Artículo publicado en la Revista de Apuntes Históricos 1994
Marcos Fernández Gómez
1. Introducción
En las páginas de este trabajo hemos intentado hacer un breve recorrido por la historia de la villa gaditana de Alcalá de los Gazules desde mediados del siglo XIII a mediados del XV, desde los años en que pasó a formar parte del reino de Sevilla hasta su incorporación a los señoríos del linaje sevillano de los Ribera, titulares del Adelantamiento Mayor de la Frontera o de Andalucía. (1)
La escasez y naturaleza de los testimonios escritos que se han conservado de aquellos siglos medievales —básicamente, algunos documentos oficiales y menciones aisladas en las crónicas de la época— nos han impedido profundizar en un mayor conocimiento de la realidad histórica de esta villa andaluza, situada en la misma banda fronteriza con el reino nazarí. Es precisamente este carácter de marca fronteriza y de posición avanzada frente a los musulmanes de Granada el condicionante de sus rasgos más destacados, desde los continuos cambios jurisdiccionales que experimentó a lo largo de la Baja Edad Media hasta la orientación extensiva y ganadera de su economía. Así aparece citada en la Gran Crónica de Alfonso XI como “Alcalá de los Ganzules (sic), que era el primer lugar de los cristiano...” (1 bis) Además, hay que considerar la posición excéntrica de Alcalá en relación a las vías de comunicación que desde la ciudad de Jerez se dirigían hacia el sur, al menos durante el siglo XII. (2)
En esta exposición hemos omitido las referencias al pasado prehistórico y antiguo de nuestra villa y su término, si bien se trata de una zona de poblamiento continuo, a juzgar por la abundancia de los restos arqueológicos (3) desde útiles y materiales paleolíticos a necrópolis visigodas, pasando por el hallazgo del famoso bronce epigráfico, de comienzos del siglo II a. C., de la Turris Lascutana, que ha dado pie a la hipótesis de la localización de la ciudad de Lascuta en las inmediaciones de Alcalá.
Durante los siglos de dominio musulmán, la zona de Alcalá de los Gazules constituía un núcleo de población fundamentalmente bereber (4), sobre todo en las tierras más montañosas, hacia el este del término municipal actual. Administrativamente, las tierras de Alcalá estaban repartidas en época omeya entre las coras de Al-Yazirat al Jadra (Algeciras) y Shiduna (Medina-Sidonia) (5). Pero es en el periodo posterior a la muerte de Almanzor (1002) cuando encontramos normalmente citada a nuestra población con la denominación genérica de Alcalá (6). Con la formación de los reinos de taifas, a partir de los comienzos del siglo XI, Alcalá llegó a ser integrada en el poderoso reino de Sevilla. Tras las invasiones norteafricanas de almorávides y almohades, formó parte de los pequeños estados de los reyezuelos vecinos de Jerez o Arcos, si bien en algunos momentos Alcalá debió mantener una cierta independencia de ello (7).
El castillo de Alcalá de los Gazules, que ha sido calificado por A. Orozco como «alcázar con cerca», pertenece morfológicamente, o más bien pertenecía, al estilo de construcción militar almohade (8).
Sobre el nombre de nuestra villa, debemos señalar que tras su ocupación por las tropas castellanas fue conocida en documentos y crónicas simplemente como Alcalá, o bien como Alcalá Sidonia. Sólo con posterioridad se le añadiría el calificativo “de los Gazules” (9) nombre que en general ha sido relacionado con denominaciones de los guerreros musulmanes norteafricanos, bereberes o benimerines, aunque también algún autor ha señalado un origen estrictamente árabe al topónimo (10).
2. Alcalá en el siglo XIII
Para comenzar, veamos la situación que, a mediados del siglo XIII atravesaba el territorio de la actual Andalucía, escindida entre las tierras que seguían en manos de los musulmanes y aquéllas que se estaban incorporando al mundo cristiano ante el empuje militar castellano.
Es la época de las grandes conquistas protagonizadas por Fernando III de Castilla, proceso iniciado en los años 1224-1225 con la ocupación, o más bien la cesión por parte de su vasallo el reyezuelo de Baeza, de Andújar y Martos. A partir de entonces, el monarca castellano fue incorporando importantes ciudades hispano-musulmanas y grandes extensiones de tierras, aprovechando la descomposición política del al-Andalus almohade: Baeza, Jódar, Sabiote, la extensa zona tomada por el arzobispo de Toledo y que constituiría el adelantamiento de Cazorla, Úbeda, Santisteban, hasta culminar con la conquista de Córdoba en 1236, seguida de la ocupación de toda la sierra y campiña cordobesas. (11)
En 1246 se produjo un acontecimiento diplomático de importantes consecuencias para la historia de Andalucía y de toda Castilla: el llamado «pacto de Jaén», cuando esta ciudad se encontraba prácticamente rendida a las tropas castellanas después de un prolongado asedio. Mediante este acuerdo, que conocemos únicamente por una breve noticia contenida en la Primera Crónica General (12), lbn Alhamar, antiguo señor de Arjona y de Jaén, entregaba «de derecho» la ciudad sitiada a Fernando III, se declaraba vasallo del rey castellano, con las obligaciones que este compromiso comportaba, y asumía el pago de 150.000 maravedíes anuales en concepto de parias. A cambio de todo ello, el caudillo Alhamar, que pronto sería el fundador de la dinastía nasari, aseguraba la posesión de los territorios que estaban bajo su control, es decir, aproximadamente las actuales provincias de Granada, Málaga y Almería. El «pacto de Jaén» significó, por una parte, el nacimiento del último reino hispano-musulmán, creándose el “verdadero pilar sobre el que se asentaba la constitución del reino nazarí de Granada, con categoría de estado soberano al decidir su rey entregarse a Castilla como vasallo” (13), y cuya existencia se prolongaría hasta finales del siglo XV; en segundo lugar, la aparición de una amplia zona fronteriza entre Castilla y el futuro reino de Granada, poco precisada en los «sectores» sevillano y, sobre todo, gaditano. Como materialización del acuerdo de Jaén, la sumisión de Ibn Alhmar, que de enemigo había pasado a ser su vasallo, fue aprovechada de inmediato por el monarca castellano para acometer la conquista de Sevilla (1248) (14).
