sábado, 24 de abril de 2021

La fundación del convento de Santa Clara de Alcalá de los Gazules (I)


Ampliación del artículo elaborado  para la Revista de Apuntes Históricos y de Nuestro Patrimonio 2020, que por culpa de la Pandemia, se ha publicado en 2021


Ismael Almagro Montes de Oca 

       La Historia del convento de Santa Clara de Alcalá, a pesar de ser una institución religiosa que estuvo activa en nuestra localidad durante más de tres siglos y medio, es sumamente desconocida. Las causas principales que favorecieron ese desconocimiento fueron el hermetismo propiciado por el carácter de clausura del convento, que lo convertía en un mundo aislado en pleno corazón de Alcalá, del que apenas se sabía lo que ocurría dentro, y el traslado definitivo de las monjas al convento de Bornos en 1950, llevándose toda la documentación con ellas. 

      En las próximas líneas vamos a arrojar luz sobre el asunto y desentrañar el enigma de la fundación [1], dando a conocer el verdadero origen y descubriendo todo el proceso hasta la llegada de las monjas. 

      Tan sólo Fernando Toscano escribió unas cuantas páginas sobre los orígenes del convento [2], que se pueden resumir en el siguiente párrafo de su libro: 

“el convento de clarisas se funda por voluntad y dotación del Duque don Perafán, con la anuencia del II Titular y sucesores, y con la ejecución y protectorado práctico de San Juan de Ribera, quien aúna voluntades, compromete al concejo, obtiene licencias oportunas y acaba la readaptación de la Casa para Convento.” 

      Sin embargo, esta visión de la fundación se nos antoja bastante maquillada, sustentada en datos sin contrastar, fruto quizás del anhelo de dicho historiador de realzar, dar prestigio y categoría a dicha Institución, de ennoblecerla, pues como veremos, en el establecimiento de las clarisas en Alcalá, apenas intervendrán el primer Duque y sus sucesores, ni existen pruebas de la participación de San Juan de Ribera en el proyecto. Decía Fernando que el Concejo tuvo carácter de Compatronato del convento, subordinado al principal patrocinio del Duque, pero resulta que la Historia es justo al revés, será el cabildo alcalaíno, junto con los propios vecinos, los que promuevan y favorezcan la llegada de las monjas, como iremos viendo. 

     Hay que aclarar que resulta complicado establecer la fecha exacta de fundación del convento, pues se trata de un proceso que suele durar años y habría que diferenciar al menos dos etapas, una primera, que comprendería la donación de bienes, protocolos, licencias civiles y eclesiásticas, inicio de obras, etc. y una segunda, con el inicio de la vida de las monjas en comunidad. 

     En el caso que nos ocupa, la primera noticia que conocemos referente al convento, se produce en el cabildo que celebran los regidores alcalaínos el 30 de enero de 1570, donde por primera vez se habla de establecer un monasterio de monjas: 

“En este cabº se vido una peton (petición) firmada de ciertos vos (vecinos) desta vª (villa) pr la qual pidieron q pe (que porque) en la casa q fue de juº de mesa esta señyado pr prima y segda istancia q se aga la restitución q mdo (mandó) el suso dho (¿?) q sus mds den orden como en ella se faga un monestio de monjas pues es bien puco (público) pa las hijas de vos desta vª y su comarca y q se suplique al sr obpo de cadiz que ansy lo provea” [3]




      El principio de todo parece estar en el testamento de Juan de Mesa, que dejó algunas de sus propiedades para destinarlas a algún tipo de obra pía, no sabemos si específicamente para fundar un monasterio. Este vecino, perteneciente a la nobleza alcalaína, ejercía el cargo de alcaide de justicia al menos desde 1542[4] y fue nombrado juez de mesta para el año de 1546.[5] Casado con Elvira Jiménez y padre de al menos dos hijos, Bartolomé y Francisco de Mesa,[6] debió contar con una situación económica bastante holgada, pues llegó a tener varios esclavos[7], además de contar con ganados[8] y ser propietario de tierras en la zona de la loma de Maina.[9] Falleció con anterioridad al 3 de enero de 1556.[10] Entre sus herederos hubo cierta reticencia a entregar las casas y posiblemente entablaron un pleito, de ahí que se mencione en el Cabildo que sus propiedades están señaladas en primera y segunda instancia para tal fin. Este pleito también explicaría la dilatación en poner en marcha el proyecto, ya que median 14 años entre el fallecimiento de Juan de Mesa y el momento en que los vecinos piden que se ejecute su voluntad. Lo que sí parece claro es que el Ayuntamiento alcalaíno, recogiendo las peticiones de los vecinos, se pone al frente del proyecto e inicia los contactos tanto con el duque como con el obispo para obtener los pertinentes permisos. 

