CAPITULO PRIMERO
EL EDIFICIO
Sobre los orígenes de
la parroquia se vienen repitiendo como un mantra, desde hace mucho tiempo, una
serie de datos sin que hasta ahora nadie se haya planteado la veracidad de éstos,
motivo por el cual, conviene hacer una revisión que los actualice.
En primer lugar,
siempre se ha dicho que el primitivo templo se construyó sobre la mezquita
aljama, según era costumbre, sin embargo, hasta la fecha, no hay ninguna
evidencia arqueológica ni prueba documental que así lo corrobore, tratándose de
simples suposiciones.
Decía Fernando Toscano
que «son fundadores del templo parroquial actual los
Ribera, antiguos señores de la villa…»[49] aunque, en todo caso,
habría que matizar que lo serían del primitivo templo, y no precisamente del
templo que empieza a labrarse tras la refundición de las tres collaciones en
una única parroquia de San Jorge, pues, como iremos viendo, en más de cuatro
siglos, no hemos encontrado ninguna prueba, ni referencia a aportación
económica alguna por parte del Estado de Alcalá, manteniéndose la parroquia de
las rentas de su fábrica y de las diversas limosnas del ayuntamiento y
vecinos. Quizás porque sí intervino en
la fundación del convento de Santo Domingo, parece que Fernando veía la mano
del duque en todos lados, como si fuese omnipresente y su intervención diese
más prestigio a la nueva fundación, como ocurriera en el caso del convento de
Santa Clara, donde ha quedado demostrado que no fue fundador y apenas aportó
fondos y lo mismo sucede con la parroquia. Los documentos demuestran una mayor
vinculación de los Ribera con Bornos, su lugar de descanso, donde fundaron
palacios y conventos, que, con Alcalá, que visitaron en contadas ocasiones a lo
largo de varios siglos y donde se limitaron a tener un mayordomo que gestionase
sus negocios en la villa, y esporádicamente, a legislar sobre asuntos que le
trasladaba el ayuntamiento. A este respecto, conviene precisar que, si bien el
mismo autor hace relación de una toma de posesión el 13 de abril de 1768 por
parte del mayordomo del duque de Medinaceli y Alcalá de los escaños que tenía
el ayuntamiento en la parroquia y del «honorifico sitial que como Patrono le
correspondía»,[50] no siempre se hizo esa toma al cambiar el titular del ducado, pues nos consta
que en febrero de 1645, cuando falleció Dª Ana María Luisa Enríquez de Ribera,
heredando el título de duque su hijo primogénito, D. Juan de la Cerda Afán de
Ribera, su mayordomo, Pedro de Castro,
tomó posesión de todo aquello que le pertenecía al duque en esta villa, a
saber: dehesas de la Palmosa, Cermeño, Jautor, Cobatillas, Ahijón Alto y Bajo,
castillo, cárcel, oficios de escribanos y capitanes, almacenes donde se
guardaba el trigo del duque, la casa grande en la Plazuela del marqués, la casa
pequeña en la misma plaza, unas caballerizas anexas al ducado, el convento de Santo Domingo y las rentas del
jabón y decimales. Sin embargo, no se recoge nada sobre la toma de posesión de
la Parroquia ni de los escaños.
