5.- La conexión con Medina, el suministro de energía hidroeléctrica y la conversión en empresa revendedora de energía.
Aún más, antes de ir a la bancarrota, Antonio Serrano trataría, por segunda vez, de modernizar su fábrica, introduciendo en la Ciudad la corriente hidroeléctrica, debiendo realizar para ello numerosas gestiones políticas y técnicas (35) en las que se determinaría que la mejor opción para suministrar dicha energía a la población de Alcalá sería conectar con la red de la sociedad distribuidora de este tipo de energía en Medina Sidonia (36) a pesar del hándicap que, en aquel contexto (37), suponía conseguir las autorizaciones y el material necesario para tender una línea de 100 kw. a 15.000 voltios que, partiendo de la caseta que dicha Compañía tenía para abastecer a aquella ciudad, trajese el fluido eléctrico hasta la vieja Central alcalaína desde donde, aprovechando las instalaciones existentes, poder seguir suministrando a la población.
En 1947, a la terminación de aquellos trabajos (38), el primitivo cuadro de distribución (39) desde el que la energía salía hacia las distintas redes de suministro (40), pasó a convertirse en el punto al que confluían tanto la que, a través del nuevo centro de transformación (41) llegaba desde Medina como la que, ocasionalmente, pudiera producir la antigua térmica que, de este modo, quedaba reducida a ser una mera central de reserva (42).
Así pues, para afrontar tan importantes inversiones, Antonio Serrano debió acometer también cambios en el formato empresarial de la eléctrica y por ello, desde Julio de 1945, aquella adquirió la forma de Sociedad Regular Colectiva (43) que se mantendría durante los últimos años de vida de Antonio Serrano de la Jara y durante todo el tiempo en que la empresa permaneció en manos de Francisco Serrano Espinosa, pues no sería hasta mediados los años ochenta cuando se adoptase una nueva forma empresarial, la de Sociedad Anónima (44).
Sin embargo, pese a las expectativas que se habían depositado en ella, la nueva línea eléctrica no lograría resolver el problema; diez años más tarde vuelven a reproducirse, de forma reiterada, los cortes en el suministro, dando origen a una situación que, en 1961, sería abordada incluso en un pleno del Ayuntamiento en el que determinados munícipes solicitaron hasta la intervención del Gobernador Civil (45), quién contestaría informando que el origen del problema estribaba tanto en la línea que abastecía a Medina desde Puerto Real como en la necesidad de que Sevillana, ya titular de la antigua eléctrica asidonense, acometiese una serie de reformas en su centro de Medina que estaba previsto se ejecutasen en 1962 (46) que finalmente derivaron en la construcción de una nueva subestación que, sin embargo, no estaría operativa hasta Junio de 1964, momento en que, una vez garantizado el abastecimiento, la empresa, con el objetivo de mejorar la prestación del mismo, se planteó la necesidad de sustituir los ya viejos postes de madera por otros de celosía de hierro que les ocasionasen menos problemas durante los inviernos (47).
6.- La tentativa fallida, en 1950, de municipalizar la Fábrica de Electricidad y Panadería.
En 1950, poco después del fallecimiento del propietario de la eléctrica, Antonio Serrano de la Jara, como quiera que ninguno de sus herederos tenía intención de hacerse cargo ni de la eléctrica ni de la panadería en que había devenido el antiguo molino harinero, deciden ofrecer en venta dichas industrias al Iltmo. Ayuntamiento (48) quien instruye el oportuno expediente, básicamente, para la municipalización del servicio de suministro eléctrico (49) amparándose en que “...Es un hecho perfectamente demostrado en la práctica, en la que la iniciativa privada huye de los negocios referente a la prestación de los servicios públicos buscando inversiones más productivas y en las que la intervención de la administración es menos intensa. Concretamente con relación al suministro de energía eléctrica a los pueblos, si en un principio cada uno tuvo su pequeña central suficiente para cubrir sus necesidades, en manos de capitales de la misma localidad, más tarde, o han sido absorbidas estas pequeñas empresas por las grandes que se extienden a regiones enteras, o se encuentran en una situación estacionaria, al igual que hace muchos años, no obstante el incremento de las necesidades, unas veces por falta de materiales, otras por falta de capital y las más por no encontrar rendimiento suficiente al negocio.
