sábado, 14 de diciembre de 2019

La Restauración de la Iglesia Parroquial de San Jorge


(Artículo publicado en la  Revista Sauzal. Febrero 1991)

Manuel HERMIDA RABEL 
Párroco 


     Hace algunos años, entrar en la Iglesia de San Jorge, de Alcalá de los Gazules, era vivir momentos de verdadera preocupación y miedo. Miedo por el peligro que suponía que aquel vetusto edificio, en situación de abandono de años, se derrumbara; y que con él se perdiera, reducida a escombros, la que por siglos fue la cuna espiritual de todos los alcalaínos. Aún recordamos el caer sobre los cubos del gotear de la lluvia, que no dejaba ni oír la Misa, ya que el ruido que hacía podía más que los rezos de la gente o los sermones del Cura. 

«Hay que hacer algo». «Hay que moverse». Fue el clamor unánime. Y efectivamente se comenzó a actuar. 

      En 1979 los dirigentes provinciales de UCD prometen la realización de las obras, que habrían de correr a cargo del MOPU (Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo); sin embargo el tema no prosperó. Después de un largo paréntesis llegamos al año 1981 en que el actual Alcalde, Luis Romero se interesa por el tema, junto con el entonces concejal del Ayuntamiento y hoy Delegado de Gobernación, José Luis Blanco, llevándose a cabo nuevos estudios y gestiones ante los organismos competentes, que culminarían con la declaración de dicha obra como «Obra de urgente conservación de un Bien de Interés Cultural». Desde aquí comenzamos a caminar. 

      Un magnífico escrito de la pluma de Fernando Toscano, publicado en el suplemento dominical del Diario de Cádiz, de fecha 5 de Enero de 1986, despierta en los ambientes culturales de la provincia de Cádiz la idea de que son necesarias y urgentes dichas obras. 

      Por encargo del obispado se hace un proyecto de restauración redactado por el arquitecto Juan Manuel Gil Fernández, del que se envían tres copias y demanda de ayuda a la Diputación Provincial, al MOPU y a la Delegación de Cultura de la Junta, que por entonces comenzaba a asumir competencias en el tema. De todos los organismos citados, es la Junta la que nos da respuesta, y ante la que se empieza a mover la cuestión por los ya citados Luis Romero y José Luis Blanco; por fin, empezaba a haber buenas esperanzas. 

      El día 1 de marzo de 1987, el Correo de Andalucía hace público en un artículo el Plan de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, de restaurar 88 monumentos en las ocho provincias andaluzas, por valor de 1.300 millones de pesetas, de los que 146 se tiene previsto invertirlos en la provincia de Cádiz. Entre los monumentos elegidos se encuentra la Iglesia Parroquial de San Jorge. 

      En Mayo de 1987, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía aprueba la realización de las obras, y en Octubre de ese mismo año se adjudican a la empresa «Procedimientos Técnicos de la Construcción, S. A.» de Madrid. El presupuesto de las mismas asciende a 24.064.497 ptas. Hay que advertir que sólo incluían la sustitución de la cubierta, que era lo más urgente. 

      Una inmensa grúa de unos 35 metros de altura, que va a servir para la reparación de los techos, es lo primero que llega al pueblo, en Abril de 1988, alrededor de las fiestas de San Jorge. Meses antes, por orden del Sr. Obispo, de acuerdo con la Delegación Provincial de Cultura, se cierra al culto la Iglesia, para facilitar los trabajos que se van a realizar. 



      En el mes de Noviembre del mismo año quedan paralizadas las obras. 

      Esto nos hizo vivir una situación extremadamente crítica, pues nos cogió todo el invierno con las cubiertas quitadas, creando una grave situación de peligro. Fue entonces cuando pusimos el movimiento todos los recursos de presión posibles. Varias notas de alarma aparecieron en la prensa; podemos destacar entre otras, la del Diario de Cádiz, de fecha 9 de Julio de 1989. 

      Hay que reseñar también el esfuerzo realizado por el Alcalde, Luis Romero, que llevó a cabo durante este tiempo un verdadero bombardeo de telegramas y llamadas telefónicas a la empresa constructora y a la Delegación Provincial de Cultura, pidiendo la reanudación de dichas obras. 

