viernes, 31 de mayo de 2013

La feria de ganado en el siglo XIX



Ismael Almagro Montes de Oca


     A finales de la década de 1820 Alcalá sufre una crisis económica que los regidores municipales intentan solucionar con medidas que reactiven la economía. Para ello, se pensó en la celebración de una feria de ganados y enseres, tarea en la que al parecer se contó con la colaboración de un hijo ilustre de la localidad, Pedro Sainz de Andino, quien, gracias a su situación de influencia en la Corte, conseguiría que Fernando VII concediera el 26 de julio de 1830 su Privilegio para celebrar una feria de ganados los días 9, 10 y 11 de mayo.

     Los munícipes alcalaínos tendrían casi un año para preparar la feria de ganados y así, cuando se aproximaba la fecha fijada para la inauguración de dicho evento, todos los cabos estaban perfectamente atados, tal como se refleja en el acta del cabildo del 2 de mayo de 1831: 

     “Sobre la Feria- Por el Sr. Presidte. Se manifestó ya constaba a la corporación el Real privilegio concedido a esta Va pa qe pueda celebrar una Feria anual en los días nueve, diez y once del corte mes y qe en su vtd pa darle debida publicidad había despachado a todos los Pueblos de la Prova y fuera de ella hasta el numo de sesenta y cuatro Edictos anunciativos y como quiera qe en su razón deberá haber concurrencia de Ganados creía qe el Ayuntamiento en unión con la Junta de Caballeria a cuyas Instancias se ha conseguido prefijasen las bases, reglas y derechos qe se han de observar en ella pa cuyo fin había hecho cityar a los Individuos qe componene dicha Junta y se hallan en la ante Sala a excepción del Dpdo. D. diego romero qe. No ha concurrido por hallarse en este dia imposibilitado: Instruido el Ayuntamto. De esta exposición y teniendo por arreglada acordó: que pa proceder a fijar las reglas qe se han de guardar en dha Feria se introduzcan en esta Sala a los comisarios del ramo de Caballeria comparecientes lo qe efectuado, habiendo tomado sus asientos el Licdo Dn. Anto. Martínez y Dm. Domingo Marín e inteligenciados de los objetos de esta reunión de unánime conformidad se acordó: Que desde luego se señala de terreno donde se ha de establecer pr este año la indicada Feria el siguiente: Principio en el Puente de barbate al cortijo del sor vicario, la mojonera de la Dehesa de los Carrascales arriba, a el Puerto de la Asomadilla, a la mojonera de la Dehesa de Larios, la vera del monte adelante a el arroyo de la Hurraca, este abajo a donde el principio; Que dentro de esta demarcación estarán los ganados asi de la vecd. Del pueblo como de los forasteros qe concurran a ella sin pagar mas derechos qe lo de la Cedula de Pastar; y los dueños qe por su comodidad particular quieran introducirlos en el terreno destinado pa el Prado de potros podrán hacerlo pagando por cabeza mayor real y medio pr noche y pr la menor medio real, advirtiéndose se prohive en el dho terreno del prado el que entren el ganado de cerda por el perjuicio qe causa a los Potros; que pa el establecimiento de Tiendas y puestos el Sr. presdte con conocimientos de los Regidores qe concurran facilitará las Licencias conducentes, con la debida cuenta y razón de lo que produzcan: Que se nombran pa Guardas Celadores del dho Prado y termino qe queda designado, ademas del que lo es Martin de Alva, a Cristobal Recio y roque Hormigo de esta vecindad, que pr la espedicion de Cedulas de pastar y demás qe ocurra conciliando la inmediación del mercado y comodidad de los concurrentes se situe el juzgado en la Plaza de la Cruz y en la Acesoria qe hace esquina a la Calle de la Salada propia de la Cofradia de Ntra. Sra. de la Soledad; Que siendo este el primer año en qe debe celebrarse la repetida Feria, y sin embargo de qe la Intendencia tiene exacto conocimiento de ella, y de los días en qe debe verificarse, se oficie Correo próximo o antes si hubiese oportunidad recordando pa las medidas qe estime adoptar, que se fijen los oportunos Carteles comprehensivos de las anteriores disposiciones pa la común inteligencia; Que por el guarda mayor y Menores de estos montes se vigile que los Ganados qe existan en la demarcación de terreno ya designada tengan la Cedula de pastar prevenida dando cuenta de cualquier infraccion que adviertan.” (1)

Zona de El Prado donde se instalaba parte de la feria de ganado
(fotografía de principios de la década de los 70 del siglo XX. colección Manuel Gómez)

       Esta feria se convierte rápidamente en una de las más importantes de la provincia, haciéndose eco la prensa, como ocurre el martes 4 de junio de 1844, en el periódico El Espectador, donde se recoge:

       “CÁDIZ 30 de mayo.— Ferias.» Vemos con gusto en estos días anunciarse esos mercados que en ciertas temporadas ponen en movimiento la riqueza agrícola, acercando á los criadores y especuladores, trocando sus distintas mercaderías, y dando vida é impulso, entre otras, con especialidad a la industria agrícola que proporciona las primeras materias, para que las artes variándolas bajo mil formas, presenten al comercio objetos para sus especulaciones. De estos mercados ó ferias hemos tenido hace pocos dias en los pueblos cercanos á esta capital la de Puerto-Real, que tan gratos recuerdos ha dejado, por lo bueno del mercado y su animada y numerosa concurrencia, unido todo al carácter amable , finísimo y generoso trato de los vecinos del pueblo; la de Alcalá do los Gazules, que dá claras demostraciones de ser una de las mas importantes de la provincia; y tendremos pronto la de Chiclana, que principiará, según creemos, el dia 13 del mes de junio próximo.” (2)

        Uno de los aspectos que más se cuidaba en estas ferias era la seguridad, tarea en la que se contaba con la participación de las fuerzas del orden, que se movilizaban siguiendo la ruta de las ferias:

        “-SAN ROQUE 1º La guardia civil en este campo presta los mejores servicios asegurando el tránsito de los caminos, concurriendo a las ferias como se ha verificado en la de la villa de Alcalá de los Gazules, a donde con antelación mandó el celoso comisario de este distrito a la brigada de infantería para que tomase las entradas y salidas de la población, como lo verificó, protegiendo a los feriantes y reinando en el mercado el mayor órden que no se había disfrutado hacia mas de cuatro años; por lo cual vivieron aquellos llenos de satisfacción.” (3)

       A veces, la aglomeración de animales provocaba la transmisión de enfermedades que ponían en riesgo la celebración de la feria. Así por ejemplo en 1848 conocemos por escrito del alcalde de Medina Sidonia al veterinario Nicolás Casas contándole la infección de una piara de cerdos en el ejido de dicha población, que la enfermedad también afectó a las piaras en la feria alcalaína:

       “El dueño me dijo que el dia 10, segundo de feria en Alcalá de los Gazules, todas las piaras que habían concurrido a aquel mercado se habían puesto como la suya, por lo que todos se las habían traido de vueltas…..declaré a mi regreso (de inspeccionar la piara enferma en Medina) que la enfermedad era epizoótica, igual a la que en los años 1839 y 40 se había presentado en otras provincias; por lo que se dispuso quedasen aisladas en el terreno en que se hallaban” (4)

       A partir de 1842, la feria alcalaína se verá precedida por la concedida en dicho año a Medina Sidonia. Así se constata en la prensa de 1868:

      “Terminada la feria de Medina sidonia, comienza la de Alcalá de los Gazules, distante tres leguas de aquella ciudad, y cuya fama es tan antigua como merecida.

