sábado, 7 de noviembre de 2015

ALCALA DE LOS GAZULES. GOLPE DE ESTADO. JULIO DE 1936 (I)



J. Carlos PERALES PIZARRO

Artículo publicado en la Revista de Apuntes Históricos 2011

(Extracto de Capítulo correspondiente al Golpe de Estado de “Represión y Muerte en Alcalá de los Gazules).

      Era sábado. Se iniciaba en Alcalá el Golpe de Estado.

      En algunas ocasiones he realizado un ejercicio de imaginación extrapolando la realidad del 18 de julio de 1036, a cualquier día en la actualidad. Incluso me he atrevido a imaginar los personajes de aquel momento con algunos de este. El ejercicio es realmente interesante. A pesar del tiempo transcurrido, algunas personas mantienen casi los mismos esquemas. La noche de 1981, con el Golpe de Estado de Tejero, algunos tristes personajes de nuestro pueblo soñaron con poder repetir parte de lo que ocurrió aquel 18 de julio. Otros, en aquel 23 de febrero, simplemente pasamos miedo, mucho miedo.

       La variedad y cantidad de los textos escritos de algunos de los generales responsables del golpe dan idea del nivel de violencia que se iba a aplicar. Los textos de Mola, Queipo de Llano son buena muestra de ello.

      Contamos con testimonios y documentos importantes para conocer cómo discurrió ese sábado 18 de julio en Alcalá. No solo comamos con testimonios de algunos testigos de entre los vencidos y posteriormente represaliados, sino con los méritos alegados por muchos ciudadanos de Alcalá que dieron la bienvenida al golpe de Estado y que se adherían a él de forma incondicional, alardeando, en muchos casos, de su actitud y comportamiento ante el Golpe de Estado.

      Contamos, además, con documentos claves del momento, como informes de la Guardia Civil y la crónica de Eduardo Juliá Téllez que en 1944 publica “La Historia del movimiento Libertador de España en la Provincia de Cádiz”. En ella, va describiendo el desarrollo del “movimiento liberador”, en cada uno de los pueblos de nuestra provincia. En él, de manera bastante completa, se relacionan los acontecimientos más significativos que ocurrieron en Alcalá en aquellos primeros meses tras el Golpe. Aparecen referencias a acontecimientos tan importantes como el bombardeo del día 26 de julio o la toma de la Sauceda o El Marrufo. Además, se resalta el carácter colaborador de los voluntarios que se prestan a los distintos servicios y se citan algunas de las detenciones que se produjeron. Se menciona también la manifestación de obreros que acuden desde las corchas a la población una vez confirmado el golpe de estado en un intento de resistencia inútil. El golpe había triunfado y triunfaría sin ningún tipo de resistencia, tanto en Alcalá, como en la mayoría de las poblaciones de la provincia.


       Por su importancia, cito textualmente el capítulo de forma completa:

      “No sufrió mucho en comparación con otras poblaciones, dentro del casco de la misma.

      Sí tuvo que librar extraordinaria labor en el término, donde se había hecho fuertes elementos marxistas, que traían en continua alarma a los alrededores. 

      Ya el día 17, al conocerse el Levantamiento, se montó un servicio especial de vigilancia a cargo de falangistas y de otros elementos de orden, ante el temor de que pudieran ocurrir desagradables acontecimientos y el de auxiliar a la fuerza pública, que contaba solamente con pocas armas y éstas en su mayoría inservibles.

      El día 19 y ante las noticias que se van conociendo de otras localidades, algunas personas acudieron a la autoridad militar en súplica de que se declarase el estado de guerra, como así se hizo en seguida.

      Desde esta fecha patrullaron por la población fuerzas de la benemérita y carabineros auxiliados por los falangistas y de otras personas, disolviendo grupos sospechosos y estableciendo puestos de vigilancia en lugares estratégicos para evitar desagradables sorpresas por parte de los marxistas de los pueblos cercanos.

      La tranquilidad era absoluta, pero enterados los vecinos de que la autoridad municipal había enviado emisarios al campo, al objeto de conseguir que determinados elementos regresaran a la población con fines cuya evidencia se adivina, un grupo de guardias Civiles y carabineros, con algunos falangistas y otras personas, les salen al encuentro y sin recurrir a medios violentos consiguen desarmar a los cuatrocientos que en su mayoría venían armados de hachas.

      Ante los trabajos que venía realizando el alcalde y los concejales se precede el día 21 a detención de éstos y se organiza un batallón de milicias ciudadanas, creándose una sección de caballería, rivalizando todos en el cumplimiento de los más arriesgados servicios, no en el pueblo, sino en la sierra, ranchos y cortijos del término municipal, todos los cuales se encontraban en poder de los revoltosos, que además tenían secuestrados a los moradores a los que habían robado todas las existencias de granos y ganados.

      Después de un nutrido tiroteo marxistas y las fuerzas defensoras del orden, éstas lograron rescatar a las familias secuestradas y recuperar lo robado. Tres voluntarios realizaron un recorrido por las dehesas de Roche y Campano, ambas del término de Conil, logrando capturar a dos rojos con su armamento.

