Carmen Arias Guerrero
Ismael Almagro M. de Oca
Introducción
Con este artículo nos acercaremos a una escultura singular del patrimonio artístico de Alcalá de los Gazules. Se trata de una imagen casi desconocida para la mayoría de los alcalaínos y alcalaínas. Cierto es que algunos historiadores han comentado algo sobre ella, pero siempre dentro de un texto dedicado al templo o al retablo que la acoge. Algunos devotos sí que la conocen pero con otra advocación que a menudo causa confusiones.
La imagen a la que dedicamos este artículo lleva esperando más de 200 años en su camarín. En este tiempo ha visto el esplendor de un convento, invasiones, una desamortización, incluso varios cierres y reaperturas del templo que la acoge. También parece que ha sufrido el olvido de los fieles, en pro de otros cultos y otras advocaciones alcalaínas más arraigadas.
Todas estas circunstancias parecen haber afectado su integridad material, pero a pesar de las numerosas vicisitudes antes comentadas la imponente escultura permanece y se ha conservado hasta nuestro presente siglo. Sin duda estamos hablando de la Virgen de la Victoria. A mediados de 2011 se ha iniciado un proyecto de conservación y restauración por parte de la Fundación Forja XXI que ha conseguido paralizar los deterioros que ha sufrido y pretende recuperar la imagen para su culto.
Los procesos de restauración y conservación están desvelando detalles hasta ahora inéditos. Algunos de de los aspectos más relevantes junto con una revisión de datos históricos serán divulgados a continuación.
Los frailes mínimos de San Francisco de Paula difundieron a través de sus conventos el culto a Santa María de Victoria. La predilección por esta advocación mariana tiene su origen en el primer convento de esta orden fundado en España en los tiempos de la reconquista de Málaga (1491). De ahí que la Virgen de la Victoria de Alcalá también esté históricamente vinculada con la orden religiosa de San Francisco de Paula y su convento. Los frailes mínimos fundaron habitualmente sobre ermitas dedicadas a una Virgen, santo o santa, cuyo culto siempre conservaron (1)
Los frailes mínimos fundan en Alcalá el Convento de Nuestra Señora de la Consolación el 22 de marzo de 1586, tomando dicho nombre en vez del de la Victoria, como es lo habitual en esta orden, por establecerse en la ermita de la Consolación, en el actual barrio de San Antonio. Desde un principio los frailes tienen claro que este es un asentamiento temporal, pues empiezan a trabajar en la edificación de un convento nuevo en los aledaños de la ermita de la Vera Cruz.
Casi un siglo después, el 22 de Agosto de 1682 a las 4 de la tarde, los frailes, salen en procesión con el clero local, ayuntamiento y pueblo en general con el Santísimo Sacramento y todas las imágenes hacia la nueva sede, a excepción de la de San Antonio Abad, que se queda en la antigua ermita.
Este traslado no significa que el nuevo convento estuviera completamente terminado, tal como demuestran las donaciones hechas por varias personas en los años posteriores.
El 4 de agosto 1721 Servanda Francisca Bocanegra deja un buey y medio cahíz de trigo para la obra del convento de San Francisco de Paula. El 18 Mayo 1722, el beneficiado Cristóbal de Ortega Cárdenos dona 1000 reales para la obra de la Victoria. El 13 mayo 1725, el Vicario Pedro Collado Cortegana deja otros 1000 reales
(2)
Como vemos, las obras continúan durante mucho tiempo, continuando aún en 1749, al ser enterrado en la misma Iglesia el 1 de agosto José Ramírez que murió al caer de lo alto de la obra de la Victoria.
En este periodo de obras, debió ejecutarse el altar mayor y la imagen de la Virgen de la Victoria. Francisco Espinosa de los Monteros asevera que el retablo mayor, fue dorado por Antonio Escudá sobre 1737, a la vez que relaciona la imagen con el escultor jerezano Francisco Camacho de Mendoza, estableciendo paralelismos entre ésta y las imágenes del documentado retablo de Ánimas de la parroquia jerezana de San Lucas
(3)
Lorenzo y Juan Alonso de la Sierra, la atribuyen igualmente al círculo de dicho escultor jerezano, por sus formas movidas y dieciochescas (4)
Por otra parte, José Manuel Moreno Arana, historiador especializado en la escultura del setecientos, ha examinado fotografías de la Virgen y corrobora que se trata de una policromía de la primera mitad del siglo XVIII en la zona, con ciertas afinidades con la obra de Antonio de Escuda, Bernardo Valdés, incluso con Bartolomé Camacho. Sin embargo, no comparte la atribución a Camacho de Mendoza (5)
Cabe pensar que este retablo no fuera más que un pequeño camarín o templete con la Virgen, pues no es normal que apenas medio siglo después los frailes encargaran otro. En este nuevo retablo los frailes explicitarán por contrato “que ocupe todo el testero asta la bóveda”. Este nuevo retablo será realizado por Sebastián de Aguilar y Castañeda.
Sebastián de Aguilar y Castañeda nace en Bailén en 1755. Es hijo de Francisco de Aguilar y Antonia María de Castañeda. Nada se conoce de su infancia y juventud. Es posible que su padre se dedicara a algún trabajo relacionado con los gremios de la escultura o la construcción de retablos y se desplazara hacia una zona de gran pujanza económica en la primera mitad del siglo XVIII, Jerez de la frontera y su comarca, en busca de trabajo.
Sea como fuere, Sebastián de Aguilar se establece en Medina Sidonia, viviendo en la calle Llanete de Dero o Herederos, junto a la Plazuela, según se recoge en el contrato de ejecución del retablo de la Iglesia de la Victoria.