También habría que poner en entredicho que la actual parroquia ocupa parte de la antigua plaza de armas del castillo,[52] puesto que el espacio que hoy conocemos como Plaza alta, era mucho más pequeño que actualmente, ya que a mediados del mismo siglo se derribaron varias casas para agrandar la plaza, pues al ser de reducidas dimensiones, no permitía hacer carreras de caballos ni juegos de cañas. Sobre las casas que se derribaron, se pagaba un tributo, conocido como de la Contadora, que pasó a pagarlo anualmente el Concejo, como promotor del derribo: «q visto quan angosta plaça tiene esta villa y como es muy nescesario q se ensanche acordaro y mandaro q se conpre y quite la ysleta q esta en la misma plaça a donde esta la casa dl cabildo y otras tres casas q las dos dllas tiene cierto tributo en ellas Fernando d morales y la otra es d la capellanya q dexo leonor d mesa muger dl contador Fernando d morales y q se trate con los dueños d las dhas casas y tributos d los comprar y q coprados se drriben las dhas casas pa la dha plaça y el tributo q se paga por las dhas casas qdado el pºpio dl cabildo dllos…»[53]
Hay una fecha
clave en la Historia de la parroquia de San Jorge: el 2 de enero de 1524, día en que el Papa Clemente
VII concede Letras Apostólicas unificando las tres collaciones existentes en
Alcalá en una sola, la de San Jorge, y la eleva a la categoría de parroquia.
Tradicionalmente esta
fecha se considera el inicio de la transformación integral que se lleva a cabo
en la primitiva iglesia.
Desde que Alcalá pasó a
manos cristianas, fruto del proceso de repoblamiento, fue aumentando el número
de habitantes en la villa y para atender las cuestiones espirituales, es lógico
pensar que los esfuerzos para levantar un edificio que albergase a los fieles
se centrasen en la pequeña iglesia de San Jorge, principalmente por su
ubicación dentro del recinto amurallado, mientras que las de San Vicente y San
Ildefonso, eran simples ermitas situadas en los arrabales y más expuestas al
asalto de tropas musulmanas.
A raíz de la conquista definitiva de
Jimena por las tropas cristianas en 1456, Alcalá dejó de ser tierra de
frontera, lo que propició el asentamiento de mayor número de habitantes y un
aumento de la actividad económica. [54] Es a partir de entonces cuando se debe acometer la gran reforma para convertir
la primitiva iglesia en un templo gótico. Nada sabemos sobre éste, pero en base
a indicios que iremos viendo, podemos aventurar que originalmente era de una
sola nave a la que se le añadieron las naves laterales, contando con un pequeño
crucero, con cabecera plana sobre la que se hallaba el altar mayor. Los únicos
restos que se conservan del templo gótico son la portada de San Jorge y la
actual capilla del Santo Entierro. Estudios recientes fechan la construcción de
esta última en el primer tercio del siglo XVI. Es obra del maestro cantero
tardo gótico Rodrigo de Alcalá, cuya firma se encuentra en la parte inferior
del tímpano, estando documentada su actividad en la comarca jerezana entre 1512
y 1544, a quien se relaciona con la portada de la Prioral del Puerto de Santa
María, que quedó interrumpida en 1512 y con la de Santa María de Arcos de la
Frontera, que se inicia en 1520.
Se suele decir que la
portada de San Jorge es el único resto del templo gótico que queda, olvidándose
de la actual capilla del Santo Entierro, cuya construcción posiblemente sea
incluso anterior a la de la portada y que, debido a posteriores reformas y a
ciertas confusiones, no se consideran de dicho periodo, pues siempre se ha
argumentado que fue levantada, junto con la capilla de bautismo, a partir de
1863 en terrenos del ayuntamiento pertenecientes a la antigua cárcel.
Hablaremos de esta ampliación del siglo XIX a su debido tiempo.
El sacramento del bautismo, por ser el primero, es de vital
importancia en el cristianismo y ya desde la época del emperador Constantino se
destinó un lugar específico reservado al mismo, los baptisterios. En la Edad
Media, el ritual del bautismo estaba perfectamente regulado, con una primera
parte en que el sacerdote recibía al recién nacido en el atrio del templo o al
entrar en él. En la segunda parte de la ceremonia, se pasaba al baptisterio
donde se llevaba a cabo el rito de echar las aguas. Por esta razón, las
capillas de bautismo solían estar próximas a la entrada de los templos, siendo
muy frecuente en la archidiócesis de Sevilla que se ubiquen en la primera capilla
del lado de la epístola a los pies de los templos,[56] tal como ocurre en la Parroquia
de San Jorge.