      A finales del verano de 1989 y aprovechando la estancia en El Puerto de Santa María, para clausurar unas jornadas de turismo, del entonces Presidente de la Junta, José Rodríguez de la Borbolla, acudimos a entrevistarnos: el Alcalde, Luis Romero, encabezando una Delegación Municipal, y yo mismo en representación de la Parroquia. 

       En dicha entrevista, el Alcalde planteó al presidente la gravedad de la situación y expuso la postura municipal de encargarse directamente el Ayuntamiento de la contratación de una nueva empresa y asumir los gastos que ello pudiera conllevar; pero no se estaba dispuesto a que las cosas siguieran como estaban. 

      La respuesta del Presidente fue clara: «En 24 horas se soluciona el problema». Efectivamente, el día después, técnicos de la Delegación Provincial de Cultura se personan en la Parroquia y hacen una evaluación de los trabajos realizados y de los que son precisos acometer. 

      Las obras se van a realizar por vía de emergencia y no sólo abarcarán la terminación de la techumbre, sino el saneamiento exterior e interior de los muros, gravemente deteriorados por la paralización de las tareas. 



      Hay que añadir también que ese mismo día de la entrevista, por la mañana, y con motivo de la inauguración de la Escuela Taller «El Alcornocal», tuve un encuentro con el Sr. Ministro de Trabajo, Manuel Chaves, que presidía dicho acto, le expuse la situación, le hice entrega de un documento sobre datos históricos-artísticos de la Parroquia y le rogué mediara ante la Junta, para que se reanudaran dichas obras. Sé que lo hizo. 

       El 11 de Noviembre de 1989, aparece una nota en la prensa en la que se dice que la Junta ordena el reinicio de la restauración, que los trabajos se adjudicarán a la empresa «TEXSA», bajo la dirección de los arquitectos Juan M. Gil Fernández y Carlos Sánchez Morate; y que el presupuesto total librado de la primera fase es de 16.640.000 pesetas, y de 18.080.000 pesetas la segunda. Casi inmediatamente comienzan las obras. También se llevan a cabo trabajos de protección de altares y objetos de valor, para preservarlos de posibles deterioros. Todo sigue a buen ritmo. 



      Hay que destacar varios hechos relacionados con la restauración de la Iglesia Mayor Parroquial: en primer lugar, el expediente incoado declarando «Bien de Interés Cultural» a la Iglesia de San Jorge en Septiembre de 1989; y la negociación entre el Ayuntamiento y el Beaterio, a través del Obispado, para canjear la edificación adosada al Templo, por otra vivienda, y llevar a cabo trabajos de ampliación de la Plaza Alta y la liberación de la fachada de la Iglesia. 

      También tenemos que destacar la restauración de la portada de San Juan, a cargo de la Escuela Taller de la Expo 92, cuya gestión hay que agradecer a Juan J. Ruiz Márquez. 



      No podemos dejar atrás el tema de la instalación del alumbrado eléctrico, obra de la Empresa Pedro Montes de Oca, con un presupuesto de dos millones de pesetas, de los cuales la mitad ha sido costeada por la Caja de Ahorros de Cádiz y esperemos que dicha entidad abone la otra mitad, que aún queda pendiente de pago. 

      Nos queda el día grande, el de la Inauguración; y aun cuando quedan pendientes algunas pequeñas cosas por hacer, confiamos en que con la ayuda del pueblo se llevarán a cabo. 

      También me consta, que la Delegación Provincial de Cultura tiene anotadas tres importantes obras por realizar, una vez hecha la apertura al culto de la Iglesia: la restauración de la portada de San Jorge, el campanario y el órgano. 

      Pero el día en que la Iglesia Parroquial abra sus puertas al pueblo, nos llenaremos de incontenible gozo al ver nuestro principal monumento, en la cima del bello monte de Alcalá, como faro de la fe de sus habitantes, y guía de un pueblo, plagado de bellezas naturales e históricas.



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