Acabó todas estas tareas y regresó a su oficio de alguacil mayor de la Corte en Guadalajara, donde el 16 de junio del año siguiente, 1609, presentó una petición para que le proveyesen en un nuevo empleo, atendiendo a los servicios prestados a la Corona, dando su beneplácito el día 19 el fiscal de la Audiencia “por ser hijo del doctor palma de mesa oydor que fue desta rreal audiencia que murió en esta ciudad y por ser actualmente alguacil mayor desta corte, merece y es digno de que vuestra alteza le provea y ocupe en uno de los mejores y mas aventajados cargos este rreino qual vuestra alteza fuere servido”
Pero a pesar del informe favorable del fiscal, el Rey tardaría en concederle destino, continuando Bartolomé en Guadalajara en 1610, donde en marzo vino al mundo su hijo primogénito, Bartolomé, que fue bautizado en la Iglesia del Sagrario Metropolitano el día 28, siendo madrina su tía, Petronila de Haro. [90]
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Partida de bautismo de Bartolomé de Mesa Espinosa |
Tendrá el matrimonio 2 hijas más, Catalina e Isabel de Mesa y Costilla, de las cuales no hemos conseguido averiguar ni fecha ni lugar de nacimiento.
A esta buena noticia, se le sumó que, apenas pasado un mes, el 26 de abril, el Rey por fin le concedió destino, nombrándole alcalde mayor del partido de San Lorenzo Cuitzeo y de Poncitlán, su partido y jurisdicción por el tiempo de un año con el salario de 310 pesos de oro común.
Efectivamente pasó a la provincia de Poncitlán, pues un año después, el 9 de mayo de 1611, Pedro de Medinilla, su sucesor en el cargo le tomó Residencia, declarando “al dicho don bartolome de messa por buen juez y no rresulta culpa ni cargo contra el y ser merecedor de que su magestad le aga merced de ocuparle en su servicio en que se a aprovechado y assi lo preveyeron y rrubricaron”
Dicho y hecho. Solo pasó una semana y el 16 de mayo, el Rey le otorgó una provisión nombrándolo alcalde mayor de las minas de las Charcas, Aguas del Venado, Chocaliente y de las minas de los Ramos, en sustitución de Francisco Guerrero Vela por tiempo de dos años con el salario de 400 pesos de oro común anuales.
A partir de aquí, tenemos una laguna de tres años en que no sabemos nada de Bartolomé de Mesa. Suponemos que acabó su mandato en estas minas y es posible que le renovaran al frente de dicho cargo.
Sea como fuere, hasta octubre de 1615 no volvemos a tener noticias, cuando se corre la voz de la presencia de corsarios holandeses en el mar del Sur y se temía que pudieran interceptar las naos españolas que venían de las Islas Filipinas, ordenando el Rey que se guardasen todos los puertos y ensenadas de la costa para evitar que pudieran tomar tierra y avituallarse. Asimismo, el gobernador Alonso Pérez Merchán ordenó embargar “tres fragatas que de presente se dize aver llegado al puerto de maçatlan de la otra vanda de la california de la pesquería de las perlas Y que las dos de ellas vayan a rreconocer las dichas naos que vienen de filipinas Y les den avisso de los dichos cosarios para que se guarden dellos Y vengan con el rrecato y cuidado que conviene…”
Esta comisión le fue encomendada a Bartolomé el día 13, que, sin pérdida de tiempo, salió al día siguiente subido a caballo, en compañía del capitán Juan Carlos de Soto. Testigos de la partida fueron su cuñado el licenciado Hernando Costilla y Espinosa, el mercader Francisco Bernal y Francisco Caro Galindo, que era el marido de una sobrina de Bartolomé, como veremos más adelante. A los dos días, Bartolomé de Mesa se encontró en el pueblo de Tecitlán con Francisco de Vargas, capitán de una de estas fragatas que habían llegado de California, quien le informó que ya habían salido del puerto de Mazatlán 2 fragatas y un barco, una hacia Sinaloa y la otra por la costa hacia varios puertos por falta de bastimentos, partiendo sin demora Bartolomé para intentar alcanzarlas.
