viernes, 28 de junio de 2013

Pinceladas de Historia: Las reliquias de los Santos Mártires


Las reliquias de los Santos Mártires 


Ismael Almagro Montes de Oca 

     Hace poco recuperábamos un artículo de Ramón Corzo Sánchez sobre la ermita visigoda de los Santos Nuevos y la aparición en 1800 del pedestal que se conserva en la Parroquia. En dicho artículo, el autor daba una serie de razones por la cual el acontecimiento cayó en el olvido tan pronto, a pesar del lógico revuelo que se formó en el pueblo tras conocerse la noticia de la aparición de los huesos. Una de ellas era la epidemia de fiebre amarilla que asolaba la zona, por la que murieron en Alcalá más de 800 personas y que paralizó completamente la vida cotidiana en el pueblo, por lo que es lógico pensar que el hallazgo no se considerase un asunto urgente, puesto que  había otras necesidades más urgentes que cubrir. 

      Por otro lado, cabe pensar que  las autoridades, incluidas las religiosas, no estarían muy interesadas en que, en aquellas circunstancias, el lugar se convirtiera en lugar de peregrinación en busca del milagro que los salvara de la epidemia, máxime cuando no se podía ni entrar ni salir del pueblo por el cordón sanitario establecido para evitar la propagación del mal. 

     Pero quizás la causa que más se ajustase a la realidad fuese que el cabildo gaditano no viese con buenos ojos “que en otra localidad se conservaran prendas de mayor significación relacionadas con los Santos Patronos que las que tenía la propia capital”, máxime cuando apenas 2 años antes el canónigo Magistral de la Santa Iglesia Catedral de Cádiz había escrito una Historia sobre los Patronos gaditanos.




     Ramón Corzo aseguraba que “la autoridad eclesiástica tuvo buen cuidado de negar rotundamente que pudiera tratarse de los restos de San Servando y San Germán”, a pesar de que “el cráneo conservado en Alcalá puede ser actualmente la reliquia de un mártir cristiano más segura que se conserve en todas las iglesias de España. Corresponda o no a San Servando, se trata de un personaje muerto con violencia y al que se reservó el lugar preferente en una iglesia edificada a los pocos siglos del fallecimiento de estos mártires, cuando la tradición ininterrumpida de los cristianos de entonces aún podía señalar con exactitud tanto los auténticos restos como el lugar exacto del martirio.” 

      Aceptar que los restos encontrados fueran los de San Servando y San Germán restaba credibilidad a la localización (sin ninguna base) del Pago Ursiniano en el Cerro de los Mártires. 

      Como bien indica Corzo en una nota del citado artículo, los huesos fueron depositados en un relicario en la Parroquia junto al pedestal, que el obispo Arriete en 1869 ordenó adecentar, tal como consta en una inscripción, aunque “no se indica un reconocimiento oficial de las reliquias.” 

   
      Puede que nunca se hiciera ese reconocimiento oficial, pero el propio obispo Arriete y Llanos, estando de visita pastoral, además de adornar el relicario, el día 8 de agosto de dicho año ordenó que las reliquias fuesen expuestas al público siendo veneradas por los fieles, dejando recogido en el libro de Visitas de la Parroquia que todos los años, el segundo domingo del mes de agosto, se sacasen los huesos y se les rindiera veneración: 

     “7º Como el Sr. nos ha concedido el consuelo de ver i examinar por Nos en la visita parroquial los restos venerables que por antigua tradición de esta villa se conservan en la taquilla al lado derecho exterior del coro junto a la lápida que según la misma tradición las cubria, hemos querido que se adornase i compusiese la expresada taquilla, que se forrasen las cajas que los contienen, para que después de ponerlos a la vista i veneración de los fieles en la mañana del dia 8 de agosto del presente año de mil ochocientos sesenta i nueve, se conservasen en adelante con el mismo empeño, a cuyo fin dirigimos la palabra a un gran concurso de fieles. Queremos por tanto que todos los años en la misma dominica segunda de Agosto se descubran i alumbren en la misma forma i con la misma vigilancia con que se ha hecho en la Sta Visita” (1) 


      Suponemos que en los años siguientes se siguió cumpliendo con el mandato del obispo, pues este prelado repite visita pastoral en 1877 y es lógico pensar que si se hubiese desobedecido su orden lo hubiera hecho constar, pues los obispos solían leer las anotaciones anteriores del libro de Visitas antes de escribir sus mandatos. 


