Artículo publicado en la Revista de Apuntes Históricos de 2007
Ismael Almagro Montes de Oca
Conocida en un principio como ermita de la Vera Cruz, estaba situada en la actual Alameda de la Cruz, era de planta de salón, amplia, bien ventilada y cerrada con cubierta a dos aguas, con una superficie de 228 metros cuadrados. (1) Según el documento de la venta de la iglesia , ésta "mide un area de doscientos setenta y cinco céntimos cuadrados" (2)
Ya existía en 1582, según se desprende del testamento otorgado por Marina Gómez el 29 de Junio, al mandar ser enterrada en la Iglesia de la santa Vera Cruz de extramuros, pero la fecha de su construcción tuvo que ser anterior, ateniéndonos a la existencia en dicha capilla de la cofradía de la Vera Cruz, la cual está documentada al menos en 1557, como lo atestigua el testamento con fecha de 2 de Septiembre de dicho año del clérigo Juan Lorenzo, al declararse hermano de las cofradías de la Misericordia y de la Vera Cruz.: "que me aconpañen las cofradias de la misericordia y de la santa vera cruz donde yo soi cofrade y ruego a los hermanos dellas me hagan decir las misas que dizen a los d......s (dichos) hermanos". Sigue sin embargo siendo una incógnita quien promueve y construye la ermita.
Testamento del clérigo Juan Lorenzo fechado en 1557 donde se menciona a la cofradía de la Santa Cruz |
Sobre la cofradía de la Vera Cruz hay que destacar que sigue activa al menos hasta 1600, año en que Alonso Martín y otro de apellido Gómez declaran en sus testamentos ser hermano de la Cofradía. Curiosamente en todos los testamentos revisados en el Archivo parroquial se deja de hacer mención de esta cofradía sobre esta fecha a la par que surge en esta ermita la cofradía de la Soledad en los primeros años de esa centuria. No obstante, a partir de esta fecha la ermita es conocida indistintamente como Vera Cruz y Soledad. Solo el correr de los tiempos fue diluyendo el primer nombre para conocerse definitivamente como iglesia de la Soledad a partir del siglo XVIII. Quizás se trate de una fundición de las dos cofradías en una. Hay que destacar que la cofradía de la Vera Cruz era la más antigua de Alcalá y procesionaba con una cruz de mediano tamaño llevada en manos por un sacerdote en la anochecida del jueves al viernes santo (1).
Sabemos además por el testamento de Ana de la Cruz, fechado el 26 de Octubre de 1688 que esta iglesia contaba con una barandilla que seguramente dividía la zona del altar mayor del resto de la nave, al mandarse enterrar en la ermita de la Vera Cruz de barandillas adentro.
Aquí fundó en 1693 fray Pablo de Cádiz el Rosario de Nuestra Señora de la Soledad, que estaría activo hasta 1697 (3).
La cofradía de la Soledad vivió desde su fundación una primera etapa funcionando plenamente, con hermanos haciendo donaciones en sus testamentos de limosnas e incluso casas y que se enterraban a los pies del altar de la Soledad. Estos enterramientos se seguirán produciendo hasta la apertura del actual cementerio sobre 1820, aunque hasta febrero de 1862 no fueron trasladados al mismo los restos existentes en la Iglesia.
Esta etapa de gran actividad debió durar hasta mediados del siglo XVIII pues hasta 1732 hemos encontrado innumerables testamentos que mencionan la existencia de la cofradía, haciéndole donaciones, pero sin embargo a partir de esta fecha no hemos encontrado más datos, lo que puede indicar que con posterioridad la cofradía pudo entrar en una etapa de decaimiento.
Un siglo después nos encontramos activa la cofradía, tal como lo demuestran dos cuadernillos existentes en el Archivo Parroquial, pertenecientes a la misma. El primero de ellos lleva por título “Cuaderno puntador de los ingresos qe. Ha tenido la Cofradía de ntra. Me. Y Sra. De la Soledad este año 1834” y que abarca hasta el año de 1842. Consta de 8 hojas tamaño cuartilla de las cuales 7 están escritas. El segundo lleva semejante título sólo que hace mención de los gastos. Consta de 11 hojas del mismo tamaño, estando escritas 7.
La Virgen de la Soledad y el Cristo yacente a mediados de siglo XX en la Parroquia |
Lo primero que hay que destacar en estos cuadernillos es que las cuentas están firmadas por Francisco Escalona, cura ecónomo de la Parroquia, lo que unido a que en los 8 años recogidos no aparece mención alguna de hermanos, ni de ingresos por cuotas de hermanos, ni de cargos en la junta de gobierno, nos hace pensar que la Cofradía seguía viva gracias a los propios curas, que la habrían tomado como cofradía oficial y que utilizaban las limosnas que recibía la virgen de la Soledad tanto para atender a los cultos internos y externos de la cofradía como para mantener el edificio como veremos a continuación:
Con las limosnas recibidas se costeaba la cera utilizada en la novena de la Virgen, en la de la Santísima Cruz y en la salida procesional. En las novenas se contaba con la participación pagada de músicos, acólitos y sochantres. Asimismo es reseñable que mientras en las novenas la Virgen toma protagonismo, en las procesiones de estos años siempre se menciona como del Santo Entierro y que estaba formada por la Santísima Cruz en unas andas, el Santo Sepulcro y la Virgen de la Soledad. Estas procesiones contaban con la participación de sochantres o cantores.