El día 17 Bartolomé escribió una carta al gobernador desde Jalisco, dando cuenta de los contratiempos y pidiéndole vituallas para las fragatas, porque si las encontraba no podría salir al mar sin alimentos para los marineros. También le comunicó que había decidido llevar un piloto practico que conociera los puertos y ensenadas de la costa de California, el cabo de San Lucas e isla de cedros. Aun no había recibido el gobernador esta carta, cuando el día 19 envió un escrito a Bartolomé dándole cuenta de un encuentro con los corsarios:
“Los cinco navios de enemigos encontraron con la armada de don Rodrigo de mendoza que salio del callao de lima y que le hecharon a fondo la almiranta y otra nao Y del no se savia y que se pusieron a la vista del callao y estuvieron sertos en el con notable atrevimiento que mando después (¿?) Y aunque en el puerto de Acapulco se les hizo Resitencia con el artillería que allí abia, la suya es tan pazante que no se les pudo estorvar el entrar en la baya aunque hizo banderas de paz ofreciendo dar los prisioneros que traya del piru si le daban algún Refrezco…”
Asimismo, le dio órdenes para que siguiera en la busca de las fragatas para avisar a la flota de Filipinas.
El día 20 recibió el gobernador la carta de Bartolomé, respondiéndole inmediatamente para que no se detuviera bajo ningún concepto hasta localizar las fragatas. El día 24 le escribió otra carta avisando de que había enviado gente al puerto de Navidad y al de Salagua para localizar a las fragatas y en caso de la búsqueda no diese resultado, autorizaba a Bartolomé a usar una de Francisco de Barrios o buscar otras dos que considerase mejores.
Finalmente, el gobernador Alonso Pérez decidió que se utilizara la fragata de Francisco de Barrios, pero acompañado por Bartolomé Patrón, vecino de Compostela “que me an certificado muchas personas que le conocen que es piloto muy diestro y que especialmente tiene mucha noticia y experiencia de essa mar”
El 4 de diciembre, Bartolomé presentó al gobernador las cuentas de los gastos del despacho de las fragatas, que ascendieron a 118 pesos. El día 12, el gobernador dio licencia al alcalaíno para volver a Guadalajara, agradeciéndole los servicios prestados:
“beo la deligencia que se a puesto en la prevención y defensa de essos puertos Y el buen animo con que todos an acudido y lo que Vmd. A hecho por su parte d que estoy muy agradezido y satisfecho de que subcedera muy bien…Y assi me abre de determinar en que se buelban a sus cassas los que para este efecto an salido de ellas poque no rrecivira molestia con la costa y el gusto que de les recreze y conforme a esto podrá vmd. Venir a esta ciudad assi porque ay no será necesaria su asistencia como porque conbenia dar quenta de el dinero que llevo para el despacho de Charco que como es hazienda Real quisiera ajustarla de todo lo que en esso Y en lo demás se a gastado para lo que se ofreziere.”
Bartolomé regresó a Guadalajara y no tardó mucho en volver a cambiar de residencia, ya que el 10 de junio de 1616, por una provisión real, fue nombrado alcalde mayor de las minas de Nuestra Señora de la Concepción, sierra de Pinos, Peñol blanco, Agua del Espíritu Santo y el Valle de Mesquitique con toda su jurisdicción, por el tiempo de un año y cobrando un salario de 400 pesos de oro común.
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Ciudades, minas y puertos en el siglo XVI |
Bartolomé se desplazó hasta las minas de Sierra de Pinos, donde tomó posesión de su nuevo oficio el 20 de agosto. Al tratarse de poblaciones mineras, llevaba aparejado hacerse cargo del azogue, el mercurio tan necesario para tratar la plata extraída de las minas, siendo por tanto un material importantísimo, bajo control riguroso de la Corona. Tan exhaustivo era este control, que Bartolomé se vio obligado al día siguiente de tomar posesión, a nombrar un fiador que respondiera por él ante los jueces y oficiales de la Real Caja en caso de que las cuentas le fueran desfavorables.
