Regresa a España para ejercer de promotor fiscal del juzgado de primera instancia del partido de Tortosa a partir del 9 de marzo de 1821, tomando posesión el día 12, cargo que desempeña hasta el 24 de febrero de 1822 [12] En este periodo se destaca como un ferviente liberal, [13] escribiendo varios artículos en el “Diario de Barcelona” y publicando en Tortosa una obra con el título “De la constitución y del derecho que tienen todos los pueblos a constituirse del modo que crean más conveniente”. Tras el fin del Trienio liberal, en 1823 se ve obligado a huir nuevamente a Francia por sus simpatías y servicios a esta causa, regresando en 1827 bajo la protección del ministro de Hacienda López Ballesteros. A finales de este año se ofrece a Fernando VII para elaborar un Código mercantil, quien por Real Orden de 9 de enero de 1828 le encarga la formación del Código de Comercio, a la vez que le nombra Secretario de la Junta creada con idéntico fin.
En otro orden de cosas, pasado el verano, el 29 de septiembre, Andino otorga una escritura para donar “una casa que le pertenece en el lugar de Torrente de Cinca” (Huesca) a Concepción de Frías, su ama de llaves hasta su fallecimiento, en remuneración por sus servicios. Además de ésta, posee otra casa en Alcázar de San Juan (Ciudad Real). [14]
El 16 de marzo de 1829 es nombrado Intendente de Provincia de 2º clase con sueldo, goces y honores de tal en ejercicio, con encargo de continuar en la formación del Código. El 30 de mayo, onomástica de Fernando VII, se promulga el Código de Comercio, siendo nombrado el 18 de julio Fiscal del Supremo Consejo de Hacienda y al año siguiente, 1830, caballero de la Orden de Carlos III. En 1833 se le concede la Gran Cruz de Isabel la Católica. Pedro Sainz de Andino llega al cénit de su carrera como jurista y político. Este mismo año, apenas un mes antes de morir el monarca, nuestro paisano escribe el 17 de agosto una carta de carácter “muy reservado” al rey con un informe sobre la construcción de un canal sobre el rio Tamarite en Aragón [15] en la cual, entre otras cosas, hace una referencia a nuestra comarca, comentándole que no es aconsejable dejar en manos privadas grandes extensiones de terreno: “Otro tanto se puede decir de la Laguna de la Janda concedida tambien al mismo Riera, que de no volver al Estado tendrá en ella una propiedad que llegará a ser equivalente al Soto de Roma”
Parece ser que Sainz de Andino nunca gozó de un buen estado de salud, como iremos viendo, pues son muy frecuentes sus visitas a diferentes baños medicinales. Así, en la misma carta anterior, informa a Fernando VII de los problemas que sufría: “Con permiso del Ministro de Hacienda me propongo pasar a tomar las aguas de la Fuente de la Hoz en termino de Torete, a cuatro leguas mas aca de Molina, para hallar alivio en unos fuertes dolores de cabeza qe estoy padeciendo este verano.”
