martes, 18 de septiembre de 2012

El Castillo de Alcalá (I)


Artículo publicado en la Revista de Apuntes Históricos del año 2004

EL CASTILLO DE ALCALÁ DE LOS GAZULES 

LA RECUPERACIÓN DE UN PATRIMONIO OLVIDADO 

Manuel Montañés Caballero 
Salvador Montañés Caballero 


INTRODUCCIÓN 

     Podrá parecer excesivo calificar al castillo de Alcalá de los Gazules como un patrimonio olvidado. Sin embargo, este adjetivo no es arbitrario. La idea de patrimonio, de bien patrimonial, refiere, en primera instancia, a aquello que nos pertenece, y que, por tanto, lo usamos y lo disfrutamos. También lleva implícito el concepto de herencia, un legado que nos ha sido trasmitido desde el pasado. La responsabilidad de conservarlo es evidente, y con ello hacemos referencia al futuro. Hasta hace poco el castillo de Alcalá de los Gazules no implicaba los caracteres expuestos, ya que estaba, desde su abandono en el siglo XIX, en un imparable proceso de ruina. 

     Las actuaciones arqueológicas desarrolladas en el castillo durante el año 2003 representan la toma de conciencia de que la fortaleza es un bien patrimonial que debe ser recuperado para pasar a formar parte de la identidad del municipio. De hecho, supone el paso previo, la fase de investigación imprescindible, para iniciar los trabajos de consolidación, restauración y rehabilitación de la estructura defensiva. La iniciativa de estos trabajos parte de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, a través de su Delegación en Cádiz, y del Ayuntamiento de Alcalá de los Gazules. 

     Para ser exactos, las labores arqueológicas de las que vamos a dar noticias se han centrado en la torre del homenaje de la fortaleza, sobre todo en su interior. Los matices y precisiones a este respecto se realizarán más adelante. Aunque quisiéramos decir que se trata de la única estructura apreciable en la actualidad del castillo, que exigía con urgencia un proyecto de recuperación. 

     La situación de la fortaleza se localiza en el Cerro de la Coracha, la cota más elevada del cerro donde se localiza la población, y desde la que se domina, como no podía ser de otro modo, todo el territorio inmediato. Por otro lado, la cronología de la estructura que se ha conservado se remonta a la Edad Media, en concreto ha sido identificada como una construcción de época islámica. 

Plano del castillo realizado en 1811


ANTECEDENTES DEL CASTILLO DE ALCALÁ DE LOS GAZULES 

     Iniciar un proceso de investigación implica un protocolo que contiene una serie de pautas o actuaciones que nos facilitan estructurar el objeto de nuestro trabajo. Quizá lo más importante, por primario, es conocer los antecedentes, que son de todo tipo: historiografía, fuentes, caracterización que ha tenido el objeto de estudio, el papel desempeñado a lo largo de la historia, etc. 

     Respecto al castillo de Alcalá de los Gazules hemos podido comprobar que anteriormente la historiografía no le ha dado un tratamiento monográfico, ya sea a través de un libro o de un artículo. Sin embargo, sí hemos hallado referencias al castillo en las escasas publicaciones sobre Alcalá de los Gazules (FERNÁNDEZ, 1995a, 1995b, 1997; RAMOS, 1983; ROMERO DE TORRES, 1910; SÁNCHEZ DEL ARCO, 1893) y en otras más generales de carácter histórico, arqueológico y artístico (citamos sólo algunos ejemplos: ABELLÁN, 1983; ANTÓN Y OROZCO, 1976; CARO (ed.), 1999; CASTRO, 1858; FRANCO, 1979; GONZÁLEZ, 1969; IGARTUBURU, 1847; LADERO Y GALÁN, 1982, 1984; PAVÓN, 1996; POLEY, 1901; QUINTANILLA, 1982; ROJAS, 1995; ROMERO DE TORRES, 1934; SÁNCHEZ DEL ARCO, 1887; SÁNCHEZ SAUS, 1983; SÁNCHEZ SAUS Y ROJAS, 1993). No pretendemos profundizar en este aspecto, porque pensamos que superaría los objetivos de este artículo, sólo queremos tomar nota de ello y dejar su estudio para un desarrollo más amplio. 

     Las fuentes escritas conservadas son en su mayoría fragmentadas, es decir, hacen referencia a algún aspecto concreto relacionado con el castillo, ya sea el abastecimiento, remodelaciones, gobierno, etc. Como es lógico son más abundantes las fuentes vinculadas con el municipio de Alcalá de los Gazules, pero, sin duda, importantes también para el estudio del castillo. La información disponible está depositada principalmente en el Archivo Municipal de Alcalá de los Gazules, Archivo Municipal de Sevilla, Archivo de los Duques de Medinaceli y Archivo Municipal de Jerez de la Frontera. Así mismo, son muchas las fuentes publicadas de diverso orden, ordenanzas municipales, catálogos documentales, leyes,... que también ayudan en el conocimiento de Alcalá de los Gazules y su castillo a lo largo de la historia. 

     Quisiéramos puntualizar que somos partidarios del uso de todo tipo de fuentes, y congeniarlas hacia el objetivo último, que es el conocimiento. Hacemos este comentario porque todavía observamos la tendencia a separar las fuentes escritas de las no escritas, más allá de la simple organización metodológica. Es decir, a no utilizar la arqueología como un medio más al servicio de la Historia, que corrobora o no aquello que nos trasmiten las fuentes escritas y viceversa; y también a utilizar la arqueología para conocer aquello que no recogen los textos y viceversa. 

Vista parcial exterior  (foto Luis Fco. Martínez Montiel - Instituto Andaluz de Patimonio)


APROXIMACIÓN HISTÓRICA AL CASTILLO DE ALCALÁ DE LOS GAZULES 

      La conquista de Sevilla en 1248 marcó la posterior ocupación de las poblaciones situadas en las cuencas fluviales del Guadalete y el Barbate, entre cuyas poblaciones encontramos a Alcalá de los Gazules. Esta ocupación fue pacífica y la presencia castellana debió reducirse a un pequeño grupo militar. Más trascendente resultó el año 1264, rebelión de los mudéjares, para Alcalá de los Gazules, ya que quedó durante un largo período de tiempo como una villa de frontera de primera línea, estado que marcará sustancialmente su desarrollo posterior. 

     La frontera entre los reinos cristianos e islámicos ha sido estudiada en toda su amplitud: conceptual, histórica, sociológica, legislativa, etc. (ACIEN, 1979, 1981; AGUADO, 1987; ALIJO, 1979; ARGENTE, 1988; CARRIAZO, 1973; GARCÍA, 1964; GONZÁLEZ, 1989; LADERO y GONZÁLEZ, 1977; ROJAS, 1989; SÁNCHEZ y ROJAS, 1993). En buena parte esta raya con Granada solía coincidir con una frontera ecológica (RUIZ y MOLINOS, 1989), es decir, muchos sectores coincidían con montañas o sierras con escasa población, y de cualquier modo de escasa productividad. De hecho, el espacio agropecuario de las villas de frontera estaba reducido a lo que se denominaba como la legua, integrado por el ruedo, dos o tres kilómetros alrededor del municipio, y por el trans-ruedo, entre tres y seis kilómetros a la redonda (ROJAS, 1995). El resto del territorio se utilizaba también para la ganadería, explotación de bosques y la caza. Pero si por algo se caracteriza la frontera es por la inseguridad, lo que explica su crónico déficit demográfico y los continuos intentos de repoblación de los monarcas castellanos, sobre todo desde mediados del siglo XIII, a través de entrega de tierras, exenciones fiscales, privilegios militares y la conmutación de penas judiciales. 

     Frente a esta inestabilidad de los fronteros, la seguridad estaba presidida por los castillos, tanto porque suelen estar ubicados en lugares inaccesibles como por sus altos y gruesos muros, y en síntesis, por los criterios poliorcéticos con los que fueron diseñados. En este sentido, el castillo de Alcalá de los Gazules ha sido clasificado como “Alcázar con cerca” (ANTÓN Y OROZCO, 1976), de construcción islámica, y más concretamente de estilo almohade. No obstante, los palimpsestos constructivos no son extraños, dado el dilatado uso de las fortificaciones. Más aún si se trataba de una plaza tan importante como la de Alcalá de los Gazules. Por ejemplo, en 1294 (según recoge FERNÁNDEZ, 1997:41-42), se destinaron 3.000 maravedís para mejorar la fábrica del castillo. Pero también hay que considerar que en estas construcciones se utilizaba mucha madera, que no se ha conservado y diverso material bélico. Así mismo, junto al mantenimiento material hay que considerar también el sustento de los individuos que lo ocupaban. En 1402 se recoge una asignación de 77.250 maravedís para una población castrense de 54 caballeros, 60 ballesteros y 70 lanceros (VILAPLANA, 1974:436). La dependencia en el abastecimiento de posiciones de retaguardia, la denominada segunda línea de frontera, era manifiesta. Para el entorno de Medina Sidonia y Alcalá de los Gazules fue Jerez de la Frontera la que cumplió con ese papel de proveedor. 


     El interés de Jerez de la Frontera por el territorio que nos ocupa se observa cuando conocemos la procedencia de algunos de los alcaides del castillo, pertenecientes a la pequeña nobleza jerezana durante el periodo que perteneció Alcalá a las tierras de realengo, y que, sin duda, explica la resistencia del municipio a pasar a manos de la casa de los Ribera, Adelantados Mayores de Andalucía. 

     Finalizada la conquista, el uso dado a los castillos fue perdiendo el carácter netamente militar, utilizándose como residencia señorial en el mejor de los casos, o bien caían en el abandono con la consiguiente ruina por la falta de mantenimiento. En el Castillo de Alcalá se ha podido documentar a partir del siglo XVII el uso de la planta baja de la torre del homenaje como simple cuadra. No será hasta el siglo XIX cuando volvamos a tener noticias del castillo, con la ocupación del recinto fortificado por las tropas napoleónicas, quienes a su vez inutilizarán las defensas cuando se retiren del emplazamiento, levantando previamente una planimetría del mismo. 

     De este modo, el declive del castillo se aceleró en la segunda mitad del siglo XIX. En unos documentos conservados en el Archivo Municipal de Alcalá se recoge una petición al Cabildo por el Beaterio de Jesús, María y José. El 26 de abril de 1846 el Beaterio solicita “...un pedazo de terreno para dar más extensión a un corral de la casa perteneciente a dicho Establecimiento situado en lo que se nombra patio del Castillo...”. El 17 de mayo del mismo año se acuerda: “Concesión de terreno al Beaterio.- Se concede al Beaterio de Jesús, María y José de esta villa el Corralón nombrado del Castillo contiguo a dicho Establecimiento con el fin para que lo tiene solicitado según informe de la Comisión nombrada al efecto por consecuencia de la Instancia decretada en Cabildo de veinte y seis de Abril último, expidiéndose certificado de esta concesión y sus antecedentes si así lo pretendiese”. 

     Adelantamos de las actuaciones arqueológicas que la colmatación del acceso a los pisos superiores de la torre del homenaje se inició también en la segunda mitad del siglo XIX, aspecto éste que confirmamos con el hallazgo de una moneda de Isabel II en los niveles de base del relleno. 

     Finalmente, la construcción de los depósitos de agua en el recinto del castillo y la reutilización de parte de la fábrica ha acabado por dejar a la fortaleza en un estado de conservación deficiente. 

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