“Sepan quantos esta carta vieren como yo gines de carrion vzº e minero de las minas de sierra de pinos otorgo que fio a don brme de messa alcalde mayor de las dhas mias y su juron por su mag y administrador de los reales açogues dellas en tal manera que el suso dio dará buena quenta cierta leal y verdadera sin fraude ni encubierta alguna de todos los açogues que se le entregaren para dar a los mineros y de la plata que entrare en su poder y de todo lo demas que fuere a su cargo tocante a la dha su administración pertenesiente a su mag cada y quando q por los dhos jueces offs rreales de la caxa rreal de la ciudad de çacatecas se le mande y la mejora en la dha caxa y dará la dha quenta con pago sin q ffuese cossa alguna y guardara las ordenanças tocantes a su administración donde nos yo como tal su fiador hasiendo como hago de deuda agena mya propia sin que contre el dho don brme de messa ni sus bienes se haga execucion ni otra diligencia de fuero ni de drº cuyo beneffisio rrenuncio dare y pagare del alcance q se ofresiere de la dha administración hasta cantidad de un mill pºs de oro común y los meteré en la dha rreal caxa de la dha ciudad de çacatecas…” [91]
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fianza de los azogues de las minas de Sierra de Pinos |
Bartolomé acabó su mandato y es posible que fuera renovado en el mismo, como veremos a continuación. Lo que es seguro es que en 1619 estaba residiendo en las minas de los Ramos, pues de allí se declara vecino y minero en la escritura de venta de una casa que poseía en Guadalajara al mercader de dicha ciudad Francisco Ramos Bernal, que realiza el 7 de abril ante el escribano Francisco Guerrero Vela por 1300 pesos de oro común. Esta casa lindaba con la de su cuñado, Hernando Costilla Espinosa, que entonces ya era canciller y registrador de la Real Audiencia. [92]
Decíamos antes que pudo ser renovado en el cargo de alcalde mayor de Sierra de Pinos porque consta que no se le tomó Residencia del tiempo que fue alcalde hasta abril de 1620, siendo declarado el día 10 “por buen juez y ser digno de que su magestad lo honrre y aprobeche en cosas de su rreal servicio y no rresultar contra el culpa ni cargo”.
No pasó ni un mes para que el rey le diese otro cargo, y así, el 4 de mayo fue proveído de alcalde mayor de las minas de los Reyes, San Miguel y Valle de la Magdalena y su jurisdicción, que incluía el monte de Santa María, Puebla de San Juan del Mezquital, Santiago y San Pedro hasta la frontera con el reino de Nueva Vizcaya, por el tiempo de un año y con el salario de 500 pesos de oro común. Como alcalde mayor, una de sus atribuciones era impartir justicia, dejándose claro en la provisión los casos en que podía dictar sentencia, debiendo en las causas criminales de delitos probados que merecieran pena de muerte, derramamiento de sangre o mutilación de miembros, enviar las causas a la Real Audiencia de Guadalajara. También estaba entre sus atribuciones velar por el bienestar de los indios:
“Y tengáis particular cuidado de que los indios naturales de vuestra juridiçion, sean bien tratados e yndustriados en las cosas de nuestra santa fe católica, evitando los sacrificios ydolatrias y mançevamientos y otros pecados públicos, y que ni gobernador ni alcaldes no den indios a labores, estancias ni otros servicios de españoles, si no fuere con expresa licencia del gobierno, ni que se carguen por tamemes. Y que no den indios ni servicio ni cosas de comer a los ministros de dotrina si no fuere pagándoles su justo valor como lo tengo marcado por mis çedulas y asimismo tendréis cuidado de que los dichos indios labren y cultiven sus milpas y sementeras y crien las aves de castilla y de la tierra, que les esta mandado procurando en todo su conservación y aumento.”
