sábado, 6 de diciembre de 2025

Vida y Andanzas de los Palma de Mesa (XIII)

 



  

    El aumento de plata extraída en estas minas y en las nuevas que se iban fundando, trajo un problema añadido en los meses siguientes y es que la zona comenzó a llenarse de ladrones y salteadores, llegando a un punto que era muy peligroso circular por los caminos:

“por aquellas Rdondas y las de las dichas minas de los Ramos fresnillo sierra de pinos villas de Xerez de Aguascalientes de los lagos y valle de taltenango y sus redondas y jurisdicciones que es tierra espaciossa y larga se avian congregado y juntado muchas tropas y quadrillas de jente foraxida delinquentes y vandoleros omicidas y salteadores los quales salían a los caminos y los tenían tomados, Rovando y salteando a todos los pasajeros traxinantes y contratantes, mercaderes, harrieros y rrelijiosos que por ellos pasavan y mataron muchos de ellos y les quitavan quanto llevaban, Y se entravan en los pueblos, rreales de minas, estancias y otras partes cometiendo muchos insultos y atrocidades de manera que no avia persona que osasse ni se atreviesse a caminar por los dichos caminos y aun en los pueblos y particularmente en la dicha ciudad de zacatecas donde este testigo asiste, hubo tanto excesso en esto que aun de dia se atrevían los dichos delinquentes en mascarados a hacer muchos delitos…” [95]

    De los asaltos no se libraban ni los religiosos: “al padre fray graviel arias de rrivera ministro Provincial de aquella provincia del horden del señor san francisco, que viniendo a la dicha ciudad desde el rreal de los Ramos le avia salido una banda de los dichos salteadores y que aviendole querido matar por Razones blandas que le dixo con notables umision le avian Rovado y desbalijado, dejandole a pie y quitándole quanto llevaba”

    Pero no solo cometieron atracos sino también varios asesinatos: “otro Pasajero avia hablado alto estandole rrobando le avian coxido y atado a un árbol y capadole cruelmente de que después avia muerto. Y que asimismo otra tropa de ellos avia salido a rrobar y saltear los carros de bartolome Cubillos, chirrionero, que llevaba a la ciudad de mexico gran cantidad de plata de su magestad oydo un gran Encuentro con el dicho bartolome de cubillos, al qual defendiendo la dicha plata y galeote avian dado un arcabuzaço que le avian herido de muerte y quebrado un brazo…”

    De resultas de todo esto, muchos vecinos y personas influentes se quejaron ante la Real Audiencia lo que provocó que el Rey le nombrara el 20 de febrero de 1622 juez pesquisidor de la Santa Hermandad del Reino de Nueva Galicia para que usase la vara de justicia, conociendo todos los pleitos y causas que se ofrecieren. En definitiva, le dio poder para actuar como grupo armado, casi saltándose los tribunales y jueces.

    El alcalaíno organizó una cuadrilla de 25 personas y partió raudo hacia Zacatecas donde “anduvo por ella dissimulado algunos días notando y considerando de la manera que estava la tierra y que juntó algunas personas de hecho animo y ossadia y con ellas salió de la dicha ciudad donde aun no se savia lo que quería hacer y que dentro de pocos días volvió a ella trayendo Pressos a algunos de los dichos Rovadores y salteadores y de los más principales movedores de ellas…” [96]

    Sin embargo, se encontró con el rechazo de corregidores, alcaldes mayores y ordinarios, escribanos, jueces, justicias, etc. que se negaron a entregarle la documentación de los autos y procesos de los detenidos para examinar su causa. Esto provocó que Juan de Hervás, procurador, presentase en la Real audiencia, en nombre de Bartolomé de Mesa, una requisitoria para que se entregasen los procesos de los juzgados para castigar a los procesados, que se saldó con una provisión real fechada el 4 de mayo “para q los escrivanos y otras qualesquier persona en cuyo Poder estén qualesquier autos y procesos contra los delinquentes que el dicho capitán don bartolome de messa oviere presso y prendiese cuyas caussas ante el susso dicho estuvieren pendientes o en que fuere procediendo en virtud de su comisión se los den y entreguen en originalmente sin poner en ello escussa ni Ynvombiniente alguno dejando Recibo de los tales Processos…”

    Obtenida la provisión, actuó brevemente contra todos, terminó sus causas y dictó sentencia: “los condenó a muerte de saeta y executó las dichas sentencias poniendo los quartos por las entradas y caminos de la dicha ciudad…”

    A pesar de esta declaración, no todos los ladrones fueron ejecutados. Sólo 4 fueron ejecutados, mientras otros fueron condenados a servir a la Corona en Filipinas:

“…al qual dicho delinquente matador con otros tres asalté sin otros que justificadamente he condenado a muerte y he traido a esta rreal carzel desta Corte de mas de otros catorze o quinze que tengo presos en la dicha ciudad de çacatecas Y de ellos condenados los siete a que sirvan sin sueldo a su magestad en las Yslas filipinas”

    No le resultó tarea fácil capturar a estos delincuentes, ya que muchos estaban bien armados con arcabuces, lanzas y otras armas, estando a punto de morir varias veces, como le sucedió a uno de su cuadrilla, Juan de la Cruz, que fue muerto tratando de capturar a Juan Domínguez, “el qual con un arcabuz al tiempo de su prission lo disparo resistiéndose de forma que mato al dicho quadrillero…”

    Consiguió Bartolomé alejar a los malhechores, logrando el elogio de todos los vecinos de la zona:

“fueron castigados por el dho don brme de mesa con lo qual en pocos días se quito y allano la tierra y los caminantes ban solos sin reselo de salteadores por lo que el dho don brme de mesa hizo que sino fuera por su solicitud y cuidado y trabajo y muy grandes costas que sin duda se le deben de aber causado no pudiera allanar y limpiar la tierra como lo a hecho el dho don barme de messa con muncho riesgo de su vida y asienda y costa della” [97]

    Con todo, tuvo que haber algún alcalde, cargo o funcionario que se negó a entregarle documentación porque el 27 de julio obtuvo una nueva provisión real advirtiendo a todos para que la cumpliesen, so pena de perder el cargo y una multa de 500 pesos.

    Después del éxito obtenido, en fecha que no hemos podido precisar entre julio y septiembre, el gobernador lo nombró alcalde mayor de la villa de Xerez y valle de Tlaltenango.

    Sin embargo, Bartolomé debió pensar que, debido a todos los servicios prestados a la Corona, era merecedor de un cargo de más relevancia y así, el 17 de septiembre presentó un memorial en la Real Audiencia para que se solicitase al Rey un puesto de más categoría:

“…para que de los dichos servicios yo tenga el premio rremuneracion Y rrecompensa que es justo A vuestra alteza pido y suplico… me haga merced de proveerme con un oficio de guerra, govierno, justicia como es Por governador de las filipinas, u de la habana, castellano de san Juan, de ulua y otro govierno corregidor de la ciudad de mexico o çacatecas u otro semejante donde yo sirva a vuestra alteza con la aprobación que lo hecho hasta agora…”

    En su solicitud alegó, además, que él y su familia estaban pasando necesidad:

“Y tengo un hijo y dos hijas llamados don bartolome doña catalina y doña Ysabel de mesa y costilla Y ellos e yo tenemos y pasamos extrema necesidad y pobreza respeto de aver gastado y consumido toda mi hacienda en buestro Real servicio y veinte mil pesos de dote que me dieron sus padres”

    Tampoco sentó muy bien ese nombramiento entre los vecinos de la comarca de Zacatecas, que muy pronto se movilizaron para pedir que no fuese trasladado. Así, ya el 16 de septiembre, el beneficiado Juan de Arredondo Bracamonte, solicitó se le nombrase alcalde mayor de las minas de los Ramos para dar quietud y seguridad a aquella tierra y porque, al no haber juez allí, los vecinos y mineros desatendían los asuntos religiosos, de tal manera que, al recibir pocos donativos, la iglesia estaba en ruinas, siendo Bartolomé la persona idónea para levantar los ánimos para su reedificación. Al día siguiente sería el capellán de Zacatecas, Andrés Valencia, el que pidió que fuese destinado a un lugar intermedio para no dejar desatendida la ciudad, y arruinar el trabajo hecho por este en aquellas tierras. El día 18 fue el padre Diego de Rueda el que solicitó que Bartolomé de Mesa permaneciese en la comarca en su oficio de la Santa Hermandad, por la seguridad que había por los caminos y la tranquilidad que reinaba en la ciudad de Zacatecas y su entorno. El mismo día, desde las minas de los Ramos solicitaron que se nombrase al sargento Bartolomé de Mesa como alcalde mayor “Rebalidandole las dichas comisiones Para que desde este puesto las continue conque entendemos se haze servicio a su magestad y conocido bien y merced a esta rrepublica y al dho Don bartolome de messa se la satisfaze en algo, los servicios que con tanta fidelidad y trabajo a hecho en este casso y por los meritos que en su persona ay y concurren y porque en el tiempo Presente lo an menester mucho todas estas comarcas…” Un día mas tarde fue el padre Diego González el que pidió el nombramiento del alcalaíno como alcalde mayor de dichas minas y el día 20 varios representantes de las autoridades de Zacatecas pidieron se le proveyese de algún oficio de justicia ordinaria cerca de la ciudad. También los mineros de la ciudad señalaron los graves daños que sufrirían alejándole de allí y enviándolo a servir el oficio de alcalde mayor de Tlaltenango, por lo distante de ambos puntos.

