El pasado jueves a las 21,30 horas tuvo lugar la presentación de la Virgen de la Victoria, una vez concluidos los trabajos de restauración llevados a cabo por la fundación Forja XXI
Los trabajos han sido llevados a cabo por la restauradora-conservadora Carmen Arias Guerrero, junto a las auxiliares de restauración Isabel Delgado Cabrera y Micaela Sánchez Sánchez.
Se trata de una talla de madera tallada, dorada, estofada y corlada, procedente de talleres jerezanos de mediados del siglo XVIII, realizada para presidir el altar mayor de la Iglesia de la Victoria, perteneciente al extinguido convento de los frailes mínimos.
Es reseñable que la talla está concebida para una visión exclusivamente frontal, pues se halla dentro de un camarín situado a unos 5 metros de altura sobre el aspectador y a 10 metros de distancia.
Las dimensiones de la talla son 2,40 mts. de alto, 1,28 mts. de ancho y 1,33 mts. de fondo (se puede apreciar el gran tamaño de la imagen en comparación con una persona en esta última foto)
La talla cuenta con la particularidad de tener un original expositor del Santísimo Sacramento en su cara posterior. Contaba con un mecanismo en su base formado por dos discos de bronce que permitían girarla para mostrar la cara oculta. En 1869 el obispo Felix María de Arriete prohibió su uso.
El estado de deterioro de la imagen era muy avanzado, con pérdidas de policromía, apertura de ensambles, ataque de termitas, suciedad incrustada, restos de cera, deyecciones, pérdidas de pies, brazos y dedos,numerosos clavos y puntas oxidados y repinte de purpurina en los rayos.
En la intervención se han llevado a cabo trabajos de reintegración pictórica, encolado de ensambles, se ha utilizado consolidante y líquido preventivo, se ha efectuado una limpieza mecánica, reintegrado de los volúmenes desaparecidos y se han extraído clavos y puntillas
Magnífico el trabajo realizado por Carmen Arias Guerrero. Agradecer la ayuda de Forja XXI y pedir, a quien correspondea, la restauración del Camarín.
ResponderEliminarSi Andrés, Carmen ha hecho un buen trabajo a pesar del pésimo estado de conservación de la imagen. En cuanto a lo de la restauración del Camarín lo veo más complicado ya que no es solo éste el que está que se cae, sino todo el altar mayor. Hay zonas en que detrás de la policromía no existe ya madera. En ese estado yo no me arriesgaría a dejar permanentemente allí una imagen para que sea pasto de los xilófagos. Para empezar habría que eliminar a los palomos que anidan detrás del altar. Más de un "regalito" le hemos tenido que quitar al Nazareno cuando lo hemos tenido allí en los cultos.
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