El 15 de septiembre Bartolomé tomó posesión de su cargo en el Real y minas de San Miguel y lo primero que hizo fue realizar una visita a todo el término bajo su jurisdicción, dándose cuenta de que necesitaba mano dura para poder controlarla, por lo que escribió al licenciado Diego de Medrano, oidor de la Real Audiencia de Guadalajara explicándole la situación:
“que rrespeto de ser esta juridicion tan larga y difussa y estar en la raya de la nueba Vizcaya, andan en ella muchas personas inquietas y de mal vivir, que se rrecojen en las estancias de baquerias y en otras partes las quales an cometido y cometen muchas muertes, hurtos, robos, salteamientos y otros delitos que de ninguna manera an tenido Remedio antes se ban aumentando Respecto de que no pueden ser castigados con el rigor y demostración que conbiene porque como la comisión que tiene no se estiende a poder sentenciar las caussas criminales graves en el ínterin que conclusas las rremite a la rreal audiencia que esta mas de ochenta leguas de esta juridicion y que della viene Resolución en que ay grandes dilaciones los presos hacen fugas y muchas vezes con ayuda de sus compañeros porque en estas minas Por ser pobres y nuebas no ay carzel ni prisiones conque asigurarlos de todo lo qual Resultan muchos y graves Ynconvinientes…”
En definitiva, le pidió licencia para poder sentenciar las causas criminales, que le fue otorgada por dicho oidor el 12 de diciembre.
Con la licencia concedida, Bartolomé organizó una compañía y salió en busca de los salteadores, apresando a tres de los cabecillas, Lucas Méndez, Alonso Cortés y Francisco Diego, los sentenció a muerte y los ajustició, huyendo el resto de maleantes de la zona, temerosos del capitán Bartolomé de Mesa.[93]
Tan expeditivo fue en este asunto, que, en vista del resultado obtenido en tan poco tiempo, el teniente de capitán de aquel reino, Luis de Alcega, caballero del hábito de Alcántara, el 30 de diciembre decidió nombrarlo sargento mayor del reino de Nueva Galicia.
Tres meses después nos lo encontramos en minas de los Ramos, desde donde escribe el 22 de marzo una carta a la Real Audiencia suplicando, en nombre de los mineros, se les diese hierro para marcar la plata que extraían y azogues, pues, hasta ahora, se tenían que desplazar a otros lugares, como al Fresnillo o Zacatecas, a más de doce leguas de distancia, lo que suponía un gran inconveniente para ellos y con esa medida se favorecería la implantación de haciendas en aquella zona tan rica en metales.[94] A raíz de esta carta, tras la visita del oidor Gaspar de Fuentes a las minas de Charcas, se mudó el reparto de hierros desde esta última a la de Ramos, como solicitó Bartolomé, por no haber allí ni justicia, ni escribano, ni vecinos de confianza para tener las 3 llaves del arca de la Real Caja.
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NOTAS
[90] ARCHIVO PARROQUIA SAGRARIO METROPOLITANO DE GUADALAJARA. Libro 1º de bautismos, casamientos y entierros. Folio 42. "México bautismos, 1560-1950," database, FamilySearch (https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:ND7R-F4C : 2 January 2015), Bartolome Mesa Espinosa, 28 Mar 1610; citing Guadalajara, Jalisco, Mexico, reference 42; FHL microfilm 38,309.
[91] ARCHIVO HISTÓRICO DE LA REAL CAJA DE ZACATECAS. Fondo Real Caja de Zacatecas. Azogue. Fianza de Gines de Carrión a Don Bartolomé de Mesa de los azogues.
[92] JIMENEZ VIZCARRA, Miguel Claudio. Índice y extracto del protocolo de Francisco Guerrero Vela, escribano de Guadalajara de Indias. INSTITUTO CULTURAL CABAÑAS. Guadalajara, Jalisco, México. 1986. Pág. 43
[93] Según el testimonio de Luís Díaz de Ojeda.
[94] ARCHIVO HISTÓRICO DE LA REAL CAJA DE ZACATECAS. Fondo Real Caja de Zacatecas. Administración. Copia de carta de don Bartolomé de Mesa para la Real Audiencia
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