE FRANCO RODRIGUEZ. 

      Al mismo tiempo, se registra oficio dirigido al Director de la Cárcel de Medina requiriendo “admita a detenidos en cárcel de su cargo”. 

     Los días siguientes se registrarían los oficios correspondientes a José Sandoval Moreno, Andrés Jobacho Benítez, Fernando Salcedo González y Salvador González García. 

     En el libro de Jerome R. Mintz, “Los anarquistas de Casas Viejas”, en los testimonios recogidos, aparecen referencias a Don José Franco, a Don Franco, como se le llamaba. 

     En uno de estos testimonios, se recoge lo siguiente. “Aquí (Casas Viejas) no hubo lucha, tampoco en Alcalá, pero se llevaron a mucha gente en camiones para fusilarlos (...) Prendieron al médico de Alcalá, Don Franco, y lo llevaron a Medina, donde lo mataron. 

      Algunos afirman que era un masón” 

      He tenido ocasión de recoger otros testimonios sobre su persona y sobre su muerte. Todos coinciden en un punto: su bondad, como médico, como persona. 

      Nuestra vecina María lo recordaba así: “el médico, salvó a mi madre de una pulmonía. Iba un día sí y otro no en un caballo blanco a ver a mi madre. Era buenísimo.” 

      También Juan González, más conocido por Juan Parrita, hacía de él las siguientes manifestaciones: 

“Hablando con Ortega el de los camiones de Medina, salió la conversación de Franco, el médico y me dijo que a ese lo mataron dos veces. Lo mataron entre Medina y Casas Viejas y le contó que donde estaban los fascistas, llegó el enterrador a avisar que había uno que se movía y entonces fueron dos hermanos de (...) y lo remataron. Me lo contó Ortega y él lo sabía por los chóferes que llevaban los camiones donde transportaban a los que iban a ser fusilados. Lo alumbraban con los faros del camión”. 

       También su nombre, mal escrito, aparece en una libreta. Esta libreta fue escrita por el párroco de Medina, donde anotaba a los que iban siendo fusilados o muertos en otras circunstancias. Sólo aparece este dato, sin más: “José Franco Médico Alcalá”. También, entre otros muchos, aparece el que fuera alcalde de Medina, Ángel Ruiz Enciso. 

      Hay quien cuenta (permitidme que mantenga el anonimato) que uno de los asesinos, moribundo, sin lucidez, repetía incansablemente el nombre de Franco. Sus familiares, convencidos de que se refería al generalísimo, manifestaban su pena, indicando que hasta el último momento se acordaba del Generalísimo, como un mérito más para ir directo al paraíso. Una testigo, que trabajaba como “muchacha”, como sirvienta, con la valentía que da la juventud, la rabia, la impotencia, aclararía, para desconcierto de los familiares, a qué Franco se estaba refiriendo el moribundo. Los fantasmas de Don Franco le anunciaban su inminente muerte y su paso, con total seguridad, a lo más profundo de los infiernos. 

      Va por usted, Don José Franco Rodríguez.

sábado, 23 de octubre de 2021

Crónicas del ambiente alcalaíno (XVII)



Crónica publicada el 5 de julio de 1920 en 

EL NOTICIERO GADITANO. 
DIARIO DE INFORMACION Y DE INTERVENCION POLITICA. 




"De Alcalá de los Gazules 

NOVILLADA 

     Para el 25 del actual, festividad del apostol Santiago, se celebrará en esta plaza de toros una novillada en la que habrán de lidiar seis novillos de una acreditada ganadería de la localidad, los novilleros Enrique González Moyano, de La Línea y Alfonso Delgado Chacón (Alcalareño). 

     Existe gran animación para esta corrida, pues hay grandes deseos de ver torear a nuestro paisano Alcalareño, de quien aseguran los que le han visto que es un excelente torero de inmejorable estilo. 

ENTRE NOSOTROS 

      Se encuentra hace días entre nosotros el capellán del Hospicio provincial de Cádiz, don Julio Morcillo y Bernabé. 

