jueves, 22 de noviembre de 2012

El ejército expedicionario de ultramar y las Correderas (I)


Ismael Almagro Montes de Oca

EL EJÉRCITO Y LA EPIDEMIA 

     Es sobradamente conocido el hecho de que a finales de 1819, las tropas españolas que iban a embarcar hacia América se refugiaron en los campos de Alcalá, concretamente en la zona de las Correderas, para evitar el contagio de la epidemia de fiebre amarilla. 

      Echemos la vista atrás e intentemos averiguar el desarrollo de los acontecimientos que desembocaron con las tropas en suelo alcalaíno. 

     El sur de España se ha visto en sucesivas ocasiones invadido por la epidemia de fiebre o calentura amarilla, originaria de los trópicos. Así sucedió en Cádiz en 1730, en Málaga en 1741, nuevamente en Cádiz, Sevilla, Cartagena, Alicante y pueblos circunvecinos en 1800. En 1802, 1803 y 1804 afectó a Medina, Málaga, Antequera y otros pequeños pueblos inmediatos. En 1810, 1811, 1812 y 1813 afectó a la zona de Murcia y Cádiz. 

     Gracias al trabajo del doctor Manuel Codorniú y Ferreras, medico jefe del ejército reunido en suelo gaditano, conocemos cómo afectó la enfermedad a las tropas y las medidas que se tomaron para evitar el contagio. (1) 

     La epidemia de 1819 penetra por San Fernando desde América, declarándose como tal el día 19 de Agosto en varios puntos de la ciudad. El 17 de septiembre se declara en Cádiz, Después en la Carraca, Puerto de Santa María, Chiclana, Rota, Puerto Real, Jerez, Sanlúcar y Sevilla. 

     Cuando surge esta epidemia, hay en la bahía de Cádiz una numerosa escuadra de buques de transporte para llevar al ejército expedicionario de ultramar formado por 16643 hombres de infantería, caballería, artillería y zapadores, repartidos por todos estos pueblos. 

     El 2 de septiembre llega a Cádiz Félix Calleja, Conde de Calderón, nombrado General del ejército expedicionario por el rey y capitán general de la provincia de Andalucía. El conde convoca el día 6 a la Junta Superior de Sanidad de la provincia y a todos los médicos de la ciudad de Cádiz para averiguar el estado de salud de cada vecindario. 

     Como resultado de la reunión, se suspende la entrada de enfermos del ejército expedicionario en el Hospital militar, habilitando un establecimiento extramuros en el sitio llamado de la Aguada, prohibiéndose la comunicación entre sanos y enfermos. Posteriormente se celebra una reunión entre altos cargos del ejército y médicos, comprobándose que la enfermedad ya ha afectado al ejército, paralizando el embarque hacia América. 

     El conde de Calderón reconoce que la única manera de salvar al ejército y a la población en general es separar todos los cuerpos militares de los focos de epidemia, dejando la guarnición indispensable para salvaguardar el orden y la subsistencia. 


     Buscando un lugar en que alojar al ejército sin que afecte a la población circundante, visita el día 13 de septiembre el Puerto de Santa María pero viendo algunos brotes de la enfermedad, se traslada el 16 a Arcos, ordenando acampar en varios puntos elevados y acomodados al objeto. Establece su cuartel general en Arcos, por su situación elevada y bien aireada. Ordena que ningún enfermo abandone los pueblos amenazados, estableciéndose lazaretos (hospitales de campaña) en las inmediaciones de los campamentos. 

     Días después, a pesar de los esfuerzos y restricciones, la enfermedad se propaga por Jerez, amenazando el cuartel general de Arcos, donde empiezan a verse algunos civiles enfermos. Estos enfermos son enviados a un lazareto y se tapia la calle de los enfermos, controlándose así la enfermedad. 