En cuanto a los ingresos de la cofradía, éstos provenían básicamente de tres fuentes: donaciones particulares, recogida de limosna con un platillo en los días festivos, como Jueves y Viernes Santo y del alquiler de las casas que poseía la misma, una en el Patio de las Campanas con un alquiler de 12 reales por mes y otra en la Plaza de la Cruz con otro de 22 reales.
Como dato curioso cabe destacar el ingreso de 6 reales que se produce en junio de 1834 debido a que “hicieron toros en la plaza de la cruz y se llenaron los tejados de la capilla de hombres y muchachos, los que destrozaron dichos tejados sin que el santero y otros muchos pudiesen evitarlo, y luego dieron una limosna de seis reales” . Seguramente la celebración de corridas de toros en la actual Alameda sería un hecho relativamente frecuente pues en 1837 aparecen 70,6 reales de limosna recogida en los toros.
Por otro lado se procuraba mantener el edificio con las limosnas y así en 1834 se arregla la puerta de la casa del santero o sacristán, se borda un mantel para la capilla, se compran cuatro cristales para el altar mayor, se encala el pórtico de la capilla y se compran tres esteras para los pies de los tres altares de la capilla, de los que hablaremos más adelante. En 1835 se compra un añalejo para la sacristía y se invierten 60 reales en bordar un delantal para la Virgen. En 1836 la Virgen sufre unos pequeños arreglos por valor de 22,19 reales y al año siguiente se arreglan unos candelabros de metal y se costea el blanqueo de la Iglesia. En 1838, además de pagar 32 reales como contribución de guerra, se coloca una puerta nueva y se arregla otra, amén de gastarse 196 reales en arreglar los tejados y el pórtico. Un año después se coloca una puerta nueva en el callejón y se vuelve a obrar en los tejados de la capilla. Asimismo las cuentas de este año nos proporcionan un dato interesante pues se compran “2 cristales qe se rompieron en el Sto. Sepulcro” lo que nos indica que el Cristo yacente ya poseía una urna, la cual es renovada al año siguiente, tal como lo certifica el gasto de “2 tornillos para el Sto. Sepulcro nuevo”. En 1841 se llevan a cabo obras en el camarín y en 1842 se compra una mesa de altar.
Existe además un dato que corrobora la falta de continuidad de la cofradía en esta época y es que en el cuadernillo de ingresos, el último apunte que aparece, casi fuera de folio, con fecha de 14 de Enero de 1845 hace referencia a que “Pedro garcía pago 66 rs qe se entregaron al Padre Cabrera”, lo que demuestra que existe un vacío de 2 años.
Durante este periodo de tiempo los continuos parcheos no vienen sino a significar que el estado de conservación de la Iglesia, después de tres siglos, dejaba mucho que desear por lo que en 1851, posiblemente porque la cofradía no estuviera activa, la propia Parroquia debe acometer la reconstrucción del edificio, permaneciendo cerrado hasta su reinauguración: “Yt. Al P. Cuaresma por la remuneración de la Cuaresma, Sermón de Dolores y Sermón predicado en la reedificacion de la Yg. De Ntra. Señora de la Soledad, según recibo numº 10º…………….1260” (4)
El 20 de Marzo de 1864 la Iglesia de la Victoria es cerrada al culto para unas reparaciones, pasando todo el culto a la iglesia de la Soledad, ya que en diciembre el cura ecónomo de la Parroquia entrega al presbítero Andrés Ramírez 100 reales para su mantenimiento: "Entregados al Pbo. D. Andres Ramirez pa. atender al culto de la Soledad desde qe. Se denunció y cerró la Victoria hasta Nov. inclusive rº nº 16…….1000 ” (4). La Soledad es reabierta nuevamente el 22 de febrero de 1865.
Esta situación que se repetirá poco después, puesto que desde principios de 1884 hasta el 31 de diciembre de 1911 la Victoria se vuelve a cerrar, convirtiéndose la Soledad en sede temporal de la cofradía del Nazareno, que tuvo allí todas sus imágenes, el Nazareno, la Virgen de los Dolores, San Juan y la Verónica.