Planteada así la cuestión nos encontramos con que el servicio de electricidad de Alcalá de los Gazules en manos de una empresa privada que adquiere y revende fluido de la Compañía Sevillana de Electricidad, no cubre las totales necesidades de nuestro pueblo y lo que es peor quizás en un futuro próximo se irían empeorando el servicio o por lo menos sin realizarse mejoras que son necesarias para atender a nuevas necesidades y que únicamente podría conseguirse en manos de la administración, ya que su fin no es la obtención de un lucro inmediato sino el bienestar y la prosperidad de la población...
Actualmente solo se suministra energía eléctrica durante un número determinado de horas según el suministro que se realiza por la Compañía Sevillana de Electricidad, no poniéndose en marcha la central de reserva. Esto es indudable que causa unos graves perjuicios a la población, ya que no solo se limita el alumbrado y usos domésticos, sino, lo que peor aún, se limita el funcionamiento de las industrias y la posibilidad de establecer otras nuevas en nuestro municipio. He aquí plenamente justificada la necesidad de la municipalización del servicio de electricidad en su aspecto social, ya que no se trata de que el Ayuntamiento se lucre con los nuevos ingresos, sino de normalizar el suministro introduciendo las mejoras que sean necesarias para dotar al pueblo de Alcalá de los Gazules de un servicio que cubra las necesidades presentes y futuras..." (50)
Así por ejemplo, según se constata en el mismo expediente, la carencia, en aquel momento, de potencia eléctrica impedía la creación de tres fábricas: una de ladrillos, otra de curtido de pieles y una tercera de preparación de corchos.
A la vista de los informes y memorias preceptivas (51), todos ellos favorables, la Alcaldía llega a un acuerdo con el gerente de la empresa eléctrica por el que fijan el precio de la enajenación en 1.400.000 pesetas (52) que los munícipes querían sufragar con cargo a un préstamo que, por importe de 1.781.833,83 pesetas, se iba a solicitar al Banco de Crédito Local (53).
Un préstamo que pretendían sufragar con los propios beneficios que generaría la venta de energía eléctrica, pues a unos gastos anuales de 143.115,96 pesetas (55) estimaban, que habría que contraponerles unos ingresos por importe de 225.578,00 pesetas (56) lo que supondría unos beneficios brutos de 82.462,04 pesetas que permitirían atender, sobradamente, el pago de las cuotas anuales estimadas en 60.000 pesetas.
En su vista y justificando la decisión tanto en la imposibilidad de la eléctrica en mantener el servicio, pues sólo podía brindar luz determinadas horas al día, como en la necesidad de realizar unas importantes inversiones que aquella no podía acometer, el Ayuntamiento Pleno, en sesión celebrada el 23 de Diciembre de 1950, acuerda, por unanimidad, la adquisición antes reseñada de la empresa eléctrica por la cantidad y la municipalización del servicio para ejercerlo en régimen de monopolio: "...imponiéndose, si es necesario, un sacrificio económico, hasta conseguir una completa normalidad en el abastecimiento de energía eléctrica, ya que este factor es indispensable en el desarrollo de la vida moderna y de él depende en gran parte, el bienestar de los vecinos, el establecimiento de nuevas industrias y en una palabra la prosperidad del pueblo..” (58).
Pero una cosa eran las intenciones municipales y otra bien distinta los planteamientos comerciales del Banco de Crédito Local, institución de carácter oficial que, en escrito fechado en Madrid el 21 de Julio de 1951, no accedería a la petición municipal arguyendo que, del estudio de las cuentas municipales de los últimos años, deducían que "...la situación económica de la Corporación no se desenvuelve con la normalidad indispensable para soportar una nueva carga anual por intereses y amortización...", máxime cuando "las obligaciones pendientes de pago al cerrar el ejercicio de 1950, han representado más del 46 % del presupuesto ordinario vigente" y, en su vista, al tiempo que le denegaban el préstamo le brindaban también el consejo de que sería "...conveniente dediquen su preferente atención a mejorar los resultados de la gestión económica municipal, como base previa para conseguir el préstamo de este Banco...".
Ni que decir tiene que esta decisión sería un duro mazazo para las pretensiones municipales de adquirir la empresa y monopolizar el servicio de suministro eléctrico al tiempo que obligaría a los herederos de Antonio Serrano de la Jara a plantearse otras opciones distintas de las que, finalmente, materializaría, la venta de la empresa a dos de los hermanos: Francisco y Josefa Serrano Espinosa, situación que perduraría hasta el fallecimiento tanto de Josefa como de su esposo Antonio Moreno Gallego en que la empresa pasaría a ser de la titularidad exclusiva de Francisco Serrano.