Con respecto a esta capilla, conviene aclarar que, durante buena parte del siglo XVI, la cárcel se hallaba en la planta alta de la Puerta de la Villa, encontrándose múltiples referencias en las actas del cabildo. En diciembre de 1559, por ejemplo, se recoge: «…sus mds mandaron q se eche una torta de cal y (tinta desvaída) en el tejado d la cárcel d la puerta de la villa…»,[57] por lo que la ubicación de ésta junto al edificio del Cabildo es bastante posterior. Presenta esta capilla un elemento constructivo que suele pasar desapercibido, una bóveda de crucería, típica de la arquitectura gótica y que difícilmente se hubiera usado en su construcción en fecha tan tardía, pues estaba ya totalmente desfasado su uso. Descartando su origen como cárcel, cabría la posibilidad de que, originalmente, formase parte del colindante edificio del Cabildo. Sin embargo, hay varios aspectos que nos hacen descartar esta posibilidad. En primer lugar, la Casa del Cabildo se construye en 1550 y la capilla se halla desplazada con respecto al cuerpo del edificio y no integrado en el mismo, algo ilógico si se iban a destinar para el mismo uso. En sus dependencias no se recurrió a las bóvedas de crucería, como cabría pensar si ambas construcciones fuesen coetáneas. Pero, además, hay otro dato que resulta fundamental para descartar que la capilla perteneciese al Cabildo. Sus escaleras, que se construyeron fuera del edificio principal para liberar espacio en el interior, se apoyan en el muro frontal de la capilla, tal como se pudo comprobar durante los trabajos de restauración llevados a cabo en el Cabildo hace pocos años, y corrobora una fotografía tomada desde dichas escaleras.[58] Sobre el frontal de la capilla debió existir un ventanal o vidriera, que fue cegado por un simple tabique al construir las escaleras por la parte exterior.
Podemos considerar que la construcción de la portada, en torno a la fecha de refundición en parroquia única, es el punto de partida del proyecto para transformar el templo gótico en un edificio más espectacular, mencionándose reiteradamente en los documentos de la época el término «alargar la iglesia», para referirse a este proyecto, que, entendemos debía ser aplicado a las tres dimensiones, es decir, hacer la iglesia más larga, más ancha y más alta. Se pretendía hacer más larga sustituyendo la cabecera plana por una capilla mayor que albergase en su interior el altar mayor y la mesa de altar, liberando asi espacio en el crucero. La anchura del templo estaba delimitada por los amplios muros que sustentaban el techo de la nave principal y por la cortedad de los brazos de las naves del crucero, mientras que el problema de la altura radicaba en que, al estar las naves laterales construidas por debajo del techo de la nave principal para recibir las aguas, éstas tenían muy poca altura.
Por todo lo expuesto,
creemos que la actual capilla del Santo Entierro fue la primigenia capilla de
bautismo de la Parroquia.
Se decide empezar el
proyecto de transformación de la parroquia por lo que quizás consideraron que
era la parte más fácil y menos costosa: ganar anchura y para ello, ante las
dificultades técnicas que presentaba reducir o modificar los muros de la nave
principal, optaron por otra solución, la de añadir una serie de capillas en la
zona de la nave del evangelio que lindaba con la plaza, por ser un terreno más
plano y cómodo para construir. Pero este proyecto no será flor de un día y se
verá limitado, sobre todo por cuestiones económicas.