      Efectivamente, los regidores escriben una carta al obispo, que es contestada por el prelado al mes siguiente, desentendiéndose del asunto, por lo que el 6 de marzo vuelve a reunirse el cabildo y acuerda tratar con el obispo el establecimiento del monasterio en su próxima visita a Alcalá. En el mismo cabildo se produce una petición del beneficiado Francisco de Cazalla, que nos arroja más luz sobre todo este asunto: 

“…muchos le vienen alquilar las casas q fueron de juº de mesa/ y el qria (queria) q se cumpliese la voluntad de su exª (excelencia)/ y porpq parece q el sor obispo no provee en lo q se le a pedido q sus mds vean lo q en ello se podrá fazer y respondiose q si el dho bendo (beneficiado) la puede alquilar q lo faga con condición q el q arrendare salga della y la desocupe pa q puedan labrar qndo se obiera de fazer”[11]

      Podemos deducir de aquí que el cabildo sí debió recibir el beneplácito del duque,[12] al que, aunque autorizara la fundación, no podemos considerar como promotor puesto que no dispuso bienes ni posesiones para tal fin, como veremos más adelante. El hecho de que sea el cabildo quien autorice al beneficiado para alquilar las casas que tenía en custodia, mientras no se inicien las obras, demuestra el carácter de promotor del Ayuntamiento. Estamos por tanto ante un proyecto local, puesto que, si fuera ducal, difícilmente tomarían decisiones sin el consentimiento del duque. 

      Es probable que la autorización de Per Afán de Ribera estuviera fechada tres meses después de este cabildo, el 21 de junio de 1570, pues esta fecha es reseñada en 1910, cuando aún estaba activo el cenobio alcalaíno, por la Abadesa Sor Leonarda de Jesús y María como de la fundación del convento.[13]

      En este estado de la situación, el duque fallece en Nápoles el uno de abril de 1571. Deja como heredero universal de sus bienes libres al Colegio-Hospital de la Sangre que ordenaba edificar en su villa de Bornos. En su testamento tan sólo aparece una referencia a nuestra localidad, concretamente una manda de doscientos ducados a los pobres de la villa de Alcalá.[14] Si realmente fuese el duque el promotor, lo hubiese dejado recogido entre sus últimas voluntades, tal como hizo con el que ordenó fundar en la localidad serrana. 

      No obstante, el duque, cuando tuvo noticias de la iniciativa para fundar el convento, quiso contribuir y ordenó que se remitiese cierta cantidad de dinero para ayudar a la obra, orden que no llegó a ejecutarse antes de su muerte. 


NOTAS

[1] El contenido del presente artículo toma como base las investigaciones llevadas a cabo para la conferencia “Alcalá hace cuatro siglos”, dentro del programa de actos del cuarto centenario de la cofradía del Nazareno de Alcalá, pronunciada en la Iglesia de la Victoria el 22 de septiembre de 2016. Asimismo, ha sido revisado y aumentado con la información contenida en un libro perteneciente al convento alcalaíno localizado en el Archivo Diocesano de Jerez por su director, D. Domingo Gil Baro, dentro de la documentación relativa al convento de Corpus Christi de Bornos. La existencia de este libro, desmiente la afirmación de Fernando Toscano acerca de la pérdida de los papeles del convento durante la Guerra de la Independencia en Cádiz. 

[2] Fernando TOSCANO DE PUELLES, “Las Escuelas profesionales de la Sagrada Familia en Alcalá de los Gazules”. 1995. Pág. 97 

[3] ARCHIVO MUNICIPAL DE ALCALA DE LOS GAZULES. AMAG. Actas de Sesiones del Ayuntamiento pleno. Legajo 4 folio 21 vto. Cabildo del 30 de enero de 1570. 

[4] Archivo Parroquial de Alcalá de los Gazules. Libro 1º de Bautismos f. 55 vto. Partida de bautismo de García Gimenez. Con igual cargo aparece en cabildo de 1 de enero de 1543. AMAG. Actas de Sesiones… Legajo 1 f. 1. Fernando Toscano asegura en su libro sobre la SAFA (pág. 102) que los regidores eran perpetuos, nada más lejos de la realidad, pues eran nombrados anualmente por el primero marqués y después duque de Alcalá, si bien es cierto que muchos solían ostentar los cargos durante varios años seguidos. 

[5] AMAG. Actas de Sesiones del Ayuntamiento pleno. Legajo 1 folio 26. Cabildo del 12 de marzo de 1543. 

[6] Así consta en la partida de bautismo de García Giménez. 

[7] El 1 de febrero de 1544 se bautiza Pablo, esclavo suyo, hijo de Alonsa, también esclava de Juan de Mesa. Archivo Parroquial. Libro 1º de Bautismos f. 21 

[8] AMAG. Actas de Sesiones del Ayuntamiento pleno. Legajo 1 folio 93. Cabildo del 12 de noviembre de 1543. En este cabildo se concede la vecindad a Juan Martín, porquero de Juan de Mesa. 

[9] Ib. Folio 242. Cabildo del 15 de junio de 1545. 

[10] “En este cabildo Baltasar benitez rror popuso q juo de mesa el viejo def y p su fallecimio su mujer e hijos dven a este qº cinco mil mrs q recibió pa el texero de mª…” AMAG. Actas de Sesiones del Ayuntamiento pleno. Legajo 2 folio 232. Cabildo del 3 de enero de 1556. 

[11] Ib. Folio 26. 

[12] Los escribanos solían utilizar la fórmula “su excelencia el duque mi señor”

[13] AMAG. Correspondencia y Comunicaciones 1910. Legajo 99. Respuestas a un cuestionario del gobernador civil sobre las comunidades religiosas enviado el 22 de junio de 1910. Se anota que componían la Comunidad 14 monjas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario