El aumento de plata extraída en estas minas y en las nuevas que se iban fundando, trajo un problema añadido en los meses siguientes y es que la zona comenzó a llenarse de ladrones y salteadores, llegando a un punto que era muy peligroso circular por los caminos:
“por aquellas Rdondas y las de las dichas minas de los Ramos fresnillo sierra de pinos villas de Xerez de Aguascalientes de los lagos y valle de taltenango y sus redondas y jurisdicciones que es tierra espaciossa y larga se avian congregado y juntado muchas tropas y quadrillas de jente foraxida delinquentes y vandoleros omicidas y salteadores los quales salían a los caminos y los tenían tomados, Rovando y salteando a todos los pasajeros traxinantes y contratantes, mercaderes, harrieros y rrelijiosos que por ellos pasavan y mataron muchos de ellos y les quitavan quanto llevaban, Y se entravan en los pueblos, rreales de minas, estancias y otras partes cometiendo muchos insultos y atrocidades de manera que no avia persona que osasse ni se atreviesse a caminar por los dichos caminos y aun en los pueblos y particularmente en la dicha ciudad de zacatecas donde este testigo asiste, hubo tanto excesso en esto que aun de dia se atrevían los dichos delinquentes en mascarados a hacer muchos delitos…” [95]
De los asaltos no se libraban ni los religiosos: “al padre fray graviel arias de rrivera ministro Provincial de aquella provincia del horden del señor san francisco, que viniendo a la dicha ciudad desde el rreal de los Ramos le avia salido una banda de los dichos salteadores y que aviendole querido matar por Razones blandas que le dixo con notables umision le avian Rovado y desbalijado, dejandole a pie y quitándole quanto llevaba”
Pero no solo cometieron atracos sino también varios asesinatos: “otro Pasajero avia hablado alto estandole rrobando le avian coxido y atado a un árbol y capadole cruelmente de que después avia muerto. Y que asimismo otra tropa de ellos avia salido a rrobar y saltear los carros de bartolome Cubillos, chirrionero, que llevaba a la ciudad de mexico gran cantidad de plata de su magestad oydo un gran Encuentro con el dicho bartolome de cubillos, al qual defendiendo la dicha plata y galeote avian dado un arcabuzaço que le avian herido de muerte y quebrado un brazo…”
De resultas de todo esto, muchos vecinos y personas influentes se quejaron ante la Real Audiencia lo que provocó que el Rey le nombrara el 20 de febrero de 1622 juez pesquisidor de la Santa Hermandad del Reino de Nueva Galicia para que usase la vara de justicia, conociendo todos los pleitos y causas que se ofrecieren. En definitiva, le dio poder para actuar como grupo armado, casi saltándose los tribunales y jueces.
El alcalaíno organizó una cuadrilla de 25 personas y partió raudo hacia Zacatecas donde “anduvo por ella dissimulado algunos días notando y considerando de la manera que estava la tierra y que juntó algunas personas de hecho animo y ossadia y con ellas salió de la dicha ciudad donde aun no se savia lo que quería hacer y que dentro de pocos días volvió a ella trayendo Pressos a algunos de los dichos Rovadores y salteadores y de los más principales movedores de ellas…” [96]
Sin embargo, se encontró con el rechazo de corregidores, alcaldes mayores y ordinarios, escribanos, jueces, justicias, etc. que se negaron a entregarle la documentación de los autos y procesos de los detenidos para examinar su causa. Esto provocó que Juan de Hervás, procurador, presentase en la Real audiencia, en nombre de Bartolomé de Mesa, una requisitoria para que se entregasen los procesos de los juzgados para castigar a los procesados, que se saldó con una provisión real fechada el 4 de mayo “para q los escrivanos y otras qualesquier persona en cuyo Poder estén qualesquier autos y procesos contra los delinquentes que el dicho capitán don bartolome de messa oviere presso y prendiese cuyas caussas ante el susso dicho estuvieren pendientes o en que fuere procediendo en virtud de su comisión se los den y entreguen en originalmente sin poner en ello escussa ni Ynvombiniente alguno dejando Recibo de los tales Processos…”
Obtenida la provisión, actuó brevemente contra todos, terminó sus causas y dictó sentencia: “los condenó a muerte de saeta y executó las dichas sentencias poniendo los quartos por las entradas y caminos de la dicha ciudad…”
A pesar de esta declaración, no todos los ladrones fueron ejecutados. Sólo 4 fueron ejecutados, mientras otros fueron condenados a servir a la Corona en Filipinas:
“…al qual dicho delinquente matador con otros tres asalté sin otros que justificadamente he condenado a muerte y he traido a esta rreal carzel desta Corte de mas de otros catorze o quinze que tengo presos en la dicha ciudad de çacatecas Y de ellos condenados los siete a que sirvan sin sueldo a su magestad en las Yslas filipinas”
