sábado, 5 de marzo de 2016

La fundación del Convento de Nuestra Señora de la Consolación de Mínimos de San Francisco de Paula


Artículo inserto en el libro "La Cofradía del Nazareno: cuatro siglos de Historia"

Francisco Espinosa de los Monteros Sánchez


     Hasta el día de hoy se desconocían los detalles de la fundación de este Convento en Alcalá. Sin embargo, hemos podido encontrar la documentación que explica todo este proceso. Así, siendo papa Sixto V y Obispo de Cádiz García de Haro; Don Alonso Cardeno, Beneficiado de la Iglesia Parroquial del Señor San Jorge, dispone en su testamento de fecha 7 de Septiembre de 1585 una serie de cláusulas de las que les transcribo literalmente un resumen de las más interesantes:

“Ytem mando que mi cuerpo sea sepultado en la hermita de nuestra señora de la consolasion en medio de la capilla mayor y se traiga una piedra de las que se ponen sobre las sepulturas donde se escriba mi nombre…

Ytem mando me acompañen todas las cofradías desta villa y se pague la limosna acostumbrada.

Ytem mando, quiero y es mi boluntad que desde el dia de mi fallecimiento en adelante mis albaceas que io aquí nombrare procuren y den horden como en la dicha hermita de nuestra señora de la consolasion donde me mando enterrar se funde i haga un conbento de frailes vitorios i para ello se exfetue a toda brebedad y les nombro y situo señalo por bienes del dicho convento y para limosna la renta y rentaren las possesiones siguientes.”

Lápida de Alonso Cárdeno, hoy en la Iglesia de la Victoria

      Luego hace una exposición de sus bienes y entre ellos habla de una hacienda de viña y olivar que tenía en Cabeza Redonda, dos huertas en la ribera del Rocinejo y unas casas en la calle Real, disponiendo además que la mitad de sus bienes sea para dicho convento y la otra mitad para su sobrino Juan Cardeno, que es quien a su vez tomaría el encargo de iniciar los trámites tras su muerte.

     Vemos pues que la razón de la fundación del convento está en la voluntad de Alonso Cardeno, gran benefactor de la orden en Alcalá, quien poco antes de morir dispone en su testamento de 1585 una serie de los bienes para su fundación. Como condiciones deja a los frailes una serie de misas y sermones y, lo que es más importante, obliga a que el convento mantuviera un maestro de gramática que enseñara de balde a los hijos de la villa de Alcalá.

      Este documento además explica la razón de que el nombre de convento fuera en sus inicios el de “la Consolación”, y es que el convento se edifica partiendo de una ermita ya existente con ese nombre.

      Pronto debió morir Alonso Cardeno ya que el 29 de Noviembre de dicho año de 1585 nos encontramos a su sobrino Juan Cardeno solicitando al Obispo de Cádiz una carta requisitoria para los jueces eclesiásticos de Ecija en cuyo convento se encontraba en aquella época el padre provincial. Una carta que llegaría al Vicario de Ecija, Don Alonso Chico, quién a su vez se encargaría de notificarla notarialmente al provincial de los Mínimos el 6 de Diciembre de dicho año. Ante ello, el 4 de Enero de 1586, el referido Provincial encargaba a Fray Alonso Díaz, Corrector del colegio de Jerez, y a Geronimo Morsillo que pasasen a la villa de Alcalá y estudiasen la viabilidad de la fundación del Convento. 

      Tras la visita de estos frailes a Alcalá y ver que los bienes eran suficientes para la fundación del convento, tomaron posesión de los mismos el día 7 de Febrero y se dirigieron al Obispo de Cádiz para que les hiciese donación de la Ermita de la Consolación, sita en el entonces llamado barrio de la Mancebía y que luego se conocería como barrio de San Antonio Abad. El obispo, por decreto firmado el 22 de Marzo de 1586, acepta la petición y entrega a los frailes la ermita, incluyendo la imagen de Nuestra Señora de la Consolación y demás alhajas, aunque reservando las rentas de memorias y entierros a la Hermandad de la Consolación allí fundada años atrás. El día 26 del mismo mes de Marzo, los frailes aceptan las condiciones de dicho decreto y toman posesión y fundan el convento, siendo nombrado primer corrector el padre Fray Bartolomé Ardón, según se refleja en escrituras notariales afortunadamente conservadas.

