viernes, 30 de agosto de 2013

El alférez Calvo y la Guerra de la Independencia (II)


   
      
      Retomando la historia de la llegada de Juan Calvo a Alcalá en 1800, es muy posible que se alojara en la casa de Juan de Peñalosa, siguiendo la costumbre de la época de que los mandos militares se alojaran en las viviendas de las personas pudientes y así conocería a Juana Peñalosa Pérez, quien sufrirá muy de cerca los estragos de la epidemia de fiebre amarilla, pues víctimas de la misma fallecerán en el último trimestre de dicho año su madre, Juana Pérez Piñero y una hermana, llamada Mariana. (5)

      Tras la epidemia, al alférez le sería asignado otro destino, pero continuaría su relación con la alcalaína a distancia, pues en 1804, estando establecido su regimiento en Cabra (Córdoba) decide contraer matrimonio con Juana Peñalosa y Pérez. Él tiene 47 años y ella 27.

     El 28 de febrero, Juan de Peñalosa da su consentimiento firmando el siguiente documento ante notario:

     “En la villa de Alcala de los Gazules a veinte y ocho de Febrero de mil Ochocientos quatro ante mi el Escno publico del numero de ella y competente numero de tgos. Parecio Dn Juan de Peñalosa y Escovar de esta Vecindad y Viudo de Da Juana Peres Piñeyro a quien doy fee conozco y Dijo qe Da Juana de Peñalosa y Peres su hija y de la referida su consorte procreada del matrimonio qe contrajeron según orden de nuestra Santa madre Yglesia tiene contraídos Esponsales de futuro con Dn Juan Calbo Alferez del Regimiento de Cavalleria de Sagunto Sesto de Casadores de estado Soltero hijo legitimo de Dn Juan y Da Josefa Negro, naturales de la Ciudad de Santa fee en el Reyno de Granada ya defuntos, y para haverlos de reducir a verdadero matrimonio le ha pedido al Otorgante su licencia y consentimto. Con arreglo a lo prevenido en la real pragmática de SM de Veinte y tres de marzo de mil Setecientos Setenta y Seis, y Cedula declaratoria de ella de dies y ocho de Septiembre de mil setecientos ochenta y ocho, y mediante a concurrir en el espresado Dn Juan Calbo las circunstancias de igualdad en calidad y deemas apreciables qe pa efectuar esta alianza se requieren, en la via y forma quemas haya lugar en dro (derecho) Otorga qe da y concede amplia licencia y facultad a la insinuada Da Juana de Peñalosa su hija pa qe sin incurrir en pena alguna celebre orden de nuestra Santa Madre la Yglesia su matrimonio con el expresado Dn Juan Calvo Negro; A cuyo efecto de su libre y espontanea voluntad para qe no se le ponga impedimto, presta su pleno consentimto. Y beneplácito, el qe se obliga en legal forma a no revocar ni reclamar con pretesto alguno y si lo hiciere no balga antes sea visto haver dado asi mayores establecimientos…”

     Una vez obtenido el permiso de su futuro suegro, el alférez Calvo, siguiendo las leyes militares de la época, solicita licencia para contraer matrimonio al Rey, entregando el 2 de septiembre a su superior en el regimiento acuartelado en Cabra, Pedro Roca, un informe con las partidas de bautismo de ambos contrayentes y documentación de Juan de Peñalosa probando su limpieza de sangre.

      Asimismo, Juan de Peñalosa daría como dote para el futuro matrimonio dos casas de su propiedad para convertirlas en su futura vivienda. Sobre estas propiedades, que estaban en la Alameda, hablaremos en otra ocasión para no desviarnos en demasía de la historia que nos ocupa.

     Tras la boda en Alcalá, el alférez continuó su carrera militar, alcanzando el grado de teniente el 8 de octubre de 1807.

     Medio año después, tras la invasión de España por parte de las tropas napoleónicas, es nombrado el 28 de junio de 1808 capitán del regimiento de Caballería de Voluntarios de Sevilla, tal como consta en su hoja de servicios, aunque en realidad lo sería del Tercio de Caballería de Tejas, pues no será hasta diciembre de 1810 cuando se declarase extinguido dicho cuerpo, pasándose a denominar como Regimiento de Sevilla.