Pasado un cuarto de
siglo desde que el papa concedió las Letras Apostólicas, en abril de 1543, el mayordomo de la fábrica de
la iglesia de San Jorge, Pedro Sánchez de Trujillo, teniendo necesidad de «traer
en este mes d abril y mayo y junyo dosyentas e cinqta carretas d material q
esta sacada pa la obra d la dha yglia»,
ante la negativa de los carreteros a subir el material si sus bueyes no
pastaban en el Prado junto al río Barbate, solicitó permiso al ayuntamiento, «pues se fizo lo mismo con el monestiº de
Santo domingo» y aunque los regidores concedieron la licencia,[59] la obra no se inició, puesto que a finales de enero del año siguiente, el mismo
mayordomo solicita otra licencia, esta vez para que el carpintero Alonso
Domínguez pudiese cortar madera de alcornoque para hacer dos carretas con las
que subir en el verano «la canteria q esta sacada pa la obra d la
yglia d la capilla q se a d fazer»[60] Y, si interesante es este dato, por indicarnos que se iba a labrar una capilla,
más lo es el hecho de que, en el mes de marzo, otra vez el mismo personaje
recurre al cabildo secular, esta vez para que, de los Propios de la villa, le
ayudasen a hacer un carril hasta la Puerta del Sol para traer la cantería,
petición que fue denegada por estar atendiendo otras obras.[61] Una semana más tarde, vuelve a solicitar
ayuda para hacer el carril y presiona al Concejo diciendo que ya se
había hecho el remate para subir el material y que esta obra era más importante
que el resto de obras públicas: «el domingo pasado se remato el acarreto d
la cantª de la yglia de sant Jorge la ql era d empeçar a traer luego pa empeçar
a edificar la capilla q se manda fazer y por ql lunes pasado dio una petición
suyplicandoles fuesen servidos d ayudar a la yglia con la mitad d la costa q se
fisyese en el carril q era de fazer de la puerta dl sol y por q desto no
pºveyeron nada disyendo q tenyan poco dinero y no podían por los gastos q al
presente tenyan heran muchos suplicando a sus mds manden ayudar con la mitad d
la costa q en ello se fisyere pues en el serviº q en ello se haze a dios es muy mas grande y
mas (¿?) y q como cosa mas justa y principal lo admitan y den orden como
no se dexe d hacer por q todas las otras publicas se pueden dexar por esta pues todo redunda mayor honrra y pºvecho d
todo el pueblo…»
Ante estos argumentos,
los regidores acceden a que se haga el carril y están dispuestos a aportar
10000 maravedíes de los Propios, con la condición de que el mayordomo lo haga «en
la pared q va desde el miradero d la puerta dl sol fasta abajo en dcho d la
casa del cordobes d la anchura q lleva la pared y q lleve cimyentos sobre firme
d manpuesto a vista dl dho señor alcd myn (martin)»
Sin duda, este es el
origen de lo que siempre se ha denominado en Alcalá el Carril Alto, dándole
anchura a la vereda de herradura que transitaba por las actuales calles Sainz
Andino, Sánchez Díaz y San Francisco para que pudiesen transitar las carretas,
buscando un camino menos tortuoso que el existente hasta aquella fecha, que
ascendía por la Puerta de la Villa y continuaba por la empinada calle Sánchez
Aguayo para desembocar en la Plaza alta por la calle carrera. Recordemos que,
en aquella época, el actual Paseo San Juan de Ribera (San José) solo era una
vereda, al igual que la actual Alonso el Sabio, que, aunque dentro del recinto
amurallado, no estaba aún urbanizada en gran parte y presentaba un terreno
abrupto, según varias peticiones de solares que hicieron los vecinos en aquella
época.
Pero, justo cuando se
debe iniciar la construcción de una nueva capilla, sucede algo inesperado que
trastoca todos los planes. A finales de ese mismo verano, llegan noticias
informando de que el Papa ha concedido una bula al obispo para que todas las iglesias
que componen el obispado destinen anualmente la mitad de sus rentas para
edificar una catedral en la ciudad de Cádiz. El mayordomo de la fábrica da
cuenta al ayuntamiento, que, a su vez lo notifica al marqués, decidiéndose el
11 de septiembre proponer a los cabildos de Medina y Jimena hacer un frente
común en oposición a esta medida: «q se scriva una ca a la cibdad
de medina y otra a ximena hasyendo les saber lo suso dho pa q se junten todos
los pueblos dste obispado y enbien una psona a su alteza del principe nro señor
en raso dllo pa q lo contradiga y pida q no es conforme la dha bula…»[63] A finales del mes siguiente, se da poder a Alonso de la Guardia para que se
desplace a Tarifa, Jimena y Gibraltar con objeto de nombrar una persona que
vaya a la Corte e incluso hasta Roma, si fuera necesario, para tratar de evitar
que la mitad de las rentas se destinen a Cádiz, como pretenden el provisor del
obispado, el deán y cabildo de aquella ciudad, alegando no haber causa ni razón
para ello e ir en perjuicio de sus iglesias y vecinos.