      El caudaloso rio que atraviesa todo el mercado, ofrece grandes ventajas al ganado y así es que de todas clases y de lejanos puntos, concurren a la feria de Alcalá, que se convierte en tres días en uno de los más acreditados centros de contratación.” (5)

       Año tras año, el ciclo festivo se repite, coincidiendo siempre en las mismas fechas, como en el año 1875: “Ayer habrá empezado la feria de Medina Sidonia, el dia 9 empezará la de Alcalá de los Gazules y el 13 la de la inmediata villa de Puerto-Real” (6) 

Aspecto que podría presentar la feria de ganados

      Años más tarde, en 1884, sobrepasado el medio siglo de existencia, la feria está en pleno apogeo, tal como lo demuestra la crónica que recogió el jerezano periódico  El Guadalete:

      “La feria de Alcalá de los Gazules ha estado este año animadísima habiéndose hecho muchos y muy buenos negocios por la abundancia de compradores, hasta el punto de haber faltado ganados y de haber sobrado el dinero. Un ganadero del pueblo ha vendido yeguas de desecho hasta por 3000 reales. Ovejas de carne a cinco duros y medio. Lechones de la cria a diez duros. Borregos hasta setenta reales y medio. Vacas a 1300. Puercas abiertas que acaban de criar a 420.” (7)

       El mismo periódico dos años más tarde nos informa de la modificación de la fecha de la celebración de la misma:

       “Feria de Alcalá.- El municipio de Alcalá de los Gazules ha acordado celebrar la feria de ganados en dicha población, en los días 16, 17 y 18 del próximo mes de Abril.” (8) aunque dos años después volverá a su fecha original: “Feria de ganados.- La de Alcalá de los Gazules tendrá lugar en los días 9, 10 y 11 del mes próximo.” (9)

      Todavía, antes de acabar el siglo, encontraremos una nueva referencia sobre la feria, concretamente en 1897, confirmando las fechas de las dos ferias que se celebran en Alcalá: “Celebra ferias el 9 de mayo, y 1.° de setiembre .—“ (10)

Aspecto que podría presentar la feria de ganados


NOTAS

(1) Archivo Municipal de Alcalá de los Gazules. Libro de actas de 1831, Legajo 51, folio 41. Actas del cabildo celebrado el 2 de mayo. Datos recogidos por Fernando Toscano de Puelles en “Sainz de andino, el hacedor de leyes”. 1987. Págs. 135-136.

(2) Periódico El Espectador. Edición del martes 4 de junio de 1844 nº 909 pág. 1.

(3) Periódico El Español. Edición del sábado 7 de junio de 1845 nº 910 pág. 3

(4) “Boletín de Veterinaria. Periódico oficial de la Sociedad Veterinaria de Socorros Mutuos, redactado por los catedráticos de la Escuela Superior D. Nicolás Casas y D. Guillermo San Pedro” Tomo IV Madrid 1848 pág 220 y 221.

(5) Periódico La Época.- Edición del 8 de junio de 1868. Año XX nº 6262 pág. 3

(6) Periódico El Comercio. Edición del 5 de junio de 1875. Año XXXIII Número 11270 pág. 2 

(7) El Guadalete periódico político y literario.. Edición del 15 de junio de 1884. Año XXX Número 8637 pág. 2

(8) El Guadalete periódico político y literario. Edición del 10 de marzo de 1886. Año XXXII Número 9191 pág. 2

(9) El Guadalete periódico político y literario. Edición del 18 de abril de 1888. Año XXXIV Número 9843 pág. 2 

(10) Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración. 1897. página 1.172.

martes, 28 de mayo de 2013

La Custodia del Corpus


Artículo publicado en la revista de apuntes Históricos del año 1983

Jaime Guerra Martínez 

     En el programa de fiestas de septiembre de 1980, subtitulado, APUNTES HISTORICOS, que la concejalía de fiestas, que dirigía Don Manuel Guerra por aquellos entonces y que hoy continúa la concejalía de cultura del Ilustrísimo Ayuntamiento de Alcalá de los Gazules, comencé a participar en el proyecto de sacar a la luz pública algunos de los retazos de nuestra historia, que tuvieran algún VALOR HISTORICO, y que han dado pie a algunos hombres de letras a recopilar, investigar y volcar su esfuerzo porque Alcalá tenga algún día en letras de imprenta recogidas las vivencias, ambientes, circunstancias, en definitiva su propia historia, que quedará siempre abierta a la ilusión de la inquieta juventud y de la experimentada madurez para poder ser permanentemente enriquecida, pues ese será el mejor signo de que Alcalá de los Gazules permanece vivo, al menos en el corazón de los alcalaínos o Gazules como pretenden, no sin razón, reivindicar algunos. 

     En este sentido y con la simple ilusión de colaborar con mi granito de arena en esa magna empresa, quiero divulgar algunos de los detalles que me parecen más significativos del testamento que las autoridades de la villa concertaron con Bartolomé del Castillo en el año 1 614 para la realización de la CUSTODIA DEL CORPUS CHRISTI de la Iglesia de SAN JORGE, que encontré indagando en mis tiempos de estudiante en Sevilla en el Tomo 1º de los “Documentos para la Historia y el Arte en Andalucía”. 

     Los movimientos de protesta que intelectuales de la Edad Media y del Renacimiento llevaron a cabo contra el Dogma de la Iglesia Católica, hizo a ésta, para abortar las divergencias que en su seno hablan surgido, convocar un Concilio en Trento, iniciado en 1545, que definió claramente la postura de la Iglesia Católica. A partir de entonces comenzaron a proliferar las manifestaciones religiosas con carácter procesional. La reafirmación por el Concilio de la presencia real de Cristo en la Eucaristía hizo que se acentuara la devoción por la Sagrada Forma. 

     Alcalá de los Gazules no era ajeno a esa corriente de influencia, y así lo entendieron sus autoridades que concertaron realizar una custodia para el Corpus Christi. 

     El regidor perpetuo de la entonces villa, Juan Bautista de Coca otorgó una escritura a su hermano el capitán Alonso, que el escribano público de la villa Marcos de Medina había redactado el 16 de Octubre de 1614 y que decía lo siguiente: 

“Sepan cuantos esta carta vieren como yo Alonso de Coca vecino de esta villa de Alcalá de los Gansules otorgo e conozco por esta carta que doy todo mi poder cumpliendo quan bastante de derecho se requiere a Juan Bautista de Coca Regidor su hermano vecino de esta villa especialmente para que en su nombre y desta villa pueda concertar y concierte con un platero en la ciudad de Sivilla y otras partes la hechura y Plata y oro y lo demás necesario para una custodia de plata que sea de hazer para la Iglesia del Seño San Jorge de esta villa conforme al modelo y traza que de ella se le entrega y no de otra manera y lo concierte por el precio y precios de maravedies que le pareciese así en el peso de los marcos que han de llevar como de oro y hechura de cada uno y concertado y obligándose las personas que la hubiesen de hacer con las condiciones necesarias... sirven de testigos Alonso de Medina Salcedo y el capitán Don Rodrigo de Coronado y Don Pedro de Pina Maldonado vecino desta villa y el otorgante que yo al escribano doy fe que conozco lo firmo de su nombre en el registro de esta carta... Marcos de Medina Escribano Público y del Cabildo”. 


     El documento obligaba al Capitán Alonso a cumplir todos los términos en él recogidos y a satisfacer lo que pactase con el platero o plateros que él concertase. De no ser así el platero tendría derecho a venir a la villa de Alcalá de los Gazules o a otra cualquiera donde el dicho capitán tuviese bienes, cobrando un salario de 8 reales por día hasta que se cumplimentase todos los requisitos exigidos en el contrato. 

