sábado, 15 de septiembre de 2018

Los inicios de la “carrera taurina” del Gran Potoco de Alcalá


Ismael Almagro Montes de Oca 

       Hace tiempo dimos cuenta de cómo acabó la carrera taurina de Ildefonso Delgado Chacón, más conocido como “El Gran Potoco de Alcalá” (http://historiadealcaladelosgazules.blogspot.com/2012/11/la-efimera-carrera-taurina-del-gran.html) Hoy nos centraremos en lo que bien pueden ser sus inicios en ese mundillo, puesto que nos vamos a remontar al año 1902, cuando tan solo contaba con 23 años. 

     En aquella época Potoco ya era huérfano de padre y vivía con su madre Lucia Chacón Pareja, su hermano mayor José y su hermana Ramona, muy cerca de la plaza de toros, en el callejón Chamorro nº 4. 

     En los primeros días de junio de 1902, Jerónimo Nieto Carrillo solicita al gobernador civil permiso para celebrar una novillada en la Plaza de toros de Alcalá el día de San Juan, 24 de junio, autorización que es concedida el día 19, con la obligación de adoptar “las necesarias precauciones a fin de evitar causar desgracias y cualquier alteración de orden público” 

     Gracias a un cartel anunciador de aquella corrida (uno de los más antiguo de cuantos se conservan del coso taurino alcalaíno, pues tiene nada menos que 116 años) conocemos muchos detalles sobre la misma. 

     Se trató de una corrida que no estaba organizada por ninguna empresa, sino que surgió por iniciativa de algunos vecinos y que podemos considerarla como exclusivamente de ámbito local, ya que tanto el peticionario, como la ganadería, el espada y los banderilleros, eran alcalaínos. 

     Esta corrida se diferenció un poco de las que venían celebrándose hasta la fecha en el coso alcalaíno, ya que solo se mató un toro en vez de los dos que se solían sacrificar. 

     El alcalaíno Juan Díaz Tenorio “Chulo” fue el encargado de lidiar las reses, ayudado por Pedro Pabiero “Formalito” natural de Valladolid. 

     Pero la parte que nos interesa es la de los banderilleros, pues es ahí donde encontramos a Ildefonso Delgado, apodado entonces como “El Potoco Chico”, para diferenciarlo del afamado diestro gaditano José Villegas Perea.

      A propósito del apodo de Ildefonso Chacón, a nivel local se ha argumentado que le venía por su desmesurada afición a tocar el tambor cuando niño. Curiosamente, la misma historia se cuenta sobre el origen del apodo del Potoco primigenio, el torero gaditano, (cambiando el tambor por el pito) quien en una entrevista concedida al periódico “La lidia” y publicada en el nº 451 del 11 de julio de 1927 decía lo siguiente: 

“—Nosotros teníamos una criada gallega—dice el exmatador—y bautizó a mi hermano, también torero, con el apodo de El Loco, y a mí con el de Potoco; esto de pó-toco, como usted verá, tiene cierta originalidad; a mí me gustaba de niño tocar el pito, y daba las grandes murgas, por lo que me regañaba la gallega, diciéndome que no tocara, y como yo era niño, y además el hijo del amo, le contestaba: "No me da la gana; po-toco y po-toco y así fui bautizado en mi niñez, hasta que fuí mayor, siendo Potoco, y asi moriré.” 

     Indudablemente, esta historia se ha extrapolado deliberadamente del Potoco original hacia el imitador alcalaíno, puesto que por fama o por antigüedad, no parece creíble que el diestro gaditano, que utilizaba el nombre artístico antes que nuestro paisano, copiara la historia del origen de su nombre artístico de un mindundi con ínfulas de torero. 

     Como dato curioso, Ildefonso Chacón se dedicaba a recortar y coleccionar crónicas taurinas aparecidas en la prensa, y, sin embargo, no sabia leer. 

     Junto a Potoco, aparece otro alcalaíno como banderillero, Antonio Sánchez Caballero. 

      Así pues, parece que en sus años de juventud, El Gran Potoco de Alcalá, buscó la fama demostrando sus habilidades con el par de banderillas, antes de probar suerte con el capote y la muleta.


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