Iniciado el pleito, el 17 de noviembre los regidores amplían el poder dado a De la Guardia, para que también los representen los solicitadores del marqués,[65] consiguiéndose rápidamente una provisión real en la Real Chancillería de Granada a favor de los intereses de la villa, que fue llevada a Cádiz por el síndico del Concejo, Francisco Fernández Higueras, para presentársela al provisor y conseguir una copia de la bula papal o indulto, como lo llaman, pero ante la negativa de éste, se decide hacer un traslado de la que había conseguido el cabildo de Medina. [66]
Las rentas de las
fábricas se nutrían fundamentalmente de los diezmos, un impuesto consistente en
entregar a la Iglesia alrededor de una décima parte de la producción ganadera o
agrícola, guardándose el grano de los mismos en la cilla decimal. Parte de este
grano, que iba a ser trasladado a Cádiz,
fue retenido por el regidor Juan de Heredia, lo que provoca que el
provisor inicie otro pleito contra éste, obligando al ayuntamiento a enviar un
mensajero a Granada para llevar documentos para su defensa el 8 de diciembre y
posteriormente, incluso el propio regidor tuvo que acudir a la Real
Chancillería,[67] regresando a Alcalá el 2 de febrero.[68] Esto debió de irritar sobremanera al provisor, que, en represalia, decide
excomulgar al regidor: «ql pºvisor dl obispado d cadiz diz mdo
dar una cª d conjuras contra Juº d heredia alc pa lo pºnunçiar por dscomulgado fasta q buelba y
restituya cierto trigo y cevada q dize q tomo d la cilla dl y q sy no lo
volviere dentro de cierto termiº q se pºceda contra el…»
Además, dio orden al clérigo Pedro Fernández, que ostentaba el cargo de fiel del trigo decimal, para comprar todo el trigo posible a los vecinos, acumulándolo junto al de la fábrica en la cilla, con la intención de sacar este último argumentando que era del que había comprado. Los regidores, ante el temor de quedar la villa desabastecida, añaden una nueva cerradura a la puerta de la misma para que, cada vez que vinieran arrieros por dicho trigo, tuviese que acudir una persona del cabildo a abrir la puerta y llevar así un control de lo que se sacaba.[70] Ante esto, el clérigo levanta un almacén junto a la cilla para no depender del cabildo, cortando además el paso por aquella calle, por lo que los regidores envían una carta al deán y cabildo catedralicio de Cádiz para que ordenasen derribarlo.[71] El 27 de marzo, el corregidor decide dar tres días al clérigo para que acatase las órdenes del Concejo o iniciaría un nuevo pleito.[72]
La tensión entre el
provisor y los regidores no se relajará hasta finales de agosto, cuando éstos consiguen
que Juan de Heredia devuelva el trigo requisado y le solicitan al primero que
paralizase el pleito contra el regidor y lo absolviese «pues la yntynçion
con q se tomo fue buena d augmtar esta yglia”»[73] El provisor se hizo de rogar, pues incluso a mediados de septiembre se tuvo
que recurrir al marqués para que intercediese para terminar el proceso.