     Alonso de Coca se trasladó a Sevilla y concertó con Bartolomé del Castillo la realización de la Custodia cinco días más tarde, el 21 de Octubre de 1614. El documento que el platero sevillano firmó, o mejor dicho no firmó, pues fue un testigo en su nombre quien lo hizo, ya que el Sr. Castillo declaró no saber hacerlo, era el siguiente: 

“Sepan quantos esta carta vieren como yo BARTOLOME DEL CASTILLO platero de maconeria e vecino desta ciudad de Sevilla en la collacion de Santa maria Otorgo y conosco questoy convenido e concertado con Juan Bautista de coca rregidor perpetuo de la villa de Alcalá de los Gansu-les e vecino della estante al presente en esta ciudad questa presente en nombre y en vos de el Capitan Alonso de Coca su hermano vecino de la dicha villa en tal manera que yo aya de ser obligado e me obligo de hacer una custodia de plata blanca para la Iglesia del Señor San Jorge de la dicha villa de Alcalá de los Gansules y un sol dorado y esmaltado lo uno y lo otro en conformidad de la trassa que por el dicho efecto esta hecha. Y me ha entregado el dicho Juan Bautista de Coca questa firmada de mi nombre e de Don García de Cárdenas vecino de esta ciudad en la collación de San Miguel y del presente escribano público de cual dicha trassa tengo en mi poder de que me doy por entregado a mi boluntad sobre que Renuncio las leyes del entrego a prueba del recibo como en ella se contiene y la tengo de dar acavada conforme a un s condiciones que para ello estan fechas que en esta escritura van yncorporades su tenor de las quales es la siguiente. 

Las condiciones Conque se a de Mandar hazer la custodia de Plata son las siguiente: 

Primeramente que la dicha custodia a de ser de la mesma suerte que ha en el modelo que ha de formar el platero que se obligare a hazerla y el escribano ante quien hiciera la escritura. 

Es condición que a de llevar de peso de plata sesenta y cinco marco y que se ha de pagar de hechura cincuenta reales al marco y los marcos que mas obiere de peso hasta Ochenta se ha de pagar el peso sin hechura y si alguno pasare de ochenta no se ha de pagar peso ni hechura. 

Es condición que la tiene que dar acavada un mes antes de las fiestas del corpus christi que biene del año seisciento y quinze bien hecha y acavada según el arte y al modelo a vista y declaración de dos plateros que por nuestra parte nombraremos y si tubiese algún defecto que sea obligado a su costa a enmendarlo y hacerlo de nuevo si fuere necesario sin que haya más Recaudo para obligarle que la declaración de los dichos plateros. 

Es condición que si dichos plateros u otros cualquier que se nombrasen por nuestra parte o por el dicho platero declarasen haber algunas demasias en la dicha custodia de lo que tiene obligación y de hacer conforme al modelo quel dicho platero no lo pueda pedir ni se tenga obligación de pagrselo y si algunas obiere el dicho platero la renuncia y haze donación y limosna della a la dicha custodia. 

Es condición que se han de pagar de contado tresciento ducados y para en fin del mes de Enero del año de seiscientos y qinze duscientos ducados y el resto en acavando la custodia y abiendo declarado los plateros que se nombra sen por nuestra parte estar acabada conforme el modelo. 

Es condición que si no acavasen la custodia para el tiempo referido que yncurra en pena de cincuenta ducados que se le bagen de la hechura y que se puede nombrar otros oficiales que a su costa la acaven y para hacerlo y cumplirlo dicho de fianca. 

Y en cumplimento de las dichas condiciones tomo a mi cargo de hazer la dicha custodia y el dicho Sol e darlo ffecho y acavado en toda peticion a contento y satisfacion del dicho Capitan de Coca o de quien su poder o causa ubiere,... doy conmigo por mi fiador a Juan de la Peña platero de maconeria vecino de esta dicha ciudad en la dicha collacion de Santa María e yo el dicho Juan de la Peña que soy presente en esta escritura e oido y entendido por el presente escribano público de berbo ad berbum otorgo e consco que la aceto e salgo e me entituyo por fiador del dicho Bartolome del Castillo y juntamente con el de mancomum... e me obligo a que pagaré e cumpliré todo lo demás que el dicho Bartolomé del Castillo dejase de cumplir de lo que en esta escritura esta declarado... Y los dichos Juan Bautista de Coca e Juan de Peña lo firmaron de sus nombres en el registro. Juan Bautista de Coca (rubricado), Juan de la Peña (rubricado), Pedro do Avila Escribano de Sevilla (rubricado), Manuel de Morales Escribano de Sevilla (rubricado), Pedro del Carpio Escribano Público (rubricado) “. 


     Según nota del Sr. Pemán el trabajo que realizó Bartolomé del Castillo es un templete de plata para fijar en su interior, por medio de un taladro, la custodia propiamente dicha, en la procesión del Corpus, uso que aún hoy se le destina. 

     La forma general es la de un edículo circular sostenido por columnas pareadas, con cúpula y linterna y coronada por una cruz. Mide en total un metro de altura por 0,42 de diámetro en el basamento. 

     Sobre el estilóbato circular y en cuatro resaltes del mismo se levantan otros tantos grupos de dos columnillas provistas de bases áticas y capiteles de volutas. Los fustes van adornados hasta un tercio de su altura de oro y roleos grabados y de ahí para arriba de tres filetes acojinatados en bastante resalte a lo largo de la columna. Las proporciones de ésta derivan aun indudablemente de lo plateresco a lo que también recuerda lo profusión de adornos grabados en el basamento y en la cúpula, aunque el estilo de la ornamentación sea ya claramente del primer cuarto del siglo XVII. 

     Sobre las columnas corre un entablamento que se rompe encima de los huecos para dar lugar a los arcos, muy rebajados (carpaneles) quedando enjutas que van igualmente decoradas. La flecha de los arcos es tal que sus claves llegan justo a tocar la cornisa a la cual van unidas por unas graciosas garritas, artificio barroco bien conocido. 

     Sobre la cúpula igualmente rebajada va una linternita montada sobre un caprichoso platillo. Lleva cuatro columnas dóricas y una cornisita bastante volada rematando en una cruz latina casi tan alta como la misma linterna. 

     Esta cobija una imagen del Salvador de plata dorada. En el interior de la cúpula se aloja un esquilón que tintinea al poner la pieza en movimiento. 

      Una porción de finos detalles ornamentales en el entablamento y en la linterna denotan claramente el barroco temprano de la región sevillana. No lleva firma ni punzón. 

      La custodia, propiamente dicha es de plata dorada y se compone de un pie decorado análogamente a los grabados del templete y un cuerpo de rayos con el viril en el centro. 

     La custodia se encuentra en perfecto estado de conservación, a pesar de que la mala fortuna hizo que, como consecuencia de un derrumbamiento en el techo de la sacristía de la Parroquia de San Jorge, en el otoño del año 1977, se destrozase el armario, de estimable valor en el que se guardaba, sufriendo algunos desperfectos. Para subsanar los daños que ocasionó el hundimiento, y dada la importancia de las pérdidas no sólo religiosa sino también histórica, que tal acontecimiento produjo se creó una comisión, constituida formalmente para tal fin, el 17 de Enero de 1978, presidida por el Sr. Cura Don Manuel Hermida Ravel, cuya función principal era la de llevar a trámite la restauración de los objetos de valor dañados. Con tal motivo se abrió una suscripción para cubrir los gastos, a lo que la devoción popular respondió con creces, recaudándose el dinero para llevar a efecto su objetivo. 

