domingo, 26 de junio de 2016

Don Antonio Galán Hidalgo y el Vapor Isla de Panay



Artículo publicado en la Revista de Apuntes Históricos 2013

Jaime Guerra Martínez 


EL VAPOR "ISLA DE PANAY" 

      Panay, Negros y Cebú son tres islas situadas en la parte central del Sur del archipiélago Filipino. Son las Visayas, en las cuales se cultivaba tabaco que se usaba para el consumo local y para la exportación a las fábricas de la Península. 

     El 19 de junio de 1882 es botado en el Clyde el número de grada 216, construido en los astilleros Scott&Co. De Greenock (Escocía), se le bautiza como Isla de Panay. Este vapor reunía condiciones muy favorables para la carga y para los pasajeros a quienes la Compañía daba un alojamiento cómodo y muy esmerado. En 1894 fue mejorada en los astilleros de Matagorda, aumentando su velocidad y comodidad. 

     En octubre de 1896 trae a España a Rizal, mártir y poeta de la revolución filipina, y durante la guerra con los EEUU forma parte de la Escuadra del Almirante Cámara, formando parte de la triste expedición que nunca llego a defender los intereses de la nación. Probablemente, uno de los hechos más tristes del Isla de Panay fue la repatriación de heridos desde Cuba. 

     En un principio estuvo destinado casi en exclusiva a la línea de Oriente con salida desde Barcelona. Durante la I Guerra Mundial estableció una línea al Pacífico, que permitía traer del Perú algodón, cueros, lanas, etc....



EL NAUFRAGIO 

     El buque se pierde definitivamente en la noche del 7 de diciembre de 1929 al embarrancar en el bajo de los Primos entre Santa Isabel y San Carlos, en Fernando Poo. 

     Era como las dos y cuarenta de la mañana cuando se oyó un ruido sordo debajo del barco como si tropezase con algún estorbo. Como iba despacio fue adentrándose poco a poco, siendo tres los tropezones los que dio. Al oír ese ruido, todos los pasajeros que dormían tranquilamente se despertaron alarmados pensando que algo grave ocurría. En efecto, el barco comenzó a inclinarse lentamente pues estaba encima de los escollos. La maquinaria intentó sacar el barco para atrás; todo inútil. El espanto empezó a apoderarse de todos. El barco seguía inclinándose. La niebla y la mar picada hacían la situación angustiosa. Los miembros de la tripulación más enteros de ánimos, entre ellos nuestro paisano, el teniente Antonio Galán Hidalgo hicieron una tarea ingente para organizar y ayudar a la salvación de la tripulación aterrorizada. Como mal menor la luz no faltó en todo el tiempo; si esta hubiera faltado, el caos..... la confusión.... y quizás las pérdidas humanas hubieran sido cuantiosas, pues además sólo se pudieron arriar los botes de babor y con mucha dificultad. 

     Las primeras noticias del naufragio llegaron a las poblaciones cercanas sobre las 8 de la mañana y rápidamente el Gobernador ordenó el rescate de los náufragos. Las bocinas inundaron el ambiente y tras prepararlo todo, tras una hora de espera pudieron salir las lanchas disponibles a prestar ayuda a los náufragos, en medio de unas condiciones marítimas adversas que hacían dudar de la operación rescate. En tierra todo se preparaba para recibir a los náufragos. 

     A las cinco de la tarde entraba en la bahía la lancha del Gobierno que conducía a algunos marineros. Luego más tarde fueron entrando las demás embarcaciones conduciendo a toda la población. 

     Los pasajeros llegaron a la costa con lo puesto. No se salvó nada de la correspondencia ni de la carga. Se perdió también muchísimo dinero de particulares que lo traían en su equipaje. Se pudieron salvar 250.000 pesetas en billetes y posteriormente 50.000 en plata. 

     El barco terminó hundiéndose pasadas las 12 del mediodía. No faltaron voces críticas sobre la actuación de la tripulación que no auxilió debidamente al pasaje que pudo salvarse gracias a la acción heroica de algunos de sus miembros, como es el caso de nuestro paisano Antonio Galán Hidalgo.



EL REGRESO DE LOS NÁUFRAGOS 

      El regreso de los náufragos se realizó en el transatlántico español LEGAZPI. Desde Fernando Poo llegaron a las Palmas el 24 de enero de 1930, iniciando camino a la Península, llegando a Cádiz el 1 de febrero de 1930. Terminaba así una pesadilla que afortunadamente no tuvo costes humanos. 

