sábado, 3 de septiembre de 2016

Alcalaínos en la diáspora



Artículo publicado en la Revista de Apuntes Históricos 2006

Manuel MUÑOZ FDEZ.-ARMENTA



       Cuando en junio de 1535, S. M. El Rey de España, Carlos I, preparaba la conquista de Túnez para alejar la amenaza de los piratas berberiscos, tres alcalaínos:

       Diego Martín Lobusano, hijo de Diego Martín Lobusano y de Catalina García; Diego Sánchez, hijo del Jurado, Gonzalo Sánchez de Trujillo y de Beatriz Hortega; y Gonzalo Hernández, hijo de Alonso Hernández y de María Gil; esperaban en Sanlúcar de Barrameda, la llegada de la flota de Sevilla, para embarcarse a Río de la Plata.

      Después de Méjico y Perú, parecía que había prisa por conquistar nuevos territorios donde cosechar gloria y fortuna.

     La expedición se presentaba con los mejores auspicios al mando de D. Pedro de Mendoza (Guadix 1487- en el Atlántico 1.37) como Adelantado, y como partícipe, Rodrigo de Cepeda, Hermano de Teresa de Cepeda, futura Santa Teresa de Jesús.

Componían la flota: Nao Magdalena. 200 Tn., Galeón Santatón. 200 Tn, Carabela Sta. María 140 Tn., Carabela Trinidad 120 Tn., Carabela Anunciada 80 Tn.

       En estas naves se amontonaban literalmente, las aproximadas 1000 personas que formaban la expedición, con sus equipajes, alimentos y animales que llevaban.


      Zarpan en agosto y llegan a Río de la Plata a comienzos de 1536, tras cinco meses de viaje. Fundan Santa María de Buenos Aires. El terreno pantanoso, el hambre, la hostilidad de los indígenas y las peleas entre los españoles, no permiten una colonización estable, despoblándose en 1541 en beneficio de Asunción.

      El viaje por mar, reunía toda clase de incomodidades. Fray Tomás de la Torre, compañero de Fray Bartolomé de las Casas, lo explica así: “El navío es una cárcel muy estrecha y fuerte; donde nadie puede escapar, aunque no lleve grillos ni cadenas, y tan cruel que no hay diferencia entre presos y guardias; igualmente ata y estrecha a todos.”

       “Allí notó también Tomás Rodaja, la extraña vida de aquellas marítimas casas, donde lo más del tiempo maltrataban las chinches, roban los forzados, enfadan los marineros, destruyen los ratones y fatigan las olas...” (“El Licenciado Vidriera" de Miguel de Cervantes.)

      Una nave de 200 Tn. mide, unos 20 m. de eslora (largo), 5 m. de manga (ancho) y 2,5 m de puntal (altura) desde la cubierta a la quilla.

      Contando como superficie habitable la cubierta, más la tolda, toldilla y castillo, se conseguían unos 150 m2. Allí iban entre 150 y 200 personas con los enseres propios y del buque, varios meses, sin más agua dulce que la de beber. Se alimentaban de queso, salazones y bizcocho: pan sin levadura, sometido a una doble cocción para que durara más. Para comerlo se mojaba en agua o vino.

      Se descansaba cuando se podía, según el estado de la mar, buscando cada uno el lugar más protegido, sin abandonar sus pertenencias.

      Las distracciones: charlar, juegos de cartas y dados pese a estar prohibidos y algún libro, religioso o de caballerías, leído en común.

      La Carrera de Indias, iba de Sevilla a Cartagena de Indias, Nombre de Dios (en el istmo de Panamá) y San Juan de Ulúa (Veracruz.) en Nueva España.

      La distancia entre los puntos extremos era de 1700 leguas marinas (5,572 m. legua) y el tiempo mínimo empleado dos meses y medio.