     Al mismo tiempo los objetos (Custodia pequeña de sol, Custodia grande con sol con dos figuras, Cruz de plata pequeña y Templete de plata) fueron entregados a Don Rafael Marinez González de Cádiz para que elaborase presupuesto y comenzase la restauración, labor que culminó plenamente el 12 de mayo de 1978, según reza la factura del Templete de plata, ya que las de la custodia grande, custodia chica y cruz de plata fueron terminadas anteriormente, siendo las facturas de 8 de marzo de 1978. Cumplida su misión la comisión se disolvió el 7 de enero de 1979. Una vez más el calor popular hacia la institución eclesiástica sirvió, no con desconocimiento, para restaurar y conservar una obra de arte de estimable valor histórico para el estudio de influencias recíprocas de arquitectura y orfebrería del barroco sevillano, y del barroco Andaluz, que tiene en nuestra ciudad lugar de asentamiento y especial consideración dentro del panorama histórico-artístico local no siempre querido ni respetado.



NOTAS

     Las fotografías no se corresponden con el artículo impreso

viernes, 24 de mayo de 2013

Historia de un secuestro en 1896


Ismael Almagro Montes de Oca


     La madrugada del miércoles 19 de agosto de 1896, Juan Casas Pacheco, de 66 años de edad, salió de su casa en el pueblo, como todos los días, para dirigirse a su dehesa de El Lario para vigilar las operaciones de su campo. 

      Poco antes de las 5 de la mañana, a la altura del cortijo de la Palmosa se encontró con un criado de D. Francisco Sánchez, con quien estuvo echando un cigarro y poco más adelante, en el arroyo del Corchuelo desapareció. 

Poco antes de pasar el arroyo del Corchuelo había estado echando
un cigarro con un criado de francisco Sánchez


     Al acabar el día, su familia, al ver que no aparecía dio parte a las autoridades, iniciándose su búsqueda: 


    “Telegrafía el Alcalde de Alcalá de los Gazules que el dia 19 por la mañana salió para su cortijo el Juan de Casas Pacheco a donde no llegó; ignorando su paradero la familia. 

     Se le ha buscado sin resultado y el Alcalde dice que sus agentes y la Guardia civil practican activas gestiones para encontrarlo.” (1) 

     Tres días después de su desaparición, el 22, la familia recibe una carta pidiendo un rescate a cambio de soltar con vida al secuestrado y aunque en un principio ocultaron la carta, finalmente las fuerzas del orden se hicieron con la prueba de la extorsión: 

     “Familia de secuestrado Juan Casas recibió ayer carta de él pidiendo dinero rescate. Juez instructor no sin gran trabajo consiguió apoderarse de ella.” (2) 

     “A los tres días supo la Guardia Civil por más que lo negaba la mujer del secuestrado, que se había recibido una carta de este pidiendo 30000 reales, que obra en poder del Juzgado.” (3) 

      La existencia de esta carta hizo pensar a la guardia civil que Juan Casas llevaba siendo espiado varios días y que su, o sus raptores, conocían perfectamente sus movimientos.

     Al día siguiente de recibirse la carta, Juan Casas aparece por el pueblo, tras prometer a sus captores la entrega del dinero: 

  
 “Esta madrugada a las tres presentóse en ésta habiendo conseguido libertad bajo palabra entregar dinero. Juez sigue pista. 
 

      Se han circulado órdenes severas a la Guardia civil para castigar severamente, pues una benevolencia inexplicable, daría impunidad a los criminales que quieren sin duda copiar de los antiguos tiempos de secuestros.” (2) 


     Curiosamente el mismo día de su liberación se produce un incendio en la dehesa de El Lario, un fuego intencionado y aunque en las noticias no se menciona que tenga relación con el secuestro, es más que sospechoso que ambos sucesos se produzcan en la misma finca y el mismo día, por lo que es más que probable que se tratase de una maniobra de distracción de los secuestradores para facilitar su huida: 

     “En la dehesa Larios término de Alcalá de los Gazules se produjo un incendio que recorrió 35 aranzadas de monte. Acudió a sofocar el siniestro fuerza de la Guardia civil, carabineros y municipales.” (3) 

     Otros periódicos de la época también se hicieron eco de la noticia del secuestro y de la liberación de Juan Casas Pacheco: 

      “Telegrafían de Cádiz que el secuestrado en Alcalá de los Gazules, D. Juan Casa Pacheco, se ha presentado en dicho pueblo ayer de madrugada. 

      Ha manifestado que sus secuestradores le dejaron libre, bajo promesa de entregarles una fuerte cantidad por el rescate. 

      Antes se había recibido en el pueblo una carta del propio Sr. Casas encargando a la familia que entregara el dinero para rescatar aquel la libertad. 

     La Guardia civil practica activas diligencias para capturar a los secuestradores.” (4) 

     En un principio, las circunstancias que rodean este secuestro no parecen muy claras a las autoridades, dudas que son recogidas también en la prensa: 

      “Ciertas circunstancias que han concurrido en el hecho, hacen que, según mis noticias, las autoridades duden de la autenticidad del secuestro.” (3) 

      Sin embargo, tras la aparición del secuestrado y el posterior interrogatorio, el suceso se esclarece y se conocen más datos de cómo se desarrollaron los acontecimientos: 

      “Acerca del secuestro del vecino de Alcalá de los Gazules, Juan Casas Pacheco, da pormenores, no conocidos, la Guardia Civil. 

      El individuo dice que fue secuestrado en la madrugada del día 19, en que le prendieron al pasar el arroyo Corchuelo, por cuatro sujetos enmascarados los que le obligaron a que le siguiesen al citado arroyo, en donde permaneció oculto todo el día hasta anochecido, en que emprendieron la marcha en dirección desconocida para él. 

      Estuvieron andando durante toda la noche hasta llegar a una Sierra, cuyo nombre ignora, en donde estuvo con los ojos vendados hasta oscurecer de la noche del día 23, en que lo colocaron en una vereda, también desconocida. 

      Uno de los secuestradores, añade, que le dijo: 

      - Así que transcurra una hora quítate la venda y vete a tu casa y tráenos por este mismo camino y montando en una burra 30.000 reales. 

      El secuestrado se lamentó de que no tenía dinero, que sus ahorros solo ascendía a 5 o 6.000 reales los que prometía entregar si le dejaban libre. 

      Después de muchas súplicas accedieron, advirtiéndole que en el camino le saldrían al encuentro, para hacerse cargo del dinero. 

     Concluye el secuestrado manifestando a la Guardia Civil, que como no se descubrieron los criminales, no pudo conocerlos y que ni aún por la voz, pues no hablaban más de lo preciso y desfigurándola. 

     La fuerza de la Guardia Civil del puesto de Alcalá de los Gazules practica activas diligencias.” (5) 

Zona del Arroyo del Corchuelo donde debió producirse el secuestro,
justo al final del actual Polígono de la Palmosa

      El día 27 de agosto sale desde Cádiz el jefe de la guardia civil para tratar de esclarecer el secuestro, toda vez que las autoridades quieren reprimir con mano dura este tipo de sucesos: 

      “En el tren de la tarde ha salido para Medina y Alcalá de los Gazules, el Jefe de la Guardia civil Sr. Gay. 

      Su viaje responde al secuestro del vecino de aquel último pueblo, Juan Casas. 

      No han sido descubiertos aun los autores del secuestro, obedeciendo, en parte, el resultado ineficaz de las diligencias, a que el interesado se ha encerrado en un completo mutismo, no ayudando en nada, a la gestión de la benemérita. 

      Conforme las instrucciones del cuerpo, de que cuando ocurra un secuestro, se persone inmediatamente el Jefe en la provincia, el Sr. Gay, ha salido para Alcalá no habiéndolo hecho antes por exigir su presencia en ésta, las operaciones de embarque. 

      El Sr. Gay, procurará estar de regreso en Cádiz, para el embarque próximo, que tendrá lugar el dia 30. 