No le resultó tarea fácil capturar a estos delincuentes, ya que muchos estaban bien armados con arcabuces, lanzas y otras armas, estando a punto de morir varias veces, como le sucedió a uno de su cuadrilla, Juan de la Cruz, que fue muerto tratando de capturar a Juan Domínguez, “el qual con un arcabuz al tiempo de su prission lo disparo resistiéndose de forma que mato al dicho quadrillero…”
Consiguió Bartolomé alejar a los malhechores, logrando el elogio de todos los vecinos de la zona:
“fueron castigados por el dho don brme de mesa con lo qual en pocos días se quito y allano la tierra y los caminantes ban solos sin reselo de salteadores por lo que el dho don brme de mesa hizo que sino fuera por su solicitud y cuidado y trabajo y muy grandes costas que sin duda se le deben de aber causado no pudiera allanar y limpiar la tierra como lo a hecho el dho don barme de messa con muncho riesgo de su vida y asienda y costa della” [97]
Con todo, tuvo que haber algún alcalde, cargo o funcionario que se negó a entregarle documentación porque el 27 de julio obtuvo una nueva provisión real advirtiendo a todos para que la cumpliesen, so pena de perder el cargo y una multa de 500 pesos.
Después del éxito obtenido, en fecha que no hemos podido precisar entre julio y septiembre, el gobernador lo nombró alcalde mayor de la villa de Xerez y valle de Tlaltenango.
Sin embargo, Bartolomé debió pensar que, debido a todos los servicios prestados a la Corona, era merecedor de un cargo de más relevancia y así, el 17 de septiembre presentó un memorial en la Real Audiencia para que se solicitase al Rey un puesto de más categoría:
“…para que de los dichos servicios yo tenga el premio rremuneracion Y rrecompensa que es justo A vuestra alteza pido y suplico… me haga merced de proveerme con un oficio de guerra, govierno, justicia como es Por governador de las filipinas, u de la habana, castellano de san Juan, de ulua y otro govierno corregidor de la ciudad de mexico o çacatecas u otro semejante donde yo sirva a vuestra alteza con la aprobación que lo hecho hasta agora…”
En su solicitud alegó, además, que él y su familia estaban pasando necesidad:
“Y tengo un hijo y dos hijas llamados don bartolome doña catalina y doña Ysabel de mesa y costilla Y ellos e yo tenemos y pasamos extrema necesidad y pobreza respeto de aver gastado y consumido toda mi hacienda en buestro Real servicio y veinte mil pesos de dote que me dieron sus padres”
Tampoco sentó muy bien ese nombramiento entre los vecinos de la comarca de Zacatecas, que muy pronto se movilizaron para pedir que no fuese trasladado. Así, ya el 16 de septiembre, el beneficiado Juan de Arredondo Bracamonte, solicitó se le nombrase alcalde mayor de las minas de los Ramos para dar quietud y seguridad a aquella tierra y porque, al no haber juez allí, los vecinos y mineros desatendían los asuntos religiosos, de tal manera que, al recibir pocos donativos, la iglesia estaba en ruinas, siendo Bartolomé la persona idónea para levantar los ánimos para su reedificación. Al día siguiente sería el capellán de Zacatecas, Andrés Valencia, el que pidió que fuese destinado a un lugar intermedio para no dejar desatendida la ciudad, y arruinar el trabajo hecho por este en aquellas tierras. El día 18 fue el padre Diego de Rueda el que solicitó que Bartolomé de Mesa permaneciese en la comarca en su oficio de la Santa Hermandad, por la seguridad que había por los caminos y la tranquilidad que reinaba en la ciudad de Zacatecas y su entorno. El mismo día, desde las minas de los Ramos solicitaron que se nombrase al sargento Bartolomé de Mesa como alcalde mayor “Rebalidandole las dichas comisiones Para que desde este puesto las continue conque entendemos se haze servicio a su magestad y conocido bien y merced a esta rrepublica y al dho Don bartolome de messa se la satisfaze en algo, los servicios que con tanta fidelidad y trabajo a hecho en este casso y por los meritos que en su persona ay y concurren y porque en el tiempo Presente lo an menester mucho todas estas comarcas…” Un día mas tarde fue el padre Diego González el que pidió el nombramiento del alcalaíno como alcalde mayor de dichas minas y el día 20 varios representantes de las autoridades de Zacatecas pidieron se le proveyese de algún oficio de justicia ordinaria cerca de la ciudad. También los mineros de la ciudad señalaron los graves daños que sufrirían alejándole de allí y enviándolo a servir el oficio de alcalde mayor de Tlaltenango, por lo distante de ambos puntos.
