sábado, 17 de abril de 2021

La Inquisición contra el Corregidor Herrero



Ismael Almagro Montes de Oca 



      Esta es una historia curiosa a la par que turbia y oscura, ocurrida en nuestra localidad en el año 1763, en la que se vio envuelto el Corregidor de la entonces villa de Alcalá, D. Francisco Javier Herrero y Recio, al ser denunciado ante el Tribunal de la Inquisición por intentar acabar con la vida de su mujer para casarse con otra. 

     Francisco J. Herrero, nacido en Palencia en torno a 1703, era Abogado de los Reales Concejos y estaba al servicio del Ducado de Medinaceli. En 1748 nos lo encontramos como Gobernador y Justicia mayor de la villa de Zafra. En dicho año escribe un libro sobre Derecho, en latín, titulado “Resolutiones quaestionum, quae à Dom. D. Aegidio de Castejon proponuntur, juxta ab eo assecutam literalem methodum”. 



     Estando ejerciendo el cargo de Corregidor de Alcalá en 1763, fue detenido y llevado a Sevilla para enfrentarse a un Auto de fe ante el Tribunal de la Inquisición, acusándolo el Fiscal de Proposiciones deshonestas, conservándose en el Archivo Histórico Nacional parte del Proceso.[1]

      El 21 de marzo de aquel año, el médico de la villa, Pedro de la Guardia Vázquez y el cirujano Tomás Medina, escribieron un memorial en Jerez al Comisario del Santo Oficio delatando que el Corregidor, en presencia de los dos, les intentó convencer diciéndoles: 

“dios se ha de dar por servido de asesinar a mi mujer, por q este es medio para q casado con otra, viva con temor de Dios, haga una buena confesión y me amiste con su Divina Magestad, y asi el asesinato es un acto de caridad pues a los dos se hace bien en grado (¿ético?)” 

      Ambos denunciantes también dieron parte al Obispo de Cádiz, por el gran escándalo que había en la villa ya que el Corregidor estaba cortejando descaradamente a Dª. Leonor de Costilla, joven soltera de familia distinguida, a pesar de ser un hombre casado y que “intentaba quitar la vida a su mujer, por casarse con la complice”. Parece ser que la esposa del Corregidor debía padecer alguna enfermedad que estaba siendo tratada por dichos médico y cirujano, motivo que aprovechó para insinuarles en una carta, que presentaron como prueba del delito, que acabaran con su vida: “les decía procurasen concluir con su encargo, q era el de matar a dha su mujer”. 

       El Provisor del Obispo encargó a un cura de la localidad que investigase el asunto, llamando a declarar a cinco testigos, entre ellos ambos denunciantes, que declararon que el Corregidor no ocultaba sus intenciones ni siquiera en actos religiosos, con la complicidad de la señorita soltera: 

“declararon el escandalo q ocasionaba el reo a todo el pueblo, aun en los maiores concursos de Yglesia y funciones (¿?) haciendo q estas pasassen por la calle donde vive su complice, sin aver avido enmienda con la amonestación qe le hizo uno de los declarantes como cura.” 

     Otro de los testigos, que también era presbítero, aseguró ver un papel en el que el Corregidor pedía al cirujano que acabase con la vida de su mujer enferma y una carta de la enamorada al cirujano sobre el mismo asunto. Asimismo, vio una carta también dirigida al cirujano por dicho Corregidor desde Cádiz en el que le acusaba de no ayudarlo y haberlo engañado y le contaba sus intenciones: 

“estaba despechado, y enamorado, burlado: q marcharía con ella a otras partes y a Roma por todo” 

     El 21 de mayo, el cura terminó las indagaciones y las remitió al Obispo, quien posteriormente las hizo llegar al Duque de Medinaceli, el cual, en vista de las pruebas, ordenó el 2 de julio a Francisco J. Herrero que se trasladase a Montilla en el plazo de 24 horas, donde se le quitó el corregimiento y se le detuvo. 

     Desgraciadamente, la documentación conservada esta incompleta y acaba con el inicio de la declaración del reo, reconociendo los hechos, lo que nos ha privado de conocer la sentencia final y el castigo o pena que se le impuso al Corregidor pecaminoso y enamorado. 



NOTAS

[1] ES.28079.AHN/1.1.11.6.1.3//INQUISICIÓN,3727,Exp.45 

No hay comentarios:

Publicar un comentario