NOTAS
(35) En el aspecto técnico, lo más determinante sería el asesoramiento que tendría en el Ingeniero de la Compañía Sevillana de Electricidad en Jerez de la Frontera, Antonio López Moreno.
(36) Sociedad que giraba con el nombre comercial de "Electro Asidonense" y que ya no producía directamente el fluido que suministraba sino que funcionaba como revendedora, como ahora pretendía hacer Serrano, y adquiría la energía a Sevillana de Electricidad.
Sobre este particular hay que reseñar que si bien existían empresas revendedoras de electricidad desde los años finales de la primera década del siglo XX, estas no se generalizaron hasta finales de la II República, momento en que la electricidad se había convertido en un artículo de primera necesidad gracias tanto a que se habían establecido unos redes adecuadas como a que se habían logrado tantas mejoras en la tecnología que era posible ubicar las centrales en lugares alejados de los centros de consumo y ello había dado pie a que algunas suministradoras alcanzasen el carácter de grandes empresas. Siendo así como en Andalucía, desde la II República, una empresa, Sevillana de Electricidad, se había convertido en la principal productora y suministradora de las provincias de Sevilla, Huelva y Cádiz y así atendía una treintena de poblaciones en la que ella era la suministradora al tiempo que vendía a los revendedores de otras cuarenta más.
(37) Una vez alcanzado acuerdo para suministrar a Alcalá desde Medina Sidonia, se hizo necesario establecer una instalación eléctrica aérea de 20 kilómetros de extensión, de acuerdo a un proyecto técnico redactado por el ingeniero de la compañía sevillana de electricidad Manuel Hortendi, ejecutado mediante una serie de trabajos dirigidos por el también ingeniero López Moreno, en los que fueron precisos 10.000 kgrs. de cobre electrolítico de 45 mms. que, pese a las restricciones, pudieron adquirirse gracias al apoyo que brindó a la iniciativa el Teniente Coronel Manuel Sánchez Fuelles. De ese modo, después de varios intentos fallidos, el 13 de Julio de 1942 obtuvo todos los permisos técnicos y administrativos para su instalación
(38) Dicha línea era aérea, trifásica de 15 kv, con una potencia de transporte de 100 kws y una frecuencia de 50 periodos que partía desde la caseta de transformación que tenía en Medina Sidonia la empresa "Electro Harinera Asidonense", continuaba paralela a la que desde allí abastecía a Paterna de Ribera hasta llegar al denominado como poste número 13 donde se separaba de aquella para continuar en alineación recta hasta Alcalá, excepción hecha de las tres inflexiones que realizaba en los puntos kilométricos 41, 44 y 48 de la carretera Jerez-Algeciras.
En definitiva, una línea de 3 hilos de cobre electrolítico con diámetros de 4, 4,5 y 5 mms. apoyada en aisladores de vidrio, del tipo llamado "Esperanza", colocados sobre 336 postes, la mayor parte de ellos, 330, de eucalipto, ya que hasta los catorce dobles lo eran también y otros 6 metálicos, de celosía, que junto a los dobles se ubicaron en los cruces.
De cualquier forma, lo cierto es que con ellos se cubrieron vanos de 60 metros por lo general, aunque también hubo algunos de 108 metros.
(39) El referido cuadro de distribución se ubicaba en el vestíbulo de entrada de la fábrica de la luz y se alimentaba por sendas líneas que podían proceder bien de la caseta de transformación bien desde la central de reserva, siendo así como podía enviar a la red de distribución tanto energía producida directamente en la central térmica como recibida de la sevillana de electricidad.
Estaba constituido por tres tableros de mármol de un metro cuadrado cada uno que se enmarcaban por estructura metálica y albergaban 5 interruptores tripolares; 3 lámparas piloto; 9 interruptores unipolares; 1 voltímetro con conmutador de fases; 3 amperímetros electromagnéticos; 1 contador trifásico; 3 transformadores de intensidad y 1 reloj-contador Siemens de doble tarifa.
(40) Desde el cuadro de distribución partían tres alimentadores o feeders que transportaban la energía a los nueve sectores en que tenían dividida la red además de algunas líneas en baja que abastecían directamente a los cines y otras industrias.
