sábado, 12 de agosto de 2023

Sobre el Título de Muy Noble y Leal villa de Alcalá de los Gazules




Ismael Almagro Montes de Oca


    Fue el rey Alfonso XI quien otorgó el título de muy noble, leal e ilustre a la villa de Alcalá, según se viene afirmando en la Historiografía, al menos desde que a mediados del siglo XIX, Pascual Madoz, así lo recogiera en su Diccionario.[1] Años más tarde, en 1876, el alcalde Manuel María Espinosa, que seguramente debió conocer la obra de Madoz, en un pleno sobre una serie de mejoras para el municipio que se iban a proponer al monarca para que las autorizase, y que terminarían con la concesión del título de ciudad, expuso lo siguiente:

“Que habiendo estudiado la historia de este antiguo pueblo había encontrado la rara coincidencia que sus títulos y distinciones habían sido conseguidos por Reyes llamados Alfonsos, pues que Alfonso X por los heroicos hechos de armas de estos vecinos le había concedido los títulos de Heroica y antemural; que por iguales circunstancias en época posterior el Rey Don Alfonso XI le había concedido los de Muy Noble, Muy Leal y Muy Ilustre Villa…” [2]

    Posteriormente, será Sánchez del Arco, en su Monografía, el que hará la misma afirmación, añadiendo que dicho rey le dio notables privilegios.

    En época más reciente, Marcos Ramos Romero anota que, en 1342, Alfonso XI exceptúa a la noble, leal e ilustre villa de Alcalá de toda clase de tributos,[3] mientras que Marcos Fernández Gómez[4] fija la fecha del titulo de villa en 1346 (aclarando que no ha podido verificarlo documentalmente) e indica que publicaciones anteriores explican dicho título de “muy noble, real e ilustre, por los heroicos esfuerzos y tenaz resistencia de sus habitantes en los varios asedios que sufrió durante la dominación agarena” [5] aunque, como bien resalta, las publicaciones referidas que fijan el otorgamiento del privilegio rodado en Jerez el 22 de julio de 1346, no indican la procedencia de ese dato. Esta falta de fuente documental es el común denominador en todas las obras anteriormente citadas, para poder verificar la exactitud de estas aseveraciones.

    De cualquier forma, sea cierta o no la concesión de dicho título por Alfonso XI, vamos a dar cuenta de unos acontecimientos relacionados con este asunto, que tuvieron lugar varios siglos más tarde.

    En 1728 el constructor francés Juan Bellestrud iniciaba en el astillero gaditano de Puntales la construcción del gran navío Hércules, con un porte de 66 cañones, por asiento de Pedro de Amestoy y por orden del Intendente de Marina, las maderas necesarias para su construcción iban a salir de los montes propios de Alcalá. Sin pérdida de tiempo, se inició una tala indiscriminada, hasta el punto de que, a principios de septiembre, los regidores suplicaron al corregidor que se trasladase a Cádiz para que solicitar al Intendente que suspendiese el corte de madera “por el grave daño que estan haciendo en los montes” [6]

    Efectivamente, el corregidor D. Pedro Diego Gutiérrez de Espino, se trasladó a Cádiz y consiguió que el Intendente paralizase la tala y, lo no menos importante, que ordenase al asentista que pagase “todo lo que importase la madera y que se pidiese en justissia” para lo cual, el cabildo alcalaíno dio poder al procurador de Cádiz D. Antonio Martínez para que negociase las condiciones de dicho pago. [7]

    Esto debió suponer un contratiempo en la construcción del navío, sobre todo en el aspecto económico, lo que propició que apenas un mes más tarde, el mismo Intendente cambiase de parecer y ahora exigirá al ayuntamiento alcalaíno que certificase que las maderas cortadas eran de su propiedad y estaban dentro de su término, tal como hizo presente a sus compañeros de corporación D. Martín Benítez, que como síndico procurador era el encargado de velar por los intereses municipales:

“…ayer veinte y cinco deste mes Pedro de Amestoy a cuyo cargo esta el corte de Maderas para la construzion del navío de Alto bordo que se fabrica en el astillero del Puntal avia presentado unos autos Proveidos Por el sr D estevan Phe fanales Intendente de la Marina Para que esta Villa dentro de ocho días presentase en su tribunal la propiedad de las Dehessas donde el dho Pedro de Amestoy avia cortado las dhas maderas para que se viniese en conosimto de a quien perthenesian como asimismo de sus moxoneras” [8]

    Pero no solo pretendía ahora el Intendente aprovechar aprovecharse de las maderas, sino también que la villa fuese quien corriese con los gastos de transportarla hasta el astillero, apercibiendo al Concejo alcalaíno con una importante multa si se oponía a la tala:

“y que se le diesen las carretas nesesarias para sacar las maderas por su alquiler y que en su defecto las hiziese y que la villa nombrase persona que asistiese a los cortes con diferentes apercibimientos y que no se les impidiese el corte pena de treinta mill Rs

    Aprovechó además para recriminar a los regidores que el síndico hubiese iniciado un proceso contra Amestoy por la tala, “invitándoles” a que recurriesen en los tribunales:

“que la villa comparesiese en dho tribunal a pedir lo que le combiniese y q se remitiesen los autos hechos contra dho Pedro Amestoy en razón de la referida tala a cuyos autos su mrd dio su cumplimto y avia mandado que se hiziese saber al dho sr D Martin Benites Para como tal cindico Procurador mayor en nombre desta villa diese las providensias que mas combiniesen”

    A pesar de estas amenazas, el síndico, cumpliendo con su deber, no se arredró y pidió continuar con la denuncia en Cádiz, para lo cual se debía abonar 50 escudos de plata para las diligencias porque “de no remitirlos y seguir esta instancia hasta su final conluzion se sigue un daño y perjuissio considerable contra el bien publico desta villa desde luego por lo que assi toca como tal sindico procurador maior requiere a esta villa una dos y tres veces y las demás en dro. nesesarias de prompta providensia para la defensa de dho Pleito proveiendo de medios al dho procor y lo demás que convenga que por su parte esta prompto a executar todas las dilixensias que sean conducentes y protexta aver cumplido y que no le pase perjuicio ni corra termino la notificazon que se le a hecho”

    El resto de compañeros secundaron su propuesta y acordaron remitir dicha cantidad al procurador en Cádiz y además nombraron al vecino Martín Jiménez para que asistiese diariamente a los montes y llevase cuenta de todo lo que se hacía y los árboles que se cortaban, tanto para el navío como fabricar las carretas necesarias.

    Y cuando el enfrentamiento entre la Marina y el Cabildo alcalaíno parecía inevitable, la historia sufre un giro de guion inesperado, recibiéndose el 14 de noviembre una carta del secretario de Estado del rey y su gobernador de Hacienda, D. José Patiño, en la que Felipe V hacía la gracia de otorgar el tratamiento de Muy Noble y Leal Villa de Alcalá de los Gazules:

“de orden de su Magd servia a esta Villa sobre el Corte de madera para la fabrica de madera de navío de Alto Bordo y lo que debe satisfacer Pedro de Amestoy en cuya carta de orden de su Magd se le da el Ylustre tratamto de Muy noble y muy Leal Villa de Alcala de los gazules”

    Inmediatamente, la hostilidad de los regidores se tornó en lealtad y fidelidad al rey, celebrando la villa tan honorífico privilegio “como Propio de la fidelidad con que a serbido a su Magd con jente dineros maderas bagaxes carretas bueyes herramtas y otros aprestos militares en las expediciones de Africa, Jibraltar y demás que an ocurrido en el Phelix Reynado de su Magd y para perpetua memoria de este nuebo y onrrosso nombre con que de orden de su Magd es engrandesida”

    Tan agradecidos estaban, que acordaron que la carta quedase en el Archivo y que, para quedase bien patente el nuevo título, los escribanos “en los instrumentos que hizieren pongan el titulo de Muy Noble y Muy Leal Villa de Alcala de los Gazules según y como se previene en dha carta orden de su Magd.”[9]

    Resuelto el problema, las maderas de los montes alcalaínos siguieron surtiendo la construcción de aquel galeón, que terminó de construirse en La Carraca y que sería botado en marzo del año siguiente, en cuya botadura estuvo presente el monarca, Felipe V.

Navío Hércules en la batalla de Tolón. 1744. Grabado de Diego de Mesa



NOTAS

[1] Madoz, Pascual; Diccionario Geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Madrid 1845. Pág. 376.

[2] ARCHIVO MUNICIPAL DE ALCALÁ DE LOS GAZULES. Actas sesiones Ayto. pleno. Legajo 41. Libro 2. Sesión de 27 de agosto de 1876. Folio 89 vto.

[3] Ramos Romero, Marcos; Historia de los pueblos de la provincia de Cádiz. Alcalá de los Gazules. 1983. Pág. 198.

[4] Fernández Gómez Marcos; Alcalá de los Gazules en las ordenanzas del marqués de Tarifa. 1997. Pág. 44

[5] Las publicaciones a que hace referencias son:

A. POLEY POLEY. Cádiz y su provincia. Sevilla, 1901, p. 187.
P. MADOZ. Diccionario geográfico-histórico-estadístico de España y sus posesiones de Ultramar, vol I, p. 376.
P. ANTÓN SOLE y E. OROZCO ACUAVIVA. Historia Medieval de Cádiz y su provincia..., pp. 259-260.

[6] AMAG. Actas sesiones Ayto. pleno. Legajo 16 (1724-1730) Libro 3. Cabildo de 2 de septiembre de 1728. Folio 58 (foto 9350)

[7] Ib. Cabildo de 19 de septiembre de 1728. Folio 58 (foto 9353)

[8] Ib. Cabildo de 26 de octubre de 1728. Folios 70 a 71 vto.

[9] AMAG. Actas sesiones Ayto. pleno. Legajo 16 (1724-1730) Libro 3. Cabildo de 14 de noviembre de 1728. Folios 73 y 74.

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