      Ese mismo día, el 1 de febrero de 1930, bajo la presidencia del alcalde don Simón García Rufo se reúne la Corporación municipal de Alcalá de los Gazules en sesión Ordinaria. 

     Terminada el orden del día y previa declaración de urgencia por la presidencia se plantean varias cuestiones. Entre ellas manifiesta que "enterada la Corporación del excelente y heroico comportamiento del teniente de la Guardia Civil, hijo de esta localidad, Don Antonio Galán Hidalgo en el naufragio del Vapor "Isla Panay" cuando se dirigía a Santa Isabel de Fernando Poo en el salvamento de mujeres y niños, por unanimidad acuerda hacer constar en acta la satisfacción de esta dicha corporación por la realización de tales actos humanitarios y por ello se felicite a su familia por medio de atento oficio; y como recompensa a su excelente comportamiento se solicite del Ministerio de Gobernación el ingreso del referido Teniente de la Guardia Civil don Antonio Galán Hidalgo en la Orden de Beneficencia, concediéndosele la condecoración correspondiente, siendo de cuenta de esta Ayuntamiento el pago de la condecoración y todos los demás que se originen". 


Interior del Isla de Panay

DATOS BIOGRÁFICOS 

      Antonio Galán Hidalgo nace en Alcalá de los Gazules el día 24 de febrero de 1905 en la calle Duque de Almodóvar del Río, a las 8 de la mañana. Fue hijo de Antonio Galán Fernández (farmacéutico) y de María de los Dolores Hidalgo González. 

     Inició su carrera militar como alumno de infantería aprobando su acceso en Toledo el 4 de abril de I 922. 

     Desde 1927, con 22 años, que asciende a Teniente, va pasando por los diferentes escalafones hasta alcanzar el grado de General de Brigada de la Guardia Civil según Decreto de 24 de marzo de 1962 (57 años). Nombrándole Jefe de la Tercera Zona. 

     El 27 de febrero de 1967 por haber cumplido la edad (62 años) pasa al grupo "de destino de armas y campos" (Decreto 318/1967 de 24 de febrero). 

     Estaba en posesión de la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo (Decreto 1809/1962, de 9 de julio) y la Gran Cruz de la Orden del Mérito Militar con distintivo blanco (Decreto 31/1967, de 8 de enero). 

      Con fecha de 2 de abril de 1962 el Ayuntamiento de Alcalá de los Gazules lo nombró Hijo Predilecto. 
     Don Antonio Galán Hidalgo fallece en Zaragoza el 23 de febrero de 1983 a los 78 años.

Tercio de Marruecos 1925



sábado, 18 de junio de 2016

La situación de la escuela pública alcalaína en 1930



Ismael Almagro Montes de Oca


       Todavía recuerdan los más ancianos a aquellos maestros nacionales, que con más devoción que medios, trataban de sacar de la ignorancia a varias generaciones de alcalaínos en las primeras décadas del siglo XX, cuando aún no habían llegado los grandes colegios a nuestra localidad y las clases se impartían en pequeñas habitaciones de viviendas particulares.

      Hoy traemos a la memoria a uno de ellos, Don Manuel Marchante Romero, el cual, tras formarse junto al Padre Manjón, ejerció su magisterio en Alcalá durante 41 años, hasta que, en 1956, por concurso de traslado marchó a Cádiz. Ese mismo año, el ayuntamiento le nombró Hijo Predilecto y el Gobierno le concedió la Cruz de Alfonso X el Sabio.[1]

     Y el motivo de su recuerdo no es otro que una carta que envió al periódico de Magisterio gaditano “El Faro” en mayo de 1930 [2] denunciando las precarias condiciones en que ejercía su profesión. No buscaba sin embargo su bienestar sino el de los pequeños estudiantes. En la misma carta además propone una idea, que cristalizará casi 20 años más tarde, proponiendo reutilizar el abandonado parque Galán Caballero, en una escuela con su patio de recreo. Se trata, pues, de la persona, del maestro que lanzó la idea de construir el colegio Juan Armario:


"Por el bien de los niños

      La Escuela ha de preparar al niño para la vida: ha de hacerle fuerte, sano, inteligente y honrado; pero lo primero de todo es vigorizarle, robustecer su organismo, hacerle hombre. No basta que el niño asista a una Escuela donde se eduque: es menester que la Escuela responda a las más rigurosas exigencias de la higiene.