    En estas mismas fechas, se presentó un nuevo problema en aquel Reino; el desabastecimiento de las carnicerías. En años anteriores, había tal cantidad de ganado, que aumentaron considerablemente los ingresos que recibía la Catedral por las rentas decimales y la Corona por los novenos. Sin embargo, empezaron a cometerse muchos robos de ganado y matanzas sin control, hasta el punto de escasear las reses hembras para criar a los becerros y en muchas haciendas se mataba simplemente para extraer la grasa para manteca y ni siquiera aprovechaban la carne, tirándola. El Dean y el Cabildo de la Catedral de Guadalajara, ante la merma de ingresos, pidieron al gobernador Pedro de Otalora que pusiera remedio a la situación, quien, el 25 de octubre nombró a Bartolomé de Mesa juez de matanzas del Reino de Nueva Galicia “para que en todo el y en las partes y lugares que convengan de su distrito hagáis ynpidais que no se maten las dichas bacas hembras terneras Recien nacidas medianas ni de mayor hedad, ovejas ni cabras con ningún color ni por ninguna causa ni Razon por ninguna persona de qualquier estado calidad ni condizion que sean en carnizeria Publica ni fuera de ella en canpo, hazienda estancia población ni despoblado y conta los que la mataren o hubieren muerto procedereis haziendoles caussas y procesos de ello…”

    A finales de mes siguiente, 28 de noviembre, los mineros de las minas de los Ramos solicitaron al gobernador que renovara al alcalaíno en sus funciones de pesquisidor de la Santa Hermandad sin demora, para garantizar la seguridad en aquellas tierras, una zona que visitó nuevamente Bartolomé, pues el día 29 el Vicario de las minas de los Ramos, Juan Arredondo, escribió al gobernador lo siguiente:

“en solo dos días que estuvo en este Real el sargento mayor don bartolome de messa fomentó de manera el poner Por obra la desta iglesia queda Ya en muy buen estado Y se abrirán los cimientos muy Presto Y en especial biniendo Por alcalde mayor a estas minas conque todo queda Remediado Y yo y todos los vecinos Y mineros gozaremos con esta merced muy buenas Pascuas…”

    Finalmente, todas las peticiones que se hicieron al gobernador fueron atendidas y el 14 de diciembre, por provisión real, fue nombrado alcalde mayor de las minas de las Charcas, Agua del venado, Ojocaliente y el Real y minas de los Ramos, su partido y jurisdicción por el tiempo de un año con un salario de 600 pesos de oro común, por ser un sitio centrado y poder desde allí acudir a donde fuese necesario.

    Bartolomé, que retuvo el cargo juez pesquisidor, a principios de 1623 tuvo que afrontar un problema enquistado desde hacía mucho tiempo. Prácticamente desde la fundación de la ciudad de Zacatecas, se producían los domingos y días de fiesta enfrentamientos entre los indios laborios, mulatos, mestizos y negros de las haciendas de los mineros, que solían salir a las afueras de la ciudad armados con espadas, lanzas, cuchillos y otras armas para enfrentarse entre ellos, por lo que no era raro que cada domingo se produjesen varias muertes, lo que a su vez provocaba el despoblamiento de las minas. Las justicias ordinarias de la ciudad habían intentado poner remedio de varias maneras, pero ninguna fue efectiva.

    En el mes de febrero se produjeron nuevas peleas, llegando Bartolomé hasta Zacatecas y “con mucho cuidado fue a ellos y prendio a algunos mas culpados y causados de ellas y los que las movían originaban y capitaneaban y procedio contra ellos breve y sumariamente y los condeno a muerte…”[98]

    Tal fue la fama que alcanzó, que era temido en todo el Reino:

“con su sola presencia se quietó e ynpidio la dha guerra y munchas muertes que pudieran subseder como costumbre que hera ya en toda aquella tierra la qual dha quietud duro hasta hoy y temen los dhos delinquentes y demas personas al dho don brme de mesa de manera que no an menester mas que oyr su ne para dejar de cometer los dhos insultos guerras y otros dibersos delitos” [99]

    Hemos visto que, en septiembre del año anterior, había solicitado un cargo de más relevancia, para lo cual se iniciaron las diligencias en la Real Audiencia de Guadalajara, resultando un proceso bastante lento, hasta el punto de que el 16 de septiembre de 1623 tuvo que solicitar que se terminase de una vez el expediente para enviarlo al Consejo de Indias. Pero no será hasta el 9 de mayo de 1624 cuando los miembros de la Real Audiencia emitan su parecer: “se le podrá hacer md del corregimto de la ciudad de çacatecas o del gobierno de la Nueva Vizcaya.” Quedaba aún enviar toda la documentación hasta la península para que los examinara el Consejo y la posterior devolución del dictamen, por lo que la resolución podía demorarse muchos meses.

    A partir de aquí, se borra el rastro de Bartolomé de Mesa. No hay constancia de asignación de nuevo oficio. Conviene aclarar que tenía ya 60 años, una edad bastante avanzada para aquella época y posiblemente no se moviera de las minas de los Ramos, donde tuvo su último oficio conocido como alcalde mayor, pues lo único que hemos podido averiguar es que 1626 allí aparece como propietario en un repartimiento de azogue:

“el cappn Don Bartolomé de mesa tiene en el dho Rl una Hacienda con un Molino y onze macos que a quintal y medio importan diez y seis qs y medio y por la ley que tiene los Metales se le podrán dar a cumplimto a veinte y cinco quintales”

    Sí hemos localizado alguna información más sobre su hijo, Bartolomé de Mesa Costilla, del cual sabemos por un poder que le otorga su tío, Hernando Costilla, que en 1630 cruzó el Atlántico para residir en la Corte de España [100] aunque después regresó a su patria, pues el 6 de marzo de 1639 contrajo matrimonio en el pueblo de Tepospizaloya, donde era alcalde mayor, con Ana de Tapia y Orozco. [101] La Iglesia de esta población dependía del municipio de Autlán, lugar de residencia de un tío suyo, lugar donde aparece el joven matrimonio como padrinos en un bautismo celebrado el 27 de junio. [102]

    Ignoramos el lugar y su fecha de defunción de Bartolomé de Mesa y Palma. Esperemos que en un futuro se puedan resolver estas incógnitas para completar la vida de este alcalaíno ilustre.

Firma de Bartolomé de Mesa en libro de actas de Alcalá

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NOTAS

[95] Testimonio de Luís Díaz de Cepeda

[96] Ib.

[97] Testimonio del licenciado Juan Jiménez Calderón, abogado de pobres de la Real Audiencia

[98] Testimonio de Luis Díaz de Cepeda.

[99] Testimonio de Juan de Orozco Palacios, relator de la Real Audiencia.

[100] ARCHIVO PUBLICO DE GUADALAJARA. JALISCO. Protocolos notariales de Juan Sedano 1630 folio 160 vto. Licenciado Costilla da poder a sobrino Bartolomé Mesa Espinosa para pedir plaza fiscal al rey

[101]  Parroquia Sagrario de Autlán. Libro Bautismo 1 (1636-1653) folio 110. "México, Jalisco, registros parroquiales, 1590-1979," database with images, FamilySearch (https://familysearch.org/ark:/61903/3:1:9392-VL5J-B?cc=1874591&wc=3JCJ-MNP%3A171935101%2C171935102%2C171935103 : 14 December 2021), Autlán > El Sagrario > Bautismos 1636-1653, 1661-1673, 1677-1720 > image 136 of 595; parroquias Católicas (Catholic Church parishes), Jalisco.

[102]  Parroquia Sagrario de Autlán. Libro Bautismo 1 (1636-1653) folio 43 "México, Jalisco, registros parroquiales, 1590-1979," database with images, FamilySearch (https://familysearch.org/ark:/61903/3:1:9392-VLR6-W?cc=1874591&wc=3JCJ-MNP%3A171935101%2C171935102%2C171935103 : 14 December 2021), Autlán > El Sagrario > Bautismos 1636-1653, 1661-1673, 1677-1720 > image 59 of 595; parroquias Católicas (Catholic Church parishes), Jalisco.

sábado, 29 de noviembre de 2025

Caciquismo en Alcalá: Retrato de una época (VI)




Ismael Almagro Montes de Oca



    Para mantenerse en el poder, el cacique tejía una red clientelar, concediendo todo tipo de favores, como exenciones de impuestos, exclusiones del servicio militar, repartos de tierras, a cambio del voto para perpetuarse en el poder.