NUEVA EMPRESA DE AUTOMOVILES 

     Para mediados del próximo mes de Agosto dará comienzo la nueva empresa de automóviles de los Sres. Toscano y Delgado de Mendoza, cuyo recorrido será directo de esta ciudad a Cádiz. 

     Según nos dijo el Sr. Toscano, los coches estarán para el día 10 de este mes en el muelle de Barcelona, siendo la clase de ellos Hispano Suiza, hoy una de las mejores marcas. 

TEMPORADA 

      Esta tarde son esperados para pasar temporada al lado de su señor hermano el cura ecónomo de esta ciudad don Antonio Troitiño, los canónigos de las Catedrales de a Cádiz y Ceuta, don Manuel y don Benito Troitiño y Rey. 

     Deseamosles que su permanencia en esta ciudad les sea grata. 

FALLECIMIENTO 

      Ha dejado de existir en esta ciudad, el joven don Alfonso Sánchez Olmedo, hijo de nuestro distinguido amigo el labrador don Lorenzo. 

      Damos nuestro más sentido pésame a sus padres, así como a la demás familia. 

MOVIMIENTO DE VIAJEROS 

      Regresó de Cádiz el exalcalde don Julio Toscano y Delgado de Mendoza. 

      También llegó de la capital el presbítero don Julio Morcillo Bernabé. 

      De Jerez don Manuel Ahumada con su bella hija Conchita. 
 
     De Chiclana el redactor y corresponsal de este periódico en esta ciudad, don José María Blandino. 

     De San Fernando el joven practicante don Miguel Carrillo, hijo de nuestro amigo don Gonzalo. 

      Marchó a Cádiz don Julio Fernández. 

El Corresponsal. 

4-7 920." (1)




NOTAS

(1) Año II Número 206 pag 2

sábado, 16 de octubre de 2021

San Juan de Ribera y sus vínculos con Alcalá de los Gazules (III)




        Porque será preciso a este joven admirado y admirable el dejar pronto nuestro pueblo y «su» pueblo, donde encontró su vida infantil ese calor de acogida propio de los alcalaínos: con todo, al marchar, le han de quedar la memoria y la grata impresión propias de aquel “pasado conocimiento y vecindad que pone obligación a los buenos” (23).

    Así, “apenas tenía Juan de Ribera los doce años de su edad -dice el citado hagiógrafo-, cuando se resolvió su padre enviarlo a Salamanca”, adonde llegó lleno de virtudes, según el puntual testimonio de don Pedro de Castro, Arzobispo de Granada, “el qual, habiéndole escrito nuestro Juan (hallándose recién entrado Obispo en la Ciudad de Badajoz), le diese su gran cordura algunas advertencias para su gobierno, le respondió: Eso, Ilmo. Señor, es lo que deseo saber de V.S. Ilma., porque guando yo me hallaba Pasante en Salamanca, ya V.I. Ilma. vino Santo a estudiar en ella”.

       De Alcalá, el niño pasó primero a Sevilla, para perfeccionar su aprendizaje, obteniendo en 1536, del Nuncio, la oportuna dispensa para tonsurarse, además de recibir dos beneficios, aunque uno tuviese cura de almas. (29) En 1544 llega por fin a Salamanca, con un Mayordomo y seis criados; allí tuvo por maestros a los preclaros Melchor Cano y Domingo de Soto, entre tantos insignes ingenios de aquella sede sapientísima.

        Interesa a los alcalaínos el dato del Beneficio por cuyo título estudió y se ordenó sacerdote San Juan de Ribera, pues dicho Beneficio era de naturaleza local. Lo dice Hernández Parrales, remitiendo a los antiguos biógrafos del Santo, fray Juan Ximénez y fray Vicente Castrillo: “El día 7 de mayo de 1557, el joven Juan de Ribera fue ordenado de Presbítero, a título de un beneficio o capellanía que su familia fundara en Alcalá de los Gazules y que radicaba en Sevilla...” (25)

       ¿Qué Beneficio es este? No se sabe con exactitud, pero conviene recordar los diez Beneficios parroquiales que obtuvo don Fadrique Enríquez de Ribera -tío del Santo- para la Iglesia Mayor de San Jorge, según Bula pontificia de 2 de enero de 1524. Además, consta que fueron fundaciones del Duque varias Capellanías, dotándolas de rentas perpetuas y con obligaciones específicas:

- Una de 24 ducados para la celebración de 66 misas en días de fiesta en la desaparecida iglesia de San Vicente. 
- Otra de 264 reales y 24 maravedís, con la misma obligación.
- Otra de 264 reales, con igual obligación, pero en la también extinguida iglesia de San Ildefonso.