      Muchos han sido los pueblos que en estos años de verdadera paz nacional han construido grupos escolares magníficos, escudas modernas higiénicas, dotadas con todos los adelantos de la Pedagogía. Para esto no ha sido obstáculo la falta de dinero, puesto que el Gobierno ha sido espléndido otorgando subvenciones, y a veces ha costeado totalmente las obras. Ha bastado, pues, con un poco de buena voluntad, inspirada en la firme creencia de que todo cuanto se haga por la infancia, que es la lisonjera esperanza del porvenir, se hace por el pueblo, por su cultura y engrandecimiento.

      No ha ocurrido así por desgracia en esta importante ciudad: somos esclavos de la verdad, y aunque enemigos de censurar a nadie, hemos de reconocer como una dolorosa indiscutible realidad que en tal aspecto hemos padecido un lamentable abandono.

     La Escuela que tenemos el honor de dirigir se halla instalada en un local que carece de condiciones higiénicas y pedagógicas. Por un estrecho pasillo, abarrotado de mercancías, han de entrar los niños al patio de vecindad, resbaladizo y pendiente, en donde esta situada la puerta única de la clase. Además de las naturales molestias que toda mancomunidad produce, han de soportarse los inevitables ruidos que entorpecen la labor escolar, perturbando el silencio y orden de la clase.

     Por la poca superficie del local y el escaso mobiliario, han de colocarse los niños apretujados en las desvencijadas bancas con grave quebranto de la escritura y demás ejercicios que han de realizar sentados. La elevación de techos es de 2,50 metros (la mínima debe ser de 4 metros), por lo que apenas entran los cien alumnos que asisten a ella; se vicia rápidamente el aire por la difusión en la atmósfera de los gases de la aspiración, por las emanaciones del retrete situado en el propio local y por el polvo que continuamente se agita dentro del mismo ¿Cabe mayor peligro para la salud de los niños?

      Piensen bien en esto y medítenlo los padres que nos honran con su confianza encomendándonos la educación de sus hijos, de esos tiernos niños a quienes tanto aman y por los cuales serían capaces de realizar toda clase de sacrificios. Si la escuela y el mobiliario no reúnen las necesarias condiciones, en vez de robustecer el organismo del niño y prepararle para el trabajo y para la vida, pueden proporcionarle deformidades en el cuerpo y basa enfermedades incipientes que amarguen para siempre su existencia. El mobiliario deteriorado y antiguo pide también a voces su total renovación.

Alumnos de una de las escuelas descritas 

      Es también muy de lamentar el que esta escuela carezca del campo escolar de recreo y enseñanza al aire libre que hoy se exige en las modernas construcciones escolares y que tanto influye y tan extra ordinaria importancia tiene para la educación física intelectual y moral del niño.

      Al campo escolar se concede hoy más importancia que a la misma sala de clase.

   Inspirado por la idea de proporcionar a mis alumnos una escuela que cumpla las mayores condiciones higiénicas, pues no es lícito quitar la salud al niño so pretexto de enseñarle letras, he dirigido escrito al Ayuntamiento interesando la construcción de un salón amplio ventilado, donde instalar esta escuela, en el antiguo parque de Galán Caballero, que antes fué jardín y hoy está abandonado. Ningún otro sitio tan agradable y ameno, tan sano y pintoresco. No aspiramos a la construcción de grupos escolares magníficos, suntuosos, como han hecho otros pueblos menos ricos que este. Sólo nos conformamos con que los niños tengan en abundancia lo que tan barato cuesta: aire puro, sol, luz, campo y alegría. Cosas que todas juntas han de proporcionarle el mayor bien de que puede disfrutarse la salud. De nada vale toda la sabiduría del mundo si arrebatamos al niño este don tan preciado.

      Edificado el amplio y sencillo salón a que nos referimos, quedaría espacio para campo escolar de recreo y enseñanza al aire libre y para establecer el sistema manjoniano que tanto agrada a los niños y que tan maravillosos resultados produce en la enseñanza.