NOTAS 

(1) Archivo Parroquial de Alcalá. Libro III de Visitas. Mandatos del obispo Arriete y Llanos. 31 de agosto de 1869. Folio 69.

viernes, 21 de junio de 2013

El Patrimonio arquitectónico alcalaíno (IV)



IX.- La Casa Diáñez. 

     Aunque desconocemos el devenir histórico de las dos fincas particulares en que quedó dividido todo el frente oeste de la Plaza de San Jorge, parece que una de ellas, que bien pudiera ser la que hoy conocemos como “Casa Diañez” (2) siguió siendo considerada largo tiempo como “palacio” según se desprende de la expresión “el palacio episcopal de nuestra morada” que en 1679 consignaba el Obispo, en el Libro de Visitas Pastorales de la Parroquia de San Jorge. 

     Y decimos que bien pudiera ser porque la considerada por diversos autores como “Casa Señorial” de estilo “Barroco” ubicada en el número 4 de la Plaza de San Jorge en la estructura en que hoy la conocemos data aproximadamente de dicha fecha aunque luego sufriese una remodelación de su fachada que podemos datar en el siglo XVIII. 

     Este “Caserón” construido como “Mansión Principal de la familia de los Estrada”, aunque luego se adaptase a Posada y más tarde se fragmentase en diferentes viviendas para miembros de una misma familia, puede preciarse de ser el único edificio doméstico del siglo XVII que se conserva inalterado en todo el conjunto de Alcalá en lo que a tipología, alzados, patio, huecos, cerrajería y materiales se refiere, habiendo sido restaurado recientemente.



X.- Santo Domingo 

     Lo que hoy queda de la Iglesia de Santo Domingo, que es sólo una parte de aquella primitiva que se derrumbó, por causas que desconocemos, en una fecha imprecisa del siglo XVIII, junto con el claustro con el que formaba un gran complejo religioso bajo la denominación de “Convento de las Sagradas Llagas y Santo Domingo” y que abarcaba lo que hoy es la margen derecha de la calle Santo Domingo, parte del Paseo La Playa (toda la zona de la Plaza de Toros), la calle Sánchez Flores, Patio Campanas (que toma su nombre precisamente por ser el patio de Campanas del Convento), calle Real (en su margen izquierda, desde el patio campanas hasta la farmacia de Galán) y la calle Marqués de Tarifa, sin contar todo lo que hoy es el Mercado de Abastos, que en origen era el atrio o compás del convento, de ahí que popularmente a la iglesia de Santo Domingo le llamemos “El compás”. 

     Aunque hay autores que afirman que fue erigida el 26 de Julio de 1498, lo cierto es que los dominicos no aceptaron fundar en Alcalá hasta 1506, así como que la fundación se costeó con 8000 ducados que D. Francisco Enríquez de Ribera, según testamento otorgado en Alcalá el mismo día de su muerte, el 8 de febrero de 1507, dispuso se entregasen a los dominicos para tal fin, si bien su hermano y sucesor no los entregaría hasta 1509, aún más, hasta 1511 no se encargaría la construcción del convento a Fray Alberto Aguayo, quién parece ser que durante su estancia aquí en Alcalá estuvo más dedicado a la traducción al castellano de la filosofía de Boecio, que a la obra, en estilo gótico-tardío, del convento en sí. 


     Si bien Santo Domingo, como todos los conventos dominicos funcionó como casa de estudios tanto para sus frailes (20 fueron los del convento alcalaíno en su mejor época) como para los clérigos del lugar, tampoco podemos dejar de reseñar el hecho de que nuestro convento en particular y durante los primeros años del siglo XVII actuase también como “Studia Generalia” o Casa noviciado para la formación de futuros frailes no ya de la región sino extranjeros y muy particularmente ingleses e irlandeses que llegaban a nuestro país huyendo de las persecuciones religiosas que Cronwell estaba llevando a cabo en las islas británicas. Con todo, tampoco podemos olvidar que nuestro convento era, sobre todo, un centro abierto a la sociedad en que se hallaba y que por ello fueron muchos los seglares alcalaínos y de la comarca los que aprovecharon la oportunidad, única en su época, de aprender y acceder a la cultura, y entre ellos hemos de citar muy particularmente a San Juan de Ribera quién, como otros tantos alcalaínos, aprendió las primeras letras aquí. 