Una vez tomada Sevilla en octubre de 1248, las tropas castellanas se dirigieron hacia el sur, ocupando en los meses siguientes las poblaciones situadas en la zona de los ríos Guadalete y Barbate: Jerez, Medina Sidonia, Alcalá de los Gazules, Vejer, Santa María del Puerto, Cádiz, Arcos, Lebrija, Rota, Trebujena (15). El sistema más utilizado para la ocupación fue el de pactos pacíficos con los musulmanes de cada lugar, que así conservaron una amplia autonomía, aunque a veces tuvo que recurrirse a la guerra, como en el caso de Jerez. Ya tenemos, pues, una primera presencia de los castellanos en Alcalá de los Gazules, si bien debió reducirse, como en el resto de las poblaciones de la comarca, una reducida guarnición militar.
NOTAS
(1) Vid. Nuestro trabajo “La vinculación señorial de Alcalá de los Gazules a los Adelantados de Andalucía (1441-133)” en Revista Hidalguía Vol. XLI, nº 241 (Madrid 1993), pp. 78-800.
(1 bis) Gran Crónica de Alfonso XI. Edic. D. CATALAN Madrid, 1976, Vol. II, cap. CXXXIX. Vid. La descripción de la línea fronteriza en M. GARCIA FERNANDEZ. “La defensa de la frontera de Granada (IV Coloquio de Historia Medieval). Almería, 1988, p. 41.
(2) J. ABELLAN PEREZ. “Las vías de comunicación gaditanas en el siglo XIII”. En Cádiz en el siglo XIII. Cádiz 1983, pp. 123 a 133.
(3) Un repaso, aunque somero, por el pasado en el libro de M. RAMOS ROMERO: Alcalá de los Gazules. Cádiz 1983, pp. 133 y ss.
(4) M. SÁNCHEZ MARTÍNEZ, Historia de Andalucía, I. De Tartessos al Islam, Barcelona, 1980, pp. 207 y ss.
(5) A. ARJONA CASTRO, Andalucía musulmana. Estructura político-administrativa., Córdoba, 1980.
pp. 46y ss.
(6) M. RAMOS ROMERO, Alcalá de los Gazules. ob. cit., p. 171.
(7) A veces las crónicas hablan de reyezuelos de Alcalá de los Gazules, como aquél que mató Garci Pérez de Vargas en 1252, poco después de ser armado caballero por Alvar Pérez de Castro. Vid. D. ORTIZ DE ZÚÑIGA, Anales eclesiásticos y seculares... de Sevilla, I, Madrid, 1795. pp. 125-126.
(8) P. ANTÓN SOLE-A. OROZCO ACUAVIVA, Historia Medieval de Cádiz y su provincia a través de sus castillos. Cádiz, 1976, pp. 24 bis y 88 bis.
(9) Por ejemplo, en la Crónica de Sancho IV Crónicas de los Reyes de Castilla, I. Edic. C. ROSELL, Madrid, 1875. p. 72, se habla ya de Alcalá de los Gazules cuando Sancho IV mandó abastecería, junto con Medina y Vejer, en el año 1285.
(10) Como A. ARJONA CASTRO, Andalucía musulmana… ob. Cit. p. 47. que lo relaciona con el nombre árabe de los <<banu yazula>>. V. GARCÍA DE DIEGO en su libro Toponimia de la zona de Jerez de la Frontera, Jerez. 1972, Pp. 44 y 64, se limita a señalar que la palabra <<gazules>> deriva del nombre dc una familia mora famosa, lo mismo que L. DE IGARTUBURU en su Manual de la provincia de Cádiz; Cádiz, 1847. p. 109.
(11) M. GONZÁLEZ JIMÉNEZ. Historia de Andalucía II. La Andalucía dividida. Barcelona, 1950, pp. 97 y ss. En este trabajo seguimos las líneas generales trazadas en esta reciente obra de síntesis.
(12) Primera Crónica General. Edic. R. Menéndez Pidal. Madrid. 1906, cap. 1070, p. 746.
(13) C. TORRES DELGADO. El antiguo reino nazarí de Granada (1232-1340), Granada, 1974, Pp. 124-
125,
(14) Ibid., pp. 146-148.
(15) Primera Crónica General, ob. cit., cap. 1130, p. 770.
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