Pero no todo son luces en torno a Sainz de Andino, pues tras la muerte de Fernando VII el 29 de septiembre de 1833, pronto surgen voces descalificándolo. Ya en su día, Alberto Lista, antiguo compañero de Andino en el claustro de la Universidad de Sevilla y en el exilio francés, no dudó en calificar a nuestro paisano de “monstruo de inmoralidad”. Por otro lado, Fernando Calvo Rubio, escribiente de la comisión que redactó el Código de Comercio, publica el 12 de mayo de 1834 una carta en el periódico El Eco del Comercio acusando a Andino de aprovecharse del trabajo de dicha comisión y de utilizar recursos oficiales en su beneficio propio, así como de plagio de parte de un proyecto de Ordenanzas del Consulado de Málaga que el propio Andino tenía secuestrado y no había pasado a la comisión. Añade además que el resto de los miembros de dicha comisión desconocían que Sainz de Andino trabajaba por su cuenta en un proyecto paralelo, que fue el que finalmente se aprobó, desestimándose el presentado por ésta: “era de admirar por cuantos medios se entorpecían los trabajos de aquella, causando asi el retardo de su conclusión. Ya todos los Sres. de la comisión habían presentado redactados los libros que esta respectivamente les encargara, cuando Andino ni siquiera un artículo tenia trabajado de los libros 4º y 5º cuyo desempeño se le encomendó; Por lo cual, habiendo remitido el Consulado de Málaga unas ordenanzas trabajadas por él, que recibió la secretaría de la comisión (y que Andino debió, en cumplimiento de su obligación, presentar a la junta para su ilustración) las desencuadernó, é hizo copiar de ellas los dos libros que debía trabajar, y fue lo único que presentó á la junta (…) El resultado de todo fue conceder a Andino la propiedad del Código (después de costeada la impresión por la real imprenta) consiguiendo ademas una real orden, fecha 19 de abril de 1830, para que todos los ayuntamientos tomaran un ejemplar, en el precio que él se ha dignado fijar; gracia que a esta fecha le habrá suministrado 80000 o mas pesos fuertes” [16]
Andino tarda una semana en replicar, alegando problemas de salud: “a pesar del estado débil de mi salud, porque después de haber padecido en fin del mes pasado y principios del presente una aguda dolencia, que se creyó incurable; en la noche del miércoles al jueves he sufrido un cólico bilioso de bastante gravedad” [17] y detallando una larga exposición de documentos, que sería replicada por Calvo Rubio el día 22. El autor del Código de Comercio presenta una querella por injurias, de la cual finalmente se verá obligado a pagar las costas, quedando su prestigio en entredicho.[18]
El jurista, viéndolas venir, acude rápidamente a ofrecer sus servicios a la nueva reina regente, María Cristina, revelando en las cartas que le envía una faceta desconocida, pues se dedica a ejercer de “agente secreto” o “espía” al servicio de su majestad, ofreciéndole información de los movimientos carlistas en varias zonas: “ahora me he creido obligado a prescindir de toda consideración porque lo exije el servicio de V. M. para remitirle las tres adjuntas cartas de Palencia, recibidas por el correo de hoy, en que se explican con toda esactitud y minuciosidad los movimientos de Merino y Cuevillas desde su reciente entrada de Portugal.” [19] “Por cartas de Cataluña que acabo de recibir he sabido qe en Berga se ha levantado una facción de 110 a 120 hombres y su primera hazaña ha sido coger prisioneros doce voluntarios Urbanos del mismo pueblo y a fusilar al Sargento. Se reunian fuerzas contra ellos y se esperaba qe serian pronto destruidos.” [20]
Sin embargo, nuestro paisano tiene los días contados y es cesado como Fiscal, tal como el propio Andino reprocha a la reina: “Acabo de saber que en el arreglo acordado en el ultimo despacho del Tribunal Supremo de Hacienda se me deja cesante, sin embargo de que anteriormente se había dignado V. M. conservarme la plaza de Fiscal, que hace cinco años estaba sirviendo. Acatando como debo la augusta voluntad de V. M. le ruego que me permita el acerbo dolor que esta noticia me ha causado…” [21] y le pide permiso para retirarse: “Asi es que yo no me atrevo a presentarme ante las gentes y que si no temiera desagradar a V. M. le suplicaría que me permitiese retirarme por algun tiempo a un pueblo pequeño de la inmediata provincia de Guadalajara, a restablecer mi salud, quebrantada gravemente con este disgusto.” [22] Posteriormente, el 9 de mayo, en otra carta justifica su despido por el recelo de los ministros contra él por haber expuesto con franqueza a la reina la situación política del reino.