En estas mismas fechas, se presentó un nuevo problema en aquel Reino; el desabastecimiento de las carnicerías. En años anteriores, había tal cantidad de ganado, que aumentaron considerablemente los ingresos que recibía la Catedral por las rentas decimales y la Corona por los novenos. Sin embargo, empezaron a cometerse muchos robos de ganado y matanzas sin control, hasta el punto de escasear las reses hembras para criar a los becerros y en muchas haciendas se mataba simplemente para extraer la grasa para manteca y ni siquiera aprovechaban la carne, tirándola. El Dean y el Cabildo de la Catedral de Guadalajara, ante la merma de ingresos, pidieron al gobernador Pedro de Otalora que pusiera remedio a la situación, quien, el 25 de octubre nombró a Bartolomé de Mesa juez de matanzas del Reino de Nueva Galicia “para que en todo el y en las partes y lugares que convengan de su distrito hagáis ynpidais que no se maten las dichas bacas hembras terneras Recien nacidas medianas ni de mayor hedad, ovejas ni cabras con ningún color ni por ninguna causa ni Razon por ninguna persona de qualquier estado calidad ni condizion que sean en carnizeria Publica ni fuera de ella en canpo, hazienda estancia población ni despoblado y conta los que la mataren o hubieren muerto procedereis haziendoles caussas y procesos de ello…”
A finales de mes siguiente, 28 de noviembre, los mineros de las minas de los Ramos solicitaron al gobernador que renovara al alcalaíno en sus funciones de pesquisidor de la Santa Hermandad sin demora, para garantizar la seguridad en aquellas tierras, una zona que visitó nuevamente Bartolomé, pues el día 29 el Vicario de las minas de los Ramos, Juan Arredondo, escribió al gobernador lo siguiente:
“en solo dos días que estuvo en este Real el sargento mayor don bartolome de messa fomentó de manera el poner Por obra la desta iglesia queda Ya en muy buen estado Y se abrirán los cimientos muy Presto Y en especial biniendo Por alcalde mayor a estas minas conque todo queda Remediado Y yo y todos los vecinos Y mineros gozaremos con esta merced muy buenas Pascuas…”
Finalmente, todas las peticiones que se hicieron al gobernador fueron atendidas y el 14 de diciembre, por provisión real, fue nombrado alcalde mayor de las minas de las Charcas, Agua del venado, Ojocaliente y el Real y minas de los Ramos, su partido y jurisdicción por el tiempo de un año con un salario de 600 pesos de oro común, por ser un sitio centrado y poder desde allí acudir a donde fuese necesario.
Bartolomé, que retuvo el cargo juez pesquisidor, a principios de 1623 tuvo que afrontar un problema enquistado desde hacía mucho tiempo. Prácticamente desde la fundación de la ciudad de Zacatecas, se producían los domingos y días de fiesta enfrentamientos entre los indios laborios, mulatos, mestizos y negros de las haciendas de los mineros, que solían salir a las afueras de la ciudad armados con espadas, lanzas, cuchillos y otras armas para enfrentarse entre ellos, por lo que no era raro que cada domingo se produjesen varias muertes, lo que a su vez provocaba el despoblamiento de las minas. Las justicias ordinarias de la ciudad habían intentado poner remedio de varias maneras, pero ninguna fue efectiva.