      No debe interesarnos el aspecto económico de esta cuestión, fácilmente realizable con poco más de diez mil pesetas. Pero aunque costase mucho más, ¿en qué mejor obra puede emplearse el dinero del contribuyente que en educar e instruir a la infancia, si ésta es la esperanza de un pueblo, es decir, su vida, poder y cultura para el día de mañana y todo cuanto se haga en favor del pueblo?

      El Ayuntamiento, administrando rectamente los intereses del pueblo, es el primer obligado a velar por la difusión de la cultura y porque las escuelas tengan locales adecuados. Más allí donde no se preste a la Primera enseñanza la: necesaria y debida atención, son los padres, como más directamente interesados en el bienestar de sus hijos, los que deben recabar de las Corporaciones municipales, sobres todo cuando se cuenta con recursos económicos para ello, el estricto cumplimiento de tan sagrada obligación.

M. MARCHANTE. Alcalá Gazules, Abril 1930.”


NOTAS

[1] Datos extraídos de TOSCANO DE PUELLES, Fernando; “Las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia de Alcalá de los Gazules” pág. 176. 

[2] Edición del 12 de mayo de 1930. Año XII Número 320. Pág. 1

sábado, 11 de junio de 2016

Manuel Hermida Rabel. In Memoriam (y II)





      Pero, con todo, como decíamos al principio, lo fundamental fue su labor humana y su integración plena en la vida de Alcalá, tanto que en 1989 llegó a Pregonar nuestra Feria, con un Pregón que era un fiel reflejo de su persona, sus inquietudes y su visión de Alcalá, del que extracto ahora algunos párrafos con la idea de que puedan ayudarnos a recordarlo tal cual era: 

       "Voy a hablaros del Alcalá vivo de nuestros días, con sus personajes actuales, con los que nos encontramos a la vuelta de la esquina; de sus emociones, sus costumbres, sus anécdotas; sus grandes aconteceres plenos de alegría o de tristeza.... 

       ¡Alcalá de los Gazules! Bello pueblo entre el mar y la montaña. Belén viviente desde el puerto de Levante; Calvario desde la dura subida de la Salá; señorial, campero y taurino desde el camino de Benalup, contrabandista perseguida desde la ruta de los Barrios. Alcalá de los Gazules, con las fuertes pinceladas verdes de tus árboles, la plateada purpurina de tus ríos; el ocre verdeado de tus tierras de labranza; el gris negro de tus piedras de pizarra. 

       Este Alcalá, hoy en día, es un paraíso de vida. El hombre que marcha al amanecer a trabajar en las duras tareas del campo o la montaña... el otro que gana su sustento lejos de su hogar y de sus hijos. La tercera edad, con sus partiditas en el Club de Jubilados o el paseo por el control... Y las mujeres... y los niños. Decía el griego Heráclito que el curso del mundo es como un niño que juega. De su casa al colegio, y de ahí a la Alameda o al Parque, para saltar y retozar hasta la noche, que lo acoge derrumbado por el cansancio y a repetir el mismo esquema en el próximo despertar. 

       Pero, vamos a vivir otras anécdotas que, aunque forman parte de la ironía y el chiste, se encuentran en la historia real. 

      Aquel señor que se me presenta en el despacho, para contarle la historia de su escopeta. Después de mucho hablar me dice: "Es que me han dicho que usted hace seguros de escopeta". Me re y le dije: "Yo lo que intento asegurar en lo posible es, la salvación eterna"; me había confundido con mi buen amigo Pepe Córdoba; hay tantos curas en este pueblo. 

       Un día le digo a las madres en los bautizos, que descubran el pecho de sus hijos para ungirlos. Llega una madrina, y le da un tironazo a la ropa de la pequeña y me la deja medio encuera de medio cuerpo arriba. El padrino, con algunas copas de más, le dice con un taco: mujer que no es Sabrina. 

       Me vienen unos jóvenes a tomarse de dichos, y me traen de testigos a dos vendedores de la ONCE. No tuve más remedio que decirles al final: "Una toma de dichos con muy poca vista". 