    Cuando había elecciones, era vital para el cacique controlar todo el proceso electoral, a fin de conseguir sus propósitos, recurriendo frecuentemente al amaño o fraude electoral. Y para ello, el sillón de la alcaldía era el lugar ideal, puesto que, hasta entrado el siglo XX, los alcaldes, se encargaban de presidir la junta municipal del censo, órgano encargado de confeccionar las listas de electores.

    Cuando un cacique accedía a la alcaldía, ponía de secretario municipal a una persona de su total confianza, que actuaba asimismo de secretario de la junta municipal del censo. Este secretario se encargaba de validar las listas y de admitir o rechazar a los electores en función de su renta económica. Conviene precisar que hasta 1890 no se implantó en España el sufragio universal masculino para mayores de 25 años y que, con anterioridad a esa fecha, solo tenían derecho al voto los hombres mayores de edad con un determinado nivel de ingresos económicos.

    Anteriormente ya hablamos de Pedro Montes de Oca Atienza como el mayor exponente del caciquismo en Alcalá. Hoy traemos una nueva muestra de sus métodos totalitarios y de cómo manipulaba las elecciones, no ya con la compra de votos, sino imponiendo y manipulando la formación de las mesas electorales que debían “garantizar” que las votaciones y posterior escrutinio se ajustaban a la legalidad.

    El 30 de abril de 1884 debía tener lugar la elección de compromisarios para el nombramiento Senadores en la capital de la provincia. Ese mismo día, antes del inicio de las votaciones, debía constituirse la mesa con la elección del secretario y de los escrutadores. Seguramente, en anteriores ocasiones, se habían producido irregularidades en el proceso electoral, motivo por el cual, fue requerida la presencia del notario D. Rafael Espinosa Ramos para acreditar los hechos ocurridos por un nutrido número de alcalaínos con derecho a voto. Los requirentes fueron los siguientes:

- D. Juan María de Castro Moreno, de cuarenta y un años, de estado casado, propietario.
- D. Bartolomé Mariscal Moreno, de sesenta y cinco años, de estado casado, labrador.
- D. Francisco de Velasco García, de cincuenta y nueve años, de estado soltero, propietario.
- D. Pedro Toscano García, de sesenta y seis años, de estado casado, propietario.
- D. Pedro Toscano Dalmau, de treinta y un años, de estado casado, propietario.
- D. José Jiménez Álvarez de cincuenta y dos años, de estado casado propietario.
- D. José Sánchez Canto, de cincuenta y siete años, de estado casado labrador.
- D. José Jiménez Canto, de cincuenta y siete años, de estado casado, herrero.
- D. José Blanco Rangel, de cuarenta y cuatro años, de estado casado, agricultor.
- D. Pedro Nieto Torrejón, de cincuenta años, de estado casado labrador.
- D. Antonio M.ª de Puelles y Salas, de cincuenta y ocho años, de estado casado, propietario.
- D. Mariano Delgado de Mendoza y Simó, de sesenta y seis años, de estado casado, propietario.
- D. Luís Delgado Pérez, de cincuenta y tres años, de estado casado, propietario.
- D. Rodrigo Delgado Sánchez, de treinta y dos años, de estado casado, propietario.
- D. Jorge Jara Rodríguez, de cuarenta y ocho años, de estado casado, propietario.
- D. Joaquín Eusebio de Puelles Salas, de cincuenta y tres años, de estado casado, propietario.
- D. Francisco de Alba Rodríguez, de cincuenta y cuatro años, de estado casado, propietario.
- D. Antonio Visglerio y González de cincuenta y cuatro años, de estado casado, propietario.
- D. José Sánchez Fernández, de cincuenta años, de estado casado, propietario.
- D. Pedro Gutiérrez Fernández de cincuenta años, de estado casado, propietario.
- D. Francisco Javier Hita Mancilla, de sesenta y siete años, de estado casado propietario.
- D. Agustín Sánchez Canto de cincuenta y cinco años, de estado casado, propietario.
- D. Ignacio Tizón Moreno, de cincuenta años, de estado casado, propietario.
- D. Gonzalo Romero Blanco, de sesenta y seis años, de estado casado, propietario.
- D. José Romero Almagro, de sesenta años, de estado casado propietario.
- D. Lorenzo Sánchez Canto, de sesenta y dos años, de estado casado, propietario.
- D. Domingo Ortega Lobato, de sesenta y cuatro años, de estado casado, propietario.
- D. Francisco Lozano Fernández, de cuarenta y ocho años, de estado casado, propietario.
- D. Manuel Coca Ramos, de cincuenta y dos años, de estado casado, propietario.
- D. José del Valle Pardeza de cincuenta años, de estado casado, propietario.
- D. Jerónimo Caballero Briones, de cuarenta y cinco años, de estado casado, labrador.
- D. Antonio Romero Camacho, de cincuenta y ocho años, de estado casado, propietario.

    Recordemos que se adquiría el derecho al voto en función de la capacidad económica de cada individuo. Siete de éstos ni siquiera firmaron el documento por no saber escribir.

    El notario se presentó con el resto de individuos en las casas consistoriales, y para sorpresa de todos, ya se había constituido la mesa:

“me constituí, acompañado de los susodichos, todos que aseguran ser electores para el nombramiento de compromisarios en la sala consistorial, al mismo tiempo que entraba en ella el Alcalde de esta ciudad, Don Pedro Montes de Oca Atienza, el cual ocupó la Presidencia hallándose ya sentados a los lados de la mesa Don Francisco Mancilla Quijada, Don Francisco Caballero Vera, Don Francisco Gutiérrez Sánchez y Don Amalio Sanjuan Arias, los que según manifestó dicho Señor Alcalde constituían la mesa interina estando también de pie el Secretario de esta Municipalidad Don José Pacheco y de los Ríos con un legajo en la mano al parecer, de Gacetas o Boletines y en actitud de proceder a la lectura de lo prevenido en el artículo treinta y dos de la Ley Electoral vigente.”

    Casi todos reclamaron la ilegalidad por “estar constituida la mesa antes de abrirse la puerta de espresada sala capitular”.

    No fue la única ilegalidad cometida por el alcalde, pues exigieron inspeccionar la urna (que debía ser de madera por lo que no se veía su interior) y le acusaron “de no permitirseles examinar la urna por su interior y que estaba sobre la mesa para recibir los sufragios, a todo lo cual se negó el Señor Alcalde espresando que no admitía reconvenciones, pues se hallaba dispuesto a llevar a cabo el acto en la forma por el establecida, y que de todo ello se protestara como tubieran por conveniente”.

    Ante la negativa del alcalde, abandonaron la sala protestando la “nulidad todo lo actuado y lo que sucesivamente se practicare hasta dar por terminada la elección de Compromisarios, por haberse infringido abiertamente la Ley Electoral en cuanto a la constitucion de la mesa interina y no permitir la inspeccion de la urna dandose a entender cual había de ser el resultado de los actos posteriores”

    Denunciaron asimismo que no se había citado previamente al cuerpo electoral y abandonaron el local ante el despecho de Pedro Montes de Oca, negándole “el carácter de autoridad, lo cual verificaron saliendose del local con el mayor orden.”[1]



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NOTAS

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sábado, 22 de noviembre de 2025

Anuario 1880



ALCALDE PRESIDENTE

D. Francisco Recio Pedrosa, Real

TENIENTE 1.º             

D. Camilo Moreno, Real

IDEM 2.º        

D. Miguel Caro Sánchez, Los Pozos

IDEM 3.º

D. Rodrigo Delgado Sánchez, Collado

1º PROCURADOR SÍNDICO

D. Francisco Moreno Redondo, Plaza de la Cruz

2º PROCURADOR SÍNDICO

D. Manuel del Puerto Gómez, Los Pozos

SECRETARIO AYTO.