Capa pluvial realizada en 1599 
que usó San Juan de Ribera para presidir
el matrimonio de Felipe III en la catedral de Valencia

       En aquella época, los clérigos Capellanes se llamaron así por ser dotados para servir las Capillas particulares de las iglesias, en las cuáles Capillas servían en exclusividad. En ocasiones, los servidores de las Capillas eran Beneficiados o clérigos parroquiales, y entonces los Capellanes asistían o ejercían por aquéllos. De que proviene llamar dichos Beneficios simples servideros: simples, por cuanto quedó libre en los propietarios el servirlos o no por sí; y servideros, por cuanto por sí o por otros debían servir los Beneficios y funciones. Por la administración de Sacramentos y el servicio beneficial comenzarían a llamarse Curas Beneficiados; más tarde se separó del Beneficio la cura parroquial, con su Cura y Tenientes de Cura (26). La Prestamera es beneficio simple con renta en parte de los diezmos; eran cargas a levantar por las Fábricas parroquiales. Se trataba de la cuota proporcional con que se subvenían los gastos de viaje, estancia y grado de los clérigos que ofrecían grandes esperanzas, sobre todo cuando concurrían a Estudios Generales o Universidades,

       Por lo demás, el Duque don Perafán podía disponer de varios beneficios en su tierra por concesión apostólica, según contesta a comienzos de 1561 a su hijo don Juan, que pedía poderes para proveerlos: “No hay para qué embiaros el poder que pedís para prover los beneficios de mi tierra, porque no me pareció usar de la gracia que su Sanctitud me concedía”. En cambio, de otros beneficios que poseía por derecho de patronato, ya había dado licencia y poder al Santo para que éste pueda proveerlos en quien quisiere, pues el Duque añadía en su respuesta: “y ya vos lo tenéis para prover los de mi patronazgo”. (27)

       A la vista de lo anterior, conceptuamos adecuada y grata la instalación presidiendo el coro parroquial y Beneficial, de la imagencita de San Juan de Ribera (28), Compatrono del Clero secular español, con San Juan de Ávila.

      Nombrado don Juan de Ribera en 1562 para el obispado de Badajoz (que ocupó hasta 1568), su padre don Perafán, entonces Virrey de Nápoles, le escribe, lo que Robres llama, unos «Avisos de buen gobierno», documento de gran importancia porque tienen alcance personal e histórico; son “instrucciones en las que pone de manifiesto las cualidades que deben brillar en un obispo reformado, en un prelado ejemplar, según él bien entendía” (29). En dicho escrito muestra el duque de Alcalá su amor de padre, más también el espíritu austero del prócer y los sensatos criterios del gobernante. Son dignas de subrayarse las exhortaciones a la responsabilidad apostólica, la redoblada solicitud por los pobres, los rasgos trentinos de la residencia y de la visita pastoral, etc. pero destacaríamos, a nuestros propósitos centrados en la relación padre-hijo, que por dos veces se hacen referencias a los consejos también dados por el hijo al padre, para el régimen personal del Virrey y para su acción política en el Virreinato. Existe, pues, una intercomunicación espiritual, íntima y fecunda.