En el mes de febrero se produjeron nuevas peleas, llegando Bartolomé hasta Zacatecas y “con mucho cuidado fue a ellos y prendio a algunos mas culpados y causados de ellas y los que las movían originaban y capitaneaban y procedio contra ellos breve y sumariamente y los condeno a muerte…”[98]
Tal fue la fama que alcanzó, que era temido en todo el Reino:
“con su sola presencia se quietó e ynpidio la dha guerra y munchas muertes que pudieran subseder como costumbre que hera ya en toda aquella tierra la qual dha quietud duro hasta hoy y temen los dhos delinquentes y demas personas al dho don brme de mesa de manera que no an menester mas que oyr su ne para dejar de cometer los dhos insultos guerras y otros dibersos delitos” [99]
Hemos visto que, en septiembre del año anterior, había solicitado un cargo de más relevancia, para lo cual se iniciaron las diligencias en la Real Audiencia de Guadalajara, resultando un proceso bastante lento, hasta el punto de que el 16 de septiembre de 1623 tuvo que solicitar que se terminase de una vez el expediente para enviarlo al Consejo de Indias. Pero no será hasta el 9 de mayo de 1624 cuando los miembros de la Real Audiencia emitan su parecer: “se le podrá hacer md del corregimto de la ciudad de çacatecas o del gobierno de la Nueva Vizcaya.” Quedaba aún enviar toda la documentación hasta la península para que los examinara el Consejo y la posterior devolución del dictamen, por lo que la resolución podía demorarse muchos meses.
A partir de aquí, se borra el rastro de Bartolomé de Mesa. No hay constancia de asignación de nuevo oficio. Conviene aclarar que tenía ya 60 años, una edad bastante avanzada para aquella época y posiblemente no se moviera de las minas de los Ramos, donde tuvo su último oficio conocido como alcalde mayor, pues lo único que hemos podido averiguar es que 1626 allí aparece como propietario en un repartimiento de azogue:
“el cappn Don Bartolomé de mesa tiene en el dho Rl una Hacienda con un Molino y onze macos que a quintal y medio importan diez y seis qs y medio y por la ley que tiene los Metales se le podrán dar a cumplimto a veinte y cinco quintales”
Sí hemos localizado alguna información más sobre su hijo, Bartolomé de Mesa Costilla, del cual sabemos por un poder que le otorga su tío, Hernando Costilla, que en 1630 cruzó el Atlántico para residir en la Corte de España [100] aunque después regresó a su patria, pues el 6 de marzo de 1639 contrajo matrimonio en el pueblo de Tepospizaloya, donde era alcalde mayor, con Ana de Tapia y Orozco. [101] La Iglesia de esta población dependía del municipio de Autlán, lugar de residencia de un tío suyo, lugar donde aparece el joven matrimonio como padrinos en un bautismo celebrado el 27 de junio. [102]
Ignoramos el lugar y su fecha de defunción de Bartolomé de Mesa y Palma. Esperemos que en un futuro se puedan resolver estas incógnitas para completar la vida de este alcalaíno ilustre.
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| Firma de Bartolomé de Mesa en libro de actas de Alcalá |
NOTAS
[95] Testimonio de Luís Díaz de Cepeda
[96] Ib.
[97] Testimonio del licenciado Juan Jiménez Calderón, abogado de pobres de la Real Audiencia
[98] Testimonio de Luis Díaz de Cepeda.
[99] Testimonio de Juan de Orozco Palacios, relator de la Real Audiencia.
[100] ARCHIVO PUBLICO DE GUADALAJARA. JALISCO. Protocolos notariales de Juan Sedano 1630 folio 160 vto. Licenciado Costilla da poder a sobrino Bartolomé Mesa Espinosa para pedir plaza fiscal al rey
[101] Parroquia Sagrario de Autlán. Libro Bautismo 1 (1636-1653) folio 110. "México, Jalisco, registros parroquiales, 1590-1979," database with images, FamilySearch (https://familysearch.org/ark:/61903/3:1:9392-VL5J-B?cc=1874591&wc=3JCJ-MNP%3A171935101%2C171935102%2C171935103 : 14 December 2021), Autlán > El Sagrario > Bautismos 1636-1653, 1661-1673, 1677-1720 > image 136 of 595; parroquias Católicas (Catholic Church parishes), Jalisco.
[102] Parroquia Sagrario de Autlán. Libro Bautismo 1 (1636-1653) folio 43 "México, Jalisco, registros parroquiales, 1590-1979," database with images, FamilySearch (https://familysearch.org/ark:/61903/3:1:9392-VLR6-W?cc=1874591&wc=3JCJ-MNP%3A171935101%2C171935102%2C171935103 : 14 December 2021), Autlán > El Sagrario > Bautismos 1636-1653, 1661-1673, 1677-1720 > image 59 of 595; parroquias Católicas (Catholic Church parishes), Jalisco.