     Pero, aparte de centro de cultura, nuestro convento fue también cárcel bien para sus propios frailes como Fray Domingo de Valtanás a quién la inquisición condenó injustamente en el siglo XVI por defender “herejías”, bien para políticos como Quiroga quién preso en nuestro convento por su participación en los sucesos del Palmar del Puerto preparó aquí el levantamiento que dio origen al Trienio Liberal (1820-1823). 

     Desamortizado en 1836, el templo pasó a la Iglesia diocesana al tiempo que el resto del convento era vendido en pública subasta para pasar a distintas manos privadas que tras fragmentarlo terminaron convirtiéndolo en viviendas. Mientras tanto y aunque bastante deteriorado el templo siguió abierto al culto de forma ocasional hasta los años 20 del siglo XX para luego pasar a servir con distintos usos hasta que a fines de los años ochenta pasó a la propiedad municipal que lo está restaurando con destino a centro cultural. 

     El templo actual consta de una sola nave central y ocho capillas laterales,- que ocupan una superficie de 20,60 m. de largo por 8,00 m. de ancho-, que se remata por una falsa bóveda de cañón con insinuación de arcos fajones y lunetos, de estilo barroco y muy posterior a la época de construcción de la Iglesia, que oculta las vigas y tablas que sustentaban la cubierta de tejas. A los pies de la nave central existió un coro sobre artesonado de cedro, apoyado sobre dos columnas de orden toscano, -que siguen en la Iglesia como única muestra visible de la existencia de aquel-, puesto que fue desmantelado por el comprador que en 1978 adquirió la Iglesia al obispado y que terminó vendiendo el extraordinario artesonado a una sala de fiestas de Puerto Banús (Marbella). 

   
     En su cabecera, el edificio se cierra con un muro construido con restos del mismo derrumbe que la arruinó como Iglesia: piedras trabajadas, tambores de columnas, molduras de impostas y restos de las nervaduras de las bóvedas; de modo que si bien hoy presenta planta de salón, originariamente no presentaba dicha planta sino otra de cruz latina. Se cubre con bóveda de cañón con lunetos en la nave, presentando algunas capillas bóvedas de crucería simple, y otras, bóvedas vahídas, conservando restos de yesería renacentistas y barrocas al exterior. La cubrición tanto de la nave central como de las capillas laterales es de teja sobre vigas de madera y por tabla a dos aguas. 

     A ambos lados de la nave central existen en la actualidad una serie de capillas, intercomunicadas entre sí por pequeños pasillos, calados en los muros que las separan, y a las que se acceden desde la nave central mediante arcos apuntados, en algunos casos y por arcos de medio punto en otros. 

     Entre las imágenes y altares existentes en esta Iglesia y con independencia de algunas que salieron para templos dominicos de otros lugares, hemos de citar que en la Parroquia se conservan: la Virgen del Rosario de Martínez Montañés, la de las Lágrimas, los Cristos del Perdón y de la Columna, así como el retablo e imagen del Rosario que están hoy en la capilla del Sagrario . 



NOTAS: 

(2) Caserón ubicado en la parcela catastral 60.890-005 y marcado con el número 4 de la Plaza de San Jorge. 

     Constituye una Casa Señorial con estructura del XVII y remodelación del XVIII aunque estilísticamente tengamos que definirla como Barroca que presenta dos fachadas, una con tres plantas hacia la Plaza de San Jorge y otra con dos hacia la calle Las Monjas. 