     En 1526 se dispuso que la carrera se hiciese con armamento y en flotas. El sistema definitivo de protección se estableció por Real cédula de 16 de junio 1561, y prevaleció hasta los primeros años del siglo XVIII. Según ella, no debía salir de Sanlúcar, nave sola sino en flotas. Cada año se hacían dos flotas una Armada Real, una en enero y otra en agosto con Capitán y Almirante.

     20 años después, en 1555 salen para el Perú:

     García de Heredia Trujillo, vecino de Medina y natural de Alcalá de los Gazules, con su mujer, Dña. Inés de León y sus tres hijos. Melchor de Coronado, casado, natural y vecino de Alcalá de los Gazules como mercader.

      En 1562, reinando Felipe II:

      A Perú, Andrés Martín del Canto, clérigo, hijo de Miguel Martín del Canto y de Isabel del Río.

      A Cartagena, Isabel Sánchez, viuda, hija de Pedro Salazar de Beatriz Sánchez.

      A Filipinas, en 1578, Leandro Sarmiento, soltero, hijo de Gonzalo Rodríguez Mellado y de Isabel Sánchez Rendón. Acompaña a Gonzalo Ronquillo de Peñalara (Arévalo 1540-Manila 1583) Aguacil Mayor de México de 1573 a 1,575 y ahora Gobernador de las islas. (1,580 a 1,583). Fundó las ciudades de Nueva Segovia y Arévalo. Gestionó un tratado, rechazado por Felipe II, para incrementar el comercio con Perú. Mejoró las condiciones de vida de los indígenas por petición de los misioneros.

      A los lugares de Yanguarsongo y Pacamoros del Virreinato del Perú, en 1579, se van los hermanos Fernán y Agustín Sánchez, hijos de Juan Segovia y Juana Gómez. El primero con su hijo Alonso y el segundo soltero.

      El mismo año, a Nueva España, Bartolomé Sánchez, soltero, hijo de Juan Sánchez y de Catalina Ruiz.Juan Sánchez Cabrerizo, hijo de Cristóbal Sánchez Cantillo y de Leonor Jiménez, con su mujer Dª Elvira de Trujillo, natural de Alcalá de los Gazules, hija de Diego Sánchez Trujillo y de Teresa Rodríguez.

      En la flota de junio de 1597, embarca para tomar posesión de su destino de Oidor de la Audiencia de Guadalajara en Nueva España, el Doctor Palma de Mesa, su mujer María Ortega Monsalve y sus hijos. Como criados llevan varios vecinos de Alcalá:

- Luis de la Torre Calderón, soltero, hijo de Hernando Rodríguez de la Torre y de Marina Villanueva.



- Marcos de Torreblanca, soltero, hijo de Asencio de Torreblanca y de Leonor de la Fuente.

- Mateo Rodríguez de Peña, hijo de Alonso de Peña y Juana Rodríguez, con sus hijos: Beatriz, García, Hernando e Inés.

-Juan Cárdeno, soltero, hijo de Juan Cárdeno y de Juana de Toledo.

        De la vida de estos paisanos en las Indias, no tenernos noticias. Esperemos que, si no alcanzaron la gloria, tuvieran alguna fortuna.

Firma del doctor Palma de Mesa

NOTAS:

- Legua Marina: Vigésima parte de la extensión lineal de Un grado del meridiano terrestre, consta de 6,650 varas castellanas. (1 vara — 83,6 cm.)

-Tolda o Alcázar: Parte de la cubierta superior comprendida entre el palo mayor y el coronamiento de popa.

- Toldilla: Cubierta que sirve de techo al alcázar y se extiende desde el palo de mesana hasta la popa.

- Castillo: Estructura, semejante a las anteriores, situada en la proa.

Diccionario Marítimo Español. Autor: C. F. Timoteo S'Oscanlan. 

Catálogo de Pasajeros de Indias.

Pedro de Mendoza y la fundación de Buenos Aires. Autor: Pérez de la Ossa.

Los Hombres del Océano. Autor: Pablo Emilio Pérez-Mallaina

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