Oleo historicista de Francisco Domingo Marques (1864)
       

      El programa espiritual fue realizado a conciencia. Pero no menos el plan de actividades pastorales que se trazó. Durante su pontificado -que fue aceptado por obediencia a la santa Sede- dictó a los prelados del Concilio de Compostela la reforma episcopal. Personalmente, San Juan de Ribera administraba en persona los Sacramentos y en ocasiones llevaba el Santo Viático. Celebró dos Sínodos, dos visitas pastorales y dos misiones. Estas últimas con la asistencia del Beato Juan de Ávila. Fray Luis de Granada le dedicó la «Vida del maestro Ávila», porque le consideraba modelo de predicador apostólico.

       “Desde que fue obispo, todos los frutos de la Mitra pasaban íntegramente a los pobres, porque sus gastos eran pagados por sus próximos familiares” (30). Su posterior traslado a Valencia le permitirá acrecentar energías espirituales adecuadas a tan ilustre ciudad. Entonces dará alas a su amor por los religiosos y, especialmente, las religiosas de clausura. Hablando del Arzobispado valenciano y de San Juan de Ribera, se ha escrito: “Sólo en esta diócesis, sin contar las de Segorbe y Orihuela se fundaron muy cerca de cuarenta conventos religiosos y monjas, todos protegidos por el piadoso prelado” (31).

       Había una atmósfera de espiritualidad que interpretaba al pie de la letra el ideal paulino de llevar una vida «oculta en Dios con Jesucristo» (Colosenses, 3.3).


NOTAS

(23) Así dijo Melibea en la Tragicomedia de Fernando de Rojas.

(24) Consta en el proceso canónico: Suma. 48. página 389: véase Ramón Robres Lluch, op. cit.; página 13.

(25) Antonio Hernández Parrales, en su obra con Joaquín González Moreno, El Beato Ribera y la Casa de Pilotos: Sevilla. 1960, página 15. Remite a Juan Ximénez, mínimo, Vida del venerable Juan de Ribera; 1734; y a Vicente Castrillo, mínimo. Vita del B. Giovanni de Ribera... impresa en 1797. Los mismos datos en Antonio María de Fuelles, El Beato Juan de Ribera (1532-1611), en Diario de Cádiz. 12 de junio de 1960.

(26) La unión de un Beneficio a otra institución reservaba a ésta el nombramiento y presentación: la Institución percibía la grasa de lo que corresponde de Diezmo, y los servidores las obenciones personales y pie de altar.

(27) Ramón Robres Lluch, op. cit.; página 44.

(28) De la que se ha publicado que se realizó cuando fue declarado Beato, en 1796, y que procede de la extinguida Iglesia de Santo Domingo: datos y foto en La información del Lunes, Cádiz, 6 de junio de 1960.

(29) Véase Ramón Robres Lluch. op. cit. páginas 53-54. El escrito lo toma Robres de la obra del confesor del Santo: Francisco Escrivá S. I. Vida del Venerable Siervo de Dios don Juan de Ribera...; Roma 1696, páginas 40-44. A su vez, dichos “Avisos....” se reproducen íntegros en F. Toscano de Fuelles, Las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia en Alcalá de los Gazules, Chiclana. 1992, páginas 91-92.

(30) Joaquín González Moreno, en ABC. Sevilla, número dedicado a San Juan de Ribera con motivo de su canonización.

(31) Vicente González. La personalidad artística del beato Juan de Ribera: Valencia 1948, página 31.

sábado, 9 de octubre de 2021

El día de la Raza




Ismael Almagro Montes de Oca


      Muchos pueden pensar que la celebración de la Hispanidad el 12 de octubre, o como se llamaba antiguamente, día de la Raza, es un invento de la dictadura franquista, pero nada más lejos de la realidad, puesto que su origen se debe al presidente de la sociedad “Unión Iberoamericana” D. Faustino Rodríguez San Pedro, que la creó en 1914 para resaltar los lazos entre la comunidad hispanohablante.