       Y así se va desarrollando el acontecer diario de la vida de un pueblo, entre el humor y la tristeza, entre la fatiga y el descanso, hasta que llega cada año el acontecimiento vital, la columna vertebral de la vida de cualquier alcalaíno: la Romería de la Virgen de los Santos. (Y es que) María de los Santos es el alma de todos, por muy lejos que estén, en la cartera, en el pecho, o en el cuadro que preside sus hogar o su comercio, en todas partes está la imagen bendita de la Virgen, como santo y seña ante los demás. Hay quién dice que los curas no pueden decir piropos. Creo que es un lamentable error. Si es verdad que estamos tan cerca de Dios, que es la suma belleza, me parece que podemos admirar la belleza humana, que es un destello de Dios. 

       Y el vino, ese vino que, como dice la Biblia, alegra el corazón del hombre. Con un poco de imaginación podemos hacernos la idea, de que la primera romería que se celebró en el mundo fue en Canaá de Galilea y allí estaba María con su Hijo, derramando favores; y en esa Romería se bebió tanto que faltó el vino; y hubo que traerlo del cielo, que era mucho mejor." 


      Con el mismo propósito también considero oportuno, recoger el texto íntegro de su discurso en la aceptación del título de Hijo Adoptivo, en que nos decía: 

       "No podría comenzar este pequeño discurso sin decir que la felicidad es la meta de un largo camino. Hay quién dice que no podemos ser totalmente felices, porque aparecen dificultades en el camino, y el mundo es siempre el primero en llenarnos de obstáculos y dificultades, que como zancadillas mal intencionadas, nos van haciendo dar traspiés entorpeciéndonos y obstaculizándonos hasta llegar muchas veces a dejarnos tirados en la cuneta. 

       Esta es la vida del que camina buscando y no encuentra, o camina dando marcha atrás, por el sendero de la desesperanza. 

        Esta filosofía habría que dejársela al pesimista. Yo no creo que el mundo no tenga arreglo. De entrada, diré a todos lo que habéis tenido la generosidad y el magnífico detalle de organizar este gran evento, lo único que os puedo decir; GRACIAS, muchas gracias, que Dios os lo pague. 

       Estas palabras, nacen de los corazones que saben amar, como el de la madre, que, al dirigir un piropo a su hijo, exagera sus cualidades. Esto habéis hecho conmigo. 

       Quizás tantas cosas buenas como me decís es fruto de los muchos años que hemos convivido. 

       Voy a presentarme como soy, y como ha sido mi vida desde sus comienzos. En algunos casos como una novela viva, plasmada de sentimientos y ternuras. 

      Nací el 8 de julio de 1.924, en Cádiz, en aquella época había diversas maneras de divertirse como siempre, pero guardando las distancias sociales. Existían la criada y el señorito, que guardaban escrupulosamente las diferencias sociales. 

      Voy al grano: 

       La familia de los Gómez Aramburu, grandes personajes de la vida social y económica de Cádiz, celebraban como siempre sus bailes de sociedad. Entre los invitados se encontraba el señorito, que acudía a la fiesta, D. José, hijo del varias veces condecorado alférez de navío D. Manuel Hermida Moreira. 

        En la casa había un buen número de criadas, entre ellas Ana, de familia muy modesta, que era la niñera del hijo más pequeño de la saga (Luis). 

      D. José se enamoró de Ana, y como un idilio de película, tras muchas oposiciones de un lado y otro, terminaron contrayendo matrimonio. 

       Estos son los comienzos de mi vida. Una vida que nace del amor, que vence todo obstáculo, que logra vivir unida hasta el final. 

       Y aquí comienza a desarrollarse mi existencia hasta hoy. Como ya he dicho, del matrimonio de José Hermida Buño y Ana María Rabel Aramillo, nací yo. 

       Mi vocación sacerdotal brotó en mi de la siguiente manera: un día de mayo paseaba con mis padres por la Plaza San Francisco, y les pedí que me dejaran pasar a la Iglesia, que se encontraba abierta, llena de luz y flores, porque estaban celebrando el mes de María, y me dejaron. Tenía entonces 5 años, a partir de ese día, seguí visitando el convento todos los días y allí brotó mi vocación a la vida religiosa. 

      Esta vocación no pudo cuajar porque mi padre enfermo murió y las cosas, según la voluntad de Dios fueron por otros caminos. Así que entre en el Seminario de Cádiz, hice mis estudios y fui destinado después de celebrar mi primera misa en la Parroquia del Rosario de Cádiz el 2 de julio de 1.950, a Ceuta. 