     La descripción de dicha casa podría ser la siguiente: Composición de huecos con tres órdenes. P.B. Cierros; P. I. Balcones y P II. Barandillas. Patio interior porticado. Portada enmarcada con moldura y tejado alcalaíno. 


viernes, 14 de junio de 2013

Toros alcalaínos en la Maestranza de Sevilla


Ismael Almagro Montes de Oca

      La entrada de hoy bien podríamos catalogarla como "pincelada taurina" por su brevedad. Pero no deja por ello de ser menos  interesante puesto que pone de relieve la antigüedad de la vinculación entre Alcalá y el toro, animal que hace más de dos siglos era criado en ganaderías locales y  algunos de cuyos ejemplares  dieron muestra de su bravura  nada menos que en la mítica plaza sevillana.

      La plaza de toros de la Maestranza de Sevilla, una de las más importantes del mundo, era originalmente de madera, hasta que a partir de 1760 se emprende la construcción del edificio de fábrica, completándose su cerramiento total en 1881.

     Muy pocos años después, en 1784, varios toros que pastaban en los campos alcalaínos partirían para ser lidiados en el coso taurino sevillano. Así lo recogió el Marqués de Tablantes en sus “Anales de la Real Plaza de Toros de Sevilla”: 

“1784
Hé aquí la copia del cartel para las fiestas:
<<EN LAS CORRIDAS DE TOROS QUE EN VIR-
tud de Reales Privilegios executa anualmente la Real Maestranza de Cavalleria de esta Ciudad, y cuyas primeras fiestas tiene publicadas para los días 7 y 8 de Junio, se lidiará el Ganado de las Castas siguientes, para cuyo conocimiento sacarán estas DIVISAS

Los de la Sra. Doña Maria Antonia de Espinosa, de Arcos…………………….Negra
Los de las Sras. Ortices, de Alcalá de los Gazules………………………………….Celeste y Blanca” (1)


     Aunque no sería la única vez, antes de acabar el siglo XVIII,  que los toros alcalaínos pisaran el albero de la Maestranza ya que en 1796 serán las reses de D. Diego Manzano las que gozarán de tal privilegio:

“D. Diego Manzano, de Alcalá de los Gazules (encarnada y verde). 18 al 30 Abril de 1796.” (2)

Detalle de un exvoto relacionado con los toros
que se encuentra en el Santuario de Ntr. Sra. de los Santos

NOTAS

(1) “Anales de la Real Plaza de Toros de Sevilla 1730-1835 Por Ricardo de Rojas y Solís, Marqués de Tablantes, Conde del Sacro Imperio.” Sevilla 1917

(2) “El Arte en la Tauromaquia. Catálogo de la Exposición 1918.” Pág. 71.

martes, 11 de junio de 2013

Restos arqueológicos alcalaínos (I)


Artículo publicado en la Revista de Apuntes Históricos en 1989 con el subtitulo de
"Memorias del Aula Municipal de Historia"


Gabriel Almagro Montes de Oca

   
     En el verano de 1988 nuestro ayuntamiento puso en marcha un taller cultural denominado"Aula Municipal de Historia”. En la misma, al margen del trabajo de investigación de archivo, tuvimos ocasión de acercarnos a una serie de restos, prehistóricos o no, que se encuentran dispersos a lo largo y ancho de muestro término, en la mayoría de los casos en lugares de difícil acceso. Por supuesto, no visitamos todos los existentes. Nuestras visitas se centraron en aquellos lugares de los que teníamos, o tuvimos en aquel momento, noticias. A ellos nos referimos a continuación, como una ligera muestra de los múltiples restos de nuestro término, que en sucesivas ediciones del aula pretendemos estudiar.

      En Alcalá los restos más antiguos encontrados Son útiles de piedra pertenecientes al achalense o segundo periodo del Paleolítico inferior. 

      Son hechas de cuarcita arenisca labradas por una sola cara. Igualmente se han encontrado restos del musteriense datados del 140.000 al 40.000 a. C. 

      Sin embargo, nosotros sólo hemos tenido acceso a otras más evolucionadas y ya pulimentadas pertenecientes al Neolítico o primer Bronce, y que proceden de las zonas de las Porquerizas y las Correderas. 