      Esta muy liado el asunto del secuestro. Las mismas autoridades no saben a qué atenerse.” (6) 

      Finalmente, a los pocos días las fuerzas de la Guardia civil detienen a un sospechoso, resultando ser un familiar del secuestrado. El detenido, al ser capturado delató a otros presuntos implicados: 

      “La benemérita ha detenido en la cárcel de Medina Sidonia a un sugeto llamado Adriano Moreno Grigo, por sospechas de que sea el que dirigiera y buscara la gente que llevó a cabo el secuestro de Juan Casas Pacheco, en Alcalá de los Gazules. 

      El Moreno Grigo es sobrino político de Casas Pacheco. 

      También por la Guardia civil han sido detenidos por igual causa, en Alcalá de los Gazules, los vecinos de aquella ciudad Vicente Sanchez Gutierrez (a) Poeta, de 42 años, casado, del campo; Francisco Gomez Corbacho, de 45 años, casado, jornalero; Domingo Ortega Jimenez (a) El Sastre, de 37 años, viudo, sastre, y Lázaro Jimenez Moreno, de 50 años, casado y jornalero. 

      Sobre los referidos sujetos recaen vehementes sospechas de que hayan tomado parte en el secuestro de Casas. 

      La detención de los últimos sujetos obedece a denuncia hecha por el vecino de Alcalá Adriano Moreno, al ser detenido este por la benemérita.” (7) 

      Un año más tarde se producirá el juicio por el secuestro contra ocho, tal como recoge la prensa del día 10 de noviembre de 1897: 

      “Causa por secuestro. 

      Ha empezado a verse ante el consejo de guerra el proceso seguido con motivo del secuestro de Juan Casa Pacheco. 

      El delito se perpetró el 19 de Agosto de 1896 en el término de Alcalá de los Gazules, y se detuvo al secuestrado varios días. 

      Empezaron por pedirle 6.000 duros de rescate; pero al fin le dejaron libre con la promesa de enviar 1.500, de los cuales no dio más que una parte. 

      En el consejo actúan como defensores el capitán Sr. Bermejo y el abogado Sr. Portela. 

      Los reos son ocho y se dice que el fiscal pedirá cadena perpetua para cinco de ellos. 

      La sesión de hoy se ha dedicado única y exclusivamente a la lectura del proceso.” (8) 

      Al día siguiente la prensa también se hace eco del juicio, y gracias a la noticia sabemos los nombres de los otros 3 presos:

      “Dos penas de muerte 
      En el cuartel de San Roque de Cádiz ha comenzado la vista en Consejo de guerra, de la célebre causa instruida con motivo de un secuestro realizado en Alcalá de los Gazules y del que fue víctima el propietario D. Juan Casas Pacheco, que fue sorprendido en un camino conducido a una cueva, en donde permaneció varios días, exigiendo los secuestradores por su rescate la suma de 6.000 duros. 

      De las pesquisas practicadas por la Guardia civil, fueron presos Francisco Arcila, Adriano Moreno, Manuel Quiñones y Sebastián Gutiérrez. 

      El sumario instruido por el juez militar don Lucas Lerdio, es muy voluminoso. 

      El fiscal pide la pena de muerte para dos de los procesados y cadena perpetua para los restantes.” (9) 

       Desgraciadamente, no hemos podido encontrar noticias con la resolución del juicio, por lo que no sabemos si finalmente se aplicó la pena de muerte para dos de los implicados, tal como pedía el fiscal.


NOTAS 

(1) El Guadalete periódico político y literario. Edición del sábado 22 de agosto de 1896. Año XLII Número 12410 pág. 2, recogiendo la información enviada por su corresponsal en Cádiz, Francisco Santomé el 21 de agosto. 

(2) El Guadalete periódico político y literario. Edición del martes 25 de agosto de 1896. Año XLII Número 12412 pág. 2, recogiendo la información enviada por su corresponsal en Cádiz, Francisco Santomé el 24 de agosto. 

(3) El Guadalete periódico político y literario. Edición del miércoles 26 de agosto de 1896. Año XLII Número 12413 pág. 2, recogiendo la información enviada por su corresponsal en Cádiz, Francisco Santomé el 25 de agosto. 

(4) La Iberia. Edición del jueves 27 de agosto de 1896. Año XLIII Nº 14616 Pág. 3 

(5) El Guadalete periódico político y literario. Edición del jueves 27 de agosto de 1896. Año XLII Número 12414 pág. 2, recogiendo información del corresponsal con fecha de 26 de agosto. 

(6) El Guadalete periódico político y literario. Edición del viernes 28 de agosto de 1896. Año XLII Número 12415 pág. 2, recogiendo información del día anterior. 

(7) El Guadalete periódico político y literario. Edición del 4 de septiembre de 1896. Año XLII Número 12421 pág. 2 

(8) El Imparcial. Diario liberal. Edición del miércoles 10 de noviembre de 1897. Año XXXI Nº 10968 Pág. 2 

(9) El País. Diario republicano-socialista-revolucionario. Edición del jueves 11 de noviembre de 1897. Año XI Nº 3782 Pág. 2

lunes, 20 de mayo de 2013

La ermita de los Santos Nuevos: la basílica visigoda de Alcalá (II)





     Lo cierto es que, aun tratándose de un acontecimiento que podría haberse difundido con una gran trascendencia, los hechos quedaron muy pronto olvidados; nadie volvió a acordarse de las ruinas descubiertas y los huesos quedaron guardados en sagrado, junto con la inscripción, aunque la autoridad eclesiástica tuvo buen cuidado de negar rotundamente que pudiera tratarse de los restos de San Servando y San Germán. En las causas de este olvido pudieron influir muchos factores, desde la propia epidemia existente en Alcalá, que reclamaba la atención de todos hacia sucesos más apremiantes, hasta un posible interés del cabildo gaditano por evitar que en otra localidad se conservaran prendas de mayor significación relacionadas con los Santos Patronos que las que tenía la propia capital (2), pasando también por un ambiente poco propicio para la exaltación de fenómenos milagreros. Hay que recordar que dos años antes, el canónigo magistral de Cádiz, Francisco Melitón Memige, había impreso un librito con la historia de los santos, lleno de argumentos sobre la conveniencia de su devoción en Cádiz, en el que se recogía como apéndice la inscripción visigoda hallada en la ermita de la Oliva de Vejer, que también hace referencia a reliquias de los santos Servando y Germán. El caso de Alcalá parecía sin embargo demasiado arriesgado de aceptar, puesto que aquí de lo que se hablaba era de la aparición de los cuerpos de los santos y esto no era tema en el que convinieran disquisiciones.

      En las indagaciones realizadas por López de la Xara, a partir del dos de diciembre, se recogen las declaraciones que se han extractado más arriba, con la referencia unánime a varios milagros producidos al contacto con la tierra y las piedras contenidas en el sepulcro. De éstos, el más llamativo, era la curación de Juan Capdevila, maestro sastre de Alcalá, cuyo dolor de estómago crónico sanó al contacto con un ladrillo extraído de las tumbas. 
   
Cerámica que se extrajo de las tumbas
     
      Si pasamos de los documentos escritos a los arqueológicos, debemos emplear ante todo los datos que se desprenden del relicario, el pedestal y el propio lugar de los descubrimientos. Respecto a éste, resulta fácil localizarlo en la cima del cerro que hoy se denomina de “Los Santos Nuevos”, cerca de la carretera de San José del Valle, y al oeste del Puerto de la Parada. La meseta superior ha resistido con pleno éxito cualquier intento de cultivo, ya que tanto la acumulación de piedras como las zanjas y montones de tierra producidos por las excavaciones, impiden las faenas agrícolas normales. Piedras de gran tamaño y cabezas de muros que afloran en diversos puntos, indican la existencia de construcciones que se han aprovechado después como cantera de materiales. La profundidad de algunas zanjas indica que en algunos puntos se bajó más de las dos varas que señala Albisu, pero resulta imposible identificar con precisión, algunas de las habitaciones descubiertas. Las declaraciones de 1800 hacen suponer que existan dos niveles de construcciones en el edificio. Al superior correspondía el muro en que se había empotrado la inscripción, colocada invertida, y por tanto en una época en la que su texto había perdido valor y significado; el pavimento correspondiente era una “solería”, que puede relacionarse con la encontrada por el alférez Calvo. El nivel inferior tenía su pavimento a unas dos varas de profundidad (180 cms.) y bajo él se hallaban los enterramientos más numerosos. Los planos conservados no diferencian estas dos fases, por lo que debe suponerse la existencia de una iglesia visigoda del siglo VII, correspondiente a la época de la inscripción y las piezas de cerámica aparecidas en las tumbas, que sufriría diversas reformas y ampliaciones, una de ellas en época medieval, cuando se reutilizó el pedestal como material de construcción. 