     Aquí es donde entra en juego Alcalá, pues el Capitán General ordena la creación de un gran campamento en las Correderas y dos hospitales militares provisionales, uno en Medina y otro en el Santuario de la Virgen de los Santos. El médico en jefe, Manuel Codorniu, visita estos lugares, dando su visto bueno el 19 de octubre para que las tropas salieran de sus campamentos para acantonarse lejos de la epidemia en las Correderas: 

     “Acabo de reconocer con la debida aprobación de V. E. mui detenidamente el gran campamento de las Correderas, y los hospitales militares que en clase de provisionales se hallan en la ciudad de Medina Sidonia, santuario de nuestra Señora de Sanctus de Alcalá de los Gazules, y en el mismo campamento, en vista de lo que y de los partes y noticias que he recogido tengo la satisfacción de participar a V. E. que excepto la ciudad de Cadiz con su guarnición y otras declaradas ya por epidemiadas no solo todo el suelo que pisa el lucido egercito del mando de V. E. si que todo sus individuos esceptuados algunos sifilíticos y pocos molestados de calenturas intermitentes mui sencillas se hallan en el mejor estado de salud y por una prodigiosa Providencia libres de la menor sospecha del Tifo ictérico epidémico que tan sin piedad devora a nuestros desgraciados vecinos pudiendo ya dar a V. E. un completo parabién por haber su prudente actividad arrancado del seno de la misma muerte, a este numeroso Egercito y con el a todo el resto de la nación” 

En la  ermita de los Santos se estableció el Lazareto del campamento de las Correderas

     Los distintos batallones y regimientos que  esperaban para embarcar y que tuvieron que retirarse de la bahía por culpa de la epidemia fueron: (entre paréntesis las bajas que sufrieron por la epidemia)

Regimiento de Valencia. 1010 hombres (1 cadete fallecido en Cádiz antes de partir)

2º batallón de Aragón. 632 hombres (1 sargento 2º y 1 soldado fallecidos en hospital San Fernando)

2º Batallón de Cataluña. 849 hombres. (5 fallecidos en San Fernando, 8 en Cádiz, 2 en Sanlúcar y 1 en Jerez

Cuerpo de Artillería nacional. 360 hombres de la brigada de a pie, 191 de compañía de obreros, 20 de la maestranza y 11 empleados del ministerio. (15 fallecidos de la brigada de a pie y 1 de obreros)

Escuadrón Artillería Tren. 153 hombres (varios fallecidos)

Depósito de Infantería. 1489 hombres (Más de 500 fallecidos)

Depósito de Caballería. 22 hombres (8 fallecidos en Cádiz, Puerto Santa María y Jerez)

2º Batallón de infantería de Soria. 1049 hombres (Más de 350 fallecidos)

2º Batallón de Guadalajara. 511 hombres. (1 sargento 2º y 1 soldado fallecidos por romper el cordón sanitario)

Batallón Ligero de Canarias. 827 hombres.(Sin fallecidos)

2º Batallón del Rey de Infantería. 959 hombres.( subteniente fallecido en San Fernando)

2º Batallón de Córdoba. 594 hombres.(5 fallecidos en hospitales militares de Cádiz y San Fernando )

Batallón del General. 720 hombres. (6 fallecidos en El Puerto de Santa María)

Batallón de la Princesa. 691 hombres. (sin fallecidos)

2º Batallón de España. 382 hombres. (1 fallecido que se hallaba en Cádiz)

2º Batallón de Asturias. 643 hombres. (el primer comandante era Rafael de Riego) (sin fallecidos)

2º Batallón de América. 920 hombres. (4 fallecidos en Rota)

2º Batallón del Príncipe. 883 hombres. (20 fallecidos en Chiclana)

Batallón expedicionario de la Corona. 571 hombres (1 soldado fallecido en Jerez)

2º Batallón de Sevilla. 817 hombres. (sin fallecidos)

Destacamento de zapadores. 210 hombres. (1 subteniente y 1 zapador fallecidos en Puerto Santa María y 1 en la ermita de los Santos, Lazareto del gran campamento)

Compañía expedicionaria de obreros. 191 hombres. ( sin fallecidos)

Regimiento de Caballería de Farnesio Sexto de línea. 720 hombres. (1 cabo fallecido en Jerez)

Regimiento de caballería de Alcántara, séptimo de línea. 805 hombres. (sin fallecidos)

Escuadrón de dragones del General. 376 individuos. (sin fallecidos)

Regimiento del Rey, primero de caballería ligera. 817 hombres (sin fallecidos)



NOTAS 

(1) Codorniu y Ferreras, Manuel; “Historia de la salvación del ejército de ultramar de la fiebre amarilla”. 1820 

(2) Alcalá Galiano, Antonio María; “Apuntes para servir a la Historia del origen y alzamiento del ejercito destinado a ultramar en 1º de enero de 1820”. Madrid 1821.

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