(41) La caseta de transformación, con una potencia de 100 kwh, constaba de 2 transformadores de 50 kva. cada uno de la marca MONTRANDE, con relación de transformación 15.000/220 voltios; 3 seccionadores tripulares tipo N para 20 kw y 200 amps. Uno a la entrada de alta y dos para servicio de los transformadores; 3 seccionadores unipolares tipo N para 20 kv y 200 amps. Para servicio de los pararrayos; 2 cortacircuitos tetrapolares tipo N; 3 limitadores de sobretensión (pararrayos) tipo "TIRYTE" para 25 kv; instalación de puesta a tierra con placa de cobre empotrada; elementos auxiliares; pértigas; aisladores, etc...
(42) Aquella central de reserva quedaría atendida, únicamente, por el motor CROSS-LEY de 77 Cv acoplado a un convertidor de 52 kw. Este motor, colocado sobre bancada de fundición y engrase automático con refrigeración por agua quemaba, indistintamente, gasoil y fuel oil y se complementaba con un equipo compresor de aire hasta 30 kgs. accionado por correa desde el motor; depósito para almacenamiento de aire y tubería de conexión para carga y arranque del motor; conmutatriz de 52 kw. que se accionaba mediante correa y cuadro de maniobra con amperímetros, voltímetro y reostato.
(43) En esas circunstancias, en el año 1945 se asignaría a la Empresa un capital social de 257.000 pesetas (En el fondo, estas cuestiones: el capital asignado y el hecho de que, por su formato empresarial de Sociedad Regular Colectiva, en casi treinta y cinco años todos los beneficios originados se hubiesen reinvertido, estuvo la causa de que, pese al interés de Sevillana por hacerse con la eléctrica alcalaína a finales de la década de los años 70 del siglo XX, cuando se había llegado ya a un acuerdo de venta, las negociaciones se rompiesen en el último momento, porque los impuestos que había que satisfacer hicieron inviable la operación. Aspecto éste que influyó en mi vida porque le dio a mi padre una de las más grandes alegrías de sus últimos años de vida porque ya no tenía que trasladarse a Medina donde lo recolocaba Sevillana al frente de la subestación de dicha Ciudad).
(44) En propiedad, en este momento, al constituirse en Sociedad Anónima, no sólo se aprovecharía la oportunidad para redefinir el capital social de la empresa que ahora estaría representado por 400 acciones, todas ellas en manos de Francisco Serrano Espinosa y sus sobrinos Moreno Serrano; sino que además se haría para variar el objeto social que pasaría a ser el de "Distribución y suministro de fluido eléctrico y la fusión de empresas, de acuerdo con la ley 7/1.980" así como para registrar la primitiva denominación de " Eléctrica Nuestra Señora de los Santos" en el de la Propiedad Industrial para lo que haría falta hasta la autorización del Obispado de Cádiz.
(45) Así ocurre en la sesión de 21 de Noviembre de 1961 en que, a instancia del Teniente de Alcalde Antonio Visglerio se expone "que es preciso poner en conocimiento del Excmo. Sr. Gobernador Civil de la Provincia el deficientísimo servicio del alumbrado eléctrico que viene observándose en estos últimos tiempos y que continuamente privan de tan precisa energía a esta localidad, pareciéndose que el origen de tales reiteradas deficiencias son originadas en la línea de Puerto Real-Medina. Acordándose de conformidad con lo expuesto por el Sr. Visglerio presentar la oportuna queja ante la primera autoridad provincial, así como a la Compañía suministradora de este servicio, para que la traslade a la compañía propietaria de la referida línea".
(46) Cfr. escrito cursado, con fecha 21 de Diciembre de 1961, por el Gobierno Civil de Cádiz al Alcalde de Alcalá de los Gazules dándole cuenta de otro escrito recibido desde la Delegación de Industria sobre el particular: "... en relación con los cortes de suministro de energía eléctrica a Alcalá de los Gazules, tengo el honor de informar a V E que esta Delegación de Industria se ha dirigido a la Cia Sevillana de Electricidad para que en el próximo año 1962 reforme todas las líneas eléctricas de su propiedad, en esta provincia, habiéndose desplazado a esta capital el Director General de dicha Empresa a fin de tratar de resolver todos los problemas de suministro planteados, acordándose entre otros asuntos una modificación esencial en la forma en que actualmente se suministra Medina Sidonia que asegurará el servicio en toda esa zona y por tanto en Alcalá de los Gazules".
(47) Ante los ocasionales deslizamientos del terreno durante el invierno, era frecuente mque algunos postes se desplazasen e, incluso, se cayesen originando las consiguientes averías que había que buscar a pie y que daban lugar a que se estuviese horas e incluso días sin luz, lo que dio origen a que los abonados como lamentación utilizasen dichos como "en Alcalá se avería la luz con la mea de una vaca".
