jueves, 10 de mayo de 2012

La Virgen de la Victoria (II)


2.1 Análisis técnico y formal

     La Virgen de la Victoria, es en realidad un conjunto escultórico formado por 3 elementos diferenciados: 

- la imagen exenta del Niño Jesús (11)

- una imagen sedente de la Virgen sobre una nube y rodeada de ángeles 

- un manifestador (formado por un expositor y un sol humanizado) 

     Estamos pues ante el conjunto escultórico en madera policromada de mayores dimensiones de la localidad (de 2’35 m de alto, 1’28 ancho y 1,33 de profundidad). 

     El Niño Jesús de la Victoria es un bello ejemplo de escultura barroca. Se sitúa de pie sobre el regazo de su madre. La pierna derecha hace de apoyo mientras que la izquierda se encuentra flexionada (aparentemente para apoyarse en uno de los pliegues del manto de la Virgen). El torso se gira levemente, quedando el brazo izquierdo hacia atrás (sosteniendo el orbe). Por el contrario el brazo derecho se despega del cuerpo, hacia delante y actúa como un verdadero punto de interés que guía nuestra mirada. La posición de la mano derecha nos parece indicar un gesto de acogimiento y ánimo. Más adelante veremos qué papel desempeña el Niño Jesús en esta iconografía. Tanto la túnica como el pelo acompañan al movimiento forzado tan propio del barroco que presenta esta singular imagen. Viste una túnica ricamente decorada con las técnicas propias de la imaginería andaluza del siglo XVIII. Presenta estofados con diversos métodos (esgrafiados, picados de lustre) y corladuras en las vueltas (12). Los motivos decorativos son de inspiración vegetal: grandes flores en carmín, hojas en verde esmeralda y numerosas estilizaciones vegetales doradas. El fondo de la túnica está realizado en matices verde claro pero este color queda relegado por el brillo intenso de oro subyacente. Las encarnaduras del Niño presentan un tono claro y grisáceo, muy suave que contrasta con las entonaciones más rosadas que el artista da en las mejillas y levemente en los dedos de las manos y talones. Los ojos del Niño están realizados en vidrio. Un detalle singular que presenta es el pelo dorado con matices en tonos tostados. Es un rasgo muy poco frecuente (13), y que tras un minucioso examen deducimos que parece ser una intervención posterior.

Niño Jesús 
     La Virgen de la Victoria está tallada en una escala mayor del natural. Aparece representada sentada sobre una nube rodeada por cuatro ángeles de cuerpo entero y dos cabezas aladas. Estas figuras celestiales se encuentran casi exentas del volumen de la nube y aportan un gran dinamismo a la vista frontal de la escultura. La Virgen va ataviada con una túnica estofada en oro y bermellón (rojo anaranjado). Las vueltas de las mangas y de los bajos parecen haber sido corladas en tono verde (hoy se ven mates, pero originalmente eran verde metalizado). 

     El rostro de la virgen nos da la impresión de tener un gesto muy hierático. Cuando tratemos el simbolismo de las demás Vírgenes de la Victoria entenderemos el por qué. Se percibe el pelo tallado con ondas suaves y un velo decorado con líneas rojas y verdes al estilo hebreo. De los hombros cae un gran manto por ambos lados que son los que enmarcan o rodean a la virgen. La técnica decorativa es nuevamente la corladura, de gran superficie es decir panes de plata sobre corlas o barnices en tono carmesí. La cara inversa del manto la vemos hoy día de oro y negro. Pero un examen al microscopio nos ha revelado que las zonas que hoy vemos pintadas en negro, fueron en su origen pigmento de color verde (14). En algunas zonas muy recónditas se aprecia un tono similar al verde oscuro. 

     La pierna izquierda se encuentra adelantada (sobre la que se apoya el Niño), mientras que la derecha se flexiona ligeramente hacia detrás. Se observan unos zapatos sencillos que sobresalen de la túnica, en tonos tostados y oro (con rayados circulares). En cuanto a la postura, la virgen es el elemento central de la composición. Tiene ambos brazos hacia delante, con el izquierdo se acerca al Niño Jesús como sujetándolo, mientras que el brazo derecho se adelanta igualmente, pero para sostener en su mano un atributo (15)

Visión frontal de la virgen de la Victoria
     El tercer elemento que forma el conjunto es el Sol-Manifestador. Como ya apuntó Ramos Romero (16) “sobresale a su espalda un enorme círculo […] son los rayos de un sol, dorado viejo, de 0,68 m de diámetro y soporte para ostensorio”. No sólo tiene un sol y un soporte, sino que se trata de la otra cara de la escultura. Estamos hablando pues de una escultura con dos puntos de vista, por un lado una representación mariana y por su cara opuesta una composición simbólica para exponer el Santísimo. El sol tiene un simbolismo para los frailes mínimos y también el culto del Santísimo es muy utilizado como ya explicaremos en el apartado de iconografía. 

Sol
     Se trata de un medio relieve que representa un sol humanizado. A este sol lo rodea una corona de nubes. De él salen numerosos rayos dorados (actualmente repintados con pintura de oro falso, pero debajo está el oro fino). Justo debajo del sol una zona plana de apoyo que servía como expositor. Justo debajo de esta repisa encontramos varios ángeles y cabezas aladas que enmarcarían el conjunto por la parte posterior (actualmente se encuentran muy deteriorados). Estos mismos angelitos se van repitiendo por la parte delantera de la imagen por lo que forman parte indisoluble de la escultura. Sin embargo el sol se encuentra clavado burdamente y por esta zona los pliegues de la virgen no se encuentran finalizados, aparecen policromados con la terminación propia de una escultura que va a ser utilizada frontalmente (pinceladas gruesas, restos de estuco). Esta es uno de los detalles más enigmáticos de esta talla. ¿Es el sol originario de la Virgen o fue colocado en las muchas reparaciones que debió tener?

Repisa-expositor en la cara posterior de la Virgen

NOTAS

(11) Se ancla a la Virgen mediante un perno metálico que sobresale de la virgen en su lado izquierdo. 

(12) La policromía en la túnica del Niño está realizada con mayor minuciosidad que la de la Virgen. El Niño también tienes los ojos de vidrio mientras que la Virgen no. Pero presentan algunas coincidencias como las corladuras en tono carmesí. 

(13) El historiador J.M. Moreno Arana comparte nuestra opinión sobre el pelo dorado del Niño, lo considera “algo bastante raro para este contexto temporal y geográfico”. 

(14) (Fuente, Tratado del dorado, plateado y su policromía, 1997, pág. 266)Algunos pigmentos verdes viran de color por procesos químicos relacionados con los propios aglutinantes y/o el paso del tiempo. Puede tratarse de los pigmentos verdigrís o de malaquita, donde el cobre presente se altera formando sulfuro de cobre (de color negro). 

(15) Aunque durante mucho tiempo se le colocó un rosario, este atributo es erróneo. Debió llevar originariamente un cetro. Esto parece indicar la postura de los dedos de la mano (con los dedos índice y corazón unidos al pulgar) y los referentes iconográficos de esta advocación. 

(16) (Ramos, 1983, págs. 357-8) 

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