     Sobre el pedestal hay aspectos que pueden comprobarse, gracias a los dibujos conservados en el Obispado de Cádiz, como es el de la existencia en su parte superior, de un rebaje en forma de caja, que podría corresponder a un relicario. Tal y como hoy se encuentra, empotrado casi hasta el ras de su faz epigráfica, sólo se puede deducir que, seguramente, se trata de una pieza romana, reaprovechada como soporte de altar por el obispo visigodo Pimenio, pero en los relatos del hallazgo no se dan indicaciones sobre si tenía en alguna cara algún motivo decorativo o restos de inscripciones anteriores. La traducción del texto visible es la siguiente: 

EN EL NOMBRE DEL SEÑOR AQUI 
ESTAN DEPOSITADAS LAS RELIQUIAS 
DE LOS SANTOS SERVANDO GERMAN 
SATURNINO JUSTA RUFINA 
MARTIRES Y JUAN BAUTISTA 
EN EL DIA NOVENO 
DE LAS CALENDAS DE JUNIO 
DEL AÑO XXXIII DEL SEÑOR 
PIMENIO COMO PONTIFICE 
EN EL AÑO DCC DE LA ERA 


      Se trata del epígrafe más reciente entre los encontrados de este obispo Pimenio que ocupó la sede de Medina Sidonia en la segunda mitad del siglo VII de nuestra era, y que es bien conocido por dedicaciones similares realizadas en Salpensa (Cortijo de Fracialcázar, cerca de Utrera), Medina Sidonia y Vejer (ermita de San Ambrosio) (3). Parece que su actividad fundacional consistió en muchos casos en la colocación de reliquias de santos en edificios ya existentes, dejando grabada la inscripción en cualquier pieza romana en desuso; así ocurre en Medina y Vejer, y parece que es el mismo caso que el de Alcalá, aunque aquí las descripciones del edificio y las tumbas parecen indicar un edificio levantado en esas fechas. 

Ampolla de cristal que seguramente contuviera sangre de los mártires

      Los restos humanos aparecidos en las fosas que parecen inmediatas a la cabecera de la iglesia llamaron poderosamente la atención a sus descubridores por su aparente relación con la nómina de mártires contenida en el pedestal. La del lado del evangelio contenía dos cadáveres de adultos, la central dos de pequeño tamaño, que entonces se interpretaron como de mujeres por tener los dientes gastados, y la del lado de la epístola los restos incompletos de un adulto de gran tamaño. Junto a los cadáveres había algunas piezas de cerámica y una copa de vidrio conteniendo una extraña substancia que se interpretó como sangre de los mártires. Todo esto se guarda en el relicario de la parroquia y puede identificarse con facilidad. Faltan otros restos como los de la tumba n° 12, donde se halló una cruz pectoral que hizo pensar en que se tratase de la tumba del propio obispo Pimenio (4), y los de las tumbas siguientes que fueron excavadas por Albisu tras el abandono de la corporación municipal, así como una extraña pieza de la que dice Albisu: “Un suntuoso pedestal que indicaba el triunfo de algún pueblo”, y de la que se han perdido las pistas. 

     Para los excavadores estaba claro que en la primera tumba estaban los huesos de San Servando y San Germán, en la segunda los de Santa Justa y Rufina y en la tercera los de San Saturnino, por parecer demasiado arriesgado pensar que hubiera llegado aquí el cadáver completo de San Juan Bautista. Para cualquier religioso o conocedor de las tradiciones cristianas esta teoría resultaba difícil de admitir, puesto que el lugar normal de las reliquias habría sido la pequeña cavidad de la parte superior del pedestal, y difícilmente habría conseguido Pimenio arrebatar a la sede sevillana los cadáveres completos de mártires tan señalados. Pero hay un argumento que resultó decisivo para la opinión de muchos, aunque se olvidara bien pronto, y es que uno de los cráneos encontrados en la primera tumba presenta claramente las señales de haber sido decapitado. Los estudios antropológicos realizados recientemente permiten identificar a un hombre de unos sesenta o más años, que ya había sufrido una fuerte contusión en el cráneo, de la que habla sanado, y que fue luego objeto de dos profundos cortes sucesivos en el cráneo producidos por un instrumento de ancho filo, quizás un hacha, que podría corresponder a una decapitación. 

      La interpretación de 1800 tenía por tanto una base aceptable, sobre todo si se piensa que el hombre se había enterrado en el lugar preferente de la iglesia, ocupando posiblemente el primer enterramiento posterior a la fundación. Los datos antropológicos coinciden bien con lo que conocemos de la vida de San Servando y San Germán, dos santos varones emeritenses, perseguidos y torturados en su juventud, que fueron decapitados, siendo ya adultos, en el traslado desde Mérida hacia la Tingitania, es decir, el Norte de África. Independiente de la autenticidad de las reliquias, hay que pensar que la decapitación de los santos debió realizarse más bien en el camino de Sevilla al puerto de Barbate, donde se encuentran las inscripciones con sus reliquias, que cerca de Cádiz, ya que este pueblo había perdido mucha de su importancia en la baja romanidad. Que el obispo Pimenio hubiera logrado trasladar al lugar del martirio los restos de San Servando, que en tiempos de San Isidoro se conservaban en Sevilla, es hasta cierto punto aceptable, y esto equivaldría a localizar en los Santos Nuevos el “pago ursiniano” que sin mayor base se ha situado desde el siglo XVII en el Cerro de los Mártires de San Fernando. 

      Aunque difícilmente se podrán comprobar estas teorías, parece conveniente reivindicar lo razonable de las conclusiones de Albisu, especialmente porque el cráneo conservado en Alcalá puede ser actualmente la reliquia de un mártir cristiano más segura que se conserve en todas las iglesias de España. Corresponda o no a San Servando, se trata de un personaje muerto con violencia y al que se reservó el lugar preferente en una iglesia edificada a los pocos siglos del fallecimiento de estos mártires, cuando la tradición ininterrumpida de los cristianos de entonces aún podía señalar con exactitud tanto los auténticos restos como el lugar exacto del martirio.



NOTAS 

(2) En un pequeño rótulo enmarcado junto al relicario de la iglesia de San Jorge se indica que su “decencia y ornato” se deben al obispo Arriete y Llano que visitó la Parroquia en 1869, pero no se indica un reconocimiento oficial de las reliquias. 

(3) E. Hübner. "Inscriptianes Hispaniae Christianae", 80, 85, 111. 