      A partir de entonces estuve destinado en Ceuta, Los Barrios, Zahora de los Atunes, Medina Sidonia y Alcalá de los Gazules, donde estuve 30 años. 

       Sería difícil hacer memoria de todas mis actividades en los lugares donde estuve, no obstante, os diré que fui en dos mandatos Arcipreste de Medina. 

       Cuando me hice cargo de la Parroquia de Alcalá, sustituí al anterior que era gallego, pero como hay un buen sentido del humor me pusieron de apodo el Juan Carlos, porque iba detrás del gallego. Me llevé muy bien con él. 

       Pase mi vida en el pueblo muy bien, a través del tiempo comprendí a la gente, y les profesé un verdadero afecto, hasta el extremo de sentir la vida de los demás como si fuera algo mío, tanto en las alegrías, como en las penas. 

       Podría contar muchas cosas vividas en el pueblo simpatiquísimas, pero no tengo tiempo. Aun así, os diré que en la celebración de los bautizos presentan a un niño con la cabeza muy grande, y pasa un señor por delante del macrocéfalo y dice: ¿con la escasez de agua que hay? Pasó otro y dijo: "Pues no que he confundido el bautismo con el hundimiento del Titanic" 

       Llegó un forastero al pueblo y vio que el reloj de la Alameda estaba parado, y preguntó a un vecino ¿por qué está parado? este le contestó: es que no tiene cuerda, tiene guita. En fin, por encima de todos estos chascarrillos que lo que siempre ha pretendido ha sido alegrar el momento, quiero valerme de estas palabras íntimas fruto de mi experiencia sacerdotal para dar gracias a Dios y a los hombres por todos los favores que me han concedido." 

       Pero Manolo no sólo compartió las alegrías, también supo, y eso es más difícil, compartir las penas y en él encontramos siempre apoyo, ayuda y aliento cuando nos hizo falta. 

      Por todo ello, hoy, cuando Manuel Hermida Rabel ya no se encuentra entre nosotros recuerdo con emoción el acto en el que le hicimos Hijo Adoptivo de Alcalá, y muy particularmente lo orgulloso que se sentía él de que el pueblo de Alcalá le hubiese otorgado aquella distinción, que en forma de medalla gustaba lucir en cualquier acto al que se le invitase. Una medalla y un título que, por su expreso deseo, "el día que yo falte que sean para el pueblo de Alcalá", están en el Ayuntamiento para recordarnos a un tiempo al alcalaíno bueno que fue Manuel Hermida y su dedicación y trabajo por nuestro pueblo durante más de treinta años.

sábado, 4 de junio de 2016

Alcalá de los Gazules durante el Señorío de Per Afán de Ribera (II)




1.- EL MARQUÉS Y ALCALÁ 

      Las actas confirman una relación con el marqués más profusa de lo que se pudiera pensar, pues son abundantes las cartas que se le envían para pedirle consejo, dinero o trigo. 

      En contra de lo que nos pueda parecer en la actualidad, para nada debemos pensar que se trataba de una época de aislacionismo donde las noticias tardaban una eternidad en llegar a Alcalá. A pesar de la falta de medios de transportes rápidos y caminos transitables, una carta llegaba desde Sevilla a nuestro pueblo en un par de días, tres a lo sumo. Sirva de ejemplo una que el propio marqués escribe en la capital andaluza el día 12 de julio de 1543, la cual es leída por el cabildo alcalaíno el día 15. El cabildo solía celebrar sus reuniones los lunes, pero tratándose de noticias importantes, se convocaban cabildos “extraordinarios”, como en este caso, pues se celebró en domingo, ya que, en su misiva, el marqués alerta de un inminente ataque por parte de una armada turca a Gibraltar, pidiendo estén preparados en Alcalá para un eventual socorro a la villa de Tarifa, también del mismo Señorío: 