      De entre las obras de los pueblos prehistóricos destaca la “Laja de los Hierros'', que tambien visitamos. Esta laja ha sido objeto de varios estudios, algunos de los cuales publicados en este libreto Sin embargo, creemos que hasta hoy no se ha efectuado ninguno a la luz de las últimas investigaciones en la materia, tarea que deberán afrontar los estudiosos del arte prehistórico cuanto antes, en tanto que por día el estado de erosión e mayor. Esta laja fue “descubierta” en 1913 por Cabré y Hernández Pacheco, que fueron quienes dieron razón de su naturaleza, puesto que hasta entonces nuestros vecinos la consideraron como un registro de los hierros de las ganaderías de la zona. 

Hernández Pacheco en la Laja de los Hierros en 1913

      La laja tiene una extensión superficial de aproximadamente 50 m. divididos en dos partes: la superior, inclinada, y la inferior, casi horizontal. Según los estudiosos, sus autores fueron pueblos pastores, influenciados por los colonizadores mediterráneos, ya neolíticos y se preocuparon de la conservación de los mismos, como lo demuestra el hecho de que labraran canales para que corrieran las aguas, y escalones para acceder a la parte superior, con objeto de que ni el agua ni el pie humano dañasen los signos. 

      Los grabados guardan semejanzas con pinturas neolíticas y grabados similares de las provincias catalanas, Soria, Guadalajara Y Teruel, así como con otros del mediterráneo oriental realizados sobre tabletas de barro cocido, que estudiados por Sir Arthur Evans, se publicaron bajo el título de “Scripta Minoa”. Nosotros, por nuestra parte, procedemos a estudiar dichos signos en base a los esquemas que Uwe y Uta Topper presentan en su libro "Arte Rupestre en la provincia de Cádiz" y encontramos los que denominan antropomorfos, derivados de antropomorfos, antropomorfos masculinos y femeninos, jefes, estandartes, momias , pastores, agua o lluvia, signos cósmicos, signos de fertilidad masculina y femenina, cabras, rebaños, águilas y otros de difícil determinación. 


     Próxima a la Laja de los Hierros en la finca conocida como los Aguijones, sobre una gran laja encontramos unas estructuras pétreas de gran tamaño similares a dornillos o cazuelas. Puestos a buscar referencias de objetos similares en bibliografías no hemos encontrado nada, por lo que para nosotros su funcionalidad o finalidad sigue siendo un enigma, aunque está claro que son obra de la mano del hombre puesto que no hemos encontrado una sino tres (una de ellas fragmentada). No podemos afirmar que sean prehistóricos, pero sí es cierto que se sitúan en una zona de múltiples cuevas y pobladas desde antiguo. Quizás estas piedras curiosas sean un exponente más de la Cultura prehistórica de esta zona de la Janda. 

      Y sin salir de las proximidades de la carretera que nos une con Benalup, en la finca "el Cermeño" y muy cerca de la cañada de Piedra Hincá, nos encontramos un cerro de los que llamamos "areniscas del aljibe", que nos ofrece 2 conjuntos muy interesantes, de un lado, en su parte superior encontramos un conjunto de 27 tumbas excavadas en la roca, y de otro, en su parte inferior existen una serie de abrigos o covachas de poca profundidad, de fácil acceso y con condiciones de habitabilidad, de las que en tres se conservan pinturas rupestres. 

      Hasta ahora se desconocía la existencia de pinturas rupestres en nuestro término, aunque era previsible ya que las hay en los términos que nos circundan: Medina, Los Barrios, Jimena y Jerez, sin olvidarnos de mencionar el cercano núcleo de Benalup donde se localiza el conjunto más importante. 

      Estas pinturas en su temática reflejan los sencillos ideales de los hombres primitivos: la caza y la reproducción. Se trata de unas pinturas esquemáticas de tendencia naturalista, con unas características propias, lo que ha hecho que desde 1988 a las pinturas de la zona de la Janda y para diferenciarlas de las del resto del país se les denomine "Arte del Tajo de las Figuras". Tomando el nombre de la cueva más representativa e importante de la zona. 

     Las pinturas encontradas hasta ahora en nuestro término son 3 y se encuentran muy degradadas tanto por la misma naturaleza de la roca, que se erosiona fácilmente, así como por estar expuestas a las inclemencias del tiempo y a la acción antrópica. 

