Ismael Almagro Montes de Oca
El año pasado, por estas fechas, di a conocer un testimonio relatando un milagro que se atribuyó a la Virgen de los Santos (véasse: https://historiadealcaladelosgazules.blogspot.com/2023/09/el-milagro-de-la-fuente-de-la-higuera.html)
Recientemente he localizado otro documento narrando el mismo milagro, pero con la originalidad de que no se trata de un texto manuscrito, sino de una obra de imprenta. El autor, anónimo, en un largo poema, hace un repaso de las leyendas en torno al origen del Santuario y de la talla de la virgen, para acabar con el milagro de la Fuente de la Higuera.
"VERDADERA RELACION Y NUEVO ROMANCE QUE
REFIERE UN MARAVILLOSO
portento, que ha obrado una devota
Imagen de Nuestra Señora; que con el Título de los SANTOS se venera una Legua
de la villa de Alcalá de los Gazules, quien lo saca a luz, con otras
authenticas maravillas, obradas por la dicha Imagen: Año de 1724.
A El piélago de la gracia,
A el raudal de la clemencia,
a el mar de los resplandores,
y a todo su golfo de Estrellas
me arrojo, pero que temo!
Si el asumpto que me alienta,
es la misteriosa Nave,
que con cándida Vandera,
el rumbo de los proverbios
milagrosamente observa,
Su sagrado auxilio imploro,
para que la nube densa
de mi discurso, ilumine
el fanal de su Pureza.
Yaze en los campos Sidonios,
a distancia de una legua
de Alcalá de los GazuIes,
jurisdicción que govierna
su illustre Acuerdo: una Hermita,
que en breves líneas se obstenta,
si no palacio de Ceres!
Templo de mejor Minerva.
Con titulo de los SANTOS,
en sus cultos se venera
un Divino simulacro
de la que en el Cielo es Reyna,
La tradición de su origen,
con la segura evidencia,
de auténticos testimonios,
se irá diciendo a la letra,
no ha numerar sus milagros
mi humilde pluma se empeña
solo a dar noticia a el Orbe
de una maravilla nueva.
Pero antes que fervorosa
lebante el buelo a su esfera,
antiguas prerrogativas
irán rompiendo la nema,
Apenas sacudió España,
la intolerable cadena,
que arrastró ochocientos años,
entre la turba Agarena.
Aun no satisfecho el Cielo,
provino tan grande seca,
que la tierra le imploraba,
por muchas bocas abiertas.
Padeció el Vético suelo,
la que pareció inclemencias
y no fue fino castigo
merecido á la sobervia
del bruto, siempre indomable
de la pertinacia nuestra.
Ya entonces los de Alcalá,
veneraban en la mesma
situación, que he referido,
la señal que fue vandera
tremolada a fuego, y sangre,
contra la culpa primera.
A cuyo Cruzado leño,
todo el Pueblo se encomienda,
y en Procesión penitente,
ensangrentando la senda,
a el humillador llegaron;
y quando con vozes tiernas
en los raudales del llanto
se anegaban sus promessas,
del numeroso concurso,
con Angélica pressencia,
lebantandose un mancebo,
prorrumpió de esta manera;
Ya el Cielo compadecido,
el remedio delibera,
a vuestras necesidades;
pero gusta su clemencia,
que en este sitio se haga
a favor de los mortales,
concha de la mejor Perla:
donde en repetidos cultos,
con amorosa frecuencia
se alaben los explendores
de la Immaculada Estrella.
Desapareció al instante
que la palabra postrera
pronunció, y los circunstantes
haziendo firme promesa
de cumplir lo referido,
a Alcalá dieron la vuelta.
No bien a su mayor Templo
de la oratoria tarea
llegaron a dar las gracias;
quando la gran providencia,
con repetidos raudales
dio a todos felizes nuebas.
Remediaronse los campos,
y assegurando la oferta,
dieron principio a la Hermita,
y la misteriosa Piedra,
que fue como en el Desierto
saludable providencia:
fue el principal fundamento,
con las misteriosas letras
del Himno, tres veces Santo;
que en dulces vozes alternan
en la Celestial Altura
aladas inteligencias.
Ocupó lugar desente,
haziendo vassa a la exelsa
gloriosa siempre elevada
Columna de nuestra Iglesia.
Antes de acabar la Obra
el Cavildo delibera
despachar dos Diputados,
teniendo noticia cierta,
que en Gibraltar habitaba
Con primorosas ideas
de Imágenes de escultura
con afamada experiencia
un Artifice, que entonces
su fama fue la primera.
Ya en la mitad del camino,
se hallaron en la presencia
de dos hermosos mançebos,
que les preguntó en la senda
donde caminaban? Y ellos
dieron breve respuesta.
Y aviendo participado su devota diligencia,
les manda que se bolviessen,
con la confiança cierta
que ellos traerían la Imagen
al punto que fenecieran
el Divino Santuario,
sin la menor diferencia.
Obedecieron al punto,
y sin duda la presteza
fue misterio; porque todo
milagroso sucediera.
O maravillas de Dios!
Porque el Templo estaba apenas
acabado, ya la Imagen,
(sin la noticia mas tenua
de quien la huviesse traído)
estaba en su lugar puesta.
O imbencion siempre Sagrada!
O hallazgo por la clemencia
del Cielo! Sin las fatigas
De Constantino, y de Elena.