Per Afán de Ribera

“Carta de su Señoria 

Consejo Justiçia regidores cavalleros escuderos oficiales y onbres buenos d my villa d alcala dlos gazules por via de cadiz me a venydo nueva q en gibraltar se sabia y tenya por cierto q venya al suso dho Gibraltar armada de turcos y q con gran diligencia y cuidado se reparava y fortalecian pa se d fender dllos y aunq en tarifa tenien el mismo aviso se lo esrcivo pa q estén con mas cuidado y se vele u ronde el lugar pa q no les tome descuyados qualesquiera camio (caminos) q subçeda y por q sy aquella villa se viere en nesesydad sera menester q la gente de esa este bien apercibida y proveyda pa yrlos ayudar e socorrer como syenpre q asydo menester lo aveys fecho he q sido avisaros dsta nueva pa q todos y cada uno por sy esta avisado y proveydo y apercibido pa yr a Gibraltar luego q por el alcayde dl seays avisados dla nescesydad en q estuvyere por tanto por la presente os encargo y manto q esteys y hagays estar toda la gente d caballo y d pie aperçibidos y a punto de guerra y q luego q por el dho alcayde seays avisados y llamados vays y hagays yr toda la gente d esa villa con sus armas y caballos lo mas bien en horden q sea posible/ y por q al presente no esta en esa villa el alcayde d dlla/ os doy tan cumplido poder como yo lo he e tengo pa apremiar a la dha gente a lo suso dho y pa los llevar a la dha villa d tarifa donde obedecereys y cumplierys los mandamios del dho alcayde dlla como los myos y por q lo suso dho sea notorio mdo (mando) q hagays pregonar esta my carta por q ninguno pueda pretender ynorancia (ignorancia) y los unos y los otros no hagays ni hagan otra cosa so pena d cada seis mil mrs pa my cámara a cada uno q lo contrario hisyere fecho en sevylla a doze d julio de mylle quis e qtenta e tres anos el marqs” [11]

Consejo Justiçia regidores cavalleros escuderos oficiales y onbres buenos d my villa d alcala dlos gazules...

      Seguro que esta carta provocó cierto nerviosismo entre los vecinos, poniéndose vigías hacia la zona de Tarifa, desde donde avisarían con señales de humo en caso de necesitar auxilio. Sea como fuere, parece ser que sí hubo petición de socorro, pues el día 23 de julio se recibió y leyó una carta de Sancho de Figueredo, alcaide de Tarifa pidiendo explicaciones de por qué no se les había auxiliado, al menos eso se desprende de la contestación de los regidores alcalaínos, quienes se excusaron alegando que no vieron las columnas de humo, aunque más bien parece que no quisieron arriesgar sus vidas, puesto que a renglón seguido adujeron que vieron tan poca cosa que no estaban seguros de que fuera la señal convenida: 

      “Et vista la dha carta sus mds platicaron a razón d lo en ella cotenydo y acordaron d escrivyr al dho senor alcayde en respuesta d la dha ca q el ahumado no se vido y q las almenaras apenas se pudo ver muy poca cosa de arte q una cosa de tanta ynportacia no se debe servir en cosa tan yncierta y q será mejor algunas postas y mas cierto q ya tienen escrito al consejo justicia y regimio (regimiento) d la villa su voluntad y q tenga por cierto q con toda la diligencia y voluntad posible farán yr toda la mas gente q pudieren y q la ca escriva el dotor melchior días regidor y la dha carta se escrivyo luego” [12]

q las almenaras apenas se pudo ver muy poca cosa...

      Precisamente en Tarifa estará el propio marques un año más tarde, en octubre de 1544, cuando reciba la visita de dos regidores de la villa de Alcalá para felicitarlo por haber ganado el pleito que sostenía con el marqués de Montemayor sobre la titularidad de varios territorios: 

      “se mando librar a los dos anton lopes cordero alce y jua (Juan) gomez ros (regidores) sus salarios de tres días q se ocuparon en yr e venir a la villa de tarifa a besar las manos d su Sª y dalle qta (cuenta) del placer qesta Vª rescibio en la vitoria q su Sª ovo en el pleito dl marqs de montemayor…” [13]

       También hemos podido comprobar la existencia de comunicaciones frecuentes entre las poblaciones pertenecientes al Estado de Alcalá. Aparte del caso de Tarifa, que hemos visto anteriormente, se produce un contacto relativamente frecuente con Bornos, otra de las propiedades del marques/duque, casi siempre para comprar trigo para abastecer la villa alcalaína, aunque hay casos de índole especial, como el que veremos a continuación. 

