martes, 15 de enero de 2013

Alcalá en la encrucijada de dos siglos (II)



  

     Pero dejando de lado las innovaciones en cuanto a comunicaciones, habremos de centrarnos en otros aspectos, que hoy pueden parecernos cosas de escaso interés, al estar habituados a ellas, pero que entonces supusieron grandes avances y comodidades, nos referimos a la conducción del agua hasta la localidad (1877) y a la instalación de la luz eléctrica (1908) 

     En lo tocante a la conducción del agua y para conocer los antecedentes, cabe decir que hasta dicho momento, las fuentes públicas para el abastecimiento de Alcalá eran 8 (Pozo de Abajo y Enmedio, de origen árabe; Pozo de arriba, de 1778; Fuente de la Alameda, construida en 1837; Fuente de las Viñas, de origen árabe; Pilar del Valle, inmediata a la anterior, construida en 1857; Fuente del Rabilero y Fuente de la Salada, con 23 pilares de piedra para dar de beber a las caballerías y servir de lavaderos). Fuentes que como puede verse, en la mayoría de los casos, estaban alejadas del centro urbano lo que ocasionaba el consiguiente carrileo en busca de aguas, lo cual habría de ser bastante penoso. 

Pozo de Arriba

     De este modo la noticia de la conducción de las aguas hasta la ciudad se recibió con gran alborozo, en tanto que significaría un menor camino a andar en busca de las aguas. Para la conducción de estas aguas, de los Regajales a la Ciudad, el Ayuntamiento hizo la pertinente concesión a D. Pedro Montes de Oca Atienza, quien a la sazón era el propietario de la citada finca de los Regajales, puesto que la había adquirido en pública subasta (celebrada el 20 de Agosto de 1875 en el Juzgado de Primera Instancia de este Partido Judicial), y había presentado los pertinentes estudios (realizados por D. Salvador Cerón). Sin embargo, la alegría inicial del grueso de la población fue mermando cuando comprobaron que la adquisición del agua en las fuentes establecidas para tal fin había de hacerse mediante el pago de determinada cuota y gran parte de la población hubo de seguir yendo por el agua a las fuentes de costumbre y las colas de cántaros habrían de continuar hasta bien mediado nuestro siglo. Pero, sea como fuere, la llegada de las aguas fue un gran acontecimiento para la Ciudad y produjo cierta alegría a sus habitantes, como nos dice el autor del siguiente texto: 

     “A las tres y media de la madrugada de este día ha tenido lugar la llegada a esta población de las aguas potables procedentes de los nacimientos de los Regajales (...) cuya dirección ha estado y está a cargo del entendido Ingeniero Inglés Don Guillermo Cooke, que también lo ha sido de las aguas de la Ciudad de Jerez de la Frontera, llenando de la mayor alegría a este vecindario que en una parte bastante considerable se hallaba agrupado en la Plaza de la Cruz, primer punto de salida, admirando su abundancia y buena calidad (..) y se hicieron generalmente demostraciones sinceras del júbilo que le ocasionaba la aparición de dichas aguas tanto tiempo deseadas. Alcalá de los Gazules, Agosto, 12 de 1877” (8). 

 la Alameda en una fotografía posterior a 1926, fecha en que se instala el reloj

     Una buena prueba del agradecimiento del pueblo por la traída de las aguas es el hecho de que el 4 de Octubre de 1877 el Ayuntamiento decidiese cambiar el nombre de Calle de los Pozos por el del artífice del hecho, pasando a denominarse a partir de entonces, Calle de Montes de Oca. 

     Tres décadas más tarde la población asistiría gozosa a la inauguración de otro "gran progreso para la Ciudad", a la inauguración de la luz eléctrica, así el Diario de Cádiz del 7 de Enero de 1908, nos dice: 

     “Según nos escriben de Alcalá de los Gazules, el pasado día 2 se ha inaugurado felizmente la fábrica de electricidad y molino harinero que en dicha población han instalado los señores Don Manuel Nuche y Compañía (...) e inmediatamente se dio luz al pueblo, que recibió con verdadero júbilo aquella mejora que ha de traducirse en beneficios y comodidades para el vecindario y el molino empezó a producir harinas...” 

La Eléctrica en 1908
     Ahondando en este acontecimiento y acerca del nombre "fábrica de electricidad", cabe destacar que en aquel momento sí era una auténtica fábrica, en tanto que allí se producía la electricidad con un motor de "gas pobre", es decir, de carbón, con un carbón de brezo, que además era originario de Alcalá, de modo que la electricidad que alumbraba a nuestro pueblo era genuinamente alcalaína. Pero, volviendo a la noticia del Diario y a fin de matizar la expresión de júbilo a que hace referencia, puede contarse la anécdota ocurrida en el día de dicha inauguración, en que hubo quienes salieron corriendo desde la fábrica en el momento de dar la luz para ver si llegaban a la Plaza Alta antes que ésta. 

     La electricidad se esperaba como una gran mejora y en verdad lo fue. Así, desde entonces, las calles no se iluminarían con los tradicionales faroles de carburo (que sólo se encendían cuando no había luna) y en las viviendas se podría disponer de "una luz más alegre", aunque la potencia de aquellas primeras lámparas era exigua (5, 10 y 16 watios) y a pesar de que la media de lámparas por vivienda iluminada no era mayor de 2 y de que sólo había luz desde media tarde y hasta las doce de la noche. Y volviendo nuevamente a las anécdotas sobre la electricidad, es de destacar que cuando se iba la luz y era necesario accionar de nuevo el motor, había que esperar a que se juntaran en la fábrica todos los zapateros de la población, quienes desde la instalación de la luz eléctrica tomaron como un privilegio propio “el tirar de la correa” que accionaba nuevamente el motor.