D. José Pacheco de los Ríos,

    Jefe honorario de la Administración Civil, Villa arriba 31

DEPOSITARIO DE FONDOS MUNICIPALES

D. Ildefonso Sánchez Salas, Plaza de la Cruz

ALCALDE DE BARRIO

D. José Franco de los Ríos, Collado

D. Diego Centeno de los Ríos, Real

D. Melchor Moreno Pérez, Cuatro Esquinas

JEFE ESTACION MPAL. TELEGRAFOS

D. Francisco Pacheco Roa, Villa arriba 31

JUEZ MUNICIPAL

D. Joaquín Puelles Salas, Barrio Nuevo

SUPLENTE

D. Francisco Arroyo Rodríguez, Carril Alto

FISCAL MUNICIPAL

D. Pedro Benítez Álvarez, Los Pozos 63

SUPLENTE

D. Rafael Bohórquez Díaz, Villa arriba 33

SECRETARIO MUNICIPAL

D. Manuel de Luna Herrera, Plaza de Blaza

NOTARIO PÚBLICO

D. Rafael Espinosa Ramos, Licenciado en Jurisprudencia Y Jefe honorario de la Administración civil, Real 44

ADMINISTRADOR DE RENTAS

D. Vicente Espinosa Ramos, Jefe honorario de la Administración civil, Real

ADMINISTRADOR DE CONSUMOS

D. Miguel Pastor González, S. Pedro

ADMINISTRADOR DE CORREOS

D. Antonio Álvarez Corona, Plaza de la Cruz

ADMINISTRADOR DE PROPIEDADES Y DERECHOS DEL ESTADO Y COMISIONADO DE VENTAS

D. Antonio Sánchez González, Plaza de Santo Domingo

RECAUDADOR DE CONTIBUCIONES

D. José Gallo y Otero, Los Pozos

DIRECTOR DE LA HIJUELA PROVINCIAL DE EXPÓSITOS

D. Pedro Escobar Pérez, Villa arriba

DIRECTOR DEL COLEGIO DE 2ª ENSEÑANZA, TITULADO DE S. JOSÉ

D. Antonio Juillet, Barrio Nuevo

MAESTRO DE 1ª ENSEÑANZA

D. Ildefonso Roa y Sánchez, Monjas

D. Juan Romero Jurado, Plaza de Santo Domingo

COLEGIO DE NIÑAS, TITULADO DE JESUS, MARIA Y JOSÉ

Sor Telesfora de Santa María Herrera, Beaterio

ESCUELA DE NIÑAS

Dª. María Gil Calvente, Villa Arriba

LICENCIADO EN JURISPRUDENCIA

D. Antonio M. de Puelles y Salas, Real

MÉDICO

Dr. D. Juan Centeno de los Ríos, Carrera

Dr. D. José Fuentes Fernández, Villa Arriba

Dr. D. José Puelles Centeno, Barrio Nuevo

Dr. D. Francisco Machado Blanco, Carril Alto

LCDO. EN MEDICINA Y FARMACIA

D. Manuel Espinosa Ramos, Real

LCDO. EN FARMACIA

D. Miguel de Puelles Centeno, Real

CIRUJANO SANGRADOR

D. Francisco Moreno Redondo, Real

D. Francisco Mancilla Quijada, Real

VETERINARIO

D. Melchor Román de la Jara, Plaza de la Cruz

D. Andrés Wanceulén y Ardaya, Los Pozos

ARCIPRESTE Y CURA PROPIO DE LA PARROQUIA DE SAN JORGE

Br. D. Francisco de P. Castro y Moreno, cura castrense, Plaza de la Constitución 2

COADJUTOR

D. Francisco Javier Vargas Cornejo, Parroquia S. Jorge

D. Antonio Benítez Ramírez, Plaza de la Cruz

CAPELLÁN HOSPITAL MISERICORDIA

D. José García Barroso, Salada

CAPELLAN ERMITA DE LOS SANTOS

D. Francisco Cuesta Moreno, Villa abajo 20

NOTARIO ECLESIÁSTICO Y CASTRENSE

D. José Franco de los Ríos, Collado

DIPUTADO PROVINCIAL DEL DISTRITO

D. Mariano Delgado de Mendoza, Caballero Maestrante de la Real de Sevilla y propietario, Real 60





FUENTE: Guia Rosetty

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sábado, 15 de noviembre de 2025

Caracena




Ismael Almagro Montes de Oca



    A poco más de dos kilómetros del Prado, en el antiguo camino de Arcos, se ubica le reconocida “venta Caracena”.

    El origen del nombre de esta famosa venta sigue siendo desconocido. Seguramente todos hemos oído algunas de las teorías que lo achacan al excesivo precio que costaba cenar en aquel establecimiento tiempo atrás o que guarda relación con una reyerta que hubo entre dos comensales que acabó con la muerte de uno de ellos y por eso se dice que le salió “cara la cena”.

    Sin embargo, puede que exista una explicación más sencilla y que su origen sea simplemente un apellido.

    Existió en Alcalá a finales del siglo XVII un vecino llamado Domingo Caracena, aunque no era natural de esta tierra, sino nacido en el Puerto de Marín, arzobispado de Santiago de Compostela. Hijo de Juan Piñero y Dominga de Caracena, debió llegar a Alcalá antes de 1682, año en el que contrajo matrimonio el 29 de noviembre con Beatriz Parienta, viuda de Antonio Márquez.[1]

    Se da la circunstancia de este Domingo Caracena estaba relacionado con el negocio de la hostelería, ya tenía una taberna. A finales de 1685 se obligó a pagar a Juan Crisóstomo Rincón, recaudador del impuesto de los Reales Servicios de millones, 150 reales “en qe tienen ajustado el derecho del millón qe puede valer tiempo de tres meses qe a de bender vino en la taberna qe tiene en la calle rreal de esta dha villa”[2]

    Esta taberna no fue la única que tuvo, porque años más tarde, a finales de 1689, se obligó a pagar a Francisco Fernández Garrobo 500 reales para poder vender por su cuenta vino y vinagre acuartillado en la taberna que había tenido Andres Conejo en la calle Real “y asimesmo en la que nueva mente e de poner en las Casas de venito de acosta por bajo de la puerta de la viª por tienpo de un año…” [3]

    Con el paso de los años, Domingo Caracena siguió haciendo negocio con el mundo del vino, hasta el punto de hacerse arrendador del Ramo de vino y vinagre forastero en el año de 1700, año en que seguía teniendo una taberna.[4] No fue el único año en que se hizo con dicho arrendamiento, pues nos consta que en 1713, junto a Pedro Jiménez Cazalla, se adjudicaron el remate del ramo del vino y vinagre acuartillado que entrare de fuera al por mayor y al por menor.[5]

    Por lo que toca a la actual venta, desconocemos si existió en aquella época un “Ventorrillo” en aquel lugar ni si era regentado por Domingo Caracena.

    Sin embargo, cabe la posibilidad de que el terreno en que se ubica, hubiese sido de su propiedad. En 1707 impuso tres ducados de censo sobre unas casas que poseía en la calle de Juan de las Brozas “y así mismo los impongo sobre un huerto viña y arboleda que así mismo tengo y poseo por mis bienes en el sitio de fraxa termino de esta dicha villa que llaman el huerto del zerrudo...” [6]




    Aunque tuvo dos hijos, Juan y María, el apellido Caracena se extinguió, al usar éstos el apellido paterno, Piñero, siguiendo la costumbre de la época de utilizar cualquiera de los apellidos de sus abuelos.[7]

    Para terminar, en un plano de la segunda mitad del siglo XIX, aparece el lugar que hoy ocupa la venta consignado como “Casa olivar de Caracena”.

Plano de 1874


 

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NOTAS

[1] ARCHIVO PARROQUIAL ALCALA GAZULES. Matrimonio Matrimonios 5 folio 171 vto. (Según consta en un expediente de limpieza de sangre de sus nietos realizado en 1775)

[2] ARCHIVO HISTORICO PROVINCIAL CADIZ. PN Alcalá de los Gazules, 62. escritura de obligación otorgada ante Andrés Muñoz el 13 de octubre de 1685. Folio 268 y vto.

[3] AHPCA. PN Alcalá de los Gazules, 240. Ante Juan Barreto de Molina. Folio 103

[4] AHPCA. PN Alcalá de los Gazules, 144. Escritura de obligación de Domingo de Caracena a favor de Francisco Pacheco de Tapia, otorgada ante Juan Barreto de Molina el 15 de enero de 1700. Folio 94.

[5] AHPCA. PN Alcalá de los Gazules, 30. Obligación por el ramo del vino a su majestad por 4373 reales. Escritura ante Carlos del Fierro realizada el 11 de diciembre de 1713. Folios 598 a 600 vto.

[6] AHPCA. PN Alcalá de los Gazules,152. Imposición de censo y tributo de Domingo de Caracena a favor del Convento de Santa Clara, escritura otorgada ante Francisco Baptista de Ortega el 5 de octubre de 1707. Folios 145 a 147.

