Artículo publicado en la Revista de Apuntes Históricos 2012
LA ANTIGUA CASA DEL CABILDO DE ALCALÁ DE LOS GAZULES.
UNA ACTUACIÓN ARQUEOLÓGICA PARA SU ADECUACIÓN
COMO MUSEO HISTÓRICO.
Montañés Caballero, M., Ocaña Erdozáin, A., Manzono Molina, C., Montañés Caballero, S.
ARQUEÓLOGOS.
1. INTRODUCCIÓN.
A modo de introducción, recordaremos que en el año 1248 Fernando III conquista Sevilla, lo que supone un punto de inflexión para la posterior ocupación de las cuencas de los ríos Guadalete y Barbate, entre cuyas poblaciones encontramos a Alcalá de los Gazules, por Alfonso X. Esta ocupación fue pacífica y la presencia castellana debió reducirse a un pequeño grupo militar. Mayor trascendencia tuvo el año 1264, rebelión de los mudéjares, para Alcalá de los Gazules, porque se posicionó a favor de la revuelta, pasando a cuchillo a las tropas castellanas. Sofocado el levantamiento pasó a ser, durante un largo período de tiempo, una villa de frontera de primera línea.
Este carácter fronterizo da como resultado una gran inseguridad, lo que explica su crónico déficit demográfico y los continuos intentos de repoblación de los monarcas castellanos, sobre todo desde mediados del siglo XIII, a través de entrega de tierras, exenciones fiscales, privilegios militares y la conmutación de penas judiciales. En concreto, desde 1268 Alcalá experimenta un cierto impulso repoblador gracias a los privilegios otorgados por la Corona sólo cuatro años después de las repoblaciones llevadas a cabo en Arcos, Jerez o El Puerto. Medina y Alcalá (576 vecinos) pasaron de simples puntos fortificados en la línea de frontera a pequeños núcleos de población, que en 1279 ya merecían la calificación de “villas”.
Lámina I. Escudo localizado en la parte posterior de la Casa del Cabildo.
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Frente a esta inestabilidad, la seguridad estaba presidida por el castillo, tanto por estar ubicado en un lugar de difícil acceso como por sus altos y gruesos muros, y en síntesis, por los criterios poliorcéticos con los que fue diseñado éste y la muralla que rodeaba la villa. Un breve pero significativo ejemplo del equilibrio tan inestable en el que trascurría la vida en frontera es como Alcalá de los Gazules pasa por un continuo trasiego de poseedores. Tras estar en territorio de realengo desde su conquista cristiana, a finales de 1279 es donado a la Orden de Santa María de España, pero en 1280 pasó de nuevo a ser de realengo. En 1282 fue donada a Alfonso Pérez de Guzmán (Guzmán “El Bueno”), en 1283 quedó de nuevo bajo el control de la corona y en 1285 fue cedida a la Orden de Santiago, para ser recuperada por Sancho IV como propiedad real. En 1310 la cedió a Alfonso Fernández de Córdoba, pero muerto éste, en su testamento no aparecía como propiedad la villa de Alcalá de los Gazules; la corona se había hecho de nuevo con su gobierno. A finales del siglo XIV pasó a ser señorío de D. Enrique de Castilla y Sousa, duque de Medina Sidonia (anterior al linaje de los Guzmanes), muerto éste la Corona recupera la villa, hasta que en 1441 fue cedida definitivamente en señorío al Adelantado de Andalucía Per Afán II de Ribera.
Hasta las conquistas de Jimena y Castellar en el siglo XV, y sobre todo de la serranía de Ronda hacia 1485, Alcalá no dejó de ser fronteriza con las posiciones musulmanas. La seguridad y estabilidad sirvieron para que Alcalá de los Gazules alcanzara un aumento de población que, como en tantos municipios, sirvió para traspasar los límites del recinto amurallado. Sin embargo, hoy día, este perímetro amurallado, junto con algunas de sus torres, se puede trazar sin gran dificultad, ya sea porque se han conservado lienzos y puertas de mismo o ya sea porque las viviendas adosadas al trazado original de la muralla marcan este recorrido, quizás ocultando, no destruyendo, la construcción defensiva original. En 1985 se declaró el casco antiguo Conjunto Histórico-Artístico (LADERO et al., 1982).
Lám. II. Estado de la Casa del Cabildo en la segunda década del siglo XX. |
2. ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y ARQUEOLÓGICOS.
Hemos centrado la atención para la redacción de los antecedentes históricos y arqueológicos desde del momento de la conquista cristiana de Alcalá de los Gazules, descartando, de este modo, cualquier mención a períodos anteriores. No porque no estén constatados, sino por tratarse este estudio arqueológico de un control del picado de unos paramentos afectados por humedad de cronología moderna. Sin embargo, sí prestaremos especial atención a diferentes documentos gráficos que nos marcan unos cambios estructurales de la casa del Cabildo y construcciones anexas.