     El Tercio de Tejas fue creado en 1804 para pasar a América y reforzar a las tropas españolas en el Virreinato de Nueva España. Sin embargo, por diversas circunstancias, en 1808, al estallar la guerra contra Napoleón, las tropas aún se encuentran repartidas por la provincia de Cádiz, incorporándose inmediatamente al ejército de Andalucía.

     Juan Calvo, por su parte, junto con su compañía de Caballería, pasará a vigilar la frontera de Andalucía con Portugal y Sierra Morena luchando contra los bandoleros. Tras la batalla de Bailén, el tercio de Caballería se unirá al ejército del general Castaños en su avance hacia el Norte.

     Es segura la participación del ya capitán Calvo en la denominada como Sorpresa de los Yébenes (Toledo) el 24 de marzo, cuando el ejército español sorprende desprevenido a un cuerpo de lanceros polacos, atacándoles, causándoles numerosas bajas y más de 100 prisioneros. Como respuesta, el ejercitó francés realiza un contraataque, culminando en la batalla de Ciudad Real entre el 26 y el 27 de marzo de 1809, donde los franceses derrotaron a los españoles, retrocediendo los nacionales hacia Extremadura. 

     Pocos meses después, nuestro personaje participa en el avance anglo español contra las tropas del mariscal Víctor, entablando combate con las tropas napoleónicas en la batalla de Talavera de la Reina (Toledo) entre el 27 y 28 de julio, donde el contingente de tropas aliadas formado por 55000 hombres y 60 cañones se enfrentaron a 46000 franceses y 80 cañones, que se saldó con la derrota de las tropas francesas.

     Tras la batalla de Talavera, el ejército aliado se dirige nuevamente hacia Extremadura, pero tan mal organizado que se ve sorprendido en su retaguardia por la embestida de las tropas del mariscal Soult a la altura de Puente del Arzobispo (Toledo) el día 8 de agosto.

     Posteriormente, se intentaría recuperar Madrid a los franceses y para ello el ejército aliado planeó atacar con las tropas del duque de Alburquerque entre Almaraz y Talavera, en una maniobra de distracción, mientras el ejército del Centro avanzaría hacia Madrid. El 18 y 19 de noviembre se encuentran en Ocaña ocho regimientos de caballería franceses con dieciséis españoles, produciéndose el choque más importante de ambas caballerías de toda la guerra.

     El varapalo sufrido por los españoles es tal, que el ejército del Centro queda prácticamente desmantelado, quedando Andalucía a merced de los invasores, por lo que los despojos del ejército español retroceden hacia Cádiz.

     En la batalladle Ocaña, Juan Calvo es herido por una lanza, emprendiendo la retirada con parte de la tropa hasta Ubrique, donde se separa del grupo para buscar el refugio de su casa en Alcalá. Aquí estará reponiéndose tranquilamente de las heridas hasta que el 10 de febrero de 1808 llegan las tropas napoleónicas a nuestro pueblo. Seguramente nuestro capitán permanecerá bien oculto en su casa junto a la Alameda.

     Un pelotón francés ocupa Alcalá sin resistencia alguna, dejando tan solo en el pueblo un pequeño destacamento de 40 soldados, un clarín, dos oficiales y dos sargentos.

     Casi un mes después se produce uno de los momentos más dramáticos, con la primera acción de guerra en nuestro suelo el 2 de marzo de 1810. Manuel María de Puelles en su “Historia de los Puelles” escrita más de medio siglo después, en 1864, atribuye la acción a una banda de 500 o 600 hombres provenientes de la Sierra, aunque también hubo participación alcalaína en estos hechos, tal como aclaramos en nuestro artículo sobre la guerra de la Independencia (La Guerra de la Independencia en Alcalá 1810-1812 Parte II). Ahora,  gracias al expediente militar de Juan Calvo, podemos corroborar estos datos por otra fuente documental distinta.