[7] Según consta en el expediente de limpieza de sangre de sus nietos, que se reconocen “hijos lexitimos y naturales de Juan Piñero Carrasena apellido assi dibulgado en esta villa y de dª Juana Maria Perez” (AHPCA. PN Alcalá de los Gazules,257, ante Rafael González de Lora)

sábado, 8 de noviembre de 2025

La Parroquia de San Jorge de Alcalá de los Gazules (III)



Posteriormente, el deán y cabildo de Cádiz apelan en la Real Chancillería de Granada, hasta donde se desplaza a finales del mes de mayo el mismo notario, aunque el pleito es devuelto al juzgado eclesiástico. [81]

A partir de aquí, nos encontramos con un vacío de nueve años, hasta que, a mediados de julio de 1554, el corregidor recibe una carta desde Roma para que se nombre un nuevo representante.[82]

Cuatro meses antes, se habían tenido noticias de que el obispo intentaba crear un impuesto sobre las reses rehechas[83] y que Jimena se proponía iniciar otro proceso judicial, pidiendo a Alcalá que se sumen a la causa junto con Medina y Gibraltar. [84]

Precisamente en dicho mes de abril, se devuelven las piezas de cantería que el mayordomo de las fábricas, Pedro Sánchez de Trujillo, prestó al ayuntamiento para edificar la casa del peso de la harina, lo que puede indicar cierta inactividad en la reforma de la parroquia. [85]

El 30 de julio, el escribano del cabildo se reúne en las dependencias de la parroquia con el vicario Francisco de la Guardia y los beneficiados Francisco Sánchez Cazalla, Diego de Tejada y los curas Fernando Gil de Medina y Francisco García,  con el fin de consensuar el modo de continuar el pleito, decidiendo los clérigos, que, antes de tomar ninguna decisión, debían consultar en Cádiz con el provisor y en Medina con el beneficiado Gutiérrez. [86] Tras escuchar la opinión de este último, curas y regidores optan por contratar en Jerez a un notario «q sea conocido en scripturas y despachos en roma»[87]

Al pasar el asunto a Roma, se ralentiza sobremanera y se elevan los costes, enviando el cabildo de Medina una carta a finales de abril de 1555 informando de todos los gastos ocasionados, debiendo contribuir Alcalá con veinte ducados de oro. [88]

En agosto de este año encontramos otro indicio más de inactividad en la parroquia, al utilizar el beneficiado De la Guardia materiales de la fábrica para cerrar parte del foso del castillo para evitar que se los robasen, alegando que «él no fizo cerrar la dha calleja sino pa guardar los ladrillos y cal y los otros materiales d la obra d la yglia pr q se los hurtan…»[89]

En todo este proceso, hasta ahora, no queda claro si la mitad de las rentas de la fábrica de la parroquia se estaban enviando a Cádiz , pero lo que si es cierto es que la falta de recursos de la misma impedía ampliar el templo, hasta el punto de que, en julio de 1556, el vicario Francisco Sánchez Cazalla, a petición del provisor, suplica al ayuntamiento que la limosna en forma de echo de bellota[90] que anualmente daba para ayuda de la obra de la ermita de San Sebastián, que estaba casi acabada, se destinase para la obra de la iglesia mayor, desestimándolo los regidores hasta que no se concluyese en su totalidad dicha ermita. [91]

En abril del año siguiente, el provisor vuelve a solicitar la limosna, obteniendo la misma respuesta de los regidores, esta vez de manera más categórica: «se vido una cª dl maestre escuela povisor dste obpdo pr la ql dize q sus mds manden ayuda a la obra d la yglia mor q se fase con un tronco d bellota cada un año prq se acabe mas q bien como se a ffo con san sebastian como se qe en la dha cª/ y sus mds dixeron q se le responda pr cabildo q la bellota es d los criadores vºs dsta vª y q los aºs q se a dado pa la yglia d san sebastián a sido d con su voluntad y prq no tenía ni tiene fabrica ni pºpiedad alguna…»[92]

            Estas peticiones, unidas al hecho de que, en mayo del mismo año, el mayordomo de la fábrica, Francisco de la Guardia, solicita licencia para cortar madera para hacer una carreta para el servicio de la Iglesia,[93] nos indican que estaban a punto de iniciarse, o quizás ya habían comenzado, obras de ampliación en el edificio, construyéndose las actuales capillas de la Columna y de Ánimas. La primera se destinó para albergar el altar de Ntra. Sra. de los Remedios, mientras que a la segunda se le dio un uso bien distinto. Existe una diferencia de nivel de más de dos metros entre la cabecera y los pies de la iglesia con respecto a la plaza alta, por lo que esta nueva construcción tuvo que cimentarse sobre el firme de la plaza y para salvar la diferencia, en lugar de rellenar hasta alcanzar el nivel de la solería, se optó por construir un aljibe que recogiese las aguas del tejado, debiendo colocarse el brocal del pozo en lo que hoy es la capilla de Animas. Este aljibe ocupaba también parte de la nave colateral y quedó al descubierto hace pocos años al hundirse una porción del suelo, entre la capilla y el coro. En 1604, el racionero de la Santa Iglesia Catedral, D. Cristóbal Salvador, mandó «aderesar el aposento del aljive su texado y el entresuelo»,[94] cuya entrada debía estar independiente de la Iglesia. En la pared de este aposento lindante con la nave, se hallaba el altar de Animas, tal como se identifica en la misma visita entre los existentes en el lado derecho del altar mayor: «luego ay otro altar en la pared del dho lado derº que llaman de las animas qs de la fabrica»[95]



Y si la ampliación se iba desarrollando con cuentagotas, más lento aún fue el pleito sobre los medios frutos, que sin duda lastró las reformas proyectadas en el templo. Transcurridos catorce años, en marzo de 1558, el cabildo alcalaíno vuelve a recibir noticias del de Medina, dando cuenta de que el deán y cabildo de la iglesia de Cádiz ha enviado un canónigo a Roma, donde reside el obispo «a entender en el negocio», y que es necesario enviar una persona a la Corte a suplicar al rey que obligue al obispo con graves penas para que deje «d enpeñarse en ello».[96] Pasados dos años, en abril de 1560, desde Medina se reclamará un nuevo pago de 20 ducados para las costas del pleito,[97] dinero que debía aportar el mayordomo de la fábrica, Alonso Cárdeno, pero por falta de fondos de ésta, fueron adelantados por el ayuntamiento. [98]

La escasez de fondos de la fábrica de la parroquia no se debía solamente a que sus ingresos se vieron reducidos a la mitad por los medios frutos, sino que, además, se veían frecuentemente esquilmados por el provisor, utilizándolos para fines que nada tenían que ver con el edificio. Para evitar estas tropelías, en 1561, el ayuntamiento da un poder a Pedro Rodríguez, quien expone el problema en la Corte ante el Concejo Real, denunciando que «las yglias de la dha villa tienen mucha cantidad de mrs de renta de sus fabricas y avia muchos años que se avian començado a hacer edifos en ellas y no se avian proseguido ny proseguían se gastavan en las visitas que hacia el provisor de cadiz…», consiguiendo una provisión real el 21 de abril por la cual ordena a dicho provisor «q vos ni vros offiçiales ni criados no gastasedes las dhas fabricas y se gastasen en aquello para q fueron fundadas y consignadas». El mismo Concejo envía otra carta al corregidor de Alcalá para que averigüe cuántas iglesias existen, qué fábrica tiene cada una, qué edificios hay empezados y «por qué se dexan de pºseguir y acabar y quienes son los q se gastan de las dhas fabricas en las visitas que haze el provisor d la dha cibdad»[99]

Hemos visto que, años atrás, el provisor había solicitado la limosna de un tronco de bellota para la obra de la parroquia y la negativa de los regidores, por entender que su fábrica tenía rentas suficientes para afrontar las reformas, y que no sería justo destinar dinero público para ello cuando el obispado distraía el dinero de la fábrica en otros menesteres. Esto justifica que el ayuntamiento destine todos los años la referida limosna para la obra de San Sebastián, hasta su conclusión en 1561 [100]  y que, a partir de este año, tampoco se socorra a la parroquia, sino que la reparte por mitad entre la cofradía de la Vera Cruz, que había solicitado ayuda para levantar su ermita, y la de Santa Catalina, dejando fuera a la de Consolación, pues «pa todos será poca ayuda»[101]

Sobre la ampliación de la Parroquia, las noticias son muy escasas en estos años, aunque debió continuarse poco a poco, puesto que consta que tenía materiales acopiados, que a veces se prestaban al ayuntamiento para obras públicas, como en el caso de abril de 1562,[102] o agosto del año siguiente, cuando el beneficiado Vicente Martín, mayordomo de fábrica, pide al cabildo que le pagasen 700 ladrillos que prestó para el enladrillado que se hizo en la Puerta del Sol, porque le hacen falta para la iglesia.[103] Sin embargo, estas obras debían de avanzar a un ritmo tan lento que, en marzo de 1564, los regidores elevan una queja al provisor para que se labre la iglesia mayor,[104] queja que vuelve a reproducirse en diciembre, tras el envío de trigo de la fábrica a Cádiz: «los bienes d las fabricas se gastan en las visitas q fazen los pºvisores y sus ofªles y en otras cosas y (¿?) y q agora y otras veces atrás an mandado dar a las monjas d cadiz cierta cantidad d trº d las dhas fabricas». Ante este agravio, se decide enviar la provisión real conseguida en 1561 al provisor para que la cumpliese.[105]

Esta situación, lejos de solucionarse, va empeorando, hasta el punto de que, en marzo de 1567, el ayuntamiento tiene que acudir al obispo para denunciar que la iglesia mayor se ha quedado pequeña y que no se pone remedio porque el dinero de la venta de los granos de la fábrica no se invierte en la parroquia: «…como se a sacado dos años el pan trº y cevada de las fabricas dsta villa y como a muchos días q no se labra cosa ninguna en la iglia mor dsta villa por falta de no venir a poder del mayordomo los mrs del dho pan y se acordó q se scriva al señor obpo de cadiz pidiéndole q pºvea de mª q lo q es d la fabrica se gaste en benº della esplmte en labrar qes de lo q te necesidad q por ser tan estrecha la yglia no cabe muchos días la gente en ella y lo q mas convenga este pºposito»[106]

Sin embargo, ni el obispo parece poner remedio, puesto que van pasando los años sin que se revierta la situación,[107] hasta que volvemos a tener noticias sobre nuevas obras, ya iniciadas a finales de noviembre de 1575, fecha en que el beneficiado Juan Sánchez Cazalla, mayordomo de la fábrica, pide al cabildo que se le dé a la Iglesia el rincón que se hace delante de la puerta de la obra nueva para añadirlo a dicha iglesia y evitar así las basuras e inmundicias que allí se echan.[108] Esta obra debió durar más de un año, puesto que en diciembre del año siguiente se solicita licencia para cortar dos docenas de vigas y cuatro docenas de alfarjías.[109] Durante esta reforma debió ampliarse el aljibe, quitándose el brocal del aposento donde estaba y construyendo otro acceso al mismo junto a la torre campanario. Se aprovecha para transformar dicho aposento en la capilla de Ánimas, añadiéndosele una bóveda de yeserías policromadas.