(48) La primera noticia al respecto es un acuerdo inicial, adoptado en el pleno de 8 de Marzo de 1950, en el que se reseña que el Alcalde, Juan Armario Carrillo, había iniciado conversaciones con el Gerente de la Eléctrica Nuestra Señora de los Santos tendentes a lograr la municipalización de dicho servicio de electricidad, con el objeto de, siguiendo el ejemplo de los Ayuntamientos de Cádiz y Puerto Real, constituir una empresa que prestase, conjuntamente, los suministros de aguas y electricidad, máxime cuando que en esos momentos se estaba procediendo a la instalación de la red de abastecimiento de agua a la ciudad.
(49) Un expediente que no estuvo medianamente perfilado hasta el 5 de Septiembre en que se constituyó la ponencia o comisión de Estudios que (de acuerdo con el apartado b) del artículo 134 de la entonces vigente Ley Municipal) debía preparar las memorias necesarias y que fueron presentadas a la aprobación por el Pleno en la sesión de 25 de Octubre de 1950 en el que se acordó iniciar un período de exposición pública por 30 días, que deberían contar desde el anuncio del Edicto que el Alcalde Juan Armario firmó el día 31 de Octubre y se publicó en el BOP con fecha 13 de Noviembre de 1950. Una exposición para la que no se recibió alegación de ningún tipo y propició que el expediente pudiese retornar a la consideración del pleno.
(50) Así se consigna en la memoria social que, de acuerdo con el artículo 134 de la entonces vigente Ley Municipal era preceptivo presentar y se encuentra en el expediente correspondiente existente en el Archivo Municipal de Alcalá de los Gazules (AMAG)
(51) Informes que, de acuerdo con la legislación entonces vigente, fueron instruidos por un ingeniero industrial, Ramón Cilleruelo Montero; un Profesor Mercantil, Antonio Velo Cala así como por un Letrado, el verdadero artífice de todo el expediente, Federico Morales del Campo, Secretario del Ayuntamiento de Barbate; quienes también formaron parte de la comisión mixta de expertos y concejales en la que compartieron la toma de decisiones con los ediles Roque Gallego Vera, Luís Fernández Gallego y Jorge Muñoz Vera.
(52) Sin embargo, según la memoria social, y basándose tanto en la en la valoración técnica-económica realizada por un ingeniero industrial como "del examen de los libros de contabilidad llevada a cabo por el profesor mercantil Sr. Velo Cala", la central eléctrica y la panadería tenían una valoración de 1.168.422,30 pesetas.
(53) El importe del préstamo ascendía a dicha cantidad porque a la pactada para adquirir la fábrica de electricidad habrían de añadírseles los fondos que eran necesarios para atender los trabajos de reurbanización de las calles Pozos, Alameda, Real, Plazuela e Ildefonso Romero.
(54) En el momento de realización del estudio para la municipalización, el total de abonados ascendía a 812, aunque la mayor parte de ellos lo eran todavía en la modalidad de facturación a tanto alzado y sólo un pequeño grupo lo eran con contador aunque la mayor parte de los equipos de medida, monofásicos de 5 amperios, eran propiedad de la empresa y consiguientemente aportaban también ingresos en concepto de alquiler.
(55) Las 143.115,96 pesetas a que ascendían los gastos, se desglosaban en
-Amortización 6.196,00 pesetas
-Conservación, averías, etc 16.751,28 pesetas
-Nómina de personal 50.000,00 pesetas
-Administración, impuestos, etc 18.000,00 pesetas
-Costo de energía, 52.168,68 pesetas
(56) Ingresos que presupuestaban de acuerdo con los siguientes cálculos:
-Alumbrado doméstico a tanto alzado 62.712,00 pesetas
-Alumbrado doméstico por contador 88.500,00 pesetas
-Alumbrado público 27.338,00 pesetas
-Alumbrado extraordinario 3.000,00 pesetas
-Fuerza motriz 20.000,00 pesetas
-Alquiler de contadores 16.608,00 pesetas
-Alquiler de locales 7.420,00 pesetas
TOTAL 225.578,00 pesetas
(57) A criterio de los munícipes dicho beneficio bruto de 82.462,04 pesetas permitiría atender suficientemente la cuota del préstamo que estimaban en 60.000 pesetas anuales.
(58) Cfr. informe social suscrito por el asesor jurídico Federico Morales el 30 de Agosto de 1950 en el acta del Pleno celebrado el 23 de Diciembre de 1950. AMAG.
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