Al año siguiente, el alcalaíno vuelve a demostrar la gran estima que tiene a su ama de llaves, puesto que el 9 de junio de 1835, otorga otra escritura en Molina de Aragón (Guadalajara) otorgándole una pensión anual de 300 ducados “en recompensa del servicio qe le presta cuidando de sus casa y dirigiéndola”. [23]
Tras su cese como Fiscal, Sainz de Andino pasa a un segundo plano en la vida pública, dedicándose a sus negocios. Sabemos que ya en 1841 posee una empresa metalúrgica o “ferrería”, tal como la denominan los documentos de la época, titulada del Alongero en Santa María del Val, provincia de Cuenca, pues en dicho año el jurista es denunciado por la corta de pinos en los montes de dicha localidad y de Tovar para utilizarlos en su ferrería, llegando incluso a ser acusado de intentar sobornar a los guardas de montes: “al encargar el Sr. Sainz de Andino a su administrador qe podía dar alguna gratificación al celador de montes, se propuso solamente remover obstáculos y dificultades que podían allanarse sin que este infringiese su deber” [24]
Anteriormente Sainz de Andino había adquirido montes de dominio particular en los dos municipios mencionados en los años 1836, 1837 y siguientes. Posee además una ferrería en Ozseca y otra “ferrería mayor y fábrica de martinete, sita en el pueblo de Torete” (Guadalajara) [25]
NOTAS
[12] Ib. ES.28079.AHN/2.3.1.6.2.1//FC-Mº_HACIENDA,3878,Exp.844. Expediente de clasificación de cesantía de Pedro Sainz de Andino, Consejero Real ordinario
[13] PETIT, Carlos. El legislador y la biblioteca. Los fondos de Andino en la Universidad de Sevilla. Glossae: European Journal of Legal History, ISSN 0214-669X, Nº 10, 2013, págs. 489-506
[14] ARCHIVO CORTINA. Autos de Manuel María Cevallos y Rubio, esposo de Joaquina Sainz de Andino, vecinos de Jerez de la Frontera (Cádiz), en la testamentaría de Pedro Sainz de Andino, de la misma vecindad. Madrid 1866.
[15] REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA. Colección: Archivo de Isabel II. Signatura: 9/6939, Legajo I, Nº 3 (1 y 2). Informes de don Pedro Sainz de Andino, sobre el proyectado canal de Tamarite de Aragón. Madrid, 16-27 de agosto de 1833
[16] Edición del lunes 12 de mayo de 1834 de EL ECO DEL COMERCIO n.º 12 pág. 1
[17] EL ECO DEL COMERCIO n. º 19 - pág. 1. Edición del lunes 19 de mayo de 1934.
[18] PETIT CALVO, Carlos. El legislador y la biblioteca. Los fondos de Andino en la Universidad de Sevilla. Glossae: European Journal of Legal History, ISSN 0214-669X, Nº 10, 2013.
[19] AHN, DIVERSOS-TITULOS_FAMILIAS,3357,LEG.14,Exp.7. Carta de Pedro Sainz de Andino a la Reina regente con fecha de 7 de abril de 1834
[20] Ibídem, Carta de 15 de abril de 1834.
[21] Ibídem. Carta de 22 de abril de 1834.
[22] Ibídem. Carta de 25 de abril de 1834.
[23] ARCHIVO CORTINA. Autos de Manuel María Cevallos y Rubio, esposo de Joaquina Sainz de Andino. Madrid 1866
[24] ARCHIVO CORTINA. Denuncia criminal presentada en el Juzgado de 1ª Instancia de Priego contra D. Agustín Laguia administrador de la herrería titulada del Alonjero, propiedad del Excmo. Sr. D. Pedro Sainz de Andrino Ministro del Supremo Consejo de Hacienda por la Corte de pinos que se efectuó en los montes Val y Tovar. 1858
[25] Así se recoge en la edición del 19 de diciembre de 1866 del DIARIO OFICIAL DE AVISOS DE MADRID nº 1682 pág. 1 para el arrendamiento por dos años por voluntad de los herederos abintestato de doña Joaquina Sainz de Andino.
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