sábado, 7 de octubre de 2023

Club Tenis de Mesa Gazules. Un sueño hecho realidad (I)




Artículo publicado en la Revista de Apuntes Históricos 
y de Nuestro Patrimonio 2018


Manuel CABRERA PUERTA



Introducción

      Tras el reconocimiento por parte del Ayuntamiento de la ciudad al Club Tenis de Mesa en los III Premios Ciudad AL-KALAT, con este artículo se contará la breve, corta y exitosa historia del Club, desde sus comienzos como Escuela municipal y su participación como Club -enmarcados en el C.B.-Alcalá sus dos primeros años- hasta su finalización y desaparición como Club Tenis de Mesa Gazules.

     Mucho se ha hablado y dicho sobre el club, incluso se escribieron artículos que no son fieles a la realidad de lo acontecido.

     Por ello a lo largo del siguiente artículo se irá aportando la documentación que refleja claramente la trayectoria del club.

      El club Tenis de Mesa Gazules tuvo tres etapas bien diferenciadas entre sí. En este artículo explicaré cada una de ellas tal como se desarrolló.




El comienzo

      El principio creo recordar que fue en el otoño de 1984/85, cuando una tarde Antonio Domínguez me ofreció llevar las escuelas deportivas municipales de tenis de mesa, que tenía alumnos en el Beaterio, quienes entrenaban con Maripe Velázquez y participaban en los juegos escolares. Quería que yo llevase las Escuelas deportivas. Aún hoy, cada vez que me acuerdo, me entra risa al recordar aquel momento. Indudablemente, mi respuesta fue “no”. Le comenté que había en la ciudad muchas más personas que yo y mucho más cualificadas para llevar el tenis de mesa. Antonio me dijo que se lo ofreció a su cuñado Pepe Velázquez, pero este le respondió que por su trabajo no podía y que me ofreciese por mi situación laboral.

      Antonio insistió tanto que al final le dije que sí. Cuando iba para mi casa me decía a mí mismo: “Manuel en dónde te has metido, voy a durar menos que lo que tarda mi amigo Joaquín, el carpintero, en clavar una puntilla”.

      Hoy puedo agradecer a Pepe por decirle que me lo ofreciera a mí y a Antonio por confiar y tener el convencimiento que no le fallaría.

       Hoy 33 años más tarde sigo entrenando y he conseguido metas deportivas inimaginables tanto en mi ciudad Alcalá como en la que ahora me acoge, El Puerto Santa María. Es hermoso dirigir a un equipo en Copa de Europa y ganar dicho partido.




Primera etapa (1985-1987)

En ese periodo, las Escuelas deportivas, tanto de tenis de mesa como las de baloncesto, eran municipales. En esos años el tenis de mesa participaba con las siglas de C.B. Alcalá en las competiciones organizadas por Diputación, los llamados Juegos Deportivos, así como en los Juegos Deportivos de Andalucía. En todas las competiciones organizadas por las distintas federaciones, el Club participaba con las siglas de C.T.M. ALCALA, o bien como C.T.M. GAZULES.

     Recuerdo con cariño los primeros pasos en el Tenis de Mesa en el Colegio público Juan Armario: se entrenaba en el pasillo, sin espacios para poder desplazarte por una pelota por temor a, en lugar de golpearla, destrozarte la mano al encontrarte con la pared. En esos primeros años los entrenamientos eran de una hora durante dos días a la semana. Recuerdo que el material que se utilizaba era primitivo para la práctica del tenis de mesa, pero tanto los jugadores como yo lo reemplazábamos con una sonrisa. Al comienzo, gracias a jugadores como Auxiliadora García, Pilar Lobón, Eloísa Pereira, Ana Fernández, Vicenta Delgado, José Puerto, Eugenio Pizarro, Ángel Pizarro, Jesús García, Noelia Ríos o Andrés Lozano entre otros muchos, se fue consolidando la Escuela de Tenis de Mesa.

     Al curso siguiente llegaron a la Escuela más jóvenes jugadores con unas enormes ansias por aprender y con unas cualidades innatas para el deporte. Entre los nuevos, tres jugadoras que marcaron una etapa maravillosa, tanto para el club como para ellas individualmente, fueron Raquel Carrasco, Mari Santos Ríos y Natalia Rodríguez

     Mi primer objetivo fue conseguir unas instalaciones más acordes para desarrollar en condiciones óptimas la práctica del tenis de mesa. Así que, pasados unos años, nos fuimos a entrenar al Instituto Sainz de Andino, donde se podían entrenar las características individuales de cada jugador. En el Sainz de Andino el entrenamiento era de cuatro horas a la semana en vez de las dos que se tenía en el Juan Armario.

     Una vez instalados en el Instituto Sainz de Andino se cambiaron los horarios de entrenamiento, así como su metodología. Se introdujeron cambios en los sistemas de entrenamientos para cada uno de los jugadores con el fin de que estos mejorasen tanto sus capacidades técnicas como sus condiciones físicas. Esto hizo que, junto con su fortaleza mental, estos entrenamientos, poco a poco, fueran dando sus frutos.