Hasta nosotros se ha conservado unas ordenanzas municipales fechadas en 1528, en el que, aparte de la valiosa información jurídica, de organización de la villa, social, etc., nos interesa en este momento todo lo relativo a la Casa del Cabildo, es decir, el lugar donde cada lunes se reunía con carácter ordinario del concejo de Alcalá de los Gazules. Decir que desde 1480 existía en la legislación real disposiciones destinadas a obligar a todos los pueblos de la Corona a la construcción de casas públicas dedicadas exclusivamente al gobierno municipal (FERNÁNDEZ, 1997).
La Casa del Cabildo se localiza sobre la denominada ‘Puerta Nueva’, uno de los accesos al interior fortificado de Alcalá de los Gazules. Según recoge Marcos Ramos (1983), parece que donde se localiza la ‘Puerta Nueva’ existió con anterioridad un postigo de la muralla (RAMOS, 1983:390), que con la construcción de la casa del Cabildo y respondiendo a nuevas necesidades de paso se diseña la nueva entrada en bóveda que hoy podemos ver. En la parte posterior del pasaje se conserva el Escudo de la ciudad formado por el de los Rivera y el de Castilla-León. Este mismo autor da una cronología de construcción de 1550, con una remodelación en el siglo XVIII. Se trata de una sólida construcción y de planta baja y dos pisos; la planta baja con sala de entrada abovedada; el primer piso estaba destinado a oficinas, sala de sesiones, y tiene un espacioso balcón volado de hierro con zapatas y tirantas, que corre todo el testero de la plaza de San Jorge; el segundo piso se utilizaba como almacén y tiene un amplio salón que asoma a la plaza por seis ventanas-balcones gemelas en arco bajo dintel.
Lám. III. Se aprecian cambios estructurales y deterioros destacados en el anexo a la Casa del Cabildo. Posiblemente la fotografía pertenece a los años 70 del siglo XX
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Actualmente, todas las todas las referencias halladas sobre este edificio recogen la siguiente cita: “Se trata de un interesante edificio del siglo XVI, del período purista del Renacimiento Español que destaca tanto por el contraste de colores y la superposición de órdenes arquitectónicas en su fachada como por su austeridad y solidez”. De acuerdo con la cronología, de acuerdo con la adscripción de estilo, pero no comprendemos a qué superposición de órdenes se refiere y el contraste de colores parece más una indocumentada interpretación contemporánea; respecto a “su austeridad y solidez”, decir que no se lo da el diseño del edificio, sino más bien responde a su estrecha relación con la muralla y a localizarse en uno de los vanos que daban acceso a la villa de Alcalá de los Gazules. En las actas del Cabildo de 17 de abril de 1841 (leg. 56, folio 25a) se recoge el derrumbe de un muro que iba desde la Puerta Nueva y que bajaba entre calles de la Cárcel, hoy ya no existe, y San Pedro. Se pide al Ayuntamiento el arreglo de los desperfectos (RAMOS, 1983:390).
En 2001, el Ayuntamiento de Alcalá de los Gazules, en colaboración con la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y la Diputación de Cádiz, publicó el libro Alcalá de los Gazules, un siglo de imágenes, editado por Gabriel Almagro Montes de Oca, Arsenio Cordero Domínguez y Jaime Guerra Martínez. Nos parece de interés hacer referencia a esta obra porque en ella se recogen dos fotografías que nos muestran cambios significativos en elementos estructurales del inmueble que estudiamos.
Desde el punto de vista arqueológico, Alcalá de los Gazules no se caracteriza por haber desarrollado una política activa de protección del Patrimonio Arqueológico, es decir, son contadas las intervenciones con metodología arqueológica que se han desarrollado en el municipio y, en concreto, escasas las ejecutadas en el entorno de la plaza de San Jorge y la Casa del Cabildo, sin duda, punto neurálgico en el proceso de ocupación histórica de Alcalá de los Gazules.
Lám. IV. Vista general de los lienzos de la ‘Puerta Nueva’
con restos de la muralla medieval en primer plano.
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La presencia en época moderna ya ha sido suficientemente referenciada (supra). Así mismo, el potencial arqueológico en época medieval islámica y cristiana está contrastado con el conocimiento documental actual (FERNÁNDEZ, 1985) y las intervenciones arqueológicas realizadas en los restos del castillo de Alcalá de los Gazules (MONTAÑÉS y MONTAÑÉS, 2003, 2004, 2006).
Mención aparte, desde nuestro punto de vista, merece el grado de conocimiento de la época antigua, más exactamente el período romano. Ya que el hallazgo de un complejo hidráulico (castellum aquae) en el casco antiguo de Alcalá puso de manifiesto la existencia de una ciudad romana (MONTAÑÉS y MONTAÑÉS, 2007). La magnitud y complejidad de los restos arqueológicos bastaron para reafirmar la necesidad de la presencia de arqueólogo en todas las obras civiles proyectadas en el casco histórico.
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