Hasta aquí su sacro origen,
manifestó mi rudeza:
proseguirá en los milagros
no el guarismo que vozean
pendientes de sus paredes,
inumerables tarjetas:
que a golpes de los pinzeles
siendo rectoricas lenguas,
que mudamente eloquentes,
sus prodigios manifiestan.
Digalo aquel gran portento,
que Xerez de la Frontera
Atessora en sus archivos,
con amor, y reverencia.
Quando hallándose afligidos,
aridas todas sus tierras,
suplicaron a esta Villa,
a vista de sus miserias,
les condujesen la Imagen,
franqueando la ipoteca
que unidos ambos Cavildos,
firmaron hasta volverla.
Ya convenidas las partes,
en la linde que dispensa
los dos términos distintos,
fabricaron de madera
el mas luzido aparato,
que discurrio la fineza.
Salió la Divina Aurora
de su Oriente; y qual Estrella
de Jacob, resplandecia
iluminando su esfera.
El numeroso concurso,
bien fácil se considera,
de una Ciudad agradecida,
y de una villa discreta.
Iba la ardiente Columna,
fanal de mas excelencias
que la que alumbró el Desierto,
quando la fuga violenta
del Pueblo, que apresuraba
de Faraón la inclemencia.
Sin
sombras resplandecía,
porque en la devota empressa,
no hubo recelos del daño,
Ni odio de la competencia.
Llegó el Sol de Josue
a la estación que le espera,
donde paró favorable
A la Oración que la impretran.
Mobió la Region sus Nubes,
Y próvidamente tiernas
dulce sudor exalaron,
De las salobres Cabernas.
Aunque fue immenssa la pluvia
ninguno que en la asistencia
se halló de la Santa Imagen,
mostró la inquietud mas tenua.
Todo el sitio que ocupaba
El concurso, y la dispuesta
mansion de la hermosa Aurora,
resplandeció Primavera.
Assi como en el Jordan
quando las Aguas suspensas,
dieron milagrosamente
a el Arca segura senda.
Con dulçes aclamaciones,
de repetidas cadencias,
retrocedió el Luminar
mas alto que el que pondera
por la salud de Ecequias
el Angel de las Escuelas.
Llegó qual Judith triunfante
si no a su Patria, a la exelsa
Sagrada siempre imbiolable
Betusta de su asistencia.
Algunos años la Villa,
recelando la misseria,
que experimentan los Campos,
faltando esta providencia,
trageron la Santa Imagen,
y en su principal Iglesia
se mantuvo nueve días;
y aunque en ellos no hubo muestras
de llover, la confiança
con la viva fee se alienta.
Sin duda fue assi, que al tiempo
de recoger las cosechas,
fueron arrancando a mano
por incapazes de ciega,
los Trigos, que solo un palmo
se alejaban de la tierra.
Limpios los granos se hallaron
por la mas segura cuenta
de los Diezmos, ser los años
mas pingues de aquella era.
Y en fin, en quanto a milagros,
discurro que será fuerça
truncar el hilo a el discurso,
por dar lugar a la Imprenta.
Solo cerraré el compendio,
con la maravilla nueva
citada, que fue el empeño,
a mi corta inteligencia.
En este presente año
de veinte y tres, que la Iglesia
sobre mil y setecientos,
en sus anales numera;
en el sitio del Saetillo,
con el titulo de la Higuera,
se mantenía una Fuente,
con antigua permanencia,
robó el caudal a su curso,
la experimentada seca
de algunos años, que llora
nuestra cobarde miseria.
Passó de fuente a reparo,
pues contra las inclemencias,
fue abrigo de los Pastores,
fogaril de su defença.
Legó a treze de Noviembre,
sobre sus cenizas muertas,
de una gran sed fatigado,
por la necesidad estrema,
cansado Antonio Cevallos,
Pastor que en aquella selva
apacienta los ganados
de D. Antonio de Ortega.
Sacó devoto el Rosario,
bañado en lagrimas tiernas,
y rezándole, afligido
a la Virgen se encomienda.
Pediale tiernamente,
a la Celestial Princesa,
que los líquidos Christales,
su antiguo curso tuvieran.
Brotó a su Oración la Fuente;
y qual Moyses, reverencia
el milagro, y satisfaze
la gran sed que le molesta.
Tres cantaros llenó a el punto;
y dando a Alcalá la buena,
con vozes de agradecido
el prodigio manifiesta.
Oy se mantiene abundante;
donde de quantas Haziendas
tiene toda la Comarca,
gozan de sus providencias.
Tanto la fee ha penetrado,
que con segura experiencia,
de alimento, y medicina,
los enfermos la frequentan.
Muchos vienen admirados,
como que la Virgen mesma,
nueva Raquel, les conduze
a la provida Cisterna.
Mas que a Ester, se glorifique;
pues sin dexar sus Obejas,
de Hombres, y de Paraninfos,
aun tiempo es Pastora, y Reyna.
Todo su axilio imploremos;
pues como Canta la Iglesia,
es Llave santificada,
de las Celestiales Puertas.
Y pues a tantos favores,
Villa illustre, no te niegas,
gloriate en sus alabanças,
repite nuevas ofrendas
a la Virgen DE LOS SANTOS,
para que en sus cultos sean
por los siglos de los siglos,
Coronadas tus finezas.
FIN"
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