            El rincón que se menciona debe ser el que formaba el aposento del aljibe y la puerta se correspondería con la de San Juan, aunque debemos aclarar que su morfología actual es posterior, siendo por tanto el nuevo espacio construido una ampliación del templo desde dicho aposento hasta formar la esquina con la fachada principal, construyéndose o reformándose entonces un primitivo campanario.  Un indicio que nos lleva a pensar que se actúa en el campanario es que, pasados unos meses, el ayuntamiento concede licencia para cortar un eje de alcornoque «pa la campana nueva q agora se a ffo pa san jorje»[110]

 


Terminadas las obras de esta ampliación, en más de una década no se ejecutan nuevas reformas en la Iglesia mayor, cada vez más pequeña ante el paulatino aumento de población, «y se sale la gente della por no caber a los offos divinos» motivo por el cual, en 1588, los vecinos aprovechan que el visitador del obispado se encuentra en la villa para pedirle que agrande la iglesia. En la misma visita, los regidores acuerdan escribir al duque de Alcalá “pa q labre la dha iglia con la trasa qsta dada».[111] Este no es un dato baladí, pues confirma la existencia de un proyecto, de unos planos para llevar a cabo la ampliación de la parroquia, al menos en esta época.

De cualquier forma, parece que tampoco la súplica al duque sirvió de mucho para avanzar en la reforma estructural que se pedía para la parroquia, porque siguieron pasando los años sin que se acometieran obras de envergadura, solo simples tareas de mantenimiento, e incluso parece que alguna actuación pudo llevarse a cabo para justificar el gasto de las rentas de la fábrica, o, como suele decirse «para callar bocas». Tal es el caso de lo ocurrido en 1594, cuando el obispo D. Antonio Zapata encarga en Sevilla la ejecución de un retablo para el altar mayor, mientras la iglesia se está cayendo a pedazos. Una década más tarde, tuvo que renovarse la solería del templo porque estaba impracticable, ordenando el visitador del obispado su sustitución, haciendo «traer el ladrillo que fuere menester para solar la yglezia mayor por estar yndesente y no poder andar por ella…»[112]

            Como hemos visto anteriormente, las rentas de la fábrica no acababan en las manos del mayordomo local, sino que iban directamente a parar a Cádiz, con lo cual no se invertían en la parroquia, decidiendo los regidores que conformaban el ayuntamiento en 1611 pedir al obispo que «mande reparar las yglesias desta viª por questan cayéndose y que ay una custodia de palo quebrada que se causa muy gran yndecencia y no se pone por obra ningª cosa». Ante la inacción de éste, solicitan en la Real Chancillería de Granada que se revocasen todas las cuentas del mayordomo de fábrica que se hubiesen enviado al obispo, se nombrase un mayordomo laico y la presencia obligatoria de algún miembro del ayuntamiento para fiscalizar las cuentas.[113]

            Debió conseguirse esta provisión real puesto que, en marzo de 1614, el obispo D. Juan de Cuenca, que había llegado al cargo dos años antes, en su primera visita pastoral a Alcalá, pide al Concejo que nombre diputados para que asistan a la toma de las cuentas de las fábricas de las iglesias de esta villa con el visitador, conforme a derecho.[114]

            Tres días antes, el visitador general, el licenciado Alonso López de Burgos, tras inspeccionar la parroquia, comprueba el mal estado del techo del edificio, encargando al mayordomo de la fábrica, Juan Prieto de la Fuente «que para el día de sr s. juº de junio deste preste año haga que la techumbre de la yglesia se remedie en la nave mayor de manera que quede firme y se haga porque al preste esta con mucho peligro para caerse» encargándole además que consulte con oficiales expertos y con el cabildo de la villa para que nombre a dos diputados que, junto con él, concierten la obra, para «que quede muy buena y segura y a satisfacción de todos».[115] No debió darle mucha importancia a los desperfectos, puesto que requirió al mayordomo para que el techo se reparase en apenas tres meses, bajo multa de 6000 maravedíes en caso de no cumplirlo.

Sin embargo, los regidores consideran que el techo está en tan mal estado, que es necesario su derribo, presentándose así una oportunidad única para conseguir el viejo anhelo de dar más altura al edificio, puesto «que aviendose de reparar los tejados se podrá subir y alçar las paredes de la iglesia porque las capillas colaterales no caven los retablos en las naves dellas…».[116] Igualmente, solicitan al obispo que se «alargue» la capilla mayor, cuya obra «esta començada». Esta obra debe guardar relación con los trabajos que se realizaron para sustituir el altar mayor, pues nos consta que dicho cambio se dilató en el tiempo, como veremos.

La pretensión de los regidores no se llevó a cabo y el techo no se derribó, realizándose tan solo los pequeños trabajos de afianzamiento que pidió el visitador.

            Tres años más tarde, en septiembre de 1617, se produce otro acontecimiento que puede alterar o retrasar el proyecto de reforma de la parroquia. Algunos vecinos se habían querellado contra el Concejo por destinar dinero obtenido con el arrendamiento de la bellota de los montes baldíos -los famosos troncos de bellota-, para dar limosnas a algunas ermitas y conventos, por lo que el síndico personero, Miguel Cano, se ve obligado a conseguir en la Real Chancillería de Granada una provisión para que los troncos solo pudiesen concederse a vecinos de la villa que fuesen criadores de ganados, según las ordenanzas de la villa. [117]

                 Precisamente por esta fecha empezó a levantarse un coro a los pies de la iglesia, por ser la capilla donde se hallaba desde 1545, en el pequeño brazo del crucero del lado del evangelio, de pequeñas dimensiones para que cupiese todo el cuerpo de beneficiados que debía atender dicho coro. Se terminó de construir a mediados del año siguiente, originando un nuevo problema en el templo:  agora de nuevo an hecho el coro de la iglesia de sor sn Jorge desta villa de maª que se a acortado la iglesia muy pequeña y no cave en ella la gente ni la mitad». Ante esta falta de espacio, el ayuntamiento decide solicitar al obispo que se realicen obras para ampliarlo, ofreciendo esta vez su colaboración económica para tal fin. [118]

            Ahora sí, el prelado responde rápidamente, agradeciendo por carta el ofrecimiento hecho por el Concejo y ordena una reunión de los regidores con el vicario de la villa para concertar el modo de acometer las obras. [119]

Días más tarde tiene lugar este encuentro, al que asisten el vicario Francisco de la Guardia, el capitán Alonso de Coca y el licenciado D. Pedro de Estrada, alcaldes ordinarios y D. Antonio de Trujillo, alguacil mayor, acordando la cantidad que ha de pagar cada parte: «se a tratado que la fabrica a de dar mill dºs y queste qº a de dar quios dºs en dos aºs».[120] Se establecen una serie de condiciones, como que en los mil ducados que pone la fábrica, no se incluye ninguna obra ya comenzada ni material adquirido con anterioridad a esta fecha, así como que las cuentas de la obra deben llevarla el mayordomo con un diputado del cabildo. Otra de las condiciones es que el ayuntamiento aportará los 500 ducados que le corresponden en un plazo de dos años «sacando troncos de bellota para ello».

Efectivamente, los regidores se saltan la provisión real ordenada el año antes para que no se destinasen troncos a quienes no fuesen criadores y a finales de septiembre, ya se había rematado dicho tronco para la obra en 120 ducados.[121] Igualmente, algunos fieles hacen generosa donación a la fábrica de la parroquia, como el caso de Leonor de Cortegana, que dejó a la misma una limosna de 24 ducados, motivo por el cual , el obispo Juan de Cuenca le concedió a ella y sus sucesores un asiento en la parroquia.[122]

A finales de noviembre, ya se han iniciado las obras, según se deduce de los mandatos del visitador del obispado Alonso de Mesa y Barba, en Alcalá en esta fecha, quien aprovechará las obras para hacer una serie de cambios en altares y capillas, que veremos en el correspondiente capítulo, ordenando que «pase el órgano de la yglia de sn Jorge al lado del corral q nuevamte se hase».[123] Este nuevo corral debió ocupar parte de lo que con el tiempo se transformó en la conocida como casa rectoral, a las espaldas de las capillas laterales y actual capilla del sagrario. Aprovecha asimismo para ordenar la reparación de los tejados de la iglesia, de manera «q no se lluevan». Esto corrobora que cuatro años antes, el tejado solo sufrió reparaciones puntuales, pues la lluvia seguía filtrándose.

