Ismael Almagro Montes de Oca
El Registro de Entrada de Documentos en el Ayuntamiento alcalaíno que se conserva en el Archivo municipal está compuesto por una serie de libros en el que se apuntaban de manera breve y sucinta todos los documentos que llegaban, tanto oficiales como instancias y otros escritos de vecinos y particulares, indexados por fecha.
De entre la mucha información que contiene, vamos a destacar una serie de anotaciones, que, por su contenido, nos han parecido bastante curiosas y dignas de ser conocidas por todos.
La primera de ellas se produce el 14 de septiembre de 1885, fecha en que se recibe un oficio del cura párroco contestando a una instancia del alcalde sobre el peligro de ruina de la Iglesia de la Victoria. La respuesta del cura no puede ser más sorprendente:
“ha trasladado su consulta al Obispo su Sor, y que mientras no resuelva S. I. seguirá celebrando misa en el ruinoso convento de la Victoria porque este no puede desplomarse mientras los Stos esten dentro” [1]
No se puede negar que este hombre tenía una fe ciega en Dios.
La siguiente entrada que recogemos se produce ya entrado el siglo XX y también guarda relación con la Iglesia, aunque en este caso con la aún activa de la Soledad. El 25 de mayo de 1903 dos vecinos son detenidos por cometer sacrilegio en dicho templo:
“por los guardias municipales José Rodríguez Valle y José Romero Tenorio han sido detenido en el día de hoy José Carrasco Reina y Cristóbal Delgado González por haber armado escandalo dentro del Templo de la Soledad, labandose las manos en la pila del agua bendita, tirando los libros, dando voces, tirándose pedos dentro del referido templo”[2]
No hace falta decir que, teniendo en cuenta la mentalidad de aquella época, ambos acabaron encerrados en el depósito municipal por cometer tales profanaciones.
La siguiente entrada que recogemos se produjo varios meses más tarde, concretamente el 27 de septiembre, fecha en que el alcaide del Depósito municipal comunica al alcalde lo siguiente:
“Participa que como a las 21 horas del dia de ayer ha ingresado en dicho deposito el vecino de esta Ciudad Franco Vislerio Cuesta por tirar cohetes en la Plaza de montes de oca.”[3]
Seguramente este hombre no tendría licencia para ello y desconocemos los motivos por los que lo hizo, pero hoy día parecería demasiado castigo para tan poca infracción. Si esto se aplicara en la actualidad, faltarían calabozos en Navidad…
Y a pesar de ser otra época, otras leyes y de existir otra moralidad, siempre había alguien que se quería tomar la justicia por su mano. Este es el caso de lo sucedido el 27 de noviembre de 1907, cuando el Cabo de la guardia municipal Juan Coca se vio obligado a detener a un vecino, que, pistola en mano, amenazó al mismísimo alcalde (desconocemos los motivos que originaron las amenazas):
“Participa haber detenido y puesto a disposición de esta Alcaldía en el depósito Municipal al joven Andrés Wanceulen Martínez por decir que buscaba al Alcalde para matarlo con una pistola que tenía cargada, ocupándole una pistola la cual acompaña.”[5]
Una norma habitual desde mediados del siglo XIX hasta bien entrado la siguiente centuria, en casos de que la gran cantidad de jornaleros existentes en nuestra localidad se encontrasen parados sin trabajo por exceso de lluvias o de extrema sequía, era que el ayuntamiento repartía a estos obreros entre los contribuyentes y propietarios de fincas, según el poder adquisitivo de éstos, de manera que estaban a obligados a facilitarles trabajo durante los días que se pactasen. Esta medida no siempre estuvo bien vista por los empresarios, por eso no nos sorprende la actitud de uno de ellos, que fue detenido el 14 de enero de 1908 por el Cabo de la guardia municipal Juan Guerrero por negarse a acoger a un jornalero, pero sí nos ha llamado la atención su manera de protestar:
“Participando haber sido detenido en el depósito municipal a las 13 horas del día de hoy Domingo Fernández Caballero por haber devuelto la papeleta en la que se repartía un jornalero, negándose a tomarlo y diciendo que se la devolviera al alcalde para que se limpiase el culo con ella.”[5]
A decir verdad, no queda muy claro si la detención estuvo motivada por la negativa a cumplir las órdenes del alcalde o por el exceso en su “libertad de expresión”
Precisamente un mes más tarde, el 17 de febrero, se recoge una denuncia que nos parecido curiosa, ya que un veterinario denuncia un caso de intrusismo laboral, pero no en su gremio de trabajo y también por el lugar en que se ejercía tales trabajos de manera ilegal:
“Veterinario Antonio Muñoz Barea denuncia al intruso Antonio Castillo Vega por herrar bestias en la Plaza de toros y dedicarse a dicho ejercicio sin título para ello”[6]
Apenas pasados tres meses, encontramos otra anotación llamativa, pues el 15 de mayo, el guardia municipal Juan de Salas detuvo a “un individuo que dijo llamarse Manuel Duran Jiménez natural de Arcos de la frontera por encontrarse en la Plaza de San Jorge de esta población dando grandes voces y blasfemando contra Dios y todos los santos cuyo individuo queda en el Depósito municipal y a disposición de su digna Autoridad.”[7]
Aun hoy día, en pleno siglo XXI, se sigue aplicando un procedimiento similar a éste (recuérdese el procesamiento del actor Willy Toledo por blasfemar contra Dios y la Virgen María)
NOTAS
[1]Archivo Municipal de Alcalá de los Gazules. Registro de Entrada de Documentos. Libro 132 folio 35.
[2] Ib. Legajo 66 libro 1903 folio 23
[3] Ib. Legajo 66
[4] Ib
[5] Ib.
[6] Ib.
[7] AMAG. Libro registro de entrada de documentos 1903-1917. Legajo 66
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