El 17 de junio de 1781, con 26 años de edad, contrae matrimonio en Alcalá con la alcalaína Nicolasa Morales, hija de Juan Morales y María Sánchez Benavente, siendo casados por el cura de Medina Sidonia, P. José Martínez de Medina. Esta unión con una alcalaína, nos hace pensar que Sebastián de Aguilar estuviera trabajando en algún retablo en Alcalá cuando la conoció.
El matrimonio poseía una porción de tierra en el pago del Saltillo, en el término de Alcalá, por lo que probablemente tuvieran un contacto cercano y frecuente con el pueblo (6)
El 15 de octubre de 1795 firma el contrato de ejecución del retablo mayor de la Iglesia de la Victoria con los frailes de dicho convento Fr. Antonio Delgado, Predicador Jubilado Vicario Corrector, Fr. Manuel de Ureña, Fr. José Ramírez, Fr. Juan Gallardo, Fr. Antonio, Fr. Manuel González, y Fr. Diego Larios, por la cantidad de 15.000 reales. Sebastián de Aguilar pone como aval su casa de Medina (7)
Del contrato de este retablo -localizado por Fernando Toscano- se han publicado trascripciones en varias publicaciones (8), y no se aclara si se concierta la Virgen. Aparte del retablo queda claro que se hace el camarín y el artesonado que se puede observar en la actualidad. Sin embargo es por el momento el único documento en el que se menciona la Virgen al mismo tiempo que el manifestador. Este elemento expositivo se concertó para ser realizado en un cuerpo superior del retablo “…el trono alto donde se a de manifestar su magestad sacramentada”.
Parece clara la intervención de Sebastián de Aguilar sobre la imagen, ya que las dos peanas que la sustenta, tienen el mismo jaspeado que el resto del altar mayor. Estas peanas contienen el mecanismo que la hacía girar para mostrar el manifestador de su espalda. Este mecanismo estuvo utilizándose hasta que el 31 de Agosto de 1869, el obispo Fray Félix María de Arriete, en visita pastoral lo prohibiera: “En esta Iglesia hemos notado un abuso en el modo de manifestar a S. D. M. en la espalda de la Imagen de María Stma. del Rosario, lo que prohibimos con todo rigor, procurando el Coadjutor de la misma Iglesia se coloque a su Majestad en un decente manifestador” (9)
Además, no descartamos que Sebastián de Aguilar retocara o restaurara partes deterioradas de la Virgen, ya que hay zonas que presentan una menor calidad con respecto al conjunto y más acordes con las efigies de los laterales del altar mayor.
El 13 de agosto de 1797 se firma la carta de pago por finalización del retablo.
En los libros de las cuentas de Fábrica conservados en el archivo parroquial, consta que en 1829, con 73 años, ejecuta un retablo para Santa Bárbara en la Parroquia, recibiendo por ello 500 reales.
El 23 de febrero de 1831, Sebastián y su mujer realizan testamento ante el escribano de Medina José Núñez Catalán, testamento que se conserva en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz.
Meses después, El 10 de septiembre, fallece en Medina a la edad de 75 años, siendo enterrado al día siguiente en el cementerio de la Hoya del Calvario, precedido de oficio de medias honras y capilla de música. No tuvo descendencia (10)
Firma del autor del retablo mayor de la Iglesia de la Victoria |
2. Descripción de la escultura
Hasta hace poco tiempo la imagen de la Virgen de la Victoria ha permanecido casi en penumbra, enmarcada por las cortinas que se colocaron en su camarín. Entendemos que esto se debió al avanzado de deterioro al que llegó la escultura (numerosas pérdidas de policromía eran ya muy evidentes) y como en otros casos la falta de culto también contribuyó a que se colocara hacia el fondo de su camarín.
Para divulgar los rasgos de esta escultura realizaremos una breve descripción de sus rasgos formales, de su policromía y las técnicas con las que está realizada. Posteriormente un análisis iconográfico nos permitirá conocer el origen de esta advocación mariana
NOTAS
Este artículo ha sido publicado en la Revista de Apuntes Históricos y de Nuestro Patrimonio 2012. Ayto. Alcalá de los Gazules
(1) (Romero, 2006, pág. 513)
(1) (Romero, 2006, pág. 513)
(2) AHPC. Alcalá de los Gazules. Prot.3, fol. 45-50 y Prot.132, fol.45-57
(3) (Espinosa de los Monteros, 2007, pág. 53). Espinosa nos comenta que Escudá trabaja en aquellos años con el
retablista sevillano Diego Maestre que debió ser el autor del primitivo retablo
mayor de la Victoria de Alcalá y del cual se conservan algunos elementos. Se
refiere a los estípites que enmarcan actualmente el camarín de la Virgen. Le
agradecemos su aportación sobre los datos del primitivo retablo.
(4) (Sierra, 2005, pág. 220) Archivo
Parroquial Alcalá de los Gazules. Libro de Matrimonios 12, folio 353.
(5) Agradecemos desde aquí su colaboración en la atribución de la Victoria
de Alcalá.
(6) Agradecemos a Nieves Lozano su localización.
(7) AHPC. Alcalá de los Gazules, Prot.99, fol.164-167 y Prot.229,
fol.129-130.
(8) Toscano (1985), Almagro I. (1997) y Almagro, G.; Almagro I.; Guerra,
J. (2006) han recogido en varios artículos partes de este contrato de 1795 y su
carta de pago.
(9) Archivo Parroquial de Alcalá de los Gazules. Libro de Visitas 3º.
(10) Archivo Parroquial de Medina Sidonia. Libro de Defunciones 13, folio
289.
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