Paralelamente, en Cádiz, el obispo encarga a un reconocido arquitecto el proyecto de reforma de la parroquia, consistente en la ampliación de la capilla mayor y tras pregonarse el remate de la obra, finalmente es adjudicada al ensamblador Antón Sánchez por 1490 ducados, tal como consta en el contrato de ejecución, firmado en la capital el 14 de enero de 1619: «…por quanto el dho anton sanches tiene puesta la obra de la capilla de señor san Jorge de la iglesia  mayor de la villa de alcala de los gazules en  mill y quattro cientos y noventa ds con las condisiones escritas y asentadas y demás autos y pregones que sobre ello pasaron ante don francisco de la Guardia Altamirano, Vicario de la dicha Villa, y en presencia de alonso romero coronado y juan bautista de coca, escrivanos públicos della a que se remite y porque el sor licdo don alº de setina maestre escuela provisor y vicario general deste obispado de donde es la dha villa de Alcalá de los Gasules y a quien está cometido para que en rason de lo susodicho, provea lo que fuere justicia a mandado al dho Antón Sánchez juntamente con su muger y los dhos sus suegros y de mancomun se obliguen que siendole rematada la dha obra la hará prosiguira y acavara según y en la forma y manera que se contiene en las condiciones que se hizieron para poner la dha obra por alonso de Valdelbira maestro mayor de la fortificasión desta ciudad…»[124]

Aunque en la actualidad el término ensamblador suele aplicarse en exclusividad a la persona que confecciona retablos, en aquella época, dicha profesión se extendía a otros ámbitos, considerándose como arquitecto-ensamblador, por lo que no nos debe extrañar que fuese un ensamblador el encargado de transformar el testero plano del altar mayor en una capilla.

No es la primera vez que Antón Sánchez trabajará para la fábrica de la parroquia, puesto que en 1617 se había encargado de realizar un monumento de madera para  la misma.[125]

Las obras se desarrollan tan rápido, que, en el mes de mayo siguiente, los regidores temen que se paren por falta de dinero y se les recrimine no haber aportado su parte: «la obra se está haciendo muy aprisa y no es justo pare la obra por causa del qº» por lo que libran 130 ducados, para que, con los 120 del tronco de bellota, se le entreguen al mayordomo.[126] De todos modos, ya debía haber rumor de falta de fondos, porque en el mismo cabildo deciden escribir al obispo dándole cuenta de que ya han librado 250 ducados, la mitad de lo acordado, al tiempo que le piden que aporte algunos fondos para que «la capilla mayor se prosiga y no pare y que su sª haga algª limosna para ello»[127]

Sin embargo, una semana después, los mismos regidores paralizan la libranza de los 130 ducados, sin duda porque el síndico debió esgrimir la provisión real antes mencionada, que no habían cumplido, hasta que «se trayga facultad para ello».[128] Esto trastoca todos los planes, ya que, el cabildo no podía aportar más dinero y desde el obispado, o bien carecían de fondos, o bien había cierta reticencia a continuar pagando, por lo que la obra se detiene. A este problema se le añade que, en octubre de 1620, fallece el beneficiado Francisco de la Guardia, vicario de las iglesias de Alcalá, que era el diputado del estamento eclesial en este tema.

La ampliación de la capilla mayor continúa parada más de un año por falta de fondos, llegando en septiembre de 1621 el nuevo vicario, el beneficiado Juan de Palma, a solicitar al Concejo un tronco de bellota de los montes baldíos para ayuda de la obra de la capilla para poder acabarla,[129] pero los regidores se abstienen hasta conocer todos los acuerdos anteriores relativos a dicha obra, en definitiva, le dieron cortésmente una negativa porque sabían que no podían concederlo.

A principios de febrero de 1622, cuando la obra de la capilla mayor lleva tres años parada, se produce un hecho sorprendente, y es que, en lugar de continuar dicha obra, el provisor del obispado decide destinar dinero a otros menesteres y concierta con el maestro ensamblador vecino de Cádiz Juan Román de Arellano, la ejecución de una sillería de 23 sillas para el coro parroquial:

«se obligavan y obligaron de faser y acavar de todo punto, desde oy dicho dia hasta el dia de Sant Juº del mes de junio que biene deste dicho año en la yglesia mayor de la villa de Alcala de los Gasules una sillería de veynte y tres sillas bien acabadas y en toda perfesión en la forma y con las condiziones que tiene tratado y consertado con el señor licdo don Alº de cetina, Maestre Escuela y provisor desta dicha ciudad que queda en su poder firmada del dho Juan román arellano y de mi el dho scriº lo qual an de fasser y fasen por presio y contía de tres mill rreales que a de pagar la fábrica de la dha yglesia mayor los cinquenta ducados dellos luego de contado y lo demás como fueren fasiendo la dha obra la qul acavaran como dho es en el dho terno devaxo de las dhas condiciones y no alçara las manos dello el dho juan roman arellano fasta el fenesimiº dello y si así no lo cunpliere que la fha fabrica o quien su poder tuviere lo pueda mandar faser a costa de los suso dhos por lo que mas costare dl dho presio y lo que uvieren rescivido y todas las demás costas e ynteresses que se le causaren les pueda executar y apremiar…»[130]



No debió de ser la única actuación en este sentido, pues justo un año más tarde los regidores exigen al visitador que se continúe dicha obra y que se invierta el dinero de la fábrica en la misma, para no perder todo lo que se había edificado.[131]




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NOTAS

[81] A.M.A.G. Actas Sesiones Ayto. pleno. Cabildo del domingo 6 de junio de 1546. Folio 318 vto. Se ocupó 18 días en ida y vuelta.

[82] Cabildo del lunes 16 de julio de 1554. Folio 107. El vacío se debe a que faltan las actas entre 1546 y 1553, periodo en que debió nombrarse a Fernando Ramos, que es quien envía la carta agente del Ayto. en Roma.

[83] Hasta que el ganado vacuno no cumplía 3 años, no se consideraba como una unidad completa o «res hecha». Así, Un añojo valía media res y 3 erales valían 2 reses grandes, de manera que “res rehecha” se consideraba a 2 añojos o 6 erales.

[84] A.M.A.G. Cabildo del lunes 23 de abril de 1554. Folio 87 vto.

[85] Cabildo del lunes 2 de abril de 1554. Folio 82.  De estar labrándose alguna capilla, no la habrían prestado, después del esfuerzo que costó conseguir subir la cantería hasta la Parroquia.

[86] Cabildo del lunes 30 de julio de 1554. Folio 109 y vto.

[87] Cabildo del lunes 13 de agosto de 1554. Folio 113 vto.

[88] Cabildo del 30 de abril de 1555. Folios 174 y vto. Aunque en Alcalá consideran que el repartimiento hecho por Medina es un agravio porque no se tiene en cuenta la renta de cada Iglesia, envían a Fco. de la Guardia para hacer el pago.

[89] Cabildo del 12 de agosto de 1555. Folios 202 y vto.

[90] Anualmente, el Ayto., arrendaba muchos alcornoques de los Propios a los criadores de ganados de cerda, consistiendo el echo o tronco de bellota en que, por petición de éstos, se destinaba el usufructo de uno de ellos para una limosna específica. Este método se utilizó para ayudar a labrar prácticamente todas las ermitas de Alcalá y el convento de Santa Clara.

[91] Cabildo del lunes 13 de julio de 1556. Folio 262 vto. Es preciso remarcar que el Ayto. era patrono de dicha ermita. El mismo año, se ofrecieron hasta 15000 maravedíes al mayordomo de la ermita, Pedro de Córdoba, para techar la casa y poner las puertas. (Cabildo del lunes 16 de noviembre de 1556. Folio 296)

[92] Cabildo del lunes 26 de abril de 1557. Folio 328. Este año se destina otro tronco para el encalado de la obra de San Sebastián. (Ib. Cabildo del lunes 16 de agosto de 1557. Folio355)

[93] Cabildo del lunes 10 de mayo de 1557. Folio 332.

[94] A.P.A.G.  Libro 1º Visitas. Visita del 30 de mayo de 1604. Folio 33 vto.

[96] A.M.A.G. Cabildo del jueves 24 de marzo de 1558. Folio 411. Se recibe carta del regidor Hernando de Alarcón y se decide escribir al corregidor, por estar ausente de Alcalá.