(4) Es posible que se trate de la fíbula representada en la figura Z, lo que convertiría al posible obispo en simple mortal visigodo.

viernes, 17 de mayo de 2013

Víctimas en el bando nacional durante la guerra civil (I)


Ismael Almagro Montes de Oca

      Que la Historia la escriben los vencedores es un hecho más que demostrado. Por eso no nos podemos extrañar de que en Alcalá, hasta fechas recientes, los acontecimientos ocurridos durante la Guerra civil fueran un tema tabú, como si aquí no hubiera pasado nada. Y ciertamente no hubo guerra en nuestro pueblo, porque desde el primer momento las autoridades militares, ayudados por personas afines al alzamiento, se encargaron de aplastar cualquier oposición y de sembrar el terror en todo el término. En definitiva, de tomarse la justicia por su mano, asesinando a muchas de las personas que estaban al frente del Ayuntamiento y que habían sido legítimamente elegidas en las urnas por votación popular. 

     Los vencedores nada escribieron sobre las víctimas, ni partidas de defunción, ni motivos por el que fueron juzgados, ni el lugar de sus tumbas…nada. 

      Sin embargo, sí se cuidaron muy mucho de tratar a sus caídos como mártires y de airear a los cuatro vientos las crueldades cometidas por los rojos. 

      En 1942, casi tres años después de acabar la guerra, se inicia en Málaga una Causa General para averiguar todas las “personas residentes en este término municipal, que durante la dominación roja fueron muertas violentamente o desaparecieron y se cree fueran asesinadas.” (1) 


      El 26 de enero de dicho año, el Fiscal instructor envía un oficio al Juez de Instrucción de Medina Sidonia, partido al que pertenecía Alcalá, para que tome declaración a los familiares de las personas asesinadas por el bando republicano en nuestro pueblo: 

“Ruego a V. S. reciba declaración por separado con arreglo al cuestionario que se acompaña, a uno de los familiares mas próximos – entendiéndose por tal a la viuda, hijo, padre, hermano o en su defecto al pariente mas allegado – de las personas asesinadas durante el periodo rojo y cuyos familiares residen en el pueblo de ese partido judicial, que al dorso se expresa. 

Dios guarde a V. S. muchos años. 

Málaga 26 de Enero de 1942” 

     En el dorso del oficio aparecen registrados los nombres de los cuatro únicos asesinados por los rojos: Manuel Ortega Mena, Manuel Ortega Guerrero, José Pérez Delgado y Francisco Pineda Lozano. Con todo, tan sólo dos de estas víctimas son con certeza víctimas de enfrentamientos, pues de las otras dos, como veremos, no está claro quiénes fueron sus asesinos. 

La calle Real poco antes de la Guerra civil
      El 3 de febrero el Juez de Medina, Moreno Mocholi, envía el oficio recibido desde Málaga al juzgado de Alcalá: 

“Medina Sidonia a TRES de Febrero DE MIL NOVECIENTOS Y CUARENTA Y DOS 

      Con la cualidad ordinaria de sin perjuicio de la competencia se acepta el anterior exhorto; registrese y para su cumplimiento Y POR LAS CIRCUNSTANCIAS QUE EN LA ACTUALIDAD SE ATRAVIESAN PARA DESPLAZAMIENTO REMITASE ORIGINAL AL JUZGADO MUNICIPAL DE ALCALA y verificado devuélvase a su procedencia, quedando nota” 


      Dos días más tarde, el juez municipal, Francisco Montes de Oca, recibe la orden, dando orden al alguacil del Juzgado, juan almendra, para que localice a los familiares de las víctimas para prestar declaración al día siguiente: 

      “Alcala de los Gazules a cinco de Febrero de mil novecientos cuarenta y dos. Por recibida de la Superioridad la precedente carta-orden con el exhorto que se acompaña y en su virtud, cúmplase cuanto se interesa y hecho elévese a la misma. 

      Lo manda y firma el Sr. Juez Municipal D. Francisco Montes de Oca y Montes de Oca, doy fe. 

      DILIGENCIA seguidamente y para la comparecencia en este Juzgado de los individuos que se interesan, se da orden verbal al Alguacil de este Juzgado (Juan Almendra) y enterado firma, doy fe” 


      Gracias a este expediente y a la declaración de los familiares podemos conocer más sobre la muerte de estas cuatro personas. 

      En la madrugada del 17 de septiembre de 1936, dos meses después del alzamiento nacional, se producen las dos primeras víctimas, padre e hijo, corcheros, que según el expediente son: 

Manuel Ortega Mena, corchero de 36 años. Dehesa la Bobedilla. Asesinado por disparos de arma de fuego por las hordas marxistas. Se ignora las personas sospechosas de participar en el crimen. 

Manuel Ortega Guerrero, corchero de 65 años. Dehesa la Bobedilla. Asesinado por disparos de arma de fuego por las hordas marxistas. Se ignora las personas sospechosas de participar en el crimen” 

      Aunque se especifique que fueron asesinados “por las hordas marxistas”, la declaración de la esposa y de otro hijo, realizadas en Algeciras, donde se habían trasladado a vivir, el 23 de marzo de 1942 invitan a pensar que quizás se tratara más de víctimas de un robo que de víctimas por motivos políticos, pues ambos fallecidos no eran más que simples corcheros que vivían en el campo: 

“DECLARACION de Doña Josefa Muñoz Vico. 

       En la Ciudad de Algeciras a veintitrés de Marzo de mil novecientos cuarenta y dos. Ante el Se. Juez y de mi el Secretario ha ¿? Comparecido la que al margen se expresa, quien juramentado en forma dijo llamarse como queda consignado ser de 37 años de edad, viuda, sus labores, natural de San Fernando, Vecina de esta Ciudad con domicilio en la misma en el Hotel Garrido= ¿? Sin instrucción y sin antecedentes penales. 

      Preguntada convenientemente a tenor de lo consignado en el presente exhorto dijo: 

      Que su fallecido esposo Don Manuel Ortega Mena, su oficio era el de recortador de corcho y sin que estuviera afiliado a ningun partido político teniendo por la fecha en que fue asesinado 35 años de edad. 

      Que la noche del diez y siete del mes de septiembre de mil novecientos treinta y seis serian las dos horas cuando sintieron que llamaban a su suegro Manuel Ortega Guerrero con voces agrias y fuertes y casi simultáneamente sonaron varios disparos y entonces porracearon la puerta del departamento en que dormían la que declara y su esposo el cual al sentir aquel ruido se disponía a salir fuera y la declarante trataba de encender una luz con la consiguiente atribulación y ya fuera su marido le interpelaron violentamente para que les acompañaran a lo que esperan fuera y al poco sonaron mas disparos. Que la declarante se desmayó y no recobró el conocimiento hasta las dos horas siguientes, aproximadamente cuando ya venia clareando el dia y al salir fuera de la casa vio los dos cadáveres el de su esposo y el de su suegro. 

      Que su esposo presentaba una herida producida seguramente por un fusil habiéndole entrado la bala por la sien derecha con salida por el costado izquierdo y su suegro una herida en el pecho probablemente de escopeta de caza por el desgarro que presentaba. 

      Que como era de noche no vio a los autores del hecho de autos y por tal motivo no pueda dar nombre ni domicilios suponiéndose según rumores que serian de Jimena que estaba en poder de los rojos. 

      Asi lo manifestó, se ratifica previa lectura, no firma por decir no saber, hacerlo S. S. y do fe.” 

Parte de la declaración de Juana Muñoz

“DECLARACION DE DON ELISEO ORTEGA MENA 

      En la ciudad de Algeciras a ventitres de marzo de mil novecientos cuarenta y dos, ante el Sr. Juez de Instrucción y mi presencia comparecio el que al margen se expresa el cual juramentado en forma dijo llamarse como queda consignado, ser de 38 años de edad, casado, jornalero, natural de San Roque, vecino de esta Ciudad en calle Hotel Garrido –Cañada_ con instrucción y sin antecedentes penales. 

      Preguntado convenientemente a tenor de lo consignando en el presente exhorto dijo: 

      Que su padre Don Manuel Ortega Guerrero no estaba afiliado a ningun partido político y tenia sesenta y cuatro año por la fecha en que fue asesinado. 