Fotografía antigua del Barrio de San Antonio.
A la izquierda de la imagen se ubicaba el antiguo convento de la Consolación
   

         Por tanto, podemos decir, con seguridad, que el Convento de Mínimos de Nuestra Señora de la Consolación fue fundado el 22 de Marzo de 1586, hace ya más de 419 años. Además, dicho documento, nos reporta el dato adicional de la existencia en la Ermita de una Hermandad de Nuestra Señora de la Consolación perfectamente datada en estos años y que al parecer estaba en decadencia, ya que poco más adelante, el 17 de diciembre de 1589, los propios cofrades de la Consolación hacen entrega al Convento de todas las memorias y dotaciones pertenecientes a la Hermandad, lo cual es símbolo inequívoco de que la hermandad se encontraría casi extinguida. Respecto de esta Cofradía podemos añadir que tenemos datos de su existencia desde al menos 1564, pues en dicha fecha se le menciona en el testamento de Francisco Muñoz.

     Con esto resolvemos la incógnita de la fundación del convento, pero la localización del mismo no es la actual, puesto que en estos documentos se habla del barrio de la Mancebía, cuando su actual localización está en la Alameda de la Cruz, ante lo que cabe preguntarse ¿Cómo, cuándo y por qué se produjo el cambio? 

      En el año de 1682, siendo corrector el padre Fray Alonso de Huerva, la comunidad acordó trasladarse a unas casas en la plaza de la Santa Cruz, argumentado las continuas enfermedades e incomodidades que sufrían los frailes en su emplazamiento primitivo. Pero el proceso de traslado no fue tan sencillo. Para ello tuvieron que adquirir una serie de casas en la mencionada plaza de la Cruz llamada así porque en ella tenía su Ermita la Hermandad de la Santa Vera Cruz. Por mencionar algunas de estas viviendas, señalar que el 13 de Septiembre de 1682 adquirieron unas casas propiedad de Doña Luisa Montero y el 29 de Noviembre del mismo año otras, propiedad de Isabel de Casas a las que en 7 de Septiembre de 1689 agregarían otras que compraron a Francisco Garrido y así algunas más. Hay que destacar que desde 1682 hasta 1731 aparecen menciones localizando algunas de estas casas como “linde de la fábrica” o “junto a la fábrica”, siendo particularmente interesante la referencia de 2 de Agosto de 1731 por la que el Ayuntamiento les donaba un trozo de tierra “linde de la fábrica”, lo que nos hace pensar que o bien la obra del convento se prolongó durante aproximadamente medio siglo, o bien como creemos más probable que se construyera una primera fase que abarcaría hasta la primera década del XVIII y que, en el segundo tercio de dicho siglo, se acometiese la ampliación y mejora de la iglesia ya que sobre esa época se estaba labrando y dorando el altar mayor de esta iglesia.

Altar mayor de la Iglesia de la Victoria

      Pero, centrémonos ahora, en cómo se produjo el tránsito desde el antiguo convento hasta el actual ya que las noticias no dejan de ser cuando menos curiosas. El día 16 de Julio de 1682 se produjo el primer tránsito desde al convento a las nuevas casas, sin embargo, enterado de ello el obispo Antonio Ibarra, les conminó, a través del licenciado Juan Pascual de Cárdenas, a que volvieran a su antiguo convento, lo que hicieron el día 24 de ese mismo mes. La razón argumentada era tanto cerciorarse de que no había inconvenientes por parte del clero local como asegurar el culto en el antiguo convento que quedaba abandonado, de modo que, para poder trasladarse, la comunidad de mínimos tuvo que obligarse el 21 de Agosto de ese año a mantener “decente y reparada” la iglesia del antiguo convento así como a “mandar un religioso que en ella dijese misa todos los días de fiesta”, aprobando al fin el Obispo el traslado y fijando la fecha del mismo para el 24 de Agosto de ese año.

      Efectivamente, a las 4 de la tarde del 22 de Agosto de 1682, los frailes, acompañados del clero local, Ayuntamiento y personas de distinción, salieron en procesión hasta su nueva sede, llevando el Santísimo Sacramento y todas las imágenes de la antigua Iglesia a excepción de la de San Antonio Abad que se quedaba en la antigua ermita, llegando a la nueva sede a las 6 de la tarde y colocando el Santísimo Sacramento y las imágenes en la parte destinada a nueva iglesia. Pocos meses más tarde, el nuevo Corrector, Fray Juan Pavón, solicitaba al Obispo el traslado de los huesos del beneficiado Alonso Cardeno a la nueva iglesia. Tras la autorización, el 29 de Julio de 1683 se llevaba a efecto dicha traslación haciéndose al día siguiente suntuosas honras en memoria de su fundador y colocando sus huesos en la nueva iglesia identificados por su correspondiente estela funeraria. 

      De modo que, con los datos que acabamos de exponer, queda aclarada la fundación y el traslado de los frailes mínimos desde el primitivo convento del barrio de la Mancebía, fundado en 1586, al actual en la Alameda de la Cruz, erigido en 1682.

Fotografía actual  con la ubicación de la Iglesia y el claustro
del extinguido  convento 

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