      En España fue declara fiesta nacional con el nombre de Fiesta de la Raza, por la Ley de 15 de junio de 1918 y apenas dos meses después, un paisano nuestro, Pedro José Cohucelo, que acababa de fundar un periódico local titulado “La Verdad”, dedicó la primera página de uno de sus números a ensalzar esta fiesta, haciendo gala de su brillante retórica:

“PINCELADAS PATRIÓTICAS

LA RAZA DE LOS TITANES



       A mi ilustre jefe nacional el Excmo., Sr. Conde de Romanones

      ¡Abajo los sombreros, ciudadanos! Es el día de la Raza. Arda la lámpara votiva del entusiasmo reverente en los altares de la Patria; perfumen las flores de nuestro amor inextinguible el ara de nuestra Historia, y entone el alma hispánica el himno de la fraternidad. Hoy es el día en que la sangre de la noble Hesperia, bulle y rebulle en hervidero gigantesco cabe la inmensa laguna de dos mundos, mostrando a la humanidad que hay razas que no perecen, ni se debilitan ni caducan porque les presta alientos la inmortalidad de su origen, la omnipotencia de su fe.

      No pudo la ola de su destino adverso truncar su enérgica apostura ni domeñar los impulsos de su valiente corazón, sino que como aquella (¿?) le da la Iglesia que ni excelso prosista describiera, rechazó sonriente y compasiva las acometidas egoístas de sus rivales sempiternos.

      La nave victoriosa del magno Imperio romano, trayendo uncidos a centenares de pueblos, que esclavizara su poder, enfiló su cortante proa hacia la España de Viriato, y conoció entonces, que los titanes del mito habían encarnado en la realidad para llamarse hispanos y abatir en su orgullo á las águilas soberbias que volaban triunfantes sobre campos de iniquidad.

      ¡Viriato! Este Guillermo Tell de nuestra Historia, mostró a Roma que los pueblos grandes, cuando son arrasados por la fuerza, no mueren eternamente, porque sus hazañas serán lección perpetua que marcará las sendas de la victoria a las generaciones sucesivas..

       In ipsa gloriosi eritis.

      Roma triunfó, pero su triunfo cimentado en la injusticia, vino a tierra, derrumbado por la persistente catapulta que disparara el espíritu rebelde de Indíbil y Mandonio, encarnación de la raza que sabe perecer con risa estoica entre las llamas de Numancia, mas no soporta ni por un momento el estigma afrentoso de los esclavos.

      Gloriose Galba ante Roma de la matanza de treinta mil hispanos a quienes engañó con la paz para asesinarlos después; pero no logró hacer comparecer ante el Senado a ningún hijo de España, amarrado con cadenas.

***

       Yo he visto a mi raza, a esta raza gloriosa de titanes, sentir el éxtasis santo de los puros amores patriarcales, adormida al monorrítmico compás de rapsodia de la esperanza, bajo la encina inmortal de Laín Calvo, la he admirado con honda y a campo libre frente a las hordas del bárbaro Alarico…; Raza de acero la de las huestes de Mio Cid… La he visto trocar la férrea armadura del guerrero por la toga del jurista que legisla con sapiencia suma en los primeros fueros y cartas-pueblas, iniciales de nuestra vida política… He sentido el escalofrío de lo grande al verla ante las hogueras ingentes de Garellano, mudo y elocuente monumento del valor

      Yo he visto a mi Raza fundirse en rapto glorioso con el alma semidivina de Colón y el alma sobrehumana de la Católica Isabel, para lanzarse al mar de las proezas, y a semejanza de Dios, erguirse como un coloso que asombra por sus proporciones gigantescas sobre las ondas misteriosas del Atlántico, y pronunciar el fíat soberano que hace surgir un mundo nuevo, perla fulgente que abrillantó los florones de la corona de España.

      Es la raza que en Villalar se siente herida en sus derechos y se levanta indómita contra el César de su siglo para enseñarle a comprender, que no teme a su poder absoluto, y que la soberanía radica siempre, en el pueblo, verdadero rey de reyes.

      ¡Mi raza! La que por boca de La nuza se atreve a desafiar al Coloso que a él le parecía pequeño porque no lo miraba de rodillas, sin importarle un bledo ni el hacha macabra del segundo y más vil de los Felipes, ni el potro infame del Tribunal inquisitivo, pavés maldito sobre el que se alzaba la grandeza de aquel Rey.