      Para poder reanudar las comunicaciones con la capital, otros tres falangistas ofrecen sus servicios para proteger al coche Correo de la Empres de Transportes Generales y éste reanuda su servicio a Cádiz. 

      Otros falangistas con algunos milicianos llevan a cabo constantes servicios de vigilancia recorriendo el término, llegando hasta el puesto de puerto Paloma, donde recogieron gran cantidad de cerdos y cabras que habían dejado abandonados los marxistas. En dehesa de Arnao se sorprendió a un grupo de estos con sus familias: algunos fueron detenidos, pero otros lograron escapar, aunque dejando gran cantidad de pertrechos y productos de lo mucho robado por otros lugares (...) Parecidos servicios prestaron en el cortijo denominado El Fresno que fue saqueado y del que se habían llevado setenta fanegas de cereales, que después, fueron recuperadas por los falangistas.

      El día 26 de julio voló sobre Alcalá un avión rojo, próximamente a las seis de la tarde, arrojando sobre la población indefensa varias bombas que hicieron cuatro víctimas, dos de las cuales fallecieron. Con sus fusiles falangistas y civiles lograron castigar a la agresión y que se retirara el avión. El mismo día se practicaron distintos registros que dieron por resultado el hallazgo de muchas armas y municiones, procediéndose a la detención de muchos elementos sospechosos que fueron conducidos a la cárcel del partido.

      Falangistas y otros elementos no descuidaban el servicio de protección de los transportes por carretera a Los Barrios, Algeciras, Casas Viejas y Medina Sidonia, así como al cobrador del Banco de los Previsores del Porvenir en sus viajes de servicios a varias poblaciones e igualmente a los empleados de la casa Domecq que llegan hasta las fincas de este término para pagar los jornales a los obreros de Los Ahijones.

      En aquellos primeros días, un grupo de voluntarios salió para un lugar conocido por Rocinejo, donde según confidencias se guarecían algunos marxistas. Entre unos y otros se entablo fuerte tiroteo que terminó con la fuga de los rojos mientras los nuestros pudieron recuperar el ganado que aquellos habían robado en varias fincas. También tras fuerte lucha consiguieron los nuestros apoderarse de unas mil arrobas de carbón que los rojos guardaban en el sitio denominado Montifarti. Fue una excelente adquisición ya que en aquellas horas escaseaba mucho el carbón.

      Todos aquellos alrededores a pesar de que los falangistas y voluntarios venían? realizando, continuaban bajo la intranquilidad de los elementos diseminados por el campo, unos del propio Alcalá y otros de los huidos de los otros pueblos.

     El 31 de octubre, fuerzas del Batallón de Milicias del Puerto de Santa María, destacadas en este pueblo, acompañadas de los falangistas y voluntarios, emprenden una marcha hacia el lugar conocido por Puerto Gales, consiguiendo tras larga lucha vencer la resistencia de los elementos marxistas y establecer contacto con la columna que llegaba de Jerez de la Frontera mandada por el Marqués de Casa Arizón. La operación, como decimos, fue verdaderamente dura, pero se consiguió con la ayuda también de la aviación, que tomó parte en ella, poner en fuga a los que allí se habían hecho, fuertes y aprisionar a muchos de ellos.

      Después de vencer grandes obstáculos esta misma columna, con la que también actúan falangistas y requetés de Algar, y Regulares, se apoderan del cuartel marxista instalado en la hacienda denominada El Marrufo, continuando el avance hasta adueñarse de la Aldea de La Sauceda de cortes, destruyendo los reductos rojos y haciéndose numerosos prisioneros que son llevados a distintas cárceles. Al día siguiente, cumplidos los objetivos señalados por el mando, regresa la columna a su punto de procedencia, habiendo conseguido despejar el justo ambiente de temor creado por la proximidad de los revoltosos que amenazaban constantemente no solo la población de Alcalá, sino sus alrededores.

      Todavía quedaron diseminados algunos elementos por distintos lugares de las cercanías, pero con todos estos fueron acabando los falangistas, haciéndolos prisioneros, libertando a las personas que tenían secuestradas y como ya decimos, haciendo que por fin reinara la más absoluta tranquilidad.

      Por todo lo narrado, verán los que nos lean la razón que teníamos al decir al principio que el pueblo no había sufrido lo que muchos otros, pero en cambio se demostró por la mayoría de sus vecinos un espíritu digno de hacerse destacar, trabajando durante tres meses con un entusiasmo y exposición bien grandes, hasta dejar libres del marxismo todas aquellas bellas proximidades del trabajador y alegre pueblo de la provincia gaditana, tan acogedor y simpático que se llama Alcalá de los Gazules” (1) 



NOTAS

1.- Eduardo Julia Téllez. Ed. Cerón. 1944. Historia del Movimiento liberador de España en la Provincia gaditana.


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