[97] Cabildo del lunes 23 de abril de 1650. Folio 23 vto.

[98] Cabildo del lunes 6 de mayo de 1560. Folio 25 vto.

[99] A.M.A.G. Reales Provisiones, R. cedulas, R. despachos. Legajo 57. Ambas cartas están firmadas en Toledo y establecen unas penas de 1000 maravedíes para la cámara real en caso de no enviar «relación verdadera»

[100] Consta que se destinó a San Sebastián en 1560 (Cabildo del lunes 22 de abril de 1560. Folio 23) y en 1561 (Cabildo del 18 de agosto de 1561. Folio 84 vto.)

[101] Cabildo del lunes 15 de septiembre de 1561. Folio 90 vto.

[102] Cabildo del lunes 20 de abril de 1562. Folio 130 vto. Se prestaron 1200 ladrillos para la calzada de la Puerta de la Villa.

[103] Cabildo del 25 de agosto de 1563. Folio 208 vto.

[104] Cabildo del lunes 20 de marzo de 1564. Folio 233. En la misma carta se pide al provisor que tenga informado al vicario de Alcalá sobre el asunto para que este informe a los regidores sin necesidad de desplazarse a Cádiz.

[105] Cabildo del lunes 18 de diciembre de 1564. Folio 275 y vto. Se da comisión a los regidores Diego Martín de Ortega, Francisco Raya y Alonso Romero para que informen al letrado del Cabildo Álvaro de Garabito.

[106] Cabildo del lunes 24 de marzo de 1567. Folio 399 vto.

[107] En 1573 el cabildo acuerda escribir al obispo para obtener licencia para saber los maravedís que tiene la fábrica de la Iglesia y en qué se gastarán «por q se entiende q ay mucho dinero de las dhas yglias y es menester saber quien tiene los dinºs de las dhas fabricas» (Cabildo del lunes 9 de marzo. Folio 234 vto.)

[108] Cabildo del lunes 28 de noviembre de 1575. Folio 335. Se acometió al alcalde mayor y a los regidores Pedro de Pina Maldonado y Alonso Vázquez para que lo viesen y diesen cuenta en el próximo cabildo.

[109] Cabildo del lunes 3 de diciembre de 1576. Folio 398. Se concede la licencia siempre que el carpintero jure que las cortará con el menor perjuicio posible.

[110] Cabildo del lunes 5 de agosto de 1577. Folio 445. En la misma petición, el mayordomo pide terreno para construir una sacristía en la Iglesia de San Ildefonso «q por el lado q cae a la calle donde estan unos fenecies arrimados a la pared d la dha yglia». En la visita que realiza el licenciado D. Jerónimo de Padilla en julio de 1601 se anota que existen cuatro campanas en el campanario. (A.P.A.G. Libro 1º de visitas. Visita del 9 de julio de 1601. Folio 30 vto.) En 1604, seguramente en las fiestas del Corpus, un toro dañó dicha puerta, según se desprende de la visita del racionero D. Cristóbal Salvador: «e otrosi mando al dho mayordomo mande aderesar un carpintero un rremiendo que esta en puerta de la obra nueva de la yglezia donde hizo daño un toro y  sobre la dha puerta alse como una tapia de albañeria para la guarda y custodia de la dha yglezia porque no la tiene por allí»

[111] A.M.A.G. Actas Sesiones Ayto. pleno. Legajo 5 Libro 2 (1585-1589).  Cabildo del lunes 4 de abril de 1588. f.  348 vto.

[112] A.P.A.G. Libro 1º Visitas. Visita del 30 de mayo de 1604 del racionero de la Sta. iglesia Catedral D. Cristóbal Salvador. Folio 32 vto. Folio 33 vto.

[113] A.M.A.G. Actas Sesiones Ayto. pleno. Legajo 7. Cabildo del viernes 20 de mayo de 1611. Folios 54 vto. y 55. Se encargaron estas diligencias al síndico Miguel Cano y al alguacil mayor Antonio de Trujillo.

[114] Cabildo del lunes 10 de marzo de 1614. Folio 241 vto. Fueron nombrados los regidores Diego de Nava y Juan Baptista de Coca, a quienes se les dio comisión para reclamar y contradecir lo que conviniese. Al año siguiente, será el doctor Alonso Mesa Barba, el que realice la visita y solicite la presencia de diputados del Concejo para tomar dichas cuentas. (Cabildo del 5 de junio de 1615. Folio 309. En el acta pone mayo, pero debe tratarse de un error, ya que consta la visita en el mes de junio y el acta de la sesión anterior es de 25 de mayo)

[115] A.P.A.G.  Libro 1º de visitas. Folio 45 y vto. Le encarga asimismo que blanquee la capilla de bautismo.

[116] Le pedirán además la renovación de la custodia del Corpus porque «esta carcomida y quebrada y es justo hacer de nuevo» encargándose al alguacil mayor Antonio de Trujillo que se entreviste con el obispo.

[117] A.M.A.G. Actas sesiones Ayto. Pleno. Legajo 8. Cabildo del lunes 4 de septiembre de 1617. Folio 432 vto.

[118] Cabildo del lunes 11 de junio de 1618. Folio 467 vto. Se acuerda enviarle una carta y que un diputado vaya a entrevistarse con el obispo. En el mismo cabildo se nombran diputados para tomar las cuentas de la fábrica, por estar el visitador del obispado en la villa. Que este coro ocupó el espacio donde hoy se halla, lo ratifica un mandato del obispo Antonio de Ibarra en su visita pastoral de mayo de 1684 cuando ordena «que en el transcoro no se pongan Bancos en ningún tpo ni ora para tener combersacion así seculares como eclesiásticos por la yndecencia grande della, en lugar tan consagrado a Dios, y en donde nunca se devan permitir conversaciones profanas y se observe así pena de excomunión mayor late sententi en que incurran ibsofacto los inobedientes…»

[119] Cabildo del 29 de junio de 1618. Folio 470. La carta del obispo llevaba fecha del 25 de JUNIO.

[120] Cabildo del martes 10 de julio de 1618. Folios 475 vto. y 476. Los regidores hicieron contar expresamente que los 300 ducados que pagaba el Ayto. como tributo de la capellanía de Fernando de Morales, no se incluyeran en la cantidad que debía aportar la fábrica. Del mismo modo, si éstos juntaban limosna de los vecinos, se desquitaría de los 500 ducados que aportaba el cabildo.

[121] Cabildo del sábado 29 de septiembre de 1618. Folio 490 vto. y 491. Debiendo pagar el Ayto. el tercio del servicio real y no disponiendo de fondos, se acordó tomar el dinero del tronco para ello «y porque la obra no se hace luego» y reponerlo cuando los arrendadores de la bellota del Monte Abajo paguen el año en curso. En abril del año siguiente aún no se habían depositado los 120 ducados en manos del mayordomo de la fábrica. (Cabildo del lunes 8 de abril de 1619. Folio 509)

[122] Morgado García, Arturo. (2008).  La diócesis de Cádiz: de Trento a la desamortización. Universidad de Cádiz (p.343).

[123] A.P.A.G.  Libro 1º de visitas. Folio 50. 21 de noviembre de 1618.

[124] A.H.P.CA. PN CÁDIZ 838. f.25 vto. a 27. El contrato lo firman Antón Sánchez y su mujer, María de Sierra, como principales y Pedro López de Sierra y Catalina de Astorga, su mujer, sus suegros como fiadores, ante el escribano Pedro García Prieto, siendo testigos Juan Rebe, Pedro de Aguilar y Pedro Duarte, vecinos de Cádiz. Recogido parcialmente por Agulló Cogo, Mercedes (2005) en Documentos para la Historia de la escultura española. Fundación de Apoyo a la Historia del Arte Hispánico. (p. 280).

[125] A.H.P.CA. PN ALCALA DE LOS GAZULES, 323. Contrato fechado el 5 de agosto de 1617 ante Alonso Romero de Coronado.

[126] A.M.A.G. Cabildo del jueves 9 de mayo de 1619. Folio 514.

[127] Folio 414 vto. Se notifica al mayordomo del Concejo, Diego de Nava Ortega que no pague la libranza bajo pena de pagar él la cuantía.

[128] Cabildo del jueves 16 de mayo de 1619. Folio 516. En nota marginal se apunta que fue comunicado a dicho mayordomo el 24 de mayo.

[129] Cabildo del 11 de septiembre de 1621. Folios 696 y vto.

[130] A.H.P.CA. PN CADIZ 839. Folios 43 vto.  a 45 vto. Asiento de obra de Juan de Arellano y su mujer Fca. Laureana ante el escribano Pedro García Prieto. Referencia bibliográfica publicada por AGULLÓ COBO, Mercedes, op. cit. pág. 272

[131] A.M.A.G. Actas sesiones Ayto. pleno. Legajo 7. Cabildo del lunes 16 de febrero de 1623. Folios 771 y vto. Le recuerdan que debe estar presente algún regidor para la toma de cuentas de la fábrica.