     Ahora bien, los cambios no fueron sólo en la materia de mejoras sustanciales en las condiciones de vida de Alcalá, sino que afectaron a todos los órdenes de la vida, y así hubo cambios también en los aspectos religiosos y sociales. 

     En lo tocante a la vida religiosa de Alcalá, se produjo la restauración de la Iglesia de la Victoria (años 10 de nuestro siglo), así como pequeñas obras en la Iglesia de Santo Domingo, pero lo verdaderamente importante se produce al principio del periodo que estamos estudiando y este hecho de tan vital importancia, no es sino la proclamación de la Santísima Virgen de los Santos como Patrona de Alcalá, lo que tenemos reseñado en el documento que, por su interés, reproducimos a continuación: 

     “Arciprestazgo y Curato de Alcalá de los Gazules 

      Tengo una satisfacción en participarles la grata nueva que el Gobernador Ec-co del Obispado me comunica con fecha de anteayer, el Patronazgo de N. Señora de los Santos sobre esta Ciudad y de las cuatro romerías que además se ha servido conceder el Smo Pontífice Pío 9º al Santuario de la misma Señora, en los días de San José, fiesta del Smo Corazón de Maria, id. de N. Sra del Rosario y el Domingo siguiente al de la Inmaculada Concepción de María Sma, (...) Para celebrar con toda la solemnidad posible tan fausto acontecimiento, espero de V. S. se sirva ponerlo en conocimiento del Ilutre Municipio que tan dignamente preside y adoptar las disposiciones que su religiosidad y celo le sugieran al fin indicado. Dios g-ue a V.S. muchos años. Alcalá de los Gazules, 5 de Septiembre de 1877. Francisco de P. Castro. 

Señor Alcalde Constitucional de esta Ciudad=-“ (9). 

     Y sin ahondar más en este tema (que es susceptible de ampliarse en posterior ocasión), pasaremos a dar algunas ideas sobre la cuestión social de una época en que muchos alcalaínos hubieron de vivir o sufrir dos guerras (la del 98 en Cuba y la larga guerra de Marruecos, 1909-1927), los jornaleros vivieron momentos de extrema gravedad, siendo quizás uno de los más angustiosos el de la primavera de 1888 en que a causa de las lluvias torrenciales que afectaron a toda España, muchos de nuestros antepasados pasaron días de hambre y desesperación y algunos de ellos iniciaron el camino de la emigración, teniéndose constatados varios casos hacia la Argentina. Pero, no todo era dramático, también se dan cosas positivas, como es la creación por parte del Ayuntamiento de dos escuelas para niños y una tercera escuela para adultos por parte de la agrupación local del Partido Socialista Obrero, así Santiago Castillo nos dice: 

     “...EI 1 de Enero de 1888, en la calle de los Pozos, número 135; quedaba inaugurada la Escuela Regeneración, impartiéndose lecciones de lectura, escritura, aritmética y gramática. El número de obreros que asiste a ella pasa de 30 a mediados de Febrero, siendo 42 los alumnos a comienzos de Marzo.”      

     Mientras tanto y para las clases adineradas se inauguran el Casino Conservador y el Circulo Liberal y dan comienzo las veladas en el Paseo del Marqués de Mochales, y como dice Ramos Romero en su Historia de Alcalá “...con señores de bombín y chistera y señoras con trajes hasta los tobillos...”. 

     Finalmente y para no extendernos más, sólo citaremos, de pasada, otros acontecimientos que conformarían el cuadro general del Alcalá de 1876-1929, cuales son el arreglo de la Alameda, la construcción de la Plaza de Toros, la conexión por carretera con Algeciras y Cádiz, la llegada de las bicicletas, los automóviles, las primeras líneas de autobuses y otras tantas cosas que mejoraron el nivel de vida de nuestros abuelos, el nivel de una vida de la que dice Keynes, en relación a la Historia Universal, es “un episodio extraordinario del progreso del hombre”, lo cual es perfectamente aplicable a la vida del hombre alcalaíno. 


NOTAS 

(1) a (5) Actas Capitulares, Legajo 41, Libro 1. Acta de fecha 27 de Agosto de 1876. 

(6) Periódico “El Castillo de Alcalá” numero 11, edición del  20 de Marzo de 1918. 

(7) Citado en Sánchez del Arco. Alcalá de los Gazules, Cádiz, Tipografía gaditana, 1893. Pero este lo recoge de ROA Y RIOS Juan. “Descripción Geográfica e Histórica de la Ciudad de Alcalá de los Gazules”. 1877 (inédita). 

(8) ROA Y RIOS. Op. cit. 

(9) Actas Capitulares. Legajo 41, Libro 1, Acta de 27 de Septiembre de 1877. 

(10) La escuela Regeneración se creó por la Agrupación Local del PSOE, que funciona en Alcalá desde Diciembre de 1886, dicha escuela se concibe como centro para obreros mayores de 13 años Esta escuela servía al mismo tiempo como centro de enseñanza, así como lugar de reunión y actividades obreras. 

     Acerca del tema puede verse CASTILLO, S.: "La actividad del PSOE en el Campo: los casos de Alcalá de los Gazules y Grazalema, 1887-1889", en La cuestión agraria en la España Contemporánea, Madrid. Edicusa, 1976. pp. 259-285.

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