       Y cuando al rodar de los siglos, tras dejar en la Historia huellas tan indelebles y gloriosas como Lepanto, como San Quintín, como Pavía, el torbellino del infortunio envuelve en sombras fatídicas el trono de San Fernando, que parece inclinarse bajo la maza desoladora de Bonaparte, veréis cómo el león español ni duerme ni pierde su fiereza, sino que en su aparente senectud, sabe trocar en polvo los laureles que circundan la cabeza del vencedor de Austerlitz, iniciando la derrota que termina en Santa Elena.

       ¡Esa es mi raza! La de Cortés y Moctezuma, del Cid, de Bolíbar y Belgrano.

      Y no se diga que es la raza solo de los conquistadores y guerreros, que lo es también de los artistas y los sabios.

      ¿Qué obra del bajo latín compite con el Fuero-Juzgo, sabia labor que bastaría para inmortalizar un pueblo?

      ¿Qué nación tuvo asumida toda la ciencia humana, sino la nuestra, representada por el portentoso cerebro de aquel titán, San Isidoro?

        ¿Y no veis en el ocaso del feudalismo, levantarse en las manos de un Alfonso X, el código inmortal de Las Partidas, que con la unidad de sus preceptos sabios, trajo la unidad de nuestro territorio y por ende el engrandecimiento de una Patria que había de eclipsar luego a los pueblos de la tierra?

       ¿Ignoráis, lectores, que un escritor de positiva autoridad, que no es de nuestra raza, Louchet, dijo: «Que España tenía en el siglo Xll el cetro de la civilización y que toda la Europa recibía el fulgor de aquel astro?

       Yo pudiera incluir una lista interminable de nombres que se asoman en estos momentos en confuso tropel a los ventanales de mi mente, para demostrar que España jamás necesitó de otros pueblos, lecciones de ciencia ni de arte, sino que supo poner su propia cosecha a la altura de su genio conquistador y guerrero; Mas no queremos que vean en nosotros afán alguno de mostrar una vulgar erudición, que si la tenemos, para nosotros la guardamos.

      Los nombres de nuestros inventores, de nuestros sabios, de nuestros artistas, están en la memoria de todos los hispanos, haciendo ver que nuestra raza fue en todo la más privilegiada de la tierra, y lo será cuando su voluntad adormecida hoy, despierte y llena de dignidad se disponga a vencer en el certamen del pensamiento que la edad presente ha provocado.

***

       Hijos ingratos, que más estimaron su egoísmo que el grito de su elástica conciencia, quisieron convertir a aquellos pueblos vírgenes que están allende el Atlántico, en ergástulo de esclavos en el que pretendían aherrojar su propia alma y su mismo corazón que se habían dilatado, flotando como el espíritu de Dios sobre la esmeralda de los mares, para llevar a las tierras de Caupolicán y del Inca, el hálito inmortal de España, la de los gloriosos destinos.

        Pero aquellos hijos de Hispania, sintieron arder en sus venas la sangre de su raza indómita, y sacudiendo el yugo tiránico de gobernantes malvados, dijeron a la madre Patria: Para amarte cual corresponde a tus derechos, sin prejuicios políticos que minan tu poderío, nos declaramos libres, enseñando a la Humanidad, que no se amengua ni decrece la fuerza expansiva y redentora de la raza sino que se exalta y agiganta, hasta demostrar que el Cid no ha muerto,... que la trompa épica de sus gloriosas hazañas cesó de retumbar en las llanuras de Castilla, para adquirir sonidos de epopeya, nunca imaginada, en la cordillera de los Andes, con los alientos supremos de Bolívar.

       Y no digan los espíritus adocenados que América fue ingrata, eludiendo el vasallaje que España le imponía.

       La Humanidad tiene la tendencia perenne de la emancipación, y los pueblos van siempre a donde, va el espíritu que los alienta.

      Lo que siente el individuo hoy, es fiel reflejo de lo que sentirá la sociedad mañana. En todos los actos de nuestra vida, mostramos la indignación a lograr la independencia. Lo mismo en el orden moral, que en el político, que en el económico, ansiamos desdeñar una tutela y un amparo que solo demuestra nuestra pequeñez, con respecto a nuestros protectores.

