sábado, 14 de septiembre de 2024

Un foco infeccioso en 1892





Ismael Almagro Montes de Oca



    Terminando el verano de 1892 se dieron varios casos de enfermedad infecciosa en la zona de la Plaza Alta, lo que puso en alerta al médico municipal Juan Centeno de los Ríos, quien localizó el foco de infección en la zona del Beaterio. Dicho foco surgió debido a varias causas, como la falta de higiene en las calles, la existencia de muladares cercanos, así como del matadero, que en aquella fecha se ubicaba en la actual calle Picasso.

    Sin demora de tiempo, envió un escrito al alcalde dándole aviso de la situación para intentar eliminar el foco infeccioso:

He venido observando el carácter especial que toman en sus síntomas algunos enfermos de las calles de la Soledad, Castillo y Matadero; he reconocido en cuanto me ha sido posible estos sitios y he adquirido la convicción que existe en ellos un foco de infección, que es menester y urgente destruir antes que empiecen las aguas y pueda ser un núcleo que infeste el resto de la población generamte sana. En efecto los derrumbios este invierno y (¿?) del Cementerio, quizás algun descuido higiénico en el Matadero, la falta de blanqueo, causas que unidas al desaseo de los vecinos de estas calles que arrojan sus aguas sucias y las de sus lavados y quizás tambien la falta de blanqueo interior y exterior de las casas, son causas que debe estudiar el Medico cuando observa síntomas que no corresponden a la constitución medica reinante en la población.

    Igualmente, le advierte de que la existencia de muladares dentro del núcleo urbano, pueden originar brotes epidémicos si no se eliminan:

“Tambien seria de urgente necesidad que se mandase limpiar y desinfectar el muladar de la Ce de Sn francisco, resultante de las puertas falsas de la Calle de la Carrera, en donde he tenido un enfermo con síntomas tiphicos que afortunadamente han desaparecido en convalecencia.”

    Dada la cercanía del primer foco al Beaterio, aconseja suspender las clases en dicho establecimiento temporalmente:

    ”Así tambien seria conveniente se ordenase suspender las claces de niñas del Beaterio de J. M. y J. hasta diez días después de desinfectadas las calles inmediatas a este Establecimiento.” [1]

    Termina su exposición recalcando que él cumple con su deber como “vigilante de la salud” al avisar al máximo mandatario alcalaíno, a quien sutilmente pasó así la responsabilidad. Suponemos que la desinfección de la zona se llevó a cabo, pues posteriormente no hallamos más noticias, ni en la Correspondencia ni en las actas capitulares.




NOTAS

[1] ARCHIVO MUNICIPAL DE ALCALA DE LOS GAZULES. Correspondencia y Comunicaciones. Legajo 83. Escrito de 7 de septiembre de 1892.

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