      De las 3, una de ellas es una mera sucesión de puntos, otra un signo y la tercera un animal lleno de vida y realismo, tal vez un ciervo o corzo. 

     Respecto a la que hemos llamado "sucesión de puntos", y para la que en principio no encontrábamos explicación, hoy creemos con Topper (1) que al tener las pinturas un valor sagrado, emparentado con ritos de fertilidad, el pintor no debía tirar los tintes una vez preparados, sino que tenía que aplicarlos lo más enteramente posible. Por ello realiza estos puntos (alineados) sin significación obvia al lado de las pinturas bien ejecutadas. 

      La que interpretamos como un signo bien pudiera figurar un nido o una cabaña. 

      El animal, la mejor de las tres, se trata probablemente de un ciervo, el animal de mayor importancia para los hombres de la época puesto que se había convertido en imagen de la deidad de la fertilidad y por ello no se le podía cazar. 

     Para la datación cronológica de las pinturas de estas covachas nos basamos en la que suele hacerse de las del relativamente cercano "Tajo de las Figuras" donde las pinturas en rojo, el color de las nuestras, se consideran como del Calcolítico o período inicial de la edad de los metales, que se da en Andalucía entre el III y II a. C. 

     Según Hernández Pacheco, el hombre primitivo pintó con óxido de hierro mezclado con una grasa animal, probablemente tuétano. Se deduce, pues, que el pigmento fue el mismo que se encuentra todavía en los alrededores de los abrigos, o sea, el ferro-oxido tan frecuente en las rocas areniscas. 

     En la parte superior de la roca se encuentra un conjunto de 27 tumbas, además de algunos agujeros redondeados, por todo lo cual nos acercamos a las reflexiones de Burkitt (2), para quien las pinturas tenían significación de tipo nupcial o funerario. 

   
      Así, las tumbas que hoy carecen de tapas y de restos óseos que permitan su datación cronológica, serian tumbas reutilizables, es decir, serían tumbas de desecación y descarnización de los cadáveres antes de enterrarlos definitivamente; esto explica que las tumbas se encuentren en lugares elevados, bien expuestos al sol y al aire, y sin tapaderas, en las que se irían colocando sucesivamente los muertos del grupo. Las hondonadas circulares, de pequeño tamaño, serían utilizadas probablemente para libaciones en los ritos fúnebres. Este detalle y su asociación con las pinturas nos permite diferenciar a estas tumbas de otras similares y frecuentes en nuestro término, que tendremos que datar como medievales, como luego veremos. 

   
NOTAS 

(1) TOPPER, Uwe y Uta. Arte rupestre en la provincia de Cadiz. Diputación de Cádiz. Cádiz, 1988. pp 36-39 

(2) BURKITT, Miles. Rock paintings o f Southern Andalucía A description of a neolitic and copper age Art Group. Universidad de Oxford. 1929,pp 86 

viernes, 7 de junio de 2013

Víctimas en el bando nacional durante la guerra civil (II)




      Las otras dos víctimas, un guarda forestal y un guardia civil, fallecen un mes más tarde, el 27 de octubre de 1936, víctimas de un encuentro con republicanos, cuando salieron con un grupo de falangistas de “batida” por los campos. 

      "José Pérez Delgado, guardia civil de 42 años. Arroyo de la Lapa, asesinado por las hordas marxistas, tenía el cráneo machacado, la pierna derecha rota y acribillado a balazos, alguno a quemarropa. Se ignora las personas sospechosas de participar en el crimen. "

      La mujer del guardia civil asesinado, prestaría declaración en La Línea el 28 de marzo de 1942: 

“Declaración de JUANA HERRERA RIVERA 

      En la Linea a veintiocho de Marzo de mil novecientos cuarentaidos, ante este Juzgado compareció el anotado al margen, el cual fue enterado del objeto de su comparecencia, de la obligación que tiene de decir verdad y de las penas en que incurre el reo de falso testimonio, siendo juramentada en forma, con arreglo a su clase y preguntando por las generales de la Ley, dijo: llamarse como queda dicho, de 40 años de edad, de estado viuda natural de Los Barrios, de profesión sus labores que no ha sido procesado y con domicilio en calle Pedreras nº 64, con instrucción y que no le comprenden las demás. 