Lo que no se relajará será el pleito de los medios frutos que se piden para la fábrica del obispado, pues justo un año más tarde, en septiembre de 1545, se recibe una carta de Medina solicitando se les envíe una persona para hacer una defensa conjunta de los intereses de ambos municipios, aunque ya los regidores alcalaínos «tienen intentado el remedio por otra pte»[75]
Gracias a un nuevo roce
entre regidores y clero, conocemos que en 1545 se labra la capilla que estaba
planteada levantar antes del pleito. Se
edifica como prolongación del brazo del crucero, ocupando el espacio que en la
actualidad sirve de antesala de la capilla del Sagrario, a la altura del
retablo del Corazón de Jesús e iba a estar destinada a albergar el coro: «…se
abrió y fiso un arco en la yglia par d la capilla d la sacristia y altar mor
por alargar la yglia a efecto q los clegos pusyesen su coro en la
capilla donde se abrió el arco y los escaños d los regidores se pusyesen en
donde agora es coro…»[76] pero la negativa de aquellos a mudarse a la nueva capilla y dejar su sitio
a los regidores, provocó que éstos escribieran al marqués y al provisor del
obispado para que pusiesen remedio.
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titular.
NOTAS
[49] TOSCANO DE PUELLES, Fernando. (1984). Historia de la Congregación-Beaterio de Jesús, María y José. Industrias Gráficas Gaditanas. (p.67).
[50] Cfr. Toscano de Puelles, op. cit. Pag.73. No se cita ni autor ni procedencia de dicha relación.
[51] A.M.A.G. Actas Sesiones Ayto. pleno. Legajo 10. Cabildos del 22 y 27 de febrero de 1645. Folios 47 a 48 vto.
[52] Toscano de Puelles, Fernando. (1990). cuadernos de temas alcalaínos nº 1: la parroquia. Fundación Rafael Alberti-Excma. Diputación de Cádiz. Cádiz. (p. 7).
[53] A.M.A.G. Actas Sesiones Ayto. pleno. Legajo 1. Cabildo del lunes 1 de JUNIO de 1545. Folio 237.
[54] En un padrón de moneda forera realizado
en 1545 se censan un total de 481 vecinos, lo que supondrían alrededor de 2000
habitantes (A.M.A.G.
Legajo 1. Cabildo del 20 de julio. Folio 247)
[55] Caramazana Malia, David
y Romero Bejarano, Manuel. (2016). Nuevos datos sobre las portadas góticas
gaditanas: el patrocinio del cardenal Diego Hurtado de Mendoza en la parroquia
de Santiago de Jerez y la autoría de Rodrigo de Alcalá en la parroquia de San
Jorge de Alcalá de los Gazules. Laboratorio de Arte 28. (pp. 41-59, ISSN
1130-5762 e-ISSN 2253-8305).
[56] Pomar Rodil, Pablo J. (2017). Los baptisterios parroquiales de jerez de la frontera en la edad moderna. Una propuesta metodológica para estudios de liturgia y arquitectura. De Arte, 16. (pp. 69-89, ISSN electrónico: 2444-0256).
[57] A.M.A.G. Actas Sesiones Ayto. pleno. Legajo 3. Folio 4.
[58] Agradecemos a D. Manuel Montañés Caballero, arqueólogo, la cesión de la fotografía.
[59] A.M.A.G. Actas Sesiones Ayto. pleno. Legajo 1. Cabildo del 9 de abril de 1543. Folio 33 y vuelto. El prado era conocido como del Tamejón.
[60] Cabildo del lunes 28 de enero de 1544. Folio 113 vto. y 114. Para que los regidores concedieran la licencia, tanto el mayordomo como el carpintero tuvieron que jurar que las maderas se iban a destinar para tal fin.
[61] Cabildo del lunes 10 de marzo de 1544. Folio 121 vto. y 122. Solicitó también licencia para que los bueyes comiesen en el Prado, concediéndosele, mientras durasen los trabajos de acarreo de la cantería.
[62] Cabildo del 16 de marzo de 1544. Folio 123 vto.
[63] Cabildo del 11 de septiembre de 1544. Folio. 168 vto. Se comisiona al Doctor Melchor Díaz par que escribiese la carta.