      Que le declarante habitada a unos treinta o treinta y cinco metros separado de donde habitaban su padre Don Manuel Ortega Guerrero y hermano Manuel Ortega Mena y con motivo de vivir tan próximos sintió la noche de autos alguno disparos sin saber a ciencia cierta de que dirección procedían hasta que a la mañana siguiente cuando se levanto tuvo conocimiento de lo ocurrido enterándose como su referido padre y hermano habían sido asesinados por unos desconocidos. 

      Que su padre presentaba una herida de arma de fuego en el pecho que por sus características debía de haber sido producida por una escopeta de caza y su hermano una herida en la sien derecha al parecer de mause. 

      Que sobre el hecho de autos no tiene nada mas que decir en lo que se ratifica, firma después de S. S. y doy fe;” 

Miembros de la guardia civil durante la Guerra civil
 

NOTAS 

(1) Archivo Histórico Nacional. Expediente de las localidades de la provincia de Cádiz que no estuvieron bajo la dominación roja. FC-CAUSA_GENERAL,1061,EXP.5

viernes, 10 de mayo de 2013

El Patrimonio arquitectónico alcalaíno (III)



VI.-La Casa del Cabildo 

     En el siglo XVI, una vez desaparecido el carácter de frontera de toda nuestra zona, se pensó en la necesidad de construir un edificio que albergase las dependencias del Cabildo, que hasta entonces habían estado en el Castillo y para ello decidieron ocupar parte de la antigua muralla, de modo que dejando intacta la “Puerta del Sol”, que quedaría integrada en los bajos del edificio, desmontaron el trozo de muralla que unía esta con la Parroquia y en aquel lugar erigieron el Cabildo, que sabemos se inauguró el 2 de Enero de 1553. 

     De estilo renacentista purista, podemos considerarlo el edificio civil más emblemático de Alcalá y destaca por la superposición de órdenes arquitectónicos en su fachada. Tiene un bajo muy simple en el que impresiona la bóveda de medio cañón de la Puerta del Sol, un primer piso con pilastras corintias y una segunda planta en la que las pilastras toscanas enmarcan una galería de seis arcos de medio punto, rematándose todo con frontón triangular adornado por cinco almenas-acróteras y por un gran rosetón central que sirvió durante un tiempo como reloj de sol. 

     La fachada posterior es bastante sencilla, con un único balcón enrejado en la primera planta y ventana en la segunda, mientras que en la planta baja, situado sobre el arco de la Puerta del Sol, destaca el primitivo escudo heráldico de Alcalá que reúne las armas de Castilla y León (privilegio concedido por Alfonso X el Sabio) con las franjas verdes y oro características de los Ribera.



     Sirvió como Ayuntamiento hasta principios del siglo XX, en que lo trasladaron a la Alameda, y fue restaurado en 1987, por las arquitectas Cristina Borrero y María Caballos, para dedicarlo a otros usos administrativos, momento en que se incorporó al edificio lo que era la antigua Capilla del Hospital de la Misericordia. 

     En el interior del edificio es digno de reseñar que en la planta principal se conserva la antigua sala capitular, cubierta por bóveda de medio cañón en que destaca una pintura al fresco con el escudo de los Ribera, así mismo las paredes están ricamente ornamentadas con otras pinturas al fresco que simulan telas damasquinadas. 



VII.- La Plaza de San Jorge en época moderna. 

     En vista de todo lo antecedente cuando, tres siglos después de la gestación de la Plaza, en 1845, Pascual Madoz se detiene en hacer su descripción de Alcalá en el “Diccionario geográfico…” que estaba redactando, nos dirá que “…la Plaza principal, llamada antes de San Jorge y ahora de la Constitución, es cuadrilonga, de 50 varas de largo y 28 de ancho…”, sin embargo dicho retrato es muy diferente de la realidad actual por cuanto que hoy y, por habérsele incorporado a la misma gran parte de la antigua calle que conducía hasta el Castillo y el espacio del antiguo corral del Concejo y dependencias anexas de la Parroquia, ocupa un espacio mayor que según escribe María Rosa Navarro constituye “Bellísimo conjunto, en forma de ele irregular, limitada en uno de sus lados por el propio recinto amurallado. No olvidemos que en los bajos del edificio se abre la Puerta Nueva o del Sol. Concentraba los edificios más característicos de la organización ciudadana: la Parroquia, la Casa del Cabildo, Palacios de los Nobles, Casa Rectoral… al tiempo que servía como atrio de la Iglesia Parroquial y a las necesidades del Mercado y socio-recreativas. (Manuel María de Puelles y Centeno en “Recuerdo de mi Juventud” nos expresa como a mediados del siglo pasado, cercándola con carretas, la Plaza era ocasional plaza de toros). De ella partían todas las primitivas calles y en sus proximidades se encontraban dos conventos, el de Santa Clara y la Congregación de Jesús, María y José”. 

     Según hemos expuesto, en origen, toda la fachada Oeste de la Plaza estuvo ocupada por el frente del Palacio o Dependencias Señoriales que eran, a un tiempo, residencia de los señores en sus ocasionales visitas a la villa, sede de las dependencias administrativas y viviendas de los administradores señoriales, de modo que, cuando a mediados del siglo XVI, se decidió convertir aquel vetusto edificio en convento de monjas de clausura no encontrasen mejor solución que segregar todo el frente de la plaza del resto del inmueble al entender que no era lógico que el recogimiento que precisaba un convento tuviese fachada a una plaza que, como obligado pulmón vital del pueblo, era escenario de las ruidosas fiestas populares, del zoco, del mercado, de los alardes, de las procesiones y de los juegos ecuestres.

Montaje con fotografías antiguas mostrando parte de la Plaza Alta
tal como sería hasta mediados del siglo XX (Ismael Almagro)


VIII -El Convento de Santa Clara 

      El edificio que conocemos popularmente como “El Convento” y que hoy ocupan las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia, fue en origen el Palacio o Casa del Duque en Alcalá hasta que en torno al año 1550, el entonces Duque, a instancias de su sobrino y futuro Santo, Juan de Ribera, decide convertirlo en convento de monjas clarisas, toda vez que en la villa había ya un convento de frailes (los dominicos) y estaba gestándose la creación de otro (los mínimos), mientras que no había ningún centro dedicado a las mujeres. 

      La adaptación de la casa a convento se enmarcó en el estilo que hemos de catalogar como Renacentista sobrio y este quedó articulado en torno a un claustro, como hoy se conserva, Iglesia, patios y huertas. 


     La Iglesia, hoy desaparecida, era de una sola nave, tipo salón, que se ensanchaba en el presbiterio y contaba a sus pies con coro alto y se cubría con bóveda. Como toda Iglesia conventual tenía su compás, que daba a la actual calle Las Monjas, y disponía de portada de ladrillo macizo y muro almenado del que aún se conservan vestigios. 

     Adosada a la cabecera del templo, se encontraba la torre-campanario, que hoy identifica a nuestro colegio y que junto a la mayor de la Parroquia definen la parte superior del núcleo urbano de Alcalá. Nuestra torre es de planta cuadrada y está construida de ladrillo de estilo mudéjar con un último cuerpo, o de campanas, en el que los huecos de éstas se enmarcan por pilastras toscanas y se cubren con arcos de medio punto. 

     Pero quizás lo más significativo del edificio sean sus claustros inferior y superior, con galerías resueltas mediante arcos carpaneles sobre pilares. Galerías en que hoy se ubican las clases del centro SAFA, que viene ocupando el edificio desde el año 1955, después de adaptarlo a escuela, una vez que las monjas clarisas decidieron cerrar este convento por falta de vocaciones, pese a ser el más antiguo de la provincia.