      Preguntado convenientemente por S. S. manifiesta: Que es viuda de D. José Perez Delgado, que era Guardia primero de la Guardia Civil, que se encontraba destinado en Alcalá de los Gazules. Que su marido no estaba afiliado a partido político alguno, y tenia cuarenticuatro años de edad cuando fue asesinado por los rojos en los montes “Las Saucedas” termino de Alcalá, el dia veintisiete de Octubre de mil novecientos treinta y seis. Que la declarante no puede precisar que numero de herida recibiera, pero que desde luego fueron de armas de fuegos, y como no le dejaron estar al lado del cadáver solo le vio momentáneamente y le observó heridas en la cara, y teniendo en su poder el gorro que llevaba, todo agujereado por los disparos. Que en el mismo dia y lugar, asesinaron tambien al Guardia Forestal apellidado Pineda. Que la declarante no puede precisar quienes fueran los que le asesinaron por que había muchos rojos escondidos en las cuevas, pero por sus averiguaciones, se enteró que uno de ellos, era el conocido por “Capita” y otros que fueron ya fusilados. Que la defunción de su marido está inscripta en el Juzgado Municipal de Alcalá. 

      Leida la aprobó y firma con el Sr. juez, certifico.” 

miembros de la guardia civil de "batida" por el campo
en busca de rojos durante la Guerra civil

      "Francisco Pineda Lozano, guarda forestal de 47 años. Arroyo de la Lapa, asesinado por las hordas marxistas, cuyo cadáver estaba acribillado a balazos habiéndole sacado del ojo izquierdo un saca corcho que le habían metido los criminales. Se ignora las personas sospechosas de participar en el crimen."

      Su mujer prestó declaración en Alcalá el 6 de febrero de 1942: 

“DECLARACION DE JUANA RUIZ TORREJON 

       Alcalá de los Gazules a seis de Febrero de mil novecientos cuarenta y dos. Ante el Sr. Juez Municipal D. Francisco Montes de Oca y Montes de Oca y de mi el Secretario comparece la testigo anotada al margen, el que previo juramento que presta en forma dice: Ser y llamarse como queda dicho, de cuarenta y nueve años de edad, viuda, sus labores, natural y vecina de esta Ciudad, con domicilio en la calle de San Antonio y nuevamente preguntada por el cuestionario que se acompaña dice: Que la declarante es esposa de la victima Francisco Pineda Lozano y tenia la profesión de guarda forestal; que no estaba afiliado a ningun partido político, que tenia cuando fue asesinado cuarenta y siete años de edad, que ignora quien lo detuvo; que el lugar donde lo asesinaron se denomina garganta de La Lapa, de este término, que la fecha fue el veintisiete de Octubre de mil novecientos treinta y seis; que lo sucedido fue que salió en unión de la fuerza de la Guardia Civil de este Puesto con el fin de dar una batida a los Rojos, que existían por los alrededores de esta población, la cual fue ordenada seguramente por la Autoridad Militar de aquel entonces de esta Plaza, ignorando lo que sucedió desde el momento en que cayó herido, lo que si tiene entendido es que después de resultar herido se enzañaron con él hasta incluso con un saca corcho le quitaron un ojo, ignorando las demás heridas que tenía; que desde luego por la fuerza que salió de esta Ciudad, al lugar del hecho, fue encontrado su cadáver y trasladado a ésta, en donde recibió cristiana sepultura; que ignora las personas que pudieran tener participación en el crimen y por consiguiente el paradero de ellos y que su defunción fue inscripta en este Registro Civil, que era natural de Cortes de la Frontera, de edad de cuarenta y siete años, que era hijo de Francisco Pineda y de Catalina Lozano, era de estado casado con la declarante, de cuyo matrimonio dejó tres hijos llamados: Francisco, María y José, de diecisiete años, de quince y doce años respectivamente. 

      Leída que le ha sido y hallándola conforme en su contenido, la confirma, ratifica y firma con el Sr. Juez, doy fe.” 

Parte de la declaración de Juana Ruíz