      El hombre nace, crece y desarrolla sus aptitudes en el hogar que tiene por sol bendito el amor celeste de una madre, y antes que llegue a la edad viril, ya sueña con abandonar aquellos lazos que lo cercan y crear un hogar para él solo, sin cejar en su deseo, hasta verlo conseguido...

       Y ¿quién dirá que lo que el individuo piensa, lo que el individuo ejecuta, no es lo que piensa y ejecuta la sociedad?

       ¿Sabréis decirme, felones de torpe y errado sentimiento, qué pueblo de la tierra que Fuera culto y potente se mantuvo fiel a la metrópoli y más aún si como con América ocurría, jamás pudo resistir de la nación de origen, más que el estigma del látigo y la afrenta de la tiranía?

       ¿Y creéis que porque el individuo se emancipe de la tutela materna, ha de renegar de la madre santa que lo llevó en sus entrañas; que le intuyó su fe, su sentimiento, su amor, y le enseñó a balbucir las primeras palabras, vehículo de sus primitivos pensamientos?

       ¿Pensáis, torpes forjadores de la leyenda negra, que América dejó de amar a la madre Hispania porque al sentirse grande y poderosa quisiera aumentar más el prestigio de esta raza de titanes, que por un milagro supremo, por maravilla de su inmortal espíritu, doquiera que latió su corazón de guerrero y fulguró su intelecto de sabio, surgió un pueblo vigoroso y fuerte?

       Allí está la fe de sus misioneros denodados; allí sus costumbres, allí su sangre, su gloria; allí, en fin, la lengua ultraterrena de Cervantes, la lengua angélica, la lengua maravillosa que bastaría ella sola para atar como con férrea cadena a España y América, cuya unión no podrá romper ninguna tendencia de otra raza, por muy sagaz que sea.

      Si el sol que brilla en las alturas pone en los dominios políticos de España, no así el sol de sus amores de sus esperanzas; que ese sol, al hundirse en el ocaso de la vida nacional, va a alumbrar nuevamente al mundo de Cristófano Colombo, para decir a aquellos hermanos con el lenguaje luminoso de su gloria: ¡América! ¡América hispana! La madre que incubó en sus entrañas tus proezas, está llorosa, abatida y deseosa de estrechar más y más los lazos de su amor hacia ti. Los hombres viles que rigieron sus destinos, quisieron deshacer su Historia a fuerza de indignidades y de infamias. Hoy busca en sus hijas el apoyo regenerador y fecundo para triunfar de sus asiduos y seculares enemigos. ¡Habla!

      Y cuando en un amanecer, quizás cercano, aparezca por oriente el sol de América la hermana, habrá de decirnos sonriente: ¡España! Tus hijas de América me han dicho, que el sol de las alturas no se ha puesto ni se pondrá jamás en tus dominios, porque Dios ha colocado en el cielo esa informe lumbrera, más para iluminar espíritus inmortales y corazones se adoran, que para alumbrar una tierra ingrata que está manchuda con el crimen...

      Así sea.

Pedro José Cohucelo.

En Alcalá, el día de la Raza del año 1918.”[1]




       Pero no quedaría aquí la intención de este ilustre escritor, puesto que días antes de la fiesta, el 21 de septiembre, elevó una instancia a los regidores del ayuntamiento alcalaíno para que se unieran a la celebración:

“Fuera de la orden del día y previa declaración de urgencia se dio cuenta de un escrito de Don Pedro J. Cohucelo director del periódico la Verdad en suplica de que se celebre en esta la Fiesta de la Raza. La Corporación acuerda que el asunto pase a la Comisión permanente de Fiestas Civiles y Religiosas para informe.”[2]

      Seguramente esta petición no fue atendida, pues nada consta en las sesiones siguientes ni en las partidas de gastos, por lo que la celebración del día de la Raza en Alcalá tendría que esperar por lo menos hasta el año siguiente para convertirse en realidad.