     Además, para un mayor perfeccionamiento, los clubs llegaron a un acuerdo con la federación: hacer varias concentraciones al año con los mejores jugadores para perfeccionar aún más el nivel de juego.

     El tenis de mesa, poco a poco, fue adquiriendo notoriedad a nivel provincial. Tanto es así que el propio entrenador del Aesa Puerto Real, D. Juan Gabriel Domínguez, director de la Escuela Provincial de Entrenadores, me comentó que las jugadoras tenían nivel para aspirar a metas más altas.

     Lo mismo me dijo el Presidente de Actividades de la Real Federación Española de Tenis de Mesa, D. José María Guerrero del Castillo. Y que, para que ello fuese factible, tenía que sacarme el título de entrenador nacional. Yo no tuve más remedio que entrenar por mi cuenta y sacarme el título de entrenador. El del primer nivel me lo saqué en Puerto Real y Peter Gardos, Seleccionador de la Selección Española por aquel entonces, era el responsable del curso convocado por la Real Federación Española de Tenis de Mesa. Y, el del segundo nivel me lo saqué en Cádiz, en el Pabellón Portillo.



     Con este planteamiento y compromiso fui perfeccionando los sistemas de entrenamiento, así como la metodología para el perfeccionamiento individual de cada jugador dependiendo de sus características de juego, tanto físicas como técnica y tácticamente.

      En esta primera etapa, Antonio Domínguez era normalmente el que se desplazaba conmigo en su coche para participar en los juegos deportivos. La Diputación de Cádiz era la encargada de la organización y patrocinio de estas competiciones a nivel provincial. Finalizada la competición, Cristóbal Barco, que era el responsable de su organización, nos pagaba los gastos ocasionados por desplazamientos. Este gasto, siempre que jugábamos en la Bahía, tenía como destino sentarnos en Romerijo y darnos el gusto a mariscos.

      En esta primera etapa se consiguió el Subcampeonato de Andalucía. Por ello, el Ayuntamiento de la ciudad nos recibió para felicitarnos por el logro conseguido. Así mismo, el Ayuntamiento le dio al Club una compensación económica de 10000 ptas. para participar en los Campeonatos de España celebrados en Ferrol, en el que quedamos encuadrados con un equipo catalán, otro vasco y otro de Cartagena. Este campeonato nos sirvió a todos los componentes para revalorizar aún más el trabajo que se estaba realizando. En estos Campeonatos de España nos acompañó Juan José Ruíz Márquez, en aquella fecha Teniente de Alcalde de la ciudad. En la temporada se consiguió el ascenso a Segunda División Nacional.

Segunda Etapa (1988-1989): La Consolidación

      Al finalizar la temporada anterior y antes de jugar los Campeonatos de España, el Presidente y entrenador del C.T.M. Tartessos, Santiago Sánchez, al saber de los problemas económicos del club, nos quiso fichar a todos: a mí como entrenador y a las jugadoras, comprometiéndose a sufragarnos todos los gastos ocasionados por desplazamientos, hospedaje, material y manutención. Sólo ponía una condición: que el Club en lugar de llamarse C.T.M. Gazules debía hacerlo como C.T.M. Tartessos y los encuentros se jugarían en Sanlúcar de Barrameda.

     Ante esta disyuntiva no me quedó más remedio que hablar con Juan José Ruíz, que además de Teniente de Alcalde, era Consejero de Unicaja. Me dijo que le mandase un presupuesto de la temporada y que, la ayuda que me daría la entidad rondaría las 350000 ptas. Le mandé una carta a Unicaja solicitándole la ayuda y diciéndole que el equipo en vez de llamarse C.T.M Gazules pasaría a llamarse C.T.M. Caja Cádiz.

     Iniciamos la temporada con el nombre de C.T.M. Caja Cádiz. Esa temporada fue la de la consolidación del Club como el mejor club femenino de la provincia. Gracias a la pequeña aportación de Caja Cádiz se pudo comprar el material adecuado para enseñar los distintos tipos de juegos en el tenis de mesa. Se compraron una mesa homologada por la Federación y gomas defensivas, de ataque, de picos cortos y de picos largos, para así confeccionar y desarrollar el juego que nos podríamos encontrar con las distintas jugadoras con las que debíamos enfrentarnos. También se compró un robot, el cual nos permitió subir el nivel de las jugadoras tanto defensivamente como ofensivamente, así como los reflejos y la rapidez en los golpes y desplazamientos.

     Es de agradecer tener en un mismo equipo y de la misma edad, un elenco de jugadores de tan alto nivel, cada una con su sistema de juego. Tuve la suerte de encontrarme con cuatro (Raquel, Mari Santos, Natalia y Vicenta) que fueron la base del Club Tenis de Mesa Gazules.

     En el año 1988 se configuraron dos horarios de entrenamiento: uno para la Escuela deportiva y otro para el Club. El horario para las escuelas deportivas era de lunes a jueves de 17 a 18 horas, mientras que, para el club, el horario era de lunes a viernes de 18 a 20 horas, aunque a menudo nos daban las nueve de la noche entrenando.







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