[64] Cabildo del lunes 27 de octubre de 1544. Folios 188 vto. El cabildo otorgó dicho poder el 27 de octubre para que «pueda entender e parecer ante sus magts e ante los señores dl su consejo psidente e oidores d sus reales abdiençias y chançillerias e ante nro muy Santo padre e ante qlesquier juez e juezs eclesyasticos y seglares q con dicho dva (deba) e contradesyr qual quier bula yndulto madamiº e madamiºa e pºvisyones q en razón d lo suso dho se ayan dado y guardado y dieren y ganasen en pjuiº d las dhas fabricas dsta villa»
[65] Cabildo del lunes 17 de noviembre de 1644. Folios 188 a 190 vto. Los solicitadores eran García de Hermosilla y Francisco del Castillo.
[66] Cabildo del sábado 6 de diciembre de 1544. Folio 196 vto. Se encarga al jurado Alonso Rodríguez de Lora.
[67] Cabildo del lunes 8 de diciembre de 1544. Folio 196. No hemos podido documentar fehacientemente esta retención. En Granada contrató al licenciado Agreda para apelar contra el provisor, además de para que defendiese los intereses municipales en el pleito sobre la Sauceda.
[68] Cabildo del lunes 2 de febrero de 1545. Folio 206 vto. Se le asignó al licenciado un salario de 3000 maravedíes anuales, corriendo desde el 10 de enero.
[69] Cabildo del viernes 20 de febrero de 1545. Folio 212 vto. El Ayto. mandó a Alonso Rodríguez jurado a Cádiz para traer testimonio del provisor.
[70] Cabildo del miércoles 11 de marzo de 1545. Folio 217 vto. Del mismo modo, se encarga a los regidores Alonso de la Guardia y Francisco Romero notificarlo por carta al provisor.
[71] Cabildo del lunes 23 de marzo de 1545. Folio 220 vto.
[72] Cabildo del viernes 27 de marzo de 1545. Folio 221. Quedó la documentación en poder del escribano de cabildo para iniciar un nuevo pleito contra dicho Pedro Fernández.
[73] Cabildo del lunes 23 de agosto de 1545. Folio 257
[74] Cabildo del martes 15 de septiembre de 1545. Folio 265
[75] Cabildo del sábado 3 de octubre de 1545. Folio 268 vto. Los regidores agradecen el gesto de avisarles de sus homólogos asidonenses.
[76] Cabildo del lunes 12 de octubre de 1545. Folio 273. Justo un mes después los regidores vuelven a escribir al provisor «fasyendole saber la dshorden y mal regimiº q esta yglia tiene d pte d los q la gobiernan» para que castigue a los curas porque no acatan la decisión del marqués para que muden su coro. (Cabildo del jueves 12 de noviembre de 1545. Folio 280 vto.)
[77] A.P.A.G. Libro 1º de visitas. Folio 35 y vto. 30 de mayo de 1604.
[78] Folio 4. En la misma visita, en el inventario de ornamentos, se anota al mencionar un frontal de terciopelo azul muy viejo: «consumiose el frontal y conbirtiose en uno chico para el altar de sta barbola».
[79] A.P.A.G. Testamentos sin ordenar. Testamento de Catalina Rodríguez, viuda de Juan Castellano. Testó ante Hermando Jiménez de Fuentes.
[80] Cabildo del lunes 8 de marzo de 1546. folio 298 y vto. El 8 de marzo se toman prestados 20 ducados del pósito para gastos del pleito. (Cabildo del lunes 8 de marzo de 1546. folio 298 vto.) Fueron a Jerez 2 veces, la primera estuvieron 3 días, pero no pudieron hacer nada hasta que el provincial diese permiso para que el prior aceptase la adjudicatura y la segunda, 9 días entre Jerez y Cádiz, gastándose 54 reales, entre salarios y costas. (Cabildo del 1 de abril de 1546. Folio 303)
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