     Al quedar tan corto destacamento francés en el pueblo, pronto se organiza una especie de Resistencia, siendo muy fácil, por su rango militar, que Juan Calvo se encontrara al frente del mismo, aprovechando la llegada de los insurgentes de la Sierra para atacar y masacrar a los soldados de Napoleón. Si bien otras fuentes sitúan en torno a 16 la cifra de soldados franceses muertos, aquí aparece una cifra más exacta, concretamente 20 fallecidos. Pero la venganza francesa no se hace esperar y 3 días más tarde invade Alcalá en busca de venganza. Resultado: 12 personas muertos entre el pueblo y el campo. Nuestro capitán se ve obligado a huir a la Sierra al mando de un grupo organizado y aunque no especifica hacia dónde, es muy probablemente que se dirigiera hacía Jimena:

     “Desde la separación de este Cuerpo acredita este oficial pr certificaciones y una Real orden… haverse quedado enfermo en Alcala de los Gazules, en donde al acercarse un destacamto Frances en febrero de 810 los acometió reunido con paysanos de la misma villa y Pueblos limítrofes, obligándolo a la fuga con perdida de 20 drag.s del num.º 9 y dejando en su poder varios Cavallos y armas con qe. se armaron otros patriotas de aquellos contornos y habiendo vuelto los Enemigos con fuerzas superiores se vio obligado a fugarse a lo interior de la montaña con la Partida de su mando…”

Detalle de la Hoja de servicios de Juan Calvo

     Por esta serranía permanecerá oculto, posiblemente participando en las diversas escaramuzas que ocurrían en la zona. A mediados de octubre, después de que los franceses tomarán y volaran parte del castillo alcalaíno, abandona las partidas serranas para incorporarse en Los Barrios al ejército del General Ballesteros, que había sido nombrado Comandante General del Campo de Gibraltar a finales de Agosto.

    Este General, conociendo las aptitudes de Juan Calvo, le encomienda una tarea bastante peligrosa, pues lo envía como espía a Sevilla para controlar los movimientos del enemigo:

     “…en Oct. de 811 se presentó en la villa de los barrios al general D. Franco Vallesteros, quien le tuvo comisionado en Sevilla pa. espiar los enemigos y comunicarle cuantas noticias le podían convenir..”.

     Esta será su misión hasta que termina la guerra. Después, el 22 de junio de 1815, será recompensado por el Rey Fernando VII, con la concesión de la Cruz Supernumeraria de la Real y Distinguida Orden de Carlos III por todas sus acciones durante la misma, incluida la de Alcalá.

     Terminada la contienda bélica, ejercerá de Agregado al estado Mayor desde el 29 de marzo de 1816 hasta su jubilación del ejército, cumplidos los 68 años a finales de diciembre de 1825, después de casi 46 de servicio.

     En un padrón de habitantes realizado en Sevilla 1821 aparece viviendo en el barrio de la Parroquia de La Magdalena con su mujer Juana Peñalosa y 5 hijos, María, nacida en 1806, José, nacido en 1809, Manuel, en 1813, Vicente, en 1815 y Trinidad, en 1819.


     Con todo, es muy probable que nuestro personaje tuviera un hijo antes de su matrimonio, pues en un padrón de habitantes realizado en 1821 en la collación de Parroquia de San Bartolomé encontramos a un  Juan José Calvo, casado con Manuela Pérez. En este padrón figura con la edad de 24 años, lo que conllevaría su nacimiento  en 1797. Creemos que se puede tratar de un hijo de este militar porque en la partida de defunción de este Juan José Calvo, ocurrida en Sevilla el 18 de agosto de 1847, se dice era natural de Granada, casado con Manuela Pérez, siendo hijo de  Juan José Calvo, teniente coronel retirado, natural de Granada y de Juana Peñalosa, también natural de Granada. 

     Nuestro personaje es mencionado como uno de los héroes de la guerra de la Independencia en 1813 en una publicación titulada “El heroísmo de la nación española que da exemplo al mundo, o ya sea el secreto congreso hispalense...” donde se recoge: “…. ¡Puede darse un patriotismo mayor!... El capitán de caballería D. Juan Calvo con intrepidez y movimiento continuo se cruzaba entre riesgos para las delicadas comisiones y vidriosos encargos respectivos al general Ballesteros, y a otros muchos fines de suma importancia….”

     No hemos encontrado ningún dato sobre el fallecimiento de Juan Calvo y Negro, que debió ocurrir muy probablemente en Sevilla, donde residía tras la Guerra de la Independencia.



NOTAS

(5) Ibídem. Libro Funerales nº 8 folio 55 vuelto




No hay comentarios:

Publicar un comentario