La reapertura de la Iglesia de la Victoria el 1 de Enero de 1912 significa el fin de la existencia de la Iglesia de la Soledad como tal, ya que ese mismo día se cierra definitivamente, pasando todos los empleados (capellán, sacristán, campanero…) a desempeñar estas funciones en la Victoria. Con todo, no será hasta el 1 de diciembre de 1921 cuando el Obispo D. Marcial López Criado firme el expediente de execración “por cuanto de las informaciones practicadas de nuestra orden y por el conocimiento que de ciencia propia tenemos, resulta que la Ermita de la Vera-Cruz conocida por capilla de la Soledad, de Alcalá de los Gazules se encuentra desde hace tiempo en estado ruinoso, habiendo sido ineficaces para su reparación cuantas gestiones se han hecho sobre el particular y no existiendo persona alguna o cofradía que por derecho de patronato u otro título canónico esté a ello obligado, por el presente venimos en decretar y decretamos de conformidad con el canon 1187, la execración de la referida Ermita y disponemos que los objetos destinados al culto, que aún se encuentran en ella, después de inventariados se conserven en lugar seguro, bajo la custodia del Sr. Cura de la Parroquia a los efectos que procedan== Asi mismo de conformidad con las prescripciones concordadas, procedamos a la formación del oportuno expediente a fin de que la execrada Iglesia sea inscrita en el correspondiente Registro de la propiedad, como edificio perteneciente a esta Iglesia y Diócesis”. Vemos por tanto que la Iglesia tardó diez años en perder su carácter sagrado, aunque los mandamientos del Obispo ya estaban cumplidos de antemano pues el altar mayor fue desmantelado al cierre de la misma y colocado en la Victoria, siendo ocupado por la Virgen de los Dolores. Este altar es obra del prestigioso artista jerezano Andrés Benítez, que también realizó un altar para el convento de Santa Clara. Desconocemos con exactitud qué pasó con los otros dos altares existentes en la Iglesia de la Soledad, los cuales fueron desmontados en fecha indeterminada y bien pudiera tratarse de los dos existentes en la ermita de la Virgen de los Santos. Las imágenes de la Virgen de la Soledad y del Cristo Yacente son trasladadas a la Parroquia así como el San Juan y la Verónica de la cofradía del Nazareno, que no regresan con sus titulares desde la Soledad a la Victoria.
Restos de una antigua columna de la extinta Iglesia,
conservados en el edificio que ocupa su lugar
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Volviendo al tema de la venta de la Iglesia, el 29 de Agosto de 1922, el cura ecónomo de la parroquia D. Antonio Troitiño y Rey, en nombre y representación del Obispo, vende el edificio de la execrada Ermita de la Vera Cruz, en la entonces Plaza de Montes de Oca, a D. Manuel Ahumada Granara, especificándose en la cláusula segunda de la copia simple de escritura que “adquirió dicho señor Obispo la descrita finca que había sido antes templo abierto al culto, a virtud de expediente canónico de execración, motivado por el estado ruinoso del edificio, expediente que terminó por decreto de primero de Diciembre de mil novecientos veintiuno, devolviéndola así al Comercio de los hombres…”.
El precio de la venta fue de diez mil pesetas, entregando el comprador dos mil en efectivo metálico y las restantes ocho mil se pagaron a razón dos mil pesetas por año. Asimismo es destacable la cláusula quinta, donde se especifica que de acuerdo con el canon 1187 del Código de Derecho canónico, “la finca vendida no podrá ser destinada ahora ni nunca para el uso de cosas sórdidas en sentido canónico y por consiguiente no podrán instalarse en ella teatros, cinematógrafos o espectáculos análogos cuyas representaciones no sean conformes con la moral cristiana”, aspecto éste que no se respetó pues en los primeros años tras su venta el local fue utilizado como cine y teatro ocasional y posteriormente como bar durante muchos años.
Ya en época reciente se convirtió en la conocida tienda de electrodomésticos “Radio-Hogar”, siendo adquirida el 24 de marzo de 2006 por el Iltmo. Ayuntamiento a los hermanos Ana María y Manuel Galán Ahumada para destinarlo a Centro de día y Equipamiento para la Tercera Edad.
NOTAS
(1) Guerra Martínez, Jaime; "Iglesias alcalaínas desaparecidas". Apuntes históricos y de nuestro Patrimonio 2001
(2) Archivo Parroquial de Alcalá de los Gazules."Copia simple de la escritura de la ermita que fue de la Vera-Cruz, vulgo Soledad Otorgada por el señor Cura Ecónomo de esta Parroquia Don Antonio Troitiño Rey en representación del Iltmo. y R. Sr. el Obispo de esta Diócesis A favor de D. Manuel Ahumada Granara". 29 de agosto de 1922.
(3) Espinosa de los Monteros, Francisco;"Historia de los Rosarios Públicos en Alcalá". Apuntes históricos y de nuestro Patrimonio 2006.
(4) Archivo Parroquial de Alcalá de los Gazules. Recogido en el libro "Cuentas de fábrica de 1827 a 1909".
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