NOTAS

[1] Edición el 5 de noviembre de 1918 del periódico “La Verdad”. Año 1 nº 5. Páginas 3 y 4. El primer número de este periódico debió publicarse en septiembre y solo se conoce la existencia de este ejemplar

[2] Archivo Municipal de Alcalá de los Gazules. Actas de Sesiones del Ayto. pleno. Libro 21. Sesión del 21 de septiembre. Folio 92

sábado, 2 de octubre de 2021

Pequeñas historias de la Guerra civil en Alcalá (II)





UNA DETENCION POR UNA TEMERIDAD PRODUCTO DEL ALCOCHOL

       La siguiente historia tuvo lugar en 1938 y hoy nos puede parecer curiosa, pero dadas las circunstancias del momento en que se produce, tuvo suerte su protagonista de que no pasara a mayores, gracias en parte a una serie de errores burocráticos que la convierten en una historia rocambolesca.

      Corría el día 2 de junio de dicho año cuando Antonio Ramos Martínez fue detenido por el cabo de la Guardia Juan Dorado, que lo encerró en el Deposito municipal, dando parte al alcalde de la detención y del delito cometido:

“Tengo el honor de poner en conocimiento de V. S. que a las catorce hora del dia de hoy por el Guardia Municipal Pedro Camacho Jimenez a sido detenido y llevado al Deposito municipal el Individuo Antonio Ramos Martinez por que en estado de hembriaguez entro en la Zapateria de Don BlasTorres calle Primo de Rivera fartandole al operario Franco Sanchez Ruiz con palabras groseras diciendole que si el es falangista a el le sudan los cojones de todos los que sean Cara al Sol





       El mismo día, el alcalde ordena que el guardia que lo detuvo volviese a prestar declaración, y quien sabe si porque temía que la historia acabara de mala manera, o porque simplemente se equivocó al utilizar el verbo adecuado, publicó el siguiente Decreto:

“Por recibido el oficio que antecede en su vista rectifiquese el firmante del mismo”

       Del mismo modo, ordenó se tomase declaración al guardia municipal Pedro Camacho Jiménez, que seguramente también presenció los hechos.

       Al día siguiente, Juan Dorado Oliva prestó declaración ante el alcalde y secretario, volviéndose a “ractificar”:

“que en el mismo se afirmaba y ractificaba sin tener que quitar ni añadir cosa alguna. Esto expuso se afirmo y ratifico y firma con S. S. de que yo el Secretario certifico.”

       Pero si curioso fue el motivo de la detención, más curioso fue el motivo de su liberación, que vino motivada por la declaración del otro guardia municipal:

“DECLARACION DE PEDRO CAMACHO JIMENEZ---

      En el mismo dia ante el Sr. Alcalde y presencia de mi el Secretario comparecio el Guardia Municipal Pedro Camacho Jimenez el que juramenta en forma legal dijo ser y llamarse como queda dicho y preguntado convenientemente con lectura del parte que obra por cabeza en estas diligencias expuso: Que el individuo Francisco Sanchez Ruiz es persona de buena conducta y adicta al glorioso movimiento el que sin duda debido al estado de embriaguez proferiría las palabras que menciona en dicho parte pero no lo cree que haya sido con intención sino debido a su estado.”

      Más rocambolesco, imposible: no examina la conducta del detenido, el que ofendió, sino de la persona ofendida y en vista de esta declaración, el alcalde dictó una providencia el día 4, dejando en libertad al detenido, puesto quedaba “comprobado que es persona de orden y de buena conducta archívense estas diligencias.”[4]

      Según consta en Registro Depósito carcelario, Antonio Ramos fue detenido a las 16 horas del 2 de junio por Desobediencia por la Guardia Municipal, siendo puesto en libertad por el Alcalde a las 22 horas del día siguiente.[5]


NOTAS

[4] Archivo Municipal de Alcalá de los Gazules. Diligencias - Legajo 285 foto IMG_20190720_122136

[5] AMAG. Registro detenidos depósito municipal 1936 - libro 235