      El miércoles 14 de septiembre de 1546 se recibe la noticia de la muerte de Inés Portocarrero, madre del marqués, reuniéndose el cabildo de Alcalá, que decretó luto oficial, así como el envío de una comitiva a Sevilla a dar el pésame: 

     “el señor alce leyó cierta ca mesiba (carta misiva) del lizº ferndo de ortega corr (corregidor) d la villa d bornos en q la fazia en efeto saber como my señora dona ynes puerto carrero madre dl marqs my señor es fallecida y q la enterraron el domingo en la noche q agora paso/ y se acordó ql dho señor alcaide vaya a la cibdad de Sevilla a darle el pesame d la dha muerte a su Sª y vesytarle/ y que su md escryva luego a este qº para q se ponga el luto y se faga el sentimio y honrras q se debe fazer y q fasta entonces este suspenso lo q se a de fazer/ por q no ay certidumbre dlo por ca d su Sª” [14]

       No queda constancia de la fecha de celebración de las honras, que seguramente se celebraran el domingo 18, pues el miércoles siguiente se volvió a reunir el ayuntamiento alcalaíno para tratar sobre los gastos ocasionados por las honras en cera y bancos. Asimismo, se acordó que, tras vender la cera sobrante, se gratifique al predicador que ofició el acto, fray Vicente Calvo: 

      “Et en este cabildo los dos dotor melchior días y myn ss dl castillo regidores dixeron q como diputados dste cabildo y por su mandado fisyero hazer la cera hachas y velas y otras cosas q fueren menester pa las honrras de doña ynes portocarrero my señora y q se fisyeron las dhas honrras y sobro cantidad d cera d las hachas y velas q ardieron y dos bancos q se fisyeron pa en q estuviesen las hachas q sus mds vean lo q se fera d la cera y bancos y los mrs q se dava al predicador frey vicente calvo q predico en las dhas honrras e sus mds platicaro en rason d lo susso dho y mandaro q los dos diputados fagan vender toda la cera q sobro y los dos bancos y q se vean to lo q se gasto en las dhas honrras después d vendido y q se de libramio (libramiento) d todo y q al predicador se le ofrescan y den ds (dos) lloronas d coro.” [15]

     Los miembros del cabildo no perdían ocasión para visitar al entonces marqués, cada vez que se recibirán noticias importantes. A todas las vistas anteriormente se suma también la que realizaron a Sevilla en febrero de 1554, al conocerse que el Señor, partía para Barcelona para hacerse para ejercer de Virrey de Cataluña:

   “se acordó en este cabildo d q pr q algunos d los sres ris d los q están movidos d yr a vesytar al marqs mi señor antes q se parta a barzelona q los q fueren lleven ca d ¿? Pa su Sª dste cabildo…” [16]

      Pero quizás el dato más importante con respecto a Per Afán de Ribera sea que, aunque en todas partes se establece 1558 como la fecha de la concesión del título de Duque de Alcalá de los Gazules [17] las actas prueban que dicha concesión tuvo lugar con anterioridad al 25 de febrero de 1557, pues a partir de entonces, en las mismas ya no se hace mención del marqués, sino de DUQUE. : 

“En este cabildo el señor al (Alonso) d Cueva alce ordino (alcalde ordinario) fizo ¿? d una provision dl duq my señor…” [18]


O eso, o los regidores alcalaínos tenían dotes adivinatorias

Web de la fundación de la Casa ducal de Medinaceli donde puede observarse la fecha de 1558
para la concesión del título de primer duque de Alcalá

NOTAS

[11] AMAG. Legajo 1 folios 57 y vuelto. Cabildo del domingo 15 de julio de 1543. 

[12] AMAG. Legajo 1 folio 59 vto. Cabildo del lunes 23 de julio de 1543. 

[13] AMAG. Legajo 1 folio 174. Cabildo del jueves 4 de octubre. 

[14] AMAG. Legajo 1 folio 327.Cabildo del miércoles 14 de julio de 1546. 

[15] AMAG. Legajo 1 folio 330. Cabildo del miércoles 21 de julio de 1546 

[16] AMAG. Legajo2 folio 70. Cabildo del sábado 17 de febrero de 1554. 

[17] Así lo recoge Fernando Toscano en su libro sobre las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia, pág. 67 e incluso en la web de la fundación de la Casa Ducal de Medinaceli, donde se integró el titulo alcalaíno: http://www.fundacionmedinaceli.org/casaducal/fichaindividuo.aspx?id=668

[18] Archivo Municipal Alcalá de los Gazules. Legajo 2 folio 314 vto.